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Río Igurey



Igurey o Ygurey, escrito en mapas antiguos Ygureý (en portugués Igureí) es un río ficticio de América del Sur cuya localización ha sido motivo de disputa entre las coronas de España y Portugal y luego entre Paraguay y Brasil.

Para los hispano-paraguayos el Igurey era el río de Mato Grosso del Sur que los luso-brasileños denominan Ivinhema, cuya desembocadura en el río Paraná se halla a 22°59′47″S 53°38′45″O / -22.99639, -53.64583. Para estos últimos se trataba del mucho menos prolongado y mucho menos caudaloso río que los hispano-paraguayos denominan Carapá o Karapá, ubicado inmediatamente al sur de los saltos del Guairá y cuya desembocadura en el río Paraná se halla a 24°26′28″S 54°18′29″O / -24.44111, -54.30806. Luego de la guerra de la Triple Alianza se impuso la opinión luso-brasileña, de tal forma que actualmente es frecuente en la cartografía paraguaya denominar Igurey al Carapá.

Como la línea limítrofe acordada en el Tratado de Tordesillas nunca pudo ser materializada en el terreno, ambos países tomaron opiniones distintas sobre la situación de la misma. Los españoles consideraban que había sido traspasada ampliamente por los portugueses, quienes habían fundado establecimientos en el Mato Grosso. Ambas coronas decidieron declarar la caducidad de la línea anulándola y firmaron el Tratado de Madrid en 1750 buscando un nuevo límite que debía trazarse de acuerdo a las áreas de ocupación efectiva de cada uno.

Se convino en dejar bajo la jurisdicción portuguesa el recorrido que los bandeirantes de São Paulo realizaban desde esa ciudad a Cuiabá en el Mato Grosso. Este recorrido seguía el río Tieté hasta el río Paraná, luego por éste hasta el río Pardo. Continuaban por este río hasta sus nacientes en la sierra de Maracayú, tras sortear las montañas, bajaban por el río Tacuarí hasta alcanzar el río Paraguay, río que finalmente remontaban hasta alcanzar Cuiabá en el río de su nombre.

De acuerdo a la opinión española, se convino en tomar como límite el río caudaloso más inmediato al río Pardo, río que en el mapa de las misiones que el cartógrafo francés Jean Baptiste Bourguignon d'Anville confeccionó en 1733 figuraba como Igayrí. Transcripto luego por José María Cabrer como Igueyrí y por John Arrowsmith como Iguegrí y en el mapa realizado en 1860 —ya en vísperas de la guerra de la Triple Alianza— y señalando al río reclamado por Paraguay como límite noreste del estado paraguayo por Agustus Mitchell con el nombre de Yaguari.[1]​ Este río fue escrito en el Tratado de Madrid como Igurey. Pasadas las cordilleras de Maracajú y Amambay el límite debía seguir por un afluente desconocido del río Paraguay, más próximo a las fuentes del Igurey, el cual los portugueses pretendían fuese el Corrientes o río Apa, pero que se ignoraba si lo era.[2]

Artículo V:

Artículo VI:

Luego de la guerra Guaranítica el Tratado de Madrid fue anulado por el Tratado de El Pardo (1761), restableciendose la vigencia del Tratado de Tordesillas.

Para poner fin a la guerra entre ambas coronas se firmó en 1777 el Tratado de San Ildefonso, mediante el cual se retomó el límite en el Igurey:

Artículo VIII:

Artículo IX:

Cuando el virrey del Río de la Plata, Juan José de Vértiz y Salcedo tomó conocimiento del tratado de límites, consultó al brigadier portugués al servicio de España ingeniero José Custodio de Sáa y Faría, conocedor de la región a demarcar por su participación en el intento de demarcación del Tratado de Madrid. Sáa y Faría le informó que no existían ríos con los nombres de Igurey y Corrientes y propuso que en su sustitución se tomase como límites a los ríos Iguatemí (o Igatimí, inmediatamente al norte del salto del Guairá y cuya desembocadura en el río Paraná se halla a 23°55′29″S 54°09′20″O / -23.92472, -54.15556.), e Ypané. En vista de ello, el virrey lo propuso a Madrid y ambas coronas aceptaron la propuesta. El rey de España dictó en consecuencia la real instrucción del 6 de junio de 1778:

El límite en el Ypané dejaba en jurisdicción portuguesa a la villa de Concepción y extensos yerbales, por lo que, enterada la corona de ello dictó la real orden del 7 de abril de 1782, explicando que la línea del Ypané se mantendría, dejando a salvo a Concepción y los establecimientos españoles al norte del río.

Opuestas las autoridades portuguesas del Brasil a fijar la línea Iguatemí-Ypané, adujeron que la real instrucción del 6 de junio de 1778 era condicional, en el supuesto de no hallarse los ríos Igurey y Corrientes.

El comisario demarcador español de la 4ª comisión de límites, Félix de Azara, llegó al Paraguay en 1783 con la misión de demarcar con su contraparte portuguesa el límite entre los ríos Paraná y Paraguay hasta el Jaurú en el Gran Chaco. Azara estuvo de acuerdo con los portugueses en considerar que la real instrucción era condicional y se propuso hallar al Igurey.

En tanto los demarcadores portugueses -cuyo comisario de límites era el coronel Francisco João Rocio- valiéndose en la similitud de los nombres, sostuvieron que el Igurey era el río situado a 7 leguas al sur del salto de Guairá (el Carapá) que D'Anville en su mapa de 1748 llamó Iguarií, Cabrer Guarey, Arrowsmith Iguarey y que Azara denominó Garey.

Azara adujo que la real instrucción de 1778 asumía que el Igurey se hallaba al norte del salto del Guairá y por lo tanto no podría ser el Garey, ubicado al sur. Además, su contracorriente más próxima que desaguaba en el Paraguay era el río Jejuí Guazú, lo que dejaba en poder portugués los extensos yerbales en donde se hallaban San Pedro del Ycuamandiyú, Concepción, Belén y Tacuatí. Dedujo que el Igurey debía ser el río conocido como Iguarey, Yaguarey, Monici o Ivinhema, el cual debía haber sido mal transcripto en los tratados omitiendo una a, lo que probaba diciendo que Igurey no significa nada en guaraní. La contracorriente hacia el Paraguay de este río es el río Miranda, llamado Corrientes por los demarcadores de 1750, que salvaba perfectamente los establecimientos españoles.

El virrey ordenó a Azara levantar un mapa, el cual fue elevado a la corona, que aprobó las observaciones de Azara por la orden real de 6 de febrero de 1793, anulando la real instrucción del 6 de junio de 1778.[3]​ La corona española estuvo de acuerdo con Azara de que el espíritu del Tratado de San Ildefonso había sido tomar el primer río caudaloso por encima del salto del Guairá y no debajo de dicho salto. Los demarcadores portugueses se retiraron y el área nunca fue demarcada.[4]

Al producirse la independencia paraguaya en 1811 este país sostenía que el límite con Brasil corría por el Igurey, que consideraba era el Ivinhema. Por el Tratado Secreto de la Triple Alianza (1865) los países aliados acordaron:

Artículo XVI:

Terminada la guerra el canciller brasileño José Maria da Silva Paranhos notificó al gobierno paraguayo el 8 de julio de 1855:[5]

Brasil impuso al Paraguay un tratado de límites, imponiendo sus opiniones en relación al Igurey (Carapá) y Corrientes (Apa). Finalmente cedió un poco su pretensión, retrotrayéndola hasta el límite en el Salto del Guairá también llamado Salto de las Siete Caídas -límite septentrional de la navegación en el río Paraná- mediante el tratado del 9 de enero de 1872. El límite del Guayra y la baja cordillera de Maracayú-Iguatemi se ubica a solo unos 28 km al norte de la desembocadura del Carapá, concretamente tal pequeño retroceso de las pretensiones brasileñas obedeció a dos causas: más compensaciones económicas por parte de Paraguay incluyendo un control prácticamente absoluto sobre el estratégico Salto del Guayra -o de Kanindeyú- y el establecimiento de una frontera seca en las bajas y suaves lomadas de Iguatemi que dificultan una acción defensiva por parte de Paraguay.




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