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Región de Siria



Amán (4.007.526 hab.)

El País del Sham (en árabe بلاد الشام Bilād ash-Shām o sólo الشام ash-Shām) también llamado región de Siria, Gran Siria o simplemente Siria (سوريا Sūriyā), en las fuentes occidentales como Levante, es una región histórico-cultural de Oriente Próximo que comprende, aproximadamente, los actuales estados de República Árabe Siria, la República Libanesa, el Reino Hachemita de Jordania, el Estado de Israel, al Estado de Palestina y a la provincia de Hatay, en Turquía, conocida en árabe como «Iscandarona» (الإسكندرون al-ʼIskandarūn, el antiguo Sanjacado de Alejandreta).

El país de Sham ocupa la costa más oriental del mar Mediterráneo, y forma parte del Creciente Fértil, una de las cunas de la humanidad. Por ser un cruce de camino entre los tres continentes, sus tierras han sido habitadas por innumerables culturas y reinos: los antiguos egipcios, los cananeos, los israelitas, los asirios, los caldeos, los arameos, los fenicios, los persas, los antiguos macedonios, los romanos, bizantinos, los árabes, los turcos otomanos.

Limita con Anatolia al norte, Mesopotamia al este, y al sur, Egipto y Arabia. «Sham» también es el nombre tradicional de su capital histórica, Damasco. Damasco es la ciudad habitada más antigua del mundo, desde hace 6000 años.[1]​ La población local es llamada shawam (شوام), 'shamíes' en español. Comparten una arraigada cultura mediterránea, similar a la de otros países con costas a este mar. También poseen un idioma común, el árabe shamí, uno de los cinco grandes bloques idiomáticos en los que se subdivide la macrolengua árabe.

Las aspiraciones nacionalistas de una «Gran Siria» surgen fruto del desmembramiento del Imperio Otomano tras perder en la Primera Guerra Mundial. No obstante, ingleses y franceses que lo habían vencido, se repartieron el Levante mediante el Acuerdo de Sykes-Picot en 1916. Los diferentes mandatos consiguieron su independencia pocas décadas después, volviéndose a plantear la unificación de los árabes. La Declaración Balfour de 1926 fue una herida de muerte para la incipiente nación. Desde entonces, las intenciones panarabistas de crear un estado soberano para el Sham han colapsado.

En ocasiones se excluye del concepto a la región siria de Al-Jazirah por diferencias culturales entre ambas regiones. En cambio, se incluye también la península del Sinaí, dado que desde tiempos ancestrales se han establecido allí tribus beduino provenientes del Sham.

Se podría usar la denominación Levante mediterráneo (del latín, Levans del verbo levare, haciendo referencia a oriente, por donde se levanta el sol) o simplemente el Levante, aunque ésta tiene un uso más geográfico que político o social. El término se empezó a usar en Europa en el siglo XVI, sobre todo tras crearse la Compañía de Levante en Francia (Compagnie du Levant) y su antecesora inglesa, la Levant Company. De este nombre derivan el mar Levantino, el árabe levantino o la cocina levantina.

En árabe existe Máshreq ( مَـشْـرِق‎, Al-Mashriq «por donde amanece») con el mismo significado que Levante, aunque hace referencia a Siria e Irak, y más extensamente a todo Oriente Medio.

La mención más antigua del nombre «Siria» es del siglo VIII a. C. en una inscripción bilingüe en jeroglífico luvita y lengua fenicia. En esta inscripción, la palabra luvita Sura/i se tradujo al fenicio como ʔšr («Asiria»).[2]​ Para Heródoto, en el siglo V a. C., Siria se extendió hacia el norte hasta el río Halys (el moderno río Kızılırmak) y por el sur hasta Arabia y Egipto.

«Siria» deriva de la antigua denominación griega para los sirios (en griego, Σύριοι Syrioi), que los griegos aplicaron sin distinción a los diferentes pueblos del Cercano Oriente que vivían bajo el gobierno de Asiria. Las investigaciones moderna confirman que la palabra griega se remonta a su cognado Ἀσσυρία, Asiria, en última instancia derivado de la palabra acadia Aššur.[3]

La pronunciación árabe clásica de Siria es Sūriya (a diferencia de la pronunciación árabe estándar moderna Sūrya). Esta denominación rara vez se usaba entre los musulmanes antes de finales del siglo XIX, pero sí entre los cristianos. Según la Iglesia ortodoxa siríaca, «sirio» quería decir «cristiano» en el cristianismo primitivo. En Europa, «sirio» hacía referencia a los Cristianos siriacos, como Efrén de Siria. Tras la declaración de la República de Siria en 1936, el término «sirio» pasó a designar a los ciudadanos de ese estado, independientemente de su origen étnico.

El adjetivo «siríaco» (en árabe: suryāni سُرْيَانِي ) ha sido usado desde entonces como etnónimo de los cristianos siriacos, para evitar la ambigüedad. Actualmente, el término árabe Sūriya se refiere al estado moderno de Siria, a diferencia de la Siria histórica, pero esa distinción no fue tan clara hasta mediados del siglo XX. Los movimientos panarabistas que reivindican la unidad de la región la llaman Gran Siria o Siria-Palestina, haciendo referencia a la unión de estos dos países.

Algunos investigadores apuntan a que Sham proviene de Baalshamin (en arameo, Ba'al Šamem, lit. «Dios de los cielos»)[4][5]​ fue un dios de los semitas de Canaán o Fenicia y la antigua Palmira.[6][7]​ Aquí Sham se refiere al cielo (tanto al firmamento como a la providencia divina). En árabe, shams significa sol, y en hebreo, sham ( שָׁמַ) deriva del acadio šamû que significa «cielo».[8]​ Por ejemplo, la palabra hebrea para el sol esshemesh, donde «shem» de shamayim (acadio: šamû) significa «cielo» y esh (acadio: išātu) significa «fuego», es decir, fuego del cielo.

Otras fuentes indican que el término etimológicamente significa «tierra a mano izquierda», refiriéndose al hecho de que para alguien en el Hejaz (donde está La Meca) que mire hacia el este, el norte (Siria) está a la izquierda (Por ello también el nombre de Yemen (اَلْـيَـمَـن al-Yamān, la derecha). Sham proviene de la raíz semítica ش ي م (Š-Y-M). Ésta hace referencia a lo desafortunado o lo izquierdo, opuestamente a derecha o lo correcto. También se escribe alternativamente como شأم y شآم.

El nombre de Bilad al-Shām también hace referencia a su capital histórica, Damasco, conocida coloquialmente entre los árabes como ash-Shām.[9]​ El adjetivo derivado shāmī (m) - shāmiyya (f) alude a los habitantes tanto de Damasco como del país de Sham. Al empezar por una consonante solar, el artículo al- pasa a sonar como la consonante, en este caso Sh /ʃ/. Por ello, aunque se escriba como al-Sham, se debe leer /aʃʃam/.

La denominación Gran Siria (en árabe: سُوِرِيَّة الْكُبْرَى‎, Sūriyyah al-Kubrá), también como Siria Natural (en árabe: سُوْرِيَّة الطَّبِيْعِيَّة‎, Sūriyyah aṭ-Ṭabī‘iyyah) es un concepto surgido desde el nacionalismo árabe o panarabismo a partir de la partición del imperio Otomano en 1918, cuando las clases intelectuales del mundo árabe buscaban la unidad y soberanía de todos los árabe parlantes. En este contexto, cogió fuerza la idea de crear una «Gran Siria» sobre la Administración del Territorio Enemigo Ocupado, gobernada por Francia y se declaró el efímero estado del Reino Árabe Unido de Siria (1919-1920) bajo el reinado del Hachemí Fáysal ibn Husáyn. El recién proclamado reino fue derrotado por los franceses en la Guerra Franco-Siria (en julio de 1920), abortando el estado árabe. En consecuencia, el área se repartió entre Francia y Reino Unido creando el Mandato francés de Siria, el Mandato francés del Líbano, el Mandato británico de Palestina y el Emirato de Transjordania. De aquí surgieron las actuales fronteras. Siria alcanzó su independencia en 1946.

Heródoto usa la palabra Συρία del griego antiguo para referirse al tramo de tierra del río Halys (río Kızılırmak), incluyendo a Capadocia (Historias, I.6) en la Turquía actual hasta el Monte Casio (actual Ras Kouroun), que Heródoto dice que se encuentra justo al sur del lago Serbonis (Historias, II.158 y III.5). Heródoto describe a Siria incluyendo todo el tramo de la línea costera fenicia, así como ciudades como Cadytis (Jerusalén).[10]

En griego Syria y Assyria se usaban indistintamente, pero en el Imperio Romano, Syria y Assyria se acabaron usando para referirse a dos espacios geográficos diferentes. «Siria» en el período del Imperio Romano se refirió a aquellas partes del Imperio situadas entre Asia Minor y Ægyptus, es decir, el Levante, mientras que Assyria era parte del Imperio Persa que muy brevemente estuvo bajo el control romano (116–118 d.C. marcando el pico histórico de la expansión romana).

En el 64 a. C., Siria se convirtió en una provincia del Imperio Romano, conquistada por Pompeyo. Tenía a Anatolia al norte, Judea al sur y estaba en constante lucha con los partos del este. La provincia de Siria, con capital en Antioquía, abarcó el Levante norte. Plinio el Viejo consideró como parte de esta provincia los reinos de Comagena, Sofene y Adiabene, anteriormente conocidas como Asiria.[11]​ El nombre de Siria aparece escrito en el Nuevo Testamento.[12]​ En el 193 d. C., Siria-Palestina se dividió en Coele-Siria y Phoenice. En algún momento entre 330 y 350, se creó la provincia de Euphratensis a partir de territorio de Siria Coele y el antiguo reino de Comagena, con Hierápolis como capital.[13]

Tras el 415, Siria Coele se subdividió en Siria I, con la capital restante en Antioquía, y Siria II o Salutaris, con capital en Apamea a orillas del río Orontes. En el 528, Justiniano I creó la pequeña provincia costera de Teodorias a partir de territorio de ambas provincias.[14]

La Hégira se produjo en el 622, naciendo con ella el Islam. La región se anexó al Califato Rashidun (también llamado Ortodoxo), tras la decisiva victoria musulmana sobre el Imperio Bizantino conocida como Batalla de Yarmouk (636). En ella, las tropas musulmanas, dirigidas por el legendario militar Jálid ibn al-Walid, vencieron a las tropas de Heraclio en el río Yarmuk (hoy entre Siria, Jordania e Israel), propiciando la decadencia del Imperio Bizantino. El territorio pasó a llamarse ash-Shām, quizá de الشمال al-Shamāl («el Norte»). Al-Sham se dividió en cinco distritos militares; Jund Dimashq (para el área de Damasco), Jund Ḥimṣ (para el área de Homs), Jund Filasṭīn («Palestina»), Jund al-Urdunn (para Jordania) Jund Qinnasrin.

Durante el reinado de Muawiya I (661-680, califa Omeya),[15][16]​ la capitalidad se traslada de Kufa a Damasco, a pesar de que esta ciudad era predominantemente cristiana aramea. Destaca también el califa Abd al-Málik, estratega político y militar que unificó la cultura árabe. Sobre las ruinas del Templo de Jerusalén mandó construir la Cúpula de la Roca, y su hijo mayor, Al-Walid, la Mezquita de los Omeyas o Gran Mezquita de Damasco (ا جامع الأموي, Djamia al-Umaui), originalmente una catedral a San Juan Bautista.[17]​ La dinastía Omeya supuso una época de esplendor de la ciudad de Damasco. Fue la capital del Califato Islámico, hasta el ascenso del Califato Abasí.[18][19][20]

La población del Levante se estima en aproximadamente 50 millones, distribuidos en cuatro países después de Sykes-Picot y el cuarto estado después de la Declaración Balfour, un conflicto entre israelíes y palestinos, donde Palestina se dividió entre ellos y el Estado de Israel fue establecido por un lado y Cisjordania y la Franja de Gaza por el otro. La población de Jordania se estima en 7,008,271 (según estimaciones de julio de 2013). Según las estadísticas de 2010 , la población de Siria se estima en unos veintidós millones y medio, con una tasa de crecimiento natural del 1,9% anual, un aumento de medio millón de personas cada año.  En cuanto al número de la población del Líbano , según la estimación de las Naciones Unidas para el año 2008 alrededor de 4.099 millones de personas. En cuanto a la Palestina histórica, la población de Israel era de aproximadamente 7,41 millones, según estimaciones en 2008 , Cisjordania tenía alrededor de 4.018.332 en 2007, y la Franja de Gaza se estimó en 1.449.221 en 2009.  Aproximadamente el 90% de la población de Siria son árabes, mientras que los kurdos constituyen el 8% de la población, y el porcentaje restante se distribuye entre otras minorías como armenios , turcomanos , circasianos y siríacos de todas sus ramas, además de otras minorías nacionales expatriadas.  Aproximadamente el 53,5% de la población total reside en ciudades,

En la región se concentran múltiples lugares de significancia religiosa, en especial para las religiones abrahámicas (judaísmo, cristianismo y islam) y el bahaísmo.

Peregrinación:



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