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República Libanesa



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Líbano (en árabe, لبنانLebnān), oficialmente la República Libanesa (en árabe, الجمهوريّة اللبنانيّةAl-Ŷumhūriya Al-Lebnāniya), es un país en Oriente Próximo que limita al sur con Israel y al norte y al este con Siria, y está bañado por el mar Mediterráneo al oeste. En las ciudades de Baalbek, Tiro y Biblos existen los templos romanos y santuarios fenicios más antiguos conservados. El idioma oficial es el árabe, ya que es el idioma más hablado por los ciudadanos del Líbano. Posee uno de los IDH más altos de la región, siendo el séptimo más alto del mundo árabe. Es un país influido por muchas culturas y esto se refleja en la diversidad de la arquitectura y la sociedad. En Beirut existe la influencia arquitectónica propia de países árabes, con grandes mezquitas para la población musulmana, y a la vez grandes iglesias maronitas u ortodoxas para cristianos, y rascacielos modernos.

Fue parte del Imperio otomano desde 1516 hasta 1918, cuando este se derrumbó al final de la Primera Guerra Mundial. Después, las cinco provincias que constituyen al Líbano moderno estuvieron bajo el Mandato francés. Los franceses expandieron las fronteras de la Gobernación del Monte Líbano, poblada por maronitas y drusos para incluir a más musulmanes. Líbano ganó la independencia en 1943, estableciendo un sistema político único, el Confesionalismo, un tipo de consociativismo entre comunidades religiosas. Se consideran Bechara El Khoury, primer presidente de Líbano, Riad Al-Solh, primer primer ministro de Líbano y Emir Majid Arslan II, primer ministro de Defensa, como los tres fundadores de la moderna República del Líbano y héroes nacionales por haber logrado la independencia. Las tropas extranjeras se retiraron completamente del país el 31 de diciembre de 1946.[5]​ Hasta los años 1970, el Líbano era el centro financiero de Oriente Próximo, lo que le valió el sobrenombre de la Suiza del Oriente Próximo. Sin embargo, su importancia económica se desintegró con la guerra civil libanesa de 1975-1990, que destruyó el equilibrio político. Desde 1973 es miembro de la Organización Internacional de la Francofonía.

A mediados de 2006, el país había recuperado un considerable grado de estabilidad y desarrollo, la reconstrucción de Beirut estaba casi completa[6]​ y un número creciente de turistas volvía al país.[7]​ Sin embargo, en el verano de 2006 se desató la guerra del Líbano, de un mes de duración, entre el ejército de Israel y Hizbulá, que causó un gran número de bajas civiles e importantes daños en la infraestructura del país. El 14 de agosto se alcanzó un alto al fuego tras un llamamiento al fin de las hostilidades del Consejo de Seguridad de la ONU.[8]

Desde entonces, el país vive una inestabilidad casi constante, por guerras y conflictos internos o externos (conflictos de países cercanos como Siria, Israel o Palestina). A pesar de ello, su capital Beirut vuelve a ser uno de los centros financieros, económicos y comerciales más grandes y modernos, y una de las ciudades más vanguardistas y occidentalizadas del Oriente Próximo. Líbano es un país muy desigual, donde el 1% más rico posee el 40% de la riqueza.[9]

El Líbano, heredero de Fenicia y crisol histórico de comunidades cristianas y musulmanas, fue ocupado por el Imperio otomano en el siglo XVI. La muerte de 12 000 cristianos en la guerra entre estos y los drusos en 1860 provocó el desembarco de tropas francesas para proteger a los cristianos maronitas. Tras la derrota turca en la Primera Guerra Mundial, el protectorado de Francia se prolongó hasta 1943, año en que el país se constituyó como Estado (si bien había proclamado su independencia el 26 de noviembre de 1941, pero ésta no fue reconocida hasta dos años más tarde). En 1946 las tropas francesas abandonaron el Líbano.

En 1958 estalló la guerra civil entre musulmanes panarabistas influidos por el presidente egipcio Nasser y fuerzas del Gobierno libanés del cristiano Camille Chamoun, a cuyo requerimiento desembarcaron tropas estadounidenses en Beirut.

En 1970 la OLP se instaló en Beirut, expulsada de Jordania, y aumentó los ataques sobre Israel desde el sur del Líbano.

En 1975 comenzó la guerra civil libanesa entre las comunidades cristiana maronita y musulmana, al atacar fuerzas falangistas cristianas a las guerrillas palestinas de la OLP. En 1976, tras el incremento de las matanzas (de palestinos por parte de fuerzas cristianas en Karantina y Tel el-Za'atar, y de cristianos por parte de fuerzas palestinas en Damour), las fuerzas de paz de la Liga Árabe interviene con treinta mil soldados, por petición del Parlamento Libanés durante la presidencia de Suleiman Frangieh; ocuparon todo el país salvo el extremo sur para después retirarse dejando a cargo al ejército sirio. Con la Operación Litani en 1978, el ejército israelí invade el sur del Líbano y ocupa una zona de 700 km². Balance: 1186 muertos civiles, 285 000 desplazados, 82 pueblos profundamente afectados y 6 totalmente destruidos.[10]​ El mismo año las Naciones Unidas enviaron una fuerza multinacional, la (FPNUL), al sur del Líbano; el ejército sirio bombardeó el sector cristiano de Beirut (Beirut Este). Entre 1980 y 1981 se incrementaron los choques entre las fuerzas israelíes, milicias libanesas apoyadas por Israel y la OLP en el sur del país.

En 1982 Israel invadió el sur del Líbano para expulsar a las guerrillas de la OLP, dirigidas por Yasir Arafat, atacando a las fuerzas sirias en el valle de la Bekaa y asediando el sector musulmán de Beirut (Beirut Oeste); fuerzas estadounidenses, francesas e italianas fueron estacionadas en la capital para ayudar en la evacuación de unos once mil miembros de la OLP; tras la salida de las tropas internacionales de Beirut, el ejército israelí ocupó el sector musulmán de la ciudad (Beirut Oeste) y los israelíes permitieron la entrada de fuerzas falangistas cristianas que cometieron las masacres de los campos de refugiados palestinos de Sabra y Chatila (Beirut), lo que fuerza la retirada israelí de Beirut Oeste y la vuelta de las fuerzas estadounidenses, francesas e italianas. La Operación Paz para Galilea y el asedio de Beirut causaron cerca de veinte mil muertos civiles libaneses y palestinos y medio millón de desplazados.[10]​ En mayo de 1983, Israel y el Líbano alcanzaron un acuerdo para retirar las tropas israelíes. Finalmente, en mayo de 2000, Israel retiró por decisión unilateral todas sus tropas del sur del Líbano confiando que FINUL evitaría futuros ataques de Hezbolá contra su territorio.

El gobierno libanés no logró hacer cumplir la resolución 1559 del Consejo de Seguridad de la ONU que obligaba a desarmar a las milicias armadas libanesas y tomar el control de su frontera sur, controlada por Hezbolá para proteger la frontera con Israel. En julio de 2006, tras una incursión fronteriza de Hezbolá en territorio israelí que se saldó con la muerte de ocho soldados israelíes y la captura de dos más, se produce la crisis israelo-libanesa de 2006 con el bombardeo de gran parte de la infraestructura del país destruyendo gran parte de ella y una respuesta armada de Hezbolá con armas provistas por Irán y Siria sobre las ciudades del norte de Israel, dejando patente una vez más la injerencia de fuerzas militares extranjeras en los asuntos internos libaneses.

Citando datos del gobierno libanés, el día 6 de agosto, ACNUR informó de que 550.000 desplazados han sido acogidos por familias, 130 000 se encuentran en refugios improvisados, y cerca de 200 000 han cruzado la frontera con Siria.[11]​ También impera una grave crisis económica. En agosto una resolución de la ONU decide incrementar la fuerza multinacional FPNUL y se llega a un acuerdo de cese de violencia con la economía e infraestructuras destruidas y unos 1271 muertos libaneses.

Líbano sufrió ataques terroristas que dejaron como saldo 43 víctimas mortales y 200 heridos, tras la explosión de dos bombas en la zona de Burj al-Barajneh (Beirut), bastión chiita y de Hezbolah. El atentado ha sido reivindicado por el Daesh, contra el que Líbano está luchando en la vecina Siria.

El 4 de agosto de 2020, dos explosiones en un almacén con 2750 toneladas de nitrato de amonio en el Puerto de Beirut dejaron más de 135 muertos, 5000 heridos y varios desaparecidos.[12]​ A causa de las fuertes protestas por la precaria situación económica del país, por la corrupción y por las explosiones, la totalidad del Gobierno del Líbano dimitió el 10 de agosto de 2020.[13]​ En la actualidad el país se encuentra sumergido en una profunda crisis política, económica y social, con escasez de productos alimentarios y falta de recursos energéticos, viviéndose una de las situaciones más duras de la corta pero intensa historia del estado libanés.[14]

El 10 de septiembre de 2021, tras 13 meses sin gobierno, el empresario suní Nayib Mikati tomó el poder del gobierno libanés, con el objetivo de buscar una solución a la crisis económica del país y frenar las graves carencias de combustibles y electricidad con las que cuenta el país.[15]​ Una de las primeras medidas del nuevo gobierno fue la negociación de un paquete de ayudas económicas con el Fondo Monetario Internacional.[16]

La República del Líbano todavía se rige según la Constitución de 1926, reformada con posterioridad y revisada en profundidad en 1990 por la ONU. Según la Constitución, la Asamblea de Representantes (Majlis al-Nuwab en árabe, "Le Parlement" en francés) es el cuerpo legislativo. Se elige por periodos quinquenales por el pueblo libanés mediante sufragio universal. La Asamblea de Representantes es multirreligiosa.[17]

El poder ejecutivo recae sobre el presidente de la República Libanesa, el cual nombra para tal función al primer ministro y al resto de miembros del Gabinete, el cual es quien ejerce dicha función, reservándose el presidente de la República amplias competencias.[17]

Por ley, el cargo de presidente de la República debe ser ocupado siempre por un cristiano maronita, el de primer ministro por un suní y el de presidente de la Asamblea de Representantes por un chiita, con el fin de que ninguna minoría del país pueda quedar discriminada por el gobierno.[17]

El símbolo del país es el cedro, cuyos bosques cubrían todo el Líbano en la Antigüedad y cuya madera era uno de los principales productos de exportación ya en tiempos de los fenicios. El cedro preside de forma solitaria tanto la bandera como el escudo nacional.

En materia de derechos humanos, respecto a la pertenencia a los siete organismos de la Carta Internacional de Derechos Humanos, que incluyen al Comité de Derechos Humanos (HRC), Líbano ha firmado o ratificado:

El Líbano está dividido en ocho gobernaturas (muḥāfaẓāt, sing. muḥāfaẓa); desde 1 de julio de 2003 el país cuenta con dos provincias nuevas, Baalbeck-Hermel en el Líbano del este y Akkar en el Líbano del norte, sumando el total de las ocho mencionadas.,[28]​ que a su vez se dividen en 25 gastar.

El Líbano es un Estado de Oriente Próximo, al oeste de Asia, situado junto al mar Mediterráneo, que baña sus costas occidentales. Al norte y al este, el Líbano da paso a las tierras semidesérticas de Siria, y al sur la estrecha frontera del país se encuentra con los límites de Israel.

Básicamente el relieve libanés, bastante montañoso, puede dividirse en cuatro grandes unidades estructurales, que se suceden de oeste a este; primero, una franja costera bastante estrecha, donde se asientan los núcleos de población caliza con altitud máxima superior a los 3000 m sobre el nivel del mar; en tercer lugar, la depresión sinclinal de la Bekaa; y finalmente, la cordillera del Antilíbano, que constituye el límite natural con Siria. En la franja costera se escalonan una serie de terrazas formadas en el Pleistoceno que se elevan hasta 100 metros sobre el nivel del mar. La cordillera del Líbano, más elevada en el norte que en el sur, alcanza su altitud máxima, y la de todo el país, en el Kurnat as-Sauda (3088 m). El Antilíbano, más al este, se levanta hasta los 2814 m en su prolongación meridional. En ambas cordilleras predominan las calizas mesozoicas del Jurásico y del Cretácico, ya que formaban un sistema único que fue dividido en dos por el proceso de formación del Valle del Gran Rift. La parte hundida corresponde a la depresión de la Bekaa, y se extiende entre los 800 y 1200 m de altitud.

El clima del Líbano está influido por dos factores: el relieve y la proximidad o lejanía del mar. Se distinguen, por tanto, un clima costero, bastante árido y templado, de caracteres netamente mediterráneos, uno de montaña y uno árido y seco, más al este. En Beirut, la pluviosidad anual oscila entre 800 y 900 mm, y los promedios de temperatura de enero y agosto son de 14,4 °C y 25,6 °C, respectivamente, y en la vertiente oeste de la cordillera del Líbano se alcanzan los 2000 mm anuales. La fosa sinclinal es mucho más seca, con menos de 400 mm de lluvias al año. El litoral tiene un clima mediterráneo con inviernos suaves y veranos largos y cálidos. En Beirut la temperatura oscila entre 23° y 32 °C en agosto y 11° y 17 °C en enero. En la montaña los inviernos son fríos, con frecuentes heladas.

El bosque cubre el 0,7 % de la superficie total del país. La vegetación es típicamente desértica en la franja costera y también, en general, en las regiones poco elevadas; según el tipo de suelo predomina la maquia o la garriga. Los abetos y los cedros se encuentran en algunos parajes de montaña situados entre los 10 y los 20 m, con hayas, abetos y cedros en los montes del norte; frondosos bosques de pinos y encinas cubren las vertientes de los montes meridionales.

Según WWF, el territorio del Líbano se reparte entre dos ecorregiones de bosque mediterráneo en función de la altitud: el bosque del Mediterráneo oriental en las zonas bajas y el bosque montano de Anatolia meridional en las más elevadas.

Con respecto a la hidrografía los ríos, en general, tienen régimen torrencial; los dos más importantes del país, el Leontes Litani y el Orontes Assi, tienen aguas perennes y bastante caudal.

La agricultura es de tipo mediterráneo —viñas, olivos, trigo, cebada, frutas, hortalizas, remolacha y tabaco— y supone el 12% de su PIB. La ganadería y la pesca tienen poco peso y se han reducido los valiosos bosques de cedro. Posee industria textil y refinerías de petróleo. El sector servicios, con el comercio como principal actividad, genera el 67% del PIB. La balanza comercial es muy deficitaria debido a los bajos recursos y la abultada deuda externa. En junio de 2009 se informa que el nuevo gobierno del Líbano deberá hacer frente a su abultada deuda externa.[29]​ Sin embargo, el Líbano tiene una alta proporción de mano de obra cualificada, similar a la europea, lo que la convierte en la más alta entre los países árabes.[30]​ La capital del país fue muy perjudicada por la guerra civil. Considerada en su momento como centro financiero en la región, actualmente sufre un gran proceso de reconstrucción y recibe gran cantidad de ayuda externa.

La crisis económica vivida por el país desde el año 2019 ha aumentado la pobreza entre los libaneses. Según un informe de Naciones Unidas, antes de la crisis el 30% de los ciudadanos de Líbano vivían bajo el umbral de la pobreza, cifras que aumentaron hasta el 78% en el año 2021.[31]

La agricultura es el sector económico menos popular atrayendo solo el 12% de la mano de obra total, contribuye aproximadamente el 11.7 % del PIB del país. Irónicamente es ideal para esta actividad ya que tiene disponibilidad de agua, fertilidad del suelo y la proporción más alta de tierra cultivable en el mundo árabe.

Líbano carece de las materias primas naturales y depende de los países árabes para obtener petróleo y el establecimiento de industrias productivas rentables, por lo que el foco de la fabricación del Líbano y la reinstalación de los productos importados. En 2004 el sector industrial fue del 26% de la fuerza de trabajo y ha contribuido al 21% del PIB.[32]​ De las industrias más importantes: la industria de alimentos, textiles, productos químicos, cemento, productos de madera, metal, joyería, refino de petróleo, y hay otros recursos naturales como la piedra caliza, mineral de hierro y sal.

La industria del turismo representa alrededor del 10% del PIB. Líbano consiguió atraer alrededor de 1.333.000 turistas en 2008, situándose así en el puesto 79 de 191 países. En 2009, The New York Times clasificó a Beirut como el primer destino turístico del mundo debido a su vida nocturna y hospitalidad. En enero de 2010, el Ministerio de Turismo anunció que 1.851.081 turistas habían visitado Líbano en 2009, un 39% más que en 2008. En 2009, Líbano acogió el mayor número de turistas hasta la fecha, eclipsando el récord anterior del país establecido antes de la Guerra Civil Libanesa. Las llegadas turísticas llegaron a dos millones en 2010, pero cayeron un 37% durante los primeros 10 meses de 2012, una disminución causada por la guerra en la vecina Siria. Arabia Saudita, Jordania y Japón son los tres países de origen más populares de turistas extranjeros al Líbano. La reciente afluencia de turistas japoneses ha causado el reciente aumento de la popularidad de la cocina japonesa en Líbano.

La mayoría de los sectores económicos más importantes del Líbano son del sector de servicios y en determinados sectores del turismo y los bancos. Su régimen capitalista y la ley de secreto bancario en el lugar atrajo el capital de muchos. Y la naturaleza de las atracciones del país y las actividades turísticas y culturales lo convierten en un imán para los turistas y de destino especial para los turistas desde el Golfo Arábigo, incluso durante las crisis. 65% de la fuerza laboral trabaja en el sector de servicios, este sector contribuye al 67,3% del PIB. Afectado a la economía libanesa, duramente afectados por la guerra civil que terminó en 1990. La economía ha mejorado rápidamente, en el año 2006, registró activos de los bancos más de $ 75 000 millones[33]​ también registró aumento de turistas al 49,3% en comparación con 2005, alcanzando el valor de invertir en el mercado hasta el 10,9%, pero el ataque del año julio de 2006 destruyó la economía del Líbano, en particular el sector del turismo,[34]​ pero que el turismo volvió a niveles altos desde el verano de 2007.

El aeropuerto Rafic Hariri, (anteriormente conocido como Aeropuerto Internacional de Beirut) es el único comercial existente en el país, es junto al puerto de Beirut las principales puertas de entrada al Líbano, posee diversas conexiones a Europa, África y Asia. Es el eje central de la línea aérea nacional del Líbano, Middle East Airlines (MEA). El Aeropuerto es moderno y atiende la demanda de grandes empresas del mundo, sirve de escala para los vuelos que vienen del occidente y van hacia el Medio Oriente o Extremo Oriente, por él transitan 4,085,334 aproximadamente según un censo realizado en el 2008. El Líbano posee pocos aeropuertos, siendo que algunos de ellos son bases aéreas militares

Los puertos de Beirut y Trípoli son las principales entradas marítimas del Líbano. En el 2009 inauguró un moderno puerto tipo bahía en la ciudad de Jounieh, cercana a Beirut, principalmente para abarcar cruceros turísticos. Anteriormente el Puerto de Beirut era un centro obligatorio para las líneas marítimas que servían el Mediterráneo Oriental.

Existe un total de 6300 km de carreteras en Líbano. En Beirut, Jounieh y principales ciudades del país existen autopistas y avenidas amplias y pavimentadas, sin embargo en pueblos montañosos más distantes de la capital existen fallas en el estado del asfaltado de las carreteras.

La primera línea ferroviaria fue construida en 1895, cuando el país pertenecía al Imperio otomano, estableció una conexión entre Beirut y Damasco. En 1906 se construyó una segunda línea, que iba desde Riayk hasta Aleppo. La línea ferroviaria se destruyó durante la Guerra Civil Libanesa, el último viaje en tren se realizó en 1977. Desde el final de la guerra civil se quiere recuperar la red ferroviaria, pero hasta ahora nada se ha hecho.

El Líbano ha sido tierra de acogida de minorías perseguidas como los armenios (4%) y los palestinos (9,5%), asentados estos últimos en campos de refugiados. Tras el inicio de la Guerra Civil siria, Líbano fue uno de los países que mayor población de refugiados absorbió, aumentando el porcentaje de población musulmana en el país. Según el gobierno libanés, en torno a 1.500.000 de sirios viven actualmente en Líbano.[35]

El 90,1% de los libaneses se concentra entre las ciudades costeras. En Beirut vive más de un millón y medio de personas. Actualmente, la mayoría de los libaneses vive fuera de su país.

Millones de personas de origen libanés se extienden por todo el mundo, en su mayoría cristianos,[36]​ especialmente en América Latina.[37]Brasil es el país que tiene la mayor población de expatriados libaneses en el mundo. Seguido de demás países americanos como Estados Unidos, El Salvador, Honduras, Argentina, Colombia, México, Venezuela, Costa Rica,[38]República Dominicana, Ecuador, Paraguay entre otros.[39]​ Un gran número de libaneses que emigraron a África occidental, especialmente en Costa de Marfil (el hogar de más de 100 000 libaneses)[40]​ y Senegal (unos 30 000 libaneses) forman parte de la misma diáspora.[41]​ Algunos países angloparlantes tienen en sus ciudadanos y minorías a la libanesa como una de las más numerosas; en ese caso se destaca Australia, que es el hogar de más de 270 000 libaneses, Algunos países francófonos como Francia tienen más de 250,000 ciudadanos libaneses. Quebec, la provincia francófona del Canadá acoge a la comunidad más grande de libaneses dentro de los límites de Canadá y en Bélgica y Suiza 7000 y 5800 respectivamente. Otros países como Ecuador también tienen una importante población y tuvo dos expresidentes de origen libanés Abdalá Bucaram y Jamil Mahuad, la Miss Ecuador Constanza Báez Jalil, y el ex-vicepresidente Alberto Dahik. República Dominicana también tuvo dos presidentes de origen libanés, Jacobo Majluta y el actual presidente Luis Abinader, entre otras personalidades en el país. Entre los argentinos de origen libanés se destacan el actor Ricardo Darín y la empresaria textil y ex primera dama Juliana Awada. Colombia también tuvo un expresidente de origen libanés Julio César Turbay y una cantante con descendencia libanesa, la cantante Shakira.[42]​ Entre los mexicanos célebres de origen libanés están el multimillonario Carlos Slim, el actor y cantante mexicano Antonio Badú, la actriz y directora de cine Salma Hayek y el actor Mauricio Férez Yázbek, conocido como Mauricio Garcés.

El artículo 11 de la Constitución del Líbano afirma que «el árabe es el idioma oficial del país. Una ley determina los casos en los que se usará el francés».[43]​ La mayoría de los libaneses emplea el dialecto libanés del árabe, conocido como árabe libanés, mientras que el árabe estándar moderno se utiliza sobre todo en la prensa y los medios de difusión oficiales. Asimismo, muchos libaneses hablan con fluidez el francés, que es la lengua de la cultura y la comunicación. El inglés ya se ha convertido en la lengua más importante y propagada entre los jóvenes. El español también está presente pero con menos de 1% de la población, y es hablado básicamente por emigrantes a países de habla hispana y/o sus descendientes que han retornado al país. El 4% de la población habla el armenio porque hay una minoría de ese origen. Gracias a los mercados financieros asentados en Líbano, la nación se ha caracterizado por ser un país altamente comercial, en donde el conocimiento de varias lenguas extranjeras es usual en los círculos altos y medios de la población y por ello un 45% de los libaneses habla francés. Recientes estudios realizados por el gobierno muestran que los bilingües árabe-francés constituyen un 28,9% de la población. Se puede decir así que el Líbano es un país trilingüe, donde el árabe es la lengua materna y vernácula, el francés es la lengua cultural[44]​ y el inglés es la lengua utilizada para las comunicaciones con el exterior.

En el Líbano coexisten dos religiones: la cristiana y la musulmana. No existen datos oficiales de una proporción concreta de musulmanes y cristianos. Las fuentes que mencionan este dato son las siguientes: algunas fuentes como Euronews[45]​ o el diario español La Razón[46]​ cifran el número de cristianos en un 53% (2012), The New York Times lo cifra en «más del 30%».[47]​ Según el World Factbook de la CIA, de 2009, un 40% son cristianos, principalmente católicos (católicos maronitas, fundamentalmente, aunque también latinos, melquitas, armenios y caldeos) y ortodoxos. También existen comunidades protestantes, ortodoxos armenios y fieles de la Iglesia asiria del Oriente. Por último, un 6% son drusos.[48]​ Extrapolando datos de las elecciones generales de 2018, se obtendría una proporción de 63,6% de musulmanes (incluyendo drusos), 35,9% de cristianos y un 0,5% de judíos y otros.[49]

El Líbano es el país con mayor diversidad religiosa en Oriente Próximo.[50]​ Según cifras de 2014, el CIA World Factbook estima lo siguiente: musulmanes 54% (27% sunita, 27% chií), cristianos 40,5% (incluye 21% maronitas católicos, 8% griegos ortodoxos, 5% melquitas católicos, 1% protestantes, 5,5% otros cristianos), drusos 5,6%, además de un número muy pequeño de judíos, bahaíes, budistas, hindúes y mormones. Extrapolando datos de las elecciones generales de 2018, la población libanesa se compondría de un 28,8% de suníes, un 28,4% de chíies, un 19,5% de católicos maronitas, un 6,9% de ortodoxos griegos, un 5,5% de drusos, un 4,6% de católicos griegos, un 2,4% de ortodoxos armenios, un 0,8% de alauíes y un 3% de otras minorías.[49]​ Un estudio realizado por el Centro de Información del Líbano y basado en los números de registro de votantes muestra que para 2011 la población cristiana era estable en comparación con la de años anteriores, representando el 34,35% de la población; Los musulmanes, incluidos los drusos, eran el 65,47% de la población. La Encuesta Mundial de Valores de 2014 puso el porcentaje de ateos en el Líbano en 3,3%.[51]

Se cree que ha habido una variación en la proporción de cristianos y musulmanes en los últimos 60 años, debido a las mayores tasas de emigración de cristianos y una mayor tasa de natalidad en la población musulmana. Cuando se realizó el último censo en 1932, los cristianos constituían el 53% de la población del Líbano. En 1956, se estimó que la población era 54% cristiana y 44% musulmana. La llegada de refugiados sirios al país ha aumentado el porcentaje de población musulmana en el país.

Un estudio demográfico realizado por la firma de investigación Statistics Lebanon encontró que aproximadamente el 27% de la población era sunita, 27% chiita, 21% maronita, 8% ortodoxa griega, 5% drusa, 5% melquita y 1% protestante, y el 6% restante pertenece principalmente a denominaciones cristianas más pequeñas, no nativas del Líbano.[52]

La cultura del Líbano tiene raíces principalmente árabes, fenicias y arameas, con una importante influencia occidental, principalmente francesa. El Líbano es un territorio que ha sido habitado por muchos pueblos y culturas durante miles de años. Los libaneses provienen técnicamente de muchos pueblos (fenicio, asirio, griego, romano, europeo y árabe). La Biblioteca Nacional se encuentra en fase de reconstrucción tras las dos últimas guerras.

La cultura local refleja el legado de varias civilizaciones que abarcan miles de años. Originalmente hogar de los fenicios cananeos, y posteriormente conquistado y ocupado por los asirios, persas, griegos, romanos, árabes, fatimíes, cruzados, turcos otomanos y, más recientemente, la cultura francesa y libanesa ha dominado milenios evolucionaron tomando prestado de todos estos grupos. La diversa población del Líbano, compuesta por diferentes grupos étnicos y religiosos, ha contribuido aún más a los festivales, estilos musicales y literatura del país, así como a la cocina. A pesar de la diversidad étnica, lingüística, religiosa y confesional de los libaneses, "comparten una cultura casi común".[53]​ El árabe libanés se habla universalmente, mientras que la comida, la música y la literatura están profundamente arraigadas "en normas mediterráneas y levantinas árabes más amplias"[53]

En literatura, Khalil Gibran es uno de los poetas más vendido de todos los tiempos.[54]​ Es particularmente conocido por su libro El profeta (1923), que ha sido traducido a más de veinte idiomas diferentes y es el segundo libro más vendido en el siglo XX detrás de la Biblia.[55]

Ameen Rihani fue una figura importante del movimiento literario mahjar desarrollado por los emigrantes árabes en América del Norte y uno de los primeras teóricos del nacionalismo árabe. Mikha'il Na'ima es ampliamente reconocido como una de las figuras más importantes de las letras árabes modernas y uno de los escritores espirituales más importantes del siglo XX. Varios escritores libaneses contemporáneos también han alcanzado el éxito internacional; entre ellos, Elías Khoury, Amin Maalouf, Hanan al-Shaykh y Georges Schehadé.

La gastronomía libanesa es el conjunto de platos y de costumbres culinarias de los habitantes del Líbano, esta cocina es extraordinariamente diversa y posee especialidades propias y adaptadas de los diferentes países de su entorno. Con alimentos frescos y sabrosos, junto algunas especias, los libaneses han adaptado lo mejor de la cocina turca y la árabe aderezándolo con un aire de la francesa. La gastronomía libanesa utiliza principalmente la carne de cordero, teniendo entre sus platos más conocidos en el mundo la diversidad de Kibbeh, se prepara crudo, (Kibbeh nayeh) al horno, frito, en diversas formas, la más usual es el Kibbeh relleno, que tiene forma ovalada, está relleno de carne con cebolla y piñones.

La meze, consiste en una serie de platos que son ordenados en restaurantes, o servidos para recibir visitas que consisten en distintas cremas de vegetales tales como el garbanzo (hummus), yogur seco (labne), en algunos casos el pimentón asado con nueces ,muhammara, que lleva algo de picante (herencia siria), y el babaganoush, a base de berenjenas asadas. Adicionalmente en el mezze hay carne cruda, el famoso Kibbeh nayeh que es carne fresca magra de vacuno mezclada con bulgur, sal y pimienta de Jamaica al gusto, también incluye ensaladas como son el tabuleh y el fatush, el kibbeh, carnes asadas y frituras diversas, entre otras cosas. Cabe resaltar que el Kibbeh es el plato nacional del Líbano. También se consumen las dolmas, hojas de parras rellenas, zapallitos rellenos , y una diversidad de platos que llevan arroz y carne. Uno de los más populares es el Maklube. Mucha de la gastronomía libanesa se consume con pan pita y labne.

De los deportes de invierno más importantes está el esquí, realizado en más de seis zonas de montaña. En la flor del verano están las actividades marinas (natación, surf, vela) en las costas del Mar Mediterráneo y el montañismo y la exploración de cuevas. Otros deportes son: el balonmano, fútbol, tenis, baloncesto, voleibol, tiro con arco, rugby, ciclismo, atletismo, maratón, tenis de mesa, el esquí, la lucha, equitación, el Kickboxing, el Kung Fu, karate, esgrima, aikido, judo, el taekwondo, ajedrez, gimnasia, natación, boxeo, esquí acuático, levantamiento de pesas, bádminton, vela, tiro y pesca, Rally, patinaje sobre hielo, hockey, buceo y la natación en tipos, Tai Boxing Association, baile deportivo, campo de golf, squash, juegos como canoa y kayak en el mar, y juegos de cartas como Alleja, Trnib, arbatage y bridge, juegos de dados.



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