El Reino de Cerdeña fue el nombre de las posesiones de la casa de Saboya en 1720, cuando la isla de Cerdeña le fue obsequiada al rey Víctor Amadeo II de Saboya para compensar la pérdida de Sicilia a manos del Imperio austríaco en virtud del tratado de La Haya. Aparte de Cerdeña, el reino incluía Saboya, Piamonte y Niza; tras el Congreso de Viena en 1815 fue incluida Liguria, con su capital, la ciudad de Génova. Oficialmente su nombre completo era: Reino de Cerdeña, Chipre y Jerusalén, Ducado de Saboya y Monferrato, Principado del Piamonte.
Durante la mayor parte de los siglos XVIII y XIX, bajo el gobierno de la Casa de Saboya, su capital política y económica fue Turín. En 1860 Saboya y Niza fueron "cedidas" a Francia como pago por el apoyo francés en la guerra mantenida con Austria, dentro de la campaña de unificación italiana. En 1860, se convirtió en el principal de los reinos fundadores del Reino de Italia, después de lo cual convirtió sus territorios en provincias de este.
Desde su fundación ha tenido varios periodos de dominación:
Con la marcha de los bizantinos de las tierras de Cerdeña en la segunda mitad del siglo IX, los gobernantes locales consiguen hacerse con el poder de la isla. Esta queda dividida en cuatro Juzgados: Juzgado de Arborea, Juzgado de Cagliari, Juzgado de Gallura y Juzgado de Torres, que respondían a las administraciones establecidas inicialmente por los musulmanes y posteriormente por los bizantinos. No se conoce con precisión la fecha de creación de los juzgados (en sardo judicados, en italiano giudicati), que fueron cuatro regiones autónomas, pero su existencia se halla plenamente comprobada en el año 851, aunque es posible que su nacimiento sea anterior a esa fecha. Cada juzgado (Logudoro, Gallura, Arborea y Calaris) fueron gobernados por reyes o judiches (jueces en la traducción literal), que eran elegidos por el parlamento sardo llamado Corona de Logu.
Los juzgados se encontraban compuestos de un territorio o logu, dividido en varios curatorie dirigidos por los curatore (autoridades, principalmente judiciales), y se constituían de numerosos poblados llamados ville. Los curatores eran los encargados de designar al maiore (alcalde) o jefe del pueblo. Los juzgados se encontraban divididos en distritos administrativos, electorales y jurisdiccionales llamados curadorias o curatorias (curadurías) dirigidos por un curatore cuyo nombramiento tenía que ser aprobado por el giudici. El curatore era un funcionario del juzgado, y su mandato tenía un límite fijo de tiempo; tenía autoridad sobre las percepciones fiscales, sobre la acción judicial penal y civil, sobre los órganos de policía y sobre el reclutamiento militar. El de Cerdeña era un sistema administrativo muy arraigado y extremadamente eficaz para gobernar el territorio, pero desapareció paulatinamente durante el siglo XIV y sobre todo durante el siglo XV por la imposición del sistema feudal aragonés. Durante el período de los juzgados se desarrolló la lengua sarda, que se constituyó como el idioma más hablado en la isla. La Iglesia bizantina ortodoxa fue reemplazada por el catolicismo mediante la intervención del papa Gregorio I. Esta religión se extendió en toda la isla con excepción de la mayor parte de Barbagia.
La ayuda prestada por las Repúblicas Marítimas de Pisa y Génova permitió liberar a los sardos de numerosas incursiones sarracenas durante el siglo X y siglo XI, si bien ejercieron un gran control sobre la zona militarmente.
Así, a lo largo de la costa este de la isla, desde Cagliari hasta Gallura, se estableció una zona de protección pisana, mientras la zona norte de Porto Torres y de la propia isla de Córcega se encontraba bajo la influencia de Génova.
La injerencia política de Pisa y Génova en las actividades de los Giudici duró desde el siglo XI hasta el siglo XIV, transformándose lentamente los Giudicati en protectorados para terminar en colonias. Estas dos potencias marítimas se confrontarían permanentemente por el control total de la isla y por ello Cerdeña permanecería constantemente dividida. Los Papas mantuvieron siempre la confrontación pisano-genovesa, apoyando siempre a la parte más débil. Las familias más poderosas de ambas ciudades italianas se disputaron los territorios de los antiguos Giudicati. En 1258, desapareció el Giudicato de Cagliari, tomado por los pisanos. En 1265, Mariano de Serra era el único sardo con una investidura gubernamental, mientras que casi toda la isla se hallaba entregada al poder extranjero.
El reino de Arborea, el más fuerte y mejor organizado de los giudicati, permaneció independiente. Defendió con fuerza su independencia y en 1323 se alió con Jaime II de Aragón en una campaña militar contra Pisa y Génova que tenía por objetivo la creación del Reino de Cerdeña.
El Regnum Sardinae i Corsicae, en español Reino de Cerdeña y Córcega, fue creado en 1297 por el papa Bonifacio VIII para solucionar los conflictos entre la Dinastía Anjou y la Corona de Aragón sobre el Reino de Sicilia, conflictos originados a raíz de las Vísperas sicilianas. Así fue un reino de compensación, asignado a Jaime II de Aragón.
Cerdeña seguía no obstante sometida a grandes señores que llevaban el título de Judex (juez). La isla estaba dividida en cuatro juzgados bajo la influencia de las ciudades de Pisa y Génova. En 1323, Jaime II, forma una alianza con el Juzgado de Arborea, de origen catalán, y controla los juzgados de Cagliari y de Gallura, eliminando de la isla a los pisanos.
El control real no fue definitivo hasta principios de siglo XV, cuando Martín el Joven, rey de Sicilia y procurador de Cerdeña por orden del rey de Aragón Martín I, eliminó los juzgados de Arborea. La isla fue gobernada a partir de aquel momento en nombre del rey por un virrey.
Paradójicamente, el Reino de Cerdeña y Córcega, como fue ideado por el papa, solo consistiría del territorio de Cerdeña, pues aunque Aragón planeó la conquista de la isla de Córcega, sus propósitos nunca alcanzaron una conclusión favorable. Los monarcas aragoneses utilizaron por lo tanto solamente el título de rey de Cerdeña y durante un tiempo el de rey titular de Córcega.
Desde su fundación el Reino de Cerdeña tuvo dos capitales. Así, entre el 19 de junio de 1324 y el 10 de junio de 1326 la capital estaba situada en el Fortín de Bonaria, hoy en día situado dentro de la ciudad de Cagliari. El 10 de junio de 1326 la capital fue radicada a la propia ciudad de Cagliari, no obstante, el soberano siempre tenía su corte en ciudades como Barcelona, Zaragoza o Valencia. En la ciudad de Cagliari el rey estaba representado por un virrey.
Con el matrimonio entre los Reyes Católicos, Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla en 1469 y la posterior firma de la Concordia de Segovia, realizada en 1475, se establecen los primeros pasos para la unión definitiva de la Corona de Aragón y la Corona de Castilla bajo un mismo rey, pasando así mismo a este todos los dominios de ambos monarcas. Con Fernando II se reorganizó la administración y Cerdeña pasó a depender del Consejo de Aragón y del virrey.
Córcega nunca fue realmente conquistada y los reyes de Aragón dejaron de usar el título a partir del 19 de enero de 1479, momento en el cual el Consejo Superior de Aragón decide retirar del nombre oficial del Reino la mención de Corsicae.
El descubrimiento de América provocó que la isla viviera una fase de decadencia, ya que la navegación y el comercio en el Mediterráneo declinó en favor del Atlántico y de la recién descubierta América. Mientras que en Europa se producían grandes cambios culturales y económicos, en Cerdeña permaneció anquilosado el sistema feudal, uno de los rasgos más característicos de la dominación española. El dominio de la isla estaba en manos de la nobleza aragonesa, catalana y valenciana. Los efectos fueron particularmente nefastos para las zonas agrícolas, donde desaparecieron los antiguos propietarios mientras que la población más humilde, encargada de labrar el campo, vio agudizarse su miseria. A la extrema pobreza se añadieron epidemias de peste y cólera, que junto a la malaria que azotaba anualmente la isla resultaron en una disminución de la población.
Con la victoria del Tercio de Cerdeña, encabezado por Juan de Austria, en la batalla de Lepanto de 1571 contra Ali Pasha, y con la conquista temporal de Túnez en 1573, el Reino de Cerdeña se convirtió en el punto principal contra la expansión del Imperio otomano por el mar Mediterráneo. A partir de aquel momento toda la isla fue fortificada para prevenir cualquier ataque otomano, destacando los fortines de Alguer o Castelsardo.
En el contexto de la guerra del emperador Carlos V contra los musulmanes, Cerdeña se ubicó en el límite de las posesiones españolas y por ello fue provista de un sistema de defensa. De Cagliari zarparon grandes flotas españolas contra Túnez y Argel; no obstante, la costa sarda fue asaltada y saqueada en varias ocasiones en el siglo XVI por turcos otomanos, franceses y piratas berberiscos. A partir de 1572 se inició la construcción de torres de vigilancia en toda la costa, que a finales del siglo sumaban 82.
Con el inicio de la guerra de los Treinta Años en el Reino de Bohemia en 1618 entre católicos y protestantes, el cardenal Richelieu puso la vista en las posesiones de la Dinastía Habsburgo de España y Austria.
Durante este conflicto envíó una flota de cuarenta barcos, bajo la dirección de Enrique de Lorena, el 21 de febrero de 1637 para invadir Oristán, saqueando la ciudad durante una semana. Antes de la llegada de las milicias sicilianas y aragonesas, los franceses abandonaron precipitadamente la ciudad, olvidando sus estandartes que hoy en día todavía se conservan en su catedral.
El Reino de Cerdeña se mantuvo dependiente de la Corona de España en la Guerra de Sucesión Española, acabada en 1714. Todo así, la isla fue ocupada ese año por la Dinastía Habsburgo de Viena, que reclamaba la Corona Española y estaba enfrentada a Felipe de Anjou.
En 1714 pasó a ser una posesión formal, reconocida por el Tratado de Utrecht, del Imperio austríaco, y Carlos VI del Sacro Imperio Romano Germánico hizo efectiva su posesión, después de haber renunciado a cualquier reivindicación al trono español. En 1717, sin embargo, un cuerpo expedicionario español, enviado por el cardenal Alberoni, un poderoso ministro ibérico, ocupó la isla de nuevo. Fue solo un breve paréntesis que sirvió solo para refinar las dos partes filosóficas occidentales y de habla española en las que se dividió la clase dominante de Cerdeña. El año 1720 el emperador cambió la isla de Cerdeña por el Reino de Sicilia, dando origen al nuevo Reino de Cerdeña bajo la Dinastía Saboya, gobernantes del Ducado de Saboya.
La participación de Víctor Amadeo II de Saboya al lado del emperador Carlos VI del Sacro Imperio Romano Germánico y de los Aliados durante la Guerra de Sucesión Española le supuso, al acabar ésta y después de la firma del Tratado de Utrecht, la conversión del Ducado de Saboya en reino gracias a la anexión del Reino de Cerdeña.
Es considerado un déspota ilustrado y administra sabiamente todos los territorios del reino, poniendo en marcha una serie de reformas algunas de las cuales estaban muy avanzadas para su época, como la creación del catastro, si bien su reino padeció graves crisis económicas y de seguridad.
Inició una lenta recuperación económica gracias al comercio de vino, pero a mediados del siglo XVIII gracias al descubrimiento de los glaciares cerca de Chamoix por parte de los británicos William Windham y Richard Pecock esta zona se convirtió en un destino preferente para la aristocracia británica. Esto provoca que el incipiente turismo alpino se consagrase en 1786 con el ascenso a la cima de Mont Blanc por parte de Jacques Balmat.
El hijo del anterior, Carlos Manuel III de Cerdeña, participa activamente en dos guerras: la Guerra de Sucesión Polaca y la Guerra de Sucesión Austríaca. En esta última guerra no sale bien parado al sufrir la invasión de los franceses, en 1744 es derrotado en la batalla de Madonna dell'Olmo pero en 1747 consigue expulsar a los franceses con la victoria en la batalla dell'Assietta.
El 19 de septiembre de 1772 se establece el primer servicio postal del mundo y posteriormente moderniza los puertos de Niza y Villefranche-sur-Mer y lucha contra el bandolerismo.
El rey Víctor Amadeo III se alía con el Reino de España, el Sacro Imperio Romano Germánico y el Reino de Prusia para hacer frente a las embestidas de la Revolución Francesa, pero fue abatido por Napoleón Bonaparte en 1796 perdiendo sus posesiones en Piamonte: el Ducado de Saboya y el Condado de Niza.
En 1793 la Primera República Francesa organiza una tentativa de invasión de la parte insular del Reino gracias a que había mantenido en la zona consejeros y espías. La nobleza de la isla acepta la rebelión, siguiendo la denegación de Víctor Amadeo III de reconocer los estatutos sardos, los Estamentos (en italiano Stamenti). El 28 de abril de 1794 los reyes fueron expulsados, mediante un levantamiento republicano dirigido por el abogado Giovanni Maria Angioy. El rey Víctor Amadeo III murió en el exilio en 1796 pero consigue derrotar a los rebeldes cerca de Oristán. El abogado Angioy se refugia en Francia y la casa de Saboya consigue otra vez el control de la isla durante algunos meses, ejerciendo una represión muy dura.
La casa de Saboya, con toda su corte, se exilió en Cagliari que se convirtió en la nueva capital del reino hasta la restauración final de los estados de tierra firme (posesiones continentales del reino) en 1814.
El 10 de diciembre de 1798 se creó en Turín la República de Piamonte, siendo reconocida por los franceses que habían ocupado la ciudad. El 20 de junio de 1799, aprovechando la estancia de Napoleón en Egipto, las tropas austro-rusas conquistaron la ciudad de Turín y restauraron a Carlos Manuel IV de Cerdeña en su trono, pero un año después, Francia vuelve a ocupar la ciudad creando la República Subalpina. Esta república fue la primera en Italia en adoptar el sistema decimal del franco francés.
El 11 de septiembre de 1802 el Piamonte fue anexionado a Francia y se suprime la República Subalpina. Con la Restauración y con el Tratado de París del 30 de mayo de 1814, la Casa de Saboya fue restaurada en sus derechos y el 4 de enero de 1815, por el Congreso de Viena, la República Ligur fue anexionada al reino, para constituir un estado más grande para hacer frente a Francia.
El 2 de mayo de 1814 Víctor Manuel I de Cerdeña parte de Cagliari en dirección a Turín, donde el 19 de mayo entra triunfante y mediante el Tratado de París y el Congreso de Viena el poder de la Dinastía Saboya aumenta, consiguiendo crear un reino poderoso para hacer frente a cualquier intervención por parte de Francia. A Víctor Manuel, le fue cedida la antigua República de Génova, la que sería la sede de la armada sarda. Abolió los códigos napoleónicos, restauró la Constitución real de Víctor Amadeo II y restableció el derecho consuetudinario, fortaleció barreras a la aduana, se negó a otorgar una constitución liberal, confió al clero la educación, restableció la discriminación laboral y judicial contra los judíos y Valdense. Durante su estancia en Cagliari estableció el cuerpo de élite de los Carabineros y más tarde estableció el ministerio naval.
Tenía ambiciones expansivas hacia Lombardía, donde los sentimientos nacionalistas unionistas anti-austriacos se estaban desarrollando, promovidos en gran medida por la burguesía iluminista de los salones intelectuales de la ciudad, entró en conflicto con Austria. En marzo de 1821 estalló una Revolución Liberal, en gran parte obra de la carbonería, y los sentimientos anti austriacos de los conspiradores parecían coincidir con los del soberano. Pero Víctor Manuel no quiso otorgar la constitución liberal y en consecuencia el 13 de marzo de 1821 abdicó a favor de su hermano Carlos Félix.
En el año 1821 abdica Víctor Manuel I, el matrimonio con María Teresa de Austria-Este solo le proporciona herederos femeninos, esto trae consigo el ascenso al trono de su hermano, Carlos Félix I de Cerdeña. Después de reprimir la revolución de 1821, Carlos favorece la industrialización del país y el liberalismo, en política exterior Carlos Felix, a pesar de que tuvo en cuenta la posibilidad de expansión territorial, de hecho, no cultivó ningún objetivo expansionista y prefirió dedicarse a los intereses económicos y comerciales . Su matrimonio con la princesa María Cristina de Borbón-Dos Sicilias no tiene descendencia lo que trae un breve periodo de incertidumbre. Así en 1831 la sucesión recae en su primo Carlos Alberto I de Cerdeña, cabeza de la casa Saboya-Carignano. Este promulga el llamado Statuto Albertino, por el cual se concedía una constitución liberal al Reino siguiendo las líneas generales de las libertades francesas de la Revolución.
En 1848, después de los movimientos revolucionarios en Palermo, Mesina, Milán y en otras muchas partes de Europa, se inició la Primera Guerra de la Independencia declarada a Austria el 23 de marzo de 1848 por Carlos Alberto de Saboya, el jefe de la alianza del Reino de Cerdeña con los Estados Pontificios y el Reino de las Dos Sicilias.
Giuseppe Garibaldi, Giuseppe Mazzini y Giuseppe Elia Benza regresaron a Italia para participar de la revuelta, pero la Casa de Saboya no aceptó completamente que participaran en ella y la rebelión fue generalmente dirigida por los gobiernos.
Después de las victorias iniciales en Goito y en Peschiera del Garda, el Papa, preocupado por la expansión del Reino de Cerdeña en caso de victoria retiró sus tropas. También el Reino de las Dos Sicilias decidió retirarse, pero el general Guglielmo Pepe se negó a regresar a Nápoles y marchó a Venecia para participar en la defensa de la contraofensiva austríaca.
En efecto, Fernando II cambió la actitud preocupado por los acontecimientos revolucionarios que estaban desarrollándose en Sicilia y envió una delegación a Turín para alinearse con la Casa de Saboya y pedir ayuda para sofocar la revolución. Carlos Alberto, aunque era aliado de los napolitanos, mantuvo una posición cautelosa, lo que disgustó profundamente al Borbón.
Los Sardos fueron derrotados en la batalla de Custoza de 1848 y en la batalla de Novara 1849.
Estas derrotas trajeron la abdicación de Carlos Alberto I en favor de su hijo Víctor Manuel II de Cerdeña, el 23 de marzo de 1849.
En 1850 el Reino de Cerdeña se convirtió en el motor de la unificación italiana, gracias al ministro liberal Camillo Benso di Cavour y a la decisión de Víctor Manuel II.
Piamonte-Cerdeña participó en la Guerra de Crimea, aliada con el Imperio otomano, Reino Unido y la Segunda República Francesa contra el Imperio ruso. No resultó sencillo para Cavour obtener la autorización para tal expedición por parte del Parlamento de Turín: no se entendía la razón por la que soldados piamonteses debían combatir en una región remota donde Piamonte-Cerdeña no tenía intereses que defender. Pero Cavour logró su objetivo y las tropas piamontesas participaron activamente en la lucha en el lado de los vencedores, gracias a ello el Piamonte fue admitido a la mesa de negociaciones de paz como aliado de dos grandes potencias: Francia y Gran Bretaña. Así, Cavour logró su primera meta: llamó la atención de todas las potencias europeas sobre la «cuestión italiana»; después de ello para tener éxito tendría que haber conseguido interesar de modo especial a alguna de ellas.
En 1859, Francia ayudó a Cerdeña en su guerra contra el Imperio austríaco, desatando así la segunda guerra de independencia italiana, Napoleón III no respeta las promesas hechas a Cavour y anexiona a Francia la región de Lombardía. En 1860, sin embargo, Cerdeña consigue recuperar Lombardía de Francia pero pierde las regiones de Saboya y Niza. Además, durante la guerra estallaron insurrecciones en los ducados del norte, que pidieron y obtuvieron la anexión a Piamonte-Cerdeña, con lo cual se cumplió la primera fase de la unificación.
En la segunda fase se logró la unión del sur cuando Garibaldi, inconforme con el tratado entre Cavour y Napoleón, se dirigió a Sicilia con las camisas rojas, conquistándola y negándose a entregarla a los piamonteses; desde allí ocupó Calabria y conquistó Nápoles. En 1860 las tropas piamontesas llegaron a la frontera napolitana. Garibaldi, que buscaba la unidad italiana, entregó los territorios conquistados a Víctor Manuel II. Ya con la capital meridional tomada, el 8 de octubre, el gobierno piamontés emitió un decreto que indicaba un plebiscito a sufragio universal masculino en toda Italia para ratificar la unión al Piamonte. Los resultados dieron una contundente victoria a favor del Si a la unión y demostraron que el pueblo quería unirse al Piamonte, ser gobernados por el rey de la casa de Saboya e iniciar un nuevo periodo en una nación unida.
Con tales operaciones, termina la segunda fase de la unificación de Italia; pero quedaban separados del Reino de Cerdeña, Roma, gobernada por el papa, y el Véneto, en mano de los austríacos.
El 18 de febrero de 1861, Víctor Manuel II de Saboya se reunió en Turín con los diputados de todos los Estados que reconocían su autoridad, asumiendo el 17 de marzo el título de rey de Italia por gracia de Dios y voluntad de la nación. Fue reconocido por las potencias europeas a pesar de que violaba el Tratado de Zúrich y el de Villafranca que le prohibían ser rey de toda Italia.
El 17 de marzo de 1861 el Reino de Cerdeña pierde su carácter diferencial, integrándose dentro del Reino de Italia.
El nuevo reino de Italia se embarca en la tercera guerra de independencia contra Austria, en alianza junto con le reino de Prusia, con el objetivo de incorporar a Italia las regiones del Véneto y el Trentino, aún bajo control austriaco. El cese de las hostilidades se produjo después del Armisticio de Cormons, el 12 de agosto de 1866, seguido el 3 de octubre de 1866 en el Tratado de Viena. Así Italia consiguió anexionarse el Véneto, Víctor Manuel entró triunfal en Venecia, y realizó un acto de homenaje en la plaza de San Marcos.
En julio de 1870 comenzó la guerra franco-prusiana. A principios de agosto Napoleón III llamó para la guerra a la guarnición que defendía de un posible ataque italiano a los Estados Pontificios. Numerosas manifestaciones públicas demandaban que el gobierno italiano tomara Roma. El gobierno italiano no inició ninguna acción bélica directa hasta el derrumbamiento del Segundo Imperio francés en la batalla de Sedán. Víctor Manuel II le envió una carta a Pío IX, en la que le pedía guardar las apariencias dejando entrar pacíficamente al ejército italiano en Roma, a cambio de ofrecer protección al Papa. Pero esté se negó rotundamente. Al conocerse la negativa del Papado, batallones del Regio Esercito italiano, dirigidos por el general Raffaele Cadorna, cruzaron la frontera de los Estados Pontificios el 11 de septiembre y avanzaron lentamente hacia Roma, esperando que la entrada pacífica pudiera ser negociada, sin hallar resistencia apreciable a lo largo del camino. Los soldados italianos alcanzaron la Muralla aureliana el 19 de septiembre y sitiaron Roma.
Roma fue capturada por el Reino de Italia tras varias batallas y una guerra de guerrillas por parte de los zuavos pontificios y las tropas oficiales de la Santa Sede contra los invasores italianos. Así, la unificación italiana fue completada y poco después se trasladó la capital de Italia a Roma.
El Reino bajo la casa de Saboya era, según la ley sálica, una monarquía de carácter hereditaria y constitucional. El rey tenía el poder supremo y su persona se mantenía sagrada e inviolable, aunque esto no significa que no tendría que respetar las leyes.
Esto estaba representado bajo el estatuto albertino proclamado el 4 de marzo de 1848 por el rey Carlos Alberto de Saboya y se autodefine como la «Ley fundamental, perpetua e irrevocable de la Monarquía». Siendo el Estatuto Albertino una carta otorgada por el monarca (carta ottriata, del francés octroyée: concessa dal sovrano), su preámbulo cubre una importancia particular. También se debe notar como la carta no viene caracterizada como una Constitución. Desde sus inicios el estatuto se definió como una forma de monarquía constitucional, pero resultó ser una forma de monarquía parlamentaria, por lo tanto en vez de ser rígida, o sea, perpetua e irrevocable, era de naturaleza flexible (de hecho era fácilmente modificable con una ley ordinaria).
El Parlamento del Reino de Cerdeña, fue proporcionado por el Estatuto Albertino y se componía de dos cámaras:
El poder legislativo es ejercido colectivamente por el rey y dos cámaras: el Senado y la cámara de diputados.
El aula del Senado en 1848.
El aula de la Cámara de Diputados en 1848
Los códigos de Saboya, con la excepción del código civil, se extendieron provisionalmente al conjunto de Italia después de la unificación.
Finanza pública de los Estados italianos en 1860 (en millones de liras-oro)
(*)Bajo dominio austríaco
La agricultura se desarrolló intensamente y en gran medida. En Liguria el producto principal era el aceite de oliva, con una cosecha anual dio valor de cuatro o cinco millones de liras Piamontesas. En Monferrato sobresalió el vino y los cereales, mientras que la venta de arroz y seda de la llanura circumpadana (Novara) daba en productos, en promedio, más de cuarenta millones de liras.
La industria extractiva contaba con diversas minas metalúrgicas y minerales dispersas en todas las provincias del reino. En 1835 el trabajo de las industria extractiva eran cerca de veinte mil personas. Solo en Piamonte había 40 fábricas de papel, al que se añadió 4 en Saboya y 50 en Liguria. Hubo entonces la refinería de azúcar Carignano, fabricación de espejos y cristales de Domodossola y también en Saboya, maquinarías de hilar algodón y seda en Piamonte, Liguria y Saboya; la "fábrica de armas" en Turín y centenares de molinos.
En el período de la República de Ligur napoleónica se desarrolló el astillero Foce (Génova). Después de la anexión de Liguria a la dinastía de los Saboya se inició una nueva fase de desarrollo. El astillero fue ampliado y se extendió 70.000 m² en la orilla izquierda en la desembocadura del Bisagno; de propiedad municipal, que fue subcontratada primero por los hermanos Westermann, a continuación, por los hermanos Orlando, sicilianos afincados en Génova. Durante su gestión en 1862 , se construye un barco de hélice, el aviso "Vedetta", el primer buque militar con un casco de hierro construido en Italia, botado en 1866.
En 1853 y fue inaugurado en Génova Ansaldo, en sustitución de Taylor & Prandi, fundada en 1842 y que había cerrado por dificultades financieras.
La primera solicitud de estudio de una línea de ferrocarril en el Reino de Cerdeña fue en 1826, cuando algunos hombres de negocios genoveses, los señores Cavagnari, Pratolungo y Morro, presentaron la propuesta para unir a Génova con el Po, sin ningún resultado. El Piamonte después del proyecto abortado, vio un gran fervor por los ferrocarriles.
El 18 de julio de, 1844 , con la Carta de Patente real n ° 443, el rey Carlos Alberto ordenó la construcción del ferrocarril Turín-Génova vía Alejandría, a través de los Apeninos, que requirió la construcción del túnel que cruza Giovi, de 3265 metros de longitud, cuya excavación se llevó a cabo totalmente a mano, fue inaugurado el 18 de diciembre de 1853 y activado el 16 de febrero de 1854. Siguió a la apertura de otros ramales en Piamonte que, en 1859, habían conectado con las fronteras suiza y francesa y con la Austriaca del Lombardo-Véneto.
Detrás de impulso del conde de Cavour, con el fin de liberarse del monopolio Inglés en la industria, en 1853 fue fundada en Sampierdarena Ansaldo, industria mecánica, que en los años siguiente también comenzó la fabricación de locomotoras y material ferroviario.
La lira sarda o lira sardo-piamontesa fue la unidad monetaria del reino de Cerdeña hasta 1861. Cuando el estado piamontés ocupó el resto de estado pre-unitarios la moneda sarda sustituyó el sistema monetario de estos. Cuando el reino de Cerdeña se transforma en el reino de Italia, la lira sarda cambia a la lira italiana.
En casi todas las comunas hubo escuelas de educación primaria masculina, las escuelas femeninas estaban menos desarrolladas y estaban más abocadas a los conservatorios de monjas.
En escuelas secundarias, en 1840 el reino contaba con 286 institutos masculinos entre colegios reales, colegios comunales, escuelas latinas e internados (de todos solo 23 estaban en manos de órdenes religiosas), con lo cual el reino de Cerdeña era el estado pre-unitario con la mayor densidad de las instituciones educativas en relación con la población. La educación secundaria femenina estaba totalmente bajo las instituciones religiosas, incluyendo 15 escuelas a cargo de las Hermanas de San José, 8 por las salesianas , 6 a partir de las Hermanas de la Caridad, 6 hermanas de Bigie, 3 por las Ursulinas, 2 de las Damas del Sagrado Corazón de Jesús y 2 de las Damas Pia.
La principal universidad del reino sardo era la de Turín, que tenía museos de física, historia natural, arqueología y jardín botánico, además de observatorio astronómico y una biblioteca con cientos de miles de volúmenes. Seguía la Universidad de Cagliari , fundada en 1607, la de Sassari fundada en 1617, y Génova , fundada poco después de la unión de Liguria al Piamonte. También hubo escuelas universidades secundarias, donde podrían seguir el curso del primer año de la facultad de medicina o de leyes. Estas fueron las de Chambéry , Asti , Mondovi , Niza , Novara , Saluzzo , y Vercelli.
Las escuelas especiales eran la Real Academia Militar de Turín , la Escuela de Equitación de Venaria Reale , las escuela náuticas de Génova , Savona y La Spezia .
La iglesia católica, en 1861 en pleno proceso de unificación italiana, contaba con siete arquidiócesis y treinta y cinco diócesis sufragáneas dentro del reino sardo.
El Real Ejército Sardo (Regia Armata Sarda) o piamontés, fue el ejército del Ducado de Saboya y del Reino de Cerdeña, activo desde 1416 hasta el 4 de mayo de 1861, fecha en que pasó a formar parte del Real Ejército Italiano. Jugaría un papel fundamental en la unificación italiana.
La Marina del Reino de Cerdeña (Real Marina del Regno di Sardegna) fue oficialmente instituida como arma en 1814 por impulso de Giorgio Des Geneys, en sustitución del anterior cuerpo de marina que dataría de la anexión al Ducado de Saboya del Reino de Sicilia como consecuencia del Tratado de Utrecht.
Grupo de bersaglieri, el símbolo distintivo del ejército saboyano durante el resurgimiento.
Fragata Euridice
Suprema Orden de la Santísima Anunciación.
Orden de los Santos Mauricio y Lázaro.
Orden Militar de Saboya.
Orden Civil de Saboya.
Bandera del reino en 1568.
Estándar real de los reyes de Saboya y de la Cerdeña de la dinastía de Saboya, 1720-1848.
Bandera nacional de finales del siglo XVIII.
Bandera nacional de principios del siglo XIX.
Bandera nacional de 1848.
Bandera nacional 1848-1851.
Bandera del Reino de Italia.
Escudo del reino de 1640.
Escudo del reino entre 1720 al 1730.
Escudo del reino entre 1730 al 1815.
Escudo del reino después de 1815.
Escudo del reino después de 1831.
Escudo del reino de 1846.
Escudo del reino de 1848.
Escudo del reino de Cerdeña y del reino de Italia (1848-1870).
S'hymnu sardu nationale (en idioma sardo, en italiano es: "L'inno nazionale sardo" El himno nacional de Cerdeña) fue el himno del Reino de Cerdeña de los Saboya. El origen se remonta a los años treinta del siglo XIX.
El texto del himno esta en la lengua sarda, en su variante logudorese (a la derecha su traducción en italiano):
Iddio conservi il Re
Salvi il Regno Sardo
E gloria allo stendardo
Conceda del suo Re!
Che in noi languisca l'animo
E infermesi il valore,
Per forza e per terrore
Non mai temere o Re.
Iddio conservi il Re...
Uno contro cento intrepidi
A spalle e a mitraglie,
Su valli e su muraglie
Noi correremo, o Re.
Iddio conservi il Re...
Solo in sua morte cedere
Soleva il Sardo antico,
Né vivi all'inimico
Noi cederemo, o Re.
Iddio conservi il Re...
Da fidi valent'uomini
Se nati ci vantiamo,
Ben proverem che siamo
Noi loro figli, o Re.
Iddio conservi il Re...
Di mostrarti cupidi
La fede e il loro amore,
Le vene in grande ardore
Sentono i Sardi, o Re.
Iddio conservi il Re...
Indica un avversario,
E orrendo dal lor cuore
Tonar s'udrà il furore
Ad un tuo cenno, o Re.
Iddio conservi il Re...
Comanda ciò che piacciati
Foss'anche troppo duro,
Ad esser sicuro
Che sarà fatto, o Re.
Iddio conservi il Re...
La forza che mirabile
Sentirono i Romani,
E prima gli africani
Potrai vedere, o Re.
Iddio conservi il Re...
La forza che altri barbari
Poteva già domare
Saprà far operare
Solo un tuo cenno, o Re.
Iddio conservi il Re...
I fidi e valent'uomini
O vedi tu contento
Che a te in qualunque evento
Quali fu, saranno, o Re
Iddio conservi il Re
Salvi il Regno Sardo
E gloria allo stendardo
Conceda del suo Re!
El Reino de Cerdeña incluía los territorios de las actuales regiones italianas de Piamonte, Valle de Aosta, Liguria (desde 1815) y de Cerdeña, una pequeña parte de Lombardía (Voghera), así como el Condado de Niza y el Ducado de Saboya, hoy territorios de Francia.
Con la restauración, después de las guerras napoleónicas, el ordenamiento territorial provisional del Reino se hizo con el decreto de Víctor Manuel I del 7 de octubre de 1814, el decreto fue revisado el 27 de octubre de 1815 con posterioridad a la incorporación de Liguria, mientras que la reorganización administrativa final fue ratificada el 10 de noviembre de 1818.
Fue organizado un modelo, basado en la subdivisión del imperio napoleónico, de cuatro niveles administrativos: la división administrada por un gobernador, la provincia , el mandamento y la municipio.
Liguria, paso a formar la División de Génova, mientras Cerdeña se divide en dos zonas, en el sur, la División de Cagliari y en el norte, la División de Sassari.
La fragmentación territorial fue reformada por los edictos de Carlos Alberto del 27 de noviembre de 1847 y 7 de octubre de 1848, se convirtieron en parte en dos grandes acontecimientos históricos: la perfecta fusión de 1847 que abolió las diferencias administrativas entre sus reinos, incluyendo Cerdeña y Piamonte. Los diez distritos existentes se reorganizaron en once divisiones, la División de Aosta, de hecho, fue derogada y unida a Turín, también la división de saboya fue suprimida y su territorio dividido en dos nuevas divisiones, por último, se estableció en Cerdeña una tercera división. Desde 1848, el reino consiste en:
Reino de Cerdeña 1796
Provincia del reino de Cerdeña en 1815
Estados de la península itálica en 1815.
Reino de Cerdeña 1843
Mapa del reino en 1856.
Mapa del reino en 1859 con demarcación de provincias.
Maxima expansion del reino sardo en 1860
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