La resolución 2334 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, adoptada el 23 de diciembre de 2016, se refiere a la situación de los asentamientos israelíes en los territorios palestinos ocupados desde 1967, incluyendo Jerusalén Este. La resolución, de obligado cumplimiento para todos los países miembros de la ONU al ser vinculante, afirma que dichos asentamientos «no tienen validez legal» y los califica como una «flagrante violación» del derecho internacional, demandando a Israel detener tales actividades y cumplir escrupulosamente las obligaciones y responsabilidades jurídicas que le incumben como «poder ocupante» en virtud del Cuarto Convenio de Ginebra relativo a la Protección debida a las Personas Civiles en Tiempo de Guerra, del 12 de agosto de 1949.
La resolución tuvo 14 votos a favor y una abstención por parte del Gobierno de Estados Unidos. La medida fue aprobada por otros gobiernos de Europa Occidental, así como Amnistía Internacional y J-Street. El Gobierno de Israel y el portavoz del Partido Republicano de Estados Unidos criticaron duramente al gobierno estadounidense por no vetar la resolución. Asimismo, el Gobierno de Israel retiró los embajadores en Nueva Zelanda y Senegal, y canceló visitas de autoridades de dichos países y de Ucrania.
Los asentamientos israelíes son colonias construidas por Israel a partir de 1967 en territorios palestinos ocupados durante la Guerra de los Seis Días. La Resolución 2334 se ocupa de estos asentamientos, específicamente de aquellos en Cisjordania y Jerusalén Este. El Cuarto Convenio de Ginebra califica como ilegal el traslado de población y el establecimiento de asentamientos en territorios adquiridos por la fuerza, y bajo este supuesto, diversos países consideran como ilegales los asentamientos israelíes. Esta calificación es rechazada por Israel.
En febrero de 2011, bajo la administración de Barack Obama, los Estados Unidos utilizaron su poder de veto para bloquear la aprobación de una resolución que pretendía condenar la política israelí de colonización en los territorios palestinos. Pese a ello, durante su periodo de gobierno la construcción de asentamientos se incrementaron. En las semanas finales de su mandato, diversos medios especularon que la administración Obama podría tomar algunas acciones en relación a la cuestión entre Israel y Palestina, en particular el permitir la aprobación de una resolución sobre la materia en el Consejo de Seguridad de la ONU. Asimismo, en este contexto, el expresidente de Estados Unidos Jimmy Carter solicitó públicamente a Obama que reconociera al Estado Palestino antes de dejar el cargo.
El borrador de la resolución fue originalmente propuesto por Egipto, sin embargo, el 22 de diciembre el presidente electo de Estados Unidos Donald Trump se comunicó con el dictador egipcio, Abdel Fattah el Sisi, para pedirle que retirara la propuesta, lo cual en efecto ocurrió. Luego trascendió que había existido una intensa presión por parte de Israel para obtener la intervención de Trump. No obstante, la propuesta fue recogida y presentada nuevamente por Nueva Zelanda, Venezuela, Malasia y Senegal el 23 de diciembre, la cual fue sometida a votación y aprobada por 14 votos a 0. Todos los miembros del Consejo de Seguridad votaron a favor excepto Estados Unidos que se abstuvo. La embajadora de Estados Unidos ante la ONU en funciones, Samantha Power, explicó la abstención en la votación de la resolución contra Israel al asegurar que "Estados Unidos no está de acuerdo con todas las palabras que están en la medida", aunque recalcó que el texto "refleja los hechos que están sucediendo en el terreno".
«Condenando todas las medidas que tienen por objeto alterar la composición demográfica, el carácter y el estatuto del Territorio Palestino ocupado desde 1967, incluida Jerusalén Oriental, incluyendo, entre otras cosas, la construcción y expansión de los asentamientos, el traslado de colonos israelíes, la confiscación de tierras, la demolición de viviendas y el desplazamiento de civiles palestinos, en violación del derecho internacional humanitario y las resoluciones pertinentes,»
« Expresando grave preocupación por el hecho de que la continuación de las actividades de asentamiento israelíes están poniendo en peligro la viabilidad de la solución biestatal basada en las fronteras de 1967, [...]»
« Reiterando su visión de una región en que dos Estados democráticos, Israel y Palestina, vivan uno al lado del otro en paz y dentro de fronteras seguras y reconocidas, [...]»
« Destacando que el statu quo no es sostenible y que es necesario adoptar con urgencia, en consonancia con la transición prevista en acuerdos anteriores, medidas importantes con el fin de
i) estabilizar la situación e invertir las tendencias negativas sobre el terreno, que están socavando continuamente la solución biestatal y afianzando la realidad de un solo Estado, y
ii) crear las condiciones para el éxito de las negociaciones sobre el estatuto definitivo y para promover la solución biestatal mediante esas negociaciones y sobre el terreno,
1. Reafirma que el establecimiento de asentamientos por parte de Israel en el territorio palestino ocupado desde 1967, incluida Jerusalén Oriental, no tiene validez legal y constituye una flagrante violación del derecho internacional y un obstáculo importante para el logro de la solución biestatal y de una paz general, justa y duradera;
2. Reitera su exigencia de que Israel ponga fin de inmediato y por completo a todas las actividades de asentamiento en el territorio palestino ocupado, incluida Jerusalén Oriental, y que respete plenamente todas sus obligaciones jurídicas a ese respecto; [...]
4. Destaca que la cesación completa de todas las actividades israelíes de asentamiento es fundamental para salvaguardar la solución biestatal, y pide que se adopten de inmediato medidas positivas para invertir las tendencias negativas sobre el terreno que están haciendo peligrar la solución biestatal; [...]
6. Exhorta a que se adopten medidas inmediatas para prevenir todos los actos de violencia contra los civiles, incluidos los actos de terror, así como todos los actos de provocación y destrucción; exhorta a que se rindan cuentas a este respecto, y a que se cumplan las obligaciones en virtud del derecho internacional con miras al fortalecimiento de los esfuerzos en curso para combatir el terrorismo, en particular mediante la coordinación de las medidas de seguridad existentes, y para condenar claramente todos los actos de terrorismo; [...]
La resolución causó controversia en Israel, cuyo gobierno la rechazó tajantemente calificándola de vergonzosa y antiisraelí, asegurando además que no cumplirá sus términos. Asimismo, el gobierno israelí acusó al presidente en funciones Obama de estar detrás de su aprobación señalando que "la administración Obama no solo ha fracasado en proteger a Israel contra esta conspiración en la ONU, sino que se ha confabulado con ella entre bastidores". Posteriormente, el gobierno israelí anunció que suspendería temporalmente los contactos con los países que votaron a favor de la resolución.
Por su parte, el Presidente de Palestina Mahmud Abbas mostró su complacencia con la aprobación de la resolución asegurando que "es una bofetada a la política israelí. Es una condena internacional absoluta, unánime, de los asentamientos y un voto de apoyo a la solución de dos estados", agregando que “creemos y esperamos que la resolución de la ONU sirva de base a Israel y al mundo entero para comenzar las negociaciones. No deberían rechazar la legitimidad internacional que fue claramente mencionada en esta resolución”.
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