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San Juan Pablo II



Juan Pablo II (en latín: Ioannes Paulus II),[4]​ de nombre secular Karol Józef Wojtyła[5]​ (Acerca de este sonido pronunciación ; Wadowice, Polonia; 18 de mayo de 1920-Ciudad del Vaticano, 2 de abril de 2005), fue el papa 264 de la Iglesia católica y soberano de la Ciudad del Vaticano desde el 16 de octubre de 1978 hasta su muerte en 2005.[6]​ Fue canonizado en 2014, durante el pontificado de Francisco.

Tras haber sido obispo auxiliar (desde 1958) y arzobispo de Cracovia (desde 1962), se convirtió en el primer papa polaco de la historia, y en el primero no italiano desde 1523. Su pontificado de casi 27 años fue el tercero más largo en la historia de la Iglesia católica, después del de san Pedro (se cree que entre 34 y 37 años, aunque su duración exacta es difícil de determinar) y el de Pío IX (31 años).

Juan Pablo II fue aclamado como uno de los líderes más influyentes del siglo XX, recordado especialmente por ser uno de los principales símbolos del anticomunismo,[7]​ y por su lucha contra la expansión del marxismo por lugares como Iberoamérica, donde combatió enérgicamente al movimiento conocido como la teología de la liberación, con la ayuda de su mano derecha y a la postre sucesor, Joseph Ratzinger.

Jugó asimismo un papel decisivo para poner fin al comunismo en su Polonia natal y, finalmente, en toda Europa, así como para la mejora significativa de las relaciones de la Iglesia católica con el judaísmo, el islam, la Iglesia ortodoxa oriental, y la Comunión anglicana.

Entre los hechos más notorios de su pontificado destacó el intento de asesinato que sufrió el 13 de mayo de 1981, mientras saludaba a los fieles en la plaza de San Pedro, a manos de Mehmet Ali Ağca, quien le disparó a escasa distancia entre la multitud. Tiempo después el terrorista fue perdonado públicamente por el pontífice en persona. A este se sumó otro atentado ocurrido en Fátima en la noche del 12 al 13 de mayo de 1982 a manos del sacerdote ultraconservador Juan María Fernández Krohn, hecho que no trascendió hasta después de la muerte del pontífice.

Fue uno de los líderes mundiales más viajeros de la historia, visitó 129 países durante su pontificado. Hablaba los siguientes idiomas: italiano, francés, alemán, inglés, español, portugués, ucraniano, ruso, croata, esperanto, griego antiguo y latín, así como su idioma materno, el polaco. Como parte de su especial énfasis en la llamada universal a la santidad, beatificó a 1340 personas y canonizó a 483 santos, más que la cifra sumada de sus predecesores en los últimos cinco siglos. El 19 de diciembre de 2009, Juan Pablo II fue proclamado venerable por su sucesor, el papa Benedicto XVI, quien posteriormente presidió la ceremonia de su beatificación el 1 de mayo de 2011 (el Domingo de la Divina Misericordia), y fue canonizado junto con el papa Juan XXIII el 27 de abril de 2014 (otra vez el Domingo de la Divina Misericordia) por el papa Francisco.

Karol Józef nació el 18 de mayo de 1920 en Wadowice, un pueblo de Polonia cercano a Cracovia.

Era el menor de los tres hijos del matrimonio integrado por Karol Wojtyła y Emilia Kaczorowska. Su madre era una ferviente católica, y se las arregló para que su hijo naciera cerca de un templo, pues quería que lo primero que oyera su hijo fueran los «cánticos a Dios». Cuando Karol aún era muy pequeño, su madre le decía a otras mujeres: Verán que mi pequeño Karol será una gran persona. Su madre falleció en 1929, cuando él tenía nueve años. Su hermana Olga había muerto antes de que él naciera. Su hermano mayor Edmund, que era médico, murió en 1932 por contagio de una enfermedad cuando curó a un hombre de condición humilde. Junto con su padre, Karol se trasladó a Cracovia para iniciar sus estudios en la Universidad Jagellónica. Su padre, un suboficial del ejército polaco, murió en 1941 durante la ocupación de Polonia por la Alemania nazi.[8]​ Su padre siempre lo guio en el camino de la fe y el amor cristiano.

Al terminar sus estudios de educación media, una época en la que destacó como consumado ajedrecista (llegando a proclamarse vencedor en varios campeonatos estudiantiles), se matriculó en la Universidad Jagellónica de Cracovia y también en una escuela de teatro. Cuando las fuerzas de alemanas cerraron la Universidad, en septiembre de 1939, el joven Karol tuvo que trabajar en una cantera y luego en una fábrica química (Solvay), para ganarse la vida y evitar que lo deportaran a Alemania. Fichado por la Gestapo, se refugió en una buhardilla de Cracovia. En esa época se unió al grupo del célebre actor polaco Mieczysław Kotlarczyk, creador del teatro Rapsódico, con el cual interpretó papeles de contenido patriótico.

Durante la ocupación alemana de Polonia, cultivó especialmente la cultura, el teatro y las amistades, en el contexto del grupo Unia, formado por jóvenes católicos que pretendían resistir, tanto de forma pacífica (así Wojtyła) como de acción (ayudando directamente a los judíos o usando la violencia), a la ocupación nazi.[9]​ Posteriormente, su situación se complicó y debió refugiarse en los subterráneos del arzobispado de Cracovia.

Importante para su crecimiento espiritual fue la persona de un sastre, Jan Tyranowski, quien le dio a leer a San Juan de la Cruz. Se conocieron en 1940; Tyranowski reunía a un grupo de jóvenes.

Uno de los sitios donde más le gustaba ir a rezar y descansar era Kalwaria Zebrzydowska, donde habían trabajado su abuelo y bisabuelo como guías de los peregrinos que iban allí.[10]

En 1943 ingresó en el seminario clandestino que había fundado monseñor Adam Stefan Sapieha, cardenal arzobispo de Cracovia, iniciando la carrera de Teología. A comienzos de 1945 los soviéticos entraron en Cracovia y el futuro papa salvó la vida de una curiosa manera, casi milagrosa, gracias a Vasily Sirotenko, un universitario ruso que, antes de ser enviado a liberar Cracovia como oficial, estudiaba el último curso de Historia; la orquesta roja (espías prosoviéticos infiltrados en el ejército alemán) informó entonces de que los alemanes iban a asesinar a unos obreros polacos esclavizados por ellos; atacado ese grupo por los rusos y obligado a rendirse, estos descubrieron entre los ochenta obreros polacos liberados en una cantera de la fábrica Solvay a 18 seminaristas. Siguiendo las directrices de Stalin todos fueron enviados a un gulag de Siberia de donde no regresaron, pero no el futuro papa, ya que el comandante necesitaba a alguien como él que conociese idiomas y le tradujese los libros en latín y alemán que había estado compilando para seguir su carrera tras la guerra; es más, Wojtyła sabía incluso ruso por ser su madre de etnia rutena, según señala Pedro Beteta López en su libro Recordando a Juan Pablo II (2009). Sirotenko impidió así su expatriación a Siberia, incluso a pesar de la oposición de un comisario político ruso. Sin duda este trágico hecho debió reforzar su antiestalinismo.[11]

Fue ordenado sacerdote el 1 de noviembre de 1946 en la capilla privada arzobispal. Poco después se trasladó a Roma para asistir a los cursos de la Facultad de Filosofía del Pontificio Ateneo Angelicum, y obtuvo el doctorado en Teología con la tesis El acto de fe en la doctrina de San Juan de la Cruz, bajo la dirección de Garrigou Lagrange.[12]

En 1948 regresó a Polonia y ejerció su primer ministerio pastoral como vicario coadjutor de la parroquia de Niegowić, en los alrededores de Cracovia, durante trece meses. En noviembre de ese mismo año obtuvo la habilitación para ejercer la docencia en la Facultad de Teología de la Universidad Jagellónica. El 17 de agosto de 1949 se trasladó como vicario a la parroquia de San Florián, en Cracovia, donde ejerció el ministerio durante dos años, alternándolo con su trabajo de consejero de los estudiantes y graduados de la universidad estatal de esa ciudad.

Era muy popular entre los estudiantes, con los que iba muchas veces de excursión, cosa que no era común en aquellos tiempos, pues podía llamar la atención de las autoridades policiales.

Nombrado profesor de Teología moral y Ética social del seminario metropolitano de Cracovia el día 1 de octubre de 1953. En 1954 defiende la tesis de filosofía sobre Max Scheler: Valoración sobre la posibilidad de construir la ética cristiana sobre las bases del sistema de Max Scheler , que fue una investigación clave para injertar el método fenomenológico en su precedente formación aristotélico-tomista.[13]​ Ese mismo año fue nombrado profesor de Ética en la Universidad de Lublin, docencia que se prolongaría hasta 1961.[14]​ Allí impartió cursos –compatibilizándolos con su trabajo sacerdotal– que dieron lugar al comienzo de su producción filosófica original. En 1958 fue consagrado obispo. En 1960 publicó Amor y responsabilidad. En 1969 publicó Persona y acto.

El 4 de julio de 1958, el papa Pío XII lo consagró obispo auxiliar de la arquidiócesis de Cracovia, bajo el administrador apostólico, arzobispo Eugeniusz Baziak.

A partir del 11 de octubre de 1962, comenzó a tomar parte activa en el Concilio Vaticano II. Destacan sus puntualizaciones sobre el ateísmo moderno y la libertad religiosa. Realizó una importante contribución a la elaboración de la constitución Gaudium et spes. El cardenal Wojtyła participó también en las cinco asambleas del Sínodo de los Obispos, anteriores a su Pontificado.[15]​ El 8 de diciembre de 1965 pasó a formar parte de las congregaciones para los Sacramentos y para la Educación Católica, y del Consejo para los Laicos. En 1962, al morir el arzobispo Baziak, fue nombrado vicario capitular y el 30 de diciembre siguiente el papa Pablo VI lo consagró arzobispo de Cracovia. El 29 de mayo de 1967 fue nombrado cardenal, lo que le convirtió en el segundo más joven de la época, con 47 años de edad.

Durante el sínodo de obispos sobre la catequesis celebrado en octubre de 1977 en Roma, coincidió por primera vez con Joseph Ratzinger, entonces arzobispo de Munich y Freising.[16]

El 28 de septiembre de 1978 murió Juan Pablo I a causa de un infarto de miocardio, tras un pontificado de 33 días.[17]​ El 16 de octubre de 1978, tras dos días de deliberaciones del cónclave, Wojtyła fue elegido sucesor de San Pedro. Adoptó el nombre de Ioannes Paulus II (Juan Pablo II) y se convirtió, con 58 años, en el papa más joven del siglo XX y en el primero no italiano desde el neerlandés Adriano VI (1522-1523). El 5 de noviembre visitó Asís, en el primero de sus 144 viajes por Italia.

El 25 de enero de 1979 emprendió el primero de sus 104 viajes fuera de Italia: República Dominicana y México. El último fue el 14 de agosto de 2004 al santuario mariano de Lourdes, en Francia. En total visitó 129 países diferentes, algunos de ellos varias veces.[18]

Juan Pablo II se propuso el gran objetivo de posicionar a la Iglesia como faro y guía del mundo contemporáneo, en cinco direcciones:

A lo largo de sus casi 27 años de pontificado nombró a un total de 232 cardenales.

Como papa, Wojtyła impuso un nuevo estilo al desechar la silla gestatoria usada por sus antecesores para mostrarse en público, se acercó a la calle y a las multitudes, mostrando sus simpatías por niños y jóvenes. Debido a sus múltiples viajes al extranjero fue conocido entre los medios de comunicación, en particular en Hispanoamérica, como «el atleta de Dios», «el caminante del Evangelio», el «papa viajero» o el «papa peregrino».[19]

Durante su prolongado mandato, Juan Pablo II superó numerosas marcas: no solo fue el pontífice más viajero hasta el momento, sino también el que proclamó más santos y beatos durante su pontificado (el número de santos y beatos elevados a los altares por él equivale al llevado a cabo en los cuatrocientos años anteriores).

Antes de ser elegido papa, Wojtyła también mostró su capacidad como poeta, filósofo y dramaturgo. Entre sus escritos destaca la obra teatral El taller del orfebre,[20]​ convertida más tarde en ópera rock. La obra se publicó por primera vez en Varsovia en 1960, cuando Wojtyła era obispo auxiliar de Cracovia, mientras que en España se editó por primera vez en 1980, tras su elección como papa.

El 13 de mayo de 1981 Mehmet Ali Ağca disparó contra el papa, mientras este se desplazaba por la Plaza de San Pedro en un vehículo abierto. El pontífice fue herido en la mano, brazo y abdomen. Pocos años más tarde en diciembre de 1983, el papa lo visitó a la cárcel de Rebibbia, conversó con él y le otorgó el perdón. El atentado motivó la construcción de un vehículo especial con cristales blindados diseñado especialmente para este tipo de actos y que fue popularmente bautizado como papamóvil. Un año después, en la noche del 12 al 13 de mayo de 1982, Juan Pablo II sufrió un nuevo atentado en Fátima (Portugal) adonde había llegado para agradecer a la Virgen María por haber salvado su vida. En esa ocasión un sacerdote español ultraconservador, Juan Fernández Krohn, quiso ensartarlo con una bayoneta pero fue inmovilizado apenas a tiempo, aunque llegó a visualizarse la presencia de sangre en la vestimenta papal, todo lo cual fue revelado por el cardenal Stanislaw Dziwisz años después.[21][22]​ Desde la agresión de Mehmet Ali Ağca, comenzó a sufrir diversos problemas de salud: además de las dificultades que tuvo para recuperarse de las heridas de bala que sufrió en el estómago y en una mano, padeció distintos accidentes y dolencias (ver la sección sobre sus dolencias físicas).

A fines de los años 1980, a pesar de sus dolencias físicas, su actuación en Polonia y su influencia en los acontecimientos que se produjeron en el entonces bloque comunista contribuyeran de modo considerable a la caída del comunismo soviético y a la democratización de Europa oriental, según coinciden distintos historiadores y escritores.[7][23][24]

El 1 de julio de 1986, Juan Pablo II visitó Colombia —como consecuencia de la tragedia de Armero en Tolima— y fue al lugar de los hechos, y frente a una gran cruz oró por un rato y nombró el sitio como lugar santo en honor a los 25 000 muertos de esa trágica escena que tuvo que vivir el pueblo colombiano una semana después del holocausto de la toma del Palacio de Justicia en Bogotá, en el cual murieron 80 personas (o incluso más).

Más de una década después, y pese a su implacable deterioro físico, en marzo de 2003 Juan Pablo II se opuso con todas sus fuerzas y autoridad a la invasión estadounidense de Irak.[25]​ En esa misión evidenció la misma determinación que había mostrado al inicio de su pontificado para mediar el Conflicto del Beagle entre Argentina y Chile en 1978, cuando se encontraban al borde de un enfrentamiento.

Entre los principales episodios de su pontificado está la primera visita de un papa a una iglesia luterana (Roma, 1983), la primera a una sinagoga (Roma, 1986), la Jornada Mundial de Oración por la Paz (Asís, 1986) y la excomunión del obispo Marcel Lefebvre (1988). Ese año se produjo un hecho histórico: Juan Pablo II visitó un país ortodoxo, Grecia, y entró en una mezquita, la de Damasco (Siria), fue la primera vez que un Pontífice católico pisaba una mezquita y oraba en su interior.

Asimismo, figuran el primer encuentro de un papa con una comunidad musulmana (Casablanca, 1985), el Jubileo de la Redención de 1983, a partir del cual creó las Jornadas Mundiales de la Juventud,[26]​ celebradas bajo su pontificado en Roma (varias veces), Buenos Aires (Argentina), Santiago de Compostela (España), Denver (Estados Unidos), Manila (Filipinas), Czestochowa (Polonia), París (Francia) y Toronto (Canadá).

También destaca el encuentro con el último presidente de la URSS, Mijaíl Gorbachov,[27]​ en diciembre de 1989, la normalización de la Iglesia católica en los países europeos hasta entonces comunistas, y la visita realizada en enero de 1998 a Cuba, donde fue recibido con todos los honores por Fidel Castro.[28]

Aparte de sus catorce encíclicas, con Juan Pablo II se han publicado los nuevos Códigos de Derecho Canónico Latino[29]​ (1983) y Oriental, así como el Catecismo Universal de la Iglesia Católica[30]​ (1992), fruto del sínodo especial de obispos de 1985, dedicado al Concilio Vaticano II.

Juan Pablo II pidió perdón por los errores cometidos por la Iglesia católica,[31][32]​ entre ellos el procesamiento y condena del científico italiano Galileo Galilei (1564-1642) a quien la Inquisición le hizo retractarse de sus teorías heliocéntricas el 22 de junio de 1633.[33]

Su gran deseo, que materializó, fue llegar al año 2000, abrir la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro e introducir la Iglesia en el tercer milenio con el Jubileo del año 2000.[34]​ En la primavera de 2000 pudo por fin pisar Tierra Santa.[35]​ Visitó el Monte Nebo, donde (según la Tanaj o Antiguo Testamento) el profeta Moisés vio la Tierra Prometida antes de morir; Belén, Jerusalén, Nazaret y varias localidades de Galilea.

Durante ese viaje, Juan Pablo II, el primero en reconocer en 1986 los derechos nacionales del pueblo palestino[36]​ y entablar relaciones diplomáticas plenas con Israel en 1994,[37]​ ofició misa en la plaza del Pesebre de Belén, pidió perdón en el Muro de las Lamentaciones y en el Museo del Holocausto por los errores cometidos por los cristianos que persiguieron a los judíos y celebró misa en el Santo Sepulcro.

Al concluir su pontificado con su muerte, Juan Pablo II dejó pendientes dos viajes: uno a Moscú, ante la oposición del patriarca ortodoxo Alejo II, que acusaba a la Iglesia católica de "proselitismo" en su área de influencia y otro a China, donde el régimen comunista prohíbe la obediencia de la Iglesia católica china a la Santa Sede, con quien además tuvo conflictos a causa del reconocimiento de Taiwán desde 1949.

Juan Pablo II fue el primer pontífice que salió de la Ciudad del Vaticano para ser hospitalizado.[38]​ Desde el atentado del 13 de mayo de 1981, fue internado en el Policlínico Agostino Gemelli en varias oportunidades: el 20 de junio del mismo año, por una infección derivada de la herida sufrida; el 15 de julio de 1992, en que se le practicó una colecistectomía, con extirpación adicional de treinta centímetros de intestino por presencia de un adenoma tubulovelloso benigno;[38][39]​ el 11 de noviembre de 1993, por una luxación del hombro; el 28 de noviembre de 1995 por una fractura femoral; el 8 de septiembre de 1996 para una operación de apendicitis.[40]​ El avance de la enfermedad de Parkinson lo debilitó hasta la indefensión, limitando su capacidad de habla.[41]​ Su sucesor Joseph Ratzinger, señaló que en los últimos años del pontificado de Juan Pablo II, el sufrimiento que padeció fue casi una forma de gobierno:

El deterioro físico de Juan Pablo II se incrementó hasta su fallecimiento en 2005. En aquel año tuvo que ser hospitalizado por un síndrome de dificultad respiratoria. Se le realizó una traqueotomía a mediados de marzo. Hacia finales del mismo mes su estado se agravó y entre el 31 de marzo y el 1 de abril sufrió una septicemia por complicación de una infección de vías urinarias.

Falleció el 2 de abril de 2005 a las 21:37 (la noche previa al Domingo de la Divina Misericordia). Pocos minutos después, Monseñor Leonardo Sandri anunció la noticia a las personas congregadas en la Plaza de San Pedro y al mundo entero. Los días después de su muerte, algunos periódicos publicaron que su última palabra fue "Amén", sin embargo la Santa Sede desmintió esta versión y afirmó que las últimas palabras fueron en polaco: "Pozwólcie mi iść do domu Ojca" (Déjenme ir a la casa de mi Padre). La muerte fue comprobada por el cardenal camarlengo Eduardo Martínez Somalo. El Camarlengo comunicó la muerte al cardenal Camillo Ruini, como «Vicario para la Urbe» y el Cardenal-Decano del Colegio cardenalicio, Joseph Ratzinger, informó oficialmente a todos los Cardenales convocándolos al Cónclave,[43]​ al declararse la Sede Vacante.

Al ser anunciada su muerte, en medio del rezo del Rosario, el público presente en la Plaza de San Pedro prorrumpió en nutridos aplausos. Las luces de su habitación en el Palacio Apostólico se apagaron por un instante para comunicar de esta manera el momento de su fallecimiento, pero luego fueron encendidas nuevamente y así permanecieron.

Su muerte se produjo debido a una septicemia y a un colapso cardiopulmonar irreversible, agravado por su enfermedad de Parkinson. Tenía 84 años y 11 meses. En su agonía, le dictó a su secretario, Stanisław Dziwisz, una carta en la que decía:

Los funerales pusieron de manifiesto el alto grado de aprecio hacia Juan Pablo II, no solo de parte de mandatarios de muchos países,[44]​ sino también de gente de toda condición social. Tuvieron una alta resonancia política por algunos gestos inesperados, como el saludo entre los mandatarios de Israel, Irán y Siria.[45]

Después de su muerte, católicos reconocidos,[46]​ desde el cardenal británico Cormac Murphy-O'Connor,[47]​ hasta el arzobispo Harry Joseph Flynn y el obispo Thomas G. Doran,[48]​ su sucesor en el pontificado, Benedicto XVI, como también el periódico L'Osservatore Romano, se han referido a Juan Pablo II como Juan Pablo Magno. Aún no se sabe si este póstumo título se impondrá, ya que no existe ningún procedimiento formal para asignar este apelativo.

Muchos seguidores del pontífice demandaron que fuese canonizado tan pronto como fuera posible, gritando Santo subito ("Santo ya") durante los actos de exposición pública de sus restos mortales y misas de funeral.

El 13 de mayo de 2005, el cardenal Camillo Ruini, vicario para la ciudad de Roma, dio formalmente por iniciado el proceso de beatificación de Juan Pablo II; para ello, Benedicto XVI concedió el 28 de abril dispensa del plazo de cinco años de espera después de la muerte requerido por el derecho canónico para iniciar el proceso de beatificación, de modo similar a como hizo el mismo Juan Pablo II con el proceso de beatificación de la Madre Teresa de Calcuta.

El 2 de abril de 2007, dos años después de su muerte, concluyó la fase diocesana del proceso de beatificación, reuniéndose todos los testimonios sobre su vida y los presuntos milagros, entre los que destaca el de la monja francesa Marie Simon Pierre, quien aseguró haber sido curada de la enfermedad de Parkinson gracias a la intercesión del Pontífice, que había fallecido dos meses antes.

En una misa que se celebró en la Plaza de San Pedro el mismo día, el papa Benedicto XVI aseguró que el proceso avanza «con rapidez».[49]​ En tal fecha, finalizada la primera fase de su proceso de canonización, le fue concedido el título de Siervo de Dios.[50]

El 19 de diciembre de 2009, Benedicto XVI lo declaró venerable. Un milagro atribuido a su intercesión fue analizado y considerado inexplicable según la ciencia, por lo que tras diversas reuniones, el papa Benedicto XVI autorizó la beatificación de Juan Pablo II en enero de 2011.[51][52][53]​ La ceremonia de beatificación se llevó a cabo el 1 de mayo de 2011 (Domingo de la Divina Misericordia).

A principios de 2011 el padre Federico Lombardi, portavoz de la Casa Pontificia, anunció la fecha de la beatificación[54]​ y el traslado de sus restos mortales, que hasta entonces se encontraban en la cripta vaticana, hasta la capilla de San Sebastián de la Basílica de San Pedro, contigua a la de la Piedad de Miguel Ángel.

Este proceso de beatificación ha sido catalogado como el más corto de la historia moderna de la Iglesia católica, ya que duró seis años y 30 días, superando en un mes el proceso de beatificación de Teresa de Calcuta.[55]​ A pesar de ello, y según las declaraciones de Lombardi, el proceso se ha hecho de manera minuciosa, con completos estudios sobre el milagro de la curación de sor Marie Simon y la propia vida del Pontífice.

El 5 de julio de 2013 el papa Francisco firmó el decreto que autorizó la canonización de Juan Pablo II y de Juan XXIII, realizada en una ceremonia histórica en la Ciudad del Vaticano el 27 de abril de 2014.

Al inicio del pontificado de Juan Pablo II, la Santa Sede tenía relaciones diplomáticas con 84 estados. Al fallecer este papa, las tenía con 173. Igualmente, participa como miembro de pleno derecho o como observadora en varios organismos internacionales y regionales.

Las 104 visitas internacionales de Juan Pablo II fueron realizadas mayoritariamente en su doble calidad de jefe de estado y el de cabeza de la Iglesia católica. Por ello el gesto del jefe de estado del país receptor (si es de cultura cristiana) de saludarle primero con la mano (tratándose del encuentro de dos jefes de estado) y eventualmente después con la clásica reverencia y besamanos. El primer viaje que Su Santidad Juan Pablo II hizo fue a Santo Domingo, República Dominicana desde donde se trasladó a México, al que él llamaba «México siempre fiel», una frase que se ha vuelto inmortal. Los países de América Latina que más visitó, fueron México en cinco ocasiones, Brasil en cuatro, República Dominicana y Guatemala en tres (que le servían incluso de sedes para visitar otros países cercanos), y Nicaragua en dos ocasiones, al igual que Perú, El Salvador y Venezuela.

Juan Pablo II demostró además ser un hábil diplomático. Recién asumido su pontificado, debió enfrentar en diciembre de 1978 la crisis prebélica existente entre Argentina y Chile[56]​ a causa de la aplicación del Laudo Arbitral dictado por la reina Isabel II de Inglaterra referente al conflicto del canal Beagle. En momentos en que ambas naciones tenían sus tropas desplegadas a lo largo de la frontera —existen incluso evidencias que indicarían el inicio de las operaciones militares—, Juan Pablo II, aprovechando los vínculos de los militares con la Iglesia, influyó decisivamente en impedir el inicio de las hostilidades enviando al cardenal Antonio Samoré como su representante, obteniendo la separación de las fuerzas y el inicio de un proceso de mediación que culminó el 29 de noviembre de 1984 con la firma del Tratado de Paz y Amistad[57]​ entre ambos países.

Fue un extraordinario políglota.[58]​ No solo llegó a dominar el polaco, esperanto, griego clásico, latín, italiano, francés, español, portugués, inglés y alemán, sino que también tuvo suficientes conocimientos del checo, lituano, ruso y húngaro; además, tenía conocimientos de japonés, tagalo y varias lenguas africanas. Fue un deportista ávido y un esquiador experto en su juventud.[59][60]

Ha sido el primer papa en hacer un uso intensivo de los medios de comunicación y, en especial, de Internet para hacer que llegue su mensaje, además de tener acercamientos con líderes de religiones tales como la judía, musulmana, ortodoxa y tibetana (a través del Dalái Lama), entre otras.[cita requerida]

Con uno de los pontificados más largos de la historia, son muchos los hechos significativos en él. Respecto de la política mundial, poco antes de su muerte, la BBC comentó, refiriendo una significativa toma de postura de Mijail Gorbachov: "El papa —le dijo Gorbachov entonces a su esposa Raisa— es la autoridad moral más importante del mundo y es eslavo". El entendimiento entre ambas personalidades sin duda facilitó el camino hacia la democracia en el bloque oriental".[62]​ En palabras de Wojciech Jaruzelski, último mandatario en la Polonia comunista, la visita de Juan Pablo II a Polonia en 1979, fue el "detonador" de los cambios.[63]​ Con ocasión de su fallecimiento, el presidente del Parlamento Europeo, el socialista José Borrell, escribía:

El canciller alemán Gerhard Schröder, declaraba que el papa había «influido en la integración pacífica de Europa de muchas formas. Por sus esfuerzos y por su impresionante personalidad, ha cambiado nuestro mundo».[65]

Se destaca también su empeño en pro de los derechos humanos: "Su empeño como pontífice fue no solo el difundir el Evangelio, sino el transformar el papado romano en el portavoz de los derechos humanos".[66]

El balance de su vida, desde un punto de vista religioso y personal, lo trazó el entonces Cardenal Ratzinger —luego Benedicto XVI— en el funeral por Juan Pablo II:

Entre distintas condecoraciones, fue considerado dos veces Una de las 100 personas más influyentes de la revista Time y en 1994, fue nombrado Persona del año.

San Juan Pablo II tuvo que afrontar durante su pontificado y también tras su muerte diferentes controversias tanto a nivel interno de la Iglesia como en el encuentro con el mundo contemporáneo. Entre estas controversias la más célebres fueron:

Los extensos y trabajados documentos de la Congregación destacan aquellos puntos que son incompatibles con la doctrina católica.[68]

Redactó las 14 encíclicas siguientes (ordenadas cronológicamente).

Fue el primer papa que recurrió a los medios fonográficos para divulgar su mensaje, bien sea en forma de discursos, oraciones (como el Rosario) y cantos gregorianos entonados por él mismo. He aquí una relación aproximada de sus grabaciones:





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