La iglesia de Santiago de Peñalba, sita en el pueblo de Peñalba de Santiago, en el Valle del Oza, municipio de Ponferrada, comarca de El Bierzo, provincia de León, comunidad autónoma de Castilla y León, España, es una de las joyas arquitectónicas del Arte de repoblación.
Está enclavada en el corazón del Valle del Oza a 14 kilómetros de Ponferrada. La zona, llena de monasterios e iglesias eremíticas desde el siglo VIII mereció en su época el sobrenombre de la "Tebaida berciana". Su situación en el centro de los Montes Aquilanos, la zona más abrupta de los Montes de León, facilitaba el aislamiento que buscaban los santos ascéticos de los siglos IX y X, como San Fructuoso y San Genadio.
Fue construida en la primera mitad del siglo X (937) por el abad Salomón, concretamente en el reinado de Ramiro II, Ramiro II hizo múltiples donaciones a la iglesia y al monasterio de la localidad. Entre ellas estuvo la llamada Cruz de Peñalba, actualmente símbolo de la comarca de El Bierzo. En esta cruz se puede ver la fuerte influencia de la orfebrería visigoda sobre los modelos mozárabes, definición histórica anticuada que se ha renombrado como Arquitectura de Repoblación en el que se incluiría como Prerrománico Leonés.
Bien de Interés Cultural (BIC), es Monumento Histórico-Artístico Nacional desde 1931.
Se trata de una iglesia con planta en cruz latina, con dos capillas en los brazos de la cruz, y dos ábsides, en la cabecera y en el pie de la cruz. El techo del cuerpo central o cimborrio y los ábsides tienen forma de cúpula. Es una iglesia de ábsides contrapuestos, algo muy raro. Hay ejemplos en el arte prerrománico en Alemania. Otros ejemplos son San Cebrián de Mazote y una está en el Norte de África. Se ha relacionado el hecho de tener dos ábsides con la religiosidad norteafricana bajo la influencia de la herejía de los circunceliones (seguidores del Donatismo). Si bien se pensaba que las capillas laterales pudiesen ser añadidos posteriores, recientes prospecciones arqueológicas han descubierto que toda la planta fue erigida en una misma y única construcción. En estos trabajos se comprobó que hay una gran posibilidad de que los enterramientos interiores solo sean los dos del contra ábside. El único añadido posterior, que a día de hoy permanece, es el enterramiento románico exterior en su lado oeste, lado en el que debía estar el acceso (según los restos hallados) al antiguo monasterio y del que no se conservan restos.
La decoración y la estructura confieren a la iglesia una mezcla de elementos celtas (símbolos lunares y astrales), la planta de cruz latina, árabes (una pequeña cúpula gallonada cubre el altar principal) y visigóticos (los arcos de herradura).
En el interior podemos observar distintos restos de decoración pintada sobre cúpulas y paredes. Se encuentran pendientes de ser restauradas.
En las paredes del coro podemos observar distintos grabados en estuco de figuras humanas, geométricas e incluso de animales. Según recientes estudios corresponderían a pruebas realizadas por los monjes antes de transcribir dichos dibujos al papel, ya que el papel era un bien muy preciado. Otras recientes versiones lo atribuyen a simples dibujos realizados por los monjes para entretenerse o incluso como reafirmación de la identidad personal. Uno de los más conocidos es el elefante. Consiste en un dibujo, a pequeña escala, de un paquidermo, que se data en la época en que a Carlomagno le fue regalado dicho animal en la corte de Aquisgrán, noticia que causó gran revuelo en la Europa de la época y que, a tenor de lo visto, llegó hasta estos recónditos valles.
Otra característica de esta iglesia actualmente, es que la torre con las campanas, la espadaña, que se encuentra separada de la nave de la iglesia. La espadaña está al pie de la planta en cruz, en la cara oeste del edificio. Esta separación entre nave y espadaña es común en iglesias de la zona o de este estilo.
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