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Sitio de Burgos



13 ingenieros

El asedio del castillo de Burgos fue parte de la Guerra de la Independencia Española transcurrido del 19 de septiembre al 21 de octubre de 1812, el ejército anglo-portugués dirigido por el general Arthur Wellesley, Marqués de Wellington intentó capturar el castillo de Burgos en España a la guarnición francésa bajo la orden de General de Brigada Jean-Louis Dubreton. Los franceses repelieron cada intento de tomar la fortaleza, resultando en una excepcional retirada de Wellington, cuando venía de derrotar al ejército enviado a enfrentarle en las Líneas de Torres Vedras, les persiguió y entonces regresó para completar el asedio de Burgos y capturar la ciudad. El asedio tuvo lugar durante la Guerra Peninsular, parte de las Guerras napoleónicas. Burgos está localizado aproximadamente 210 kilómetros al norte de Madrid.

Después de aplastar al Mariscal Auguste Marmont y el ejército francés en la Batalla de los Arapiles en julio de 1812, Wellington explotó su gran victoria avanzando hacia Madrid. El rey José Bonaparte y el Mariscal Jean-Baptiste Jourdan retrocedieron a Valencia donde buscaron refugio con el Mariscal Louis Gabriel Suchet. La magnitud del triunfo de Wellington obligó también a Nicolas Soult a evacuar Andalucía en el del sur y retirarse a Valencia. Los ejércitos combinados de Soult y José pronto supusieron una seria amenaza al cerco sobre Madrid que ejecutó Wellington. El ejército francés recientemente derrotado en el norte también intentó recomponerse. Wellington hizo planes para contrarrestar la amenaza desde el sur de Francia capturando rápidamente la posición estratégica de Burgos, la cual era una importante base de suministros francesa.

Por su parte, Dubreton dirigió un defensa maestra, resistiendo los asaltos de Wellington. Las esperanzas del comandante británico se desvanecieron cuando sus intentos de contener los dos contraofensivas francesas fallaron. Con la llegada de los refuerzos franceses a Burgos por el nordeste y de Madrid del sureste, el comandante británico se retiró al oeste, abandonando áreas grandes de España que había sido recientemente liberadas. Aquello supuso a los franceses perder una oportunidad de derrotar a las tropas de Wellington. No obstante, durante la retirada a Portugal del ejército anglo-portugués perdió muchos hombres por inanición y por persecución de la caballería francesa.

La victoria de Wellington sobre el Mariscal Marmont en la Batalla de los Arapiles el 22 de julio de 1812 debilitó gravemente la posición francesa en España. Antes del encuentro, el rey José había enviado más de 14.000 unidades, pretendiendo reforzar al mariscal, quién era inconsciente que la ayuda era en el camino.[1]​ El 25 de julio, José recibió un informe de Marmont herido en el cual contaba el desastre. Pronto, General de División Clausel informó de la situación. Escriba al rey, "los ejércitos normalmente padecen en moral después de un contratiempo, [pero] es duro de entender la extensión del desaliento que existe con éste. No puedo encubrir que un mal espíritu prevalece. Los desórdenes y la mayoría de excesos marcan cada etapa de nuestra retirada."[2]​ José inmediatamente se retiró hacia Madrid. Desesperado por salvar la situación, el rey ordenó al mariscal Nicolas Soult enviar ayuda y evacuar Andalucía, pero el mariscal se negó.[3]

El 30 de julio, el ejército de Wellington alcanzó Valladolid, al noroeste de Madrid. Dejó 18,000 soldados con el teniente general Henry Clinton para ayudar a Clausel, el comandante de ejército británico que se dirigía a Madrid con 36,000 hombres.[3]​ El 11 de agosto, la división de dragones Anne-François-Charles Trelliard luchó en una escaramuza inconclusa con los Aliados en la Batalla de Majadahonda, al noroeste de Madrid. Al principio, los dragones franceses persiguieron al regimiento portugués del Brigadier General Benjamin d'Urbano'. Después de que volviera la legión alemana del Mayor George Bock del Rey (División Real Alemana) de Dragones Pesados, la división francesa fue finalmente detenida por la Primera División Alemana de Infantería Ligera y la llegada de mayores refuerzos .[3][4]

El rey José abandonó Madrid cuando el ejército anglo-portugués entró el 12 de agosto, para alegría de sus habitantes.[5]​ El día siguiente, los fuertes del Retiro estuvieron bajo asedio y 24 horas más tarde se rindieron a Wellington, dejando 2.046 prisioneros, almacenes de ropa y equipamiento, incluyendo 20.000 mosquetes y 180 cañones de latón así como las águilas del 13.º de Dragones y la 51.º Regimiento de Infantería de Línea.[6]:318[7]​ Acosado por las guerrillas y torturado por la sed, los soldados de José retrocedieron completamente a la ciudad costera del más al este: Valencia, la cual alcanzaron el 31 de agosto. Valencia estaba comandada por entonces por el Mariscal Louis Gabriel Suchet. Wellington sabía que si José y Soult unian sus fuerzas, su posición en España central se vería comprometida. Además sabía que en el otoño la lluvia mantenía el río Tajo con gran caudal impidiendo a José y Soult amenazarle por su flanco sur. Esperaba además que las tropas españolas pudieran retrasar cualquier contraataque francés hacia Madrid. También creía que la captura de Burgos retrasaría cualquier incursión francesa desde del norte.[8]

Para sorpresa de Wellington, Clausel avanzó rápidamente a su ejército y se lanzó a una incursión desde el norte. El 13 de agosto, el general francés marchaba hacia Valladolid con 25.000 soldados. Al frente de este avance, Clinton volvió a caer en Arévalo con 7.000 soldados mientras que José María Santocildes con las tropas españolas abandona Valladolid. Clausel envió a su lugarteniente Maximilien Sebastien Foy para rescatar las tropas francesas guarnecidas. Mientras los atacantes españoles concluían el Asedio de Astorga antes de que Foy llegara, éste toma Toro y Zamora y se reúne con Clausel en Valladolid el 4 de septiembre. Wellington y 21.000 soldados se reúnen con Clinton en Arévalo el 3 de septiembre. El comandante de ejército británico entonces persigue a Clausel, pero éste a su vez se libra fácilmente de sus perseguidores, y alcanza Brugos dejando un total de 2,000 hombres en la fortaleza.[9]​ Wellington dejó al lugarteniente General Rowland Hill para defender Madrid con 31.000 soldados del ejército anglo-portugués y 12.000 del español.[10]​ Esta fuerza incluyó las tres mejores divisiones de Wellington.[8]

El ejército combinado de ingleses, portugueses y españoles de 35,000 unidades puesieron al castillo de Burgos bajo asedio el 19 de septiembre.[11]El general de brigada Jean-Louis Dubreton mandaba dos batallones de la 34.ª Regimiento de infantería ligera, un batallón de la 130.ª de línea, una compañía de artillería, un compañía de zapadores, nueve cañones pesados, 11 cañones de campaña, y seis morteros, junto con 2,000 unidades.[12]​ Las defensas interiores de Burgos contenían un baluarte conocido como la batería Napoleón.[13]​ Los historiadores difieren cuántos cañones pesados tenía disponibles el ejército de Wellington. Michael Glover escribió que el británico tenía solo tres cañones de 18 libras con 1,306 cargas.[14]​ David Gates afirmó que Wellington solo trajo ocho cañones de asedio aunque justo antes capturó más piezas que estaban operativas.[15]​ Chris McNab supone que el británico contaba con un total de ocho cañones de 24 libras.

El almirante Sir Home Popham de la Royal Navy ofreció desembarcar más cañones pesados en Santander (a 120 km al norte de allí) pero Wellington declinó usar ese recurso.[12]​ Después de los costosos asedios en Ciudad Rodrigo y Badajoz, era reacio a montar un ataque de infantería masivo.[14]​ Por aquel tiempo, el cuerpo de zapadores también llamado Artificieros Militares, estaba seriamente reducido. En Burgos había solo cinco oficiales ingenieros y ocho zapadores. Durante la operación de asedio, un ingeniero y uno de los zapadores habían muerto, dos ingenieros estaban heridos y los demás zapadores estaban heridos.[16][6]

Wellington ordenó un asalto al cerro de San Miguel, el cual guardaba el fuerte por el nordeste para la noche de 19 septiembre. Lanzado sin el beneficio de artillería de soporte, hubo tres agresiones simultáneas, el Primer Batallón de los 42º a pie fue divisado por los franceses con la luz de la luna y más de 200 hombres fueron alcanzados. La brigada portuguesa del general Denis Pack perdió a 100 soldados más.[17]​ Las compañías de flanco británicas de la 1ª/42ª a pie, 1ª/24ª a Pie, y 1ª/79ª a pie fueron capaces de obtener acceso desde atrás al cerro.[12]​ Desde allí abrieron fuego disperso sobre las posiciones francesas. Los defensores de repente huyeron, dejando el cerro en posesión aliada.[17]​ El 1.º Batallón de la 34.ª Línea perdió 138 soldados muertos y heridos, más 60 hombres y siete cañones que fueron capturados. Las pérdidas aliadas sumaron 421 entre muertos y heridos.[12]

Los ingenieros británicos empezaron a cavar baterías en la cima del cerro, la primera batería estuvo acabada el 22 de septiembre pero esperando conseguir tener suerte otra vez, Wellington ordenó un ataque en la noche de 22/23 septiembre antes de que sus cañones hubieran dispararon algún tiro. Hombres del 1.º y 6ª Divisiones arremetieron contra empalizadas con filos, seguidos por solo cinco escalas para subir los 24 pies de muralla (7 metros), no pudieron recibir el apoyo de más tropas y fueron fácilmente repelidos con 150 de los 400 hombres muertos y heridos.[6]:322 Los ingenieros entonces empezaron excavar una mina de 18 metros para conseguir llegar por debajo del muro oeste. Cuando efectuaron la primera detonación en las primeras horas del 29 septiembre, parte del muro colapsó, lo que permitió a los británicos adentrarse pero tampoco fueron apoyados y fueron pronto rechazados por los defensores.[6]:323 Resultó que la mina fue ejecutada bajo una antigua pared enterrada que estaba delante de la pared moderna. Consiguientemente, los defensas franceses principales no fueron afectadas por la explosión.[17]

Un frustrado Wellington ordenó a sus ingenieros para excavar una mina nueva. Entretanto, ordenó a sus soldados trabajar por la noche para levantar una batería junto a las murallas. En el amanecer del 1 de octubre, el ejército francés descubrió la posición e inmediatamente la anuló con su artillería defensiva. Rápidamente destruyeron dos de los tres cañones y provocaron serias pérdidas entre la cuadrilla de la artillería. La noche siguiente los británicos restablecieron la batería solo para verla destruirse otra vez por la mañana.[17]​ El 2 de octubre, Wellington pidió a Popham enviar dos cañones de 24 libras para reemplazar su artillería perdida. Nunca tuvieron tiempo de llegar.[12]​ Cuándo la mina nueva estaba finalmente a punto el 4 de octubre, esté fue detonada, dejando un vacío de 30 metros en la pared de noroeste y mató a la mayoría de los defensores en el área.[6]:324 El ataque subsiguiente dirigió consiguió mantenerse en las defensas exteriores después de una lucha muy intensa y 220 bajas.[18]

Después de que los Aliados empezaran a cavar una trinchera nueva contra los defensas interiores, Dubreton lanzó una incursión contra los asediadores el 5 de octubre. Los británicos muertos o heridos sumaron casi 150 Aliados y gran parte del equipo fue sustraido o anulado. Apenas hubo Wellington reiniciado las operaciones de asedio, Dubreton golpeó otra vez. A las 2 de la mañana del 8 de octubre, en un tiempo muy reducido, los franceses salieron del fuerte y causaron 184 bajas sufriendo muy pocos daños. La lluvia empezó para caer con intensidad, inundando las trincheras de asedio. Los cañones británicos en el cerro se quedaron tan cortos de munición que se reutilizaron bolas de cañón francesas.[18]​ Wellington escribió, "Esta es con diferencia el trabajo más difícil que nunca he tenido que realizar con medios tan insignificantes. El Dios que me envía esto quizás podría darme algo más de tiempo."[14]

Una tercera mina fue excavada y el 18 de octubre, en 4.30pm la mina fue detonada bajo la Capilla de San Romano, cerca de la pared del sur.[6]:327Los asaltos se dirigieron con los muros oeste y norte, pero el apoyo de estos ataques fue débil y al igual que en los anteriores, fueron rechazados y más de 170 bajas se añadieron a la lista de bajas. Con un ejército francés acechando su posición y con los problemas que surgían de la escasez de artillería y munición, Wellington hizo preparaciones para la retirada el 21 de octubre. Aun así, fue incapaz de retirar todos sus cañones de asedio. Los ingenieros intentaron derribar las defensas en el cerro capturado, pero sus cargas fallaron al explotar.[18]​ Las pérdidas británicas en el asedio sumaron 550 muertos, 1.550 heridos, y tres cañones. El francés perdió 304 soldados y 323 heridos, más 60 capturados.[12]

Soult levantó el Asedio de Cádiz el 25 de agosto de 1812 y abandonó un enorme botín en Sevilla para el día 28.[19]​ Para finales de septiembre, Soult estaba en contacto con Suchet y Joseph.[14]​ El 15 de octubre las fuerzas de José se movilizaron hacia Madrid con 61,000 soldados y 84 cañones. La columna de Soult marchaba junto a la de Jean-Baptiste Drouet, Conde de Erlon.[20]​ En el del norte, el general de división Joseph Souham contaba con 41,000 hombres del Ejército de Portugal que había aumentado a 53,000 por transferir 6,500 unidades de infantería y 2,300 de caballería del Ejército del Norte y por 3,400 refuerzos de Francia.[11]

Para mantener lejos estos movimientos, Wellington desplegó 73,000 unidades. En Burgos tenía 24.000 soldados del ejército anglo-portugués y el de Santocildes 11,000 españoles. En el sur Hill ocupó Toledo con 20,000 soldados mientras que el General Charles Alten defendía Madrid con 18,000. Enojado con la designación de Wellington como comandante supremo en España, el General Francisco Ballesteros rechazó obedecer los órdenes de los británicos de obstruir los movimientos de Soult. Todas las esperanzas estaban sobre los más de 8,000 anglo-sicilianos bajo el Lugarteniente Thomas Maitland en Alicante en la costa del este.[14]​ Maitland finalmente no pudo ser útil durante toda la crisis. Wellington estaba a 241 km al norte de Madrid en Burgos, peligrosamente separado del ejército del Hill. Para empeorar las cosas, el Tajo no fue un obstáculo militar serio debido al escaso caudal que transportaba aquel año.[20]​ Cuándo Wellington se dio cuenta de que hubiera sido superado númericamente por Souham, se sintió afortunado de haber escapado intacto. Más tarde escribió, " No tuve ninguna razón para que creer el enemigo estaba tan fuerte hasta que los divisé. Afortunadamente, no me atacaron: si lo hubieran hecho, seguramente me habrían destruido." Aun así, se mostró poco dispuesto a retirarse.[11]

Wellington levantó el asedio de Burgos el 21 de octubre.[12]​ Se retiró de la zona, sin ser detectado por los franceses hasta el día 22. La batalla de Venta del Pozo se libró el día 23. El núcleo del ejército Aliado cruzó el Pisuerga en Torquemada para ese día.[21]​ Entre el 25 y el 29 de octubre, Souham y Wellington lucharon en una serie de acciones entre los ríos Pisuerga y Carrión Ríos en Palencia, Villamuriel de Cerrato, y Tordesillas las cuales en su conjunto son llamadas la Batalla de Tordesillas. Cuando los franceses tomaron el puente sobre el Duero en Tordesillas para el 29 de octubre, Wellington ya había ordenado la retirada.[22]

El 29 de octubre, Hill recibió orden de Wellington para abandonar Madrid y reunirse con él. Después de un enfrentamiento con la vanguardia de Soult en el puente Largo del Río Jarama en Aranjuez el día 30, Hill rompió contacto y tras abandonar Madrid, destruyendo las posiciones en la Real Fábrica de Porcelana del Buen Retiro, se retiró en la dirección de Alba de Tormes.[23]​ José volvió a la capital madrileña el 2 de noviembre. Ansioso de destruir a los británicos, José los persiguió sin dejar si quiera una guarnición en Madrid. El retiro aliado continuó hasta que Wellington y Hill se reunieron en Alba de Tormes, que resistió un asedio francés de 10 días hasta el 24 de noviembre.[24]​ El 15 de noviembre, Soult con 80,000 soldados franceses encaró a Wellington con 65,000 unidades en el mismo campo de batalla de Salamanca. Para decepción de muchos generales y soldados franceses, Soult declinó atacar. Wellington empezó a retirarse al oeste aquella tarde.[25]

Los arreglos logísticos del ejército de Wellington colapsaron y los soldados aliados se vieron retirándose en tiempo lluvioso con apenas comida durante 4 días.[26]​ Además Soult envió a su caballería tras los Aliados. Aun así, la caballería francesa solo pudo capturar a unos cientos de rezagados. El 16 de noviembre, 600 soldados aliados fueron capturados por el franceses. El número de prisioneros fue incluso más alto en el 17.º Regimiento incluyendo al segundo de Wellington, el General Edward Paget. Antes de alcanzar la fortaleza aliada de Ciudad Rodrigo, los ejércitos Aliados perdieron 5,000 hombres, mayoritariamente soldados que habían muerto de hambre o expuestos a una retirada caótica.[27]​ Todo parecía que los esfuerzos de Wellington durante 1812 habían sido en vano. Pero a la primavera siguiente un renovado ejército aliado volvería a atacar a los franceses con renovado ímpetu derrotando al ejército napoleónico en Vitoria.

En los días 10, 11 y 12 de junio del 2016 se hizo la recreación histórica de la batalla bajo el nombre de Wellington Ad Portas,[28]​ en ella participaron cerca de 600 actores provenientes de toda la geografía nacional y de Francia, Gran Bretaña, Portugal, Alemania, Rusia e Italia. Se monto un campamento con 130 tiendas donde se recrearan actividades típicas de la época. También se realizaron dos simulaciones de combate, en las que participaron 400 armas de avancarga, 8 cañones y 20 monturas.

Posteriormente se levantaron dos placas en honor de los combatientes de la batalla. Ha mediados de junio del 2019, la concejala de turismo Carolina Blasco inauguró la Ruta del Asedio[29]​ que cuenta con un itinerario con placas de información por los lugares por donde se desarrolló la batalla, la ruta estará complementado por un folleto turístico que se entregara en el Centro de Recepción de Turistas (CITUR).



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