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Talos



En la mitología griega, Talos, Talon o Talo (Τάλος / Tálos - Τάλως / Tálōs) era un autómata gigante hecho de bronce que protegía a la Creta minoica de piratas e invasores. Rodeaba las costas de la isla tres veces al día.

Existen varias versiones sobre su genealogía: en unas, es considerado hijo de Cres,[1]​ personificación de Creta y padre de Hefesto (lo que contradice la versión dominante); en otras, es un autómata forjado por el propio Hefesto con la ayuda de los cíclopes; y en otras, es el último de una malvada raza de gigantes de bronce. En algunas versiones del mito, Talos es forjado por el inventor Dédalo.

En cualquier caso, se lo presentaba como el infatigable guardián de Creta (dado por Zeus a Europa o por Hefesto al rey Minos), encargado de dar tres vueltas cada día a la isla, impedir la entrada a los extranjeros, destruyendo sus barcos y evitar la salida a los habitantes que no tenían el permiso del rey. Se decía que cuando Talos sorprendía a algún extranjero, se metía en el fuego hasta calentarse al rojo vivo y abrazaba entonces a sus víctimas hasta matarlas.

El invulnerable cuerpo de bronce de Talos era irrigado por una única vena diminuta que lo recorría desde el cuello al tobillo, donde estaba rematada por un clavo que le impedía desangrarse, y ese era su único punto débil.[2]​ Cuando Jasón y los argonautas llegaron a Creta tras obtener el vellocino de oro, Talos les impidió desembarcar del Argo arrojándoles grandes rocas a la bahía.

Según la Biblioteca mitológica,[3]​ la hechicera Medea volvió loco a Talos con sus pócimas, haciéndole creer que podía hacerlo inmortal si se quitaba el clavo del tobillo. Otra versión cuenta que Peante, padre de Filoctetes, atravesó la vena con una de sus flechas. En las Argonáuticas de Apolonio, Medea hipnotiza a Talos desde el Argo, lo vuelve loco y hace que se arranque el clavo.[4]​ En cualquier caso, al quitar el clavo del tobillo, se derrama el icor de Talos, que se desangra y muere.[5]​ Tras la muerte de Talos, el Argo puede arribar sin peligro.

En dialecto cretense, Τάλως talôs (Talos) era el equivalente griego de hêlios (Helios), el sol: el léxico de Hesiquio de Alejandría señala simplemente que «Talos es el sol». En Creta, Zeus era adorado como Zeus Taleo (Zeus Solar), se incorpora así al dios anterior en forma de epíteto, como es habitual.[6]​ El dios fue identificado con los montes Taleos (hoy llamado Kulukonas), una estribación al norte del monte Ida (Creta).

Una interpretación política del mito es que el personaje de Talos representa la flota minoica pertrechada con armas metálicas. Cuando los griegos del Argo lo derrotan, el poder de Creta se desvanece.

E. Pottier,[7]​ que no cuestiona la personalidad política de Minos, considera probable a la vista de la historia de Falaris que en Creta (donde pudo haber existido un culto al toro por parte de los del doble hacha) se torturaba a las víctimas encerrándolas en la panza de un toro de bronce al rojo vivo. Éste sería también el origen del mito del Minotauro.

Robert Graves sugiere que este mito está basado en una mala interpretación de una representación de Atenea en la que se muestra el proceso de cera perdida para fundir bronce, que Dédalo llevó a Cerdeña.



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