x
1

Templo de San Francisco Acatepec



El Templo de San Francisco Acatepec es un monumento religioso del siglo XVIII, característico de la arquitectura barroca de México, especialmente reconocido por su fachada de mosaicos de talavera combinada con ladrillo rojo. Se encuentra en la localidad de San Francisco Acatepec del municipio de San Andrés Cholula en el Estado de Puebla, México y fue uno de los primeros templos construidos en la región.[3]

No se conoce con exactitud la fecha de construcción del templo, pero una pintura que se encuentra en el interior hace suponer que fue en 1730.[4]​ Sin embargo, los planes de su construcción se remontan al siglo XVI, cuando la orden franciscana se estableció en el lugar para fundar un pequeño convento.[5]​ En 1560 los franciscanos iniciaron un templo en el mismo sitio, aunque la edificación del templo actual comenzó hasta la segunda mitad del siglo XVII, extendiéndose hasta el siglo XVIII.[6]

El templo, junto con otros que se encuentran en Puebla y fueron construidos entre los siglos XVII y XVIII se caracterizan por las fachadas policromadas de talavera y ladrillo rojo. La cerámica del templo fue elaborada a mano entre los años 1650 y 1750, época en que la talavera poblana se convirtió en parte de la decoración principal de los edificios del barroco.[7]

El 31 de diciembre de 1939 sufrió un incendio en el interior,[8]​ sin embargo, fue restaurado íntegramente gracias a la existencia de documentos fotográficos que había realizado Guillermo Kahlo a principios del siglo XX junto con Gerardo Murillo de diversos templos religiosos de México.[5][6][9]​ Luego del incendio, la decoración del interior fue reconstruida por la familia cholulteca Pantle, quienes se dedicaban a la yesería; dicho trabajo de restauración duró 25 años.[10]​ Terán Bonilla señala, sin embargo, que el programa iconográfico fue modificado substancialmente durante la reconstrucción; incluso los considera como errores.[8]

En 1946, el director Emilio Fernández eligió el templo de San Francisco Acatepec como una de las locaciones para la película Enamorada, protagonizada por María Félix y Pedro Armendáriz.[11][12]

El atrio es amplio, similar a otros atrios franciscanos, pero de menores dimensiones. Tiene forma octogonal y cuenta con tres accesos.[12]​ La entrada principal tiene un arco mixtilíneo, cuya construcción data del siglo XVII.[13]

El atrio, cuya construcción fue anterior al templo actual, no sólo tenía una función ornamental, sino que también fungió como capilla abierta y como campo santo para la población. Durante los siglos XVII y XVIII ahí se realizaban los entierros e incluso actualmente se pueden observar algunas de las sepulturas, de las cuales la más antigua data de 1887.[12]

Posee una planta de cruz latina con siete cuerpos; en el primero se encuentran el coro y el sotocoro; en el sexto el transepto y en el séptimo el presbítero. La sacristía está en el costado sur del transepto, la cual es de planta rectangular y conformada por dos cuerpos. La bóveda del templo es de cañón corrido con lunetos; la cúpula es de media naranja con tambor octagonal.[6]​ Toussaint señala que la planta y el alzado de la fachada son de "origen borrominesco".[14]

La fachada data de finales del siglo XVIII, pues tiene columnas estípite.[15]​ Destaca su decoración barroca policromada revestida de loseta de cerámica con azulejos de talavera realizadas específicamente para este templo. El color de la cerámica hace alusión a la Virgen María, por el blanco y el azul, y a San José por el verde y amarillo.[5]​ Tiene dos cuerpos y un remate con volutas, flameros que se encuentran tanto en la espadaña como en la torre, los cuales asemejan elementos de la repostería fina.[16]​ Según Manuel Toussaint, tiene la apariencia de una 'iglesia de porcelana'. Posee pequeñas pilastras estípite adosadas a la fachada completamente revestidas de azulejos, lo mismo que las columnas salomónicas que se encuentran en la única torre del templo.[4]​ Al respecto, Moreno Villa señala:

Vargas Lugo señala que la fachada no sigue formas tradicionales, pues además de las pilastras estípite, posee un óculo en forma de estrella y cornisas molduradas al estilo del último barroco dieciochesco.[18]

Manuel Toussaint señala que la torre está revestida de una mayólica que, al igual que la fachada, posee lineamientos barrocos así como elementos decorativos muy sobresalientes dentro del templo. Asimismo, la fachada tiene un campanario extra a la derecha, a manera de espadaña diagonal,[19]​ decorado con ladrillos rojos y con azulejos de colores diversos.[20]

El interior posee decoración de yesería y retablos barrocos similares a los del Templo de Tonantzintla; sin embargo, esta decoración corresponde a la realizada a partir del incendio que sufrió el templo en 1939. Para restaurarlo se realizaron decoraciones similares a las originales, pero hubo cambios en la iconografía y calidad.[8]

El templo posee un interior con una decoración rica en molduras doradas y figuras realizadas con policromía. Las claves de los arcos y las ménsulas que interrumpen las cornisas son de particular interés, según Toussaint.[21]

Al igual que la portada, el interior tiene elementos barrocos con un retablo dorado en el altar. Posee elementos que recuerdan a la Capilla del Rosario, también en Puebla, pero interpretados de manera popular.[4]​ A diferencia del Templo de Santa María Tonantzintla, su interior no refleja la iconografía indígena de manera tan profusa.[16]

Los relieves dorados del interior son la característica del interior; en la parte del coro destaca la abundancia de policromía. Ciancas señala que “aparece la nota ingenua y popular dada por innumerables difuras de angelitos que pueblan las columnas salomónicas de los altares”, los cuales fueron renovados después del incendio.[22]

Destaca el trabajo con yeso con la imagen de la Encarnación y el Alumbramiento del Hijo de Dios, con elementos de la Santísima Trinidad y un sol resplandeciente. En la bóveda del testero se encuentra la Sagrada Familia.[16]​ Otras imágenes en yeso del interior representan ángeles, querubines, niños asexuados, además de tres retablos dorados que se encuentran en las tres paredes, incluyendo el altar.[7]

Los santos del retablo principal están tallados en madera y policromados con la técnica de estofado.[7]​ El púlpito también destaca por su forma, la cual también tiene una decoración policromada.[23]

En los arcos laterales se aprecian pasajes de los evangelios caracterizando los atributos del tetramorfos: San Mateo con un ángel, San Marcos con un león, San Lucas con un toro y San Juan con un águila. La vitrina del templo está representada con la imagen de San Francisco de Asís, principal advocación del templo.[16]

El púlpito policromado, fue el único elemento del interior que se salvó del incendio de 1939, como lo indica un testimonio de un sacerdote de Cholula. Está decorado con atlantes que lo soportan, así como las figuras de los padres de la iglesia.[24]



Escribe un comentario o lo que quieras sobre Templo de San Francisco Acatepec (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!