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Tren del Aceite



La línea Linares-Puente Genil,[n. 2]​ conocida coloquialmente como el «tren del Aceite»,[3][4]​ fue una línea férrea española de ancho ibérico que transitaba por las provincias de Córdoba y Jaén. El trazado recibía su nombre al importante papel que tenía el transporte del aceite por los trenes que circulaban por ella.

La línea fue construida entre 1879 y 1893, entrando en servicio en este último año. La construcción corrió a cargo de la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces, si bien con posterioridad pasaría a manos de RENFE. El trazado originalmente tenía su cabecera en la estación de Linares-Zarzuela, disponiendo también de enlaces con otras líneas a través de los nudos ferroviarios de Espeluy y Puente Genil. Tras atravesar durante sus últimos años una marcada decadencia, la mayor parte del trazado sería clausurado al tráfico a comienzos de 1985. A día de hoy solo se encuentra operativo el tramo comprendido entre Espeluy y Jaén. En la actualidad buena parte del antiguo ferrocarril sirve de base para el trazado de varias vías verdes.

El origen de este ferrocarril está en un proyecto de los empresarios Jorge Loring y Joaquín de la Gándara para el establecimiento de una línea férrea que uniera Linares y Puente Genil,[5]​ donde enlazaría con la línea Córdoba-Málaga. En aquella época Linares constituía un importante centro minero e industrial, por lo que existía un fuerte interés en dar salida a los minerales hacia un puerto marítimo. Además, las provincias de Córdoba y Jaén constituían importantes zonas de producción agrícola, siendo el aceite uno de sus principales productos. Loring firmaría el proyecto de construcción, en 1875, que argumentaba la necesidad de llevar el ferrocarril a aquellos territorios para favorecer el comercio.[6]​ En julio de 1877 el Estado otorgó una concesión para la construcción de dicha línea,[7]​ que en 1881 sería transferida a la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces.

Los trabajos de construcción transcurrieron entre 1879 y 1893,[8]​ finalizándose ya en 1881 las obras del tramo Espeluy-Jaén.[9]​ Sin embargo, debido a las dificultades geográficas, las obras en otros tramos duraron más tiempo. La sección Puente Genil-Cabra sería completada en junio de 1891; dos años después, a comienzos de 1893, quedarían finalizados los tramos Linares-Espeluy y Jaén-Cabra.[10]​ El trazado original de esta última sección —que presentaba una orografía complicada— había tenido que ser modificado en 1890. La línea, una vez completada su construcción, sería inaugurada y abierta al tráfico el 22 de enero de 1893.[n. 3]

Tras la inauguración del trazado, Espeluy y Puente Genil se convirtieron en importantes nudos ferroviarios, estaciones en las cuales existían empalmes con las líneas Manzanares-Córdoba y Córdoba-Málaga, respectivamente. Para la explotación de este ferrocarril la compañía «Andaluces» adquirió ocho locomotoras nuevas de la serie 0-4-0, y echó mano de otras diez locomotoras anteriormente adscritas a la línea Córdoba-Belmez.[13]​ El tráfico de mercancías en la línea se centró en el transporte de minerales, aceite de oliva, harina, vinos, etc. En julio de 1918 se inauguró un ramal ferroviario de 6,94 km que partía de la estación de Luque y enlazaba con la población de Baena,[14][15]​ una importante localidad agrícola y aceitera. En 1936, durante la Segunda República, «Andaluces» fue incautada por el Estado debido a sus problemas económicos, y asignada la gestión de sus líneas férreas a la Compañía Nacional de los Ferrocarriles del Oeste. Esta situación no duró mucho, ya que en 1941, con la nacionalización de la red férrea de ancho ibérico, la línea pasó a manos de RENFE.

Bajo gestión de RENFE no se realizaron grandes inversiones en la línea, limitándose estas solo al mantenimiento. En las décadas de 1940 y 1950 por iniciativa del Sindicato Nacional del Olivo se construyeron almacenes reguladores de aceite en algunas de las estaciones pertenecientes a la línea, como fue el caso de Puente Genil, Lucena, Martos, Torredonjimeno, Jaén o Espeluy.[16]​ Los depósitos se encontraban situados junto a las estaciones, habilitándose para ello vías de acceso. Durante la década de 1960 el ferrocarril hubo de afrontar la fuerte competencia del automóvil y el transporte por carretera, factores que le restaron pasajeros. En ese contexto, el ramal Luque-Baena sería clausurado por RENFE el 1 de octubre de 1965,[17]​ debido a su crónica falta de rentabilidad económica. El 15 de enero de 1970 fue clausurado el tramo comprendido entre Linares y Espeluy,[18]​ hecho que se producía tras el cierre al servicio de pasajeros de la estación de Linares-Zarzuela en 1968. Con ello, el tráfico de la línea quedó reducido al trazado comprendido entre Espeluy y Puente Genil. Para la década de 1970 un buen número de estaciones y apartaderos de la línea fueron reclasificados como apeaderos.

RENFE acometería en 1977 la electrificación del tramo Espeluy-Jaén. Además, por aquellas fechas se construyó una nueva variante ferroviaria cerca de la estación de Espeluy. Hasta entonces los trenes procedentes de Madrid con destino Jaén debían ir hasta hasta Espeluy, donde invertían su marcha para proseguir su camino hasta la capital jiennense. Durante sus últimos años de actividad la línea atravesó una lánguida existencia, con un tráfico muy reducido. Como excepción, se mantuvo un servicio regular de Ómnibus que hacía trayecto entre las estaciones de Espeluy y Puente Genil.

El 31 de octubre de 1984 la mayor parte del trazado fue clausurado al tráfico ferroviario,[17]​ debido al accidente sufrido por un convoy a la altura de Alcaudete que dañó los raíles. Solo se mantuvo operativo el tramo comprendido entre Espeluy y Jaén, que ha seguido funcionando hasta la actualidad. Aunque los daños en la infraestructura fueron reparados, el resto de la línea nunca volvería a reabrirse al tráfico comercial. A partir del 1 de enero de 1985[19]​ el tramo comprendido entre Jaén y Campo Real fue clausurado definitivamente, al igual que ocurrió en esa misma fecha con otros trazados cuya explotación era considerada por RENFE como altamente deficitaria y poco rentable.

Tras la clausura de la línea, las vías fueron levantadas y algunas de las antiguas estaciones derribadas. El antiguo trazado entre Jaén y Campo Real ha servido de base para el establecimiento de una amplia vía verde que se divide en dos secciones: la vía verde del Aceite en la provincia de Jaén y la vía verde de la Subbética en la provincia de Córdoba. Ello también ha supuesto que algunas antiguas instalaciones ferroviarias hayan sido recuperadas y rehabilitadas para otros usos.

El trazado tenía una longitud de 175,849 kilómetros y era de ancho ibérico. Contaba con más de una quincena de estaciones, además de varios apartaderos y cargaderos. Originalmente la compañía de «Andaluces» situó en la estación de Puente Genil el depósito titular de locomotoras de la línea Linares-Puente Genil, mientras que en la estación de Jaén se situó una reserva de locomotoras.[20]​ Además, en la estación de Linares-Zarzuela (cabecera de la línea) también se estableció otra reserva de locomotoras. Por su parte, en la estación de Espeluy se estableció un puesto fijo de tracción.[20]​ La línea contó con importantes obras de fábrica: se llegaron a construir más de una decena de puentes y viaductos, así como tres túneles. Por su entidad destacarían el viaducto sobre el río Guadajoz y el viaducto sobre el río Víboras, siendo ambos diseñados por ingenieros franceses y construidos por la empresa gala Dayde & Pille.[21]



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