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Turismo en Palestina



El turismo en Palestina engloba el turismo en Jerusalén Este, Cisjordania y la Franja de Gaza. En 2016, más de dos millones de turistas visitaron Cisjordania durante el primer semestre del año, de los cuales 952.000 eran turistas extranjeros y 1.120.000 correspondieron al turismo nacional.[1]​ La situación del turismo en Palestina mejoró notablemente en 2017, y un informe de la Organización Mundial del Turismo de la ONU coloca a Palestina como el país donde más creció el turismo a nivel mundial durante el primer semestre de 2017.[2][3]​ Las cifras de 2018 siguieron creciendo y superaron los 2,8 millones de visitantes, centrándose en ciudades como Hebrón, Belén, Jericó y Ramala.[4]​ En la actualidad hay unos 250 hoteles en Palestina con unas 10.100 habitaciones disponibles, así como gran cantidad de hostales y pensiones.[5]​ Las principales guías de viaje afirman que "Cisjordania no es el lugar más accesible al que viajar pero el esfuerzo se ve ampliamente recompensado."[6]

La industria turística de Cisjordania se vino abajo tras la Guerra de los Seis Días de 1967 y la consiguiente ocupación israelí del territorio, aunque comenzó a recuperarse en los años noventa, especialmente a raíz de los Acuerdos de Oslo.[7]​ La Segunda Intifada (2000-2006), supuso un declive del 90% en la industria del turismo, aunque desde entonces se ha ido recuperando parcialmente y en 4,6 millones de personas visitaron Palestina en 2010, 2,2 millones de ellos desde el extranjero.[8]

El turismo entre Egipto y la Franja de Gaza estuvo relativamente activo antes de la guerra de 1967, y la ciudad de Gaza era un importante destino turístico que incluía hoteles con casinos. Sin embargo, pocos turistas han visitado la ciudad después de la guerra.[9]​ Una recesión económica en Israel a mediados de los ochenta volvió a reducir el turismo en Gaza hasta dejarlo prácticamente a cero.[10]

Antes de la Segunda Intifada, los turistas podían acceder a Gaza bien tomando un taxi a través del paso de Erez o bien a través de un vuelo hacia el Aeropuerto Internacional de Gaza. Sin embargo, Israel bombardeó el aeropuerto en 2001 y destruyó los accesos en 2002, momento desde el que dejó de estar en funcionamiento. Existe una pequeña pista cerca del campamento de refugiados de Jan Yunis, pero a día de hoy no es accesible debido al bloqueo israelí. Entre las atracciones turísticas de la ciudad de Gaza destacaban el bazar de la Plaza Palestina y la zona de playa, que tenía hoteles, restaurantes y una lonja.[11]​ Tanto árabe-israelíes como judíos visitaban las playas de Gaza y sus populares clubs.[12]

En 2010, 4,6 millones de personas visitaron el territorio del Estado de Palestina, lo que supuso un importante crecimiento con respecto a los 2,6 millones de visitantes en 2009. De la cifra de 2010, 2,2 millones eran turistas extranjeros mientras que 2,7 millones eran visitantes locales.[8]​ Sin embargo, el número de visitas internacionales es engañoso, dado que la mayoría de ellas pasaron solamente unas horas o estuvieron en Palestina como parte de una excursión de un solo día.[13]​ Aunque en el pasado el grueso de los turistas se podían encuadrar dentro del sector del turismo religioso (el porcentaje llegó a ser del 96%), las tendencias han cambiado en los últimos años con nuevos sectores como el turismo cultural (con el Hotel Walled Off como el más moderno referente), el turismo histórico o el turismo rural y de senderismo.[14]

El turismo en Palestina está creciendo actualmente a un ritmo acelerado. En 2018, una cifra récord de 2,8 millones de visitantes viajaron a Palestina, con un crecimiento especialmente agudizado en ciudades como Hebrón, Ramala, Jericó o Belén.[4]

Según un informe de la Organización Mundial del Turismo sobre el primer semestre de 2017, Palestina fue el país donde más creció el número de turistas internacionales a nivel mundial, con un crecimiento del 57,8% con respecto al mismo periodo del año anterior. El periódico inglés The Telegraph atribuye parte de dicho incremento a la inauguración en Belén del Hotel Walled Off, del famoso grafitero Banksy, no tanto por el turismo que haya atraído directamente sino por haber aumentado el conocimiento y la curiosidad por Palestina en occidente.[2]​ El diario israelí Haaretz añade como explicación la búsqueda de nuevos destinos turísticos poco convencionales.[3]

El 27 de septiembre de 2016, la Oficina Central de Estadísticas de Palestina y el Ministerio de Turismo y Antigüedades de Palestina publicaron las cifras del primer semestre de dicho año concernientes al turismo en Cisjordania. Según dicho informe, 2,07 millones de turistas visitaron las atracciones turísticas o recreativas de Cisjordania durante el primer semestre del año.[1]​ Dicha cifra se puede dividir entre unos 952.000 turistas extranjeros y 1.120.000 turistas locales, lo que supone un descenso del 5% y del 32% respectivamente comparado con el primer semestre de 2015. Los principales destinos turísticos de los visitantes extranjeros fueron la Gobernación de Jericó (32% del total) y la de Belén (29%), seguidas por las de Yenín (16%) y Nablus (14%).[1]

En cuanto al origen de los turistas extranjeros, más de la mitad de ellos provenían de Israel (54%, unas 514.000 visitas), seguido de los Estados Unidos (7%, unas 66.000 visitas), Rusia (6%, 57.000 visitas), India (3%, 24.000 visitas), Polonia y Rumanía (2%, unas 23.000 visitas de cada uno). El resto de orígenes sumaban un total de 245.000 visitas y suponían un 26% del total.[1]

Con respecto a las pernoctaciones en hoteles de Cisjordania, unos 194.000 huéspedes se alojaron un total de 605.000 noches en hoteles cisjordanos, lo que supuso un descenso del 20% con respecto a las cifras del mismo semestre del año 2015. La mayoría de los huéspedes provenían de la Unión Europea (56.557), de países asiáticos (37.211) y de Israel y la propia Palestina (26.382 y 21.991, respectivamente).[1]

La actividad económica relacionada con el turismo supuso en 2014 unos ingresos de 603,2 millones de dólares, la mayor parte de ella proveniente de restaurantes y hoteles (un 38% y un 22% del total, respectivamente).[1]

La industria del turismo en Palestina daba trabajo en 2015 a un total de 21.707 personas, más de la mitad de las cuales estaban empleadas en restaurantes (11.726), mientras que otras 2.387 se dedicaban a la venta de refrescos, 2.263 trabajaban en hoteles y otros negocios de alojamiento, y 1.462 lo hacían en empresas relacionadas con el ocio y las actividades recreativas.[15]

A día de hoy, aproximadamente dos tercios de las visitas turísticas a Palestina son realizadas por creyentes cristianos, en su mayoría provenientes de Norteamérica y Europa. Estos peregrinos del siglo XXI suelen visitar importantes lugares de interés religioso y turístico relacionados con la historia bíblica. Muchas de estas visitas religiosas tradicionales están empezando a incluir reuniones con cristianos palestinos para conseguir una interacción personal entre visitantes y habitantes locales. Muchos de los turistas en la zona afirman que los supuestos problemas de seguridad están sobrevalorados. El Departamento de Estado de los Estados Unidos apunta que "más de tres millones de ciudadanos extranjeros, incluyendo cientos de miles de ciudadanos estadounidenses, visitan anualmente y de una manera segura Israel y Cisjordania para estudiar y hacer turismo o negocios."[16]​ Hay numerosas actividades de excursionismo en Cisjordania, y recientemente apareció un programa de televisión de un famoso chef en que se narraba su visita a Israel, Cisjordania y Gaza.[17][18]

Un número creciente de turistas visita los lugares sagrados clásicos pero alargan posteriormente sus viajes para aprender sobre la cultura palestina, la historia bíblica y determinados asuntos sociales. Una serie de organizaciones pacifistas locales e internacionales ofrecen a los visitantes los puntos de vista de los palestinos, tanto cristianos como musulmanes, y de los judíos que viven en los asentamientos israelíes. Entre los grupos que ofertan este tipo de experiencia destacan el Presbyterian Peacemaking Program y el Friends of Sabeel North America.[19][20]​ Otras de las experiencias ofertadas son colaborar con los agricultores locales en la cosecha de la oliva o trabajar como observadores neutrales para controlar y registrar cualquier tipo de acontecimientos relevantes dentro de un intento de mantener la paz entre los colonos israelíes y los habitantes palestinos locales.[21][22]​ Una guía afirma que "participar como voluntario en Palestina puede ser una experiencia sumamente enriquecedora y se dispone de oportunidades para trabajar en diversos campos, como salud, cultura, comercio justo, agricultura, juventud y mujeres".[23]

La Autoridad Nacional Palestina y el Ministerio de Turismo israelí han intentado trabajar juntos el sector turismo de los territorios ocupados a través de un Comité Conjunto.[24]​ Recientemente, sin embargo, la cooperación necesaria para proporcionar un acceso común para turistas extranjeros a ambos países no ha tenido éxito por diversas razones. Israel controla el movimiento de turistas en Cisjordania.[25]​ Ni las empresas de transporte ni los guías turísticos palestinos pueden entrar en Israel desde el año 2000, y en 2009 el ministerio de turismo de Israel eliminó por completo de sus materiales toda referencia a Cisjordania y a cualquier otra zona palestina. El exministro de Turismo de la Autoridad Nacional Palestino, Kholoud Diibes, ha comentado al respecto que "Israel recauda el 90% de los ingresos relacionados con los peregrinos (turismo religioso)".[26]​ El turismo extranjero a Palestina se limita a Jerusalén Este y Cisjordania desde que en agosto de 2013 se cerró de manera indefinida el paso de Rafah entre Egipto y la Franja de Gaza. En la práctica, desde 2005 no existe apenas flujo de turistas hacia la Franja de Gaza debido al bloqueo militar israelí por tierra, mar y aire.[27]

En 2013, la ministra palestina de turismo Rula Ma'ay'a afirmó que su gobierno aspira a incrementar las visitas internacionales a Palestina, pero que la ocupación israelí es el principal factor que impide que el sector turismo se convierta en una importante fuente de ingresos para los palestinos. Más de un millón de turistas visitaron la Basílica de la Natividad en Belén en 2013, pero dado que Israel controla todos los accesos a Cisjordania, llegaron ya con guías o compañías de viajes israelíes, privando a las empresas palestinas de la posibilidad de ofrecer estos servicios.[28]​ El turismo en Palestina se concentra en lugares de especial interés histórico y religioso, sobre todo en Jerusalén Este, Belén y Jericó.[7]​ De hecho, la economía de Jericó está especialmente ligada al turismo. En 2007 hubo más de 300.000 huéspedes en hoteles palestinos, la mitad de ellos en Jerusalén Este.[29]​ Una serie de ONGs, entre las que destaca el Alternative Tourism Group, tratan de promover el turismo en Cisjordania.[25]

No hay requisitos adicionales para los visados de turistas en Palestina más allá de los impuestos por la política de visados de Israel.[30]​ Si bien el acceso a la Palestina ocupada requiere solamente un pasaporte internacional en vigor, la entrada a Jerusalén, Cisjordania y la Franja de Gaza se encuentra completamente controlada por el Gobierno de Israel. Los ciudadanos estadounidenses sospechosos de ser musulmanes, árabes o de "participar en actividades de protesta política o de apoyar a ONGs críticas con las políticas israelíes" son a menudo sometidas a extensos interrogatorios por parte de los oficiales de inmigración israelíes.[31]​ Este tipo de turistas están sujetos a retrasos, interrogatorios o incluso denegación de acceso a abogados, agentes consulares y a la propia familia, así como denegación de entrada en el país.[32][33][34]

A fecha de junio de 2016, había 113 hoteles en Cisjordania con una capacidad de 6.710 habitaciones y 14.798 camas. En 2014 había 7064 establecimientos en Palestina dedicados al turismo, cifra que incluye 2.634 restaurantes, 1.129 tiendas de regalos y souvenires, 1.667 tiendas de refrescos y bebidas, 224 tiendas de antigüedades y artesanía de madera, 237 servicios de alquiler de coches, 108 agencias de viajes especializadas en el hach, 116 hoteles y hostales, y 58 agencias de turismo.[1]

Palestina tiene cuatro espacios culturales considerados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco: el lugar de nacimiento de Jesús, incluida la Iglesia de la Natividad y la Ruta de Peregrinaje, en Belén; su tierra de olivares y viñas, y en concreto el paisaje cultural del sur de Jerusalén, representado especialmente en las terrazas de Battir; la Ciudad Vieja de Hebrón; y la Ciudad Vieja de Jerusalén, aunque esta última fue propuesta por Jordania y por lo tanto no aparece catalogada como palestina.

Jerusalén está considerada como una ciudad santa por las tres grandes religiones monoteístasː cristianismo, islam y judaísmo. En Jerusalén Este se encuentra la Ciudad Vieja, catalogada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, con numerosos lugares de excepcional importancia tanto desde un punto de vista religioso como histórico y artísticoː

Belén es el lugar de nacimiento de Jesucristo según los Evangelios del Nuevo Testamento, así como segundo destino turístico de Palestina, solo por detrás de Jerusalén. Aunque la población cristiana de la ciudad llegó a ser el 85% del total en 1947, su número ha disminuido hasta aproximadamente el 40% en 2005, si bien su alcaldesa sigue siendo cristiana. Belén también es importante desde un punto de vista religioso para los judíos, ya que su rey David nació en Belén y Raquel está enterrada allí. El turismo es el principal sector económico de la ciudad y hay más de 30 hoteles. Una guía de viajes señala que "para sacar el máximo a tu visita es mejor pernoctar; tanto el alojamiento como la comida son más baratos aquí de lo que encontrarás en Jerusalén".[35]​ En los primeros ocho meses de 2012, aproximadamente 700.000 turistas extranjeros visitaron la ciudad.[36]​ Belén fue nombrada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en julio de 2012. La popularidad internacional de Belén es tal que cincuenta y cuatro ciudades de veinte siete países distintos están hermanadas con ella.

Jericó está considerada una de las más antiguas del mundo. Con su proximidad al Mar Muerto, Jericó es el destino más popular entre los turistas palestinos. El turismo creció un 42,3% en los primeros tres trimestres de 2008, gracias a una cierta relajación de los controles israelíes en los puestos de control que permiten el acceso de una ciudad palestina a otra.[42]

Considerada la capital comercial de Cisjordania, Nablus es una ciudad de origen romano (Neapolis) famosa por su ciudad vieja, sus tiendas de muebles y su industria del jabón.

El clima de la Franja de Gaza (con una temperatura media de 26°C en agosto) y litoral de 75 kilómetros de playas la hacen ideal como destino turístico para extranjeros, lo cual podría suponer la base de la economía gazatí.[44]

La situación actual sigue siendo crítica a causa del estricto bloqueo israelí por tierra, mar y aire, así como la incapacidad de los gazatíes de reparar sus instalaciones de tratamiento de agua y alcantarillado.[45]​ En 2001, la Autoridad Nacional Palestina destacó las playas de Jabaliya-Beit Lahia, Gaza, Nezarim-Wadi Gazi, y Rafah-Jan Yunis por su potencial para el desarrollo de turismo de playa.[46]​ El fin de la ocupación terrestre de Gaza en agosto de 2005 generó nuevas expectativas de desarrollo en el campo del turismo en Gaza.[47][48]​ En 2010, la policía de Hamás impuso reglas de vestimenta y comportamiento en las playas.[49]​ Una serie de hoteles de alta gama, como el Hotel Al Deira, abrieron en el año 2000, pese a necesitar de objetos como el jabón y el champú que se tenían que traer de contrabando desde Egipto debido al bloqueo israelí. Si bien el número de huéspedes era escaso, algunos periodistas disfrutaron sus visitas[50]

En 2010, Gaza experimentó un breve auge de la construcción en el sector de las instalaciones de ocio y recreativas. Algunos de estos nuevos parques de atracciones y restaurantes son aventuras empresariales de Hamás.[51][52][53]​ Entre las muchas y recientes instalaciones de ocio en Gaza destacan el Crazy Water Park, el Al-Bustan resort (Gaza), y el pueblo turístico Bisan City. Entre los muchos restaurantes nuevos se encuentran el Club Roots , el Club Ecuestre Faisal y el nuevo restaurante del Museo de arqueología de Gaza.[54]​ El complejo de lujo Blue Beach abrió en 2015.[55]

En 2014, un informe de UNRWA, la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos, ofrece una valoración detallada de la situación en la Franja de Gaza: "El estrechamiento del bloqueo, impuesto tras la toma de control de Hamás en Gaza en junio de 2007, ha diezmado tanto las vidas como los modos de vida de los residentes, lo que tiene como resultado el empobrecimiento e involución de una sociedad altamente preparada y bien educada. A pesar de los ajustes realizados sobre el bloqueo por el gobierno de Israel en junio de 2010, las restricciones a las importaciones y exportaciones siguen dificultando de manera crítica la recuperación y reconstrucción de la región."[56]

Ramala es la capital administrativa y cultural de Cisjordania, conocida por su atmósfera relajada en el plano religioso y por las cafeterías que abundan a lo largo de sus principales calles. Hay gran cantidad de teatros y museos y el ambiente cultural es el más dinámico de toda Palestina.

En 2012, un diplomático holandés publicó un libro de 25 rutas de senderismo en Cisjordania. Un grupo de senderistas fundado por dicho diplomático enumeró con posterioridad más de 200 rutas y organizó paseos casi todos los fines de semana.[58]​ Según el diario británico The Guardian, el número de operadores de rutas de senderismo o ciclismo está creciendo en Palestina y facilita el acceso a su riqueza cultural y culinaria.[43]



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