Humberto II de Italia (en italiano: Umberto II di Savoia; Racconigi, 15 de septiembre de 1904 - Ginebra, 18 de marzo de 1983) fue el último rey del Reino de Italia tras la abdicación de su padre Víctor Manuel III, por un período de 33 días, lo que le llevó a ser conocido como el «Rey de mayo» (Re di Maggio).
Nacido Umberto Nicola Tommaso Gennaro Maria di Savoia, príncipe di Piemonte, fue el tercero de los hijos del matrimonio habido entre Víctor Manuel III (1869-1947) y Jelena Petrović-Njegoš (1873-1953), hija del rey Nicolás I de Montenegro. Como heredero al trono italiano, utilizó el título de príncipe del Piamonte.
El 19 de noviembre de 1923 fue nombrado caballero de Insigne Orden del Toisón de Oro por el rey Alfonso XIII de España.
En este carácter realizó numerosas giras diplomáticas representando a la Corona Italiana, siendo la más recordada su viaje a América del Sur en 1924, en el que visitó Brasil, Argentina y Chile. Allí tuvo recepciones apoteósicas por parte de las colonias de inmigrantes italianos establecidos en las ciudades de San Pablo y Buenos Aires; luego cruzó la cordillera de los Andes y arribó a Santiago de Chile. En 1929 sufrió un intento de asesinato en Bélgica, a manos del antifascista italiano Fernando De Rosa. En 1930 contrajo matrimonio con la princesa María José de Bélgica (1906–2001), hija del rey Alberto I.
A raíz de la liberación de Roma por los aliados en 1944 se convirtió en «lugarteniente del Reino de Italia» asumiendo las funciones de jefe de Estado por la situación comprometida en la que se encontraba su padre, dado su papel en el asalto al poder por parte de Benito Mussolini. Finalmente, Víctor Manuel III tuvo que abdicar en favor de su hijo Humberto el 9 de mayo de 1946. Renunció al título de rey de Albania, reclamado por su padre después de la invasión italiana de este país, pidiendo perdón personalmente al rey Zog I por la usurpación de su trono.
Humberto II solo pudo reinar durante 33 días, hasta el 12 de junio, ya que tuvo que aceptar los resultados del plebiscito celebrado el 2 de junio de 1946 en el que, oficialmente por dos millones de votos, pero bajo sospecha por parte de sectores monárquicos de manipulación del resultado, los italianos optaron por la República como forma de estado. La Santa Sede estaba tan convencida del resultado fraudulento de la consulta que se negó a recibir a los presidentes de la República Italiana durante más de quince años.
Humberto de Saboya partió hacia el exilio y fijó su residencia habitual en Cascais, Portugal, con el nombre de Villa Itálica. Años después, se estableció en Ginebra, Suiza, desde donde solicitó una y otra vez al gobierno italiano que le permitiera regresar a Italia por razones humanitarias. Para ello contó con el apoyo solidario del rey de España, Juan Carlos I, precisamente nacido en Roma. Sin embargo, para que ello fuera posible, se necesitaba una reforma de la constitución de la República, lo que tenía la tenaz oposición, entre otras fuerzas, de la bancada comunista.[cita requerida]
Humberto II murió en Suiza el 18 de marzo de 1983 sin ver cumplido su deseo de pisar suelo patrio. Fue sepultado en la Abadía de Hautecombe, en la localidad de Saint-Pierre-de-Curtille, Saboya. Su testamento incluía la donación al papa del Santo Sudario de Turín y la petición de ser enterrado con el sello real de los Saboya, petición que se tomó como un signo inequívoco de que consideraba que con él quedaba caducada la dinastía de los monarcas de Italia.
Contrajo matrimonio en Roma el 8 de enero de 1930 con la princesa María José de Bélgica (4 de agosto de 1906 - 27 de enero de 2001).
Fue padre de:
Ya en la década de 1920, Mussolini había recopilado un expediente sobre la vida privada de Humberto con el fin de chantajearlo. Ciertamente, durante la guerra, los periódicos afirmaban que era homosexual, y tal información se siguió difundiendo en el período previo al referéndum de posguerra sobre la monarquía con el ánimo de influir en los resultados. No está claro aún, sin embargo, hasta qué punto esos rumores tenían algún fundamento. Era bien conocida la costumbre de Humberto de regalarles flores de lis hechas de piedras preciosas a jóvenes funcionarios favorecidos de su séquito, y se ha afirmado que uno de los amantes de Humberto pudo haber sido Jean Marais. Un ex-teniente del ejército publicó detalles de los avances románticos que le hiciera Humberto. Con excepción de sus apariciones públicas, Humberto y María José vivían por lo general separados.
De joven, el andrógino Humberto era conocido por buscar oficiales jóvenes y apuestos. Uno de sus amantes, Enrico Montanari, recordó que siendo teniente en Turín en 1927 el príncipe le regaló un encendedor plateado con la inscripción "Dimmi di si!" ("¡Dime que sí!").Casa de Saboya, Humberto era un católico intenso, descrito por su biógrafo Domenico Bartoli como católico "casi al punto del fanatismo", pero que era incapaz de resistir lo que llamaba sus impulsos homosexuales "satánicos". Humberto fue descrito como un hombre "sensual" que anhelaba constantemente el sexo, pero que invariablemente se sentía muy culpable y atormentado tras romper las enseñanzas católicas de que la homosexualidad y la fornicación eran pecados. Para compensar lo que llamaba la "carga devastadora" de su vida, Humberto pasaba mucho tiempo orando por el perdón divino por su homosexualidad. Un biógrafo escribió de Humberto que estaba "siempre corriendo de la capilla al burdel, del confesionario al baño de vapor". Tenía un especial afecto por oficiales del ejército provenientes de familias acomodadas. Según la autobiografía del director de cine y aristócrata Luchino Visconti, él y Humberto tuvieron una relación homosexual durante su juventud en la década de 1920.
Montanari recordó haber sido "seducido" por los espléndidos obsequios que le daba Humberto. Rompiendo con las tradiciones de la
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