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Universidad Laboral de Gijón



¿Dónde nació Universidad Laboral de Gijón?

Universidad Laboral de Gijón nació en Asturias.


La Universidad Laboral de Gijón se encuentra situada en el municipio de Gijón (Asturias, España), concretamente en la parroquia de Cabueñes, a poco más de tres kilómetros del centro urbano. Construida entre 1946 y 1956, es la obra arquitectónica más importante realizada en el siglo XX en Asturias. Es, con sus 270 000 m², el edificio más grande de España.[1]

Está declarada Bien de interés cultural con la categoría de Monumento desde 2016.[2]

A mediados de los años 1940, como consecuencia de un grave accidente laboral en una mina de la cuenca del Caudal, el subsecretario del Ministerio de Trabajo, Carlos Pinilla Turiño, que acudió al funeral de las víctimas de dicho accidente, se reunió en Gijón con un grupo de personalidades locales como Alejandro Pidal Guilhou; Álvaro Armada Ulloa, octavo conde de Revillagigedo, y Ricardo Heredia Guilhou, tercer conde de Benahavís, lideradas por el industrial minero José María Fernández «el Pontico», para impulsar la creación de un orfanato minero con la intención de ayudar a los afectados.[3]​ Esta institución se constituyó de manera formal en escritura pública otorgada ante notario el 6 de octubre de 1945 con el nombre de Fundación «José Antonio Girón», en homenaje al entonces ministro de Trabajo.

El objetivo fundacional concreto fue el de formar a niños huérfanos de padres víctimas de accidentes laborales en la minería, para lo que se proyectó un edificio que pudiera atender a mil alumnos y que contara con las distintas dependencias requeridas para el desarrollo de la vida estudiantil, como residencia, escuela, talleres industriales, granja, instalaciones deportivas o campos de cultivo. El Ministerio de Trabajo encomendó a la Junta del Patronato de la Fundación la responsabilidad de llevar adelante la obra por Orden de 14 de junio de 1946. Para ello se adquirieron en la carretera de Gijón a Villaviciosa unos terrenos con una superficie de 1 544 572 m², de los que 381 551 m² lo fueron mediante el trámite de expropiación forzosa. Otra superficie complementaria, de 1 464 300 m², se adquirió para la Granja Lloreda, en El Infanzón.

Se encargó la construcción del complejo a un equipo de arquitectos dirigido por el madrileño Luis Moya Blanco y formado por él mismo, su hermano Ramiro Moya Blanco, Pedro Rodríguez A. de la Puente y el gijonés José Marcelino Díez Canteli. Los mejores técnicos de la época se ocuparon de las diferentes especialidades que la obra demandó. Así, los jardines fueron diseñados por Javier Winthuysen Losada, Inspector Nacional de Parques y Jardines Artísticos; el proyecto de granja agronómica se encargó a los ingenieros agrónomos Gabino Figar Álvarez e Ignacio Chacón Enríquez; las esculturas fueron realizadas por Manuel Álvarez Laviada y Florentino Trapero; y los mosaicos por Santiago Padrós, sobre trabajos del pintor sevillano Joaquín Valverde.[4]

Durante el transcurso de las obras, el Ministerio de Trabajo decidió la creación de las Universidades Laborales, destinadas a la formación profesional de los jóvenes, por lo que el Orfelinato Minero acabó transformándose en la Universidad Laboral de Gijón. La enseñanza y dirección del centro se encomendó a la Compañía de Jesús, mientras que de la intendencia se encargó la Orden de las hermanas pobres de Santa Clara (Clarisas).

Al comienzo de su primer año de actividad, en octubre de 1955, la Universidad Laboral acogió en total a 408 niños. 111 eran asturianos y el resto llegaron de Cataluña (64), Valencia (4), Aragón (12), Vizcaya (37), Andalucía (37), Castilla la Nueva (61), Castilla la Vieja (27), Extremadura (8), Galicia (18) y León (22).[5]

En 1978 se entregó la dirección a personal docente de las Universidades Laborales, que sustituyó a los jesuitas y el 24 de diciembre de 1996 se rescindió también el convenio con las monjas, que se trasladaron a un nuevo monasterio en Cigales.[6]

En su momento fue el Instituto de Educación Secundaria más grande de España, con cabida para más de 3000 alumnos.

Durante los años 1980, el edificio fue prácticamente abandonado, quedando deteriorado con el transcurso de los años. El salón de actos es cerrado en 1999. En 2001 comienza la elaboración del Plan de Usos. En el año 2005 comienza la obra de la rehabilitación del complejo, que se prolongará hasta 2010 bajo el proyecto Laboral, ciudad de la cultura. Para ello, a principios del año 2005, se convoca un concurso internacional por el gobierno del Principado de Asturias, "la dirección, supervisión y control de la ejecución de las obras" de diversos proyectos de rehabilitación ganados por varios arquitectos en concursos anteriores. Dicho concurso fue ganado por la empresa Barragán & Asociados, Arquitectura e Ingeniería S.L. cuyo director y arquitecto fue Sergio Joaquín Barragán Arévalo. Uno de los condicionantes -y el más importante- fue que la empresa tuviera 5 arquitectos, 6 arquitectos técnicos, 5 ingenieros, un topógrafo y un staff a pie de obra[cita requerida]. El éxito de esta encomienda fue que la propiedad (representada por el arquitecto del Principado de Asturias, Antonio E. Cuartas Suárez), la dirección de obra (la ingeniería B&A, Arquitectura e Ingeniería S.L.) y las principales contratas (OHL, SEDES, ACCIONA, PROCOIN, ESFER, etc) estuvieron a pie de obra todos los días; se presentaba un problema y se solucionaba sobre la marcha. Hubo 8 grúas y más de 1000 trabajadores al día y no hubo ningún accidente reseñable. Una de las premisas principales fue hacer accesible la Laboral. El proyecto fue galardonado con el premio de accesibilidad de ASPAYM (ex aequo)[cita requerida].

El edificio está construido de espaldas a la ciudad de Gijón. Luis Moya lo diseñó de este modo a imagen y semejanza del Partenón de Atenas y con la misma intención: que para acceder a su interior hubiera que rodearlo para apreciarlo en toda su magnificencia.

Está situada en la fachada principal, con un arco de entrada rematado en forma de torre. Sobre este arco, de medio punto, se sitúa un escudo con el águila de San Juan y el yugo y las flechas de los Reyes Católicos, adornado con dos ángeles de tenantes.

Situado tras la torre-puerta, es un patio rectangular a la manera de atrium corintio, con diez columnas de granito de diez metros y medio de altura cada una.

Es un patio descubierto de ciento cincuenta metros de largo por cincuenta de ancho que hace la función de plaza mayor del recinto, estructurándose todo el complejo en torno a él. Tiene unas dimensiones similares a las de la Plaza de San Marcos en Venecia.[1]​ Se encuentra presidido por la iglesia y su torre al frente, soportales a la izquierda y el teatro neoclásico a la derecha.

La iglesia es sin duda el edificio más espectacular del conjunto arquitectónico de la Universidad Laboral. Con una superficie de 807 m², es una de las iglesias de planta elíptica más grandes del mundo. Se aprecia cierta similitud, especialmente interior, con la iglesia de San Agustín de Madrid, del mismo autor. En el exterior, sobre el dintel de la puerta, está colocada una imagen de la Virgen de Covadonga en una hornacina central y, flanqueándola, cuatro columnas corintias sostienen las imágenes de San José, San Ignacio, San Pedro y San Pablo. La imagen de San José destaca por carecer de cabeza como consecuencia del accidente que se produjo cuando se desprendió la gran esfera metálica situada sobre la puerta de la iglesia. Por encima, el Apóstol Santiago a caballo y dos ángeles adorando una reproducción de la Cruz de la Victoria, símbolo de Asturias, obra del escultor José Espinós Alonso realizada en bronce con incrustaciones de cristales, mármoles y piedras de color.[7]​ También a ambos lados de la hornacina central, otras dieciséis estatuas representan a San Juan de la Cruz, San Juan Bosco, San Vicente Ferrer, San Melchor de Quirós, Santa Clara, San Juan de la Cruz, San Pedro de Alcántara, San Lorenzo, San Isidoro, Santa Teresa de Jesús, Santo Domingo de Guzmán, San Francisco, San José de Calasanz, Santa Eulalia, Fernando III el Santo, San Isidro y Santo Toribio.

El interior se halla cubierto por una cúpula con un peso estimado de dos mil trescientas toneladas y montada sobre veinte pares de nervaduras de ladrillos cruzadas entre sí que sostienen la estructura sin necesidad de columnas. La altura desde el suelo hasta el arranque de los arcos de la cúpula es de veinticinco metros y de treinta y tres hasta el centro del óculo. Por este debería entrar la luz del sol e iluminar el centro de la iglesia, aunque en la actualidad no es así debido a que la cúpula cedió ligeramente. En su construcción se utilizaron unos 450.000 ladrillos recocidos en León.

El suelo del templo es de mármol en su totalidad, y los bancos, pensados para dar cabida al millar de alumnos de la institución y a sus profesores, son de embero, un tipo de madera de Guinea Ecuatorial. Fueron tallados expresamente para el edificio y cada uno de ellos, diferente de los demás, fue realizado en una sola pieza y destinado a ocupar una posición determinada. Las columnas del baldaquino, de granito rosa de Porriño, también son de una sola pieza, con una altura cada una de 7,75 m. Con la rehbilitación del complejo, la iglesia fue desacralizada, se retiró la simbología religiosa, a excepción de una sencilla cruz, y los bancos. Esta destinada a espacio expositivo.

El teatro presenta una fachada de estilo helenístico y de dimensiones similares a las del Partenón. Coronando el frontón central se eleva un gran escudo de España, según el modelo de 1945. Tiene su entrada custodiada por las estatuas de seis grandes escritores: Miguel de Cervantes, Leandro Fernández de Moratín, Pedro Calderón de la Barca, Tirso de Molina, Francisco de Quevedo y Lope de Vega.

Su aforo es de 1.756 localidades, repartidas entre las 950 butacas del patio, los palcos y el anfiteatro. Fue el primer teatro totalmente climatizado de Europa, para lo cual contó con un revolucionario sistema subterráneo de distribución de aire. Antes de su restauración, contaba con un novedoso sistema de butacas reclinables, forradas de piel de cabra, aunque hasta hace poco se pensaba que era de piel de camello. Las butacas no pudieron conservarse durante la restauración y fueron sustituidas por un modelo más moderno.

El frontis del escenario fue decorado con un fresco de ciento veinte metros cuadrados titulado Alegoría de las artes y oficios, que trata de explicar plásticamente que es posible la nivelación de las clases sociales por medio de la cultura, realizado por el pintor andaluz Enrique Segura, autor también de los frescos de la Sala de Pinturas de la Laboral. Como en el fresco se incluían las banderas de la Falange Española de las JONS y del Requeté, fue tapado en la restauración de 2007 por una gran concha de madera. Debido a esta obra, el fresco se ha deteriorado por la humedad de manera irreversible.

La sala estaba dotada de una acústica extraordinaria gracias al estudio de las formas y materiales empleados para lograr la óptima propagación del sonido, de tal modo que un actor en el centro del escenario era escuchado claramente en cualquier punto del recinto. Actualmente no cuenta con esta acústica, ya que tras las recientes reformas se cambió el aforo y la situación de las butacas, así como los recubrimientos de las paredes, haciendo que la anterior magnífica acústica haya cambiado a una mucho más pobre.

También cabe señalar su foso móvil, que puede ser utilizado para ubicar a una orquesta, aumentar el aforo en 90 localidades o expandir el escenario, según el evento lo requiera.

Con una altura de 130 m,[8]​ responde al modelo de la Giralda de Sevilla. Un ascensor interno permite acceder al mirador, en la planta 17, desde donde se divisa la ciudad. Es el edificio más alto del Principado de Asturias y el edificio de piedra más alto de España. Esto significa que es más alta que la torre de la Catedral de Oviedo. Los azulejos que recubren los interiores de la torre son de cerámica de Talavera de la Reina, todos distintos entre ellos y pintados a mano.

En el edificio central se encuentran en la actualidad diversas instituciones, como la Facultad de Comercio, Turismo y Ciencias Sociales Jovellanos de la Universidad de Oviedo, la Escuela Superior de Arte Dramático de Asturias, el conservatorio profesional de música, y, en los antiguos talleres, LABoral Centro de Arte y Creación Industrial.[9]

En el resto de terrenos pertenecientes a la Fundación «José Antonio Girón», destinados a la Universidad Laboral de Gijón, se han construido todo tipo de instalaciones. Por ejemplo, en la Granja Lloreda se ha construido un campo de golf municipal y parte de la Granja Agronómica de Somió alberga las dependencias del Instituto de Educación Secundaria Universidad Laboral, mientras que el que fuera convento de las monjas clarisas es actualmente la sede de la Radiotelevisión del Principado de Asturias. Parte de los terrenos para actividades deportivas son ocupados ahora por el Hospital de Cabueñes, el Tanatorio, el Parque Científico Tecnológico de Gijón y el campus de Gijón de la Universidad de Oviedo.

En el ala norte se ubica la sede de la multinacional alemana ThyssenKrupp Elevator, con su centro mundial I+D+i de la unidad de negocio de escaleras mecánicas, pasillos rodantes y pasarelas de embarque, con una nave de aproximadamente dos mil metros cuadrados, en la cual se prueban los prototipos de los futuros modelos de la empresa. En el ala oeste se encuentran los estudios de la Television Pública del Principado.

Destaca también el proyecto para la creación de más de un centenar de miniapartamentos para estudiantes y profesores de la Universidad de Oviedo, a modo de residencia universitaria, basándose en el actual modelo europeo de los colegios mayores de las grandes universidades. Esta oferta quiere ser ampliada también a los alumnos del centro de formación profesional.

La cadena hotelera AC Hotels proyectó la apertura de un hotel de cinco estrellas ocupando la antigua residencia femenina, proyecto suspendido por la crisis económica.

El edificio ha sido utilizado en varios rodajes cinematográficos, como algunos del director José Luis Garci, La gran aventura de Mortadelo y Filemón, Campamento Flipy, Fuga de cerebros simulando la Universidad de Oxford o la serie La Zona.

Durante varios años pesó sobre la Laboral la etiqueta de "franquista", lo que contribuyó a su decadencia y abandono por parte de las instituciones locales y regionales. Esta concepción cambio con la recuperación por parte del gobierno de Vicente Álvarez Areces, que la convirtió en uno de los símbolos de su programa electoral de las Elecciones de 2003. Rápidamente el complejo fue declarado Bien de Interés Cultural. Desde el primer momento se puso en cuestión la conservación o no de algunos de los símbolos que hacían referencia al Régimen.[10]​ Finalmente algunos fueron retirados y otros conservados. En 2009 los guías turísticos asignados al centro denunciaron que se les obligaba a ocultar el pasado franquista del edificio.[11]​ En 2020 se retornó a esta cuestión después de que los grupos de Partido Popular, Ciudadanos Foro y VOX promoviesen en un pleno en el ayuntamiento impulsar la candidatura de La Laboral como Patrimonio de la Humanidad. Los partidos de izquierda rechazaron la propuesta, y la alcaldesa de Gijón argumentó que no se debía de hacer "por franquista"[12]​. Tras las críticas de diferentes plataformas locales y una manifestación, PSOE cambió su postura.[13][14]



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