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Catedral de Oviedo



La Santa Iglesia Basílica Catedral Metropolitana de San Salvador de Oviedo es una catedral de estilo gótico que se encuentra en la ciudad de Oviedo (Principado de Asturias, España). Es conocida también como Sancta Ovetensis, refiriéndose a la calidad y cantidad de las reliquias que contiene.[1]

Comenzó a edificarse a finales del siglo XIII por la sala capitular y el claustro, y su construcción se prolongó durante tres siglos hasta el remate de la torre a mediados del siglo XVI. Posteriormente se añadiría una girola en el siglo XVII además de diversas capillas anexas a las naves laterales.

La iglesia está emplazada en el lugar del anterior conjunto catedralicio prerrománico del siglo IX, alguno de cuyos edificios han sobrevivido. Por esta razón y lo dilatado de la construcción del edificio actual, este contiene estructuras de estilo prerrománico (Cámara Santa), románico (bóvedas y apostolado de la Cámara Santa), gótico (fachada, naves y claustro), renacentista (remate de la torre) y barroco (Girola, Capilla del Rey Casto y otras capillas).

La Cámara Santa, del siglo IX, está declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y alberga las joyas más preciadas de la catedral: las cruces de la Victoria y de los Ángeles, símbolos de Asturias y de la ciudad de Oviedo respectivamente, la Caja de las Ágatas y el Arca Santa, que contiene un gran número de reliquias entre las que se encuentra el Santo Sudario.

En 2015, en la aprobación por la Unesco de la ampliación del Camino de Santiago en España a «Caminos de Santiago de Compostela: Camino francés y Caminos del Norte de España», fue incluida, con la Cámara Santa, como uno de los bienes individuales (n.º ref. 669bis-005) del camino primitivo.[2]

El rey asturiano Fruela I, mandó construir una basílica consagrada a San Salvador en el terreno donde hoy se encuentra la actual catedral de Oviedo. El momento exacto de la fundación es desconocido si bien gracias a una de las dos inscripciones fundacionales de la catedral de Alfonso II de Asturias el Casto se puede atestiguar la fundación de la iglesia por parte de Fruela I. Aunque estas inscripciones fundacionales fueron destruidas a principios del siglo XVI, el texto fue recogido por el obispo Pelayo en el Liber Testamentorum Ecclesiae Ovetensis o Libro de los testamentos.[3]

En 794, una incursión musulmana destruye y saquea la basílica de Fruela I.[4]​ No se posee ningún dato de la morfología del edificio.

El rey Alfonso II el Casto, al trasladar la capital del Reino de Asturias a Oviedo, mandó edificar un conjunto catedralicio en los mismos terrenos, aprovechando algunos espacios de la antigua iglesia de San Salvador, conjunto que responde al esquema urbanístico de la Alta Edad Media: una catedral doble, es decir, única en su concepción institucional, pero que se concreta en dos edificios con diferentes usos, la residencia del obispo, dependencias episcopales y un muro de defensa.

La Crónica Silense da cuenta de la construcción durante treinta años del complejo eclesiástico que incluía además la Iglesia de San Tirso, confirmando la existencia de un ambicioso proyecto constructivo a largo plazo.[5]

El conjunto de iglesias estaba formado por varios edificios de culto de los que tenemos algunas referencias documentales, el monasterio de San Vicente, el posterior de San Juan Bautista y San Pelayo y, como núcleo principal, las basílicas de San Salvador y la de Santa María, que estuvo en pie hasta el siglo XVIII, aneja a la anterior como espacio cementerial. San Salvador, era la iglesia principal y muy posiblemente "iglesia propia" del rey, mientras que Santa María, estaba dedicada a liturgia funeraria dedicada a Alfonso II y, después, a todos los reyes de Asturias. De hecho, los citados y monasterios benedictinos de San Vicente (masculino) y San Juan Bautista y San Pelayo (femenino) también participaban de la liturgia funeraria en Santa María, tal y como se documenta hasta el siglo XVI, cuando esta auténtica ciudad santa se descompuso tras la reconstrucción de San Vicente y el cambio de ubicación de su iglesia y la ulterior segregación de San Pelayo en una estricta clausura femenina, cerrándose las puertas que comunicaban ambas instituciones con el cementerio de San Salvador, centrado en la capilla funeraria regia.[6][7]​ La basílica de San Salvador fue verosímilmente consagrada el 13 de octubre de 821. Era un edificio de tres naves con cabecera triple rectangular y cubierta de madera, según el modelo de la Iglesia de Santullano. Sus dimensiones eran, aproximadamente, de 40 m de longitud, 20 m de ancho y 25 m de altura máxima.[8]​ La cabecera tripartita albergaba un altar principal dedicado a San Salvador, advocación del templo, y otros doce dedicados a los apóstoles, que llegaron a ser posteriormente veintiuno, teniendo muchos de ellos una doble dedicatoria. La iglesia estaría decorada con pinturas de estilo semejante a las existentes en Santullano.

Al sur de San Salvador se situaban una serie de construcciones de las que hoy en día quedan restos al sur de la catedral y por debajo del actual palacio episcopal. Aprovechando la total destrucción del mismo durante la guerra civil española y como parte de los trabajos de reconstrucción, se realizaron entre 1942 y 1950 unas excavaciones por la que los arqueólogos José María Fernández Buelta y Víctor Hevia Granda determinaron que correspondían al palacio real de Alfonso II el Casto. Sin embargo esta opinión es rechazada actualmente por otros historiadores, como César García de Castro Valdés y Eduardo Carrero Santamaría, quienes cuestionan la original localización del palacio, mientras que los restos vecinos a la catedral debieron pertenecer al clero que se ocupó de San Salvador hasta su promoción a catedral, momento en que debieron transformarse en palacio del Obispo y otras dependencias episcopales, a la par que en sus alrededores se edificaban las casas y palacios de las dignidades capitulares que, en buena medida, pervivieron topográficamente hasta la contemporánea apertura de la actual Corrada del Obispo.[9][10]​ La Cámara Santa sería, por tanto, el tesoro de la catedral de San Salvador, siguiendo las constantes de la arquitectura de la época, compuesto por dos espacios superpuestos y adosados a una estructura cuadrada más alta llamada Torre de San Miguel.[11]​ No queda constancia documental sobre el funcionamiento del piso bajo, apodado como "cripta de Santa Leocadia", que sirvió como espacio de enterramiento en fechas algo posteriores a su construcción, con la elevación de un pórtico funerario en su lado norte. El superior, el propio tesoro, conocido más tarde como Capilla de San Miguel, adquirió en el siglo XI, una vez desarrollado el culto a las reliquias y la peregrinación, la función de relicario que conserva en la actualidad. Se supone que la construcción de este edificio tuvo lugar hacia el 884, en pleno reinado de Alfonso III el Magno, conjuntamente con la Torre Vieja que le servía de defensa y completaba la fortificación del conjunto levantado anteriormente.[12][13][11]

A finales del siglo XI, la Torre Vieja completó su función defensiva con la de campanario, recibiendo para ello un cuerpo románico con dos vanos por fachada de medio punto rematado por una bóveda esquifada.[14]

Más importante es la reforma llevada a cabo en la Cámara Santa a finales del siglo XII. La antigua cubierta de madera fue desmontada para construir a continuación una bóveda de cañón que descansa en el interior sobre columnas en las que se esculpió un Apostolado, obra cumbre del románico español. En el muro oeste se incrustaron las cabezas esculpidas de Cristo, San Juan y la Virgen, pintándose el resto de la escena sobre el propio muro. Los restos de pintura que quedaban en dicho muro desaparecieron con la voladura de la Cámara Santa durante la Revolución de Asturias de 1934, por lo que hoy en día las cabezas parecen estar fuera de contexto.[15]

La influencia de la arquitectura gótica, que ya era patente en Castilla a comienzos del siglo XIII,[16]​ no llegó a Asturias hasta los años finales de dicho siglo, cuando comenzó la renovación gótica del conjunto catedralicio, no por el edificio principal, tal vez por reverencia hacia la antigua basílica o por escasez de recursos para afrontar una obra de tal envergadura, sino por edificios anexos: la sala capitular y el claustro. Se tendría que esperar casi otro siglo más para ver comenzada la catedral gótica.

La sala capitular debe su construcción al patrocinio del chantre de la catedral Pedro Esteban, fallecido en 1293 y enterrado en la propia sala, y al del deán y luego obispo Fernando Alfonso. No se conocen ni el arquitecto responsable del diseño y dirección de las obras del edificio, ni la fecha de comienzo de las mismas.[17]​ Se sabe que en 1300 estaban ya comenzadas y que en marzo de 1314 tuvo lugar la primera reunión del cabildo catedralicio en la nueva sala.[18]

Los inicios de la construcción del templo gótico comienzan en 1382 bajo el mandato del obispo Gutierre de Toledo. Es elegido primer arquitecto Juan de Badajoz el Viejo si bien trabajaron además de él Juan de Candamo de las Tablas y Pedro Bunyeres [19][20]​ con las obras de transformación del presbiterio a capilla mayor.

En el siglo XVI se termina el pórtico y la torre de la fachada. Es lo que podemos contemplar de la catedral actual. En los siglos siguientes se hicieron obras y mejoras en muchas de las capillas.

El 11 de octubre de 1934, en la quema de conventos de la Revolución de Asturias, un grupo de revolucionarios explosionó en la cripta de la Cámara Santa una bomba que arruinó gran parte del monumento y causó serios daños a la estructura. También sus obras de arte sufrieron grandes desperfectos y desaparecieron importantes reliquias, aun así se pudieron rescatar tesoros de la cripta como el Santo Sudario de los escombros. Se realizó la reconstrucción de este desastre entre 1939 y 1942, respetando en la medida de lo posible y reconstruyendo según el original.

Es de estilo gótico florido. Se tiene documentación del siglo XV con la que se demuestra que trabajaba en ella Bartolomé Solórzano, arquitecto procedente de Trasmiera (Cantabria) y que había intervenido ya en la catedral de Palencia.

La construcción de la actual fachada se inicia a comienzos del siglo XVI bajo el diseño de Juan de Badajoz.[21]​ A pesar de la época de construcción se sigue utilizando el estilo gótico en vez del renacentista.

Se construye un pórtico de poca altura con tres arcos y tres puertas que dan acceso a cada una de las naves. Se cubre con una bóveda nervada casi plana. La portada central, la más importante tanto estéticamente como en tamaño, está coronada con un relieve de la Transfiguración y a su lado unas figuras en bajorrelieve que representan a Fruela I y a Alfonso II el Casto. Un poco más abajo unos medallones que representan al niño Jesús y a San Juan niño.

Las puertas realizadas en el siglo XVIII en nogal. La puerta de la nave central contiene en el centro de cada una de sus hojas una imagen del San Salvador y de Santa Eulalia de Mérida, ambos patronos de la catedral y del Principado de Asturias. Se accede al templo por la puerta de la izquierda.

El diseño inicial del pórtico se proyectaba con dos torres, no obstante, finalmente se decidió por la construcción de solo una.

La construcción de la torre de estilo gótico y renacentista se inicia en 1508 bajo la dirección de Rodrigo Gil de Hontañón sobre planos de Juan de Badajoz y se finaliza en 1587. Durante su construcción también colaboraron en mayor o menor forma Pedro de Buyeres, Pedro de la Tijera y Juan de Cerecedo.

Con una altura de 80 m está dividida en cinco cuerpos que van disminuyendo en tamaño según se asciende. La torre se inicia integrada al pórtico sobre los cuatro pilares que forman la arcada. Se remata con un templete formado por torres cilíndricas que finalizan en la flecha del pináculo.

En la torre podemos encontrar un reloj en el segundo piso, en el último piso el escudo del obispo de Oviedo Cristóbal Rojas Sandoval que ostentaba el cargo a la finalización de la torre y en cada sección una ventana con mainel que sostienen trenzados ojivales de piedra.

Torre famosa en la literatura española del siglo XIX pues es una de las protagonistas inertes de la novela de Leopoldo Alas «Clarín» La Regenta. Desde su altura y con ayuda de un catalejo, vigilaba la ciudad Don Fermín de Pas, el Magistral.

La sala de campanas de la torre contiene a la Santa Cruz (fundida en 1539 con un peso de 1384 kg), Santa Bárbara (1818 y 116 kg), el Esquilón (1678 y 481 kg) y la más importante de todas ellas, Wamba. Destaca además de las campanas el mecanismo que también es antiguo.

Otras campanas situadas en las salas de campanas son:

Denominada así por tener la imagen de dos cruces en relieve, una grande con pedestal y la Cruz de los Ángeles en la cara opuesta. Esta campana fue fundida en 1539 con un diámetro de 1,54 m, una altura de bronce de 1,15 m, borde de 14 cm y un peso de 1384 kg.

Se pueden observar los siguientes epígrafes:[22]

Esta campana fue fundida en 1818 con un diámetro de 66 cm, una altura de bronce de 56 cm, borde de 7 cm y un peso de 166 kg.

Se puede leer una inscripción que indica «IHS MARIA Y JOPH SANTABARBARA ORAPRONOBIS. ANO DEI8I8»

Fotos de la campana.

La campana denominada Esquilón fue fundida en 1678 con un diámetro de 94 cm, una altura de bronce de 85 cm, borde de 8 cm y peso de 481 kg.

En la campana se distinguen las siguientes inscripciones:

Fundida en 1219,[23]​ es la campana más antigua en funcionamiento de España.[24][25][26][27]​ Su creación se remonta a la basílica anterior a la iglesia gótica actual. Sigue en activo dando el toque de las horas a pesar de estar rajada, circunstancia que merma su sonido.

Encargada por el canónigo de la catedral Pedro Peláez Cabeza en 1219, bajo el mandato del obispo Juan González, está hecha en bronce con un peso de 833 kg, un diámetro de 130 cm, una altura de bronce de 105 cm y un borde 13 cm.

La epigrafía de la campana está compuesta por:

Son destacables también las asas de la campana, en las que se representan unas caras monstruosas.[28]

La campana suena en festividades de grande solemnidad.

Su uso está informatizado, habiendo sido el último campanero el señor Cartón.

No se sabe el nombre de su procedencia, coincide con el nombre de un rey godo y de una parroquia en Valladolid.

Se desconoce dónde se construyó, posiblemente los hornos estén enterrados en algún lugar cercano, ya que se pudo construir el horno por un campanero itinerante que desapareció al hacer su trabajo.

El sonido es grave dadas sus medidas, ya que produce unas ondas anchas. Tiene sus macillos instalados.

Letizia Ortíz, siendo periodista, subió al lugar donde se encuentra el tinglado de las campanas.

Ha sobrevivido a cañonazos que desmocharon la flecha, terremotos, rayos, incendios, traslados, etc.

El templo, de planta de cruz latina formada por tres naves. La mayor de ellas tiene una anchura de 10 m, 67 m de largo y 20 m de altura, una altura mayor que las otras dos que tienen 6 m de ancho.

Originalmente contaba con una cabecera de tipo escalonado, con un ábside semicircular central flanqueado por otros dos ábsides menores; en el Barroco se reformó en parte esta zona del coro para construir un deambulatorio con capillas radiales.

Organizada en tres naves, la central más alta y con diez metros es más ancha que las laterales de seis, la catedral igualmente presenta capillas abiertas entre los contrafuertes, solución arquitectónica habitual en este tipo de edificios. Los soportes que separan las naves y sostienen las bóvedas son de tipo fasciculado, formados por grandes bloques pétreos trabajados a la manera de manojos de haces; en alzado, el templo presenta una organización tripartita claramente apreciable: arcadas de separación de naves (ojivales y molduradas), triforio (formado por parejas de vanos, decorados con sinuosa tracería y antepecho de puro estilo flamígero) y claristorio con ventanales vidriados. Las bóvedas que cubren los diversos tramos son de crucería, aunque de gran complejidad dada la cronología avanzada del edificio.

La nave derecha (o de la Epístola) contiene, de los pies a la cabecera:

En la nave derecha y antes de llegar a la capilla mayor se encuentra Imagen de San Salvador, escultura del siglo XIII que está adosada al pilar del arco sur del crucero (en la girola). Se cree que procede de la anterior basílica románica.

Era la meta principal para los peregrinos.

A sus pies rezó largamente el papa Juan Pablo II en 1989.

La Cámara Santa, catalogada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, fue construida por Alfonso II a comienzos del siglo IX cuando reconstruyó la iglesia de estilo prerrománico dedicada a San Salvador y que había sido erigida por Fruela I en el siglo VIII y posteriormente destruida por los musulmanes.

La Cámara Santa es una capilla palatina que se encuentra adosada a la Torre de San Miguel, resto del Palacio de Fruela y que hoy en día se encuentra integrada en la Catedral de estilo gótico de Oviedo. Desde el siglo IX se guardan en ella los Tesoros y Reliquias de la Catedral. Gran parte de estas reliquias habían sido traídas desde Toledo; como el Arca Santa (siglo XI), el Santo Sudario, reliquias de la Vera Cruz, el Cristo Nicodemus (siglo XII) y otras para alejarlas de territorio musulmán y del peligro de pérdida que ello suponía.

En este apartado se puede destacar una colección de esculturas románicas que están consideradas como una de las obras cumbres de este periodo.[30]​ Se trata de seis parejas de estatuas que forman un apostolado y que está situadas en las cuatro esquinas y una a cada lado en los muros a media distancia de las esquinas, las basas y los capiteles de estas estatuas son también de gran importancia escultórica.

La Cámara es importante también por las reliquias que están depositadas en ella. De estas reliquias se puede destacar: El Arca Santa, el Santo Sudario, la Cruz de la Victoria, la Cruz de los Ángeles y la Arca de las Ágatas, como principales objetos.

La cripta de Santa Leocadia está situada en el interior de la catedral de Oviedo, en Oviedo, Asturias. La cripta es uno de los vestigios más antiguos que se conservan del conjunto de edificios palatinos y eclesiásticos existentes en la zona en tiempos de Alfonso II el casto de los que también forma parte la iglesia de San Tirso, si bien la construcción de la cripta se atribuye a Alfonso III.[31]​ La cripta formó parte de un conjunto de dos santuarios superpuestos, pero sin comunicación entre ellos, la cripta es el santuario inferior y el superior es la cámara Santa.

El Claustro es una obra gótica construida en diferentes fases iniciándose en el año 1300 y dándose por concluido en 1441. Tiene forma rectangular con unas dimensiones de 27 x 32 m en el que los lados largos están formados por una arcada de cuatro arcos y los cortos por tres. Sustituyó al antiguo claustro románico del siglo XII. En el siglo XVIII el recinto sufrió un importante cambio a cargo del arquitecto Riva Ladrón de Guevara al serle añadido el piso y la balconada superior. Debido a la dilatación en el tiempo de la factura del claustro se pueden observar en él diferentes estilos arquitectónicos:

Tras esta sucesión de obras el claustro actual se nos presenta como un patio cerrado rectangular con un pequeño jardín en su interior y una amalgama de diferentes variantes arquitectónicas del gótico e incluso elementos románicos (esculturas a la entrada de la sala capitular) o barrocos (segundo piso del claustro).

Contiene en total 167 capiteles decorados destacando la ménsula de la cacería regia y el Agnus Dei procedente del desaparecido claustro románico.

Alrededor del claustro se suceden diferentes sepulcros como el de Frigión de Cifuentes o el del deán Pedro Gay (1348-1369) del siglo XIV. Otros elementos destacables del interior del claustro son la lápida del obispo don Pelayo y la puerta barroca del archivo obra de José Bernardo de la Meana.

Desde el claustro se accede a la sala capitular.

Desde la galería oeste del claustro se accede a la sala Capitular. La sala es la parte más antigua de la estructura gótica de la catedral al ser el lugar en el que en 1293 comenzarían las obras de construcción del templo bajo el patrocinio del chantre Pedro Esteban y el deán Fernando Alonso que se convertiría en obispo entre 1296 y 1301 que llegó a donar en 1300 la cantidad de 2000 maravedíes.[32]

Se construye en planta cuadrada de 9,65 x 9,70 m destacando el grosor de los muros y la ausencia casi total de ventanas remata por una bóveda nervada de ocho paños de estructura octogonal. La sucesión de la planta cuadrada a la bóveda octogonal se realiza mediante cuatro trompas. En el suelo, originalmente a menor nivel que en la actualidad, se encuentran varias sepulturas. En estas sepulturas se encuentran los restos de Álvaro Fernández y el arcediano Miguel Fernández[33]

La obra de la sala se finaliza en 1314.[34]

Es aquí donde se sitúan los restos de la sillería de coro de la catedral, obra realizada entre 1491 y 1497 por diversos maestros extranjeros, entre los que se encuentra el escultor gótico Alejo de Vahía.[35]​ También nos encontramos el retablo llamado de Las Lamentaciones o del Llanto sobre el Cristo del siglo XV.

Situada en el ábside de la catedral la capilla gótica tiene forma poligonal cerrándose con dos líneas de vidrieras de las que solo la superior es visible hoy en día al estar tapada la otra por el retablo principal del templo. Se inicia su construcción en 1388 considerando este momento el inicio de construcción de la parte principal de la catedral gótica.

En su interior se puede observar de izquierda a derecha:

En el siglo XVII se realiza la construcción de la girola compuesta de cinco pequeñas capillas radiales. En ella se encuentran:

Capilla dedicada a la patrona de la diócesis de Oviedo es una capilla barroca de planta de cruz griega rematada por una gran cúpula con profusa decoración barroca.

Fundada en el siglo XVII por orden del obispo Simón García Pedrejón y ejecutada por la familia Menéndez Camino (padre e hijo) contiene un baldaquino barroco obra de Domingo Suárez de la Puente con reliquias de la santa.

En la capilla se encuentran enterrados varios obispos, entre ellos su fundador.

La capilla de Nuestra Señora del Rey Casto fue edificada por orden del obispo Tomás Reluz en 1705, sobre otra capilla fundada por Alfonso II el Casto en el siglo IX, y se estructura paralela a la catedral formando un templo aparte con entrada exterior propia a través de un jardín situado a la izquierda de la catedral. Es obra de Bernardo de Haces y por Luis de Arce.

Se une a la catedral por la gran puerta obra de Juan de Malinas construida entre 1470 y 1485 en estilo gótico tardío. La puerta se divide en dos por un parteluz en el que se esculpió la figura de La Virgen con el Niño flanqueada en los laterales de las puertas por las figuras de los apóstol es Santiago y San Pedro y a la derecha San Pablo y San Andrés. Al lado, a la izquierda de la puerta y antes de entrar a la capilla se puede ver una inscripción pétrea de Alfonso III el Magno que se traduce:

En esta capilla estuvieron sepultados algunos reyes asturianos. Fue el primer panteón de la monarquía española. Sobre las pechinas de los arcos torales hay bustos de varios reyes asturianos.

En la nave norte hay un buen retablo de la Virgen de la Luz del siglo XVI, de la escuela de Juan de Juni. A su lado, cuatro pequeños apóstoles; en el ático está la figura de Dios Padre. Tiene también dos imágenes en mármol de San Pedro y San Pablo del siglo XVIII. Había la costumbre de girar la llave de San Pedro para abrir al alma las puertas del cielo.

En el interior de la capilla se encuentra el Panteón de reyes de la Catedral de Oviedo, en cuyo centro se encuentra el sepulcro de Ithacio, con lauda del siglo V.

Se encuentra ubicado en el interior de la capilla de Nuestra Señora del Rey Casto y en él recibieron sepultura numerosos miembros de la realeza astur-leonesa durante la Alta Edad Media. El primitivo panteón real se encontraba en el interior de la iglesia de Nuestra Señora del Rey Casto, adosada a la Catedral de Oviedo, y había sido construido por deseo del rey Alfonso II el Casto, en el siglo IX.

El primitivo panteón real y la primitiva iglesia de Nuestra Señora del Rey Casto fueron demolidos a principios del siglo XVIII, debido a su mal estado de conservación, por iniciativa de Tomás Reluz, obispo de Oviedo, y ambos fueron posteriormente reedificados y consagrados en 1712.

Los miembros de la realeza astur-leonesa que se encuentran sepultados en la actualidad en las urnas barrocas del Panteón de reyes de la Catedral de Oviedo, según refieren diversos historiadores, son los siguientes:[36]

Existe una cuarteta sobre la Catedral en referencia al Camino de Santiago que dice:



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