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Vivienda colectiva



Hábitat colectivo o residencia multifamiliar es un tipo de hábitat humano en donde varios hogares familiares o domicilios se ubican en el mismo edificio o inmueble.[1][2]​ Este concepto se opone al de hábitat individual,[3]​ y también incluye y se diferencia del hábitat intermedio o hábitat semi-colectivo (alojamientos superpuestos como en el colectivo, pero con accesos individualizados y espacios exteriores privativos).[4][5]

No debe confundirse con las construcciones unifamiliares que comparten pared medianera pero no se disponen una sobre otra (aunque cada una pueda tener varios pisos), y responden al concepto anglosajón de terraced house (en el urbanismo español desde finales del XX se usa la denominación inmobiliaria de "chalet adosado").

No debe confundirse el concepto de vivienda colectiva con el de vivienda colectivizada, resultado de la colectivización de la vivienda en el contexto de procesos revolucionarios colectivistas (kommunalka en la Unión Soviética), ni este con el de "okupación" de la vivienda o con el de vivienda pública.

Por otro lado, el concepto de hábitat colectivo también se distingue de otros usos no residenciales de los inmuebles, como son las funciones económicas (edificios, industriales, comerciales o de oficinas) o las de equipamiento (edificios educativos, sanitarios, deportivos, etc.)

Hong Kong. La escasez del espacio exige la aglomeración de viviendas.

Barcelona.

Paseo de la Reforma (Ciudad de México).

Parque Central (Caracas).

Asa Sul de Brasilia.

Lovejoy Street (Portland).

Hyderabad (India).

Banjul.

Dubai.

Las denominaciones bloque de viviendas, bloque de pisos, bloque de apartamentos, edificio de viviendas,[11]edificio de pisos, edificio de apartamentos, u otras similares se refieren concretamente a las construcciones o edificios destinados a viviendas, divididas en pisos, en cada uno de los cuales se dispone uno o más alojamientos familiares independientes (apartamento). El DRAE recoge la expresión "casa de vecindad" como la "casa que contiene muchas viviendas reducidas, por lo común con acceso a patios y corredores",[12]​ equivalente a la definición de corrala (con la indicación de "antigua" y "en Madrid especialmente").[13]

Responden a un concepto de vivienda multifamiliar frente al concepto de vivienda unifamiliar.[14]​ En términos de propiedad pueden ser objeto de figuras jurídicas como la propiedad horizontal o el condominio, distinguiéndose las zonas comunes (portales, escaleras, rellanos, patios, azoteas, tejados, zonas de servicios comunes como ascensores, calderas o antenas colectivas, etc.), de las privativas de cada propietario (los alojamientos en sí, a partir de su puerta individual); o bien al contrario, ser todo el inmueble propiedad de un casero que lo alquila por partes a inquilinos,[15]​ o se ofrece como prestación social[16]​ o como complemento salarial en especie por las autoridades o las empresas.[17]

En Alemania se calcula que el espacio ocupado por las viviendas multifamiliares es el 31% (el segundo mayor grupo, después del ocupado por las viviendas unifamiliares), y el 38% de las unidades residenciales.[18]

En España la relación entre viviendas multifamiliares y unifamiliares es del 69/31 en el caso de las viviendas principales y del 57/43 en el caso de las secundarias, aunque con una gran diferencia cuando se considera el tamaño de la localidad: 89/11 en las mayores de 50.000 habitantes y 26/74 en el caso de las menores de 5.000 habitantes (ambos datos relativos a viviendas principales).[19]

Mientras que en la sociedad preindustrial los ejemplos de bloques de viviendas son escasos, aunque existían en contextos urbanos de alta densidad (insulae en la Antigua Roma, "rascacielos" de Shibam en Yemen,[6]​ "casas a la malicia" en el Madrid del Antiguo Régimen, Casbah de Argel), el crecimiento urbano, especialmente a partir de la Revolución industrial, las hizo imprescindibles: tal es el caso del modelo de casa del ensanche en los ensanches burgueses de las ciudades europeas del siglo XIX (empleando los estilos arquitectónicos de cada periodo de la época y sus versiones locales, genéricamente incluidos en el eclecticismo y el historicismo: Biedermeier, estilo victoriano, estilo Luis Felipe, estilo Segundo Imperio, estilo Tercera República, etc.)[20]

En el extrarradio y la periferia urbana (suburbios) se construían viviendas tanto unifamiliares como multifamiliares; siendo significativos los proyectos sociales (casas baratas, affordable housing, etc.),[21]​ que se prolongaron durante el siglo XX, y cuyo planteamiento filantrópico puede considerarse heredero de las ciudades modelo,[22]falansterios y colonias obreras del socialismo utópico o del paternalismo industrial (que podían ser viviendas unifamiliares, en contextos donde la superficie no supusiera un factor limitante -ciudad jardín, ciudad lineal- o multifamiliares). Véase también cuestión social, doctrina social de la Iglesia, arqueología industrial, New Lanark (1785), Port Sunlight (1888), Familistère de Guise (1856),[23]Cité Napoléon (1851),[24]Familistère Godin (1880),[25]Colonia Güell, Bustiello (Mieres), Crespi d'Adda, Wolfsburg, Colonia Acero (1911), Colonia Cuauhtémoc (1918),[26]​ etc.[27]

A partir de la escuela de Chicago (el incendio de 1871 obligó a reconstruir la ciudad) y de los cambios tecnológicos de finales del siglo XIX, que incrementaron extraordinariamente tanto la movilidad horizontal (transporte colectivo -tranvía, metro, autobús- o individual -automóvil- que permite largos desplazamientos de un barrio a otro de ciudades cada vez más extensas) como la vertical (el ascensor, que permite alturas antes inviables), el urbanismo y la arquitectura del siglo XX (funcionalismo, racionalismo, organicismo, vanguardias, nueva objetividad, neoplasticismo -Nieuwe Beeldende, De Stijl- movimiento moderno, Bauhaus, estilo internacional, Art Decó, brutalismo, postmodernismo, etc.) incluyen característicos diseños de viviendas de pisos:

Con la caída del muro de Berlín desaparecieron los regímenes comunistas del Bloque del Este y se inició la actual época de globalización y el protagonismo de los países emergentes.[56]​ Algunos significativos construidos a partir de 1989:[57][58]

Una gran proporción de volumen total construido de finales del siglo XX y comienzos del XXI en España consiste en vivienda colectiva: además los nuevos ensanches y ampliaciones modernas de las ciudades son creados en base a modelos de manzanas de vivienda colectiva. Por ello, el esfuerzo dedicado a la enseñanza e investigación de las diferentes tipologías relacionadas es notable en las escuelas de arquitectura Españolas en los ciclos de grado y posgrado. Destacan aparte de la enseñanza típica de la arquitectura títulos de Master especializados como el Master in Collective Housing (MCH),[68]​ dirigido a partes iguales entre la Escuela de arquitectura de Madrid (UPM) y la ETH Zúrich.

de más de un género”. El portal es estrecho y por él se accede a “un corredor descubierto y económicamente repartido, en sendas habitaciones o celdillas” y nadie diría por su aspecto que allí “pueden encontrar habitación independiente sesenta y dos familias” (Mesonero Romanos 1851: 231-260). “Un nuevo estrecho o pasillo, separa la aristocracia de la tal casa con la parte que constituye su tripulación popular, que tiene una comunicación directa a la calle desde el segundo piso”, favorecida esta circunstancia por “el desnivel de algunos sitios de Madrid” (Mesonero Romanos 1851: 231-260). En una casa de cinco pisos, “el quinto estado”, estaba a “unos cien palmos de la superficie de la calle”, con un ascenso de noventa y siete escalones y techos abuhardillados. Era un “doble callejón” en que se abrían “ocho o diez celdillas o habitaciones, tan cómodas como cepo veneciano, y tan anchurosas como nichos de cementerios”, calificadas también de “chiribitiles” y “zaquizamíes” (Mesonero Romanos 1851: 231-260). Por estas habitaciones cada uno pagaba, si podía o como podía, sus “treinta reales nominales al mes” en el segundo tercio del siglo [XIX] y, si no, el casero se servía de un alguacil para “sus ejecuciones y despojos” (Mesonero Romanos 1851: 231-260); alguacil que debía de tener mucho más trabajo después, cuando los alquileres de este tipo de habitaciones suben directamente a tres duros (Ossorio y Bernard 1892: 162-167). Lo poblaban, unos “por las desdichas pasadas” y otros “por las miserias presentes”: una vieja alcahueta; “un pobre empleado […] con cuatro chiquillos”; “una honrada viuda […] clamando en vano por los dividendos del Monte Pío” y sus tres hijas solteras; un matrimonio joven, zapatero y ribeteadora”; “un químico de portal, gran confeccionador de agua de Colonia y rosa de Turquía”; “un hombre de presa […] amante del vino”; “un viejo […] escribiente memorialista a dos reales el pliego” (Mesonero Romanos 1851); “un artesano infeliz” (Mesonero Romanos 1851: 163-180); un sereno y su mujer (Mesonero Romanos 1851: 163-180); y, por último, una valenciana que “era capaz de volatilizar la cabeza más bien templada”, por lo que acabó en “un cuarto entresuelo” teniendo como fiador al alguacil (Mesonero Romanos 1851). Este cuadro tan “pintoresco”, queda bastante más generalizado en palabras de Ossorio y Bernard: “jornaleros sin trabajo (Ossorio y Bernard 1892: 249-255), cesantes de la Administración, productores de la inteligencia en los ramos artístico y literario, familias desheredadas y huérfanas” (Ossorio y Bernard 1892: 117-128). Los del cuarto, ya con criados, provienen de clases antiguamente privilegiadas que intentan en el nuevo sistema de gobierno obtener un cargo político por elección para salir de sus “estrecheces” (Ossorio y Bernard 1892: 117-128); más abajo, en el tercero, viven los señoritos que trasnochan hasta la madrugada en los círculos políticos y un funcionario con buen sueldo y liberal, como muestra el hecho de que sea suscriptor del diario progresista La Iberia (Ossorio y Bernard 1892); en el segundo, una dama “cuyo estado civil se ignora” (Ossorio y Bernard 1892: 361-368); en el principal, clases nobles y aún privilegiadas económicamente que modernizan sus capitales con inversiones en bolsa y fingen haberse hecho progresistas políticamente (Ossorio y Bernard 1892); y, en la planta baja, viven un “honrado tendero y su hermosa niña” (Mesonero Romanos 1881), mientras en el portal trabaja el zapatero remendón (Mesonero Romanos 1881: 67-94) y el portero vende periódicos para poder subsistir, con permiso del casero, porque los setenta reales que éste le paga no son suficientes (Ossorio y Bernard 1892).

El artículo citado de Larra: Las casas nuevas, 13 de septiembre de 1833. Los libros citados de Mesonero:

El libro citado de Ossorio: Libro de Madrid y advertencia de forasteros, 1892. Galería de emplos de casas de pisos de distintas épocas y zonas de la ciudad de Madrid: centro histórico, ensanche y periferia (a diferencia de Barcelona, limitada por barreras geográficas, la periferia o extrarradio de Madrid es esencialmente una conurbación por absorción de municipios antes independientes, incorporados al término municipal en la primera mitad del siglo XX); más allá se extiende el área metropolitana.

En el centro de Madrid se levantaron casas de pisos durante el Antiguo Régimen, destacando las de la Plaza Mayor (maqueta de Gil de Palacio, 1828-1830).

Plaza de Pontejos, en el centro histórico, inmediata a la Puerta del Sol.

Casas de la Puerta del Sol en 1854, antes de la reforma y del derribo de la iglesia del Buen Suceso.

Derribo de la casa del núm. 1 de la calle de Sevilla, con motivo del ensanche proyectado - La Ilustración Europea y Americana - 15 de marzo de 1879.

Calle de Alcalá hacia 1904 Madrid.

Columela 8, en el Barrio de Salamanca, ejemplo de casa del ensanche burgués de Madrid.

Velázquez 63, en el Barrio de Salamanca, ejemplo de casa aristocrática.

Plaza de Legazpi. Entre otras, las casas de la colonia de casas baratas Pico del Pañuelo, de Fernando de Escondrillas, 1927-1930. Arquitectura y ciudad.

Calle Bravo Murillo, en el extrarradio del siglo XIX y actualmente en plena Almendra central de Madrid, con inmuebles de distintas épocas.

San Cristóbal de los Ángeles.

Edificio Vallecas 2.

Barrio del Pilar, Ciudad de los Periodistas y otras zonas de la periferia Norte de Madrid.

Brittany

Lombardy

Alberta iela 1, de Heinrich Scheel y August Friedrich Scheffel, 1901. En ella vivió el escritor Zenta Mauriņa.

Alberta iela 2a, Mikhail Eisenstein, 1906. En ella pasó su infancia Isaiah Berlin.

Alberta iela 4, de Mikhail Eisenstein, 1904.

Alberta iela 4, neo-barroca, de Hermann Hilbig.

Alberta iela 8, de Mikhail Eisenstein, 1903.

Alberta iela 12, de Konstantīns Pēkšēns y Eižens Laube. Actualmente acoge el Museo Art Nouveau de Riga.

Casa Colectiva Las Flores.

Torres Blancas.

El Ruedo o La Corrala de la M30, Madrid, 1989.



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