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Corta Atalaya



Corta Atalaya fue una explotación minera a cielo abierto, principalmente de cobre, que en su día fue la mina a cielo abierto más grande de Europa.[1]​ Está situada en el término municipal de Minas de Riotinto (Huelva), en España. Las dimensiones de su elipse son: 1.200 metros de largo, 900 metros de ancho y 350 metros de profundidad.[2]​ La Corta Atalaya fue en su época uno de los proyectos más ambiciosos de la británica Rio Tinto Company Limited (RTC), que puso en marcha su explotación a cielo abierto en 1907. Las labores de extracción de mineral se mantuvieron hasta su cierre a la actividad en 1992.

Durante años la antigua explotación minera estuvo inactiva, aunque se habilitó de forma parcial para las visitas de carácter turístico. Actualmente la empresa minera Atalaya Mining, que explota el yacimiento de Cerro Colorado, proyecta su reapertura para el año 2021. Está previsto que la explotación sea una combinación cielo abierto y subterránea.[3]​ Su principal reserva mineral es de cobre y zinc con 645.400 y 990.000 toneladas respectivamente.

Desde 2012 la Corta Atalaya está incluida como Bien de Interés Cultural en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz.

En 1873 la británica Rio Tinto Company Limited (RTC) adquirió al Estado español la propiedad de las ricas minas de Riotinto. Originalmente la explotación de los yacimientos se realizó mediante labores subterráneas, aunque desde finales del XIX se empezó a extender el modelo de minería a cielo abierto mediante el sistema denominado de «cortas». Lo que luego se conocería como Corta Atalaya se encontraba situado sobre la masa San Dionisio, una concentración de piritas y pórfidos en profundidad.[4]​ Desde 1907[5]​ se inició la explotación a cielo abierto de los sulfuros masivos de la zona, lo que a la larga derivaría en una profunda perforación mediante bancos. En las cercanías se construyó el Pozo Alfredo (1915),[6]​ para realizar la explotación de contramina.

A través del denominado túnel Naya se enlazaba por tren la Corta Atalaya con la vía general del ferrocarril de Riotinto,[7]​ permitiendo también la conexión con las instalaciones de clasificación de Zarandas-Naya y la planta de trituración que con los años se acabaría construyendo en el complejo de Zarandas.[8]​ El transporte por ferrocarril se mantuvo hasta la clausura de este en 1984, realizándose a partir de entonces a través de camiones y vehículos a motor.

Corta Atalaya llegó a ser en su momento una de las minas a cielo abierto más grandes del mundo,[9]​ empleando por ello a un gran número de operarios y medios técnicos. En su momento las labores de extracción, carga y transporte de minerales albergaron a unos 12.000 obreros. Con el paso de los años también se convirtió en la explotación más represenativa de las minas de Riotinto, por su característica forma de cráter. En 1954, al igual que el resto de la cuenca minera, el yacimiento pasó a manos de la recién creada Compañía Española de Minas de Río Tinto (CEMRT). A inicios de la década de 1970, ya bajo gestión del grupo Explosivos Río Tinto (ERT), se hicieron planes con objeto de ampliar las labores de extracción en la emblemática corta.[10]​ Así mismo, se procedió a una importante mecanización de los trabajos mediante la introducción de excavadoras y cintas transportadoras. Corta Atalaya se mantuvo en explotación hasta comienzos de la década de 1990, cuando las reservas del filón ya se habían agotado. La actividad del yacimiento cesó en 1992.[11]

Tras el final de las labores mineras, Corta Atalaya se incorporó a la ruta turística del llamado Parque Minero, situación que duró hasta que en 2004 se cerró el acceso al recinto.[12]​ El yacimiento también ha llegado a ser escenario del rodaje de la película histórica El corazón de la tierra (2007), de Antonio Cuadri, y de la película de ciencia-ficción PROXIMA (2007), de Carlos Atanes.[13]​ En fechas recientes el yacimiento ha pasado a manos de Atalaya Riotinto Minera, filial española de Atalaya Mining Plc. Bajo iniciativa de Atalaya Riotinto Minera se han realizado diversos trabajos de cara a su apertura para las visitas turísticas, instalándose un mirador o un parking para automóviles.[14]​ Finalizados los trabajos de acondicionamiento, en 2016 la empresa cedió al ayuntamiento de Riotinto la gestión de los espacios visitables.[15]​ Además, también existe un proyecto para la posible reactivación de los trabajos mineros en la corta.[16]

Desde finales del siglo XIX en las cercanías de lo que luego se conformaría como Corta Atalaya se establecó un poblado obrero para acoger a los mineros y sus familias. Las obras corrieron a cargo de la RTC, que buscaba con ello paliar el grave problema de vivienda que afecta a la cuenca minera, si bien desde sus inicios el poblado presentó graves carencias. La RTC se limitó a sustituir las chozas o cabañas por edificaciones más duraderas, construyendo barriadas en el lugar elegido por los mineros. A comienzos de la década de 1970, debido a los proyectos para la ampliación de Corta Atalaya, el poblado fue derruido.

Vista de Corta Atalaya en la década de 1980.

Vista panorámica de la Corta Atalaya en 2009. Nótense los síntomas de derrumbe e inundación.

Figura ampliada, podemos apreciar un poco mejor las dimensiones de la corta.

Figura más ampliada, como podemos observar se trata de una locomotora de vapor abandonada.



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