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Federica de Hanóver



Federica de Hannover (nacida Friederike Luise Thyra Viktoria Margarete Sophie Olga Cecile Isabelle Christina; en griego: Φρειδερίκη Λουίζα Θυρεσία Βικτώρια Μαργαρίτα Σοφία Όλγα Σεσίλια Ισαβέλλα Χριστίνα; Blankenburg, Alemania, 18 de abril de 1917 - Madrid, España, 6 de febrero de 1981) fue reina de Grecia desde 1947. Era por nacimiento princesa de Hannover y duquesa de Brunswick y Luneburgo. Fue la madre (y prima por parte paterna) de la reina Sofía de España, del rey Constantino II de Grecia y de la princesa Irene de Grecia y Dinamarca.

Federica nació el 18 de abril de 1917 en Blankenburg, Harz, Imperio alemán. Hija de Ernesto Augusto III, duque de Brunswick, y de la princesa Victoria Luisa de Prusia, la única hija del emperador Guillermo II de Alemania y de la princesa Augusta Victoria de Schleswig-Holstein.

Federica era bisnieta del emperador alemán Federico III y de la princesa Victoria de Sajonia-Coburgo-Gotha.

Como descendiente del rey Jorge III del Reino Unido, en el momento de su nacimiento Federica ocupaba el trigésimo cuarto puesto en la línea de sucesión al trono británico.

Para su familia, era conocida como Freddie.[1]

En el año 1936 el príncipe Pablo, heredero al trono de Grecia, después llamado Pablo I de Grecia, le propuso matrimonio en Berlín donde ambos asistían a los Juegos Olímpicos. Su compromiso fue anunciado oficialmente el 28 de septiembre de 1937, teniendo Federica que abrazar la fe cristiana ortodoxa y renunciando a su confesión luterana. El 9 de enero de 1938 contrajeron matrimonio en Atenas.[2][3]​ El parentesco de ambos era bastante cercano: Pablo era primo hermano de Victoria Luisa, la madre de Federica. Además, Pablo y Federica eran primos segundos al ser bisnietos ambos del rey Cristián IX de Dinamarca. Ello no impidió que conformaran un matrimonio armonioso y estable.

Durante parte de su matrimonio, residieron en Psykhikó, un barrio residencial de Atenas. Diez meses después de su boda, el 2 de noviembre de 1938, nació su primogénita: Sofía, futura reina de España.

El 2 de junio de 1940, nació su hijo Constantino.

En abril de 1941, en plena Segunda Guerra Mundial, la familia tuvo que ser evacuada a Creta. Poco tiempo después, las fuerzas alemanas atacaron Creta, y Federica y su familia se vieron forzadas a evacuar de nuevo, estableciéndose esta vez en Sudáfrica, junto con el rey Jorge II y el resto de la familia real. Allí nació la última hija del matrimonio, la princesa Irene, el 1 de mayo de 1941. Fue su padrino el mariscal sudafricano Jan Smuts. Se trasladaron posteriormente a Londres, donde pasaron el resto de la guerra.

El 1 de septiembre de 1946, Grecia decidió mediante plebiscito restaurar al rey Jorge II en el trono. De esta manera Pablo y Federica se convertían en príncipes herederos. Un año más tarde, el 1 de abril de 1947, el rey Jorge II moría, y Federica y su marido ascendían al trono como el rey Pablo I y la reina Federica de los helenos.

Los reyes Pablo y Federica y sus tres hijos, Sofía, Constantino e Irene, veraneaban en Petali, en Sifnos.

Tras la guerra civil (1946-1949) los reyes, en calidad representativa, lucharon por reconstruir un país empobrecido tras una gran inestabilidad política. En aquellos años, la reina Federica impulsó en todo el país la creación de una red de 53 orfanatos, los llamados Paidupoleis (Παιδο(υ)πόλεις en griego), para acoger a huérfanos y a niños de familias empobrecidas y desestructuradas por la guerra civil, procedentes en su mayoría de la región de Macedonia.

La pareja real emprendió también numerosos viajes oficiales en el extranjero para facilitar el establecimiento de relaciones exteriores con otras naciones. El 16 de noviembre de 1953, Federica fue portada de la revista Life con ocasión de una visita a los Estados Unidos.

A principios de los años 60, parte de la opinión pública próxima a la oposición empezó a reprochar a la familia real los gastos suntuosos que la corona originaba al Estado, en un país cuya recuperación económica todavía dependía en buena medida de la ayuda extranjera. En 1962, año de la boda entre su hija Sofía de Grecia y Juan Carlos de Borbón, se criticó que la dote de la princesa fuese pagada gracias a una ley presentada por el gobierno de Constantinos Karamanlís en el Parlamento griego.[4]​ En 1963, los partidos de la oposición boicotearon las celebraciones del centenario del reinado de la Casa de Glücksburg en Grecia.[4]

El rey murió el 6 de marzo de 1964 y Federica se convirtió en reina madre de su hijo Constantino II. Durante el reinado de su hijo, Federica fue criticada en numerosas ocasiones por inducir en exceso al joven rey a que se entremetiera en la vida política del país más allá de su papel constitucional. En 1967, tras el golpe de los coroneles, Federica huyó de Grecia junto con la familia real después de que fracasara el contragolpe intentado por Constantino. Federica se instaló en Roma. Posteriormente, la familia real se trasladó a Londres.

Después de la caída de la dictadura y la restauración de la democracia en 1974, el gobierno provisional liderado por Constantino Karamanlis organizó un referendum a fin de que el pueblo griego se pronunciara sobre la permanencia de la monarquía. Constantino prometió entonces que si volviese a reinar, mantendría a su madre alejada del país y de la vida política.[5]​ Los partidarios de la república ganaron con amplia mayoría (70%), y la familia real decidió permanecer en el exilio. Federica, con su hija Irene, se fue a vivir a Madrás, en La India. Pasó largas temporadas en España, país donde reinaba desde 1975 el rey Juan Carlos I, marido de su hija Sofía, sin llegar a vivir definitivamente en Madrid.

Federica murió el 6 de febrero de 1981 en Madrid. En la tarde de ese día, tras ir a despedir a su hija Sofía y a sus nietas las infantas, que se iban a pasar el fin de semana a Baqueira Beret, se dirigió a la Clínica de La Paloma para que, mediante cirugía, le retirasen unas acumulaciones de colesterina en los párpados. La operación fue un éxito y requirió anestesia general. Mientras descansaba en la habitación de la clínica acompañada de Carlos Zurita, esposo de la infanta Margarita, para recuperarse de la anestesia, sufrió un infarto masivo y los médicos no consiguieron salvarle la vida. Su óbito se produjo dos meses después que el de su madre.

Fue enterrada en Tatoi, Grecia.[6]

El cementerio de Tatoi, donde están enterrados los miembros de las familias reales griegas desde 1913, se encuentra en el bosque que rodea al palacio, un terreno de 4000 hectáreas a los pies del monte Párnitha, y entre las tumbas se alza la capilla ortodoxa, llamada iglesia de la Resurrección.[7]

Federica de Hannover, en el telefilme dedicado a la vida de su hija, titulado Sofía (2010), fue interpretada en la ficción por la actriz Emma Suárez.[8]




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