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Gobiernos de la Segunda República Española



Entre la proclamación de la Segunda República Española, el 14 de abril de 1931 y el fin de la Guerra Civil, el 1 de abril de 1939, se sucedieron un total de 26 gobiernos.

Alejandro Lerroux García (Partido Republicano Radical) presidió en seis ocasiones el Consejo de Ministros, Manuel Azaña Díaz (Acción Republicana e Izquierda Republicana) en cinco. Por otra parte Diego Martínez Barrio (Partido Republicano Radical y Unión Republicana), Joaquín Chapaprieta Torregrosa (Partido Centrista e independiente), Manuel Portela Valladares (independiente), Francisco Largo Caballero (PSOE) y Juan Negrín López (PSOE) lo hicieron en dos. En una ocasión Niceto Alcalá-Zamora y Torres (Partido Republicano Conservador), Ricardo Samper Ibáñez (Partido Republicano Radical), Augusto Barcia Trelles (Izquierda Republicana), Santiago Casares Quiroga (Izquierda Republicana) y José Giral Pereira (Izquierda Republicana).

Por partidos políticos, el Partido Republicano Radical ocupa en ocho ocasiones la presidencia del consejo, seguido por Izquierda Republicana con cinco, PSOE con cuatro, Acción Republicana e independientes con tres. En una ocasión centristas y conservadores.

El mismo día de la proclamación de la Segunda República Española, el 14 de abril de 1931, el Comité revolucionario promulga un decreto por el que encomienda la presidencia del Primer Gobierno Provisional de la Segunda República Española a Niceto Alcalá-Zamora quien formará un gabinete compuesto por republicanos de izquierda y derecha, socialistas y nacionalistas gallegos y catalanes que, como primeras medidas, aprueba el Estatuto jurídico del Gobierno Provisional por el cual se regirá y concede una amnistía para los delitos políticos.

Composición: la Derecha Liberal Republicana contaba con la presidencia y una cartera, el PSOE con tres, el Partido Republicano Radical y Partido Republicano Radical Socialista, con dos, mientras que tanto Acción Catalana como el Grupo de Acción Republicana y la Federación Republicana Gallega estaban representados con una cartera.

El gobierno tendrá como principal objetivo la preparación de las elecciones de las que habrían de surgir las Cortes Constituyentes que serán las encargadas de elaborar la Constitución de la República.

Mediante un decreto de 8 de mayo se articula la regulación del proceso electoral estableciéndose un Parlamento unicameral de 470 diputados elegidos por sufragio universal. La edad mínima para votar se rebaja de los 25 a los 23 años y no se permitía votar a las mujeres que sin embargo podían presentarse como candidatas. También se fija la provincia como circunscripción electoral para impedir el caciquismo que la anterior división electoral en distritos alentaba.

Mediante un decreto, publicado el 3 de junio, se fijó la celebración de los comicios para el 28 de junio de 1931 en primera vuelta. En caso de que ningún candidato obtuviera en su provincia el voto de al menos el 20% del electorado habría que recurrir a una segunda vuelta.

Hasta la fecha de las elecciones, el gobierno dicta una serie de decretos que reflejan la ideología de sus componentes. Así, en el ámbito agrario, mediante los llamados decretos agrarios, y con el impulso de los ministros socialistas Francisco Largo Caballero y Fernando de los Ríos, se dictan normas que mejoran las condiciones laborales y sociales del campesinado como la que establece la jornada laboral en ocho horas, o la que prohíbe el desahucio de las fincas, la que obliga a los propietarios a explotar las fincas o la que obliga a los propietarios a contratar trabajadores de la comarca.

En el ámbito educativo, el radical socialista Marcelino Domingo, además de aumentar el sueldo y la plantilla de los maestros, aprueba una serie de decretos con el objeto reducir el poder de la Iglesia en el sistema educativo español, buscando la laicización del sistema educativo suprimiendo la obligatoriedad de la enseñanza religiosa en las aulas. Asimismo crea las Misiones Pedagógicas con la finalidad de hacer llegar la educación a todos los puntos del territorio nacional.

Otro importante número de decretos fueron impulsados por Manuel Azaña, miembro de Acción Republicana, y que tuvieron como objetivo la profesionalización y modernización del Ejército para lo cual se facilitó el paso a la reserva de numerosos militares y se cerró la Academia General Militar. También suprimió la Ley de Jurisdicciones.

En el ámbito territorial, el Gobierno se encontró el mismo día de su formación con el problema surgido en Cataluña cuando el líder de Esquerra Republicana de Catalunya, Francesc Macià, proclamó la República Catalana, lo que obligó a que el propio Alcalá Zamora, acompañado de Fernando de los Ríos y de los dos ministros catalanes del gabinete, Marcelino Domingo y Luis Nicolau d'Olwer, viajaran a Barcelona para persuadir a los nacionalistas catalanes para que desistieran de sus propósitos a cambio de la reaparición de una institución de gobierno que había sido suprimida en tiempos de Felipe V, la Generalidad de Cataluña, y la promesa de que las futuras Cortes Constituyentes abordarían la aprobación de un estatuto de autonomía. El 21 de abril, el gobierno publicó un Decreto por el que se reconocía la Generalidad catalana.

Tras la celebración de las elecciones, las Cortes Constituyentes, de signo mayoritariamente izquierdista, otorgan el 30 de julio un voto de confianza al hasta entonces gobierno provisional que pasa a constituirse como el primer gobierno ordinario de la República. Este gobierno convierte en leyes todos los decretos que evacuó en su etapa provisional y aborda la elaboración de la Constitución.

Este primer gobierno republicano cayó el 14 de octubre de 1931 cuando su presidente, Alcalá Zamora, y su ministro de Gobernación, Maura, ambos representantes de partidos de la derecha, presentaron su dimisión alegando un excesivo laicismo del Estado y la persecución anticatólica de su propio gobierno.[cita requerida]

Las Cortes aprobaron el artículo 26; acto seguido, los dos ministros católicos dimitieron.[1]

(14 de abril de 1931-14 de octubre de 1931)

Composición: Acción Republicana contaba con la presidencia y dos carteras, Manuel Azaña compartía Presidencia con Guerra; el PSOE contaba con tres, el Partido Republicano Radical y Partido Republicano Radical Socialista, mantenían las dos, mientras que Acción Catalana y la Federación Republicana Gallega estaban representados con una cartera.

La caída del gobierno que había presidido Alcalá Zamora abrirá un periodo conocido como Bienio Reformista cuyo primer gabinete, formado por republicanos y socialistas, estaría presidido por Manuel Azaña quien junto a José Giral constituían las dos nuevas incorporaciones al mismo.

El 9 de diciembre de 1931, con la abstención de la derecha, las Cortes Constituyentes aprueban el texto constitucional, procediendo el día 10 a la elección del primer presidente constitucional de la República en la persona de Niceto Alcalá-Zamora.

La política sociolaboral seguida por el gabinete impulsada por sus miembros socialistas hizo que los ministros radicales, Alejandro Lerroux y Diego Martínez Barrio, abandonaran el gobierno y con ello retiraran el apoyo que sus 94 diputados prestaban en las Cortes al Ejecutivo.[cita requerida] Esta actuación por parte del Partido Republicano Radical que perseguía postularse como alternativa de gobierno de carácter centrista, provocó la caída del gobierno el 16 de diciembre de 1931. El recién elegido Presidente de la República, Alcalá-Zamora, volverá a encargar la formación de gobierno a Manuel Azaña.

(14 de octubre de 1931-16 de diciembre de 1931)

Composición: Manuel Azaña forma el nuevo gobierno manteniendo básicamente a las mismas personas aunque cambiando las carteras que tuvieron en el anterior gabinete. Acción Republicana contaba con la presidencia y dos carteras, ya que Manuel Azaña seguía en Presidencia y Guerra. El PSOE mantiene sus tres al igual que el Partido Republicano Radical Socialista sus dos carteras. Lo mismo sucede con la Federación Republicana Gallega. El único cambio de calado es la eliminación de los ministros que el Partido Republicano Radical aportaba al anterior gobierno: Alejandro Lerroux y Diego Martínez Barrio, lo que supuso dar un giro a la izquierda del nuevo gabinete. También abandona el gobierno Acción Catalana, sustituyéndole Esquerra Republicana de Catalunya. La cartera de Estado la ocupa el independiente Luis de Zulueta Escolano.

El 23 de enero de 1932, un decreto del ministerio de Justicia disolvía la Compañía de Jesús y revertía todos sus bienes al Estado; el 26 de febrero, se aprueba la ley del divorcio, y en mayo se debate en las Cortes el Estatuto de Autonomía de Cataluña y la Reforma Agraria. Estas iniciativas apoyadas por el gobierno de Azaña provocarán un fuerte reacción en la Iglesia, el Ejército y en los partidos de la derecha que desembocarán en el frustrado intento de golpe de estado conocido como la sanjurjada al estar capitaneado por el general Sanjurjo quien, el 10 de agosto de 1932, encabezó la rebelión militar de las guarniciones de Madrid y Sevilla. Aunque en realidad el golpe se estaba preparando desde la proclamación misma de la República en abril de 1931.

Sanjurjo es condenado a muerte pero el gobierno le concede le conmuta la pena por la de cadena perpetua.

La popularidad que alcanzarían Azaña y su gobierno con la desactivación del golpe militar sería efímera ya que el 11 de enero de 1933 tuvieron lugar los hechos conocidos como Sucesos de Casas Viejas, que llevaron al presidente del gobierno a presentar su dimisión al presidente de la República el 8 de junio de 1933. No obstante, Alcalá-Zamora ratificará en su cargo a Azaña quien formará un nuevo gobierno el 12 de junio siguiente.

(16 de diciembre de 1931-12 de junio de 1933)

Composición: Acción Republicana pierde la cartera de Marina, quedando Manuel Azaña como único representante (presidencia y Guerra). El PSOE mantiene sus tres ministros (Largo, De los Ríos y Prieto). El Partido Republicano Radical Socialista gana una cartera, pasando a tres (Albornoz, Barnés y Domindo). La Federación Republicana Gallega mantiene a Casares, lo mismo que ERC con Companys. Como novedad Franchy del Partido Republicano Federal y el independiente Viñuales en Hacienda.

El 12 de julio de 1933 Álvaro de Albornoz deja el cargo siendo sustituido por Santiago Casares Quiroga, simultaneando las carteras de Justicia y Gobernación. Así la Federación Republicana Gallega gana peso en detrimento del Partido Radical-Socialista. El nuevo gobierno tendrá una vida muy breve ya que Azaña se verá obligado a presentar nuevamente su dimisión el 8 de septiembre de 1933. Dimisión que en esta ocasión le será aceptada por el presidente de la República Niceto Alcalá-Zamora.

No obstante la brevedad del mandato de este gabinete, tomará un importante decisión al conseguir, tras someterlo a las Cortes, la aprobación de un nuevo sistema electoral que acentuaba la prima a las listas electorales más votadas.

(12 de junio de 1933-12 de septiembre de 1933)

El presidente de la República encarga la formación del nuevo gobierno a Alejandro Lerroux quien, debido al aislamiento a que se ve sometido tanto por los partidos de derecha, encabezados por José María Gil-Robles como por los partidos de izquierda, se ve obligado a plantear, el 2 de octubre, una cuestión de confianza que no supera y provoca la caída de su efímero gobierno.

(12 de septiembre de 1933-9 de octubre de 1933)

La caída del gobierno presidido por Alejandro Lerroux hace que, con el beneplácito de este, el presidente de la República Niceto Alcalá Zamora, ofrezca la formación de nuevo gobierno a su segundo en el Partido Radical Diego Martínez Barrio.

La disolución de la Cortes y la convocatoria de elecciones para el 19 de noviembre centraran la labor de este gobierno casi exclusivamente en la vigilancia del proceso electoral. El 29 de noviembre de 1933 dimitió de su cargo como ministro de Justicia Juan José Botella Asensi en respuesta a la fuga de la cárcel de Juan March. Fue sustituido por Domingo Barnés Salinas.

(9 de octubre de 1933-16 de diciembre de 1933)

El 19 de noviembre de 1933 se celebraron elecciones, primeras en las que se permitió el voto femenino, resultando victoriosos los partidos de centro y derecha, lo que dio lugar al denominado bienio radical-cedista o bienio negro. El partido que obtuvo un mayor número de escaños fue la CEDA de José María Gil-Robles con 115, seguido del Partido Republicano Radical de Lerroux con 102. Lejos quedaba el PSOE con solamente 59. Alcalá Zamora encarga la formación del gobierno a Lerroux.

Las elecciones, en las que por primera vez tienen derecho a voto las mujeres, dan como resultado una victoria de los partidos de la derecha (386 escaños) frente a los partidos de la izquierda (265 escaños). Aunque la fuerza política más votada de la derecha ha sido la CEDA, la formación del nuevo gobierno no es ofrecida a su líder José María Gil-Robles sino al líder del Partido Radical, Alejandro Lerroux que formará su gabinete con el apoyo de los "cedistas" a pesar de no incluir a ninguno de ellos en su nuevo gabinete.

El 23 de enero de 1934 Diego Martínez Barrio cesó como ministro de Guerra para ocupar la cartera de Gobernación que hasta entonces había sido ocupada por Manuel Rico Avello. Como nuevo ministro de Guerra fue elegido Diego Hidalgo Durán.

Martínez Barrio ocupará la cartera de Gobernación hasta el 3 de marzo, fecha en la que presentará su dimisión por la fuerte deriva derechista que el gobierno adoptaba por la necesidad de contar con el apoyo de los diputados de la CEDA. Esta dimisión provocará la caída del gobierno.

(16 de diciembre de 1933-3 de marzo de 1934)

Nuevamente llamado a formar gobierno, Alejandro Lerroux constituirá un gabinete que entre otras medidas restablecerá, el 27 de marzo, la pena de muerte y promulgará una Ley de amnistía que afectará entre otros al general Sanjurjo y que provocará una crisis de gobierno que acabará con éste el 28 de abril.

El 17 de abril de 1934 Rafael Álvarez Valdés cesó como ministro de Justicia siendo nombrado como nuevo ministro Salvador de Madariaga, con lo éste pasó a ocupar dos carteras ministeriales: Instrucción Pública y Justicia.

(3 de marzo de 1934 - 28 de abril de 1934)

(28 de abril de 1934 - 4 de octubre de 1934)

El 16 de noviembre de 1934 se produjo una remodelación del gobierno que afectó a las carteras de Estado, Guerra, Marina e Instrucción Pública y Bellas Artes.

(4 de octubre de 1934 - 3 de abril de 1935)

(3 de abril de 1935 - 6 de mayo de 1935)

(6 de mayo de 1935 - 25 de septiembre de 1935))

El 20 de septiembre Alcalá Zamora aprovechó una crisis parcial inesperada para sustituir a Lerroux por un político sin respaldo parlamentario, el entonces ministro de Hacienda Joaquín Chapaprieta, quien acepta el cargo ante el peligro de una disolución de las Cortes. El nuevo gabinete dirigido por un independiente está formado por ocho ministros, tres de la CEDA, tres del Partido Republicano Radical, un agrario y otro de la Lliga Catalana.

Abandonan el gobierno los radicales Alejandro Lerroux y Juan José Rocha.

La amenaza presidencial de disolución del parlamento hizo entrar en este gobierno a Gil-Robles, en Guerra, y a Lerroux, en Estado. Ambos entraron al gobierno descontentos, el primero por no haber sido llamado a gobernar siendo su grupo el que contaba con mayor número de diputados, el segundo por haber sido expulsado de presidencia.

(25 de septiembre de 1935-29 de octubre de 1935)

Dirigido por un independiente y formado por ocho ministros, tres de la CEDA, tres del Partido Republicano Radical, un agrario y un miembro de la Lliga Regionalista.

(29 de octubre de 1935-14 de diciembre de 1935)

La dimisión de Chapaprieta creaba una sensación de crisis general del centroderecha que da pie a las maniobras del presidente Alcalá Zamora para imponer un gobierno sin contar con la CEDA, partido mayoritario. El 11 de diciembre el presidente convoca a Gil-Robles para señalarle que no estaba dispuesto a encomendarle el gobierno utilizando la Guardia Civil para neutralizar cualquier posible reacción.[cita requerida]

El presidente deseaba un gabinete centrista, aunque no contara con apoyo parlamentario, y probó a encomendar su formación a varios políticos: Miguel Maura y Portela, siendo este último quien el 13 de diciembre recibe la misión. Portela, político gallego cercano a los 70 años, de la generación de Lerroux, aunque menos gastado por las adversidades, pasaba por experto en fabricar victorias electorales con los rancios trucos caciquiles, y se había labrado en Cataluña una reputación de eficacia en asuntos de orden público.[2]

Para Alcalá Zamora la derecha tenía que perder en las urnas, pues de otro modo las cortes siguientes juzgarían indebida su previa disolución y le destituirían.[cita requerida] Le convenía un triunfo no arrollador de la izquierda, la cual no iba a declarar injustificada la disolución. Sin embargo, un gobierno necesita la confianza del parlamento y como modo de evitar el fracaso elude la presentación a las Cortes,[cita requerida] decretando suspensión de sesiones parlamentarias durante 15 días, hasta el 1 de enero.

Este gobierno solo pudo resistir dos semanas, una sonora crisis con intercambio de gritos e insultos entre Portela y varios de sus ministros.

(14 de diciembre de 1935 - 30 de diciembre de 1935)

Ante el fracaso en la formación del anterior gobierno, Portela opta por políticos sin representatividad. Para mayor seguridad antes de tomar posesión Alcalá Zamora le entrega el decreto de disolución de Cortes firmado y listo para ser usado:[3]

La derecha, considerando la paralización de las Cortes una usurpación de funciones, convoca para el 7 de enero la diputación permanente de la cámara para dictaminar, pero la víspera Alcalá Zamora, ante el riesgo de perder la votación, opta por disolver convocando elecciones para el 16 de febrero. Desde este momento y ya fuera de control parlamentario Portela se centra en promocionar su Partido de Centro Democrático, inspirado por el presidente.

Su interés prioritario fue asegurar su control sobre las fuerzas armadas ante los rumores de amenaza golpista. En menos de un mes cambió la cúpula militar, colocando a generales adictos, con tres excepciones: Francisco Franco, alejado a las Islas Canarias, Manuel Goded a las Baleares, Emilio Mola del Protectorado español de Marruecos a Navarra, mientras que Joaquín Fanjul fue privado de destino.[4]

Dos días después de las elecciones de febrero de 1936, el 18 de febrero, Portela cede el poder a Manuel Azaña, no solo por su prestigio, sino por la visita de Barrio, las alarmas de Sebastián Pozas y los rumores de un alzamiento militar.[cita requerida]

(30 de diciembre de 1935 - 19 de febrero de 1936)

El 7 de enero de 1936 el presidente de la Segunda República, Niceto Alcalá Zamora, decreta la disolución de las Cortes y convoca elecciones para el 16 de febrero.

Durante las tres primeras semanas del mes de marzo el Congreso de los Diputados apenas se ocupó de otra cosa que de la revisión de las actas de diputados.

El 13 de marzo quedó suspendida Falange Española y encarcelados José Antonio Primo de Rivera, Julio Ruiz de Alda, Raimundo Fernández Cuesta y Rafael Sánchez Mazas, miembros de su junta política.[5]​ Paralelamente, se fue produciendo la radicalización de la Juventud de Acción Popular gilroblista. Los carlistas aceleraban la organización de milicias y el contrabando de armas.[6]

El 25 de marzo fueron invadidas simultáneamente 3.000 fincas en la provincia de Badajoz.

(19 de febrero de 1936 - 7 de abril de 1936)

(7 de abril de 1936 - 10 de mayo de 1936)

(10 de mayo de 1936 - 13 de mayo de 1936)

(13 de mayo de 1936 - 19 de julio de 1936)

En la noche del 18 al 19 de julio de 1936, Manuel Azaña, tras la dimisión de Santiago Casares Quiroga, le ofrece la difícil tarea de formar un gobierno de conciliación que pudiese evitar el inicio de la guerra. En otras palabras, le encomienda tanto resistir a los sindicatos, evitando la entrega de armas, como negociar con los sublevados, asegurando la lealtad de la cúpula militar.

Para poder inspirar confianza a los militares sublevados, o disuadir de rebelarse a los tibios, nombró un consejo con ministros exclusivamente republicanos. La noticia se difunde con rapidez. Fue quizás el gobierno de menor duración en la Historia de España, poco más de una hora.

(19 de julio de 1936)

El 6 de agosto Juan Hernández Saravia ocupa la cartera de Guerra, mientras que el 22 de agosto Francisco Matz Sánchez se hace cargo de la de Marina.

(19 de julio de 1936 - 4 de septiembre de 1936)

Con mayoría socialista (presidente Francisco Largo Caballero y siete ministros) acompañados por Izquierda Republicana, grupo que inicialmente contaba con tres carteras, y tras el cese de Mariano Ruiz-Funes García serían dos; con uno los siguientes grupos: ERC, Unión Republicana, PNV y PCE que aumentaría a dos con la llegada de Vicente Uribe el 15 de septiembre.

(4 de septiembre de 1936 - 4 de noviembre de 1936.)

Durante la batalla de Madrid, el general Miaja constituyó en Madrid, tras el traslado del gobierno a Valencia, y siguiendo las órdenes del presidente del Consejo, Largo Caballero, la Junta de Defensa de Madrid compuesta por partidos y organizaciones presentes en el gobierno, incluyendo además a las Juventudes Socialistas Unificadas, la Unión General de Trabajadores, el Partido Sindicalista y las Juventudes Libertarias.

(4 de noviembre de 1936 - 16 de mayo de 1937)

El número de ministros se redujo a nueve, el anterior ejecutivo contaba con 18 ministerios: 15 con cartera y 3 sin ella. Desaparecen el ministerios de Marina y Aire, Industria, Comercio, Propaganda y también los ministros sin cartera.

El 18 de agosto se creó la Dirección General de Industrias, vinculada al ministro de Defensa Nacional, privando a la Generalidad de Cataluña de esta competencia. Los nacionalistas reaccionan retirando su confianza al gobierno, apartando a Jaime Aiguader,[cita requerida] siendo sustituido por José Moix Regás del PSUC. El mismo día y por solidaridad dimite Manuel de Irujo siendo sustituido por Tomás Bilbao de Acción Nacionalista Vasca.[7]

(17 de mayo de 1937 - 5 de abril de 1938)

El segundo gobierno aunque contaba con representación sindicalista, carecía de poder. La UGT recibe la cartera de Justicia, la CNT la de Instrucción Pública y Sanidad.

El 30 de abril de 1938 el gobierno redacta un documento conocido como los Trece Puntos de guerra donde formulaba su programa político, concretando los objetivos por los cuales se continuaba la lucha y sobre los cuales podía establecerse un principio de acuerdo con los sublevados.

Negrín puso todas las esperanzas en el estallido de la Segunda Guerra Mundial a la que España se vería abocada a intervenir, pero el 26 de enero de 1939 fuerzas franquistas ocupan sin resistencia la ciudad de Barcelona, entonces sede del gobierno. El 1 de febrero este gobierno huye a Francia, abandonando el territorio español. El 12 de febrero Negrín establece en Madrid la sede del gobierno republicano, este mismo día el coronel Casado quiere acordar la paz.

(5 de abril de 1938 - 6 de marzo de 1939)

El Consejo Nacional de Defensa fue un organismo que asumió el papel de gobierno provisional en lo que quedaba de la República Española tras el golpe militar protagonizado en la ciudad de Madrid, el 5 de marzo de 1939, por el coronel Casado contra el Vigesimosexto Gobierno de la Segunda República Española presidido por Juan Negrín.

Al alcanzar el mar Mediterráneo en mayo de 1938 las tropas rebeldes dividiendo en dos la zona republicana Negrín entrega a Casado el mando del Ejército del Centro. La Quinta Columna contacta con Casado con objeto de debilitar al enemigo y aunque el 10 de febrero Negrín regresa a Madrid es consciente de la trama golpista. El 4 de marzo se subleva Cartagena y el día 5 se constituía en Madrid el Consejo Nacional de Defensa.[8]

Algunas fuerzas comunistas, sin órdenes del partido, reaccionaron y estuvieron a punto de derrotar a Casado, sin conseguirlo finalmente.

El 26 de marzo, rotas las negociaciones, cuando el ejército sublevado atacó, Casado y su Junta huyeron de España a bordo de un crucero británico. Besteiro permaneció en la capital entregando el poder a los vencedores.[9]

(6 de marzo de 1939 – 26 de marzo de 1939)

Dieciséis de los diecinueve gobiernos republicanos fueron presididos por masones. Alcalá Zamora y Chapaprieta fueron las excepciones. Además eran masones seis de los once ministros del primer gobierno.[10]



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