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Idioma yídish



Indoeuropeo
  Germánico
    Germánico occidental
      Altogermánico

El yidis,[Nota 4]​ o yiddish[1]​ (ייִדיש yídish, pron. ['jidiʃ]), y menos comúnmente ídish[2]​ (אידיש ídish), también conocido como judeoalemán,[3]​ es un idioma perteneciente a las comunidades judías asquenazíes tanto del centro como del este europeo, y sus emigrantes y descendientes en Israel, el continente americano y otros lugares del mundo. La base sintáctica y gran parte del léxico del yidis provienen del alto alemán, pero el yidis posee también influencias del idioma hebreo[4]​ y de algunas lenguas eslavas. Clasificado como lengua altogermánica, la ortografía del yidis usa los caracteres del alfabeto hebreo[5]​ y la vocalización que lo caracteriza (conocida como píntelaj) posee características singulares. El nombre del idioma proviene del alto alemán, donde originalmente se conocía como jüdisch-deutsch (idioma alemán judío).

El yidis es una lengua milenaria, se desarrolló tanto en Europa Central como en Europa del Este a partir del siglo X y fue desde entonces evolucionando en cada una de dichas regiones junto a las lenguas locales. Tras la emigración de la población judía de las mencionadas regiones europeas hacia el continente americano, y particularmente debido a los devastadores efectos del Holocausto, la población hablante del yidis fue reducida de 13 millones en 1930 a tres millones de personas en 2005.[cita requerida]

Los judíos ultraortodoxos y algunos de los ortodoxos emplean a diario el yidis para comunicarse entre ellos, ya que consideran que la lengua hebrea propia de la Antigüedad es sagrada y solo debe ser empleada en las plegarias o para el estudio de la Torá. No obstante, para su escritura se emplean los caracteres hebreos desde por lo menos el siglo XIII,[6]​ los mismos que figuran en los textos sagrados del judaísmo y los que se emplean en la escritura del hebreo moderno.[7]​ En este aspecto, el yídis sigue una costumbre común de las lenguas judías derivadas de idiomas europeos (como el judeoespañol).

El yidis se remonta a la Alemania medieval. Durante varios siglos, diversas regiones europeas recibieron inmigración judía. Los judíos asimilados con la población de la Europa Central y la Europa Oriental, de origen germánico y eslavo, formaron un grupo que pasó a ser conocido como asquenazí. Durante mucho tiempo, este grupo fue minoritario en relación a la población judía mundial, estando concentrada en las regiones centrales y orientales de Europa. En un período más reciente, la población asquenazí creció y se diseminó por el mundo, difundiendo así el idioma yidis.[8]

Para no perder su identidad cultural y religiosa, los asquenazíes inicialmente adoptaron una forma mixta de escritura, usando los caracteres del idioma hebreo para anotar la descripción fonética del idioma de la región en que se encontraban. Asimismo algunos inmigrantes judíos escribían textos bíblicos en alemán, español o francés, usando la escritura que les era familiar.

Con el tiempo, la expansión de la población asquenazí llevó a una diferenciación de dos dialectos yidis: occidental (con mayor influencia germánica) y oriental (con influencia de lenguas eslavas).

Las comunidades judías instaladas en la Europa central usaban tres lenguas: hebreo, arameo y yidis. Las tres disponían de representación escrita, pero solo el yidis podría ser considerado ser un idioma vernáculo. Acaso por esa razón, el yidis se empleó inicialmente en obras de naturaleza laica y para la correspondencia privada. Para la correspondencia comunitaria, comentarios bíblicos y toda una serie de documentos se utilizaba el hebreo. El arameo se usaba para los textos más importantes, incluyendo los tratados oficiales (especialmente comentarios sobre el Talmud) y la Cábala. Sin embargo, la escritura del yidis recurre a los caracteres hebreos. Ejemplo:

Palabras usuales son mame (madre), tate (padre), ínguele (niño), Tóire (Tora), shábes (día de descanso), freilaj (alegría), shtetl (pueblito [del este europeo]), majetoine (casamentera), tsaitung (periódico).

Tradicionalmente, el ídish es loshn-ashkenaz (lengua propia de asquenazíes) y, en el uso cotidiano, constituye un medio de no emplear banalmente loshn-koydesh (la "lengua sagrada", es decir, la lengua de las escrituras sagradas del judaísmo: hebreo).

Los refranes son uno de los rasgos distintivos del yidis.[9]​ Los siguientes son solo algunos ejemplos del saber popular:

Entre las expresiones clásicas de la cultura ídish se destacan:

Parte considerable de la producción musical ídish y también sus partituras son preservadas en la Universidad estadounidense de Yale.[11]

No pocos refranes provenientes del yidis han encontrado su expresión en las artes visuales. Artista de enorme inventiva y creatividad, Marc Chagall con frecuencia ha capturado en su imaginería vanguardista el humor y espíritu propios de la cultura yidis. Diferentes aspectos de la cultura yidis se encuentran también reflejados en la obra de otros tantos pintores judíos anteriores a Chagall, quienes cultivaron por lo general el realismo pictórico y entre quienes merecen ser mencionados Isidor Kaufmann, Maurycy Gottlieb y Maurycy Mikowski.

Mucha de la literatura jasídica, en especial las parábolas, fueron escritas en yidis. Sin embargo, hasta el siglo XIX no aparece una literatura secular sofisticada en esta lengua. La literatura yidis del siglo XIX tuvo tres principales exponentes: Sholem Aleijem, Yitzjac Leibush Peretz, Mendele Moijer Sforim (vendedor de libros en hebreo) y Sholem Asch. Otros famosos escritores en lengua yidis son Jaim Grade e Isaac Bashevis Singer. Este último recibió el Premio Nobel de literatura en 1978. En español está editada, por la editorial Cátedra, una selección de sus obras cortas: "Un amigo de Kafka y otros relatos", así como la novela "La familia Moskat", editada por RBA, que representa un fiel reflejo del modo de vida y costumbres de los judíos polacos antes del Holocausto.

Este idioma también ha contribuido a enriquecer el inglés en los Estados Unidos. Varios judíos estadounidenses saben algo del idioma yidis y muchos lo emplean como si fuera parte del idioma inglés. Hay varias palabras y expresiones en yidis que usan frecuentemente los judíos cuando están hablando inglés. Es más común entre los judíos mayores, pero hasta las generaciones más jóvenes saben algo de este idioma porque lo escuchan en sus casas. Palabras de yidis se oyen mucho en la televisión y las películas, aunque muchos televidentes no se dan cuenta de esto. A veces estas palabras y expresiones se utilizan para imprimir un efecto cómico en el habla. Por ejemplo, muchas personas dicen oy vey (אוי װײ, literalmente "ay, [qué] dolor", y empleada con el significado de "¡ay de mí!"); se trata de una expresión que se usa cuando la persona está estresada o sorprendida o cuando escucha algo que le hace mal (equivale a decir "ay, Dios mío" en español). Igualmente se utiliza nosh, que significa "comer". Palabras tales como shikse (שיקסע), significando joven no judía y, ocasionalmente, empleada doméstica, terminaron por ser ampliamente descartadas.

El yidis sigue también vivo gracias a diarios, como The Jewish Daily Forward, periódico publicado en Nueva York y que, si bien ya hoy presenta sus páginas en inglés, mantiene suplementos –y también versión de Internet– en yidis. Fundado en 1897 por Abraham Cahan, ayudó a la expansión de la cultura que portaban los judíos de la Europa central y del Este en aquellos años de fuerte migración hacia Estados Unidos.

A comienzos del siglo XX, la comunidad judía de la Europa del Este estaba en términos idiomáticos dividida. Por un lado, los partidarios del sionismo, así como las Tnuot Noar, intentaban "revivir" el hebreo como lengua vernácula y modernizarla, de modo tal que fuese un símbolo del renacimiento nacional que ya había comenzado a tener lugar en Eretz Israel. Dado que el idioma era en ese entonces entendido como una de las bases fundamentales de la nacionalidad, tales partidarios sostenían que era necesario implementar un idioma común a todos los judíos (y no solo a los ashkenazim).[12]

Por otro lado, los partidarios del bundismo (Bund, partido obrero socialdemócrata judío de Rusia, Lituania y Polonia), que en esa época era el grupo político mayoritario entre las masas judías, planteaba la necesidad de acompañar la epopeya socialista internacional con una construcción nacional cultural. Tal empeño incluía el difundir el teatro judío en yidis y su literatura, promoviendo asimismo su enseñanza.[13]​ Los bundistas consideraban que el yidis era un "idioma proletario", dado que era hablado por las masas judías; en contraste con el hebreo bíblico y talmúdico, heredado de la tradición religiosa y de la que ellos se querían desprender. Es más, los bundistas veían la modernización de la lengua hebrea como una estrategia propia del "nacionalismo burgués" de los sionistas.

Los sectores judíos ortodoxos apoyaban también la promoción del yidis, pero por razones muy diferentes al proyecto nacional cultural y socialista del Bund: los judíos religiosos creían que la propuesta sionista de querer usar la lengua sagrada (el hebreo) como lenguaje cotidiano era sacrílega, por lo que muchos de ellos la rechazaron de plano.

Favoreciendo el laicismo y agrupados en el Folkspartei, liberales y pequeñoburgueses también preferían el yidis, pero se oponían tanto al proyecto sionista como a las intenciones revolucionarias del Bund.

Como resultado del antisemitismo en Rusia y numerosas regiones de Europa, la emigración de una cantidad considerable de judíos europeos hacia el levante mediterráneo, la formulación del hebreo como lengua nacional del pueblo israelita, el asesinato de dos tercios de la judeidad europea (Shoáh) y la subsecuente creación del moderno Estado de Israel, las perspectivas del yidis como posible idioma nacional para el pueblo judío llegaron a una especie de callejón sin salida.

La emigración masiva, el asesinato de dos tercios de las comunidades judías europeas durante la Segunda Guerra Mundial y las políticas de represión y aculturación implementadas por los soviéticos condujeron a una enorme e irreparable pérdida para el idioma yidis y las diferentes expresiones culturales que se hallaban ligadas a él.

Sin embargo, históricamente, e incluso durante los muchos siglos en que no fue lengua hablada cotidianamente, el idioma hebreo fue siempre un constante factor de cohesión del pueblo de Israel a través las Escrituras sagradas para el judaísmo y preservadas indefectiblemente en hebreo por todas las comunidades judías tanto en Israel como en la Diáspora.

El surgimiento del Estado de Israel en 1948, así como la llegada de numerosas olas de judíos provenientes de comunidades israelitas de todo el mundo, particularmente de países islámicos y orientales, condujo a la adopción oficial de la lengua histórica del pueblo de Israel: el hebreo adquirió entonces el estatus de idioma nacional de Israel.[14]

Entre 1870 y 1945, el yidis fue un idioma europeo transmigratorio, empleado por aquellos judíos que emigraron al continente americano pero solo por algunas décadas y hasta que se integraron a las nuevas sociedades que los habían recibido.[15]​ Quienes sobrevivieron la Shoáh, en muchos casos también emigraron y adoptaron luego las lenguas de los países donde fueron recibidos, si bien en algunos casos conservaron el yidis con nostalgia, como un recuerdo de un mundo destruido. En la actualidad el yidis sobrevive entre los grupos judíos ortodoxos, quienes aún lo emplean para preservar la "santidad" de la lengua hebrea, a la que solo recurren en sus oraciones y liturgia. Tanto en Tel Aviv como en Europa se ha renovado el interés por el yidis, destacándose el hecho de que ello no solo se da entre grupos judíos.[16]

En yidis, el término Yiddishkayt (ייִדישקייט — lit. 'Judaicidad'; término cuya expresión más cercana sería "vida y cultura ídish") alude tanto a la condición de ser judío como al modo de vida de quien lo es.[17]​ Cuando es empleado por los judíos asquenazíes observantes, suele significar "judaísmo". Pero también se usa para describir los hábitos y costumbres de los judíos asquenazíes europeos y americanos, tanto religiosos como laicos.

Antes de la Haskalá y la emancipación de los judíos, fundamentales para el Yiddishkayt eran el estudio de la Torá y el Talmud, en el caso de los varones; y la familia junto a la vida comunitaria regidas ambas por el respeto de la Ley Judaica, tanto para los varones como para las mujeres. Entre los judíos observantes del este europeo, el término designa esta última acepción en particular.[18]​ Con la secularización, Yiddishkayt ha pasado a abarcar no solo la tradicional práctica religiosa judía, sino también una amplia gama de actividades en las que participan los miembros laicos de las comunidades judías, incluyendo esto movimientos culturales e ideologías, pero sin dejar de lado su identidad judía y pertenencia e identificación para con el pueblo judío; a ello deben sumársele también modos de hablar y humor, estando éstos pautados por la asociación cultural y nivel de educación. En este sentido, y tal como lo expresan los judíos ortodoxos contemporáneos, Yiddishkayt es una palabra análoga a "Ortodoxia" y "Observancia" (de la Halajá), pero tal vez sugiera aún más un apego emocional y un sentimiento de identificación con el Pueblo Judío que el compromiso a llevar a cabo un modo de vida basado tan solo en el cumplimiento de los preceptos que emanan de la Torá.[19]



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