Se ha llamado milagro económico japonés (高度経済成長 en japonés) al crecimiento económico vivido por el mencionado país desde los años 1960 hasta los años 1980.
El crecimiento redujo su marcha notablemente a finales de los ochenta y durante la década de los noventa, en lo que se ha conocido como la década perdida, en gran parte debido al fracaso del Banco de Japón de bajar las tasas de interés con la suficiente rapidez para contrarrestar los efectos del colapso de la burbuja inmobiliaria sufrida a finales de los años 1980. Algunos economistas piensan que a causa de esto, Japón entró en una denominada trampa de la liquidez.
Después de la derrota en la Segunda Guerra Mundial, ciertos países como por ejemplo Alemania, Corea del Sur, España, Italia y México iniciaron un espectacular crecimiento económico, político y social de sus naciones.
Las consecuencias de la derrota, sumadas a las bombas tiradas sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki por EE. UU., sufrió la ocupación de las fuerzas estadounidenses dirigidas por el general Douglas MacArthur. El objetivo de la ocupación era impedir que Japón se convirtiera nuevamente en una amenaza para su seguridad. Se realizó la des-militarización del país, se cerraron las fábricas. Las consecuencias de la derrota, sumadas a las bombas atómicas lanzadas sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki por EE. UU., devastó la nación y empeoró con el regreso forzado de seis millones de repatriados desde las ex colonias, el pago de indemnizaciones de guerra. Como consecuencia de la guerra y la ocupación estadounidense Japón perdió el 42% de la riqueza nacional y el 44% de la capacidad industrial. El país había perdido todos sus territorios de ultramar, mientras su población sobrepasaba la cifra de los 80 millones, además de alrededor de 6 millones de repatriados que llegaban del extranjero. La demanda interna descendió con la interrupción y el comercio exterior se hallaba restringido por las fuerzas de ocupación aliadas. La ocupación norteamericana no permitió en los primeros años la reparación de los daños, ni la elaboración de una política estratégica para la reconstrucción económica
Como país vencido de la Guerra, sufrió la ocupación decidida por los vencedores y estuvo en manos de las fuerzas estadounidenses dirigidas por el general Douglas MacArthur Según las potencias ocupantes, el objetivo de la ocupación era impedir que Japón se convirtiera nuevamente en una amenaza para su seguridad:
Más tarde se estableció una nueva constitución en el año 1947, esta estableció una monarquía parlamentaria y la separación de los poderes. El Poder Legislativo en dos cuartos elegía al Primer Ministro del Poder Ejecutivo.En Japón el esfuerzo militar de la guerra movilizó toda la industria pesada, se obtuvo una gran experiencia en temas de organización industrial y de formación de mano de obra, sobre todo la mano de obra femenina e infantil.
En lo que se refiere al comercio, Estados Unidos se convirtió en el principal cliente de Japón, con lo que hizo que su balanza comercial fuera favorable y que más adelante llegara a invadir con sus productos los mercados del mundo.
El impulso fundamental para el cual Japón logró este llamado Milagro provino de la guerra de Corea, en la cual los Estados Unidos apoyaban la industria pesada con misiles, y permitieron la rehabilitación de las personas comprometidas con el antiguo régimen, incluyendo procesados como criminales de guerra reintegrados a la vida civil para ocupar cargos políticos o dirigir empresas. Se expulsó a los comunistas de los cargos administrativos, en la industria y enseñanza.[cita requerida]
En la década de 1960 Japón superaba a todas las naciones de Europa Occidental en el producto nacional bruto, y seguía a Estados Unidos como potencia industrial mundial. La economía japonesa ocupó el primer puesto mundial por su tasa de crecimiento en 1964. Los XVIII Juegos Olímpicos se celebraron en Tokio, lo que supuso una mejora de sus infraestructuras.
Alemania y Japón en los años sesenta tenían más del 60% de la población ubicada en edades comprendidas entre los 15 y 59 años. En esa época se produce el apogeo de los países industriales. En Alemania y Japón la producción industrial global en los años 70’ superaba el 50%. Esta industria repercutió en todo el mundo y alcanzó los mayores márgenes de crecimiento. Como los productos industriales fueron los motores del intercambio internacional, ambos países ocuparon una posición de potencia comercial de primer orden.
La Exposición Mundial de Osaka, que tuvo lugar en 1970, demostró que el país había restablecido su posición en el comercio internacional: en 1971 Japón era el tercer país exportador más importante del mundo, después de Estados Unidos y de Alemania Occidental, y el quinto en importaciones.
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