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República de Níger



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Níger, oficialmente República de Níger[3][4]​ (en francés, République du Niger),[5][6]​ es un país sin litoral de África occidental. Limita al sur con Nigeria y Benín, al oeste con Burkina Faso y Malí, al norte con Argelia y Libia, y al este con Chad. Sus zonas septentrional y central se encuentra en las áreas desérticas del Sahara y el Sahel.

Níger fue una colonia europea del África Occidental Francesa, que accedió a la independencia en 1960. Su economía es considerada por algunas fuentes como una de las más desfavorecidas de África[7]​ y se estima que aproximadamente dos tercios de su población viven bajo el umbral de la pobreza.[8]​ Así, su índice de desarrollo humano en 2016 fue de 0,353 y ocupando el puesto 187, lo convierte en el cuarto país más pobre del mundo.[9]​ Su democracia es inestable y ha sufrido varios golpes de Estado en las últimas décadas, el último en febrero de 2010, cuando se depuso al presidente Tandja Mamadou tras 10 años en el poder.[10]​ Hasta abril de 2011 el país fue gobernado por una Junta Militar encabezada por el oficial Salou Djibo,[11][12]​ hasta la entrega del poder al vencedor de las elecciones del año 2011, el ex presidente Mahamadou Issoufu.[13]

Tiene una superficie de 1 267 000 km²,[1]​ y una población de 18 045 729 habitantes (2015),[7]​ mayoritariamente musulmana, que se concentra en la franja meridional, en particular en la región suroccidental a orillas del río Níger. Está dividido en siete departamentos y el distrito de su ciudad capital, Niamey. Es un país rico en minerales, entre los que se destaca el uranio, un producto valioso cuyo precio sin embargo registra fuertes fluctuaciones. Sin embargo, apenas el 3,9% de su territorio es apto para la agricultura, lo que sumado a las sequías y a la desertificación de su territorio, lo hace vulnerable a las hambrunas.[11]​ El gobierno asimismo ha iniciado la exploración y los proyectos de explotación de yacimientos de oro y de petróleo.[11][14]

El territorio nigerino ha estado habitado por homínidos desde hace más de noventa milenios, según la evidencia arqueológica encontrada.[8]​ La evidencia botánica, climática y geológica indica que en esos tiempos el proceso de desertificación de toda la región norte del país aún no había comenzado, o era incipiente.

Grupos que vivían del pastoreo dejaron pinturas rupestres de una abundante vida silvestre, animales domésticos y carretas, así como una compleja cultura que se remonta por lo menos al X milenio a. C., que se destacó por sus obras en cerámica así como por su técnica en el desarrollo de arcos y flechas.[8]​De ese periodo quedan asimismo huellas de una activa hidrografía, cuando durante el neolítico el clima se hizo clemente, y el río Níger y el lago Chad registraron sus máximos niveles.[8]

Aunque hace seis mil años las regiones septentrionales situadas en el Sahara seguían siendo fértiles, el desierto ya había avanzado notablemente en el actual Níger hacia el siglo XXV a. C.[9][8]

Desde principios del siglo XII, los tuareg construyeron grandes federaciones, que expandieron su influencia hacia el sur, en las montañas de Air, desplazando a sus antiguos habitantes hacia territorios aún más meridionales. En su momento de mayor poderío, esta entidad controló el actual Níger y ejercía un gran peso en la zona septentrional de Nigeria.

El Imperio songhay se expandió en el actual Níger desde principios del siglo XIV, controlando hasta Agadez antes de su colapso en 1591, entidad de la cual los pueblos zarma y songhai guardan trazas. Tras la caída algunas partes del Imperio y refugiados del actual Malí conformaron una serie de estados Songhai, de los cuales el reino dendi fue el más poderoso.

En el siglo XVII los fulani se desplazaron a la región oriental de Liptako. Los pequeños reinos Zarma y varios estados hausa, que llegaron en el siglo X y se convirtieron al islam en el XIV,[8]​ chocaron la expansión fulani de Sokoto en el sur. En el siglo XVII controlaban las rutas comerciales entre el Mediterráneo y Ghana y Nigeria. La frontera con Nigeria Británica se basó en parte en la ruptura entre el califato Sokoto al sur, y la dinastía hausa reinante que había abandonado el norte. En el extremo oriental, en la cuenca del lago Chad, la expansión sucesiva de los imperios Imperio Kanem-Bornu difundió étnicamente a los Kanuri y a los Toubou hasta regiones tan occidentales como los oasis de Zinder y Kaouar del siglo X al XVII.

En el siglo XIX el contacto con Occidente comenzó mediante las exploraciones, en particular las del naturalista Mungo Park y el explorador alemán Heinrich Barth, al servicio del Imperio británico.[8]​ De hecho, los poderes coloniales estaban interesados en conectar sus enclaves orientales y occidentales en el continente africano, por lo que la existencia de una fuente de agua como el lago Chad intensificó aún más el interés por la región.

Los británicos y los franceses se dividieron la región sobre el papel, fijando el límite más al norte de la frontera final, que fue extendida por el oficial Parfait-Louis Monteil en la década de 1890. Aunque los esfuerzos franceses por controlar la región comenzaron antes de 1900, varios grupos no fueron sometidos sino hasta 1922, cuando se consolidó la colonia.

La colonización francesa se realizó a finales del siglo XIX. Las fuerzas coloniales encontraron más oposición de la que esperaban, lanzando la expedición punitiva Voulet-Chanoîne, arrasando el sur del país entre 1898 y 1899,[9]​ dejando a su paso toda una serie de atrocidades.[8]​ El límite definitivo entre las colonias francesas y británicas se fijó en 1904, el cual seguía el curso del río Níger, desde Tombuctú hasta el lago Chad.

Durante su dominio colonial, los franceses favorecieron a la etnia zarma así como a los practicantes de la religión musulmana, pues presentaba más concordancias con su sistema que las estructuras indígenas animistas.[8]​ Algunas prácticas religiosas que fueron percibidas como amenazantes por la administración local fueron en efecto suprimidas.[8]

Aunque las revueltas de los tuareg continuaron, tras el sitio de Agadez en 1916 y 1917 los franceses controlaron la zona.[9]​ A partir de entonces el actual territorio de Níger pasó a formar parte del África Occidental Francesa. La capital se encontraba en Dakar, Senegal, con un gobernador local en Niamey. En 1931 decenas de miles de personas murieron debido a una hambruna, que llevó a muchos otros habitantes a huir a Nigeria. Tras un corto período de prosperidad, las condiciones alimentarias difíciles regresaron en 1937 y 1940.[8]

Tras la Conferencia de Brazzaville de 1944, además de conceder la nacionalidad francesa a los habitantes de esos territorios, en 1946 la Constitución francesa promovió la descentralización. En 1956 el sistema colonial trató una vez más de adaptarse mediante la Ley de Reforma (Loi Cadre) del 23 de julio. Tras el establecimiento de la Quinta República Francesa en 1958, Níger pasó a ser un estado autónomo dentro de la Comunidad Francesa, cuando prefirió esa posibilidad a la independencia en un referendo que, sin embargo, despertó sospechas de fraude.[9]

Dos años después el país obtuvo su independencia. El primer presidente fue Hamani Diori, que logró su reelección en las elecciones de 1965 y 1970. Con la ayuda de Francia comienza la explotación de las minas de uranio, al norte, cerca de la frontera con Argelia.

Sin embargo, las grandes sequías que se sucedieron a partir de 1968 y se intensificaron en la década de 1970[14]​ generaron un estado de inquietud social y de inestabilidad de gobierno, que condujeron a un primer golpe de Estado militar en 1974 dirigido por el coronel Seyni Kountché, que derrocó a Diori.[9]​ Kountché sufrió a su vez varios intentos golpistas frustrados, pero también fue afortunado por los descubrimientos de uranio.[9]​ La explotación del mineral, sin embargo, también acarreó una fuerte inflación.

Kountché falleció y fue reemplazado por su camarada Ali Seibou, que acrecentó su base de poder en la década de 1980. La principal preocupación de sus gobiernos fue desarrollar y diversificar la débil base económica y productiva del país, intentando desprenderse de la dependencia de uranio, entonces la única fuente de ingresos económicos por la exportación. Seibou constituyó el Movimiento Nacional para el Desarrollo Social (MNSD), que sería el único partido político legal. En 1983 se presentó una intensa sequía, a lo cual se sumó el desplome de los precios del uranio y a la concentración del poder político.[9]​ A finales de la década de 1970 y el primer lustro de la década de 1980 se presentó una hambruna que según algunos cálculos se cobró la vida de 2 millones de personas.[15][14]

Mientras se extendía la pobreza entre amplias capas de la sociedad nigerina y las sequías amenazaban generar hambrunas, el MNSD comenzó a solicitar préstamos al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial. Esas entidades exigieron cambios estructurales macroeconómicos, entre ellos el congelamiento de los salarios de los empleados públicos durante dos años, o los impuestos a productos básicos de la canasta familiar, generando mayores niveles de pobreza.[8]

Las organizaciones estudiantiles y obreras se opusieron mediante manifestaciones, huelgas y motines en todo el país, exigiendo una apertura política y el abandono del unipartidismo. En muchos casos hubo una respuesta gubernamental violenta. Finalmente este país sufre con serias tasas de pobreza extrema.

En 1990 la presión popular llevó a Seibou a adoptar medidas aperturistas, convocando una Conferencia Nacional bajo la dirección de Seku Amadu, quien debía preparar un gobierno de transición. En 1993 se promulgó la Constitución y se celebraron las primeras elecciones libres, vencidas por la Alianza de Fuerza para el Cambio (AFC) — una coalición de seis partidos de oposición — que obtuvo cincuenta de los ochenta y tres escaños en juego. El MNSD perdió, asimismo, la presidencia, que pasó a manos de Mahamane Ousmane, candidato de un de los partidos integrantes de la AFC.

Con el nuevo gobierno se registró un alzamiento de la etnia tuareg de la zona septentrional.[8]​ Las repetidas sequías habían acabado con el ganado de este pueblo nómada, que fue obligado a convertirse en sedentario mientras reclamaba al Gobierno una solución al problema. Este prometió entregarles tierras, pero incumplió su promesa, lo que generó un conato de guerra civil que duró hasta bien entrado el año siguiente. Por su parte, se registraron manifestaciones estudiantiles. Las discrepancias condujeron a la ruptura de la coalición en 1994, así como a la renuncia del primer ministro. En 1995 se formó una nueva coalición que alcanzó la mayoría en el Congreso. Esta ventaja de poder le permitió exigir la renuncia de todo el poder ejecutivo y la formación de un nuevo gobierno, que quedó en manos de Hama Amadou.

En enero de 1996, sin embargo, el coronel Ibrahim Baré Mainassara dio un nuevo golpe de Estado y suspendió la vigencia de la Constitución, cuyo imperio no ha sido restaurado. Mainassara prometió devolver el gobierno al poder civil y cumplió en 1999, año en que las primeras elecciones municipales dieron el triunfo a la oposición. Esa circunstancia provocó descontento en amplios sectores militares, cuya reacción fue hacer asesinar a Mainassara a manos de su propia guardia. En diciembre el poder regresó a manos de civiles al elegirse presidente a Mamadou Tandja y a Hama Amadou como primer ministro, nombrado en enero de 2000.

La sequía en 2004 provocó una reducción de la producción de grano del 40% y una etapa de hambruna[14]​ que afecta directamente a cuatro millones de personas, de las que 800.000 son atendidas exclusivamente a través de las Naciones Unidas en campos de emergencia.

En junio de 2005 se alertó por la ONU de un riesgo potencial de hambruna para algo más de 3 millones y medio de nigerinos en el segundo semestre del año. En julio se estableció por las mismas Naciones Unidas un fondo de ayuda de 65 millones de dólares de emergencia para paliar la situación.

El 18 de febrero de 2010 ocurre un nuevo golpe de Estado militar, quedando suspendidas la Constitución y sus instituciones.[10]​ Al mando del Estado se ha colocado el Consejo Supremo para la Restauración de la Democracia, liderado por el militar Salou Djibo. Luego del golpe, en las emisoras de radio de todo el país se dejó de escuchar la programación habitual y se empezó a escuchar música militar.

En Niamey las calles quedaron vacías y se vivió un estado de zozobra entre sus habitantes a la espera de información sobre los destinos políticos del país y el depuesto presidente Mamadou Tandja y su gabinete, que se encontraban en el Palacio de Gobierno.[10]

Posteriormente, el presidente Tandja fue llevado a juicio y encarcelado. Las elecciones presidenciales fueron llevadas a cabo en 2011 resultando vencedor Mahamadou Issoufu.

La República de Níger se regía por la Constitución Nacional aprobada en enero de 1993, pero la vigencia de la misma fue suspendida el 27 de enero de 1996 tras el golpe militar del coronel Ibrahim Baré Mainassara. Según ese marco, era una república presidencialista, con un presidente elegido cada cinco años por sufragio libre y universal. Un primer ministro y un consejo de ministros son además del presidente los elementos del poder ejecutivo. El poder legislativo, según el mismo sistema, descansaba en una Asamblea Nacional de ciento trece miembros, elegidos también por un período de cinco años.[16]​ La justicia era administrada por una Corte Suprema, una Corte Superior y una Corte de Seguridad del Estado.[16]

El mandato de su Presidente, Mamadou Tandja, debía finalizar en diciembre de 2009. No obstante, durante su mes de agosto, decidió disolver el Parlamento y orquestar una reforma constitucional con la finalidad de prorrogarlo cinco años, para lo cual convocó un referendo. La iniciativa fue condenada dentro y fuera del país,[11][10][12][17]​ incluso con sanciones internacionales, pues eliminaba muchos de los obstáculos de su autoridad, abolía los límites de los mandatos, y le daba tres años adicionales en la silla presidencial sin celebrar elecciones.[10]​ El Tribunal Constitucional declaró esa consulta ilegal, a lo que Tandja respondió con la abolición de ese organismo[12]​ y remplazó a sus miembros con sus propios candidatos.[11]​ En 2009 esas decisiones políticas ya habían llevado al país a ser expulsado de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental.[17]

Hubo mucha tensión política durante unos meses, que desembocó el mediodía del 18 de febrero de 2010 en un golpe de Estado. Mientras el Presidente y sus Ministros se encontraban reunidos en el Palacio Presidencial celebrando un Consejo de Ministros extraordinario, en Niamey, un grupo de soldados venidos de fuera de la ciudad con vehículos blindados, artillería pesada y ametralladoras de gran calibre,[12]​ liderados por el mayor Adamou Harouna, han protagonizado un levantamiento militar, reteniendo al Gobierno en pleno no obstante los intentos de frustrarlo por la Guardia Presidencial.

Aunque debido al golpe la Unión Africana expulsó a Níger, ni los inversionistas franceses y ni los chinos han cambiado sus planes, que sumados registran más de seis mil millones de dólares en instalaciones para la extracción minera.[17]

Hasta abril de 2011 el país fue gobernado por una Junta Militar encabezada por el oficial Salou Djibo,[11][12]​ año en el que se produjo la entrega del poder al vencedor de las elecciones, el ex presidente Mahamadou Issoufu.[13]

En materia de derechos humanos, respecto a la pertenencia a los siete organismos de la Carta Internacional de Derechos Humanos, que incluyen al Comité de Derechos Humanos (HRC), Níger ha firmado o ratificado:

Níger aplica una política exterior moderada y mantiene relaciones amistosas con Occidente y el mundo islámico, así como con los países no alineados. Pertenece a la ONU y a sus principales organismos especializados y en 1980-81 fue miembro del Consejo de Seguridad de la ONU. Níger mantiene una relación especial con la antigua potencia colonial Francia y tiene estrechas relaciones con sus vecinos de África Occidental.

Es miembro fundador de la Unión Africana y de la Unión Monetaria del África Occidental y también pertenece a la Autoridad de la Cuenca del Níger y a la Comisión de la Cuenca del Lago Chad, a la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental, al Movimiento de los Países No Alineados, a la Organización de Cooperación Islámica y a la Organización para la Armonización del Derecho Mercantil en África (OHADA). Las regiones más occidentales del Níger se unen a las regiones contiguas de Malí y Burkina Faso en el marco de la Autoridad de Liptako-Gourma.

La controversia fronteriza con Benín, heredada de la época colonial y relativa, entre otras cosas, a la isla de Lété en el río Níger, fue resuelta por la Corte Internacional de Justicia en 2005 en beneficio del Níger.

Las divisiones administrativas de Níger son 7 regiones y un distrito capital. A su vez, las regiones están divididas en 36 departamentos, compuestos por su parte por 275 comunas. Estas pueden ser rurales o urbanas, correspondiendo en el primer caso a municipios o poblados, y en el segundo a barrios de las ciudades. La región con más departamentos es la de Tahoua.

Agadez es con mucho el mayor departamento de Níger, con una superficie de 634.209 km², lo cual equivale a dos veces el tamaño de Polonia. Zinder, Diffa y Tahoua también presentan áreas considerables, de más de 100.000 km². Otros departamentos son Dosso, Maradi, Tillabéri y el distrito capital de Niamey, que es de lejos el de menor extensión con 670 km², comparable al área de Singapur.

Las ciudades de Níger con una población superior a los 100.000 (2006) habitantes son Niamey, Zinder, Maradi, Agadez y Tahoua.

Níger es el 22° país más grande del mundo, con un área de 1 267 000 km².[1]​ Limita con Argelia (956 km), Benín (266 km), Burkina Faso (628 km), Chad (1175 km), Libia (354 km), Malí (821 km) y Nigeria (1497 km).[7]

Níger es un estado sin litoral situado en África occidental. Más de tres cuartas partes de su territorio se encuentran en el desierto del Sahara, situándose la mayoría del país entre 200 y 500 m s. n. m..[8]​ Difícilmente habitables, constituyen todo el norte del país. La zona más desarrollada es por ende la meridional, en la franja que sigue la frontera desde Nigeria hasta Malí, en particular a orillas del río Níger. En esa área existen grandes sabanas donde es posible criar ganado y llevar a cabo una producción agrícola. Es en esta última región donde se encuentra la capital, Niamey, y la mayoría de los demás centros poblados, como Zinder, Maradi y Tillabéri.

La zona desértica alcanza su máximo rigor en el Teneré. En ella se encuentran macizos montañosos como el del Air, localizado en el norte del departamento de Agadez, que alcanzan su pico máximo en el monte Bagzane, a 2.022 m s. n. m..[7]​ El área fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y en 1992 fue incluida en la Lista del Patrimonio de la Humanidad en peligro.[11]​ Las ciudades más importantes de esta zona del país son Tahoua y Agadez.

El clima nigerino es uno de los más duros del mundo, presentando las temperaturas más elevadas de todo el planeta.[7]​ El país ha sufrido un fuerte proceso de desertificación durante el último medio siglo, perdiendo en promedio más de 100 mm de agua de lluvia.[8]

El territorio es principalmente muy caliente y muy seco, con muchas áreas desérticas. En el extremo sur hay un clima tropical en los bordes de la cuenca del río Níger. El terreno es predominantemente formado por llanuras desérticas y dunas de arena, con una sabana plana a ondulada en el sur y colinas en el norte.

La principal cuenca es la del río Níger, que es crucial para el comercio, la agricultura, la pesca, y el turismo. Su principal afluente es el río Benue. Con 4.200 km de distancia es el tercero a escala continental, después del Nilo y del Congo. Nace en la frontera entre Sierra Leona y Guinea, fluye de occidente a oriente, pasando antes de Níger por Malí. Tras atravesar el país entra a Nigeria, donde desemboca en un amplio delta en el Atlántico. En ese sentido constituye la principal fuente de comunicación con el exterior, así como su principal canal para la exportación.[8]

En el extremo suroriental se encuentra una parte del lago Chad, que Níger comparte con Chad, con Nigeria y con Camerún. En esta área habitan los Beri Beri. Junto al río Níger, el lago suministra la mayor parte del agua potable del país.

Las altas temperaturas y el clima desértico ponen al territorio nigerino en permanente peligro a causa de las sequías periódicas.[7]​ El poco riego artificial y la escasa superficie de tierras cultivables conllevan otros problemas, como el sobrepastoreo y la desertificación antrópica.

Otros problemas ecológicos del país son la caza furtiva, la presión sobre las numerosas especies en peligro de extinción, la erosión y la deforestación.

Los principales biomas presentes en Níger son el desierto, al norte, y la sabana, al sur. Según WWF, las principales ecorregiones presentes en Níger son, de norte a sur el desierto del Sahara, la estepa y sabana arbolada del Sahara meridional, la sabana de acacias del Sahel y la sabana sudanesa occidental.

Además, están presentes el monte xerófilo del Sahara occidental en las montañas de Air, y la sabana inundada del lago Chad, alrededor del lago Chad, en el sureste.

La economía de Níger es una de las menores de los países periféricos y está basada en el pastoreo y la agricultura. La explotación mineral del uranio corresponde por su parte al 31% de los ingresos por exportaciones,[8]​ siendo el tercer productor mundial de ese material.[14]

El norte y este de Níger, constituido por el altiplano del Djad y parte del desierto de Teneré, es aprovechado por comunidades nómadas para el pastoreo de ganado bovino y caprino. El sur y el oeste, con mayores precipitaciones, está constituido por población sedentaria dedicada a la agricultura del mijo y el sorgo, que constituyen el alimento básico de la población. El cacahuete se dirige a la exportación. Apenas quedan restos de bosques que hasta mediados del siglo XX ocupaban la parte sur del territorio y que fueron talados para usarse como leña.

La escasa actividad agropecuaria está limitada por los apenas 660 km² de tierras con regadío y el apenas 3,9% de la superficie nacional que es apta para los cultivos. Además de los cultivos mencionados, Níger produce camote, maíz, arroz, plátanos y tomates.

En 2000 Níger fue reconocido como un país en vías de desarrollo altamente endeudado o HIPC.[8]

El principal producto minero es de lejos el uranio, una industria que ha recibido grandes inversiones extranjeras, en particular de la compañía francesa Areva, que en 2009 estuvo a la cabeza de una inversión de más de mil quinientos millones de dólares para la construcción de la segunda mina más grande del mundo de este mineral.[17]

Otros recursos mineros son carbón, hierro, fosfato, oro y petróleo. La industria está casi exclusivamente vinculada a la agricultura en forma de transformación y envasado de productos agrícolas. En 2002 ocupa el tercer puesto como exportador mundial de mineral de uranio que constituye el 80 % del valor total de las exportaciones del país.

Otros productos minerales son estaño, cinc, molibdeno, hierro y el fosfato de sodio. Las minas de sal de Agadez y Bilma son explotadas de forma artesanal por las caravanas que la transportan a las grandes ciudades de Níger y Benín.

La moneda de Níger es el franco CFA, que en 2005 tenía una paridad con el dólar estadounidense de 525,85. Su renta, de 900 dólares per cápita (2004), es una de las más bajas del mundo. La inflación ronda el 3% anual (2002).

Níger arrastra una deuda pública externa de 1600 millones de dólares (2002). Las inversiones extranjeras son escasas, salvo las derivadas de la explotación del uranio. El país está altamente endeudado con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

La balanza de pagos es desfavorable, manteniéndose un comercio activo con Francia que importa buena parte del uranio, y con los países vecinos del sur como Nigeria y Ghana. Exporta uranio, ganado y garbanzos a Francia (43,4% de las exportaciones), Nigeria (35%), España (4,5%) y Estados Unidos (3,9%), e importa principalmente maquinarias, cereales y petróleo provenientes de Francia (18,6% de las importaciones), Costa de Marfil (13,4%), Estados Unidos (9,6%) y Nigeria (7,6%). Las importaciones se centran en maquinaria, petróleo y algodón.

Níger es el 63.º país más poblado del mundo, con una población estimada en 2020 de 21,4 millones de habitantes.

La composición étnica del país en 2001 era de un 55,4 % de hausas, un 21 % de zarma, un 9,3 de tuaregs, un 8,5% de peulh-fula, y un 4,7% de kanouri- manga, perteneciendo el resto a otras minorías como los árabes, los gourma, o los tubu.

Se calcula que viven unos 10 000 franceses en el país. El idioma oficial es el francés, aunque solo una pequeña parte de la población (y concentrada prácticamente en su totalidad en Niamey) lo habla. La principal lengua vernácula es el hausa, que sirve de lengua franca entre los distintos grupos étnicos, y es hablada como idioma materno por el 60 % de los nigerinos.

La esperanza de vida es de 44 años y el promedio de hijos por mujer es de 7,27, la segunda tasa más alta del mundo,[9]​ lo cual está provocando un aumento poblacional nunca visto en la historia de este pobre país. Del mismo modo, su tasa de natalidad es la más alta del mundo, con 51,6 nacimientos por 1000 habitantes, aunque la de mortalidad es asimismo elevada, ubicándose en el puesto dieciocho a escala mundial con 14,83 muertes por mil habitantes.[7]​ La mortalidad infantil es de las mayores del mundo, con 116,66 fallecimientos por 1000 habitantes, y su esperanza de vida una de las más bajas. Este crecimiento demográfico, no obstante, es frenado por la emigración a países más desarrollados en búsqueda de mejores condiciones de vida.

Tan solo el 18,6 % de la población está alfabetizada. De acuerdo a estimaciones de 2012, seis localidades nigerinas sobrepasaban los 100 000 residentes; éstas eran: la capital Niamey (1 058 847 habitantes), Zinder (263 766), Maradi (188 008), Arlit (128 807), Agadez (118 647) y Tahoua (110 046).[28]

Níger ha presentado durante los últimos ciento veinte años la siguiente evolución demográfica:[29]


El islam llegó al país en el siglo X.[8]​Entre el 80 % y el 90 % de la población es musulmana,[7][30]​de la cual un 95 % es sunnita y sólo un 5 % chiita. El resto de los nigerinos son animistas locales y católicos.[30]​ No se dispone de datos sobre los ateos.[30]

En 2015, la Unión Europea decidió actuar de forma más significativa para detener a los migrantes del sur. Reunidos en la capital maltesa, los representantes de los países miembros imaginaron cómo exteriorizar su lucha contra la inmigración, con la ayuda de algunos Estados africanos. A cambio de unos cientos de millones de euros de ayuda económica, las autoridades nigerianas aceptaron hacer ilegal el paso de los inmigrantes.[31]

Desde entonces, quien permita a un inmigrante entrar o salir ilegalmente del país a cambio de un beneficio económico o material puede ser condenado a entre cinco y diez años de prisión y a una multa de hasta 5 millones de francos CFA (7.630 euros). Cualquiera que les ayude durante su estancia sin beneficiarse de ella -que les proporcione alojamiento, comida o ropa- puede ser condenado a entre dos y cinco años de prisión.

Una simple sospecha puede ser suficiente para enviar a una persona al sur del país, a veces tras una breve estancia en prisión. Según el relator especial de la ONU sobre los derechos humanos de los migrantes: "La falta de claridad del texto y su aplicación represiva -en lugar de buscar la protección de las personas- ha dado lugar a la criminalización de toda la migración y ha llevado a los migrantes a esconderse, haciéndolos más vulnerables a los abusos y a las violaciones de los derechos humanos.

Níger constituye un verdadero mosaico de grupos étnicos, costumbres y culturas muy distintas. Habitan el centro y sureste los haussa con un alto índice de mestizaje. En las fronteras con Benín y Mali viven los songhay. Los tuaregs ocupan el Macizo de Air. En las llanuras entre Tibesti y Chad moran los Tubu. Mientras que los peul se ubican en las regiones meridionales. Todas estas etnias sobreviven en uno de los territorios más pobres del continente africano. La esperanza de vida de los nigerinos ronda los 46 años, la mortalidad infantil es muy elevada y únicamente 15 habitantes de cada 100 están alfabetizados. Esta sociedad multiétnica se distribuye entre nómadas y sedentarios, está fuertemente influenciada por el comercio como forma de vida. Para los viajeros de las caravanas el ayuno durante el Ramadán está perdonado. Las costumbres no obedecen solo a la religión sino a una manera de vivir que les permite a enfrentar condiciones adversas determinadas por el clima y la geografía pero empeoradas por las fluctuaciones de su economía y la pobreza.

La selección de fútbol de Níger es el equipo que representa al país en las competiciones oficiales internacionales. Su organización está a cargo de la Federación Nigerina de Fútbol, perteneciente a la Confederación Africana de Fútbol. No ha participado en la Copa Mundial de Fútbol ni en esa disciplina de los Juegos Olímpicos, pero logró clasificar a las últimas dos ediciones de la Copa Africana de Naciones.

La selección juega sus partidos en el estadio Seyni Kountché en Niamey, con capacidad para 35.000 espectadores, nombrado así en recuerdo de Seyni Kountché. También disputan en sus canchas encuentros de liga los equipos Sahel SC, Olympic FC de Niamey, Zumunta AC y JS du Ténéré.

En los Juegos Olímpicos Níger está representado por el Comité Olímpico de Níger. En Múnich 1972 el boxeador Issaka Dabore logró la presea de bronce en la categoría peso wélter.



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