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Éaco



En la mitología griega, Éaco (en griego antiguo Αἴακός Aiakos,Aiacos) era el rey de la isla Egina, situada en el golfo Sarónico. Éaco fue muy famoso por el rigor del sentido de la piedad y la justicia con que gobernó a su pueblo. Sus juicios eran buscados desde toda Grecia, tanto que tras su muerte fue designado juez de las sombras en el Érebo, junto con los cretenses Minos y Radamantis. Una elaboración posterior del mito cuenta que Radamantis juzgaba las almas de los orientales, Éaco las de los helenos y Minos tenía el voto decisivo.[1]

Éaco era el hijo de Zeus y Egina, hija del dios-río Asopo, por lo que su nacimiento enlazó a los olímpicos con los inmemoriales espíritus acuáticos ctónicos del país. Su madre fue llevada por Zeus a la isla desierta de Enone, que desde entonces recibió su nombre: Egina. Fue uno de los hijos preferidos de Zeus, hasta el punto de que intentó hacerlo inmortal, pero las Parcas (el destino) se lo impidieron.

Al darse cuenta de la infidelidad de Zeus, Hera, su esposa, envió una terrible plaga que diezmó la población de la isla. Éaco rezó entonces a su padre Zeus pidiéndole ayuda. El rey de los dioses convirtió en hombres a las hormigas de la isla,[2]​ que fueron llamados Mirmidones y que más tarde lucharían en la Guerra de Troya.

Sus fructíferas plegarias a Zeus pidiéndole lluvia en una época de sequía[3]​ se conmemoraban en un templo de la isla de Egina.[4]​ Él mismo erigió un templo dedicado a Zeus y ayudó a Poseidón y Apolo (que habían sido castigados por Zeus) en la construcción de las magníficas murallas de Troya para el rey Laomedonte.

Tuvo una aventura con la nereida Psámate (Ψάμαθη, de ψάμαθος: «arena de la orilla del mar»), de la que nació el malogrado Foco. Posteriormente se casó con Endeis de Megara, de la que tuvo a los héroes Telamón y Peleo (padre de Aquiles). Estos últimos, quizás incitados por su madre, mataron a su hermanastro Foco, por lo que Éaco, terriblemente afectado, los expulsó de su reino. Fue tal la ira de Psámate cuando se enteró de que habían matado a su hijo que en venganza se convirtió en una loba que acabó con el ganado de la isla de Egina.

Cuando Éaco murió, se convirtió en un juez de los muertos en el Hades, junto con Radamantis y Minos.

Ningún otro de los arcaicos reyes-sacerdotes que gobernaron Egina es recordado por los mitógrafos, pues los nietos de Éaco e hijos de Foco Panopeo y Criso abandonaron la isla y se establecieron en la Fócide, una región que bordeaba el golfo de Corinto, al este de Beocia.

En Las ranas de Aristófanes, Dioniso desciende al Hades y se presenta como Heracles, haciendo que Éaco se lamente del robo de Cerbero por parte de este y le condene a ser torturado en el Aqueronte por los sabuesos de Cocito, Equidna, la murena tartesia y las gorgonas tritasias.

Éaco fue el ancestro del linaje de los Eácidas. Alejandro Magno trazaba su ascendencia hasta él a través de su madre.

También en el popular juego de video de la consola PlayStation 3 God of War III hace aparición Éaco como uno de los 3 jueces de los muertos en el Hades, junto con Minos y Radamantis.

También se hace referencia a Éaco en la serie de anime Saint Seiya, durante la saga de Hades, siendo llamado allí Aiacos de Garuda, ocupando el puesto de Juez del inframundo junto a Minos de Grifo y Radamantys de Wyvern.




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