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Afrocolombiano



4,671,160 habitantes (2018-Est. ECV)[1](9.34% de la población)[nota 1]

2,982,224 habitantes (Censo 2018)[1](6.76% de la población)

El afrocolombiano es el colombiano descendiente de negros africanos. Se suele denominar a este grupo humano negros, morenos, mulatos, niches, afros y otras denominaciones y eufemismos populares, además de afrodescendientes y las referidas a los raizales del Archipiélago de San Andrés y a los habitantes de San Basilio de Palenque.

El aporte de sus expresiones en la vida nacional es destacable. La cumbia, uno de los ritmos nacionales, y el sancocho,[4]​ el plato típico más extendido, habrían sido imposibles sin su participación. El nombre de Macondo, central en la creación de Gabriel García Márquez, tiene origen africano. Entre los aportes que la Unesco reconoce como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad[5]​ está la fiesta de San Francisco de Asís en Quibdó,[6]​ las músicas de marimba y cantos tradicionales del Pacífico norte,[7]​ el espacio cultural de Palenque de San Basilio[8]​ y el carnaval de Barranquilla.[9]

Su historia se inicia con la esclavización de africanos traídos a Colombia por los españoles y los británicos en la primera década del siglo XVI. Hacia 1520, los africanos eran traídos de lugares como el Congo, Angola, Ghana, Costa de Marfil, Guinea, Sierra Leona, Senegal y Malí[10]​ para reemplazar la población nativa que rápidamente disminuía. Su población creció exponencialmente con la trata transatlántica o comercio triangular. El largo proceso de manumisión iniciado en 1851 solo benefició a sus esclavizadores,[11]​ pero fue el inicio de un poblamiento y repoblamiento libre que hoy llega a representar el 90 % de la población en el Pacífico colombiano.[12]​ Otras regiones del país tienen porcentajes importantes como los más de 110 mil afrodescendientes en Bogotá.[13]

Hacia mediados del siglo pasado la población negra se encontraba en su mayoría en las dos costas: en los departamentos del Pacífico (Chocó, Valle, Cauca y Nariño) y en los de la costa Caribe (Bolívar, Atlántico, Córdoba, Guajira, San Andrés, Sucre). En el último medio siglo un sector numeroso de la población negra se ha asentado en las principales ciudades del país. Colombia es actualmente el segundo país con mayor cantidad de población afrodescendientes de América Latina después de Brasil.

A fines del siglo XVI se inició la trata de esclavos africanos; se le permitió en el territorio a la corona española para suplir la mano de obra indígena en claro declive demográfico. La esclavitud existía en África desde el principio de su historia y a nivel local, pero adquirió la dimensión de comercio internacional con la llegada de los europeos.[cita requerida]

Los colonizadores hacían acuerdos verbales con los jefes zonales, e intercambiaban mercancías por esclavos, en especial personas procedentes de la costa centro occidental africana. Una generación completa de pobladores locales fueron forzados a hacinarse en sitios oscuros y malsanos mientras llegaban los comerciantes. Después se les apiñaba en barcos de varias cubiertas durante un trayecto transoceánico en condiciones inhumanas. Una vez en tierra, las familias eran separadas sin ningún miramiento, se procuraba que no quedaran dos o más individuos de una misma etnia, tribu o de la misma lengua en un mismo lugar, y se les prohibía ejercer sus más simples manifestaciones culturales.

Cerca de Cartagena de Indias el destino principal de los esclavos en América, el negrero los lavaba y alimentaba mejor para obtener mejores ganancias. Al desembarcar se les llevaba al mercado donde se les exponía al público y se ponía en evidencia su nueva condición de mercancía. De Cartagena partieron entre 120 mil y 150 mil africanos esclavos hacia lo que hoy es Venezuela, Colombia, Ecuador, Panamá y Perú.[cita requerida]

Los africanos esclavos traídos a Colombia entre 1553 y 1580 que provenían de la costa de Guinea, y fueron llamados guineas o mandingas. Entre 1580 y 1640 fueron gentes bantú llamados congos, luangos o angolas; y desde mediados del siglo XVII se dio la entrada de los ewe-fon del otrora reino Dahomey conocidos como ararás o jojóes. Durante el siglo XVIII fueron traídos mayormente akanios y ashantis de Ghana, a quienes denominaban minas, y yorubas de Nigeria a quienes se les llamó carabalíes, lucumíes o chalaes.[cita requerida]

Cimarrones, libres y libertos dieron un vivo apoyo al movimiento insurreccional de los comuneros. Una vez firmadas las capitulaciones de Zipaquirá que desmovilizaron el levantamiento, José Antonio Galán inició una campaña por el Cauca, Magdalena y Antioquia ocupando haciendas, liberando esclavos e instigando su rebeldía. En la hacienda La Niña, los comuneros de Tumaco liderados por el negro Vicente de la Cruz siguieron este ejemplo y se levantaron el 7 de noviembre de 1781. Sofocada la rebelión comunera de Túquerres y otros pueblos del sur de Nariño, el liberto de Barbacoas, Eusebio Quiñones, huyó y se escondió en los montes. Años después salió a combatir con las fuerzas republicanas cayó en medio de sus filas en la batalla de Genoy.

Simón Bolívar firmó en Trujillo (Venezuela) el decreto de Guerra a Muerte entre españoles y americanos el 15 de diciembre de 1813. Poco tiempo después, para atraer a esclavos y libertos, les ofreció la libertad absoluta si se sumaban al ejército patriota. Muchos hombres confiaron en esta promesa y se unieron a Bolívar.

El afrocolombiano José Prudencio Padilla contribuyó al triunfo del ejército republicano en varias batallas. Esperaba, como todos los afrocolombianos, que al ganar la guerra conseguirían la libertad para todos los esclavizados.

En un momento de crisis del ejército por falta de recursos económicos y de personal, Bolívar busca ayuda en Haití, primer país latinoamericano libre. El entonces presidente Alexandre Pétion le responde positivamente, le facilita personal y pertrecho; a cambio, le pide a Bolívar abolir la esclavitud en Colombia si logra la independencia.

Bolívar se comprometió con Petion pero no cumplió su promesa. Su traición se hizo visible en el congreso de Cúcuta donde Antonio Nariño, (presidente), hace conocer su propuesta de Manumisión de los esclavos. Puede asegurarse que no hizo mayor esfuerzo para que el congreso aboliera la esclavitud, cambió la libertad absoluta prometida por la "Libertad de vientre": Los hijos de esclava que naciesen a partir de 1821 alcanzarían la libertad , después de cumplir 18 años pagar los gastos de su manutención. Además, se estableció que todos los recién liberados debían someterse a la tutela de un blanco que les diera trabajo.

Luego de la ley de libertad de vientre, los esclavistas lograron la sanción de una ley contra la vagancia. En el marco de esa nueva ley, cualquier persona blanca que encontrara un negro en la calle, podía acusarlo de vago y hacerlo conducir a la cárcel. Posteriormente, cualquiera con recursos suficientes podía pagar por su excarcelación y así el supuesto liberto era forzado a trabajar en las haciendas o minas en las mismas condiciones de esclavitud.[14]

Las cifras proporcionadas por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística DANE establecen el porcentaje de población afrocolombiana sobre el total nacional así:

Calidad de Vida 2018[1]

para el total de población

reconocida como Negro, mulato,

afrocolombiano, afrodescendiente,

Raizal y palanquero

En la década de 1970, hubo gran afluencia de afrocolombianos en las zonas urbanas en busca de mayores oportunidades económicas y sociales para sus hijos[cita requerida]. Esto condujo a un aumento en el número de pobres urbanos en las áreas marginales de las grandes ciudades como Cali, Medellín y Bogotá. La mayoría de los afrocolombianos viven actualmente en zonas urbanas[cita requerida]. Solo alrededor del 25%, o 1.2 millones de personas, se encuentran en áreas rurales, en comparación con el 75%, o 3.7 millones de personas en zonas urbanas. La Constitución colombiana de 1991 les otorgó el derecho a la propiedad colectiva de las tierras costeras tradicionales del Pacífico y a protecciones especiales para el desarrollo cultural[cita requerida]. Los críticos[¿cuál?] argumentan que este importante instrumento legal no ha sido suficiente para abordar por completo sus necesidades sociales y de desarrollo.

Durante el censo realizado en el 2018, se reportó que los afrocolombianos representan el 6.75% de la población, casi 3 millones de personas, según una proyección del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).[16]​ Sin embargo se encontró que hubo una omisión censal importante por parte del gobierno, aduciendo dificultad para cubrir algunas zonas urbanas y rurales por motivos logísticos, falta de capacitación, seguridad o por la negativa de los residentes a ser censados.[2]​ Ante esto, la estimación emitida por el DANE es una inferencia de la encuesta de calidad de vida de 2018, que pondría a la población afrocolombiana en casi 4,7 millones de personas.[17][1]

La mayoría de la población afrodescendiente se concentra en la costa noroeste del Caribe y la costa del Pacífico, en departamentos como Chocó, cuya capital, Quibdó, es 95.3% afrocolombiana en comparación con solo 2.3% mestizo o blanco[cita requerida]. Un número considerable también se encuentra en Cali, Cartagena y Barranquilla. Se considera que Colombia tiene la cuarta población afrodescendiente / africana más grande del hemisferio occidental, después de Haití, Brasil y los Estados Unidos.

Los afrocolombianos a menudo pueden encontrar un notable grado de discriminación racial y prejuicios, posiblemente como un sorteo sociocultural de la época colonial. Han estado históricamente ausentes de cargos gubernamentales de alto nivel. Muchos de sus asentamientos establecidos desde hace mucho tiempo en la costa del Pacífico han permanecido subdesarrollados.[18]​ En el conflicto interno en curso de Colombia, los afrocolombianos son víctimas de violencia o desplazamiento y miembros de facciones armadas, como las FARC y las AUC. Los colombianos africanos han contribuido al desarrollo de ciertos aspectos de la cultura colombiana. Por ejemplo, varios de los géneros musicales de Colombia, como Cumbia y Vallenato, tienen orígenes o influencias africanas. Algunos colombianos africanos también han tenido éxito en los deportes.

Según el estudio antropológico de 2005, de Lizcano-Fernández, la población de afrodescendientes en Colombia ascendería al 24,6% de la población de Colombia,[3]​ según el siguiente desglose:

El criollo palenquero es una lengua criolla que se habla en el Palenque de San Basilio, en el departamento de Bolívar, a 50 kilómetros de Cartagena de Indias, el cual es habitado por los descendientes de los cimarrones que se liberaron de la esclavitud, bajo el liderazgo de Benkos Biohó, al finalizar el siglo XVI y a comienzos del siglo XVII. Las condiciones del relativo aislamiento en las que permaneció el palenque permitieron el desarrollo de una lengua propia. La lengua del palenque es la única lengua criolla de base léxica española que ha sobrevivido en el Caribe. Por esta razón se le reconoce como una reliquia lingüística. La base de esta lengua está conformada por las diversas lenguas africanas habladas por los ancestros de los fundadores del palenque de San Basilio. Según los expertos, en la lengua criolla palenquera existe una gran influencia de las lenguas bantúes del África Central, en especial el kikongo y el idioma kimbundu. Vocablos como ngombe, que significa ganado; moná, que significa niño o niña; y muchos otros son prueba de ello. Así surgió el palenquero, que fue un instrumento de resistencia cultural para los cimarrones asentados en el Palenque de San Basilio. La lengua de los palenqueros ha sido estigmatizada durante mucho tiempo. Hasta hace pocos años, en la escuela se prohibía a los niños y niñas hablar en la lengua que habían aprendido en sus hogares. Se le consideraba un español mal hablado. Esta actitud se inscribe dentro de una larga trayectoria de discriminación hacia los descendientes de los africanos en todo el mundo. Sin embargo, hoy por hoy, se llevan a cabo proyectos para que los niños y jóvenes palenqueros aprendan su lengua en la escuela al mismo tiempo que el español.[20]​ En 2002, este idioma fue propuesto por el estado como Obra Maestra del Patrimonio Intangible de la Humanidad;[21]​ en 2005, la UNESCO le otorgó el reconocimiento a todo su espacio cultural en su tercera proclamación.[22]​ El New York Times lo mencionó como único en el continente y destacó su capacidad de supervivencia y los riesgos que afronta en el presente.[23]

La abolición permanente de la esclavitud en Colombia se dio durante la presidencia de José Hilario López. El 21 de mayo en Colombia es celebrado el Día de la Afrocolombianidad, declarado por el Congreso de la República como una fecha para rendir homenaje a la población afrocolombiana, sus aportes y reivindicación de derechos en la fecha exacta en que se abolió la esclavitud en Colombia en 1851.

En esta fecha además se conmemora el Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo, proclamado por la Unesco en 2001.



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