Albalat de la Ribera es un municipio de la Comunidad Valenciana, España. Situado en la provincia de Valencia, en la comarca de la Ribera Baja. Cuenta con 3.360 habitantes (INE 2019). También llamado a veces por los habitantes con la denominación histórica completa de Albalat de la Ribera de Xúquer (escrito en varios estandartes y sellos municipales con las siglas ARX).
Hasta la década de 1860 se llamaba oficialmente Albalat de Pardines.
En el plano económico, el aprovechamiento de las aguas de la Acequia Real del Júcar introdujo al municipio en el regadío con cultivos como el arroz, que fomentó el crecimiento de la villa, aunque, con el paso de los años, el cultivo de cítricos ganó terreno al arroz, siendo la principal fuente de ingresos del municipio durante más de un siglo (siglos XIX y XX). Por entonces, la actividad económica principal era la agricultura, que ahora ha pasado a un segundo plano, reemplazada por la industria.
En la actualidad el cultivo principal es el naranjo, y en la marjal, el ya mencionado arroz. La mayor parte del término municipal de Albalat de la Ribera pertenece al parque natural de la Albufera.
El casco urbano dista a 7 km de la capital comarcal (Sueca), a 33 km de la provincial (Valencia), a 385 km de la estatal (Madrid) y a 1730 km de la europea (Bruselas).
En los últimos años, la suposición de que la localidad posee la mítica Sucro romana debajo de sus pies, ha dado lugar a un gran debate entre esta y las colindantes. A día de hoy, los hallazgos en el término de la localidad y la nueva comprensión de la referencia dada en los Vasos de Vicarello, han dado lugar a la afirmación de que sea aquí donde se encuentra.
El topónimo Albalat procede de la palabra musulmana Al-Blat, que se podría interpretar como la calzada o el paso. Se cree que el nombre proviene del hecho que, a través de la población, pasaron la antigua Vía Augusta y, probablemente, la Vía Sucronense-Dianum, que unía la localidad con Alicante.
El término municipal de Albalat limita con los siguientes términos municipales: al norte, con Algemesí, Sollana y Sueca, al este con Sueca, al sur con Poliñá de Júcar y al oeste con Algemesí.
Albalat de la Ribera
A través del término municipal de Albalat transcurren los siguientes ríos y acequias.
El curso bajo, lugar donde se encuentra Albalat, es la zona con mayor riesgo de inundaciones al configurar la llanura aluvial de la desembocadura del río. En tiempos modernos, la mayor inundación provocada en la zona por el río Júcar ha sido la Pantanada de Tous (20 de octubre de 1982), la cual se produjo al caer más de 100 mm de precipitaciones en la mayor parte de la cuenca del Júcar, llegando incluso a superar los 600 mm en un área de 700 km² aguas arriba del pantano de Tous. Esto causó una gran afluencia de agua y ante la imposibilidad de abrir las compuertas, la presa de Tous comenzó a desbordarse, para venirse abajo a las 19:15h del 20 de octubre, originando una crecida de 16.000 m³/s, la mayor registrada en España hasta la fecha.
Entre las acequias a las que esta da agua en la localidad, destacan:
El término municipal de Albalat, ubicado al este de la península ibérica y con un tamaño de 14,4km² es prácticamente llano, factor causado por estar ubicado en la cuenca del Júcar. La altitud desciende desde los 15msnm en la parte más alta, donde se ubica la localidad, hasta los seis en la parte norte del término municipal. Por todo esto, se puede comprobar que el término municipal forma un plano en dirección descendente común en la pendiente hacia el nordeste, coincidiendo con el ámbito del arrozal. La población, está rodeada, en la lejanía, por las sierras de Corbera y La Murta por el sur, la plataforma de Caroig en el oeste y la Albufera de Valencia al norte.
El clima del municipio de Albalat de la Ribera es templado-mediterráneo (según la clasificación climática de Köppen es un clima tipo Csa), presentando las características típicas que corresponden a la llanura litoral valenciana a la que pertenece, es decir, veranos calurosos con temperaturas que oscilan entre los 30 °C y los 38º C, con tormentas veraniegas a finales de agosto, e inviernos suaves con oscilaciones térmicas entre los 14 °C y los 4 °C, aunque el elemento más característico son las lluvias torrenciales de otoño, a las cuales se les denomina típicamente como gotas frías.
Actualmente, la gran parte de la vegetación natural que encontramos en la población es, fundamentalmente, acuática, como aquella que está en contacto directo con las masas de agua del parque natural de la Albufera y se desarrollan cañas, mansiegas y carrizos. También existe la típica vegetación de ribera, que rodea los márgenes del río Júcar con chopos, tarays, juncos... En cuanto a la fauna, cabe destacar la reserva del Samaruc, y la existencia de este, juntamente con el fartet (otra especie endémica de la zona) en la mayoría de humedales que encontramos en la población; además de muchas otras especies. La gran biodiversidad de Albalat es debida a que la mayor parte de su término municipal forma parte del parque natural de la Albufera.
En unas obras en el casco urbano en el año 1961, al abrir unas zanjas para el alcantarillado, aparecieran restos arqueológicas medievales y modernos un metro por debajo del pavimento. Aproximadamente a un metro más de profundidad aparecía un nivel de arcilla con fragmentos cerámicos ibéricos y romanos, y posibles restos de muros de edificaciones. Los objetos recuperados fueron: un hacha de piedra aseada; una moneda romana que no se pudo leer; varios punzones de hueso, romanos; cerámica tosca hecha a turno, ibérica; cerámica ibérica con decoración geométrica y floral; cerámica campaniana del tipo B y tierra sigillata, surgálica e hispánica. Según la autora María Luisa Chofre Navarrete, «habría existido en el lugar [...] un poblamiento ibérico del s. II aC, que perduraría hasta bien entrada la romanización». A finales del año 1957, en la partida de l'Alteret de la Vintihuitena, que se eleva dos o tres metros por encima de la zona circundante, al efectuarse unas zanjas de drenaje para los campos de naranjos, aparecieran unas grandes piedras, restos de edificaciones, y gran cantidad de cerámica ibérica y romana semejantes a los que años después se encontrarían en la población. Este yacimiento proporcionó, en hallazgos casuales, materiales que comprenden desde la cultura del Bronce Valenciano a medievales. Materiales ibéricos y romanos: cerámica ibérica con decoración geométrica y floral; cerámica campaniana A y B; sigillata (aretina, surgálica, hispana y clara A). Estos materiales dan una cronología que comprende desde el s. III aC hasta bien entrada la romanización. Según Chofre, «el material consignado aporta pocas datos cronológicos, solos el Kalathos de cuello estrangulado, propio del s. IV aC y los dos fragmentos de cerámica bicroma, apuntan a un poblado ibérico de primera epoca».
Recientemente, la localidad ha sido reconocida como la ciudad ibera Sicana y la romana Sucro de donde partiría una rama de la Vía Augusta que condujera al portus Sucronem (Cullera). Fundada en el siglo III aC como un "oppidum", Sucro (oppidum) se convirtió en una de las ciudades más importantes para los edetanos, solamente por detrás de la propia Edeta. Con el paso del tiempo, Sucro (oppidum) se sublevó contra el emperador Trajano en el s. I dC y fue mandada destruir. Pese a su destrucción, siempre estuvo habitada hasta su refundación, ya en época musulmana, con el nombre de Al-Blat. De lo que no cabe duda, no obstante, es de que la localización de la ciudad estaba condicionada por la posición históricamente estratégica del vado de Albalat para atravesar el Júcar, que se remonta mucho más allá de la Edad Media, tal y como lo demuestran las excavaciones dadas en el término municipal de la Villa.
En la época musulmana, Albalat tomó fuerza, y, una prueba de esto, es que, el topónimo Albalat proviene del término árabe Al-Balat, es decir, El Camino o La Calzada, se cree que recibió este nombre porque por la población, aún pasaba la Vía Augusta, la principal calzada hispánica, que unía Roma con Mérida. Con el paso del tiempo y por la fertilidad de sus tierras, se produjo un gran aumento de su tamaño y la población de Albalat vio la necesidad de protegerse del río Júcar, y, junto con el resto de las poblaciones adyacentes al Júcar en la provincia, consiguió que en el s. VIII comenzara la construcción de la mota, una especie de muralla que protegería al pueblo de las inundaciones. De esta época cabe destacar que, en el pueblo se han encontrado restos de una antigua mezquita.
Hacia el año 1238, Jaime I de Aragón, en una de las incursiones en territorio valenciano, se encontró con la villa de Albalat. Decidió instalarse en la alquería musulmana, donde perduraría durante cuatro días y cuatro noches, los que fueron de San Miguel a la Purísima, tal y como lo recoge el Libro de los Hechos. La villa fue finalmente conquistada el 5 de junio de 1239. Poco después, Jaime I encargó construcción del Castillo de Albalat, más que destruido desde el siglo XVI.
Tras la conquista, en 1254 el rey Jaime I estableció trescientos caballeros catalanes, con sus 300 esposas y sus correspondientes hijos, que dejaban a la población con un elevado número de habitantes. Fue a partir de entonces cuando la villa pasó a formar parte del mundo occidental y europeo, con las lenguas y cultura propias que la definen. En aquellos años Jaime I dio la villa al obispo de Zaragoza, tal como consta en el Libro del Reparto: «323. Episcopus Cesarauguste alqueriam de Albalato que este in termino de Xuquar. Nonas junii». (323. Al obispo de Zaragoza, la alquería de Albalat, que está en el término del Júcar. 5 de junio.). Fue en esta época que por privilegio real, Albalat obtuvo derecho de coger agua de la Acequia Real de Alcira (más tarde llamada Acequia Real del Júcar). La villa permaneció en posesión de la corona hasta el reinado de Alfonso III de Aragón o de su hermano Jaime II, pues no se conoce con certeza quien de los dos desmembró de la corona la villa de Albalat, ya que según el autor -anónimo- de la Noticia General Recopilada en lo any 1704, ya en mayo de 1292 se tiene testigo de la noble Constanza de Anglesola y Pedro de Benviure, como señores de Albalat, los cuales fundaron el Hospital de la villa (que era una fundación de caridad, y acogía los enfermos pobres, asimismo daba asilo a los viandantes que estaban de paso por la población), situado justo detrás de la ermita de San Roque y San Sebastián. De este matrimonio nació Gonzalo García, a manos del que pasó la villa por bula del papa Juan XXII en el año 1317, siendo señor de Albalat, Segreny y Moixent. Fue Gonzalo quien consiguió para los habitantes de la villa el derecho de franquicia -el mero imperio- el 1330, concedido por el rey Alfonso el Benigno. Tras la muerte de Gonzalo García en el año 1345 a los 47 años, dejó en testamento 1.001 libras para el Hospital que fundó su padre, y la villa volvió de nuevo al patrimonio de la corona con el rey Pedro III. Poco después pasó a posesión de Pedro Maça Cornell de Liçana, de los Maça de Liçana, y es de esta época que fecha la construcción de la primitiva iglesia de Albalat, hasta aquel momento se utilizaba por tal uso la ermita, bajo la invocación de san Pedro, la cual tomará la nueva iglesia, la ermita se intituló bajo la invocación de los santos Roque y Sebastián, abogados contra la peste y las enfermedades contagiosas. La iglesia, según nos dice mosén Gregori Requeni, seguía el esquema del que hoy conocemos como iglesia de conquista, con arcos diafragmáticos y techo de vigas de madera, donde se pintó el escudo de armas de los Maça de Liçana, además se construyó un trasagrario, cubierto con vueltas y con ventanales góticos en el exterior, detrás del que estaba situado el cementerio. Fue el 2 de agosto de 1316, en tiempo de estos señores, cuando la rectoría de Pardines se separó de la de Albalat según consta en el Libro de Colaciones de la Curia Eclesiástica de Valencia. De los Maça de Liçana, Albalat pasó a manos de los condes de Cocentaina, de los que por cuestiones desconocidas, pasó a las manos Juan Roiç de Corella, quien consiguió que el Rey Fernando el Católico permitiera la celebración de mercado los martes en la villa.
En el 1497, la villa pasó a manos de la familia Castellví, quien en 1510 la vendió a la familia de los Borgia. Durante el mandamiento de los Borgia, fue construida la Casa de Ayuntamiento a manos del maestro de obras Serafín Esteve, de nueva planta, en el terreno que ocupaba un solar de la familia Egea. También durante el poder de los Borgia, Albalat sufrió un gran aumento de la población, ya que, la próxima localidad de Pardines quedó deshabitada por las continuas innundaciones, y la gran parte de sus habitantes, acudieron a Albalat. Fue gracias a esto que Albalat fue rebautizado como Albalat de Pardines. Los duques de Gandía le vendieron la localidad a la familia Sallent, quien se la dio por problemas económicos a los marqueses de Belgida. Fue durante esta etapa que la familia de Belgida, junto a la fuerza del, en aquel momento párroco de la Villa, Sebastián Figueres, que se ordenó la construcción de nueva planta de una iglesia dedicada a San Pedro Apóstol. En el año 1692 comenzaba la construcción de esta, que terminó nueve años más tarde.
En esta etapa, el pueblo, además de ser rebautizado como Albalat de la Ribera, ha construido varios servicios, como el matadero municipal, de 1901 que actualmente alberga la biblioteca municipal, o el mercado de piedra, de 1948. También en esta etapa se ha construido el puente del Júcar, uno de los más antiguos de la comarca, que sustituyó la tradicional barca, la cual tenía tanto arraigo desde hacía tanto tiempo, que forma parte del escudo de la villa. Los destrozos de la guerra civil y la república terminaron por destruir gran parte del interior de la iglesia, el mercado por completo y parte de la mota. Albalat, también sufrió un duro momento durante las riadas del 82, terminó rodeado y lleno de agua exceptuando las colinas.
Aunque la población no cuente con estación propia de renfe, se puede acceder a ella a través de las estaciones de las líneas C1 y C2 Sueca y Algemesí, a 7 y 3km respectivamente.
Las principales carreteras de Albalat son las siguientes:
Según el archivo municipal, destacando el Cens de l'hospital, el Mustassaf y la Notícia General Recopilada en lo any 1701, la población histórica de la localidad se ha desarrollado así desde la conquista por el Rey Jaime I:
Cabe destacar que la localidad lleva estancada en más de 3000 habitantes desde principios del s. XX y ni ha subido aún a 4000 ni tampoco ha bajado a 2000.
De economía agraria, el provecho de las aguas de la Acequia Real del Júcar introdujo el cultivo de cítricos y de arroz. Con el paso de los siglos, las tierras cultivadas aumentaron, sobre todo en el número de arrozales hasta la llegada del s. XX. A principios de este, las dos terceras partes del término estaban dedicadas al arroz. Con la caída del precio de los cereales y el aumento de los cítricos, esta cifra pasó, en menos de veinte años a estar totalmente del revés: las dos terceras partes del territorio estaban ya ocupadas por naranjos, mientras que el arroz, antiguo portador de las riquezas, se reducía a un único tercio de la superficie. En la actualidad, el arroz vuelve a empezar a ganarle terreno a los cítricos.
Con el paso del tiempo y la implantación de la industria en la mayoría de las ciudades del país, la localidad construyó sus primeras fábricas, la mayoría de ellas ya cerradas. Tiempo atrás, empresas como Cremeal (con sus muñecos Parlanchines) o la fábrica de botons mandaron su producción a gran parte del mundo. En la actualidad, la población cuenta con un buen polígono industrial localizado al oeste y otro grupo empresarial en el camino de "Dula". Destacan las empresas de muebles y construcción.
En los últimos años, el sector de los servicios ha ido ganando en la población terreno a los otros dos, con la creación de numerosas tiendas, restaurantes...
La localidad está estructurada en tres barrios principales, conocidos por el nombre de Sant Roc (San Roque, el casco histórico), Sant Pere (San Pedro, con parte histórica y parte nueva) y el Pilar (el barrio más nuevo). La Vía Sucronense (actual CV 515) atraviesa la localidad de este a oeste, separando los distintos barrios. Se podría decir que la población está atravesada por tres ejes principales. En el barrio de San Roque, encontramos como principal el eje Valencia-Corralot, que une la entrada a la población con el resto de la Villa; en el de San Pedro, podríamos considerar dos ejes, aunque el principal es la calle del Santíssim Crist de les Campanes. Existe otro eje que divide la población de norte a sur, empezando en la Vía Sucronense y terminando en el puente sobre el río Júcar. Este está formado por las calles de Delme, Peris Mencheta y Avenida del Puente.
Oficialmente y en valenciano, Sant Roc, es el nombre tradicional del barrio delimitado al este por el eje norte-sur, al norte la Vía Sucronense y al oeste la Mota del río Júcar. Debe su nombre a la ermita dedicada a San Roque y San Sebastián que preside su plaza principal, la Placeta de Sant Roc. Se reconoce como el casco histórico de la población, ya que allí se alojó la alquería musulmana y fue la parte que la corona mandó rodear por las Murallas. En él, se construyó el puerto de la localidad, conocido como "Moll de Raimero" y sus atarazanas, y el colegio católico del Sagrado Corazón. En la actualidad, acoge las fiestas con más renombre de la población y el Colegio Público de Ausiàs March. Podemos destacar como calle más ancha la Gran Vía del País Valenciano. En la actualidad, se ha ampliando, ocupando finalmente todo el territorio que la Villa podía ocupar hasta llegar al río (eso sí, por la parte oeste).
Oficialmente y en valenciano, Sant Pere, es el nombre que se viene dando desde hace unos pocos siglos al barrio delimitado al oeste por el eje norte-sur, al norte por la Vía Sucronense y al este por la Mota. También es conocido por el seudónimo "Barrià del Carrer Sueca". Debe su nombre a la iglesia que en este se encuentra. Se reconoce como parte antigua del barrio las cercanías a la iglesia parroquial, es decir, las calles de Trasagrario, Virgen de los Ángeles, Sueca, Morera y l'Hortet. En él se encuentra la principal plaza de la localidad, además de la calle más ancha. En este barrio fue donde se inició el primer plano de Ensanche de la localidad hacia el río, conocido en la época como “Les cases noves” (las casas nuevas).
Debe su nombre a que la primera calle que se construyó fue la dedicada a la Virgen del Pilar. Se considera como el barrio más nuevo de la localidad, pues todos los actuales planos de ampliación se centran en él. Cuenta con el polideportivo municipal y el instituto de enseñanza secundaria "Sucro". Está separado del resto de la población por la Vía Sucronense.
La localidad cuenta con un conjunto de parques y jardines apropiado para los habitantes con que cuenta y su evolución a lo largo de los siglos. Se podría decir que la población no tiene demasiados, pero son suficientes para abastecer sus necesidades. Entre el grupo formado por estos, cabe destacar el parque de Tirant lo Blanc, más conocido como parque de la estrella, que se localiza en el extremo este de la población, ubicado entre un conjunto de nuevas edificaciones y adyacente a la calle del Santíssim Crist. Entre otros, también podemos mencionar el Parque de las Palmeras, que se construyó a principios del s. XXI con unas dimensiones bastante grandes y ocupando el linde entre la población misma y su polígono Industrial. Como paseo ajardinado, destacamos la Gran Vía del País Valenciano, construida a mediados del s. XIX.
El gobierno del Ayuntamiento de Albalat se escoge por sufragio universal en elecciones celebradas cada cuatro años. El sistema D'Hondt es el método electoral que se utiliza en España, para repartir los concejales de los ayuntamientos, de modo aproximadamente "proporcional" a los votos obtenidos por las candidaturas.
Las últimas elecciones celebradas fueron las de mayo del 2015, en las cuales Esquerra Unida del País Valencià obtuvo la mayoría.
De este modo, como puede observarse en la tabla de abajo, Esquerra Unida del País Valencià obtuvo 4 concejales, el Partit Popular Comunitat Valenciana consiguió 3, el Partit Socialista País Valencià sacó 3 concejales y Compromís 1 concejal
Desde el 30 de julio(que tiene lugar la Dansà dels Benissants) hasta el 17 de agosto se celebran en la villa fiestas en honor la Asunción de la Virgen (con el nombre de Mare de Déu d'Agost), San Roque y Cristo de las Campanas. Tienen la peculiaridad de estar claramente divididas en fiestas religiosas y fiestas laicas. Entre los actos más destacables caben le dansà ya mencionada, el desfile de las linternas de sandía, las disparàs, la procesión de la Virgen y la procesión del Cristo de las Campanas, imagen de gran devoción en la villa (tenemos que destacar que esta última tiene la peculiaridad de seguir el modelo barrocovalenciano de procesiones, apareciendo en ella todos los personajes dentro de la historia de la salvación). Entre otras fiestas podemos mencionar el concierto de la banda o la fiesta de los pasodobles.
Se celebran en octubre integradas en las del barrio de San Roque, primer núcleo de la villa y donde sigue la primitiva iglesia, hoy denominada ermita. Cada grupo de amigos monta sus barracones (barracó), distribuidos a lo largo de las calles del barrio, donde pasan toda la semana. Además, las fiestas cuentan con Reina y Damas de Honor, que son, normalmente, las que cumplen dieciocho en el año de las fiestas; y un peculiar "Ayuntamiento de San Roque", que aunque no tenga ninguna validez legal ni democrática, aporta sátira y diversión. Entre los actos destacables, cabe mencionar la ya dicha entrada de moros y cristianos, el "playback", la procesión en honor a San Roque o la proclamación de la reina de las fiestas.
Como la mayoría de los municipios de la provincia de Valencia, Albalat también tiene fallas. Estas fiestas han sido recuperadas por parte de la Falla Campassos desde el año 2012, después de permanecer durante muchos años en el olvido.
Albalat comparte la gastronomía de la zona de la Ribera y la Albufera, los arroces (paella de invierno con habas y alcachofa; de verano, con judía verde, pimiento y bajocons; arroz al horno...), las anguilas, las ensaladas y verduras. También son una comida tradicional en Albalat las ratas de marjal. Comer estos animales es más habitual en periodos de estancia en las casas del término, lo que se conoce en la comarca como estar de Cabilia.
En fiestas se preparan cocas escudelladas y de manteca, rollitos de anís y coronas, dulce típico del pueblo; monas de calabaza... En Navidad, es típico comer panecillo de turrón, y otros dulces.
La gran mayoría de la población (representando un 84,5%) es valencianohablante de nacimiento; mientras que un 5% de la población es hispanohablante. El resto de la población viene del extranjero y, por tanto, el otro 10% corresponde a un grupo bastante amplio de lenguas.
En la Comunidad Valenciana, además de hablarse el español (idioma oficial de España), se habla el valenciano, el cual es la lengua propia y cooficial del conjunto, y por lo tanto también lo es de Albalat, según el Estatuto de Autonomía Valenciano. La institución que regla el valenciano es la Academia Valenciana de la Lengua (AVL), que en 2005 zanjó cierto debate político dictaminando que el valenciano es el nombre que el Pueblo Valenciano da a su lengua y que esta es compartida con Cataluña, Baleares, Rosellón (sur de Francia) y zonas limítrofes de estos territorios, además del Alguero (l'Alguer) en Cerdeña (Italia), donde recibe el nombre de catalán.
El valenciano hablado en Albalat de la Ribera conserva rasgos característicos de los subdialectos valenciano meridional y apitxat.
Desde el día 22 de septiembre de 2000, Albalat de la Ribera está hermanado con Mozac, una localidad con una demografía similar a la albalatera, que pertenece al departamento de Puy Domat, en la región de Auvernia, Francia.
Escribe un comentario o lo que quieras sobre Albalat de la Ribera (directo, no tienes que registrarte)
Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)