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Aníbal González Álvarez-Ossorio



¿Qué día cumple años Aníbal González Álvarez-Ossorio?

Aníbal González Álvarez-Ossorio cumple los años el 10 de junio.


¿Qué día nació Aníbal González Álvarez-Ossorio?

Aníbal González Álvarez-Ossorio nació el día 10 de junio de 1876.


¿Cuántos años tiene Aníbal González Álvarez-Ossorio?

La edad actual es 147 años. Aníbal González Álvarez-Ossorio cumplirá 148 años el 10 de junio de este año.


¿De qué signo es Aníbal González Álvarez-Ossorio?

Aníbal González Álvarez-Ossorio es del signo de Geminis.


¿Dónde nació Aníbal González Álvarez-Ossorio?

Aníbal González Álvarez-Ossorio nació en Sevilla.


Aníbal González Álvarez-Ossorio (Sevilla, 10 de junio de 1876 - ibídem, 31 de mayo de 1929), fue un arquitecto español. Principal referente de la arquitectura regionalista sevillana, fue el arquitecto director de la Exposición Iberoamericana desde 1911 hasta 1926.[1][2]​ En la década de 1920 fue presidente de la Asociación de Arquitectos de Andalucía y vicepresidente del Ateneo de Sevilla.

Nació en Sevilla en 1876. Fue el primer hijo del matrimonio formado por José González Espejo y Catalina Álvarez-Ossorio y Pizarro.[4]​ Cursó su licenciatura en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid. Recibió el título el 25 de noviembre de 1902.[4]​ Tuvo los mejores resultados académicos de su promoción, en la que también estaban los arquitectos Joaquín Rojí, Tomás Acha, Luchas Alday, Amós Salvador, Miguel G. de la Any, Jerónimo P. Mathet, Juan J. Gorruchaga, Luis López, Calixto Sancho, Demetrio Ribes, Francisco García Navas y Gregorio Rábago.[4]​ Uno de sus profesores fue Ricardo Velázquez Bosco, máximo exponente del estilo arquitectónico Segundo Imperio y uno de los principales arquitectos eclecticistas de la España del primer tercio del siglo XX.[5]​ Otro de los profesores que ejercieron una gran influencia sobre Aníbal González fue Vicente Lamperez, destacado restaurador, arquitecto e historiador del arte y miembro de la Real Academia de la Historia.[6][7]

Sus estudios supusieron un notable esfuerzo económico para su familia. A la formación de González contribuyó su gran afición por la literatura, que le llevaría a compilar a lo largo de su vida una gran biblioteca propia.[5]

Un acontecimiento importante en su desarrollo laboral fue su encuentro con su primo-hermano por parte de madre Torcuato Luca de Tena y Álvarez-Ossorio, que sería durante muchos años su protector y consejero. Luca de Tena había logrado una gran influencia en Sevilla y Madrid desde que fundó el periódico ABC y la revista Blanco y Negro. González hizo algunos dibujos para la revista.[5]

Tras concluir sus estudios en Madrid, contrajo matrimonio con Ana Gómez Millán, hija de José Gómez Otero. El arquitecto Gómez Otero pertenecía a una familia con cuatro generaciones dedicadas a dicha profesión.[9]​ Posteriormente, González y su esposa hicieron un viaje por España, visitando varios edificios históricos. González también visitó varias cárceles españolas en dicho viaje, para tomar notas que le sirviesen para el encargo de una cárcel en Sevilla.[9]​ También influyeron en su trabajo su viaje a Italia y Francia en 1922 y su viaje a Reino Unido en 1924.[10]

Entre 1909 y 1920 se centró en el historicismo y, en especial, en el neomudéjar. En 1910 participó en el concurso de proyectos para el recinto de la Exposición Iberoamericana. En 1911 le fue adjudicado el cargo de director de las obras de la muestra.[11]

El 9 de enero de 1920 sufrió un atentado junto a su casa del que salió ileso, en el que le dispararon dos veces sin llegar a acertarle. En esa etapa el ramo de la construcción se encontraba en huelga y las Juntas de Albañiles publicaron un manifiesto en el que se decía que los arquitectos eran los responsables de que el gremio no hubiera conseguido sus objetivos.[12]​ La prensa le dio al arquitecto un apoyo incondicional y se organizó una nutrida manifestación que pasó por delante de su casa.[13]​ El 4 de marzo se conoció que el atentado había sido llevado a cabo por cuatro anarquistas del Sindicato de Peones Albañiles.[13]

El 21 de septiembre de 1920 fue distinguido con la Gran Cruz de la Real Orden de Isabel la Católica[14]​ y el 17 de febrero de 1922 fue condecorado con la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso XII.[14]​ En febrero de 1929, fue nombrado también Hijo Predilecto de Sevilla.[15][14]

El conde de Colombí formó parte del Comité Ejecutivo de la Exposición desde el comienzo y fue nombrado Comisario Regio el 2 de octubre de 1922. Colombí dimitió en diciembre de 1925.[16]​ Le sucedió en el cargo José Cruz-Conde. Cruz-Conde pensó que el ritmo constructivo que llevaba González en la Plaza de España era excesivamente lento y que, de seguir así, no daría tiempo a edificar varios pabellones extranjeros, el casino, el arco conmemorativo y la Universidad Hispano-Americana. Además se redujo el presupuesto, por lo que algunas obras de González no se llegaron a realizar nunca. González estaba en desacuerdo con Cruz-Conde en diversos aspectos y dimitió en 1926.[17][1][2]​ Le sustituyó Vicente Traver que, además de algunas pequeñas obras, realizó el casino y el teatro del recinto de la muestra,[17]​ que en la actualidad es el teatro Lope de Vega.

González murió a los 53 años. A su funeral acudió una multitud de personas, entre las cuales había personas del sector de la construcción. En el momento de su muerte era pobre y había acumulado varias facturas sin pagar. El periódico El Liberal propuso una colecta para su familia. Diversos ciudadanos y organizaciones de la ciudad donaron dinero. El 20 de octubre de 1929 el total de donaciones en metálico y en materiales de construcción era de 150.000 pesetas. Entre 1930 y 1932 se construyó, en una parcela del marqués de Esquivel, una nueva casa para la viuda. El diseño y la dirección de las obras corrió a cargo de los arquitectos Juan Talavera y Heredia y José Espiau. Esta casa es de estilo regionalista y se encuentra en el número 14 de la avenida de la Palmera.[18]

El proyecto y la realización de la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929, constituyó para Aníbal González, el elemento clave de su actividad profesional y también de su vida personal y supuso la fuente principal de su prestigio como arquitecto y su gran popularidad en la ciudad de Sevilla.[19]

Entre 1911 y 1926, como arquitecto director de la exposición, se convirtió en uno de los principales personajes del certamen.[20][21]

En 1911, elaboró un anteproyecto que incluía cinco partes y que no fue acometido por completo. Como obras principales del proyecto original se ejecutaron tres palacios entre 1913 y 1919, el pabellón de la Industria, Manufacturas y Artes Decorativas (actualmente denominado pabellón Mudéjar, que alberga el Museo de Artes y Costumbres Populares); el pabellón de Bellas Artes (conocido como pabellón Renacimiento, que alberga Museo Arqueológico) y el pabellón Real. Los tres se encuentran dispuestos en torno a la Plaza de América, conformada por una amplia área ajardinada en cuyo centro se haya situada una terraza elevada con estanques y fuentes, que constituye una de las creaciones más genuinas del regionalismo sevillano.[22][23]

Su obra más significada fue la Plaza de España, cuya construcción se extendió entre 1914 y 1928. El proyecto comprendía la plaza y el gran palacio que la rodea. La inauguración se produjo en 1929.[24]​ Este conjunto está formado por una plaza semicircular, de 200 metros de diámetro, bordeada por un canal que recorre 515 metros y que es atravesado por cuatro puentes. Los edificios que envuelven la plaza se estructuran en un edificio central, alas con edificaciones intermedias que compensan una excesiva longitud y dos torres en los extremos, con una altura de setenta y cuatro metros. La construcción está realizada con ladrillo visto y amplia decoración de cerámica, artesonados, hierro forjado y repujado y mármol labrado.[25][22]

A pesar de que la Escuela de Arquitectura de Madrid tenía una línea académica historicista las primeras creaciones de Aníbal González fueron modernistas. Esta etapa duró del 1900 al 1909 aproximadamente. En torno a 1906 trabajó con su suegro, José Gómez Otero. De la etapa con Otero pueden reseñarse las casas en las calles Alfonso XII y Almirante Ulloa,[26]​ así como la subsede de la Compañía Eléctrica Sevilla y su central térmica en el Prado de San Sebastián.[27]​ Los edificios y proyectos más significativos de esta etapa son:[28]

Se desconocen las causas que llevaron a Aníbal González a dedicarse por entero al historicismo a partir de 1909. Al principio algunas obras de esta etapa tuvieron algunas rémoras modernistas,[30]​ aunque posteriormente esta conversión también le hizo despreciar las obras modernistas que había realizado antes de ese momento.[31]​ Aunque el estilo neomudéjar se aprecia claramente en muchas de sus obras, el carácter ecléctico de los edificios de González hace que no pueda hablarse de obras estrictamente neomudéjares, al haber mezcla de diversos estilos.[30]​ También se inspiró en el Renacimiento italiano[32]​ y español.[25]​ En su obra también incluía detalles neogóticos. Solía emplear elementos arquitectónicos propios de la región como el ladrillo, la cerámica vidriada y el hierro forjado.[32]

Sus edificios y proyectos más significativos de esta etapa son los siguientes:[33]

Este arquitecto publicó unos pocos escritos breves. En febrero de 1913 publicó en El Liberal los artículos: Estética urbana, Plano general de la ciudad y La casa sevillana. Al igual que otros arquitectos, como Lampérez y Rucabado, fue un firme defensor de ese movimiento arquitectónico y, en esta línea, realizó algunas declaraciones al periódico Unión Patriótica el 6 de febrero de 1929.[37]

En La casa sevillana escribió:[37]



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