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Batalla de Barbacoas



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Tomás Cipriano Ignacio María de Mosquera-Figueroa y Arboleda-Salazar, más conocido como Tomás Cipriano de Mosquera (Asunción de Popayán, 26 de septiembre de 1798-Coconuco, 7 de octubre de 1878[7]​) fue un militar, diplomático y estadista colombiano.

Desempeñó el cargo de presidente: Presidente de La República de Nueva Granada entre 1845 y 1849; Presidente de la Confederación Granadina entre 1861 y 1863; y de los Estados Unidos de Colombia entre 1862 y 1864 y de 1866 a 1867. Mosquera ha sido el único militar colombiano que ha ostentado el cargo de presidente de la república en cuatro ocasiones.[7]

Durante el mandato de Simón Bolívar, Mosquera fue diplomático y administrador provincial. Miembro del Partido Conservador, con ayuda del Ejército y del clero católico fue nombrado presidente de Nueva Granada en 1845. Dejó el cargo en 1849, y se dedicó a varios negocios en Estados Unidos.

A su regreso a Nueva Granada en 1854, Mosquera rompió con el Partido Conservador y se alineó con las ideas del Partido Liberal en medio del conflicto bipartidista. En 1861 derrocó al presidente conservador Mariano Ospina Rodríguez, se declaró a sí mismo presidente en funciones, y gobernó como dictador desde el 18 de julio de 1861 hasta el10 de febrero de 1863, cuando fue confirmado en el cargo por la Convención de Ríonegro bajo una nueva Constitución. Durante ese gobierno, tomó medidas para reducir el poder de la Iglesia e impulsar el federalismo.[8]

Es considerado una de las figuras más importantes de la historia de Colombia del siglo XIX debido a sus medidas gubernamentales como la realización del primer censo nacional del país, la instauración del sistema métrico decimal, la promoción de la navegación a vapor por el río Magdalena al autorizar la exportación por el puerto de Barranquilla en 1849, previa instalación de una aduana y la firma del tratado de Paz, Amistad, Navegación y Comercio con Estados Unidos, así como la construcción del Capitolio Nacional de Colombia.[7]

Tomás Cipriano de Mosquera, llamado Tomás Cipriano Ignacio María de Mosquera-Figueroa y Arboleda-Salazar, nació en Popayán el 26 de septiembre de 1798, en el hogar conformado por el hacendado José María Mosquera-Figueroa y Arboleda, y por su esposa María Manuela Arboleda y Arrachea.[9]

Aunque no contaba con un título universitario, a diferencia de sus hermanos, fue un autodidacta instruido en latín, inglés, francés e italiano, y llegó a empezar una traducción de Tasso.[10]​ Fue además, matemático, geógrafo e historiador[11]​ y escribió varios libros sobre estos temas..

A temprana edad, en 1813, Tomás Cipriano de Mosquera se incorporó al ejército patriota de Antonio Nariño que participó en la batalla de Calibío.

Ascendido a subteniente en 1815, Mosquera alcanzó el grado de teniente al año siguiente, así como el título de ayudante del batallón “Bravos del Socorro”. Luego fue hecho prisionero por los realistas en la batalla de la Cuchilla del Tambo, pero logró ser liberado gracias a las influencias de su padre.

La lucha por la independencia de Colombia continuó, y Mosquera fue nombrado capitán de la primera compañía del Batallón de reserva y después comandante de la guardia cívica de Popayán.[12]

La Gran Colombia fue creado en 1819 por el congreso reunido en la ciudad de Angostura por la unión de Venezuela y la Nueva Granada en una sola nación bajo el nombre de República de Colombia,[13][14]​ a la que luego se adhirieron Panamá (1821) y Ecuador (1822).

El combate de Barbacoas, en la tarde del 1° de junio de 1824, Mosquera le ocasionó la derrota definitiva al pastuso Agustín Agualongo quien venía una campaña durante tres o cuatro años en la provincia de Pasto en su empeño por defender la causa de España. En ese momento Mosquera era el Gobernador de Buenaventura, y se había desplazado a Barbacoas con el fin de gestionar un empréstito de 50.000 pesos para ser enviados a Bolívar, los cuales no había podido recolectar un militar enviado para el caso.

Enterado días antes de que iba a ser atacado por los pastusos, se puso a preparar la defensa llamando a las armas a los esclavos dispuestos a enrolarse, ofreciéndoles la libertad a cambio de sus servicios. Por su parte, Agualongo y sus principales jefes llegaron a Barbacoas huyendo de las fuerzas patriotas. La intención del caudillo era hacerse con el tesoro que reunían allí los republicanos y tener desde donde atacar Tumaco, punto vital para establecer comunicaciones con los corsarios españoles y peruanos que actuaban en el Pacífico.[15]

Sus seguidores sumaban apenas cien combatientes.[16]​ Sin embargo, el 31 de mayo Mosquera intento colarse entre las posiciones realistas en una barcaza pero fue destruida de un cañonazo. Un día después, el grueso de los pastusos intentó asaltar la ciudad, pero fueron rechazados, procediendo a rodearla y quemarla.[15]​ Agualongo fue herido en una pierna, y los realistas sobrevivientes se retiraron a Patía dispersandose por la región.[15]

Los pastusos perdieron 140 hombres aproximadamente, entre el 30 de mayo y 1° de junio, siendo derrotados a las cinco de la tarde. Siguió una persecución hasta el 2 de junio donde las fuerzas de Mosquera tomaron prisioneros a 33 oficiales y 150 soldados. Los patriotas por su parte pérdieron 13 soldados y tuvieron 18 heridos entre los que se contaba el propio Mosquera. Los 33 oficiales pastusos fueron ejecutados por orden de Mosquera bajo la acusación de ser incendiarios.

Por su labor (que marcó el final de Agualongo, quien escapó derrotado de esta batalla y fue capturado por José María Obando tres semanas después) fue ascendido a coronel.

La gran herida de Mosquera, producto de un disparo de mosquete, cuya carga le entró por la boca, le saltó dos dientes y le atravesó la mejilla cuando arengaba a sus hombres a atacar la guerrilla de Agualongo. Cerca de tres semanas transcurrieron antes de que pudiera llegar de Popayán un cirujano inglés a examinar la herida de Mosquera, si bien un sacerdote había podido extraerle algunas partículas del hueso.[17]

En marzo de 1826, Bolívar nombró a Mosquera Intendente de Guayaquil, pero como sus heridas aún no habían sido tratadas adecuadamente, decidió viajar primero a Filadelfia, Estados Unidos, en busca de un cirujano especializado. Mosquera, su esposa Mariana e hija Amalia de cuatro meses, subieron la costa del Pacífico en su ruta hacia Estados Unidos, pero durante su escala en Panamá encontraron un médico especialista que le operó de la mandíbula fracturada, uniendo las dos partes con un alambre de plata.[17]​ Pese a la mejoría en su herida, conservó desde entonces una cicatriz en el rostro y una dificultad para hablar que posteriormente le valdría el apodo de 'Mascachochas'.[18]

En el mes de julio de 1826, Mosquera ya se encaminaba a su destino de Guayaquil, donde llegó a ocupar el cargo intendente hasta el 16 de abril de 1827, fecha de la sublevación de Guayaquil,[19]​ tiempo después el mismo año pasó a ser intendente y comandante general del departamento del Cauca, para 1829 llegó a ser nombrado general,[12]​ ejerció como diplomático en Perú hasta 1830. Sin embargo, el país se disolvió entre finales de la década de 1820 e inicios de los años 1830, por las diferencias políticas que existían entre partidarios del federalismo y el centralismo, así como por las tensiones regionales entre los pueblos que integraban la república.

Mosquera se desempeñó como diplomático en varias naciones de Europa y en los Estados Unidos (1830-1833). A su regreso fue congresista (1834-1837) y en el gobierno conservador de José Ignacio de Márquez, Mosquera fue nombrado secretario de Guerra y como tal dirigió y triunfó en la Guerra de los Supremos en 1840. Nuevamente se dedicó a la diplomacia ahora como embajador en Perú, Chile y Bolivia entre 1842 y 1845.

Para las elecciones de 1845, el sector ministerial (los futuros conservadores) le ofreció su respaldo a Mosquera, quien resultó elegido, venciendo al liberal Eusebio Borrero (a quien luego nombraría en su gabinete), y al disidente conservador, el poeta Rufino Cuervo.

El voto decisivo de la jornada lo tuvo el Congreso colombiano, ya que había un empate entre Mosquera y Borrero, siendo favorecido Mosquera por la diferencia de un voto.

Junto a su secretario de Hacienda Florentino González logró desmontar muchos de los impuestos coloniales supervivientes, así como revitalizar la industria del tabaco. También promovió la navegación a vapor por el río Magdalena, al autorizar en 1849 la exportación por el puerto de Barranquilla, ubicado en la bahía de Sabanilla, con previa instalación de una aduana allí.

Inició la política de escisión del Estado Colombiano y la Iglesia Católica, es decir, la separación de la iglesia con el gobierno y sus instituciones, pese a que uno de sus numerosos hermanos era sacerdote de ésta iglesia.

Se instauró el sistema métrico decimal en el país. También ordenó la realización de el primer censo nacional en la historia de Colombia.

También contrató al arquitecto danés Thomas Reed para dirigir las obras de construcción del Capitolio Nacional de Colombia, sede del Congreso colombiano.

En la economía Mosquera miró hacia una apertura del comercio exterior, y en 1846 se firmó el Tratado de Paz, Amistad, Navegación y Comercio, o tratado Mallarino-Bidlack con el gobierno de los Estados Unidos. El tratado fue firmado por los cancilleres Manuel María Mallarino, y el emisario estadounidense Benjamin Bidlack, enviado por James K. Polk.

El conjunto de sus políticas fue visto con malos ojos por los sectores que lo habían llevado a la presidencia, puesto que se estaba desligando del programa que luego daría nacimiento al Partido Conservador, y ahora se sentía mucho más cercano a los liberales.

Mosquera entregó el poder al militar liberal José Hilario López, el 1 de abril de 1849. López había ganado las elecciones gracias a las presiones a los parlamentarios para su elección y por la división entre los conservadores que causó Mosquera durante su gobierno.

Al terminar este mandato Mosquera viajó a Nueva York para dedicase a los negocios de familia y creó allí una casa comercial internacional.

Luego de algunos años en Estados Unidos, Mosquera regresó para combatir y derribar la dictadura del presidente José María Melo en 1854. Entonces, ya alineado en el bando liberal, asistió al Congreso como representante y senador.

Como congresista fue candidato a la reelección presidencial en 1857, por el Partido Liberal, quedando en tercer lugar tras ser elegido el conservador Mariano Ospina Rodríguez (cofundador del partido junto con el periodista José Eusebio Caro), quien consagró el federalismo del país, ahora llamado Confederación Granadina, con la expedición de la Constitución de 1858.

Después de este episodio político fue elegido Presidente (gobernador) del Estado Soberano del Cauca en 1858, cargo desde el cual buscó atraer la simpatía de los liberales y se reconcilió con el expresidente José María Obando, nombrándolo jefe del ejército caucano.[1]

Mosquera logró consolidar alrededor suyo las tendencias que constituían el partido liberal. Aunque la Constitución de 1858 había sancionado el federalismo, las políticas del presidente Mariano Ospina Rodríguez tendían al centralismo.

Las tensiones políticas se agravaron al año siguiente con dos leyes expedidas por el gobierno central. Por la primera quedaba asegurado el predominio del partido conservador en el gobierno, y la segunda autorizaba al poder ejecutivo, para que cuando juzgara necesario, nombrara Distritos de hacienda en cada estado, regidos por un intendente, con facultades en todos los ramos de la administración.

Mosquera hizo contacto con varios liberales quienes acordaron prestarle apoyo en su proyecto insurreccional y aceptaron que fuese el Supremo Director de la Guerra. Así, en 1860 declaró la secesión del Cauca y le declaró la guerra a la Confederación. Pronto recibió el respaldo de los estados de Santander y Tolima, que lo proclamaron su gobernador.

En 1861 se convocaron elecciones para la sucesión de Ospina, y el cargo fue asumido temporalmente por el Procurador General de la Nación, Bartolomé Calvo, quien asumió el poder por vacancia. En las elecciones fue electo el conservador Julio Arboleda, tras vencer a su copartidario, el ex presidente Pedro Alcántara Herrán. Sin embargo, pese a que Arboleda se posesionó el 10 de junio de 1861, fue derrocado por el levantamiento liberal dirigido por Mosquera.

Mosquera asumió de facto el gobierno el 18 de julio de 1861. Derrotó a su contrincante conservador y subió al poder.[1]

En 1861 fundó el Colegio Militar (que sería la base de la Facultad de Minas, y en general, de Ingeniería de la Universidad Nacional).

Luego de más de un año, logró desbancar al conservatismo del poder, convertirse en presidente provisorio del país y convocar a una asamblea constituyente, la Convención de Rionegro de 1863, con la cual se "liberalizó" el país, estableciendo una serie de derechos y garantías como el porte de armas para ciudadanos y las libertades de prensa y de asociación.

En la Convención de Rionegro conformada plenamente por liberales, se vio la división entre los radicales (con Manuel Murillo Toro a la cabeza) y los mosqueristas; de todas maneras, se consagró una constitución federal y liberal que garantizaba los derechos de los ciudadanos y que dejó satisfechos a todos los convencionistas.

Asimismo, se eligió a Mosquera para terminar el primer bienio de gobierno de los Estados Unidos de Colombia, hasta el 1° de abril de 1864.

Mosquera fue ratificado en el cargo luego de la abolición de su antiguo cargo.

En este tercer mandato, debió enfrentar una guerra con Ecuador, para lo cual comandó personalmente el ejército colombiano, logrando la victoria final en la Batalla de Cuaspud en diciembre de 1863. Esta victoria sobre el General Juan José Flores, también héroe de la independencia de la Nueva Granada, llevó al Congreso de la República a decretar una inédita ley de honores, mediante la cual lo nombraban 'Gran General de los Estados Unidos de Colombia'.[1]

Decretó la expulsión de la Compañía de Jesús jesuitas del territorio nacional. Emitió una serie de decretos que tenían por objetivo controlar el poder de la Iglesia católica, entre los que sobresalen el de Desamortización de Bienes de Manos Muertas, consultado con su Secretario de Hacienda, el futuro Presidente Rafael Núñez (decreto del 9 de septiembre de 1861, firmado por el Secretario de Gobierno, Andrés Cerón). Pero esta iniciativa tenía también fines económicos: mediante el mencionado decreto se expropiaron las tierras que poseía la Iglesia, para luego ser rematadas en pública.

Tras dejar la presidencia, Mosquera lanzó nuevamente su candidatura por el Partido Liberal, pero el apoyo que recibió fue mínimo, ya que las mayorías en el partido se volcaron a favor del radicalismo de Murillo Toro, quien fue elegido presidente. Mosquera tampoco pudo superar al también radical Santos Gutiérrez.

Con el fracaso de su tercer intento para reelegirse, viajó a París como embajador del gobierno de Murillo. En esa misma época pasó una temporada en Londres, ciudad en la cual publicó el libro Compendio de geografía general política, física y especial de los Estados Unidos de Colombia, dedicado al Congreso General de la Unión.

En 1866 Mosquera regresó victorioso al país, luego de ser elegido por cuarta vez como presidente de la República, a pesar de la oposición de los liberales radicales de Murillo y Gutiérrez. Murillo apoyó la candidatura del expresidente José Hilario López, y el Partido Conservador lanzó la débil campaña de Pedro Justo Berrio. En todo caso, la victoria de Mosquera fue arrolladora.

La tensión por el manejo de las relaciones con la Iglesia hizo que la intervención del papa Pío IX fuera intensa, y las maneras dictatoriales del presidente (que ordenó el cierre de las sesiones ordinarias del Congreso en abril de 1867[1]​) llevaron a la oposición a derrocarlo el 23 de mayo de 1867.

Ese día una partida del ejército comandada por el coronel Daniel Delgado París ingresó a la casa de gobierno en medio de la noche, lo apresó y permitió la toma del poder del general Santos Acosta, quien se desempeñaba como segundo designado, apoyado por las cámaras legislativas, las asambleas de los estados y un varias municipalidades del país.[20]

El ataque también fue motivado por el recrudecimiento de la guerra en los estados de Santander y Antioquia, y por el escándalo en el que se veía involucrado el gobierno de Mosquera respecto a la adquisición de un barco para apoyar a Perú en la Guerra del Pacífico.[21]

Mosquera fue hecho prisionero en el Observatorio Astronómico de Bogotá donde permaneció poco más de una semana.[21]

Tras un juicio en el Senado,[22]​ que le era adverso, Mosquera fue desterrado por tres años, durante los cuales vivió en Lima.[1]​ En esta ciudad publicó el estudio llamado Cosmogonía (Tomás Cipriano de Mosquera, Imprenta del Estado, 1868), sobre los diversos sistemas de la creación del universo, que en su texto original recogía algunas de las por entonces recientes tesis del naturalista inglés Charles Darwin, polémicas para los preceptos cristianos de la época.

A su regreso en 1871, apoyó la candidatura presidencial del liberal Julián Trujillo, pero fracasó estrepitosamente, pues fue derrotado por el radical Murillo Toro (quien logró su reelección no consecutiva), y quedó incluso por debajo del conservador María Mallarino (que también optaba por un segundo mandato).

Pese a su estrepitosa derrota, Mosquera fue elegido para la Presidencia del Cauca (gobernación), desde 1872 hasta 1873. Terminado su cargo, en 1876 ocupó un escaño en el Senado.

Tomás Cipriano de Mosquera falleció en su hacienda de Coconuco, cerca de Popayán, el 7 de octubre de 1878, a los 80 años. Sus restos reposan en el Panteón de los Próceres de Popayán, construído por el político conservador Guillermo León Valencia, en 1940, y donde también reposan, entre otros, los restos de un pariente de los Valencia, Ezequiel Hurtado, presidente de Colombia en 1884.

Tomás Cipriano de Mosquera era miembro de una de las familia más ricas y poderosas de la joven nación de Colombia, ya que los Mosquera eran los dueños de las minas de oro del actual departamento de Cauca.[23]

Descendía por línea directa del encomendero Cristóbal de Mosquera Figueroa, de quien conservó su apellido y muy niño vino desde Perú con el capitán don Francisco Mosquera Figueroa, su pariente. El origen de los Mosquera como familia española es aún desconocido, y muchos genealogistas lo confundieron con el conquistador de la Florida, Cristóbal de Moquera, extremeño que estuvo en las conquistas de Florida, Pánuco y Perú, sin ser esto cierto.

Por línea materna descendía de Jacinto de Arboleda y Ortiz, hidalgo español, natural de Granada, Andalucía, quien fue alcalde ordinario, miembro de la justicia mayor en Anserma, Arma y Toro, y pacificador de los chocoes. Su tío paterno, Joaquín de Mosquera-Figueroa y Arboleda-Salazar, llegó a ser Regente del Reino de España durante el encarcelamiento del rey Fernando VII a manos del militar francés Napoleón, y firmante de la constitución de 1812 llamada "La Pepa".[24]

Sobre su ascendencia noble, Mosquera manifestó en su testamento lo siguiente:

Fueron mis padres el Doctor Don José María de Mosquera-Figueroa y Doña María Manuela Arboleda-Salazar. Mis abuelos paternos Don José Patricio de Mosquera-Figueroa y Doña María Teresa Arboleda-Salazar, y los maternos Don Francisco Antonio Arboleda-Salazar y Doña Juana Francisca Arrachea.

Lo anterior ha sido debatido y desmentido por genealogistas, ya que el título de Duques de Feria se otorgó con posterioridad a la llegada de los Mosquera a América, pero si estaban emparentados con los Feria a través de un hermano del I Conde de Feria (D. Pedro Suárez de Figueroa), de quien descendía el capitán Francisco Mosquera Figueroa, conquistador extremeño, Gobernador de Popayán (Interino).

Mosquera Figuero era pariente de Cristóbal Mosquera, el antecesor directo por varonía de los Mosquera payaneses. En cuanto a los Alba, aún no se encuentra en archivos la relación, y solo se establece en algunas pruebas de ingreso a Carlos III su mención.

Tomás era hijo del hacendado José María de Mosquera y Arboleda, y de su esposa, María Manuela de Arboleda y Arrechea. Su madre era hermana del ilustre criollo y prócer de la independencia Antonio de Arboleda y Arrechea, quien apoyó a Bolivar y Santander en la causa independista[26]​ y fue un abierto defensor de la causa antiesclavista.

Los Mosquera Arboleda también eran padres de varios hijos: María Josefa, Joaquín, María Petronila, María Dolores, Pedro Domingo (fallecido meses despúes de su nacimiento), María Manuela, María Francisca, y los gemelos Manuel María y Manuel José Mosquera Arboleda.

Su hermano mayor, Joaquín, fue uno de los precursores de la Independencia colombiana, siendo el segundo sucesor de Simón Bolivar en la presidencia de Colombia. Sus hermanos menores, los gemelos Manuel María y Manuel José también fueron ciudadanos ilustres: Manuel José fue sacerdote y llegó a ser Arzobispo de Bogotá, durante el gobierno de su hermano mayor Tomás Cipriano, y Manuel María, rector de la Universidad del Cauca y diplomático, quien se casó con María Josefa Pombo O'Donell, de la poderosa familia Pombo, a la que también pertenecen Lino de Pombo (hermano de María Josefa y por tanto cuñado de Manuel María) y su hijo, el poeta Rafael Pombo.

Tomás Cipriano de Mosquera se casó dos veces. En consonancia con las normas endogámicas que caracterizaron a las élites de la época, en ambas ocasiones lo hizo con su parentela materna, la primera vez el 3 de mayo de 1822 en Popayán con su prima hermana Mariana Benvenuta Arboleda Arroyo.

Se mencionan como amantes suyas a la peruana Susana Llamas, y las italianas Gentilina Baudini y Amalia Tadele Di Errighi, de quienes no tuvo hijos. Con Candelaria Cervantes, de Cartagena, tuvo un solo hijo (antes de casarse con Mariana Arboleda), quien murió en la revolución de 1861 peleando por su padre, y con Paula Luque dejó tres niñas, la última de las cuales murió también de niña en medio de la citada revolución comandada por el General.

Sobre su relación sentimental con Paula Luque, como podemos ver en la siguiente anotación testamentaria, queda claro que se trató de una relación probablemente conocida por su legítima esposa Mariana Arboleda, en la cual el General manifiesta que esta situación fue por encontrarse "enferma" su esposa. Conforme a ello estas tres niñas habidas con Paula Luque serían reconocidas desde su nacimiento por el General, además de confirmadas posteriormente en su testamento en el cual les otorgó los mismos derechos que a sus otros hijos matrimoniales. Dice:

Viudo, contrajo segundas nupcias el 15 de julio de 1872 en el oratorio privado de su hacienda 'La Pamba' en Popayán con su prima segunda María Ignacia Arboleda Arboleda, sobrina de su primera esposa y hermana del político Simón Benjamín Arboleda Arboleda, quien fuera su ministro de Gobierno en 1863, y el cual le salvó la vida en diversas oportunidades.

Tuvo en total 8 hijos:

Fruto de su primer matrimonio, con Mariana Arboleda Arroyo, fueron:

De su segunda unión con María Ignacia Arboleda Arboleda fue su único hijo:

Como ya se dijo anteriormente, además de sus tres hijos matrimoniales Tomás Cipriano de Mosquera dejó cinco hijos extra matrimoniales reconocidos, tres de ellos con Paula Luque (Subachoque 1826 - Popayán).[28]

Las 3 hijas de Tomás Cipriano de Mosquera y Paula Luque fueron:

Con Candelaria Cervantes, de Cartagena, fue padre de:

Con María Elorza, fue padre de:

Como homenaje y reconocimiento a Tomás Cipriano de Mosquera se han erigido distinto monumentos a lo largo del país.

En el Patio Tomás Cipriano de Mosquera acogé a los visitantes en la sede del Congreso de la República de Colombia. En 1846, bajo la presidencia de Mosquera, se decretó la construcción del Capitolio Nacional, y la primera piedra la puso el mismo Mosquera en 1847. Su construcción se ubicó entre 1871 y 1879, sin embargo al igual que el resto del Capitolio Nacional, tuvo zonas que no se concluyeron sino hasta comienzos del siglo XX.[7][31]

Allí se encuentra una escultura de bronce de Mosquera, obra del escultor alemán Ferdinand von Mûller, elaborada en 1881 y colocada en este espacio en 1883. Se trata de una estatua donde el presidente aparece de pie con la cabeza descubierta llevando en su mano derecha una gorra de general y en su mano izquierda una espada militar. El pedestal fue realizado en mármol rojo con forma rectangular vertical, el cual en sus cuatro costados tiene placas en relieve.[7]​ La obra se encuentra ubicada en el llamado Patio Tomás Cipriano de Mosquera.[32]

El 27 de septiembre de 1861, el gobierno del Estado de Cundinamarca erigió en distrito municipal la vereda de Cuatro Esquinas, con el nombre de Mosquera, segregándolo del municipio de Funza[12]​, en honor al entonces presidente Mosquera; ésto se hizo como un gesto de agradecimiento de los habitantes de la población. Mosquera es en la actualidad un municipio cercano a Bogotá.

En uno de los parques del municipio fueron eregidos dos bustos que se encuentran en dos columnas, una al lado de la otra. En una de las columnas descansa un busto de Tomás Cipriano de Mosquera, y en el otro uno de Simón Bolívar.

En Medellín hay un busto eregido en su honor y que representa al político en su faceta militar durante su juventud. El busto se encuentra en una calle de Medellín.

En 1928, el Congreso y el gobierno conservador de Miguel Abadía Méndez decretaron por medio de la Ley 63 la realización de actividades para honrar la memoria de Mosquera, además de que se le instaló una placa conmemorativa a su monumento en Popayán, ya que Mosquera cumplió 50 años de fallecido en 1928.[33]​ En Cali, se erigió un colegio que lleva su nombre.[34]

En 1978 el Banco de la República expidió una serie de monedas para conmemorar los 100 años del fallecimiento de Mosquera. La moneda equivalía a 750 pesos de la época, y mostraba una efige del militar, y en su reverso a un colibrí.[35]

En 1994 se creó por medio del Decreto 2544 del mismo año, bajo la presidencia de Ernesto Samper, la Medalla de la Policia Militar "General Tomas Cipriano de Mosquera", con la cual se honra a aquellas personas que hallan aportado a la institución.[36]​ Una de las homenajeadas fue la Alcaldesa Mayor de Bogotá, Claudia López, en 2020.[37]

Mosquera es interpretado por el actor colombiano Fabio Camero en la serie biográfica de televisión de los años 80 Vidas encontradas: Mosquera y Obando[38][39]​, donde se cuenta la relación entre Mosquera y el militar y político José María Obando, su eterno rival.[40][41][42]





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