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Caleta de Tongoy



Tongoy es un balneario costero chileno de la Región de Coquimbo, perteneciente a la comuna de Coquimbo y ubicado a 42 kilómetros al sur de la ciudad de La Serena, cerca del balneario de Guanaqueros. Se encuentra ubicado en un promontorio de roca en forma de península frente al océano Pacífico, y es conocido por la tranquilidad y temperatura de sus playas Socos (4 km) y Grande (14 km), así como por su oferta gastronómica, basada en el ostión del Norte y otros productos marinos.

Tongoy se encuentra ubicado unos 430 kilómetros al norte de Santiago y 42 kilómetros al sur de La Serena, la capital de la Región de Coquimbo.

La zona de Tongoy comprende, en términos generales, la zona costera ubicada al sur del puerto de Coquimbo, específicamente desde el sector de Morrillos, hasta la Punta Lengua de Vaca, península ubicada al sur de la Bahía de Tongoy. Esta zona se caracteriza por un clima semidesértico, horadado por quebradas y antiguos cursos de aguas orientados en dirección este-oeste. El promontorio donde está ubicado el puerto de Tongoy corresponde a una zona rocosa que alcanza los 60 m de altura y posee una superficie de 0,86 km².

La amplia Bahía de Tongoy que se ubica entre Punta Lengua de Vaca y la península de Tongoy y cuenta con una superficie de 62 km², correspondiendo así a la segunda bahía de mayor tamaño en la costa regular de Chile, después de la gran Bahía de Arauco en la Región del Biobío.[cita requerida]

Ya en 1897, Francisco Solano de Asta-Buruaga y Cienfuegos describía el emplazamiento de Tongoy y su geografía de la siguiente manera:

Tongoy se encuentra ubicado en un promontorio de roca de aproximadamente 60 metros de alto, conocido como «La Isla» por los locales[2]​ o «Cerro La Virgen» por el mirador que existe en la cima y que recuerda a la madre de Jesús. Desde este mirador se puede apreciar toda la bahía de Tongoy, así como el cerro Guanaqueros, de aproximadamente 495 metros y que corresponde a la cima más alta de la zona.

La zona de Tongoy se caracteriza también por poseer varias quebradas, humedales y cursos de aguas orientados en dirección este-oeste. El más representativo es el llamado estero Tongoy, que desemboca directamente en la playa Socos, mientras que las quebradas de Camarones y Los Almendros mueren antes de llegar al mar; las quebradas de Los Litres y la quebrada Pachingo forman pequeñas lagunas costeras que no se unen al mar dando paso a humedales, conocidos como Humedales de Tongoy, y que son reconocidos por albergar más de 130 especies de aves y ser un importante espacio de conservación de la fauna local.

Las playas de Tongoy son también reconocidas por los turistas y locales; las que más destacan son la Playa Grande, ubicada en la bahía de Tongoy, y la pequeña Playa Socos, que une Tongoy con el condominio Puerto Velero y que concentra la mayor parte de la actividad turística estival.

En la cabeza sur de la Playa Grande se encuentra la localidad de Puerto Aldea, una antigua base de la Armada de Chile, donde recalaban los buques de la escuadra. En la actualidad y durante la primavera se realizan los ejercicios navales UNITAS, con los Estados Unidos de América. En 2002, en los recintos navales se llevó a cabo la destrucción de las unidades de minas que poseía el Ejército y la Armada, en aplicación del Tratado de Ottawa.

El nivel costero estaba 100 metros más abajo, producto de la última glaciación, así que en el Holoceno la Geografía era bastante distinta que en el presente. Los primeros habitantes permanentes de la zona de Tongoy fueron de la Cultura El Molle.[nota 1]​ Después siguieron los de la Cultura Aconcagua y los diaguitas y los changos. Los primeros crearon y emplearon durante largos años métodos propios y exclusivos para explotar la riqueza cuprífera y agrícola del sector, y los segundos se dedicaban a labores pesqueras en balsas de cuero de lobos marinos.[3]

En esta región aún se encuentran múltiples yacimientos arqueológicos, en particular la zona de Puerto Aldea, en donde es habitual encontrar restos de alfarería, piedras talladas o puntas de flechas.

Después de la fundación de la ciudad de La Serena, se tienen noticias de alzamientos de los indígenas del sector. Vivían en el sector que atraviesa el estero que desemboca en la Playa Socos, al igual que en los humedales ubicados en el sector de Pachingo.[3]​ Hasta mediados de la década del 1970 era posible encontrar puntas de flecha y otros restos de alfarería indígena; especialmente en las dunas donde actualmente se encuentra Puerto Velero, como también en las contiguas a Playa Grande, en dirección a Puerto Aldea.

Se sabe que durante la época colonial estos terrenos pertenecían a la familia de Aguirre y sus vinculaciones terratenientes de la zona en esta época la Bahía de Tongoy fue lugar de acogida para centenares de pequeños pescadores, corsarios y balleneros, quienes fondeaban en este lugar antes o después de su paso por el puerto de Coquimbo. Al respecto, se menciona a Tongoy en algunas crónicas como:

A mediados del siglo XIX Tongoy adquirió un importancia mayor en la región como puerto minero. Se sabe que en 1835 el capitán de la armada británica Robert Fitz Roy, al mando del HMS Beagle donde viajaba Charles Darwin, levantó un completo plano de la bahía. Si bien Darwin realizó una detallada descripción de las minas del interior de la zona,[4]​ este no describió el poblado de Tongoy en sus crónicas.

En 1839 Tongoy fue habilitado oficialmente como puerto, lo que marcará un periodo de alto crecimiento y desarrollo económico gracias al apogeo de la mina de cobre de Tamaya, ubicada en las cercanías del poblado, en la Cordillera de la Costa y antes del Valle del Limarí. El pueblo creció así como fundición y puerto de embarques de cobre, contando además a partir con un ferrocarril y un puerto propio.

Oficialmente, Tongoy fue creado el 15 de junio de 1859 por decreto presidencial,[2]​ aunque su aniversario sigue celebrándose el 21 de noviembre, haciendo referencia a la inauguración del puerto de Tongoy en 1839.[5]​ Primeramente, Tongoy fue un distrito perteneciente al departamento de Ovalle y alcanzó el rango de comuna en 1891, categoría que mantuvo casi hasta la década de 1930; la decadencia de la minería del cobre y la clausura del ferrocarril que transportaba mineral desde el Tamaya hasta el puerto significó su caída económica y luego administrativa, siendo re-anexada a la comuna de Ovalle en 1931 y luego a la ciudad-puerto de Coquimbo en 1976, como parte de la reforma a la organización territorial de Chile que se realizó en dictadura.

Desde mediados del siglo XX, y debido a su ubicación en una zona de explotación pesquera, el pueblo sufrió los altibajos de dicha actividad hasta que sus playas atrajeron más y más turistas, con lo que se desarrolló un nuevo sector de la economía local. Desde finales del siglo XX una actividad económica creciente es el cultivo y explotación de mariscos, especialmente el ostión, el cual ha diversificado el desarrollo de la zona.

El 21 de noviembre de 1839, por decreto del presidente de Chile José Joaquín Prieto Vial, se le concedió a Tongoy la calidad de puerto habilitado para el comercio.

Artículo 1: Declárese Puerto habilitado el de Tongoy en la Provincia de Coquimbo, departamento de Ovalle.

Al año siguiente, en 1840, ya se inician los embarques regulares de cobre y otros minerales desde la caleta, provenientes de Combarbalá y del Valle del Limarí.

La actividad portuaria de la zona aumentó considerablemente a partir de la década de 1850 cuando José Tomás Urmeneta, un acaudalado industrial y político chileno que había emprendido, entre muchas otras actividades económicas, la explotación de diferentes minas en el Tamaya desde los años 1830, instalara una fundición de cobre en el poblado[6]​; el ingeniero Enrique Barnes (que le dio su nombre a la bahía de la Playa Socos) estuvo a cargo de la construcción[7]​ de esa fundición, la que llegó a procesar más de 1500 toneladas de mineral en la época de su máximo apogeo, hacia 1875[6]​.

La influencia económica de José Tomás Urmeneta fue importante para Tongoy y su desarrollo. Interesado en sacar el mineral de la Cordillera de la Costa hacia el mar de la forma rápida y eficaz, Urmeneta habría conseguido el "privilegio exclusivo para la construcción de un ferrocarril entre Tongoy y Ovalle, con ramales a Tamaya, Cerro Negro y Panulcillo"[6]​. A mediados de 1865 Urmeneta y otros hombres notables constituyeron la Compañía del Ferrocarril de Tongoy, la empresa que construirá e inaugurará en 1867 la línea férrea que traerá el mineral desde el yacimiento de Tamaya hacia el puerto de Tongoy, como lo consigna Francisco Aracena en su libro sobre la industria del cobre, citado por el historiador Ricardo Nazer Ahumada[6]​:

El mineral extraído de Cerrillos-Tamaya tenía la característica de ser de alta ley (gran concentración) por sobre el 18%. Aparte de lo anterior, era muy frecuente la aparición de cobre nativo, es decir, que se encuentra en estado metálico natural; ambos factores permiten llevarlo directamente a fundir sin pasar por el proceso de concentración. A modo de ejemplo, los minerales de cobre explotados en la actualidad rara vez pasan de una concentración del 1,5%.[3]

Otro aporte indirecto de la actividad minera consistió en la llegada de cantidades significativa de pino oregón, como lastre de los barcos en el trayecto de venida, que se usó en, y caracteriza, la construcción y arquitectura de la zona de antes de los años 30 del siglo pasado.

Para la década de 1890, cuando Tongoy fue declarado oficialmente una comuna por decreto presidencial,[2]​ el poblado contaba con un alto nivel de desarrollo. Existía en este una escuela pública para niños y otra escuela para niñas; una oficina del registro civil y de correos; aduana, una capilla católica (existente hasta el día de hoy); y una serie de servicios como restoranes, locales comerciales y hosterías.[8]​ En 1887, el ingeniero Eugenio Château realizó un informe sobre la zona, describiendo a Tongoy de esta manera:

Para fines del siglo XIX, sin embargo, la situación económica y social de Tongoy comenzó a cambiar. Ya a partir de 1875 se vivió una importante baja en los precios del cobre, debido a la emergencia de nuevos productores en otras regiones del mundo. A nivel local y en la misma época, la producción de las minas del Tamaya empezó a disminuir y se auguraba que tendrían, con suerte, para cinco o diez años más de funcionamiento [6]​. Al mismo tiempo, la migración de trabajadores mineros hacia el norte del país y las malas condiciones climáticas que se vivieron en los inviernos de 1887 y de 1888 hicieron que muchas minas se cerraran y que la producción general de la zona empezara lentamente a decaer.

Esto tuvo un repercusión inmediata en el trabajo de la fundición de Tongoy y en el uso del ferrocarril que conectaba el poblado hacia el interior, cuya frecuencia empezó también a disminuir. En 1891, en plena Guerra Civil, partidarios del derrocado presidente José Manuel Balmaceda habrían desarmado varias líneas férreas para detener a los rebeldes, afectando entre otros al ferrocarril Tamaya-Tongoy y dificultando aún más su marcha[6]​.

En 1912 el ferrocarril Tamaya-Tongoy dejó de funcionar definitivamente[2]​, aunque hay registros de que este habría continuado haciendo algunos viajes hasta 1919[9]​; e hecho habría marcado el comienzo del declive de la economía y desarrollo social de Tongoy.

El 10 de noviembre de 1922, a las 22:30 hora local (2:30 del día 11 UTC),[10][11]​ un fuerte terremoto tuvo lugar en Vallenar, en el actual Región de Atacama. Este sismo, que se conoce hoy como el terremoto de Vallenar de 1922, tuvo una magnitud de 8,5 en la escala sismológica de magnitud de momento.[12]​ Se sintió entre las provincias de Antogafasta y Santiago. El terremoto dejó un saldo de 800 muertos. En Vallenar se produjeron grietas de hasta un metro de profundidad. Hubo aproximadamente 500 víctimas en Copiapó. El terremoto también provocó un tsunami que afectó a varias localidades costeras del Norte Chico.

En Caldera, por ejemplo, el tsunami se inició unos 15 minutos después del terremoto, con un máximo de ejecución hasta la altura de 7 m. En Chañaral el tsunami tuvo tres oleadas, la primera alrededor de una hora después del terremoto, el máximo previo fue de 9 m. de altura. Tres aumentos se observaron también en Coquimbo, siendo el último tren de olas el más destructivo, con un máximo de ejecución de 7 m. El tsunami también se observó en Callao, Perú (2,4 m), California (0,2 m 13,0 horas de retraso), Hawái (2,1 m 14,5 horas), Samoa (0,9 m 14,1 horas), Japón (0,3 m ), Taiwán (0,03 m), Nueva Zelanda (0,1 m), Australia (0,2 m) y el Filipinas (0,1 m).

En la ciudad de Coquimbo el daño también fue importante, ya que el mar entró seis veces al pueblo, llevándose veinticuatro víctimas consigo, la mayoría perteneciente a la población La Victoria. Se destruyeron el muelle, el malecón, las bodegas y edificios de The Coquimbo Co, parte de la Aduana y algunos vagones y oficina de ferrocarriles.[13]

En Tongoy el tsunami fue particularmente fuerte, provocando además numerosas víctimas, ya que muchos de ellos dormían. El poblado de Los Vilos, también en la actual Región de Coquimbo, también sufrió el embate del mar.[13]

El declive económico de principios del siglo XX hizo que Tongoy perdiera su estatuto de comuna y volviera a depender administrativamente de la ciudad de Ovalle, a partir de 1929. Desde ese entonces, el poblado se transformó lentamente en una zona preferida por los ovallinos, como Marcelo Bachelet (alcalde de Ovalle y tío abuelo de la Presidenta Michelle Bachelet) Roberto John Barnes, Guillermo Blanc, Enrique y Horacio Álvarez, Hugo Artigues, Ricardo, Antonio y Máximo Corral, Pedro Enrique Alfonso, entre otros; ellos fortalecieron la reurbanización de Tongoy como balneario, adquiriendo terrenos y edificando casas de veraneo en la zona.

En los años 1970, posterior a la creación del refugio estival de Carabineros de Chile, varios oficiales comenzaron a comprar nuevos terrenos en «La Isla», la parte más alta del poblado, y a urbanizarlos para construir allí sus casas de veraneo, lo que generó un nuevo desarrollo en la zona. En esa misma fecha, y por la intervención de un Intendente de la época, se asfaltó el camino entre la Carretera Panamericana (Ruta 5 Panamericana) y el pueblo, y se mejoró el puente de acceso.

El hijo ilustre más importante del pueblo fue el poeta Víctor Domingo Silva, llamado "el poeta nacional", cuya casa, en la cual nació y vivió, se encuentra todavía en pie, frente a la Casa de la Cultura del pueblo. En el sector más alto de la península se extiende un gran parque público con su nombre. Desde este lugar se puede apreciar una muy buena vista de la bahía y de los alrededores.

Según el censo del año 2002, Tongoy tiene una población de 4435 personas (2232 hombres y 2203 mujeres). Sus 1777 viviendas se esparcen en 2,17 km².[14]​ El pueblo se divide en dos partes: «La península» (zona de casas veraniegas, llamada popularmente como «La Isla» o «El Cerro») y el «Pueblo bajo», donde vive la mayoría de sus habitantes permanentes.

Según estimaciones de la delegación municipal, en época estival la población de Tongoy puede crecer hasta en 60 %, alcanzando los 8000 habitantes en los meses de diciembre, enero y febrero.

El 22 de diciembre de 1891, el presidente Jorge Montt en uso de las facultades conferidas por la Ley de Comuna Autónoma creó, por medio del Decreto de creación de municipios, la comuna de Tongoy.

En uso de la facultad que me confiere el artículo 113 de la Constitución Política de la República y los artículos 1.º y 2.º del título 1.º de la Ley de Municipalidades de 22 de diciembre de 1891, y oído el Consejo de Estado,
Decreto:
Art. 1.º Créanse las siguientes Municipalidades:
[...]

Posteriormente, en el año 1931, la comuna fue suprimida y su territorio fue re-incorporado a la comuna de Ovalle.[16]​ Finalmente, producto del proceso de regionalización de finales de los años 1970, Tongoy pasa a integrar la provincia de Elqui, como parte de la comuna de Coquimbo.

En la actualidad la localidad sigue perteneciendo a la comuna de Coquimbo, y es administrada bajo la forma de una delegación municipal, aunque las aspiraciones de crecimiento e independencia siguen presentes en la población[17][18]​.

En enero de 2006, y pocos días después que la entonces subsecretaria de Desarrollo Regional, Adriana Delpiano, señalara que «no veía con malos ojos a Tongoy como comuna»,[cita requerida] el gobierno del presidente Ricardo Lagos anunció el envío de un proyecto de ley que crearía la comuna de Tongoy, con el fin de darle autonomía y separarla administrativamente de la comuna de Coquimbo.[19]​ A pesar del anuncio, la idea no prosperó, principalmente por la oposición de la Municipalidad de Coquimbo. En 2014, la agrupación ciudadana Borde Costero Sur comenzó a organizarse para exigir que se re-evaluara el proyecto;[20]​ en junio de ese año, y junto con otras organizaciones locales, lanzó una consulta que tuvo como resultado 1868 votos a favor de que Tongoy sea comuna y solo 40 en contra.[21]

El 16 de septiembre de 2015 un nuevo terremoto y maremoto afectó duramente la zona de Tongoy. El terremoto, conocido como terremoto de Canela, tuvo una magnitud de 8,4 en la escala sismológica de magnitud de momento. El movimiento telúrico provocó un tsunami que destruyó parte importante del centro de Tongoy y la playa Socos.[22]​ En su visita a terreno, la Presidenta Bachelet tuvo que hacer frente a las críticas de los vecinos, quienes exigieron nuevamente la re-designación de Tongoy como comuna independiente.[23]​ El Gobierno prometió que se estudiaría el caso.

Finalmente, en 2017, el Concejo Municipal de Coquimbo rechazó la propuesta hecha por la Subsecretaría de Desarrollo Regional, por considerar que esta carecía de antecedentes y sustento técnico para tomar una decisión coherente con el desarrollo de los habitantes de las localidades involucradas.[24][25]

El sector tiene pocos cursos de aguas y se encuentra ubicado en una zona semidesértica. Estas condiciones no obstan para la existencia al sur de la Playa Grande, de varios humedales, ricos en fauna y flora. Estos mantos acuíferos se encuentran protegidos por la Convención de Ramsar y son la principal riqueza ecológica de la zona.[26]​ Un estudio de la Universidad de La Serena informó que en cuanto a la flora, existe cerca de 63 especies, de las cuales 17 son nativas y 19 endémicas de la zona. En cuanto a la fauna, en dicho estudio fueron detectadas 173 especies, siendo 15 de ellas endémicas (8 nativas y 5 introducidas), encontrándose las siguientes:[27]

Respecto al estado de conservación el estudio informó que cuatro especies aparecen en peligro de extinción, once en estado vulnerable, una en la categoría rara, dos inadecuadamente conocida, cinco no definidas y cinco consideradas dañinas. Su valor más importante está determinado por ser una zona de migración de diferentes especies, en especial de chorlos y playeros. En la primavera austral, dependiendo de diversos factores ecológicos, en la región puede observarse el fenómeno del desierto florido, en particular en la zona costera de Playa Grande.[27]

Tongoy y sus alrededores tienen una variada actividad económica que se centran en dos principales áreas: el turismo y el cultivo de ostión del Norte.

Desde mediados del siglo XX Tongoy se convirtió en un popular balneario y desde 1955 en adelante se urbanizó la península con bellas casas, parques y canchas de tenis. El correspondiente plano de loteo (proyecto legal de subdivisión de un predio) se originó en Ovalle, comuna a la que entonces pertenecía, considerado un balneario «propio» en la comunidad ovallina. Este impulso se explicó por la existencia de buenas playas y de ser una zona de excelente clima. Tongoy es especialmente concurrido en el verano austral (diciembre, enero y febrero) por habitantes de las ciudades cercanas (La Serena, Coquimbo y Ovalle) y también de la capital, Santiago, distante a unas cuatro horas de viaje por autopista. Otra «colonia» numerosa de veraneantes proviene de la vecina Argentina, especialmente de las provincias de San Juan y Mendoza. Las Fiestas Patrias, Semana Santa y alguna otra efeméride regional también encuentran a Tongoy colmado de visitantes.

En la década de 1970 se construyeron balnearios institucionales para Carabineros de Chile y la Fuerza Aérea de Chile. En la misma época, gracias a la intervención de la Dirección de Obras de la Municipalidad de Coquimbo, se logró mejorar el aspecto de algunas calles mediante el uso de empedrado, de aspecto natural y cálido, en contra de la costumbre de pavimentar con hormigón de cemento. El pueblo cuenta con una variada estructura hotelera, incluyendo a un par de tradicionales hoteles, y una gran cantidad de hosterías establecidas y la posibilidad de hospedarse en casas y habitaciones particulares. La creación del centro turístico de Puerto Velero en la cabecera oeste de la playa Socos durante la década de 1990 trajo consigo otra gran cantidad de turistas, al igual que otras instalaciones de la misma naturaleza.

La gastronomía también compone una parte importante de la economía, especialmente por ser Tongoy el principal centro productor de ostión en Chile. Una cantidad importante de restaurantes se encuentra ubicada en la entrada de la Playa Grande. El equipamiento comercial local —más una típica «feria» dos veces a la semana— provee a los veraneantes de todo lo que necesitan para su estadía. Esta tradicional feria estuvo por años ubicada a lo largo de la playa grande, pero con el correr de los años, debido al crecimiento del pueblo, se trasladó a una de sus principales calles de acceso.

Pese a que nació como puerto de embarque de minerales, las favorables condiciones naturales de la zona la convirtieron con el tiempo en una caleta pesquera, que sobrevivió el declive de la actividad minera. La actividad nunca tomó características industriales por encontrarse ubicada en las cercanías de un gran puerto como el de Coquimbo, aunque en años recientes los pescadores artesanales de Tongoy y Puerto Aldea han contado con un sustantivo apoyo del estado para el desarrollo de sus labores, tales como la construcción de muelles fiscales de mayor envergadura.[28]

En 1982 se instaló un laboratorio-empresa de biología marina dependiente de la Fundación Chile, con el objeto de comercializar el ostión del Norte y favorecer su cultivo en campos marinos. Este proyecto -que reestructuró la economía local- contó con el apoyo de la asociación de pescadores locales y se instituyó una empresa ad hoc.[29]​ Esta apuesta económica rindió sus frutos, puesto que la localidad se concentró en el cultivo, producción y exportación del marisco, convirtiéndose con el tiempo en una gran fuente de trabajo. Además otra actividad similar sucedió con la explotación del lenguado (Paralichthys adspersus) y el turbot en pescados.

El sector agroindustrial se concentra en la Hacienda El Tangue (250 habitantes), próxima a la localidad de Puerto Aldea (50 habitantes). En el sector se encuentra un faro, un nuevo muelle para los pescadores artesanales del lugar, y se fabrican excelentes quesos de cabra.[7]

Son lugares dignos de mención para una visita:



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