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Crónica albeldense



La Crónica albeldense (Chronicon Albeldense o Codex Conciliorum Albeldensis seu Vigilanus), también se le llama Cronicón Emilianense,[1]​ es un manuscrito anónimo redactado en latín y finalizado en el 883. Fue realizado por el monje Vigila o Vela, así como por sus discípulos Sarracino y García. [2][3]

Junto con la Crónica rotense y la sebastianense, es también referida como las crónicas alfonsinas. La tesis aceptada por la mayoría de los autores, es que la crónica Albeldense sería la redactada en primer lugar, por lo que la Rotense y la Sebastianense serían posteriores. La redacción de esta Crónica es de un estilo muy sencillo y factual. El corpus de la obra se terminaría en el año 881. Más tarde se le añadirían dos grandes párrafos referidos a los años 882 y 883. En noviembre del 883 se incluye otro párrafo más y la Crónica Profética.

La Albeldense tiene un propósito enciclopédico. Contiene datos muy breves de historia universal en la que se integra la Historia de España desde tiempos bíblicos hasta el reinado de Alfonso III.

El nombre de Albeldense le viene del códice del monasterio de San Martín de Albelda en Albelda de Iregua, La Rioja, copiado y continuado por el monje Vigila hasta el año 976. De ahí el nombre de Códice vigilano (Codex Conciliorum Albeldensis seu Vigilanus).[4]

Entre otras informaciones útiles, el Códice vigilano contiene la primera mención y representación de los números arábigos (excepto el cero) en occidente.[5]

La Crónica albeldense no recoge información exclusiva de España, sino que su contribución es mucho más amplia, aportando referencias históricas y geográficas sobre el resto del mundo (Roma...).

Además de su aspecto histórico, más conocido, también es una importante fuente de datos geográficos sobre España (montañas, ríos...) y culturales (léxico...).[6]​ Esta crónica se escribe en el momento de transición entre la España visigótica, reducida a su mínima expresión tras la invasión musulmana del año 711, y una nueva Hispania cristiano-astur[7]​ nacida de la Reconquista.

En un formato de crónica histórica, relata pasajes de la historia antigua y de Hispania y supone una de las escasas fuentes conservadas de estudio del periodo final de la monarquía hispanovisigoda, la invasión y asentamiento del poder Omeya en la península, y la génesis del Reino de Asturias.

Se cree que fue confeccionada por un eclesiástico llamado Dulcidius o Dulcidio, con supervisión directa del propio rey. Por ello, tiene el sesgo goticista propio de las últimas décadas del Reino de Asturias.

Comienza narrando la historia de Roma, pasa por los reyes visigodos y, por último, habla de los reyes asturianos, desde Pelayo hasta Alfonso III.

El pasaje más importante para la historia de la Reconquista es un breve relato de la epopeya de Don Pelayo. Es considerado como el texto más puro y cerca de la realidad histórica a la que posteriormente se añadiría la Leyenda de Covadonga en las crónicas alfonsinas. En esta version primitiva, que no ha sufrido interpolaciones, Pelayo se oculta en una cueva del Monte Auseva (Picos de Europa) y es perseguido por Al Qama hasta el valle de Liébana (Cantabria) donde tiene lugar la contienda final.

"Pelagio, hijo de Veremundo, sobrino de Roderico, rey toledano. Fue el primero que vino a los montes de Asturias, y se ocultó en la cueva de Ánseba...

El primero que reinó en Asturias, fue Pelagio, que residió en Canicas diecinueve años. Expulsado de Toleto por el rey Vitiza, entró en Asturias después que los sarracenos ocuparon a Spania. Reinando Juzeph en Córdoba, y Mounuza en la ciudad de Gegio. Pelagio se rebeló antes que otro alguno en Asturias. Destruyó a los Ismaelitas, quedó muerto su general Alcamano (Al Qama), y prisionero el obispo Opa. Por último, Mounuza también perdió la vida, y el pueblo cristiano recobró la libertad. Los que del ejército sarraceno escaparon de la espada, fueron por juicio de Dios oprimidos y sepultados por el monte Liébana, y el reino de los astures quedó erigido por la divina Providencia. Murió el referido Pelagio en el lugar de Canicas en la Era 775".



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