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Crucero (viaje)



Un crucero es un tipo de barco de pasajeros para realizar viajes de placer, cuando el viaje en sí, los servicios del barco, y a veces los diferentes destinos en el camino (es decir, puertos de escala), son parte de la experiencia. El transporte no es solo el propósito del crucero, particularmente en cruceros que devuelve a los pasajeros a su puerto original (conocido como «cruceros de circuito cerrado»). En «cruceros a ninguna parte» o «viajes en ninguna parte», el barco hace tours de 2-3 noches sin ningún puerto de escala.[1]

Por el contrario, transatlánticos orientados al transporte hacen viajes en línea y normalmente transportan pasajeros de un punto a otro, en lugar de hacerlo en viajes de ida y vuelta. Tradicionalmente, un transatlántico para un viaje transoceánico será construido a un estándar más alto que un crucero típico, incluyendo mayor francobordo y placas más fuertes para resistir los mares agitados y las condiciones adversas que se encuentran en el océano abierto, como el Atlántico Norte. Los transatlánticos también suelen tener mayores capacidades para combustible, alimentos y otras tiendas para el consumo en viajes largos, en comparación con los cruceros dedicados, pero pocos siguen existiendo, como varios transatlánticos preservados incluyendo el Queen Mary 2, que hace los viajes programados del Atlántico Norte.

La distinción entre los transatlánticos y los cruceros se ha difuminado, particularmente con respecto al despliegue, aunque las diferencias en la construcción permanecen. Los cruceros más grandes también se han embarcado en viajes más largos, como los viajes transoceánicos que pueden no regresar al mismo puerto durante meses (o viajes de ida y vuelta más largos).[2]​ Algunos antiguos transatlánticos operan como cruceros, como MS Marco Polo, aunque este número está disminuyendo. El único buque dedicado en operación como transatlántico es el RMS Queen Mary 2 de la línea Cunard. Ella también tiene las comodidades de los cruceros contemporáneos y ve un servicio significativo en cruceros.[3]

En la actualidad, los cruceros están considerados como una de las fuentes de turismo más emergentes, contando con una cifras anuales aproximadas de 16 millones de pasajeros, de los cuales cerca de 4 millones son solteros o parejas solteras. No obstante, este crecimiento se ve reflejado no solo en el número de pasajeros, sino en todos los empleos directos e indirectos que generan. Como consecuencia de ello, se está produciendo un perfeccionamiento estructural de alta calidad para mejorar la gestión, el mantenimiento y el diseño de los puertos de navegación actuales y los de nueva construcción.

El volumen mediático está tomando mucha fuerza a nivel mundial y todas las compañías intentan ofrecer productos y servicios de última generación para atraer a futuros pasajeros: suites de gran tamaño, césped natural, zona de surf, escalada, centros acuáticos, simuladores de carreras de Fórmula 1, etc. Naturalmente, aquellas compañías que disponen de yates ofrecen otro tipo de incentivos más exclusivos debido a varios factores, como el tamaño, la localización o el itinerario.

Cuando en 1835 apareció el primer anuncio de crucero en el periódico Shetland Journal para visitar Escocia, Islandia y las Islas Feroe, nadie presagiaba un éxito de tal magnitud en el siglo XIX. La primera compañía en salir al mercado se creó en 1837 en Stromness por Arthur Anderson y Brodie Wilcox con el nombre Peninsular Steam Navigation Company, que más tarde se convirtió en P&O Cruises.

Naturalmente, esta iniciativa llamó la atención de grandes inversionistas, y en 1840 Samuel Cunard fundó la Cunard Line para viajes transatlánticos desde Liverpool hasta Halifax, Nueva Escocia, Canadá. Una de las grandes hazañas de la ingeniería naval y, quizás, el gran éxito en estos años fue la botadura en 1912 del Titanic, hundido en su quinto día de viaje al chocar con un iceberg. Un año antes había realizado su viaje inaugural su gemelo (algo menor), el Olympic.

A partir de 1920 se convirtió en un «deber» para las clases sociales altas, y se consideró el viaje de moda, que dotó de una identidad propia al crucero como símbolo de relajación, exclusividad, entretenimiento y calidad.

Hacia 1930 y ya expuesto en cualquier medio de comunicación, el crucero comenzó a ser una llamada a la "revolución social". Era una forma alternativa de disfrutar de ciertas comodidades y privilegios restringidos en tierra, ya que a unas millas náuticas los pasajeros se encontraban fuera en aguas internacionales.

Esto marcó el inicio de una nueva generación de barcos más lujosos, en los que la premisa esencial era ser más grandes, tener mayor capacidad, ofrecer más calidad, aportar más confort y obedecer al sentido del glamour. Los grandes países como Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña y Francia competían por ser los más fuertes del mercado y ser el referente mundial. Entre ellos destacó el RMS Queen Mary, construido en 1948, que ahora se encuentra como hotel flotante en Long Beach, California, EE. UU.

El mayor ingenio de la época fue la botadura del SS United States, capaz de alcanzar velocidades superiores a los 35 nudos. Desde 1967 se encuentra en un muelle de Filadelfia, propiedad de Norwegian Cruise Line. En esa batalla por ser el más innovador y el más rápido, la compañía americana Furness Withy & Company Ltd consiguió construir el primer buque llamado Ocean Monarch (después de la Segunda Guerra Mundial). Hizo su inauguración oficial en 1951 en el trayecto entre Nueva York y Bermudas.

Como es lógico, el auge y la competitividad de las navieras prometía un futuro muy esperanzador. Tanto es así que en 1960 ya estaban registradas alrededor de 100 compañías de pasajeros. Ya no estaba enmarcado dentro de los productos turísticos de lujo sino más estándar, y llegó a ser en ocasiones más económico cruzar el Atlántico en barco que en avión de línea regular. En 1962 más de 1 millón de personas habían cruzado el Atlántico Norte. Uno de los barcos con más solera en el panorama internacional es el SS Oceanic, ahora llamado sólo Oceanic, construido en 1963 por Home Lines. Este buque es, en muchos aspectos, el padre de los buques de crucero modernos, dado su revolucionario diseño.

Cunard Line, llamada entonces Cunard White Star Line, la naviera más avanzada de la época, sacó en 1967 de la navegación marítima al RMS Queen Mary y al RMS Queen Elizabeth (hasta entonces el más grande del mundo, luego de que se incendiara y hundiera, y fuese desguazado posteriormente, el France fue el barco de mayor tamaño hasta que ese título le fue arrebatado por el RMS Queen Mary 2). Sin embargo, tenían preparada otra joya: el RMS Queen Elizabeth 2, sacado a la luz en 1968. A partir del 27 de noviembre del 2008 quedará como hotel flotante en Dubái. Otro de los mitos de los mares es el  Pacific Princess, construido en 1971 y famoso por la serie de televisión The Love Boat (El Crucero del Amor, en Hispanoamérica; Vacaciones en el mar, en España).

En los años setenta, el negocio del crucero sufrió un descenso considerable debido a la irrupción de los esbeltos Boeing 747. Evidentemente, las navieras buscaron una solución inmediata a esta recesión con el fin de atraer nuevamente a clientes. La nueva estrategia se basó en itinerarios más paradisíacos y de gran valor cultural: el Mar Caribe. Este fue, sin duda, el inicio de una nueva era moderna en la industria de los cruceros. El concepto de crucero marchaba hacia la especialización gracias a la renovación de flotas, con barcos más pequeños capaces de atracar en puertos más pequeños e islas inaccesibles. La estrategia no eran los transatlánticos, sino acaparar un mercado más cercano y capaz de viajar más veces, tanto a las islas del Mar Caribe como a México y Alaska, entre otros.

A lo largo de los años, el concepto general de crucero no ha cambiado demasiado. Sin embargo, de ser en un principio un viaje destinado únicamente a un sector con gran poder adquisitivo, hoy en día existen cerca de 280 navieras (marítimas y fluviales) que ofrecen casi 30 000 cruceros a unos 2000 destinos, ofreciendo una variedad muy amplia de itinerarios, barcos, tarifas, etc. capaces de adaptarse a las necesidades de cada pasajero o futuro crucerista.

No obstante, cada compañía se ha ido adaptando de forma específica a un tipo de público, lo cual permite abarcar desde cruceros de lujo hasta cruceros fluviales.

Esto ha «provocado» que la media de edad haya sufrido un descenso considerable y hoy en día se encuentre en torno a los 40-45 años. No obstante, cada compañía busca un perfil de cliente, con lo que esa media puede variar desde 60-65 años a los 30-35 años. En esta estadística influye principalmente el tipo de destino, la categoría del barco, las instalaciones y el precio. Aunque la política de crecimiento del negocio de cruceros es muy fuerte, las navieras han comenzado a producir nuevas estrategias de marketing destinadas a fomentar aspectos como el relax, la innovación, la asistencia personalizada, más entretenimiento, barcos más grandes, cines, bibliotecas, más atenciones a bordo, etc.

Naturalmente, los cruceros de lujo son algo excepcional fuera de lo común, en los que se pueden encontrar extras como el golf, gastronomía o círculos de expertos.

Un crucero por el río es un viaje a lo largo de vías navegables interiores, que a menudo se detiene en varios puertos a lo largo del camino. Dado que las ciudades y pueblos a menudo crecieron alrededor de los ríos, los cruceros fluviales a menudo atracan en el centro de las ciudades y pueblos.[4]

Cruceros de un día por el de río son excursiones de un día que van desde 30 minutos hasta un día completo. Pueden ser de barcos que transportan tan solo 10 personas a miles. Dicho crucero se basa típicamente en una ciudad con un río que fluye a través del centro (por ejemplo, Ámsterdam, Bangkok, Londres, París, Buenos Aires) o un área de belleza natural, como en el río Hudson, Rin,[5]Támesis[6]​ o el Amazonas,

Esta es una lista de cruceros pasado y presente, que son barcos de pasajeros dedicados principalmente a viajes de recreo. Los buques diseñados principalmente para el transporte de pasajeros y mercancías en viajes transoceánicos se presentan en la página «Transatlántico». Algunos barcos que han sido diseñados explícitamente para viajes en línea y cruceros, o que han sido convertidos de buques de línea a cruceros, se pueden enumerar en ambos lugares. La tendencia actual pasa por barcos de una gran envergadura y unas prestaciones excepcionales.

AIDA Cruises

Carnival Cruise Line

Celebrity Cruises

Costa Cruceros

Cunard Line

Disney Cruise Line

Holland America Line

Iles du Ponant

MSC Cruceros

Norwegian Cruise Line

Oceania Cruises

Princess Cruises

P&O Cruises

Royal Caribbean International

Sea Cloud Cruises

Silversea Cruises

Star Clippers

The Yachts of Seabourn

El mercado de la construcción de cruceros está dominado por dos compañías europeas y una compañía asiática:

Un gran número de cruceros han sido construidos por otros astilleros, pero ningún otro astillero individual ha alcanzado la gran cantidad de barcos construidos logrados por los cuatro de arriba.

En total, más de 42 barcos nuevos hasta el año 2015, lo que marca una tendencia creciente y de grandes expectativas entre las navieras. La construcción de dichos «resorts flotantes» se lleva a cabo en unos 2 años, muy lejos de los 5 que se tardaban a principios de los años 50 (excepto los yates). Su capacidad puede varias entre 30-6700 pasajeros, sin incluir la tripulación y oficiales aunque se prentenden crear auténticas «ciudades flotantes» con hasta casi 10.000 personas.

No obstante, se comienzan a diferenciar dos tipos de barcos:[7]

A pesar de que existen cerca de 280 compañías marítimas y fluviales, hay 10 que mantienen la hegemonía mundial:

En el listado de compañías navieras reconocidas mundialmente como las más influyentes, se pueden destacar igualmente:

Gama Media

Gama Alta

Gama Lujo

Veleros

Fluviales

Las compañías Aranui y Hurtigruten son realmente particulares dado que están catalogadas entre ferry/crucero. Realizan viajes que llegan a lugares de excepcional valor turístico y cultural, pero a la vez sirven de medio de transporte y de mercancías. Tanto los veleros como los barcos dedicados a los cruceros fluviales cuentan con instalaciones y servicios (especialmente los fluviales) mucho más reducidos que los cruceros marítimos, siendo experiencias diferentes.

Entre los más de 2.000 destinos existentes, estos se podrían clasificar según su situación geográfica y lugares de visita:

África

América

Antártida

Asia

Canal de Panamá

Europa

Groenlandia

Oceanía

Pacífico

América

Asia

Australia

Egipto

Europa



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