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Economía de El Salvador



US$ 4.497 dólares
(Nominal - 2019) (Fuente: FMI)[1]

La economía de El Salvador hace referencia a todo proceso de producción, intercambio, distribución , consumo de bienes y servicios en la República de El Salvador en América Central. La economía salvadoreña ha experimentado un gran desarrollo industrial en los últimos años siendo el cuarto país de América Central con el índice más alto de desarrollo humano después de Costa Rica , Panamá y Belice, concentrándose el mayor desarrollo en su capital San Salvador. Es la décima séptima economía de América Latina en términos de Producto Interno Bruto (PIB) nominal,[10]​ y la décima sexta en cuanto al PIB a precios de Paridad de Poder Adquisitivo (PPA).[11]​ El Salvador posee una renta per cápita de 4 498 PIB per cápita Nominal y 9 257 PIB per cápita PPA según estimaciones del FMI para el 2018.[12]

El ente gubernamental encargado de todo aquello a lo que se hace referencia con economía de El Salvador es el Ministerio de Economía. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los libros publicados por la CIA, la economía de El Salvador está ubicada con respecto a Centroamérica en el cuarto lugar después de Guatemala, Costa Rica y Panamá.[13]​ El país se vio afectado por recesión mundial el 2009 y su PIB sufrió una retracción de 3,5% aquel año, pero la recuperación se inició en 2010, gracias al crecimiento de las exportaciones y a las remesas desde el exterior.[8]

Aunque según cifras recientes del Banco Mundial (1 de julio de 2009), la economía salvadoreña es la cuarta en la región centroamericana desplazada por el rápido crecimiento de la economía de Panamá.[14]​ El Salvador fue el primer país a ratificar el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana el 2006. El tratado, conocido como DR-CAFTA impulsó las exportaciones de alimentos, azúcar y etanol, y apoyó la inversión en el sector de manufactura de ropas.[8]

El Salvador buscó promover un ambiente favorable al libre comercio y a las inversiones se les realizó un proceso de privatizaciones que se extendió a las telecomunicaciones, generación de electricidad, bancos y fondos de pensión.[8]

Durante la colonia la economía del territorio que en la actualidad es El Salvador y hasta mediados del siglo XX El Salvador tuvo como principal característica la dependencia a los productos agropecuarios sobre todo los referente a la exportación.

Desde la conquista las provincias cuyo territorio forma actualmente El Salvador y posteriormente con la independencia y la unificación de la Alcaldía Mayor de Sonsonate y la Intendencia de San Salvador en la nación salvadoreña la cual estaba unida y posteriormente separada de la Federación Centroaméricana; la economía giraba alrededor del cultivo de cacao, añil, café, algodón, entre otros. Entre todos los cultivos el más relevante en la parte económica y social fue el café, el cual se convirtió en la principal fuente de ingresos de los salvadoreños.

Durante la época precolombina el cacao estaba difundido entre las naciones indígenas utilizado como moneda de intercambio y el chocolate era una bebida tomada únicamente por las personas importantes de la población. El consumo del chocolate se difundió por Europa, con su introducción el cacao se convirtió en un producto comercial invaluable para los españoles. Se estima que en el año 1574, la producción anual de este cultivo ascendía a los 300.000 reales; once años después dicho valor se había incrementado a más de 500.000 reales.

A pesar del auge que tuvo el cacao, en 1585 la producción de este cultivo había comenzado a decaer, principalmente por la disminución de la calidad terrenal debido a la alta demanda y falta de cuidado. Mucha de la producción terminó moviendose al norte de Sur America.

Además del cacao, los españoles vieron en la recolección del bálsamo una forma de asegurar sus intereses comerciales, ya que el bálsamo era utilizado en Europa para fines medicinales, como base para perfumes y por la Iglesia católica en la elaboración del Crisma. Al igual que el cacao, el proceso de extracción del bálsamo quedó en manos de los indígenas quienes utilizaban el fuego como medio para extraer el bálsamo. Tales técnicas resultaban destructivas y provocaban reducciones de las reservas de los árboles de bálsamo, este fue el principal motivo por eso el bálsamo nunca se convirtió en un soporte económico para las provincias españolas en lo que hoy es El Salvador.

En El Salvador el cultivo del añil constituía una actividad productiva efectuada por trabajadores de origen mulato, en tanto que la producción del bálsamo y el cacao había quedado en su mayoría en la mano de obra de la comunidad indígena. El cultivo de añil se convertiría en el producto primordial de exportación y en la base económica de las familias, gracias a la demanda mundial de tintes naturales. A principios del siglo XVII, se envió un aproximado de 500,000 libras del añil de Centroamérica a Europa, esta cantidad se duplicó repetidamente dentro del siglo XVII. La producción añilera siguió creciendo, tanto así que las exportaciones de añil en 1855 representaban el 86.30% de total de El Salvador.[16]

A nivel internacional el precio del añil experimentó aumentos desde finales de la década de 1840 hasta el año 1868, año a partir del cual su precio empezó a disminuir. Debido a la guerra y a los desastres naturales los productores perdieron parte de los años en que el añil era cotizado a precios altos, pero al lograrse condiciones estables la producción del añil incrementó nuevamente, oscilando entre 1 y 2 millones de libras. Sin embargo, el descubrimiento de los primeros colorantes sintéticos a mitad del siglo XIX obligó a los productores de añil a abandonarlo lentamente, dando paso al cultivo del café.[17]

Durante la década de 1840s hubo intentos de exportar otros productos agrícolas entre los que figuraba el algodón, lo cual fracaso por no tener las condiciones económicas adecuadas. Los esfuerzos del gobierno por aumentar la producción de algodón fueron insuficientes, pues para 1858 solo el departamento de Usulután era el que producía una pequeña cantidad de algodón. Debido a la escasez de algodón para alimentar los telares, el precio del algodón comenzó a aumentar y los precios del añil disminuyeron, lo que incentivó a los productores salvadoreños a sembrar algodón, convirtiéndose de pronto en el negocio más llamativo; para 1863 se exportó algodón por primera vez y ya se tenían cálculos de la cantidad de hectáreas que se sembrarían en 1864.

En un inicio el algodón debía enviarse a Nicaragua para procesarlo posteriormente las empresas inglesas introdujeron todos los instrumentos necesarios para procesar el algodón en el país antes de exportarlo, creciendo de esta manera el interés por cultivar la fibra. La producción algodonera comenzó a descender en 1866, pero a pesar de eso seguía cultivándose en 1868. Además el entorno ecológico de la zona costera salvadoreña dificultaba el cultivo, debido a las plagas. Hubo que esperar que se crearan insecticidas efectivos hasta el siglo XX para retomar el cultivo del algodón en gran escala. La bonanza del algodón duró corto tiempo, pero permitió vislumbrar los cambios que sufrió la economía salvadoreña a mediados del siglo XIX.

En El Salvador a fines del siglo XIX (1870-1900), el cambio económico más importante fue el desarrollo de nuevas actividades productivas en el área rural, tales como la minería y el café. De estos productos, el café fue el producto de exportación de mayor crecimiento y el que más ganancias generó para los productores, beneficiadores y comerciantes. El Salvador desde los tiempos coloniales había producido café, pero no en cantidades suficientes para suplir la demanda local. La posibilidad de exportar este producto se observó hasta finales de la década de 1840. En este mismo año, la producción de café se volvía más atractiva porque los precios del añil se encontraban en un punto bajo inexplorado hasta entonces.

Entre 1860 y 1880 el cultivo del café tomó un impulso mucho mayor y durante los años de 1864 y 1881 las exportaciones se multiplicaron extraordinariamente. Hacia fines del siglo XIX y principios del siglo XX, en El Salvador existían grandes beneficios que procesaban el café; así como exportadores de café con conexiones en Europa y Estados Unidos quienes se encargaban de la distribución y el transporte.El salvador tuvo su caída del café en los años 1929 por la misma crisis económica que sufrió Estados Unidos.

Después de la II Guerra Mundial, El Salvador experimentó un largo periodo de crecimiento económico sostenido, que en los años sesenta se benefició del Mercado Común Centroamericano.

En la década siguiente, la economía salvadoreña sufrió los efectos de (F) la recesión mundial y del descenso de los precios internacionales de las materias primas, con el agravante de las adversas condiciones climáticas. Desde finales de los años setenta y hasta mediados de los ochenta, El Salvador sufrió un continuo retroceso del PIB a consecuencia de la caída de los ingresos por exportación y por comercio intrarregional y la guerra civil.

El conflicto resultó devastador para el país, ya que se vieron seriamente afectadas zonas agrícolas, carreteras e instalaciones energéticas. La guerra también provocó pérdidas equivalentes a la mitad del PIB, junto con una fuga de capitales al exterior y la caída de la inversión extranjera. La firma de los acuerdos de paz a inicios de 1992 supuso un importante impulso a la recuperación económica, que se benefició de la puesta en marcha de un plan nacional de reconstrucción acompañado de reformas económicas, como un programa de privatizaciones y una serie de reformas fiscales.

Estas medidas, que contaron con el apoyo del Fondo Monetario Internacional, permitieron reducir la inflación y aumentar las exportaciones. Sin embargo, el buen ritmo del crecimiento económico se vio frenado en 1998 por los efectos del huracán Mitch, que destruyó cosechas y afectó a las infraestructuras. Aun así, las consecuencias del huracán no fueron tan graves como en los estados vecinos y El Salvador se situaba a finales de 2000 en el grupo de países de ingresos medios, aunque su estructura económica continuaba siendo la tradicional de un país en vías de desarrollo de la zona centroamericana. Sin embargo, el violento terremoto (7,8 grados) que asoló gran parte del país en enero de 2001 dejando un rastro de miles de damnificados, destrucción de edificios, infraestructuras y empresas, determinó la ralentización del crecimiento económico previsto.

En 2015, El Salvador cuenta con unos 160 multimillonarios, cuya riqueza combinada asciende a 21.000 millones de dólares, lo que equivale al 87% del PIB del país. Según Oxfam, un nivel de desigualdad tan elevado frena el desarrollo del país y perpetúa la pobreza. La carga tributaria de El Salvador apenas llega al 15% del PIB y el sistema impositivo es altamente regresivo, pues el 65% de los ingresos provienen de impuestos indirectos (IVA) y el 35 restante de impuestos directos.[18]

En la actualidad, la economía salvadoreña tiene una estructura mixta, con inversión en los sectores de servicio, industria y agrícola.

En el sector agrícola, las productos mas exportados son el café, el azúcar, atún, harina de maíz, melaza de caña, quesos y miel. en el 2017, el sector agrícola representaba el 5.8% del PIB (2017). sin embargo el sector emplea al 18.6% de la población económicamente activa del país, y es responsable de poco más del 18% del valor de las exportaciones.[19][20]

El sector industrial ha crecido en los años, principalmente productos metálicos, productos alimenticios, productos químicos, insumos médicos y componentes electrónicos como microchips y condensadores eléctricos, la industria farmacéutica es uno de los principales sectores y con mayores crecimientos en El Salvador, ya que desde el 2011, el crecimiento de la industria farmacéutica ha sido del 55%, así mismo, El Salvador produce dispositivos médicos.[21][22]

La fabricación de microchips y micro condensadores ha incrementado con los años, en el primer mes del año 2021, los chips y prenda de vestir eran las productos mas vendidos junto los productos agrícolas, la fabricación y exportación de chips son clave para sectores como la industria automotriz, la producción de consolas para videojuegos e incluso para las fábricas de computadoras y celulares, en la actualidad tienen alta demanda, en El Salvador hay varias empresas de alta tecnología operando en el país[23][24][25][26]

Las remesas familiares que están en el sector de servicio, representa gran parte de la economía salvadoreña, representando la principal fuente de divisas de El Salvador, el turismo en los últimos años ha tenido un crecimiento económico acelerado y en la actualidad es la segunda fuente de divisas de El Salvador.[27][28]

El Salvador operan varias empresas multinacionales y transnacionales, y se encuentran: 3M, Nike, American International Group, Caterpillar, Chevron, Cisco Systems, Coca Cola, General Electric, The Home Depot, Intel, IBM, Johnson & Johnson, United Health, Merck KGaA, Pfizer, Citibank, Kimberly-Clark y Monsanto.[29]

Según su tamaño, la economía salvadoreña es la décima sexta economía de América Latina con un PIB de 27 mil millones de dólares. Si se divide el PIB por la cantidad de población que tiene El Salvador (más de 6 millones de habitantes), el resultado sale de 4 126 dolares de riqueza promedio por cada salvadoreño.

Fuente: Fondo Monetario Internacional FMI[30][31][32]​ (2020)

En 2018, El Salvador produjo 7 millones de toneladas de caña de azúcar, siendo fuertemente dependiente de este producto. Además de la caña de azúcar, el país produjo 685 mil toneladas de maíz, 119 mil toneladas de coco, 109 mil toneladas de sorgo, 93 mil toneladas de frijoles, 80 mil toneladas de café, 64 mil toneladas de naranja, además de menores rendimientos de otros productos agrícolas como sandía, yautia, manzana, mandioca, mango, plátano, arroz etc.[33]

La actividad agropecuaria todavía representaba el sector principal en cuanto a empleo en El Salvador y aporta una parte importante de las exportaciones del país. La producción agraria sigue muy caracterizada por un dualismo muy acusado entre los cultivos comerciales y los de subsistencia. En régimen de latifundio se cultivan los productos de exportación, fundamentalmente café y algodón, así como maíz; en los minifundios, de tamaño reducido e insuficiente productividad, las familias campesinas cultivan maíz, arroz, trigo y judías, todo ello destinado al consumo interior.

En época de cosecha, familias enteras de trabajadores del campo se trasladan a las zonas cafetaleras o algodoneras para obtener pequeños ingresos con los que completar sus necesidades de subsistencia. Ahora se persigue una nueva redistribución de las tierras.

A pesar de la gran superficie de prados y pastos, la ganadería tiene una importancia relativa. Destaca la cabaña bovina, la más numerosa, seguida de la porcina y la ovina. Mayor fortuna ha tenido el desarrollo del sector pesquero, gracias al establecimiento de pesquerías comerciales financiadas por el Banco Interamericano de desarrollo (BID). Parte de la producción de este sector, sobre todo crustáceos, se destina a la exportación.

Desde mediados del siglo XX, el proceso de industrialización del país centroamericano fue impulsado según el modelo de "sustitución de importaciones", es decir, producir en el propio país los productos que de otra manera tienen que ser importados. Los resultados iniciales fueron notables, a pesar de lo limitado del mercado interno y la falta de materias primas y tecnología.

La creación del Mercado Común Centroamericano convirtió a El Salvador en el país más industrializado de América Central a finales de los sesenta, pero la aguda crisis de los setenta y ochenta afectó profundamente a la actividad manufacturera. Durante la década de los noventa, el crecimiento industrial se ha basado en el sector orientado a la exportación, especialmente de textiles, prendas de confección y productos farmacéuticos. En la actualidad, el sector continúa en vías de desarrollo.

Desde 2001, la moneda de El Salvador es el dólar de Estados Unidos. En el año 1994 la nueva ley Orgánica relativa al Banco Central reforzó las funciones de emisión y control del sistema financiero y transfirió otras funciones a la banca comercial, representada por 11 entidades.

El comercio exterior presenta un déficit estructural que se compensa en parte con las inversiones extranjeras directas, la asistencia para el desarrollo y las remesas de los emigrantes.

Tradicionalmente, la principal partida de exportación salvadoreña ha sido el café, que representaba el 80% del total; pero a lo largo de los años setenta y ochenta fue perdiendo peso en beneficio de otros productos primarios y, especialmente, de las manufacturas.

Los principales productos de importación son maquinaria y equipos de transporte, manufacturas básicas y productos químicos. Son también importantes las compras de alimentos y combustibles. El principal cliente y proveedor es Estados Unidos, seguido por países del área, sobre todo Guatemala, y Alemania.

El Salvador forma parte del Mercado Común Centroamericano, del BID y de otros organismos internacionales como el FMI, el Banco Mundial, la OMC y el BIRD.

El país cuenta con 564 km de vías férreas inutilizadas, cuyas principales líneas unen San Salvador con los puertos de Acajutla y Cutuco, en la costa del Pacífico.

El ferrocarril comunica Guatemala con Honduras dentro del sistema ferroviario centroamericano. El país dispone de unos 12000 km de carreteras, de los cuales 1700 km están asfaltados.

Los puertos principales son La Unión, La Libertad (Puerto turístico de La Libertad) y Acajutla. El país cuenta con 2 aeropuertos internacionales: el de Comalapa (Aeropuerto Internacional Monseñor Óscar Arnulfo Romero y Galdámez)se encuentra entre La Paz y su capital San Salvador, es el principal aeropuerto del país; Y el Aeropuerto Internacional de Ilopango, el cual se encuentra en el municipio de Ilopango, el cual es usado para la aviación militar y vuelos chárter.

A comienzos de la década de 1970, El Salvador poseía un Producto Interno Bruto (nominal) de USD 338 millones. Para el año 1979, el PIB del país llegó a los USD 1.132 millones. La economía salvadoreña tuvo un crecimiento del 234,9% durante esta década con respecto al PIB del año 1970.


A comienzos de la década de 1980, El Salvador poseía un Producto Interno Bruto (nominal) de USD 3.899 millones. Para el año 1989, el PIB del país llegó a los USD 3.157 millones. La economía salvadoreña tuvo un decrecimiento del -23,5% durante esta década con respecto al PIB del año 1980.


A comienzos de la década de 1990, El Salvador poseía un Producto Interno Bruto (nominal) de USD 4.801 millones. Para el año 1999, el PIB del país llegó a los USD 12.465 millones. La economía salvadoreña tuvo un crecimiento del 159,6% durante esta década con respecto al PIB del año 1990.

A comienzos de la década de 2000, El Salvador poseía un Producto Interno Bruto (nominal) de USD 13.134 millones. Para el año 2009, el PIB del país llegó a los USD 20.661 millones. La economía salvadoreña tuvo un crecimiento del 57,3% durante esta década con respecto al PIB del año 2000.

A comienzos de la década de 2010, El Salvador poseía un Producto Interno Bruto (nominal) de USD 21.418 millones. Para el año 2015, el PIB del país llegó a los USD 25.766 millones. Hasta la actualidad (2015) la economía salvadoreña tuvo un crecimiento del 20,3% durante esta década con respecto al PIB del año 2010.

El año 2011, a nivel latinoamericano, las economías de Trinidad y Tobago (24.410 millones), Bolivia (24.135 millones) y Paraguay (23.343 millones) sobrepasaron al PIB de El Salvador de ese año.

El año 2015, El Salvador subió un puesto a nivel Latinoamérica, esto debido a la caída del PIB nominal de Trinidad y Tobago de ese año (24.553 millones).



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