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Economía de la Unión Europea



La economía de la Unión Europea (UE) es la segunda economía más grande del mundo en términos nominales —detrás de Estados Unidos— y según la paridad de poder adquisitivo —detrás de China. El PIB nominal de la UE se estimó 18,8 billones de dólares en el año 2018,[5]​ lo que representaba el 22% de la economía global.[6]

El euro, moneda oficial en 19 de sus 27 Estados miembros, es la segunda mayor moneda de reserva, así como la segunda moneda del comercio mundial, después del dólar estadounidense.[7][8][9]​ El euro es la moneda oficial o de facto de 25 países, en la eurozona y en otros seis países europeos.

La economía de la UE consiste en un mercado interior de economía mixta basada en el mercado libre y en unos modelos sociales avanzados. Según el Banco Mundial, el PIB per cápita fue de 46 564 dólares internacionales en 2019, comparado con los 65 297 en Estados Unidos, 43 235 en Japón y 16 829 en China.[10]​ De acuerdo con el mismo informe, hay importantes diferencias en este indicativo entre los estados miembros, oscilando desde los 121 292 dólares en Luxemburgo a los 24 789 en Bulgaria.[10]​ Con un bajo coeficiente de Gini de 31, la UE tiene un reparto de la riqueza más igualitario que la media mundial.[11][12]

Euronext es la bolsa de valores más importante de la eurozona y la séptima del mundo por capitalización de mercado.[13]​ La inversión extranjera directa en la UE ascendió a 5,1 billones en 2012, mientras que la inversión europea en el extranjero fue de 9,1 billones, con mucha diferencia las mayores inversiones del mundo.[14][15]

Desde el inicio de la crisis del euro en 2009, han emergido situaciones económicas opuestas entre el sur de Europa, por un lado, y Europa Central y del norte por otro: mayores tasas de desempleo y de deuda pública en los países mediterráneos, y menor desempleo y mayor crecimiento del PIB en los países del este y el norte. En 2015 la deuda pública en la UE ascendía al 85% de su PIB, pero con enormes disparidades entre la más baja, la de Estonia con un 9,7 %, y la más alta, que era la de Grecia con un 176%.[16]

Los diez mayores socios comerciales de la UE son Estados Unidos, China, Suiza, Rusia, Turquía, Japón, Noruega, Corea del Sur e India, con los cuales los intercambios superaron la barrera de los 110.000 millones en 2016. La UE es representada como una entidad unificada en la Organización Mundial del Comercio (OMC), el G-20 y el G-7.

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, las economías de los países de Europa quedaron virtualmente destruidas, lo que dio fin a la tradicional hegemonía europea en el mundo. Las dos nuevas superpotencias: tanto Estados Unidos como la Unión Soviética, tenían un poder económico superior al del conjunto de los estados europeos.

Con el fin de ayudar a la recuperación económica de Europa y así evitar que su parte occidental cayera en el comunismo, los Estados Unidos elaboran el Plan Marshall, un plan de ayuda económica que empezó en 1948 y acabó en 1951 y que aportó más de 12 700 millones de dólares a diversos estados europeos (principalmente a Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y Países Bajos). La Unión Soviética hizo lo propio con la COMECON.

Con el Tratado de París (1951) se constituye la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), primera piedra del desarrollo económico de la Unión Europea (UE) que desde entonces no ha dejado de consolidarse hasta convertir a la unión en la primera potencia comercial, pues actualmente representa el 20 % de las importaciones y exportaciones mundiales. Con posterioridad a la CECA se inició la liberalización del comercio entre sus Estados miembros, lo que constituye la clave en el éxito de la UE.

Fue entre los 1950 y los 1970 cuando se vivió una etapa con un crecimiento económico fuerte y continuado que acabó con la crisis del petróleo de 1973. Una vez superada esta crisis, los estados europeos volvieron a crecer económicamente, pero nunca tanto como durante aquellos 20 años.

El fin de la Guerra Fría y la disolución del bloque soviético (del este), dio paso a una época para Europa. La globalización mundial y la integración económica europea dio paso a la UE, la cual poco a poco se ha consagrado como una nueva superpotencia en el plano económico. La Comisión Europea (CE) pronosticó un crecimiento para la zona del euro y el conjunto de la Unión Europea (UE) con un incremento respectivo del PBI del 0,8 % y del 1,3 % para 2015.[17]​ Para recuperarse de la crisis originada en 2008, los miembros de la Unión firmaron en 2012 el Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera, cuyo objetivo es preservar la estabilidad financiera en Europa, prestando asistencia financiera a los Estados miembros de la Unión Europea en situación de crisis económica.

Rerefencias:PPP: Eurostat[18]
Porcentajes: Eurostat.[19]

Tras la incorporación de los nuevos miembros, hasta un total de 27 países (en 2017), se consideran como áreas económicas más importantes y con características propias de la UE las siguientes:

Área continental: Constituida por Francia, Alemania, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo y Austria. Es la de mayor peso económico, con una fuerte concentración industrial y la que se ha considerado como motor de la economía de la Unión.

Área mediterránea: Constituida por España, Portugal, Italia, Malta, Croacia, Eslovenia, Grecia y Chipre. Su nivel de desarrollo es elevado, ligeramente menor que el del área continental, pero concentra el turismo y una importante parte de la agricultura más productiva de la UE.

Área del Báltico: Formada principalmente por Finlandia, Suecia y Dinamarca, a los que se han unido Lituania, Estonia, y Letonia. Por un lado son economías muy dinámicas, de gran riqueza forestal y altas inversiones y desarrollo en tecnología, pero su peso no es muy acentuado debido al menor volumen de población y producción que el área continental.

Área centroeuropea: Formada por la mayoría de Estados incorporados recientemente del centro de Europa y la región de Balcanes en el sur de Europa. Se caracteriza por ser la de menor desarrollo económico, la que precisa todavía una fuerte reconversión en distintos sectores industriales y mantiene unas vinculaciones económicas importantes entre los propios países que la integran, fruto de su pasado reciente. Estos estados serían tales como Hungría, Rumanía, República Checa, Bulgaria, Eslovaquia y Polonia.

Área Irlandesa: Constituida por Irlanda, es una economía muy consolidada, de fuertes vínculos con la economía de Estados Unidos y grandes reservas de petróleo y carbón.

En la cumbre de Lisboa de marzo de 2000, los jefes de Gobierno de la UE acordaron un nuevo objetivo estratégico para la Unión Europea: convertirla en «la economía más competitiva del mundo antes de 2012». Desde entonces, el Parlamento Europeo ha aprobado toda una serie de medidas económicas, dirigidas a la apertura de los mercados de diversos bienes y servicios. Sin embargo, los diputados generalmente han tratado de moderar la liberalización mediante medidas tendentes a proteger a los consumidores, los asalariados, el medio ambiente y los servicios públicos básicos.

Desde el Medioevo y durante la revolución industrial, la agricultura en Europa sufre importantes procesos de tecnificación, que la convierte en actividades altamente modernas y dinámicas. En la UE se practican dos tipos de agriculturas:

Intensiva: los terrenos son pequeños pero muy fértiles, con climas propicios, lo cual permite rendimientos muy elevados, a fin de lograrlo, se usan abonos, semillas seleccionadas, mano de obra cualificada, instalaciones especiales (silos, establos y frigoríficos).

Se cultivan cereales (trigo, avena, cebada, centeno), patata, remolacha azucarera, frutas, hortalizas, lúpulo, lino, girasol, forrajes, entre otros. En los países de la región mediterránea, las llanuras son escasas, por lo que se cultiva en las montañas mediante terrazas. Se cultiva la famosa trilogía mediterránea (trigo, vid y olivo). También se cultivan dátiles, frutas, arroz, tabaco y algodón.

La explotación familiar e intensiva esta favorecida por la UE, ya que otorga créditos ventajosos para la producción y desgrava impuestos. Su política está orientada al autoabastecimiento, lo que permite la libre circulación de cultivos entre los países miembros. Esta política sitúa a la UE entre las potencias mundiales agroalimentarias, después de China y Estados Unidos.

Extensiva: Coincide con la Europa central y Oriental, donde se dispone de más tierras y menos cantidad de mano de obra. Se obtienen grandes producciones, a bajo precio, con un rendimiento menor al de la zona occidental, a pesar de la utilización de abonos y semillas seleccionadas más una reciente modernización de maquinaria, dado que algunos de estos países antes operaban bajo una economía planificada. Se cultivan cereales, remolacha azucarera, patata, algodón y lino.

En la zona Occidental se utilizan razas seleccionadas de ganado vacuno, que dan altos rendimientos de carne y leche, alimentado a una potente industria agroalimentaria. También se crían aves de corral para abastecer a las ciudades. En los países del área mediterránea se crían ovejas, cerdos y cabras, con la práctica de la trashumancia. En prados con buenos pastos se cría ganado vacuno, para la obtención de leche, como en la llanura del Po.

Aunque ha perdido peso, se ha visto renovada con la acuicultura y el observancia obligatoria de los periodos de veda para la conservación del recurso. Los países miembros cuentan con una larga tradición pesquera, prueba de ello es que algunos países como Noruega o España cuentan con enormes flotas pesqueras entre las más grandes del mundo por volumen de producción. Los mares del Norte y de Noruega destacan por la variedad y abundancia de ricos caladeros, entre los que se cuentan caballas, arenques, merluzas y bacalao; mientras que el mar Mediterráneo esta lejos de parecerse en volumen de producción, destaca solamente el atún, las sardinas, anchoas y esponjas.

Aun así, la pesca se enfrenta a un imponente reto, debido a la creciente contaminación por residuos industriales, la sobre explotación del recurso y la merma que sufren algunas poblaciones de peces, con la consiguiente disminución del empleo en el sector y exceso de capacidad.

En la UE, los bosques y otras superficies forestales representan 177 millones de hectáreas, un 40 % del territorio de la unión. La política de conservación ambiental y la silvicultura dan trabajo a unos 3.5 millones de personas, con lo que se erige como uno de los mayores productores y consumidores mundiales de este recurso, después de Estados Unidos y China.

Varios países de la UE utilizan el bosque para proteger el suelo contra la erosión y luchar contra los efectos del clima, siendo Dinamarca, España, Irlanda y Francia los que han iniciado la repoblación forestal, según el Consejo Europeo de Jóvenes Agricultores. Solo la península ibérica produce por sí misma el 80 % del corcho mundial.

En el caso de los países escandinavos, una parte de su economía se basa en la explotación forestal, los cuales aplican una explotación racional mediante leyes rigurosas de control de tala y reforestación. La producción es elevada y parte de esta se destina al mercado interno de otros estados miembros. Llama la atención que Francia, siendo el país de la unión más extenso en superficie, la proporción de bosques sea del 17.3% respecto a España, aunque la producción maderera es mayor que la de su vecino español.

Aun a pesar de la conservación, los bosques europeos se encuentran amenazados por incendios, brotes de plagas y lluvia ácida en áreas industriales, algunas de las cuales podrían incidir de mayor manera con la acentuación del cambio climático. Además, los bosques tienen importancia desde el punto de vista social: suponen atractivos para los habitantes de las ciudades y representan una importante herencia biológica y cultural.

Europa posee importantes yacimientos de carbón y hierro que favorecieron su revolución industrial y su posterior desarrollo económico y político. En la UE, el consumo de minerales es muy elevado, lo que demuestra el alto nivel de desarrollo económico alcanzado por los países de la región. En la actualidad, ha cobrado auge el reciclaje, reduciendo la explotación de minerales, con lo que se han reducido costes de energía.

Los estados con mayor producción de hierro y zinc son Francia y Alemania. Mientras Austria, Polonia y República Checa cuentan con importantes depósitos de carbón. Hungría posee la mayor reserva de bauxita de toda la UE, destinada a la producción de aluminio. España es el mayor productor de mercurio y un destacado productor de oro, carbón y hierro; mientras Italia destaca por la obtención de sal, potasa, manganeso y carbón.

Para la conservación del medio ambiente, el Parlamento Europeo prohibió la minería a cielo abierto con cianuro en todos los países miembros, cerrando las puertas a las mineras que no hayan superado este tipo de tecnología para la obtención de oro y plata.

La Unión Económica y Monetaria (UEM) pretende la creación de un mercado interior de la Unión Europea, en el que converjan progresivamente las distintas políticas y regulaciones económicas de los Estados miembros, y en el que eventualmente se realice una unión monetaria.

Conforma el marco para la estabilidad económica, sustentada en un banco central independiente y las obligaciones jurídicas impuestas a los Estados miembros, consistentes en aplicar políticas económicas sólidas y en coordinarlas estrechamente.

Puesto que los intercambios comerciales entre los Estados miembros de la UE alcanzan el 60 % de su comercio total, la UEM es el complemento natural del mercado único. Este mercado funcionará con mayor eficacia y desarrollará plenamente sus efectos beneficiosos gracias a la eliminación de los elevados costes de transacción, generados por la conversión de las moneda y las incertidumbres asociadas a la inestabilidad de los tipos de cambio.

Banco Central Europeo (BCE): Creado en 1998, de conformidad con el Tratado de Maastricht, para introducir y gestionar la nueva moneda, efectuar operaciones con divisas y garantizar el buen funcionamiento de los sistemas de pago. Es también responsable de fijar las grandes líneas y ejecutar la política económica y monetaria de la UE. Una de las principales tareas del BCE es mantener la estabilidad de precios en la zona euro, preservando el poder adquisitivo del euro. Tiene su sede principal en la ciudad de Fráncfort del Meno.

El BCE sustituyó al Instituto Monetario Europeo (IME), institución monetaria creada en 1994 dentro del marco de la UE que tenía su sede en Fráncfort del Meno, y su misión consistía en coordinar la política económica y monetaria de los estados miembros y en preparar la introducción del euro.

La industria es el segundo sector en importancia, el segundo que contribuye al PIB (28 %) y el segundo en ocupar a la población activa (30 %).

El desarrollo industrial de la UE ha sido extraordinario debido al uso masivo de las fuentes energéticas, lo cual permitió la mecanización y automatización de casi todos los procesos. Las grandes inversiones, las investigaciones, las telecomunicaciones, hacen que las empresas europeas sean eficientes y competitivas, con marcas de renombre mundial.

En los países de la Unión Europea se encuentran un gran número de materias primas para la industria, aunque no son suficientes para alimentarla por completo. La industria europea produce, sobre todo, bienes de consumo de alto valor añadido y con poco factor tierra. Los sectores fundamentales son: la siderometalurgia, una de las más antiguas del mundo; las industrias químicas pesadas; las industrias de bienes de equipo; la metalurgia de transformación, automóvil, aeronáutica y la construcción naval; y la industria ligera y de tecnologías avanzadas.

Existe una región altamente industrializada que va desde Londres hasta Turín y Milán, por el norte de Francia y el sur de Alemania. Otro segundo sector industrial va desde el golfo de Génova a Valencia, el arco del Mediterráneo, y un tercero muy lejos de estos, de París a Oporto, el arco del Atlántico. Si bien la Europa Occidental posee pocos recursos mineros, su industria esta desarrollada en todas las ramas, aunado a que cuenta con un amplio mercado consumidor, una infraestructura adecuada y una valiosa tradición industrial.

La región industrial ha experimentado un impulso económico en los últimos 30 años hasta convertirse en uno de los polos de desarrollo de la economía mundial. Especial importancia tiene la aeronáutica (fábricas Airbus) superando a la estadounidense Boeing en número de pedidos en 2015,[23]​ así como numerosas empresas de material electrónico e informático (Siemens, Philips, Electrolux, Bosch, Vodafone, Movistar, Orange, Deutsche Telekom, Nokia entre otras). La importancia de la industria puede apreciarse por el lugar que ocupan sus empresas, entre las más importantes del mundo. El grupo más destacado es el de la industria automovilística (Volkswagen, Dacia, Lamborghini, Land Rover, Renault, Volvo, Fiat, Peugeot, entre otras...).

Además, cuatro de sus países se encuentran entre las economías más industrializadas del planeta, siendo estasː Alemania, Francia, Italia y España, los tres primeros además forman parte del G8.

La Unión Europea, es la cuna del ferrocarril en el mundo, por disponer de las más modernas y eficientes infraestructuras de transporte del mundo. Posee entre los más eficientes metros del mundo. El metro de la capital francesa es uno de los más eficientes del mundo, el cual ofrece 16 líneas con 300 estaciones. El metro de Madrid es uno de los más importantes de Europa, y ocupa el octavo puesto del mundo. El tráfico aéreo es muy intenso debido a las enormes distancias del continente y la gran movilidad de las personas para buscar trabajo, aunado a las elevadas condiciones de vida de los estados miembros. Los principales centros aéreos son el Aeropuerto de Londres-Heathrow que en 2014 recibió más tráfico internacional de pasajeros que cualquier otro aeropuerto en el mundo, el Aeropuerto de París-Charles de Gaulle siendo unos de los más importantes centros de aviación en el mundo, y el Aeropuerto de Fráncfort del Meno.

La Unión Europea es un importante destino turístico, que atrae a visitantes de fuera de la Unión y los ciudadanos que viajan dentro de ella. El turismo interno se hace más conveniente por el Tratado de Schengen y el euro. Todos los ciudadanos de la Unión Europea tienen derecho a viajar a cualquier Estado miembro sin la necesidad de un visado.

Francia es el destino turístico número uno del mundo para los visitantes internacionales, seguido por España, Italia, y Alemania. Sin embargo, cabe señalar que una proporción significativa de los visitantes internacionales a los países de la UE proceden de otros Estados miembros.

La UE alberga importantes reservas de carbón, petróleo y gas natural, aunque son insignificantes en comparación con otros sectores como Rusia, América Latina u Oriente Medio. Por países, las mayores reservas petroleras son explotadas por el Reino Unido, seguido de Dinamarca, Alemania, Italia, Rumanía y Holanda.

En 2001 la UE en conjunto produjo 3 424 000 barriles por día, consumiendo sin embargo 14 590 000 (2001) barriles diarios.

Todos los países han ratificado el Protocolo de Kioto, y la UE ha sido históricamente uno de sus máximos defensores.

La UE es miembro de la Organización Mundial del Comercio (OMC) desde el 1 de enero de 1995. Los 27 estados miembros (en 2007) de la Unión son a la vez miembros de la OMC por derecho propio.

La UE es el principal socio comercial de Rusia, los países europeos no pertenecientes a la UE y a partir de 2005 también de la República Popular China, con la que las transacciones superan los 100 000 millones de euros al año. Sin embargo la UE, aún no ha reconocido al país asiático como una economía de mercado. Entre tanto Francia pidió el levantamiento del embargo de armas que Europa mantiene con China desde los hechos de la plaza de Tian'anmen en 1989.

La UE ha señalado que está interesada en cerrar acuerdos de libre comercio con dos grupos. Uno es la Comunidad Andina constituida por Bolivia, Colombia, Ecuador, y Perú, y otro es el Mercado Común Centroamericano.

La UE ha celebrado acuerdos de cooperación con México y Chile, y está en negociaciones para la liberalización del comercio con el Mercosur.

Como ya se ha dicho anteriormente, la Unión Europea es la primera potencia económica del mundo, solo que no es un país independiente, lo que hace que la más grande del mundo sea la Economía de los Estados Unidos.

Según los datos del FMI para 2018, el PIB (nominal) de Europa es de 19,27 billones de dólares (el estadounidense es de 19,55 billones de dólares). Lo cual hace que el PIB (nominal) per cápita de la UE en 2018 sea de 38 600 USD (en Estados Unidos es de 54 200 USD).

Hay que añadir también que la economía europea está saliendo de una crisis económica que ha provocado que el crecimiento económico en estados como Alemania o Italia sea negativo en algunos ejercicios, pero tanto los estados del Este como algunos del oeste (véase el caso de España o Irlanda) el crecimiento económico es importante y las economías están en plena expansión, creciendo por encima de la economía americana (que creció a un 3,3 % en 2005), aun así, el conjunto de la economía europea crece por debajo del nivel de la estadounidense o de la china. Sin embargo, la región más endeudada del planeta, es la Unión Europea, cuya deuda representa el 200 % del PIB (véase Anexo:Deuda externa por país).



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