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Enrique el Navegante



¿Qué día cumple años Enrique el Navegante?

Enrique el Navegante cumple los años el 4 de marzo.


¿Qué día nació Enrique el Navegante?

Enrique el Navegante nació el día 4 de marzo de 1394.


¿Cuántos años tiene Enrique el Navegante?

La edad actual es 630 años. Enrique el Navegante cumplió 630 años el 4 de marzo de este año.


¿De qué signo es Enrique el Navegante?

Enrique el Navegante es del signo de Piscis.


¿Dónde nació Enrique el Navegante?

Enrique el Navegante nació en Oporto.


Enrique "el Navegante", llamado así desde el siglo XIX, y nacido como Enrique de Portugal (Oporto, 4 de marzo de 1394 - Sagres, 13 de noviembre de 1460)[1]​ era un infante portugués y primer duque de Viseu,[1]​ que fue uno de los protagonistas de la política portuguesa de la primera mitad del siglo XV y del inicio de la era de los descubrimientos en Portugal. Por ser hijo, hermano y tío de reyes consiguió el monopolio de las exploraciones por las costas africanas y las islas del océano Atlántico. Al final de su vida estableció su hogar en Sagres en el extremo suroeste de la península ibérica.

Enrique nació el 4 de marzo de 1394 en Oporto, hijo de Juan I de Portugal, fundador de la Dinastía de Avís, y de Felipa de Lancaster, nieta de Eduardo III de Inglaterra, hija de Juan de Gante, duque de Lancaster, y hermana de Enrique IV de Inglaterra.[1]

En 1414 convence a su padre para montar una campaña para la conquista de Ceuta. La ciudad fue tomada en agosto de 1415, otorgando al reino de Portugal el dominio del comercio que la ciudad ostentaba. Ese mismo año fue nombrado caballero y recibió el título de duque de Viseu.[1]

Lagos, en el Algarve, se convirtió en un lugar de construcción naval gracias a su puerto. Desde allí partieron expediciones de la casa del infante Enrique. Uno de los primeros resultados fue el reconocimiento y, a partir de 1425, la colonización del archipiélago de Madeira por João Gonçalves Zarco y Tristão Vaz Teixeira.[1]​ El 25 de mayo de 1420, Enrique fue nombrado gran maestre de la Orden de Cristo, que sucedió a la Orden del Temple, cargo que ostentaría hasta el final de sus días.

En 1426, sus navegantes descubrían las primeras islas Azores posiblemente por Gonçalo Velho Cabral, que también fueron colonizadas por los portugueses.[1]

Tras la muerte de Juan I en 1433, Eduardo I, hermano mayor de Enrique, sube al trono y le concede un quinto de todos los beneficios comerciales con las zonas descubiertas, así como el derecho a explorar más allá del cabo Bojador. En aquella época el cabo Bojador era el punto más meridional de la costa de África conocido por los europeos. Gil Eanes, que mandó una de las expediciones, fue el primero en pasarlo en 1434, acabando con el mito que hasta entonces se tenía sobre lo que se encontraría más allá del cabo.[1]

Enrique fue uno de los principales organizadores de la conquista de Tánger en 1437, que fue un gran fracaso, ya que su hermano más pequeño, Fernando, llamado el «Infante Santo», fue hecho prisionero con un cautiverio que duró seis años hasta su muerte.[2]​ Su reputación militar sufrió un serio revés y por ello dedicó los últimos años de su vida a la política y a las exploraciones.

El reinado del rey Eduardo duró apenas cinco años, tras los cuales Enrique apoyó a su hermano el infante don Pedro en la regencia, durante la minoría de edad de su sobrino Alfonso V, recibiendo a cambio la confirmación de su monopolio sobre las navegaciones al sur del estrecho de Gibraltar.[2]​ Procedió también durante la regencia a la colonización de las Azores.

Las expediciones cobraron un gran impulso con una nueva embarcación: la carabela. Nuno Tristão y Antão Gonçalves llegaron al cabo Blanco en 1441. La bahía de Arguin en 1443, donde construyeron un fuerte en 1448.[1]​ Entre 1444 y 1446 cerca de cuarenta embarcaciones salieron de Lagos.[1]Dinis Dias llegó al río Senegal, dobló la península de Cabo Verde en 1444 y visitó Guinea. Con ello los portugueses rebasaron el límite sur del gran desierto del Sahara. A partir de ahí el infante cumplió con dos de sus objetivos: evitar las rutas del comercio por el Sahara y acceder a las riquezas de África meridional.[cita requerida]

En el conflicto que se desató entre el regente don Pedro y el rey Alfonso V, Enrique apoyó a este último. En 1449 las fuerzas alfonsinas derrotaron en la batalla de Alfarrobeira a las de don Pedro, que murió en combate. Enrique recibiría después en recompensa el monopolio de los paños de lana, de la cual producían gran cantidad sus grandes territorios continentales y en las Azores.[2]

En 1452 la llegada de oro era suficiente como para que se acuñasen los primeros cruzados de oro portugueses. En 1455 y 1456 dos bulas papales (la Romanus Pontifex de Nicolás V y la Inter caetera de Calixto III) le reconocieron a Portugal el monopolio de la conquista, comercio y navegación al sur de los cabos Bojador y Não. La segunda de ellas establecía la autoridad eclesiástica sobre aquellas tierras de la Orden de Cristo dirigida por Enrique.[2]​ En 1460 Diogo Gomes descubrió el archipiélago de Cabo Verde.[1]​ Para este año los portugueses habían explorado la costa africana hasta Sierra Leona.


En 1443 el regente don Pedro le había otorgado al infante Enrique un territorio situado alrededor del cabo de San Vicente, en el extremo sudoeste de Portugal. Enrique se trasladó al Algarve en 1452 y a partir de 1457 se instaló en Sagres, donde murió tres años más tarde.[3]​ Su estancia allí dio lugar posteriormente, a partir de 1625,[3]​ al mito histórico de la denominada Escuela de Sagres, supuesto centro de estudio de navegación y astronomía del cual sin embargo muchos historiadores dudan de su existencia.[4][5]​ Recibió sepultura en la Capela do Fundador en el monasterio de Batalha junto a sus padres.[6]

Se interesó por la predicción astrológica e impulsó la creación en la Universidad de Coímbra de una cátedra de astrología, disciplina que en aquella época también incluía lo que hoy día se conoce como astronomía.[3]​ Los descubrimientos impulsados durante la época del Infante fueron la base para el posterior desarrollo del Imperio colonial portugués.

Nadie en el siglo XV llamó «Navegante» al infante Enrique. El apodo lo acuñaron dos historiadores alemanes del siglo XIX, Heinrich Schaefer y Gustav de Veer. Más tarde fue popularizado por dos autores británicos que lo incluyeron en el título de sus biografías del infante: Henry Major en 1868 y Raymond Beazley en 1895.[3]



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