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Gobierno de la Alemania nazi



El Gobierno de la Alemania nazi fue un Estado autoritario y unipartidista que gobernó Alemania entre 1933 y 1945, basado en el Principio del Führer (Führerprinzip). Como sucesor del gobierno de la República de Weimar, heredó la estructura del gobierno y las instituciones del estado anterior. Aunque la Constitución de Weimar técnicamente permaneció vigente hasta la rendición de Alemania en 1945, no hubo restricciones reales sobre el ejercicio del poder estatal, ya que tras la promulgación de la Ley habilitante, Hitler logró obtener poder para emitir y redactar leyes sin la aprobación del Reichstag, infringiendo la constitución. Además del gobierno ya existente de la República de Weimar, el liderazgo nacionalsocialista creó una gran cantidad de organizaciones diferentes con el propósito de ayudarlas a gobernar y permanecer en el poder. Rearmaron y fortalecieron a los militares, establecieron un extenso aparato de seguridad estatal y crearon su propio ejército personal del partido, que en 1940 se conoció como las Waffen-SS.

Los nacionalsocialistas una vez establecidos en el poder lograron acaparar todos los ámbitos políticos, sociales y culturales de Alemania. Gobernando el país con un fuerte nacionalismo, militarismo, anticomunismo, anticapitalismo y antisemitismo, eliminando de la vida cotidiana todo lo que consideraban 'degenerado' y nocivo para el pueblo alemán. A pesar del violento periodo en el que se encontraba, en base a logros obtenidos, el apoyo del pueblo y la propaganda supo mantenerse y controlar el poder con eficacia durante más de 12 años.

El 30 de enero de 1933, el presidente Paul von Hindenburg nombró a Adolf Hitler como canciller de Alemania. Este evento se conoce como Machtergreifung (toma del poder).[1]​ Una vez en el cargo, Hitler decretó nuevas elecciones. Poco tiempo antes de los comicios, el edificio del Reichstag fue incendiado (véase Incendio del Reichstag) por un comunista holandés, Van der Lubbe. Era el comienzo de una revolución marxista en el país. Finalmente, las elecciones le otorgaron al NSDAP una victoria contundente. En los meses siguientes, el Partido Nacionalsocialista utilizó un proceso denominado Gleichschaltung (coordinación) para poner rápidamente todos los aspectos de la vida bajo el control del partido.[2]​ Todas las organizaciones civiles, incluidos los grupos agrícolas, las organizaciones de voluntarios y los clubes deportivos, fueron reemplazados por líderes simpatizantes o miembros del partido. Para junio de 1933, prácticamente las únicas organizaciones no controladas por el NSDAP eran el ejército y las iglesias.[3]​ Para 1939, la membresía del partido era obligatoria para todos los funcionarios del servicio civil.[4]​ Hitler gobernó Alemania de manera autocrática al afirmar el Führerprinzip (principio del líder), que exigía la obediencia absoluta de todos los subordinados. El Führerprinzip reemplazaba así a un gobierno débil, inepto y corrupto, por otro poderoso, pasando a transformarse la voluntad del Führer en ley. Él veía la estructura del gobierno como una pirámide, consigo mismo, el líder infalible, en la cúspide. El rango en el partido no estaba determinado por las elecciones; los puestos fueron ocupados por nombramiento de aquellos de mayor rango.[5]​ El partido utilizó la propaganda para desarrollar un culto a la personalidad en torno a Hitler y al gobierno.[6]

Los altos funcionarios informaron a Hitler y siguieron sus políticas, pero tenían una autonomía considerable. Se esperaba que los funcionarios "trabajaran hacia el Führer" - tomaran la iniciativa de promover políticas y acciones acordes con sus deseos y los objetivos del partido, sin que Hitler tuviese que involucrarse en el funcionamiento diario del país.[7]​ A menudo difería la toma de decisiones, evitaba una delegación clara y permitía a los subordinados competir entre sí, especialmente en los años anteriores a la guerra. El gobierno no era un cuerpo coordinado y cooperante, sino más bien una colección desorganizada de facciones lideradas por miembros de la élite del partido que luchaban por acumular poder y ganar el favor del Führer.[8]

El sistema de gobierno se formó mediante el cual los principales funcionarios nacionalsocialistas se vieron obligados a interpretar los discursos, comentarios y escritos de Hitler sobre las políticas gubernamentales y convertirlos en programas y legislación. Hitler generalmente no daba órdenes por escrito; en su lugar, los comunicó verbalmente o los transmitió a través de su asociado cercano, Martin Bormann.[9]​ Le confió a Bormann sus documentos, citas y finanzas personales; Bormann usó su posición para controlar el flujo de información y el acceso a Hitler.[10]​ El gabinete de Hitler nunca se reunió después de 1938, y desalentó a sus ministros de reunirse independientemente.[11]

El estilo de liderazgo de Hitler era dar órdenes contradictorias a sus subordinados y colocarlos en posiciones donde sus deberes y responsabilidades se superponían con los de los demás, para que "el más fuerte [haga] el trabajo".[12]​ De esta manera, Hitler fomentó la desconfianza, la competencia y las luchas internas entre sus subordinados para consolidar y maximizar su propio poder.[13]

El proceso permitió a los nacionalsocialistas más inescrupulosos y ambiciosos salirse con la suya para implementar los elementos más radicales y extremos de la ideología de Hitler, como el antijudaísmo, y al hacerlo ganar el favor político. Estaba protegido por la efectiva máquina de propaganda del Dr. Joseph Goebbels, que retrataba a Hitler como un líder heroico e infalible.[14]​ Además, el gobierno fue retratado como un equipo dedicado, obediente y eficiente. Mediante sucesivos decretos del Reichsstatthalter, los estados alemanes fueron politizados siendo reemplazados por provincias nacionalsocialistas llamadas Gaue las cuales eran dirigidas por un Gauleiter (líder de zona).

Después de junio de 1941, a medida que avanzaba la Segunda Guerra Mundial, Hitler se preocupó por asuntos militares y pasó la mayor parte de su tiempo en su cuartel general militar en el Frente Oriental. Esto llevó a Hitler a confiar cada vez más en Bormann para manejar las políticas internas del país. El 12 de abril de 1943, Hitler nombró oficialmente a Bormann como Secretario personal del Führer.[15]​ En este momento, Bormann tenía control de facto sobre todos los asuntos internos, y este nuevo nombramiento le dio el poder de actuar a título oficial en cualquier asunto. [16]

La opinión histórica se divide entre "intencionalistas" que creen que Hitler creó este sistema como el único medio para garantizar tanto la lealtad total y la dedicación de sus partidarios, como la imposibilidad de una conspiración; y los "estructuralistas" que creen que el sistema evolucionó por sí mismo y fue una limitación del poder totalitario de Hitler.

La organización del Estado nacionalsocialista fue la siguiente:

La administración del Tercer Reich contó con tres gabinetes, de los cuales el más destacado fue el de Hitler que inició el 30 de enero de 1933, cuando Hitler fue nombrado canciller y culminó el 30 de abril de 1945 cuando éste se suicidó. Antes de cometer suicidio, Hitler redactó un testamento político en el cual desigaba al Ministro de Propaganda Joseph Goebbels como su sucesor en el cargo de Reichskanzler (Canciller del Reich) y, al Großadmiral Karl Dönitz como Reichspräsident (Presidente del Reich). Goebbels se encargó de crear el nuevo gabinete para dirigir Alemania en los últimos meses, el cual tuvo un corto período de duración ya que Goebbels se suicidó el 1 de mayo, antes de que esto aconteció Goebbels designó como canciller a Lutz Schwerin von Krosigk, quien armó su gabinete dirigido por Dönitz en el llamado Gobierno de Flensburgo durante los últimos días del Reich.

A continuación se presenta el Gabinete Hitler:

Hay que tener en cuenta que no sirve de nada hablar de una 'poder legislativo' en un Estado totalitario, donde no hay separación de poderes. Por ejemplo, desde 1933, el Reichsregierung (Gabinete del Reich) pudo promulgar la Reichsgesetze (Ley de estatutos) sin respetar la constitución de 1919.

La mayoría de las estructuras judiciales y los códigos legales de la República de Weimar permanecieron en uso durante la era nacionalsocialista, pero se produjeron cambios significativos en los códigos judiciales, así como cambios significativos en las decisiones judiciales. La mayoría de los derechos humanos de la constitución de la República de Weimar fueron deshabilitados por varias Reichsgesetze (Leyes de Reich). Varias minorías, políticos de oposición y prisioneros de guerra fueron privados de la mayoría de sus derechos y responsabilidades. El plan para aprobar un Volksstrafgesetzbuch (Código de justicia penal del pueblo) surgió poco después de 1933, pero no se hizo realidad hasta el final de la Segunda Guerra Mundial.

Como un nuevo tipo de tribunal, el Volksgerichtshof (Tribunal del Pueblo) se estableció en 1934 y solo se ocupaba de casos de importancia política. De 1934 a 1945, el tribunal condenó a 10.980 personas a prisión e impuso la pena de muerte a 5.179 más que fueron condenados por alta traición.[17]​ Aproximadamente 1.000 fueron absueltos.[18]​ Su miembro más destacado fue Roland Freisler, quien dirigió la corte desde agosto de 1942 hasta febrero de 1945. Después de que terminó la guerra, algunos juristas sobrevivientes fueron juzgados, condenados y condenados como criminales de guerra.

Wehrmacht  – Fuerzas Armadas

Heer  – Ejército

Kriegsmarine  – Armada

Luftwaffe  – Fuerza Aérea

Abwehr  – Inteligencia Militar

Waffen-SS  – Rama militar de élite del NSDAP, dependiente de las Shutzstaffel

Oficina Central de Seguridad del Reich (RSHA  – Reichssicherheitshauptamt) Directores: Reinhard Heydrich y Ernst Kaltenbrunner

Lista de institutos Ahnenerbe

Notas

Bibliografía



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