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Hellblazer



Hellblazer (también conocido como John Constantine, Hellblazer) es un cómic de horror contemporáneo estadounidense, publicado originalmente por DC Comics, y posteriormente por la línea Vertigo a partir de marzo de 1993, momento de creación de la misma. Su personaje principal es el mago callejero John Constantine, creado por Alan Moore y Stephen R. Bissette, que apareció por primera vez en el número 37 de The Saga of the Swamp Thing (junio de 1985).[1]Hellblazer se publicó de forma continuada en Estados Unidos desde enero de 1988, y llegó a ser el título más longevo de Vertigo. En 2013, la serie concluyó con su número 300,[2]​ reemplazada por una colección perteneciente al Universo DC, Constantine.[3]​ Conocida por sus comentarios políticos y sociales, la serie originó una adaptación cinematográfica, una serie de televisión y multitud de spin-offs y crossovers.

La colección fue una de las más famosas de la línea Vertigo, y se caracterizó por el trabajo realizado por varios escritores británicos a lo largo de las décadas, entre ellos: Jamie Delano, Garth Ennis, Paul Jenkins, Warren Ellis, Grant Morrison, Neil Gaiman, Mike Carey, Denise Mina, Andy Diggle, y Peter Milligan. Hellblazer fue una de las primeras creaciones de ficción moderna situadas en el género fantástico de detectives e influyó notablemente en las obras posteriores enmarcadas en dicho género.

Tras la reacción favorable a las apariciones de John Constantine en la serie protagonizada por La Cosa del Pantano, en la que fue introducido por Alan Moore durante su estancia en el título, el personaje recibió su propia colección en 1988. En principio, la serie iba a llamarse Hellraiser, pero el título se revisó antes de su publicación debido al estreno de la película del mismo título dirigida por Clive Barker. El guionista inicial, Jamie Delano, fue, en sus propias palabras, “bastante ambivalente” ante el cambio de título.[4]

El escritor Jamie Delano y el artista John Ridgway conformaron el equipo creativo original de la serie, y Dave McKean colaboró como portadista. Delano introdujo un aspecto político en el personaje, sobre el cual dijo: “… en general, estaba interesado en comentar cómo era la Gran Bretaña de los años 80. Ahí era donde yo vivía, era una mierda y quería decírselo a todo el mundo”.[5]​ El cómic, publicado originalmente como un título de DC Comics, se convirtió en una serie de Vertigo con el lanzamiento de la línea, en marzo de 1993 (a partir del número 63[6]​).

Varios guionistas tuvieron largas etapas en la colección, como Garth Ennis y el propio Delano, quienes tuvieron la segunda y la tercera etapas más longevas en la serie, incluyendo especiales, miniseries, novelas gráficas y relatos cortos (con 51 y 47 números, respectivamente), solo detrás de Peter Milligan (con 54 números). Los otros escritores con etapas continuadas en la colección (de un mínimo de 10 números), por orden de longevidad, son Mike Carey (44 números), Paul Jenkins (43 números), Brian Azzarello (31 números), Andy Diggle (22 números), Denise Mina (13 números) y Warren Ellis (11 números).

En la serie trabajaron numerosos dibujantes, entre ellos John Ridgway (su artista original), Dave McKean, Sean Murphy, Simon Bisley, Mark Buckingham, Richard Corben, Jock y David Lloyd. Con todo, los dibujantes con más números en la serie (incluyendo spin-offs) fueron Giuseppe Camuncoli (con 48 números), Leonardo Manco (43 números), Sean Phillips (39 números), Marcelo Frusin (34 números) y Steve Dillon (31 números).

Durante los años, Hellblazer se caracterizó por sus magníficas y sugerentes portadas, realizadas por algunos de los mejores artistas del medio. Los portadistas más prolíficos incluyeron a Dave McKean (que diseñó la primera etapa de las portadas de la colección - en total, 24 números-), Tim Bradstreet (que realizó la mayoría de ellas -81 en total-), Glenn Fabry (que consiguió por su labor el Premio Eisner de 1995 al mejor portadista, y que realizó 54 portadas), Sean Phillips (49 portadas), Simon Bisley (que realizó la última etapa de las portadas de la colección -46 números-), y Lee Bermejo (33 portadas). Otros portadistas destacados son Kent Williams, Tom Canty y David Lloyd.

Ver también: John Constantine

Hellblazer se desarrollaba en un mundo contemporáneo, aunque plagado por la magia y por conflictos sobrenaturales que acechaban en un segundo plano. Aunque en el número 14[7]​ de la serie original se hacía una referencia de pasada a los superhéroes, desde entonces la serie desarrolló su propio “universo de bolsillo”, en el que lo sobrenatural y paranormal no jugaban un gran papel en las vidas de la mayoría de la gente común, y en el que las amenazas contra la humanidad no conllevaban la intervención de superhéroes, sugiriendo por tanto que éstos no existían. Sin embargo, algunos personajes de DC Comics (en particular, los pertenecientes a la “rama mágica” del Universo DC, como Zatanna, El Fantasma Errante, Muerte de los Eternos, y La Cosa del Pantano) hicieron varias apariciones.

John Constantine (nacido, según la ficción, en Liverpool, Inglaterra, en 1953) es un hechicero y exorcista con tendencias amorales y poseedor de valores cuestionables, además de métodos poco ortodoxos. Físicamente reconocible por su gabardina y por estar siempre fumando cigarrillos, Constantine es un antihéroe con la estética del detective clásico: narrando sus pensamientos en una voz en off, aparece como un perdedor consciente de su suerte, alcohólico y adicto a la nicotina, con una personalidad que oscila entre lo individualista y lo amoral, cínico y solitario.

En su carrera hacia el éxito como nigromante, Constantine ha sacrificado a humanos y criaturas míticas, cuyos espíritus le atormentan continuamente. Su único objetivo es su propia supervivencia, para la cual practica todo tipo de trucos y engaños contra los seres sobrenaturales a los que se enfrenta y los seres humanos que le rodean en su vida cotidiana. Constantine consigue habitualmente derrotar a sus enemigos utilizando sus dotes como timador, pero como resultado a menudo suele ganar más enemigos que victorias. De hecho, es incapaz de conseguir ningún cambio duradero o disfrutar de victorias inequívocas. Siempre manipulador, a veces busca el bien de la humanidad, pero resulta ser una persona peligrosa para tener como amigo, ya que las vidas y las almas de los que se encuentran a su alrededor ineludiblemente pasan a correr peligro como parte de sus desventuras.

Antes de y durante la publicación de Hellblazer, John Constantine hizo apariciones en otros cómics (la mayoría de la línea Vertigo), como Crisis en Tierras Infinitas, The Sandman, Lucifer y Shade, El Hombre Cambiante. Fue un secundario habitual en La Cosa del Pantano y Los Libros de la Magia. A partir de la publicación de Hellblazer, y dado el carácter adulto de la serie, los intentos de utilizar al personaje en otros cómics de superhéroes u orientados a un público juvenil fueron alterados debido a un mandato editorial, de manera que Constantine se convirtió en el personaje Gregori Eilovotich Rasputin en Firestorm y Capitán Átomo. Grant Morrison creó a Willoughby Kipling para La Patrulla Condenada después de que DC Comics rechazase la utilización de Constantine, cambiando su semblante para que se pareciera a Richard E Grant en Withnail y yo, tras lo cual Phil Foglio tuvo que crear el personaje Ambroise Bierce para la miniserie Stanley y su monstruo,[8]​ ya que se le denegó el uso de Constantine y de Willoughby Kipling.[4]

John Constantine fue reintroducido en el Universo DC en 2011, inicialmente en el crossover El día más brillante: la búsqueda de la Cosa del Pantano,[9]​ para formar parte de la línea Los nuevos 52 en su serie propia, Constantine, y como integrante de la Liga de la Justicia Oscura. A partir de dicho momento, las apariciones de Constantine en el Universo DC convencional se han vuelto más habituales (incluyendo, incluso, películas de animación dirigidas a un público juvenil[10]​), y el personaje ha compartido protagonismo con Batman y Superman en varias historias.

Tras haber trabajado en D.R. & Quinch para la revista británica 2000 AD, un título que el creador de John Constantine, Alan Moore, había creado y popularizado, Delano fue seleccionado para empezar Hellblazer en 1987 a iniciativa de Moore por la editora Karen Berger entre varios pretendientes, entre ellos un jovencísimo Neil Gaiman.[11]​ Berger se quedó impresionada por la explosión de ideas que le presentó Delano: “Básicamente, me dio (y es una de las pocas cosas que he guardado durante los años) su propuesta original para la serie, y tenía de todo: la historia personal de John, sus antepasados… y todo ello sin recibir directriz alguna en términos de un mandato por mi parte”.[11]​ Sobre el cambio del nombre de la serie (de Hellraiser a Hellblazer), Delano diría: “Recuerdo que presenté una lista de alternativas al azar. La que más me gustaba era Hell-bent”. Ni él ni Berger recuerdan a quién se le ocurrió Hellblazer, pero a Berger le encantó. A Delano, en principio, no mucho: “Me seguía imaginando demonios llevando chaquetas deportivas, pero una vez se hizo, me acostumbré rápidamente”.[11]

La etapa de Delano (la tercera más longeva de la colección con 47 números, incluyendo spin-offs), se caracterizó por su tono sucio y callejero (que se convertiría en seña de identidad de la serie durante casi toda su extensión), y por su sátira política, mediante la cual tocó varios temas de actualidad en los últimos años 80 y primeros 90, como la especulación financiera por los brokers de la City (a los que convirtió, literalmente, en demonios[12]​), y las corruptelas de los masones aristócratas (que en el cómic controlan las Casas del Parlamento[13]​). También utilizó el cómic para expresar sus ideas ecologistas, especialmente en “La máquina del miedo”,[13]​ arco argumental en el que John se unía a una comunidad itinerante de activistas medioambientales. De hecho, Karen Berger recalcó, en una carta publicada con motivo de la salida de Delano de la colección,[14]​ la ironía de que su último número se le entregase en la misma semana en la que Margaret Thatcher dimitió como primera ministra británica.

La etapa de Delano no se caracterizó por tener un dibujante regular. Durante esta, fueron frecuentes los cambios de equipos artísticos. John Ridgway abandonó la serie en el número 9,[15]​ y dibujantes como Mark Buckingham, Steve Pugh, Sean Philips y Richard Piers Rayner realizarían varios números para Hellblazer, sin llegar a asentarse en la serie. Los portadistas habituales durante esta etapa fueron Dave McKean y Kent Williams, cuyos estilos oscuros e hiperrealistas ayudaron a definir la estética de la colección.

La etapa de Delano comprendió cinco sagas argumentales:

Jamie Delano regresó a la serie en varias ocasiones. Entre las etapas de Garth Ennis y Paul Jenkins en Hellblazer, explicó el motivo por el que el mejor amigo de John, Chas, está en deuda con él.[38]​ Posteriormente, escribió una de las cinco historias de Navidad relatadas en el número 250.[39]​ También escribió las miniseries El horrorista en 1995,[40]​ y Hellblazer especial: Mala sangre en 2000.[41]​ También en 2000, escribiría el relato en prosa "El gángster, la puta y el mago" para el especial Vertigo secret files: Hellblazer[42]. En 2010, publicó la novela gráfica Hellblazer: Pandemónium junto al artista Jock,[43]​ para conmemorar el 25 aniversario de la primera aparición de John Constantine en La Cosa del Pantano.[44]

El escritor norirlandés Garth Ennis tomó las riendas de la serie en 1991. Al igual que Delano, la mayor parte de la obra del jovencísimo autor (de 21 años por aquel entonces) se había publicado en la revista 2000 AD, para la que había escrito varias historias del Juez Dredd. La etapa de Ennis, de un total de 51 números (contando especiales y relatos cortos), sería la más larga de la serie hasta la llegada de Peter Milligan en 2009. Su visión del personaje y de la serie es más intimista que la de Delano, sin abandonar la crítica política: las relaciones de John toman el primer plano y se convierten en el motor de la serie, incluso más que el aspecto sobrenatural. Ennis también imprimiría un fuerte componente religioso: La némesis de John en esta etapa fue el Primero de los Caídos, y algunas líneas argumentales, como la relación entre un ángel, Tali, y un demonio súcubo, Ellie, serían reutilizadas por el propio Ennis como un elemento esencial en Predicador, uno de sus trabajos más populares (con la que su Hellblazer comparte su nihilista sentido del humor, su violencia descarnada, su descreimiento religioso y su componente fundamentalmente humanista). De hecho, en muchos sentidos, el Hellblazer de Garth Ennis puede considerarse como un "campo de pruebas" de Predicador, ya que, entre otros aspectos, significaría su primera colaboración americana con el dibujante de ésta, Steve Dillon. Ennis aprovechó su estancia en Hellblazer para realizar una oda a su país natal, Irlanda, con varios componentes autobiográficos (entre otros aspectos, la inclusión de referencias a la música de The Pogues y la poesía de Brendan Behan, ambos ejemplos representativos de la herencia irlandesa de Ennis).

Los dos dibujantes habituales de la etapa de Ennis fueron Will Simpson y Steve Dillon. Las portadas fueron realizadas, en un principio, por Tom Canty, que sería sustituido en el número 52[45]​ por Glenn Fabry. Fabry, caracterizado por un estilo tan atractivo como grotesco, permanecería en la serie durante toda la etapa de Ennis y fue galardonado por su labor con el Premio Eisner al mejor portadista de 1995.

El Hellblazer de Garth Ennis puede dividirse en los siguientes arcos argumentales:

Ennis volvió al mundo de Hellblazer en tres ocasiones:

Tras el breve regreso de Delano a la serie[38]​ y un pequeño interludio escrito por el dibujante de From Hell, Eddie Campbell,[72]​ Paul Jenkins tomó las riendas de la serie en 1995. Antiguo editor de Las Tortugas Ninja y otros títulos de Mirage Studios, Jenkins estaba interesado en emprender una carrera como guionista, cansado de la edición, y, tras pedir trabajo en varias editoriales, consiguió escribir Hellblazer, convirtiéndose en el único guionista sin experiencia profesional que había escrito para el título hasta entonces.[73]​ Jenkins abandonó en parte el tono callejero de Ennis y se adentró abiertamente en la senda de lo fantástico, utilizando para ello varios clásicos de la mitología e historia británica (en su etapa, abundan las referencias a Albion, al ciclo artúrico y a antiguas batallas inglesas, y aparece Samuel Taylor Coleridge en una historia en la que se especula sobre la creación del poema Kubla Khan, y lo que podría haber sido la famosa interrupción al poeta del “hombre de Porlock[74]​). También volvió a la recreación, típica de la época de Delano, del estilo de vida anarquista, y retomó el tono social de la serie, al narrar, entre otros aspectos de actualidad en la Inglaterra de los años 90, los efectos de la Ley británica de Justicia Criminal de 1994, una ley controvertida que restringía la capacidad de los ciudadanos de hacer grandes manifestaciones.[75]

Formalmente, el trabajo de Jenkins destacó por su gran dominio de la narración auto conclusiva, que se convirtió en el formato narrativo más habitual de su etapa, en la que el dibujante regular fue Sean Philips, que sin embargo abandonaría la serie en el número 120,[76]​ siendo sustituido para los últimos arcos argumentales por Warren Pleece. La totalidad de las portadas fueron realizadas por Phillips.

Los arcos argumentales de la etapa de Jenkins fueron los siguientes:

En paralelo a su estancia en la serie regular de Hellblazer, Paul Jenkins escribiría, además: (i) Hellblazer / Los libros de la magia, una miniserie de dos episodios en la que John se ve forzado a bajar al Infierno junto a Tim Hunter, con el objetivo de recuperar su alma infantil, que había ocultado en una caja de niño, secuestrada por un demonio;[95]​ y (ii) una historia corta para el número 1 de Vértigo: Al filo del invierno, en la que John se encuentra con el fantasma de un crítico musical, muerto de cáncer, en un bar de Nueva York.[96]

Warren Ellis tomó las riendas de la colección en 1999, gracias al éxito de otro título de Vertigo: Transmetropolitan. Se pretendía que continuase la estela de Delano, Ennis y Jenkins, convirtiéndose en el guionista principal del título durante varios años. Ellis compartía varios rasgos biográficos con Constantine (ambos nacieron en el norte de Inglaterra para desplazarse a Londres ya en su vida adulta; ambos eran profundamente progresistas ideológicamente; y Ellis se había especializado en crear personajes solitarios con una habilidad innata para alienar a todo aquel que se encontraba a su alrededor). Según el propio Ellis. "Siempre concebí a John como un arquetipo de la ficción británica y de la cultura británica de lo extraño”, en la tradición de los “investigadores de lo oculto” británicos como Thomas Carnacki (creado por William Hope Hodgson). "Nuestros dioses tramposos son siempre más siniestros, más tristes, y malditos”.[11]

En su breve etapa, Ellis volvió a las raíces de crítica social del título (que habían sido dejadas de lado por Ennis y, hasta cierto punto, por Jenkins). También le dio tiempo para tratar algunas de sus obsesiones personales, como la visión descarnada del periodismo como arma manipuladora, la interacción física de lo fantástico y de lo terrenal y su concepción propia de la metafísica. Asimismo, por primera vez en la serie y en línea con lo planteado por Hodgson en sus cuentos de Carnacki, desveló algunos de los misterios aparentemente sobrenaturales a los que se enfrentaba Constantine como ilusiones provocadas, en ocasiones, por el caótico estado mental de sus antagonistas, y, en otras, por sus propias maquinaciones como timador.

Ellis empezó su etapa con un arco argumental de seis números llamado “Atormentada”,[97]​ en el que un horrible asesinato lleva a John a reconocer la misoginia inherente en el modo en el que pone en peligro a sus parejas sentimentales. En la saga, Ellis aprovechó para cargar contra el “Nuevo laborismo” de Tony Blair, al que veía como el thatcherismo con una nueva cara, envuelto en memorabilia de la Princesa Diana. También aprovechó la historia para hacer una loa al Londres oculto, así como para otorgar un aire melancólico y revisionista a John Constantine, que sería aprovechado (junto a varios personajes secundarios creados por Ellis, como Mapa, Clarice, Albert o Watford) por Mike Carey en su etapa posterior.

Tras la conclusión de "Atormentada", Ellis realizó una serie de historias auto conclusivas, en las que (i) llevó a Constantine al terreno del terror descarnado, propio de la etapa de Delano;[98]​ (ii) contó una inquietante historia sobre un periodista esquizofrénico, convencido de haber encontrado el feto abortado del Anticristo;[99]​ (iii) realizó una denuncia de la invasión japonesa de Manchuria, en la figura del fantasma de un sádico médico japonés en búsqueda de redención;[100]​ (iv) revisitó las relaciones de John con sus parejas fallecidas, ya tratadas en "Atormentada";[101]​ y (v) hizo una crítica despiadada de los "paparazzis" y de los tabloides británicos.[102]

El afán de crítica social de Ellis le llevó a escribir la controvertida “Dispara”, una narración marcadamente oscura sobre los tiroteos en las escuelas de Estados Unidos, escrita justo antes de la masacre de Columbine, pero cuya publicación estaba prevista para unos meses después de la misma. En el número, John es testigo de varios tiroteos en institutos y llega a la conclusión de que los asesinos y los asesinados son ambos víctimas de las fuerzas sociales, políticas y culturales que les alienan.

Pese al entusiasmo inicial del equipo editorial de Vertigo, Paul Levitz, redactor jefe de DC Comics, rehusó publicar la historia. Según Ellis, Karen Berger (redactora jefe de Vertigo por aquel entonces) quería que la historia se publicase, e intentó presionar para ello. “Pasaron un par de semanas de peleas y gritos, al final de las cuales les dije que podían publicarla como estaba o publicarla con los cambios que requerían, y quitar mi nombre”.[11]​ En cualquier caso, Ellis había perdido todo interés en continuar en la colección bajo esas circunstancias, lo que le llevó a presentar su dimisión. Una copia de “Dispara” se filtró en internet. La historia sería publicada por Vertigo más de una década más tarde.[103]

El dibujante habitual durante la corta etapa de Ellis fue John Higgins, que realizó el arco argumental "Atormentada". Con todo, una de las características fundamentales de esta etapa fue que durante la misma se produjo el debut en la serie de Tim Bradstreet (en el número 134),[104]​ cuya estancia en Hellblazer se alargaría hasta el final de la etapa de Mike Carey,[105]​ y que se convertiría en el portadista más longevo y definitivo de la serie.

Tras un breve interludio del guionista croata Darko Macan,[106]​ Brian Azzarello empezó a escribir la serie en el número 146, una vez más gracias al éxito de su propia colección para Vertigo, 100 Balas. Por primera vez, un guionista americano se hacía cargo de la serie. Azzarello realizó varios cambios radicales en la concepción del personaje y de sus aventuras: por un lado, eliminó casi completamente los monólogos interiores de Constantine (una constante desde los tiempos de Delano), dejando al lector tan desconcertado sobre el comportamiento y los planes de John como las personas que le rodeaban. Por el otro, imprimió a las historias un alto grado de sexo y violencia (muy en línea con la obra del autor hasta el momento). Azzarello trasladó a Constantine a Estados Unidos, donde pasaría la totalidad de su etapa en la colección. El guionista narró una gran meta historia en la que John dejó de ser el protagonista absoluto de la narración, que pasó a ser completamente coral; los elementos más sobrenaturales del título se reemplazaron por otros de evidente carácter “neo-noir”; y se sustituyeron los neogóticos escenarios británicos que habían preponderado en la serie hasta entonces por otros más propios de la “América profunda” (introduciendo a la serie en el territorio, hasta entonces inexplorado en Hellblazer salvo excepciones muy puntuales,[20]​ del "southern gothic"). Los novedosos elementos utilizados por Azzarello resultaron ser controvertidos, tanto entre los lectores como a nivel editorial.

Sin embargo, Alan Moore mostró su entusiasmo sobre la etapa (en especial sobre el arco argumental "Tiempos difíciles"):[107]​ "Juzgados por su fuerte y convincente retrato en “Tiempos difíciles”, Brian Azzarello y Richard Corben han hecho un John Constantine real, frío y vital. El toque de Azzarello en cuanto al ritmo, los personajes y las situaciones resuena a través de cada escena con claridad de cristal oscuro cercana a lo magistral, y Corben contribuye con la que es, quizás, una de las más oscuramente expresivas narraciones en una carrera larga y ya legendaria”[108].

Tras un primer arco argumental dibujado por el prestigioso artista Richard Corben, el dibujante habitual en la etapa de Azzarello fue Marcelo Frusin, quien también continuaría siéndolo durante el grueso de la posterior etapa escrita por Mike Carey (junto a Leonardo Manco).

La etapa de Azzarello puede dividirse en los siguientes arcos argumentales:

Azzarello volvió a la colección en 2009, para una de las historias de Navidad narradas en el número 250 de Hellblazer.[118]

Tras la etapa de Azzarello, el guionista Mike Carey tomó las riendas del título, gracias al éxito de su serie para Vertigo, ganadora del Premio Eisner, Lucifer, un spin-off de The Sandman. El principal propósito de Carey fue devolver a John Constantine a sus raíces, trasladando la acción de nuevo a Londres. Narrativamente, los rasgos propios de la colección hasta Azzarello (monólogos interiores, inclusión de lo fantástico, ciertos componentes de melodrama...) volvieron a ser predominantes, si bien la crítica social pasó a ser prácticamente inexistente.

Alan Moore fue una influencia capital en el trabajo de Carey (más aún que otros autores): a título de ejemplo, la estructura del arco argumental “Cara a la pared"[119]​ guarda claras similitudes con “American Gothic”, la saga de La Cosa del Pantano que supuso la primera aparición de John Constantine;[120]​ y la historia “La tierra a donde van los muertos[121]​ se asemeja, hasta cierto punto, en su revisión del mito de Orfeo, a “Entre los muertos”, publicada originalmente en el Annual 2 de The saga of the Swamp Thing (1985).[122]​ Otra influencia palpable es Neil Gaiman, cuya concepción de la fantasía gótica puede percibirse en historias como “Se lleva en los huesos”.[123]

Muchos personajes de las etapas de Delano, Ennis, Jenkins y Ellis volvieron a aparecer en la serie, entre ellos el Primero de los Caídos, la súcubo Ellie, el "Constantine demoniaco", la hermana de John, Cheryl, y su sobrina, Gemma. Esta última se convertiría, junto a la nueva amante de John, Angie Spatchcock, en un personaje esencial, de manera que, con todo, la etapa de Carey conservó, hasta cierto punto, el carácter coral establecido por Azzarello (de hecho, en determinados números,[123]​ Constantine no hace acto de presencia, cosa insólita en etapas anteriores). Carey también realizó un intento continuado de trasladar el género negro a Hellblazer desde una perspectiva novedosa y radical, a menudo críptica, y a veces brillante, ya utilizada por el autor en su Lucifer: mediante la superposición de escenas inconexas que, al final del arco argumental, se revelaban como integrantes de la misma historia (lo cual forzaba al lector a volver a leer todo el cómic correspondiente, a efectos de poder asimilar toda la información). Como resultado, la etapa de Carey es épica y compleja, una gran meta historia repleta de profecías y cortinas de humo (al igual que Lucifer) que, si bien resulta algo derivativa de etapas anteriores, es muy dinámica y, en sus mejores momentos, apasionante, pese a algún fallo de continuidad. En particular, en la saga "Motivos para estar contento", el fortachón amigo de John, Straff, y su madre son asesinados,[124]​ cuando esta última falleció en el espléndido número 118 de la colección, perteneciente a la etapa de Paul Jenkins.[91]​ Por otra parte, el demonio Nergal reaparece en la saga "Motivos para estar contento", y posteriormente, en "La tierra a donde van los muertos", explica que fue asesinado por El Primero de los Caídos por haber fracasado en su enfrentamiento contra John Constantine en los comienzos de la serie;[26]​ sin embargo, Ennis mostró en su etapa que el destino final de Nergal había sido ligeramente distinto: El Primero de los Caídos decidió atormentarle durante milenios, revirtiéndole a su forma humana original, un débil adolescente.[55]

En palabras del propio Carey, “No ajusté la escala de la historias de Hellblazer conscientemente. Quería que volviera el misticismo y lo sobrenatural; lo cual pienso que había dejado de ser el elemento central de la colección durante los años anteriores a mi llegada. Pienso que John funciona mejor contra adversarios demoníacos”. Hablando de un posible final de la serie, también dijo: “Creo que cuando esto suceda, si es que sucede, será a consecuencia más por causas económicas que porque un autor haya decidido que se ha de terminar. Nadie tiene el derecho de matar a Constantine, o a su historia; no si yo puedo evitarlo. De alguna forma, John parece que no pertenece a nadie. Cuando escribes sobre él, siempre te vuelves a mirar por encima del hombro”[125].

Carey fue el primer paisano de John Constantine que escribió para Hellblazer (ambos nacieron en Liverpool). La etapa de Carey se convertiría en la cuarta más larga de la serie (con 44 números contando spin-offs), únicamente por detrás de Milligan, Ennis y Delano. Los dibujantes regulares en esta etapa fueron Marcelo Frusin (hasta el número 200[126]​), y Leonardo Manco, que también lo sería en las posteriores etapas de Denise Mina y Andy Diggle. El autor de todas las portadas fue Tim Bradstreet.

La etapa de Carey se divide en los siguientes arcos argumentales:

Carey volvería a Hellblazer entre las etapas de Denise Mina y Andy Diggle en la colección, para realizar el número 229, una historia auto conclusiva, más liviana que su primera etapa en la serie, en la que se potenciaban los aspectos más detectivescos del personaje.[143]

Mientras escribía la serie regular, Carey realizó dos spin-offs de Hellblazer:

Tras la salida de Carey de la serie, la escritora británica Denise Mina se hizo cargo de Hellblazer en 2006. La autora escocesa, que había escrito una serie de novelas negras, la llamada "trilogía de Garnethill", de considerable éxito comercial y crítico, pero que no gozaba de experiencia previa en el mundo de los cómics, llevó a Constantine a su ciudad natal, Glasgow, en una etapa que desde buen principio se supo que sería breve (13 números). En una entrevista para el periódico británico The Guardian en 2007, Mina aseveraría: "Dije que me comería las tripas para escribir Hellblazer. Dijeron que esperaban que no llegara a eso. La serie trata de todo lo que me interesa: la teología, la ficción policial, el gótico. El tipo que lo dibuja vive en Argentina, así que me dediqué a subir por las paredes, estando muy embarazada, para grabarle los sitios que estaba usando y que debía dibujar".[147]

Mina lamentaría posteriormente la brevedad de su etapa: "Por desgracia, sólo pude hacer esto durante un año o así porque tenía muchos otros compromisos de trabajo, ¡pero qué subidón! La serie fue dibujada por Leonardo Manco, hombre de genio, caballero y un buen tipo. La serie se inspiró en experiencias cercanas a la muerte. Siempre me preguntaba sobre el túnel de luz cálida y los amigos de bienvenida: ¿Qué pasaría si fuera una trampa? Nadie vuelve nunca de la luz, nadie llega nunca y luego vuelve a la vida, siempre es un viaje de ida. ¿Y si algo siniestro yacía detrás del panel de luz blanca? ¿Y si el Cielo y el Infierno no fuera todo? "[148]

Mina demostró conocer en profundidad al personaje de John Constantine, recuperando el tono callejero de Delano y el gusto por la fantasía mítico-histórica de Jenkins. Asimismo, llevó al personaje a territorios conocidos para ella (Escocia), de manera similar a lo realizado por Ennis en su etapa con Irlanda, y, siguiendo la estela de Ellis, convirtió a Glasgow y a Londres en personajes de su historia. También situó su trama en perfecta continuidad con la etapa de Carey, utilizando a varios personajes predominantes en la misma, como Angie Spatchcock o la sobrina de John, Gemma. Sin embargo, la macrohistoria de Mina se vio lastrada por una duración excesiva, convirtiéndose en un mal ejemplo de narración descomprimida. Por otra parte (y sorprendentemente teniendo en cuenta el trabajo previo de la autora) su trama detectivesca resultó ser confusa y, hasta cierto punto, inverosímil y banal, más allá de determinados hallazgos felices, como la irónica utilización del schadenfreude.

La etapa de Mina fue dibujada casi en su totalidad por Leonardo Manco. Las portadas fueron realizadas por Greg Lauren, Lee Bermejo y el propio Manco.

La obra de Mina se divide en dos arcos argumentales:

Andy Diggle, guionista británico que adquirió notoriedad como editor de 2000 AD, aterrizó en Hellblazer en 2007, sustituyendo a Mina, después de publicar para Vertigo una exitosa serie propia, Los perdedores, y una etapa en Swamp thing, como parte del contrato de exclusividad que había celebrado con DC Comics. Diggle había escrito con anterioridad (2003) un spin-off de Hellblazer, Hellblazer especial: Lady Constantine,[152]​ protagonizado por la antepasada de John, Lady Johanna Constantine, creada por Neil Gaiman para The Sandman. Diggle abandonó el título en 2009, tras realizar 18 números de la serie regular (a los que se deben sumar los cuatro de los que consta Hellblazer especial: Lady Constantine), debido a su aceptación de un contrato en exclusiva para Marvel Comics.[153]

Diggle realizó un cambio radical del "statu quo" de la serie. al eliminar mediante un singular "deus ex machina" todos los traumas personales y crisis nerviosas que habían atormentado a Constantine desde la etapa de Delano, convirtiendo a John en un personaje rejuvenecido y acorde con su primera aparición en las páginas de Swamp Thing: un individuo enigmático e inquietante, cínico y manipulador, sarcástico e individualista, pero dotado de una cierta conciencia social proletaria. Sus historias, enmarcadas de lleno en la serie negra "hardboiled", con muchas pinceladas de violencia "gore" y humor negro, beben directamente de diversas fuentes de la historia del cine británico: desde películas de gánsteres como Asesino implacable o las primeras obras de Guy Ritchie, hasta clásicos del terror como las producciones de la Hammer o The Stepford Wives, sin olvidar los dramas sociales de Ken Loach y Trainspotting. También son evidentes las influencias del "giallo".

La etapa de Diggle resultó ser, además, la más activista desde el punto de vista político desde la época de Ellis, ya que convirtió a Constantine en un campeón de la clase trabajadora, y el villano de sus historias fue un clasista y racista lord, a la sazón ministro de vivienda británico. Diggle realizó además un ataque despiadado contra la Iglesia católica, particularmente en la historia "La mortificación de la carne".[154]​ Formalmente, Diggle optó por arcos argumentales cortos (de dos o tres números en su mayoría), lo que propició que su etapa fuese mucho más compacta que la obra de Mina. Sin embargo, el trabajo de Diggle fue controvertido entre los aficionados, principalmente por su discutible utilización de la continuidad, tanto por el "deus ex machina" antes mencionado como por la cuestionable reaparición de algunos personajes clásicos (la súcubo Ellie, cuyo papel parece obviar los acontecimientos acaecidos durante las etapas de Jenkins y Carey, y el "chico dorado", el hermano fallecido de Constantine, protagonista del magnífico número 40 de la serie[14]​).

Diggle reconocería el planteamiento político de su trabajo en una entrevista al principio de su etapa: "El corazón de Hellblazer ha sido siempre el horror sobrenatural con una conciencia social [...]. ¿Qué es eso, dices? ¿Conciencia? ¿Pensabas que John Constantine era sólo un bastardo amoral? De acuerdo, así es, tal vez ha dejado un rastro de amigos muertos que avergonzaría a los Borgia. Pero siempre fue por el bien mayor, ¿no? Bajo su calloso exterior, la ironía calculada y la actitud de mierda, ¿no quiere Constantine hacer del mundo un lugar mejor? Porque, seamos realistas, es bastante jodido tal y como es. Dicen que dentro de cada cínico hay un idealista decepcionado. Constantine no cree en las autoridades superiores autoproclamadas. Él cree en la gente. Personas pequeñas, débiles, defectuosas, que luchan. Pero el problema de ser un humanista es ... bueno, los humanos [...]. Tal vez fue el sexo, las drogas y el rock'n'roll lo que llevó a Constantine a la magia, pero eso no es lo que le mantiene allí. Él no es adicto a la magia realmente, él es adicto a los subidones. Es un adicto a la adrenalina, incapaz de dejar una piedra sin darle la vuelta para ver lo que se arrastra por debajo. Un entrometido inveterado con una compulsión abrumadora por tratar de arreglar cualquier mierda desagradable que descubra mientras echa un vistazo en la resaca sobrenatural de la Gran Bretaña moderna ...y la magia es la solución más rápida y fácil. Por supuesto, es también la más peligrosa".[155]

Diggle colaboró en la mayoría de sus números con el dibujante Leonardo Manco, que abandonaría el clasicismo de su trabajo para la etapa de Carey y el naturalismo de la etapa de Mina para adoptar un estilo iconoclasta, lindante con el expresionismo. Los portadistas de su etapa fueron Lee Bermejo y Glenn Fabry.

La etapa de Diggle se divide en los siguientes arcos argumentales:

Tras la salida de Diggle, el veterano guionista británico Peter Milligan fue el encargado de sucederle al frente de Hellblazer, después del número 250, un especial antológico que contaba con historias escritas por Dave Gibbons,[164]Jaime Delano,[39]Brian Azzarello,[118]China Mieville[165]​ y el propio Milligan.[166]​ El escritor londinense, uno de los máximos representantes de la llamada "Invasión británica" de finales de los años 80 en el cómic americano y autor de títulos pioneros de la línea Vertigo como Skreemer y Shade, el Hombre Cambiante, llevaba varios años semirretirado del mundo de los cómics. Pese a ello, su etapa en Hellblazer se convertiría en la más larga de la historia de la colección (con 54 números, incluyendo spin-offs), fue positivamente valorada, en general, por la crítica, y comportaría varios cambios radicales y pasos adelante para el personaje de John Constantine. Milligan sería el encargado de finalizar Hellblazer en su número 300[2], una conclusión que resultó polémica entre los aficionados.

La aproximación de Milligan a Hellblazer supuso un giro de 180 grados en relación con las etapas anteriores: optando por un enfoque revisionista que en ocasiones acercó a la serie a la farsa, el guionista inglés obvió completamente la "vuelta a los orígenes" establecida por Diggle en su etapa para convertir a John Constantine en un cincuentón cansado, neurótico y diletante. Falible y desilusionado, John deja de buscar aventuras para convertirse en un hombre envejecido y desesperado por llevar una vida normal. Los desencadenantes de las tramas se deben más a factores externos (habitualmente por la participación de amigos o enemigos, nuevos o antiguos, como Gemma Masters, el demonio Nergal o el "Constantine Demoniaco", utilizados en algunos casos con flagrantes vulneraciones de la continuidad de la serie) que a la propia voluntad del personaje. De hecho, uno de los elementos más interesantes de la etapa de Milligan es la introducción de sólidos personajes secundarios creados por el guionista, como los dos nuevos intereses amorosos de John Constantine, Phoebe Clifton-Avery y Epiphany Greaves, o el demonio Julian.

Milligan otorgó a la serie un cierto estilo auto paródico, con influencias surrealistas y componentes metalingüísticos, lo que no evitó que tratara temas inquietantes, como la muerte, la violencia de género, las relaciones incestuosas o la violación. Este revisionismo se extendió también a la crítica política, que permaneció en la serie (con ataques despiadados al conservadurismo capitalista y a las especulaciones bursátiles e inmobiliarias, por ejemplo), pero con un enfoque pesimista sobre el estilo de vida "punk" que distanció a su obra de etapas anteriores. A medida que fue avanzando su etapa, Milligan incluyó en sus historias un marcado tono crepuscular que culminó en el último arco argumental de la serie,[167]​ en el que Constantine debió hacer frente a todos los sinsabores causados a terceros durante su vida, personificados en su sobrina Gemma. En esta trama, Milligan utilizó un concepto determinista del destino para cerrar la historia de John Constantine, que recuerda al clímax de The Sandman.[168]

Milligan, en una entrevista en 2012, expresó su punto de vista distintivo sobre el personaje, que marcaría su etapa: "Hellblazer ha estado en la cama con muchos escritores. Creo que pasa un poco de tiempo antes de sentir a este personaje como propio [...]. Cuando tomé la serie, sentí que había que empujarlo hacia áreas inusuales, áreas que molestarían a una o dos personas. [...] Siempre pienso, ¿qué hace que los personajes sean reales? ¿Qué hace real a John Constantine, en la ficción? Ya se trate de películas o novelas ... es cuando se le da ese toque de verosimilitud. Es cuando nosotros, cuando Constantine, hacemos cosas que no son obviamente coherentes con nuestro supuesto carácter. Creo que la gente real hace cosas que están fuera de su personalidad. Y cuando haces esto con tus personajes los conviertes en reales, los respiras."[169]

Formalmente, Milligan optó por alternar historias auto conclusivas con arcos argumentales de cinco números como máximo, levemente conectadas entre sí , con una estructura narrativa ligeramente caótica (en la que abundan las contradicciones y la aparición de sub tramas inconclusas o terminadas abruptamente), aprovechando los estilos contrapuestos de sus dos dibujantes habituales: Giuseppe Camuncoli (artista italiano poseedor de un estilo de "línea clara", que dibujó la mayoría de las tramas multi arco) y Simon Bisley, que aportó su característico estilo feísta y con toques "underground", y que limitó su colaboración a las historias auto conclusivas y "flash backs", destacando especialmente en las historias relacionadas con la cultura "punk". Bisley realizó la mayoría de las portadas. Lee Bermejo realizó también una serie de portadas al principio de la etapa.

La etapa de Milligan se divide en los siguientes arcos argumentales:

La naturaleza críptica, alegórica y metalingüística del número 300 de Hellblazer dio lugar a reacciones antagónicas por parte de la prensa especializada. Hannah Means-Shannon, escribiendo para Comics Beat, concluyó que el final permitió que "la serie forme una especie de lazo eterno de su narrativa, un adiós apropiado a un universo del bolsillo dentro de DC".[190]​ Jesse Schedeen, en una reseña publicada en IGN, alabó la calidad general del número, pero juzgó su final "innecesariamente vago e incluso frustrante".[191]​ Walt Richardson, de Multiversity Comics, pese a reconocer su falta de familiaridad con la serie, consideró el número "rutinario" y llevado únicamente por razones comerciales.[192]​ John R. Parker, de Comics Alliance, juzgó que era "una poderosa conclusión para una historia asombrosa".[193]​ Scott Cederlund, de Newsarama, consideró entusiasmado que Milligan y Camuncoli "toman prestado un truco de su personaje principal y tal vez engañan un poco, proporcionando un final al personaje que no es tan definitivo como la muerte o el destierro al infierno de superhéroes".

Milligan, por su parte, no ha ofrecido ninguna explicación adicional sobre el destino de John Constantine tras la publicación del número.

Además de los autores arriba mencionados, a lo largo de la vida editorial de la serie otros guionistas publicaron historias protagonizadas por John Constantine u otros personajes de su universo bajo la impronta de Hellblazer, tanto en la propia serie como en historias cortas publicadas en otros títulos de Vertigo, miniseries y novelas gráficas independientes. Dichos autores son los siguientes:

Warren Ellis, en su introducción para el hardcover de la edición americana del arco argumental "Miedo y odio",[57]​ expuso los que, a su juicio, son los elementos clave de Hellblazer, que la diferencian de otras obras del género:

Hellblazer empezó su andadura durante los primeros días de la Edad Moderna de los Cómics (1984-1990), y, al igual que otros cómics de la época (como Watchmen, Batman: El regreso del Caballero Oscuro, Daredevil: Born again y otros), su temática es oscura, violenta, y política y moralmente compleja. Hellblazer mezcló el horror sobrenatural con el terror cotidiano (en línea con la ficción gótica del momento), y con elementos procedentes del noir, el surrealismo y la ficción fantástica de detectives. La serie formó parte del surgimiento del interés por los "cómics de autor" en DC Comics como consecuencia del éxito comercial de la "Invasión británica" del cómic americano de finales de los años 80, lo que conllevó un tono más personal, adulto y oscuro que la mayoría de las publicaciones de la editorial, y fue una influencia decisiva en la creación de la línea Vertigo en 1993.

El afán de calidad de Hellblazer llevó a sus editores a contratar autores contrastados o de aspiraciones autorales, lo que conllevó que la publicación se encontrase durante su larga existencia en el difícil equilibrio de conjuntar la visión personal del mundo de John Constantine por parte de sus diferentes guionistas con el respeto a la continuidad de la serie. Como consecuencia, cada uno de sus autores narró las historias de Constantine desde un punto de vista propio: Jamie Delano introdujo el tono callejero de la serie, y sentó los patrones que continuarían durante casi toda su extensión; Garth Ennis imbuyó a la serie de su sarcástica visión del mundo; Paul Jenkins profundizó en los juegos con el metalenguaje y la historia británica; Warren Ellis llevó la crítica política más allá de los límites de la bien pensante línea editorial del momento, e introdujo un elemento de melancolía en el personaje principal; Azzarello llevó a John a un entorno cercano a la serie negra "hard boiled" y el "southern gothic"; Mike Carey optó por un enfoque clasicista, pero incluyó una serie de disquisiciones sobre el envejecimiento y el paso del tiempo que marcarían el resto de la serie; Denise Mina aprovechó para criticar la realidad social y política de la sociedad escocesa del momento, así como para plasmar sus propias preocupaciones existenciales; Andy Diggle optó por la versión más irrespetuosa del personaje, pero incluyó salvajes críticas religiosas y políticas; y Peter Milligan plasmó sus propias preocupaciones sobre la llegada de la tercera edad, y retomó formalmente los patrones de su obra más surrealista, en particular Shade: El hombre cambiante.

Por el otro lado, a diferencia de otros cómics con décadas de duración, Hellblazer consiguió contar una gran historia, con un principio y un final. De gran importancia en el éxito de lo anterior es que la serie siguiera el envejecimiento paulatino de su personaje principal durante 25 años. Su protagonista, John Constantine, empezó la serie con 34 años y la terminó con casi 60, lo que propició un gran bagaje de continuidad, en el que destacan las constantes reapariciones de personajes secundarios (los más longevos, Chas Chandler (cuya aparición se remonta al número 1 de la serie[197]​), y la sobrina de John, Gemma Masters (que apareció por primera vez en el número 4[19]​)) y que las consecuencias de los desenlaces de determinadas historias siguieran teniendo un impacto inequívoco en tramas acaecidas cientos de números más adelante, e incluso en el propio final de la serie.

Como consecuencia de su larga duración, los guionistas de la serie reflejaron a menudo la situación cultural y social de la época en la que escribieron para Hellblazer. Jamie Delano, para escribir su primera etapa en la colección (1988-1991), se inspiró en asuntos reales de actualidad en aquellos años, como el punk rock, la defensa del medio ambiente desde un punto de vista anarquista y el auge de la especulación en la economía británica. Delano sería el primer guionista de la colección en poner en primer plano su ideología política, un elemento nunca visto en cómics mainstream hasta entonces,[11]​ plasmando su visión negativa del thatcherismo y (en su novela gráfica de 2010, Hellblazer Pandemonium[43]​) de la Guerra contra el Terror.[203]​ Esto convirtió a John Constantine en un personaje diferente de otros protagonistas de cómics de la época, ya que un elemento fundamental en su personalidad fue, desde el principio, su lucha contra lo que él consideraba como la injusticia social y política en Gran Bretaña.

Esta tendencia fue continuada, en mayor o menor medida, por muchos de los guionistas que le sucedieron en la serie: Garth Ennis, en su etapa en Hellblazer (1991-1994), si bien disminuyó hasta cierto punto la carga política de Delano, basó arcos argumentales enteros en cuestiones ideológicas que más tarde también mostraría en Predicador, como el racismo y el fanatismo religioso. Ennis también plasmó sus impresiones sobre la Guerra de las Malvinas y la situación política en Irlanda del Norte, su país natal (hasta el punto de basar todo un spin-off, el magnífico especial Heartland. Tierra del corazón,[69]​ en este tema). Paul Jenkins (1994-1996), pese a que en principio se enfocó, más que sus predecesores, en el género fantástico, criticó en una serie de historias auto conclusivas memorables el hooliganismo, la represión policial contra manifestantes pacíficos, el maltrato animal, la violencia machista, la pederastia y el consumismo. Warren Ellis (1999) volvió a incluir la crítica social como un elemento fundamental en sus historias (arremetiendo contra el Nuevo laborismo de Tony Blair), y analizó el polémico tema de los tiroteos en institutos en la historia “Dispara”.[103]​ Esta historia generó una gran controversia, al coincidir su pretendida publicación con la Masacre de la Escuela Secundaria de Columbine, y provocó su salida de la serie. El escritor más polémico, Brian Azzarello (2000-2002) tocó temas como el neonazismo, la violación masculina en las cárceles y la homosexualidad. Andy Diggle (2007-2009) convirtió a Constantine en un campeón de la clase trabajadora, enfrentándolo directamente contra el ministro de vivienda británico, un aristócrata clasista. En la última etapa de la colección, Peter Milligan (2009-2013) consiguió insertar la ideología punk en la serie, ya que, en sus historias, el neoliberalismo es una infección demoniaca, y la cultura punk, el último bastión de resistencia frente a aquella. El terror de Hellblazer viene a menudo de las crisis y controversias de su tiempo. Al desarrollarse en el Reino Unido, muchas personalidades británicas han aparecido en la serie, como Sid Vicious, Margaret Thatcher, Aleister Crowley y (convenientemente disfrazadas para evitar la censura) la familia real británica.

Los temas esenciales de Hellblazer fueron el cinismo, el nihilismo y la estilización de la violencia. Fue habitual durante casi toda la serie que John Constantine narrara la historia en un monólogo interior, de prosa oscura y alambicada, y a veces rompiendo la Cuarta Pared. En muchos arcos narrativos, cada victoria de Constantine tenía un efecto negativo que llevaba a la tragedia. Sus amigos y su familia a menudo eran sacrificados o quedaban atrapados en las trifulcas del personaje, y muchos acabaron muertos o abandonándole. Pese a que John intentaba hacer lo mejor posible, dadas sus limitaciones inherentes, para sacar algo bueno de su vida, sus intentos casi siempre acabaron en fracaso.

En cualquier caso, Hellblazer es un cómic esencialmente británico, no solo porque su creador y la inmensa mayoría de los equipos creativos que trabajaron en la serie son de esa procedencia, sino porque el Reino Unido supuso un elemento fundamental en su concepción. Esta característica explica, en parte, la mala recepción por parte de los aficionados de los intentos de trasladar al personaje a Estados Unidos (desde la etapa de Brian Azzarello en la serie hasta sus adaptaciones cinematográfica y televisiva). En palabras de Peter Milligan, "Creo que Hellblazer es única. En una industria del cómic dominada por personajes americanos (lo cual no tiene nada de malo en sí mismo), Constantine era desvergonzadamente británico. Una clase específica de miserabilista británico".

Durante sus más de dos décadas de publicación, Hellblazer tuvo una aceptable acogida comercial, un hecho insólito en un título de tanta duración y con tanta rotación de equipos creativos. Si bien nunca tuvo el nivel de ventas de otros cómics mainstream, siempre consiguió beneficios, y se mantuvo consistentemente como uno de los títulos más vendidos de Vertigo, sustentado por las buenas ventas de sus tomos recopilatorios.

En cuanto a su acogida crítica, Hillary Goldstein, de IGN, dijo “a veces surreal, a menudo provocadora y casi siempre entretenida, las aventuras de Hellblazer se encuentran entre lo mejor que Vertigo puede ofrecer”.[204]​ El conocido escritor de cómics Warren Ellis consideraba a la serie su favorita, y la incluía entre las mejores obras de terror de los 90. Andre Borges de DNA India la incluyó entre su listado de “15 novelas gráficas que debes leer”, describiéndola como “una de las mejores de su clase”, y diciendo que “su guion y dibujo han sido alabados durante toda su trayectoria”.[205]​ Robert Tutton de Paste Magazine la incluyó en el número 4 de sus “13 comics de horror moderno terroríficos”, diciendo que “los encuentros más terroríficos de Constantine han llegado muy cerca de ese atisbo de verdad que recuerda a los lectores que la vida real puede ser tan terrorífica como cualquier súcubo o estirpe demoniaca”.[206]

La etapa original de Delano en la serie es muy valorada. Al respecto, la periodista Helen Braithwaite dijo: "Su visión del personaje de John Constantine nunca ha sido igualada. El arco argumental “Pecados originales”[16]debería estar en la colección de cualquier fan de los cómics”. Añadió que “su escritura evoca un increíble sentido de lo ominoso y del terror en el lector”.[207]​ IGN incluyó a la serie como uno de los mejores 25 títulos de Vertigo, y consideró a John Constantine como uno de los mejores personajes de Vertigo.[208]

La etapa de Garth Ennis también es casi unánimemente alabada, en particular “Hábitos peligrosos”,[46]​ que fue votada la mejor historia escrita por su autor por Comic Book Resources, por delante de su trabajo en Predicador, The boys y Punisher. En el mismo artículo, Brian Cronin calificó al verdadero amor de John, Kit Ryan, como uno de los personajes más memorables de la serie.[209]​ La popularidad de la etapa de Ennis y Dillon en Hellblazer fue clave para que Vertigo aceptara publicar Predicador.[210]Empire Magazine consideró “Hábitos peligrosos” “por derecho propio, una de las historias más celebradas en la historia de los cómics”.[211]​ Glenn Fabry, que fue el portadista habitual de la etapa de Ennis, ganó un Premio Eisner como Mejor Portadista de 1995.

El creador del protagonista, Alan Moore, alabó la visión que Jamie Delano tenía del personaje, al comentar que “[Delano] demuestra brillantemente que el horror inglés no desapareció con la niebla y los guijarros iluminados por luz de gas al final de la era victoriana”.[197]​ A Moore también le gustó la etapa de Brian Azzarello en la serie.[108]

La editorial Ediciones Zinco, poseedora de los derechos de distribución de DC Comics en España durante los años 80 y primeros 90, publicó los primeros números de Hellblazer como una miniserie de cinco números en 1990, al albor del éxito de la maxiserie de 12 números de La Cosa del pantano, recientemente publicada, que contenía la saga "American Gothic" en su integridad[120]​ (y que incluía la primera aparición de John Constantine[1]​). Dicha miniserie, en formato grapa, incluía los cuatro primeros números de la edición americana[197][218][12][19]​ y el número 27 de la colección (integrado por la historia "Abrázame", de Neil Gaiman y Dave McKean).[32]

Zinco publicó dos obras más de la etapa de Jamie Delano: (i) en 1991, un especial de 68 páginas con el Annual 1 de la colección,[34]​ en grapa; y (ii) en 1992, un especial en rústica que incluía los dos números realizados por Grant Morrison y David Lloyd para la colección[31]​ (y titulado erróneamente "Hellblazer: Newcastle" - dado que dicho título y la portada correspondiente se referían al número 11 de la edición americana,[25]​ y no a los números incluidos en dicho especial-).

Posteriormente, en 1994, Zinco publicó, en una miniserie de tres números en rústica, la saga "Hábitos peligrosos", primera incursión de Garth Ennis en el personaje.[46]

Norma Editorial adquirió los derechos de distribución de Vertigo en España en 1997. Como parte de su línea "Colección Vértigo", aprovechando la buena recepción de su edición de Predicador, la editorial empezó a publicar Hellblazer a partir del número 62[58], precisamente el primer número dibujado por Steve Dillon como artista regular. Como resultado de lo anterior, el grueso de la etapa de Delano (en concreto, los números 5[20]​ a 24[30]​ y 28[219]​ a 40[14]​) y la primera mitad de la etapa de Ennis, salvo "Hábitos peligrosos"[46]​ (desde el número 47[220]​ hasta el 61[221]​) se mantuvieron inéditas en España hasta su publicación por parte de Planeta DeAgostini.

Norma publicó ininterrumpidamente Hellblazer desde el número 62 al 119[92]​ de la colección americana. Sin embargo, intentando aprovechar el éxito de su edición de 100 Balas, pasó a continuación a publicar la serie a partir del inicio de la etapa de Brian Azzarello (número 146[222]​), con lo que los números 120[76]​ a 145[223]​ permanecerían inéditos en España durante largo tiempo (en algunos casos hasta su publicación por ECC Ediciones en 2015 y 2016). Norma publicó Hellblazer dentro de "Colección Vértigo" hasta 2005, año de la pérdida de los derechos de DC/Vertigo a favor de Planeta DeAgostini. El último número americano de Hellblazer publicado por Norma fue el 180.[224]

Adicionalmente a las recopilaciones de la serie, Norma publicó dentro de "Colección Vértigo" la miniserie The Sandman presenta: La calle del amor.[225]​ Aunque John Constantine es uno de los protagonistas de la historia y algunos estudios han considerado que este cómic forma parte de las publicaciones de Hellblazer en España,[125]​ la miniserie se integra en los títulos publicados bajo la impronta de The Sandman, y no está relacionada directamente con Hellblazer.

La "Colección Vértigo" era una recopilación de los números originales en rústica y de extensión variable (podrían recopilar desde 2 hasta 7 números de la colección americana). Norma Editorial publicó los siguientes recopilatorios de Hellblazer dentro de dicha colección:

Planeta DeAgostini adquirió los derechos de distribución de DC/Vertigo en 2005, y empezó a recopilar Hellblazer, inicialmente, en una serie regular (publicada en rústica), llamada John Constantine: Hellblazer, que incluía dos números de la edición americana por ejemplar, empezando por el número 1.[197]​ La serie se canceló en el número 32 (2008), que incluía los números 63[6]​ y 64[226]​ de Hellblazer. Planeta también publicó en este formato el Annual 1 de Hellblazer.[34]

En paralelo, Planeta seguiría publicando tomos recopilatorios en rústica que continuaban la serie donde la abandonó Norma (a partir del número 181 de la colección americana[129]​). Tras completar la primera etapa de Mike Carey en Hellblazer desde dicho número hasta su finalización (número 215[105]​), Planeta mantendría la misma estructura para publicar una serie de tomos recopilatorios, clasificados por autor, mediante la cual se publicaron la totalidad de las etapas en la serie regular de Delano (salvo el número 84 de Hellblazer[38]​ y el Annual 1[34]​), Ennis (salvo la saga "Hijo del hombre", que se publicó en un recopilatorio independiente de igual título[70]​), Ellis (salvo la historia "Dispara",[103]​ que se publicaría en el número 1 de la revista en rústica, de corta vida, Vértigo Magazine), Azzarello, Mina, Diggle y Milligan (en este último caso hasta el número 275 de Hellblazer[227]​). Con todo, Planeta dejaría sin publicar partes importantes de Hellblazer, tales como el arco argumental "Nociones perversas", de Eddie Campbell,[72]​ toda la etapa de Paul Jenkins, el regreso de Mike Carey a la serie en el número 229,[143]​ el número 250 de Hellblazer[164][39][118][165]​ (con la excepción de la historia escrita por Peter Milligan[166]​), o los números escritos por Jason Aaron[162]​ y Darko Marcan.[106]

Planeta también publicó tomos en rústica recopilando varias miniseries y novelas gráficas de las realizadas sobre el personaje y su mundo, hasta la pérdida de la licencia de distribución de DC/ Vertigo a favor de ECC Ediciones (2012). Aun así, Planeta no publicó los spin-offs El horrorista,[40]Heartland: Tierra del corazón,[69]Hellblazer / Los libros de la magia,[95]Vertigo Secret Files: Hellblazer,[42][110]Hellblazer presenta Chas: El conocimiento[199]​ y Hellblazer especial: Lady Constantine.[152]​ Tampoco publicó los relatos escritos por Paul Jenkins, Garth Ennis y Dave Gibbons para Vertigo: Al filo del invierno,[71][96][195]​ la historia corta "Expuesto", escrita por Mike Carey para el volumen 2 del especial 9/11,[144]​ ni los relatos cortos "Carta de un suicida" y "La noche de la hoguera", escritos por Peter Milligan para House of Mistery Halloween Annual 1 y 2, respectivamente.[175][181]

Adicionalmente, y pese a que los títulos no están relacionados con Hellblazer, Planeta publicó la adaptación oficial al cómic de la película Constantine,[228]​ en 2005, y la miniserie de 1991 Mister E, bajo el título Hellblazer presenta: La brigada de la gabardina: Mister E, en 2008.[229]

Danny Vozzo

ECC Ediciones adquirió los derechos de distribución de DC / Vertigo en 2012. En un primer momento, continuó la línea editorial instaurada por Planeta DeAgostini, publicando, en tomos de tapa rústica, la etapa de Peter Milligan en Hellblazer hasta el número 300,[2]​ que supuso el final de la época del escritor inglés, así como de la propia serie.[230]​ Bajo el mismo formato de publicación, ECC también recopilaría la miniserie Hellblazer: Ciudad de demonios.[201][231]

En 2015, ECC emprendió un ambicioso proyecto editorial consistente en publicar sistemáticamente todo Hellblazer, incluyendo sus miniseries, especiales y novelas gráficas asociados, en una larga colección de tomos en formato cartoné, clasificados por autor, más un número adicional con diversos spin-offs, así como The Sandman presenta: La calle del amor[225]​ y la adaptación al cómic de la película Constantine[228]​ (aunque estas dos obras no pueden considerarse propiamente como spin-offs de Hellblazer). La publicación de esta colección concluyó en 2017.[232]​ Como parte de la promoción de esta serie, ECC publicó un número especial en formato grapa, a precio reducido, con el número 201 de la colección.[138]​ Esta colección en cartoné es la única edición integral de Hellblazer y sus spin-offs publicada en España.

Independientemente de su recopilación de Hellblazer, ECC publicó, dentro de su línea Grandes autores de Vértigo (tomos recopilatorios en cartoné), un especial dedicado a Dave McKean, que incluía los números 27[32]​ y 40[14]​ de Hellblazer.[233]

La cancelación de Hellblazer y la introducción de John Constantine en el Universo DC provocaron una reacción generalmente negativa por parte de profesionales y aficionados. El guionista Joshua Hale Fialkov expresó su tristeza por no tener la posibilidad en el futuro de escribir sobre el John Constantine “real”. Ian Riankin, que escribió la novela gráfica Umbrales oscuros,[200]​ dijo que John Constantine era el único personaje de cómic sobre el que había querido escribir, y la hija de Alan Moore, Leah Moore, expresó dudas sobre la capacidad de la serie Constantine de sustituir a Hellblazer, entre otros.[234]​ Como consecuencia, el coeditor de DC Comics Dan Didio emitió un comunicado en el que defendía la decisión editorial, diciendo que “Hellblazer tuvo una vida larga e increíblemente exitosa y eso es un elogio para todos los grandes creadores que han trabajado en el cómic a través de los años. La nueva serie Constantine le devolverá a sus raíces en el Universo DC y esperamos que sea el principio de otra etapa increíble”.[235]Comic Alliance describió la cancelación de Hellblazer como “el fin de una era para Vertigo”, añadiendo que Hellblazer fue “uno de los cómics de los últimos años 80 que ayudó a crecer al medio y a sus lectores”.[236]

Hellblazer impulsó la popularidad y la imagen moderna del género de ficción fantástica de detectives, al que moldeó en su forma actual. Muchos ejemplos modernos del género como Hellboy, Supernatural, Grimm, The Originals, y The Dresden Files fueron influenciadas por ella. La serie y el personaje provocaron la aparición de numerosos imitadores, como Criminal Macabre, Gravel, Planetary, y otros.

A raíz de un mandato editorial, en 2011 varios personajes de Vertigo, entre ellos y predominantemente John Constantine, volvieron después de mucho tiempo a la casa matriz del Universo DC para comenzar nuevas historias en la continuidad llamada New 52, tras el evento conocido como Flashpoint, en el cual se integraron dentro del Universo llamado "Nueva Tierra" varios personajes pertenecientes a los universos WildStorm, Vértigo, y el Universo DC convencional.

Esta circunstancia implicó cambios importantes en el personaje, muy contestados por los aficionados, que resultaron en un Constantine claramente dirigido a un público más juvenil. Como consecuencia, Hellblazer fue cancelada y un John Constantine más joven y banalizado se convirtió en protagonista de dos nuevos títulos: Constantine y Liga de la Justicia Oscura. Ambas series fueron canceladas en poco tiempo.[237]

Tras dicha cancelación, Constantine pasó a ser protagonista de una nueva serie: John Constantine: The Hellblazer. Esta colección también resultaría de corta vida,[238]​ ya que fue cancelada con motivo del evento DC Rebirth, que pretendió devolver a los personajes de la editorial a un estatus similar al que gozaban antes de New 52. Como parte del evento, John Constantine es protagonista de una nueva serie: The Hellblazer, escrita por Simon Oliver (guionista de Chas: El conocimiento[199]​), cuyo objetivo es recuperar la esencia perdida de Hellblazer. La serie empezó a publicarse en julio de 2016.[239]

Ver también: Constantine (película)

En 2005 vio la luz la adaptación cinematográfica de Hellblazer: la película Constantine, del director Francis Lawrence, que adaptaba muy libremente el primer arco argumental escrito por Garth Ennis, "Hábitos peligrosos".[46]​ En la película, John Constantine fue encarnado por el actor Keanu Reeves.

La película tuvo una mala acogida crítica (en la actualidad ostenta un 46% en Rotten Tomatoes[240]) y fue controvertida entre algunos fanes del cómic, que entendieron que el film no reflejaba adecuadamente la atmósfera de Hellblazer. Con todo, desde entonces se ha convertido en una película de culto.

El escritor John Shirley ha publicado una serie de novelas desde 2005 en las que integra la película en el universo de Hellblazer, en un intento de hacer más pequeño el salto desde la película al cómic y viceversa.

Desde 2009 se han producido varios intentos de desarrollar una secuela de la película, sin que hayan llegado a fructificar.

Durante años, se ha barajado la posibilidad de que se realice una película de la Liga de la Justicia Oscura, en la que participa John Constantine, titulada Dark Universe. Guillermo del Toro estuvo durante largo tiempo vinculado al proyecto, que se integrará en el Universo cinematográfico DC. Sin embargo, problemas de agenda con el rodaje de Pacific Rim: Uprising (que finalmente también acabaría abandonando para realizar la multipremiada La forma del agua) llevaron a Del Toro a abandonar la película,[241]​ siendo sustituido por Doug Liman.[242]​ El director de Al filo del mañana, a su vez, abandonó el proyecto en mayo de 2017.[243]​ La película se encuentra en fase de preproducción a fecha de julio de 2017, escrita por Michael Gilio y producida por Scott Rudin,[244]​ y no tiene asignado un director, aunque los cineastas argentinos Andrés Muschietti, responsable de Mama y la nueva versión de It,[245]​ y Damián Szifron, director de Relatos salvajes,[246]​ se encuentran en la lista de candidatos.

Ver también: Constantine (serie de televisión)

En 2014, el canal NBC lanzó una serie de televisión del personaje, protagonizada por Matt Ryan, Lucy Griffiths, Harold Perrineau, Charles Halford, Angélica Celaya, Sir Maejor, Miles Anderson y Julia Lehman.[247]​ La serie fue cancelada tras su primera temporada.[248]



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