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Lengua mozárabe



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      Romance occidental

El mozárabe, romandalusí o romance andalusí fue el conjunto de hablas romances que se hablaban en los territorios de la península ibérica bajo dominio musulmán a partir de la conquista árabe (año 711) y posiblemente hasta el siglo XIII.[1][2][página requerida] [3][página requerida] [4][página requerida] [5]​ Las hablas mozárabes se desarrollaron en los territorios de los reinos musulmanes de Al-Ándalus, y se cree que eran habladas principalmente, aunque no únicamente, por los cristianos mozárabes que en ellos vivían.

Estos dialectos desaparecieron hacia el siglo XIII, debido a la conquista castellana, aragonesa y portuguesa, al ser sustituidos o fundirse con las lenguas de los reinos cristianos (galaico-portugués, asturleonés, castellano, navarro-aragonés, catalán), no sin aportar al menos algunas palabras al lenguaje cotidiano actual. Lo poco que nos ha llegado en forma escrita de las lenguas mozárabes, como algunas jarchas, está escrito en aljamía, es decir, con escritura árabe y hebrea. En el año 2020 fue publicada una gramática del idioma, escrita por el historiador del arte gaditano Pablo Sánchez Domínguez.[6]

Al principio del siglo VIII d. C. y durante varias generaciones el romance peninsular fue la lengua predominante en las tierras conquistadas por los musulmanes. Sin embargo, la presión de las élites musulmanas y la emigración de gentes del norte de África fue afianzando tanto la lengua árabe como la religión musulmana hasta que llegaron a ser predominantes, al menos en algunos territorios. Se cree que hacia el siglo X el romance del área islámica ya mostraba diferencias sistemáticas con el resto de lenguas romances del norte, tal como muestran los arcaísmos fonéticos del mozárabe.

El mozárabe fue perdiendo importancia en el área musulmana, y perdió hablantes frente al árabe. La emigración de muchos mozárabes a los reinos del norte, en épocas de represión hacia esa población, también contribuyó a que disminuyera el número de hablantes. Se cree que hacia el siglo XII y XIII quedarían muy pocos hablantes de mozárabe, salvo en localizaciones muy aisladas. [cita requerida] La conquista cristiana de las tierras musulmanas, hizo que los pocos focos mozárabes hubieran abandonado el romance autóctono en favor de las lenguas romances de los reinos cristianos del norte, o bien simplemente ambos tipos de lengua se fundieron, por lo que hacia el siglo XIV puede darse por extinto o prácticamente extinto el mozárabe, y tal vez antes.

En los reinos cristianos quedaron bolsas de hablantes de árabe andalusí hasta al menos el siglo XVII en que ocurrió la expulsión de los moriscos, pero entre estas personas ya no había hablantes de mozárabe.

Tras la conquista musulmana de la península ibérica, la población hispanovisigoda e hispanorromana de lengua romance se vio sometida por las élites árabes. La lengua árabe se convirtió en la lengua vehicular de uso público general usada también por muchos hispanorromanos. Algunos hispanorromanos mantuvieron su religión cristiana. Esta población fue denominada con diversos nombres, entre ellos mozárabe (del árabe andalusí musta‘rabí, y este del árabe clásico musta‘rab, arabizado). Si bien adoptaron plenamente las tradiciones culturales árabes en el ámbito público, no pasó lo mismo con la lengua usada entre ellos, manteniendo la mayoría sus anteriores dialectos romances, si bien muy influidos por el idioma árabe. El romance hablado por ellos se usaría más en el ámbito familiar y dentro de la comunidad mozárabe, frente al ámbito público e intergrupal donde se usaría el árabe en el social, comercial y cultural. Esta diglosia dejó su huella en las posteriores lenguas romances peninsulares en forma de un superestrato árabe en el vocabulario.

Originalmente si bien su uso no iba ligado a la profesión de una determinada religión y a pesar de ser lengua vernácula de diversos elementos poblacionales (cristianos mozárabes, judíos y musulmanes muladíes) quedó prácticamente eclipsada y relegada en el plano cultural, social y religioso por lenguas como el árabe o el latín y en ocasiones por otras modalidades románicas [aclaración requerida] que florecieron y adquirieron prestigio durante época andalusí.

Entre estos diferentes dialectos romances no había unidad y, a diferencia de otras lenguas románicas, los pocos ejemplos que conocemos de lengua escrita usaban el alfabeto árabe en vez del alfabeto latino. Según Solà-Solé,[7]​ el mozárabe formó "parte del habla propia de las comunidades cristianas que, sometidas al Islam, continuaban viviendo en los grandes centros urbanos del antiguo reino visigótico". Esta lengua nos es conocida principalmente por las jarchas (jarŷa) (estrofas finales de las poesías denominadas moaxajas) de los poetas andalusíes, que, aunque generalmente estaban en árabe coloquial, en ocasiones usaban estribillos romances con algunos arabismos y hebraísmos.

Según Solà-Solé, la lengua mozárabe era una mezcla de 40% de términos árabe-bereberes y 60% de vocablos romances, en cuya parte de vocabulario oriental eran mucho más frecuentes los sustantivos que los verbos.[cita requerida]

A partir de las fuentes árabes, parecen poder diferenciarse no menos de cuatro zonas dialectales que se corresponderían, grosso modo, con las principales divisiones geográficas andalusíes. El habla de Al Tagr Al-A'lá, o marca superior (valle del Ebro), según Leopoldo Peñarroja Torrejón y a partir de los pocos datos disponibles, no tenía diferencias importantes con el navarro-aragonés hablado en las zonas cristianas del valle. [8]​ Las consonantes sordas intervocálicas, tan típicas del romance andalusí común, se habrían sonorizado al igual que en el resto de romances occidentales y la diptongación habría sido común. [8]

El habla de Al Tagr Al-Awsat o zona central de Al-Ándalus (meseta sur) no se habría diferenciado demasiado de la más meridional. El principal rasgo de este dialecto habrían sido los plurales femeninos en -es.[9]

La modalidad dialectal de Xarq al-Ándalus se conoce principalmente por el glosario atribuido a Ramón Martí. Se habría caracterizado por hacer el diminutivo en -ín (frente al común -él(lu) del resto de Al-Ándalus) y por el enmudecimiento de la /r/ en posición final. [cita requerida] Por último, el habla de Al-Mawsat, que se correspondería con la Baetica visigoda y romana, apenas habría tenido casos de diptongación, y es la modalidad en la que se compuso el corpus romance de las jarchas.[10][página requerida]

Aunque el nombre mozárabe se utiliza hoy en día para este conjunto de variedades lingüísticas romances, el nombre nativo (autónimo o endónimo) de la lengua no era ese, sino latino, es decir, los propios mozárabes nunca llamaron a su idioma de los mozárabes, sino con el nombre que significaba latín, o sea, lengua romance, y tampoco se llamaban a sí mismos mozárabes sino latinos, es decir, hablantes de una lengua romance. Por tanto, en la España musulmana, para los cristianos, aunque ahora son normalmente conocidos como mozárabes, el término no estaba en uso en ese momento (Hitchcock, 1978). [cita requerida]

No fue hasta el siglo XIX cuando los historiadores españoles comenzaron a utilizar las palabras mozárabes y mozárabe para referirse a los cristianos que vivían bajo el dominio musulmán en la península ibérica en la Edad Media, y a su lengua romance. Otro exónimo árabe muy común para este idioma era al-ajamiya ("extraño / extranjero / no árabe"), que tenía el significado de lengua romance en Al-Andalus. Así que las palabras mozárabe o ajamiya son exónimos y no un autónimo de la lengua.

Roger Wright, en su libro sobre la evolución de las primeras lenguas romances en Francia y en la península ibérica Latín tardío y romance temprano en España y Francia carolingia establece que:[11]

También en el mismo libro, Wright afirma que:[12]

Esto significa que la palabra latino tenía el significado de la lengua romance hablada y que solo se contrastó con el latín clásico (lengua latina) unos siglos más tarde. Para los hablantes de lenguas romances de la península ibérica en esta época de la historia, su lengua hablada vernácula fue vista como "latín". Esto sucede porque el latín clásico era visto como un registro culto o literario y no como un idioma diferente.

Además de textos mozárabes breves, han llegado hasta nosotros diversas menciones de autores destacados durante el periodo andalusí, relativas al mozárabe, que permiten entender su uso social y la extensión del uso en diversos contextos. En estas referencias, el mozárabe generalmente es denominado 'aljamía' (aǧamíyya), 'latiní' (Lathinī) o 'latinía', algunas de estas referencias son:[13][2][3][14]

Según avanzaba la Reconquista la población mozárabe iba siendo incorporada a la población de los reinos cristianos, ejerciendo sobre ésta su influencia, penetrando de este modo vocabulario relacionado con las instituciones y objetos de los territorios musulmanes conquistados, así como también términos más coloquiales. Estos hablantes de árabe andalusí no hablaban mozárabe, ya que dicha lengua había declinado mucho desde el siglo XII con el advenimiento del imperio almohade. Debido a la migración hacia el norte de mozárabes cristianos que dejaron las tierras islámicas del sur, se encuentra topónimos arábigos en regiones donde apenas si se dio el dominio musulmán.

Por otra parte la incorporación de arabismos a las lenguas romances del norte cristiano, se vio favorecida durante la desintegración del Califato de Córdoba en el siglo XI, acelerándose la Reconquista y penetrando en mayor medida los arabismos en los dialectos del castellano centrales y septentrionales, los del Reino de Castilla, que a su vez empezaba desde el siglo XI a ser predominante sobre los demás. A esto hay que añadir que muy probablemente los dialectos mozárabes debían tener bastante inteligiblidad con el castellano, portugués o catalán con los que entró en contacto en aquel momento, con los cuales podía existir continuidad dialectal aún por entonces.

Según el punto de vista predominante en la actualidad, el romance andalusí se habría extinguido a finales de la Edad Media. Rafael Lapesa en 1981 propuso que «los dialectos mozárabes desaparecieron conforme los reinos cristianos fueron reconquistando las regiones del Sur; aquellas hablas decadentes no pudieron competir con las que llevaban los conquistadores, más vivas y evolucionadas; la absorción se inició desde la toma de Toledo (1085)». Sin embargo, según algunos autores, no se han encontrado pruebas sustanciosas que apoyen esta hipótesis y la reconquista sería solo uno de muchos factores que habría que considerar para estudiar cómo las migraciones contribuyeron a los cambios lingüísticos en la península ibérica en la Edad Media.[16]

El mozárabe es evidentemente una lengua romance con un léxico y una gramática claramente heredadas del latín tardío. Sin embargo, su clasificación dentro de las lenguas romances es polémica, sobre todo por la poca información que tenemos; además no parece presentar muchas de las evoluciones fonéticas típicas de las lenguas iberorromances.

Se ha señalado por Francisco Marcos Marín (2015), quien continúa trabajos previos y desarrollos de la investigación arqueológica, especialmente de Juan Zozaya, que los bereberes que invadieron Hispania en la conquista musulmana no habían podido todavía aprender árabe, por lo que se comunicarían en sus variedades afrorrománicas, próximas a las lenguas iberorromances y en sus variantes del bereber. El latín era la lengua de administración y cultura del norte-occidente de África desde la ocupación romana tras la derrota de Cartago y había producido variantes afrorrománicas. Se mantuvo en uso en África, en algunos registros, hasta el siglo XI. Sus hablantes se referían a esa lengua como "latine".

Por otra parte Ethnologue sin evidencias sólidas en su favor introduce el llamado grupo Pirenaico-Mozárabe, que aúna el navarroaragonés y el mozárabe pero no parecen existir isoglosas significativas que sustenten dicha agrupación.

El mozárabe por su ubicación geográfica se clasifica como parte de las lenguas romances occidentales. Sin embargo una de las características que definen las lenguas romances occidentales como la sonorización de las oclusivas sordas intervócalicas no parecía darse en estas hablas. La sonorización solo se había dado ante -p inicial. La falta de sonorización parece ser un rasgo de los primeros testimonios, pero lo cierto es que en testimonios posteriores parece haberse dado sonorización en algunas hablas como en la de "Al Tagr Al-A'lá".[17]​ Por otra parte el mozárabe comparte con todas las lenguas romances vecinas la palatalización del grupo -cl intervocálico, la presencia del plural -s, la eliminación de vocales intertónicas, la evolución vocálica, los pronombres y los adjetivos posesivos delante de las palabras, los cuales son rasgos de las lenguas romances occidentales con lo cual el mozárabe constituiría una rama arcaica del romance occidental, especialmente del grupo galo-ibérico.[18]

De acuerdo con las reconstrucciones que se han hecho de parte de su vocabulario, en algunos aspectos el mozárabe es más arcaico que las otras lenguas romances de la Península. Esto encaja con el principio de que las variedades lingüísticas más aisladas y periféricas pueden actuar como "islas de conservadurismo lingüístico". No obstante, los datos que tenemos (jarchas, toponimia, etc.) podrían corresponder a fases antiguas del mozárabe, y en ese caso este no tendría por qué ser más arcaico que otras variedades peninsulares.

El sistema fonético del romance andalusí es una continuación del visigodo, prácticamente sin cambios. [cita requerida] Por ejemplo, los romances occidentales evolucionaron /j/ en /ʒ/ y /s/ intervocálica en /z/, mientras que el romance andalusí mantuvo /j/ y /s/. [cita requerida] Las principales características fonéticas fueron el cierre vocálico final, la palatalización de /s/ y /l/ inicial[19][página requerida] y el mantenimiento de las consonantes geminadas y las oclusivas sordas. De hecho, se volvieron sordas algunas sonoras latinas (fungus>funku). [cita requerida]

Entre los rasgos que, con distintos grados de certeza, se han propuesto para los dialectos mozárabes de diversas áreas peninsulares están los siguientes:

No presenta diptongación de ĕ tras c y se produce palatización: cĕntum > chent 'ciento'.

Entre los rasgos que, con distintos grados de certeza, se han propuesto para los dialectos mozárabes de diversas áreas peninsulares están los siguientes:

Alyantayra (hoy Lanteira, Granada) < argentaria, esponya 'esponja' < spongia, Yunqayra 'junquera' (hoy 'Yunquera', Málaga) < iuncaria, yuncha 'bot. juncia' < iuncea, yana 'puerta' < *ianua, yanayr 'enero' < ianuarius, yunyo 'junio' < iunius, yepšayr 'yesero' < gypsariu, yenešta y yeništella bot. 'hiniesta' < genista, yermanella 'hermanita, compañera' < germanella, Yinés 'Ginés' < genesius, Top. Yuncos (Toledo) 'juncos' < iuncus, Top. Los Yébenes (Toledo) 'los gemelos' < geminis.

La morfología de algunas palabras parece ser más similar al latín que en otras lenguas romances en general, aunque esto puede deberse a que las fuentes presentan fases antiguas del mozárabe.

Entre los rasgos léxicos y morfológicos que, con distintos grados de certeza, se han propuesto para los dialectos mozárabes de diversas áreas peninsulares, están los siguientes:

Los siguientes son ejemplos de trancripciones de jarchas mozárabes. [35]​ Puesto que los textos de los que se han sacado están escritos en alfabeto árabe casi siempre sin vocalizar, la transcripción de las jarchas a alfabeto latino generalmente varía de un investigador a otro.

Lo poco que nos ha llegado de mozárabe escrito usa casi exclusivamente caracteres árabes y hebreos pese a ser una lengua romance, en lo que se denomina aljamía (al‘aǧamíyya). Con esta escritura se conserva un significativo número de palabras en diferentes glosarios, así como frases romances en textos árabes. Los relativamente abundantes textos de la literatura aljamiada o aljamiado-morisca no están escritos en mozárabe, que ya había desaparecido cuando fueron escritos, sino en castellano o aragonés antiguo.

Sin embargo este modo de escribir el mozárabe plantea varios problemas a la hora de su traducción, enfocados principalmente en las vocales del árabe. Esta dificultad surge de la ausencia de las vocales cortas en la mayoría de los textos escritos en alfabeto árabe, así como en la diversidad de los diferentes dialectos mozárabes, que variaban de una región a otra en sus tendencias, reglas, y pautas, según la mezcolanza entre el dialecto romance y el árabe. Así, el debate se observa en las diferentes traducciones de las jarchas, siendo cada una de éstas una suposición o interpretación de cada autor.[37]

Escrito en alfabeto latino sólo nos han llegado un pequeño grupo de palabras en el Glossarium latino-arabicum conocido como Glosario de Leiden. La importancia reside en que podemos conocer bien la pronunciación, puesto que están escritas según los convencionalismos fonéticos de la escritura visigótica.

El siguiente texto en mozárabe ha sido deducido a partir de una jarcha. [38]

Mieu sīdī Ïbrâhîm
yâ tu uemne dolche
vent' ad mib
de nohte
in non si non queris
irey-m' ad tib
garri-m' ad ob
legar-te

O mio sinyor Abrahán,
oh tu, hombre dulce!
Viene ta yo
de nueits.
Si no, si no quiers,
me'n iré ta tu,
di-me án
trobar-te.

Mi señor Abrahán,
¡oh tú, hombre dulce!
ven a mí
de noche.
Si no, si no quieres,
iré a ti,
dime dónde
encontrarte.

Meu senhor Abraham,
ó tu, homem doce!
vem a mim
de noite.
Se non, se non queres,
ir-me-ei a ti,
diz-me onde
te encontro.

El meu senyor Abraham,
oh tu, home dolç!
Vine a mi
de nit.
Si no, si no vols,
aniré a tu,
dis-me on
trobar-te.

Mio señor Abrahán,
oh tu, home dulce!
ven a min
de nueche.
Si non, si nun quies,
diré a ti,
dimi ónde
t'alcontrar.

Miou señore Abrahán,
oh tu, home duce!
Veni a min
de nueite
Si non, si nun quies,
diréi a ti,
dimi au
t'alcontrare.

Meu señor Abrahán,
oh ti, home doce!
ven a min
de noite.
Senón, se non queres,
ireime a ti,
dime onde
te encontro.

Meu senhor Abraão,
ó tu, homem doce!
Vem a mim
de noite.
Senão, se não quiseres,
ir-me-ei a ti,
diz-me onde
te encontro.

O domine mi Ābraham,
o tu, homo dulcis!
Veni mihi
nocte.
Si non, si non vis,
ibo tibi,
dic mihi ubi
te invenias.

A continuación se muestra una versión del padre nuestro en mozárabe, comparado con otras lenguas y dialectos de la península ibérica. [39]

Parkatu gure zorrak, geuk bere gure zordunai parkatzen dautsegun ezkero.



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