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Lockheed C-130 Hercules



El Lockheed C-130 Hercules es un avión de transporte táctico medio-pesado propulsado por cuatro motores turbohélice, fabricado en los Estados Unidos desde los años 1950 por la compañía Lockheed (ahora Lockheed Martin). El Hercules es el principal avión de transporte de muchas fuerzas armadas del mundo. Ha prestado servicio en más de 50 países, en sus cerca de 40 versiones y modelos distintos, en incontables operaciones militares, civiles y de ayuda humanitaria. En diciembre de 2006, el C-130 se convirtió en la quinta aeronave (después de los English Electric Canberra, Boeing B-52 Stratofortress, Tupolev Tu-95 y Boeing KC-135 Stratotanker) en alcanzar los 50 años de uso continuo con su cliente primario original, en este caso la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Y, además, es una de las pocas aeronaves militares que continúa en producción después de 50 años, actualmente se está fabricando la versión actualizada Lockheed Martin C-130J Super Hercules.

La Guerra de Corea, que comenzó en junio de 1950, demostró que los aviones de transporte con motores de pistones de la época de la Segunda Guerra Mundial (Douglas C-47 Skytrain, Curtiss C-46 Commando y Fairchild C-119 Flying Boxcar), eran inadecuados para la guerra moderna. Así que el 2 de febrero de 1951, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos emitió un requerimiento (General Operating Requirement o GOR) para un nuevo avión de transporte a los fabricantes Boeing, Douglas, Fairchild, Lockheed, Martin, Chase Aircraft, North American, Northrop y Airlifts Inc. Se pedía que el nuevo avión contara con capacidad para 92 pasajeros, 72 soldados equipados para el combate o 64 paracaidistas en un compartimento de carga que tendría aproximadamente 12 metros de longitud, 2,7 metros de altura y 3 de ancho. A diferencia de los aviones de transporte derivados de aviones comerciales de pasajeros, este avión iba a ser diseñado desde el principio como un transporte militar cuya carga y descarga se realizara mediante una rampa en la parte trasera del fuselaje. Esta innovación en los aviones de carga militar había sido incluida de forma pionera en prototipos alemanes de la Segunda Guerra Mundial (Junkers Ju 252 y Ju 352 Herkules).

En el verano de 1955 hizo su aparición el prototipo Lockheed YC-130, y se tuvo inmediatamente la certeza de estar en presencia del transporte militar ideal que tanto se había buscado. Por vez primera, un avión de transporte combinaba las ventajas de un suelo bajo, a la altura de la plataforma de un camión; un tren de aterrizaje suave para poder operar sobre pistas irregulares, cabina presurizada, depósitos integrados de gran capacidad a fin de aumentar su alcance, perfecta visibilidad para la tripulación, motores turbohélice y unas asombrosas prestaciones que, junto a su sistema STOL, lo colocaban al nivel de los cazas de la Segunda Guerra Mundial en velocidad. Pero en aquella época nadie podía todavía vislumbrar la brillante carrera de este avión polivalente, ni se imaginaba que en los años 2000 el C-130 seguiría en activo.

Las misiones actuales de este avión son tan diversas que vale la pena recordar los requisitos previos especificados en febrero de 1951 por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos: se pedía un transporte para el Mando Aéreo Táctico, capaz de utilizar pistas sin pavimentar y llevar 11 340 kilogramos de carga, 92 plazas de tropa o 64 paracaidistas. En aquella época los transportes de la USAF eran construidos por Fairchild, Boeing y Douglas, pero las propuestas presentadas por estas compañías fueron desestimadas, y el 2 de julio de 1951 se eligió el Modelo 82 de Lockheed. El 23 de agosto de 1954 salía de Burbank el primero de los dos prototipos YC-130 (53-3396), que voló pilotado por Stan Beltz y Ray Wimmer. En aquellas fechas ya se había trazado un programa para la producción masiva del aparato, en la nave gubernamental n.º 6 de Marietta (Georgia), construida durante la Segunda Guerra Mundial para fabricar los B-29, y posteriormente reabierta por Lockheed para reparar los B-29 y construir los B-47 Stratojet. El primer C-130A (53-3129), o Modelo 182, salió de Marietta el 7 de abril de 1955.

Al empezar a construirlos, fue modificado el fuselaje y la cola, se dio a la parte posterior una forma más cuadrada, se colocó el radar APS-59, que dio un cambio de imagen al avión, se montaron soportes para el sistema JATO/RATO (despegue asistido por reactores) y motores T56-9 de mayor empuje. La característica más sobresalientes del C-130 fue dotarlo de una rampa inferior, para acceso de carga desde el piso. Las puertas traseras, al ser hidráulicas, permiten abrir la puerta incluso en vuelo. Su estructura básica está construida en aluminio de alta resistencia y algunas piezas de titanio.

Se trata de un avión de ala alta, con un compartimiento de carga libre, rampa de carga trasera integral con o sin balanceo, bodega de carga totalmente presurizada que puede ser adaptada con rapidez para pasajeros, camillas o transporte de tropas. Con capacidad para despegues y aterrizajes en pistas no preparadas, el C-130 fue originalmente diseñado como avión de transporte de tropas, carga y evacuación médica. Sin embargo, su versátil estructura ha servido para gran variedad de funciones adicionales, incluyendo apoyo aéreo cercano, asalto aéreo, búsqueda y rescate, soporte a la investigación científica, reconocimiento meteorológico, reabastecimiento en vuelo, patrulla marítima y lucha contra incendios.

El Hercules puede ser empleado para el lanzamiento de paracaidistas, entrega de cargas pesadas mediante LAPES (Sistema de extracción de carga en paracaídas a baja altura), transporte de cargas, vehículos de combate, evacuación médica, ayuda humanitaria, etc. La bodega de carga tiene, en su versión normal (no la C-130H-30), 12,50 metros de longitud, 3,14 metros de anchura y 2,74 metros de altura en su punto más bajo. La versión H, la más extendida, tiene cuatro motores Allison T56 A-15 de 4910 CV de potencia que le proporcionan magníficas prestaciones en despegues cortos. En el morro llevan un indicador de posición de choque y un radar de navegación AN/APN-59.

En una misión táctica real, un C-130H puede llevar hasta 19 686 kg de carga a una distancia de 2 298 kilómetros. Con una reserva de combustible de 45 minutos y haciendo aterrizajes en plena carga en 1300 metros, con 900 kg de carga puede reducirse esa distancia hasta 850 metros. En otro tipo de misiones puede llevar por ejemplo 5 vehículos Humvee o incluso 2 helicópteros AH-1 Cobra semi-desmontados.

Este es el principal avión de transporte táctico de las fuerzas aéreas de países como Argentina, Australia, Canadá, Colombia, Chile, España, Estados Unidos, México, Perú, Reino Unido, Uruguay y muchos más países conocedores de sus prestaciones. Es capaz de despegar y aterrizar en pistas cortas, sin acondicionar e incluso en pistas de tierra. Se usa frecuentemente como transporte de tropas y cargamento, aunque existen versiones de este avión con una gran multitud de funciones específicas, como asalto aerotransportado, reconocimiento meteorológico, aprovisionamiento de combustible, ambulancia aérea e incluso como cañonero (modelo AC-130 Spectre). En total, existen más de 40 versiones diferentes del Hercules que son usadas por más de 50 países.

El Hercules, apodado «Chancha» por los argentinos, fue adquirido en 1968 por la Fuerza Aérea Argentina, incorporándose tres C-130E inicialmente, los TC-61, 62 y 63; a estos le seguirían los C-130H que llegaron entre 1971 y 1975, matriculados TC-64 a 68, luego los KC-130H TC-69 y 70 en 1979, y luego el L-100-30 TC-100 en 1982; y finalmente cinco C-130B, TC-56 a 60.[3]

El 11 de abril de 1970, el avión matrícula TC-61, al mando del comodoro Athos Arturo Gandolfi aterrizó en la pista de tierra de la Base Marambio con sus propias ruedas, permitiendo que a partir de entonces se opere normalmente durante todo el año con aviones de gran porte, y terminando con el mito de la incomunicación invernal en la Antártida de nueve meses. El vuelo se concretó luego de tres intentos frustrados por meteorología, realizados los días 5, 9 y 10 de abril de 1970, despegando el vuelo inaugural a las 10:00 horas de la Base Aérea Militar Río Gallegos, provincia de Santa Cruz y aterrizando, utilizando la técnica «de asalto» a las 13:25 horas, regresando a las 15:20, con aterrizaje en Río Gallegos a las 19:54 horas.[4]

El KC-130H TC-69 fue el avión que hizo el primer reabastecimiento en vuelo de la FAA, con aviones A-4C Skyhawk el 12 de junio de 1979. Abasteció a los Super Étendard de la Armada Argentina durante la Guerra de las Malvinas en 1982. También un KC-130 fue el que salvó al piloto Guillermo Dellepiane cuando los depósitos de combustible del A4-B Skyhawk de este último fueron perforados por disparos británicos. Dellepiane pudo enganchar la lanza de abastecimiento con el último aliento y llegó a destino perdiendo parcialmente el combustible que le reponía la «Chancha».[5]​ Nunca había entrenado la maniobra de abastecimiento en vuelo.

Durante el conflicto de Malvinas, hubo un C-130 modificado por la Fuerza Aérea Argentina que fue homologado como bombardero.

El L-100-30 TC-100 fue incorporado por la FAA y asignado al Escuadrón I del G1TA en diciembre de 1982.[6]

En 2016, el TC-69 fue sometido al Programa Integral de Modernización en Texas, Estados Unidos, y fue entregado a la FAA en abril del mismo año;[7]​ instancia de la que también participaron técnicos de la empresa aeronáutica estatal FAdeA y en la que adquirieron los conocimientos y la experiencia requerida para replicar el programa en Argentina.

El TC-61 recibió las mismas actualizaciones que ya había recibido el TC-69, pero en FAdeA, realizadas por los técnicos argentinos entrenados en Waco, Estados Unidos,[8]​ en 2016.

El TC-67 Lockheed C-130H Hercules fue reportado como el único Hércules que no estuvo activo durante la Guerra de las Malvinas por encontrarse en reparaciones debido a un accidente ocurrido el día 23 de noviembre de 1981 en la Base Marambio durante el aterrizaje, produciéndose rotura del tren de nariz. Luego de ser reparado, continuó en servicio hasta accidentarse nuevamente el día 16 de mayo de 1996 debido a un despiste mientras realizaba maniobras de aterrizaje en la VI Brigada Aérea en la ciudad bonaerense de Tandil, causando un 9% de daños en la aeronave, sin víctimas. Finalmente fue dado de baja de servicio el día 31 de diciembre de 1999. Sus alas fueron vendidas a Pakistán y terminó siendo desmantelado en la ciudad de Tandil en 2005. Su fuselaje desde 2016 se encuentra en el Cenotafio de Malvinas de la ciudad de Pilar, a fin de ser acondicionado como microcine temático.

En servicio en Colombia desde 1968, los C-130H y C-130B han realizado misiones de transporte, comunicaciones, evacuación aeromédica, búsqueda y rescate, apagafuegos, abastecimiento en vuelo, exploración antártica y reconocimiento meteorológico.[9]

En 1968 se compraron tres C-130B de segunda mano a la Real Fuerza Aérea Canadiense. Dos C-130B se perdieron en accidentes y fueron reemplazados por dos C-130H en 1983. Más tarde se compraron dos C-130B y un C-130H en Italia.

Durante los años del conflicto armado se emplearon frecuentemente para el despliegue de tropas. En 2004, Estados Unidos aprobó la venta de hasta cuatro C-130E, pero Colombia no se interesó en la oferta. En 2018, la Fuerza Aérea de Colombia compró a Estados Unidos tres C-130H de segunda mano, para así poder retirar los C-130B que opera.[10]

En 1972 se decidió comprar los C-130H Hercules ante la degradación de la situación en Sahara. El primer C-130H llegó a España el 18 de diciembre de 1973, y el siguiente año se compraron otros tres C-130H, que serían entregados en 1976. En el Ejército del Aire se le dio al avión la denominación de T.10. Los Hercules eran los aviones de transporte con mayor capacidad de carga y velocidad con que contaba Ejército del Aire en aquel momento. En enero de 1976 se compraron tres KC-130H (TK.10 en nomenclatura española).

A finales de 1979, dos C-130H adicionales llegaron a España. En 1980 se incorporaron tres KC-130H y un C-130H adicionales. El avión T.10-01 se estrelló en Gran Canaria el 28 de mayo de 1980, falleciendo toda su tripulación. Se incorporó un C-130H-30 (TL.10) para reemplazar el C-130 perdido.[11]​ Actualmente el Ala 31 opera seis transportes C-130H y un C-130H-30 (encuadrados en el 311 Escuadrón) junto a cinco aviones cisterna KC-130H (312 Escuadrón). [12]

El C-130 ha sido la columna vertebral del Mando de Transporte gracias a su gran capacidad para despegues y tomas de tierra en cortos espacios de terreno sin preparar, portando grandes volúmenes de personal y material bélico. Su misión no solo se circunscribe a actuar de apoyo a los despliegues de las Unidades Aéreas y cooperación con los Ejércitos de Tierra y Armada, sino que participa en numerosas misiones humanitarias. [13]

A principios del siglo XXI finalizó un programa de modernización que permitió prolongar su vida operativa hasta ser reemplazado por el A400M, y que supuso la renovación de los equipos de aviónica, comunicaciones, autoprotección, combustible y cisterna de reabastecimiento, piloto automático digital y GPS. Las últimas seis unidades fueron vendidas en diciembre de 2020 a Uruguay y Perú respectivamente, poniendo punto y final a más de cuarenta años de uso del C-130 en España.

Las Fuerzas de Defensa de Sudáfrica (SADF) compraron en 1963 siete aviones C-130BZ, mucho antes del embargo, y estos fueron asignados a la base de Bloemspruit donde operaba el Escuadrón 28.

Los aviones C-130 de la SADF se emplearon activamente para apoyar las operaciones surafricanas en Angola desde 1975 hasta el final de la guerra. Mediante vuelos nocturnos a baja altura, abastecían a las incursiones aterrizando en pistas improvisadas. Las últimas ofensivas no hubieran sido posibles sin los C-130 aterrizando en el aeródromo de Mavinga por la noche, transportando obuses G5 y su munición.

Asimismo, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) destacó varios aviones C-130 para abastecer a las tropas de UNITA. El 3 de abril de 1986, un MiG-21 cubano interceptó de noche a dos C-130 de la CIA cerca de la frontera con Zaire. Uno de los Hercules fue derribado y el segundo logró huir con averías.

Aparte de las múltiples versiones de transporte, la flexibilidad de la plataforma del Hercules y su relativamente bajo coste de mantenimiento lo hacen ideal para cumplir otros tipos de misiones dentro de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos.

Ocasionalmente, alguno de los operadores ha convertido aviones C-130 para realizar misiones de bombardeo.[15]

Este fue el caso de Pakistán en la guerra de 1965 con India. Varios C-130A y C-130B del 6th Squadron sirvieron como bombarderos improvisados para suplir la falta de recursos de la Fuerza Aérea, y se emplearon en unas 21 misiones para atacar objetivos en India. Estos bombarderos podían lanzar hasta 9000 kg de bombas por la rampa de carga y evidentemente las misiones se realizaron durante la noche. Contra lo que se pueda creer, en 1965 algunas de las misiones, realizadas contra posiciones de la artillería del ejército indio, fueron según los pakistaníes muy exitosas. Que los C-130 bombarderos cumplieron su misión lo demuestra que en la guerra de 1971, Pakistán volvió a realizar esta misma conversión y que India copió la idea con algunos transportes Antonov An-12.[16]

Esta idea se siguió también en Argentina ante las exigencias de la guerra de 1982 y la falta de recursos. Uno de los C-130H argentinos, el Tango Charlie 68 o TC-68, fue acondicionado en Córdoba para realizar misiones de bombardeo y patrulla marítima. En cada ala, en el espacio entre los dos motores, se retiró el tanque de combustible y se colocaron seis bombas de 250 kilos. El depósito auxiliar de combustible de cada ala se colocó en el compartimento de carga y se agregaron otros dos depósitos auxiliares adicionales, lográndose una autonomía de vuelo de 19 horas. El 29 de mayo atacó al buque British Wye. Dos días después, el avión voló sobre el buque RFA Fort Grange, pero la niebla espesa impidió localizarlo. El 1 de junio, el TC-68 avistó al HMS Glasgow y el 8 bombardeó al petrolero VLCC Hércules, con bandera de Liberia.[17][18]

Puede verse un C-130 en la película 007: Alta tensión, la decimoquinta película de James Bond, en el papel de un avión militar soviético operando en una base militar de Afganistán, pintado de camuflaje para el desierto. También puede verse un C-130 en la película The mummy.

Referencia datos: USAF C-130 Hercules fact sheet,[19]​ International Directory of Military Aircraft,[20]​ Complete Encyclopedia of World Aircraft,[21]​ Encyclopedia of Modern Military Aircraft[22]



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