Zheng He (en chino tradicional, 鄭和; en chino simplificado, 郑和; pinyin, Zhèng Hé; Wade-Giles, Cheng Ho) (1371-1433), también conocido como Ma Sanbao, fue un militar, marino y explorador chino musulmán y eunuco especialmente famoso por sus siete expediciones navales, realizadas entre 1405 y 1433, que algunos identifican legendariamente con los viajes de Simbad. Sus contribuciones son claves para comprender la avanzada historia de la cartografía china.
Durante sus expediciones, las cuales comenzaron en Nankín, Zheng He exploró el Sudeste asiático, Indonesia, Ceilán, la India, el golfo Pérsico, la península arábiga, el este de África hasta el canal de Mozambique.
El número de sus viajes varía dependiendo del método de división, pero generalmente se considera que navegó y exploró siete veces "el océano occidental". Sus escuadras resultan impresionantes si se comparan con sus contemporáneas europeas: alrededor de 30 000 hombres y un número variable de naves, entre cincuenta y trescientas.
Sus viajes produjeron un importante intercambio diplomático, comercial y cultural con el extranjero. A pesar de contribuir a demostrar la capacidad organizativa y poder tecnológico chinos, no produjeron anexiones territoriales debido a la falta de tradición de colonialismo e imperialismo en China.
Tras su muerte, los confucionistas impusieron de nuevo su visión del mundo, por lo que en los siglos siguientes se impulsó el aislacionismo. No obstante Zheng He dejó una profunda huella en la sociedad china y, en general, en todo el sureste asiático.
Zheng He no parece haberse amoldado a la descripción habitual de los eunucos. Según lo describió su familia (de cuya objetividad se puede dudar), Zheng He tenía "siete pies de alto y un pecho de cinco pies de circunferencia". (Cabe decir que el pie chino es más pequeño que el europeo)
"Sus mejillas y frente estaban altas, pero su nariz era pequeña. Tenía ojos luminosos, dientes tan blancos con una forma tan perfecta como las celdas y una voz tan potente como una gran campana". Otra fuente sobre su aspecto físico nos la da un oficial de la corte, cuando el emperador le encomienda capitanear la primera de sus expediciones de ultramar. Según este oficial, la piel de Zheng He era "dura como la piel de una naranja". La separación entre sus dos cejas, según la tradición china un predictor de la felicidad, era "estrecha", lo que sugería que conseguiría ésta a través de su vida profesional. "Sus cejas eran como espadas y su frente ancha, como la de un tigre", signos ambos de carácter fuerte y aptitud para el mando. Su boca era "como el mar" y de ella emanaban las palabras con elocuencia. Sus ojos "tintineantes como la luz en un río rápido" evidenciaban su energía y vitalidad.
El nombre original de Zheng He era Ma He (馬 和). Nació en la aldea Hedai, provincia de Yunnan. Su padre Ma Haiji y su madre Weng tuvieron seis hijos, dos niños y cuatro niñas, de los que Ma He era el segundo varón.
Aunque chino de nacionalidad, Zheng He no pertenecía a la etnia china (han) sino que se incluía entre lo que en la Dinastía Ming se denominaba casta semu, que incluía todos aquellos que no fueran han, mongoles o extranjeros. Dentro de la casta semu, Zheng He perteneció a la subcasta de la etnia Hui, la única de importancia durante los Ming, y cuyas características son la práctica del islam y el uso del chino como lengua habitual.
No se sabe exactamente cuándo se establecieron en China los antepasados de Zheng He. Según su familia eran parientes de Sayyid Ajjal Shams al-Din Omar, comandante de Genghis Khan que conquistó y gobernó la provincia de Yunnan y que era natural de Bujará (actual Uzbekistán). No obstante lo único que puede decirse con cierta seguridad es que probablemente llegaron a Yunnan con la conquista de la provincia.
La familia era musulmana (de hecho su nombre "Ma" es la adaptación china de Mahoma). Tanto su padre como su abuelo habían viajado en peregrinaje a La Meca y Ma He habría escuchado los relatos de sus viajes a tierras lejanas. No se sabe si su padre seguía al servicio de la dinastía Yuan, aunque se dice que se dedicaban al pastoreo y que se habían empobrecido, en todo caso murió en 1381, cuando las tropas de la nueva dinastía Ming entraron en la provincia.
Zheng He fue practicante del islam y se especula con la posibilidad de que intercediera a favor de sus hermanos de fe, pues los musulmanes estaban mal vistos en los comienzos de la dinastía Ming debido a que cumplieron el papel de recaudadores de impuestos en la anterior dinastía.cita requerida] fundamentalmente el budismo y el taoísmo (principales religiones en China) y no dudó en seguir sus rituales cuando fue necesario.[cita requerida] Se cree que sus orígenes musulmanes fueron claves para que le escogieran como almirante de la Flota del Tesoro,[cita requerida] ya que en esos viajes se visitó Arabia y África, regiones donde se practica esta religión.
Sin embargo se mostró respetuoso con las demás religiones con las que se encontró,[Ma He fue capturado por las tropas Ming, castrado y recibió como eunuco el nombre de Ma Sanbao (馬三寶/马三宝 o 三保, Sanbao = "tres joyas", en referencia a las tres exclamaciones piadosas del budismo). Se le envió a servir a Zhu Di, príncipe de Yan y futuro emperador Yongle de 1403 a 1424, a Beiping, donde recibió su educación. Ma He se convirtió en oficial del ejército y participó en la campaña invernal de Zhu Di en 1390 contra el líder mongol Naghachu.
Zheng He sirvió a Zhu Di durante su rebelión contra el emperador Jianwen (1399-1402). Debido a que Jianwen había prohibido a los eunucos participar en asuntos de Estado fueron muchos de estos los que apoyaron a Zhu Di en la rebelión.[cita requerida] Como contrapartida por la ayuda que estaba recibiendo de los eunucos Zhu Di les permitió alcanzar altas cotas de poder, lo que benefició a Zheng He. Este destacó en la defensa de Beiping en 1399 y fue uno de los comandantes de la expedición final contra la capital, Nankín. Tras la toma de la misma Zhu Di fue entronizado como emperador el 17 de julio de 1402 con el nombre de Yongle. El nuevo emperador otorgó a Ma He el nombre de Zheng He como recompensa a sus servicios. Se cree escogió ese nombre porque en los primeros días de la rebelión habían matado a su caballo en las afuera de Beiping, en un lugar llamado Zhenglunba.
Zheng He participó posteriormente en el resto de expediciones militares de Yongle contra los mongoles en 1410, 1414, 1421 y 1423.
En mayo de 1403 Yongle ordenó a la provincia de Fujian la construcción de 137 buques. Tres meses después varias provincias más recibieron la orden de producir otros 200 buques. En octubre se dictó que 188 buques debían ser adaptados para la navegación en alta mar. En total, entre 1403 y 1407 un total de 1.681 naves de alta mar fueron construidas o remodeladas. Para cumplir las órdenes del emperador se construyeron unos inmensos astilleros en Longjiang, cerca de Nankín.
Los motivos que impulsaron a Yongle a emprender semejantes expediciones son diversos y no están del todo claros. Se citan los siguientes:
Las expediciones de Zheng He contaron con muchos más barcos y de mayor tamaño que las europeas de la época.[cita requerida] Para cada viaje se utilizaron decenas de buques y en cada uno de sus viajes embarcaron aproximadamente unas 30 000 personas. Dado que el número de barcos varió mucho de una expedición a otra pero el de personas se mantuvo esencialmente constante, se supone que en las expediciones con más naves éstas eran más pequeñas. La Flota se organizaba en escuadras, que a veces viajaban por separado.
Los tipos de nave con los que contaba eran:
La primera expedición zarpó en otoño de 1405 con 317 barcos. Recalaron en la desembocadura del río Min, en Fujian, donde efectuaron reparaciones y esperaron a una tormenta. La primera visita la efectuaron en Champa, posteriormente se dirigieron a Palenbang (Sumatra). Con el riesgo que suponía la abundante presencia de piratas en el Estrecho de Malaca. Visitaron también Java y Prosiguieron hasta Sri Lanka, donde fueron recibidos -según fuentes chinas- de forma fría y arrogante. Finalmente llegaron a su destino: Calicut, ciudad estado de la India cuyo gobernante la había declarado puerto libre y que causó en los chinos buena impresión. En Calicut los chinos escucharon por primera vez la existencia de "Mouxia" (Moisés), que ubicaron erróneamente en la ciudad y creyeron formaba parte de la religión hinduista.[cita requerida]
Tras intercambiar mercancías, la flota inició el regreso a China en abril de 1407. En el estrecho de Malaca se enfrentó al pirata Chen Zuyi y lo capturó. Ya de nuevo en el Mar de China la flota se vio en medio de un tifón. La tripulación, espantada, solicitó ayuda a la diosa Tianfei. Apareció una "linterna mágica" en el mástil (probablemente un Fuego de San Telmo) y, poco después, el mar se calmó. Para Zheng He el fenómeno fue un milagro de la diosa. Poco después llegaron a China.
Tras el retorno de la Flota, Yongle ordenó que se volviera a organizar una expedición, cuyo objetivo principal sería devolver a los embajadores extranjeros a sus lugares de origen. No está claro si Zheng He participó en este segundo viaje o si, por el contrario, permaneció en China, tal vez reparando el templo de Tianfei en Meizhou. De no haber viajado en la expedición, ésta habría sido comandada por los eunucos Wang Jinghong y Hou Xian. Comenzó a finales de 1407 o comienzos de 1408. Contaba con 68 barcos, menor número que el anterior viaje ya que -entre otros motivos- no se consideró necesario llevar tantos barcos de guerra. Repitió básicamente los mismos pasos que el anterior, visitando Siam, Java, Deli, Ahceh, Cochin y Calicut. Esta expedición estuvo marcada por su carácter político ya que los chinos intervinieron en las disputas entre siameses y khemeres, además de participar en la elección del nuevo rey (zamurin) de Calicut: Mana Vikranam.
El tercer viaje comenzó en 1409 con 48 barcos. Los principales oficiales de la Flota (además de Zheng He) fueron Wang Jinghong y Hou Xian. A bordo viaja el cronista Fei Xin (que también lo hará en el quinto y el séptimo viaje.
Hicieron una breve parada en Taiping y luego siguieron hasta Champa (actual Vietnam) y Temasek (actual Singapur).
Posteriormente llegaron a Malaca. Los chinos, que deseaban mantener un equilibrio de poder entre Malaka, Siam y Java que garantizara la estabilidad en la región,[cita requerida] entregaron un nuevo sello al rey Parameswara de Malaca, que simbolizaba el reconocimiento chino de su soberanía (el anterior había sido robado por siameses).
Prosiguieron hasta Semudera (Sumatra) y llegaron después hasta Sri Lanka. La Flota llevaba una lápida conmemorativa de Buda, Alá y una deidad hindú, que querían erigir en la isla como muestra de respeto a las costumbres locales. Además, ofrecieron cuantiosos donativos a las tres religiones (en partes iguales).
La isla estaba dividida en cuatro facciones: al norte los tamiles hindúes, un usurpador musulmán y el legítimo gobernante cingalés de Kotte, Vijaya Bahu VI. En esa época convulsa los cingaleses desconfiaban de los extranjeros y uno de sus líderes locales, Nissanka Alagakkonara (o Alakeswara), al encontrarse con los enviados chinos rehusó aceptar la soberanía china en la isla y erigir la lápida conmemorativa. Alakeswara, que anhelaba además hacerse con el trono de Vijaya Bahu VI, luchó contra ellos y, tras una breve escaramuza, los obligó a volver a sus barcos.
La Flota prosiguió su viaje hasta Quilon, Cochin y Calicut. Al volver decidieron vengar el agravio cometido por los cingaleses. Lo que sucedió a continuación es objeto de discusión:
Sin embargo ambas fuentes concuerdan en que el sagrado diente de Buda que se conservaba en Sri Lanka fue llevado a China. Las fuentes chinas no explican cómo ni por qué llegó allí. Los cingaleses indican que los chinos deseaban hacerse con la reliquia, pero eso no concuerda con el respeto que habían mostrado los chinos con las religiones de la isla. Es posible que fuera el rey Vijaya Bahu VI quien llevara voluntariamente el diente hasta China para convencer al emperador de que era el legítimo soberano o para impedir que cayera en manos de Alakeswara. En todo caso, cuando el rey volvió a la isla, el diente retornó con él.
Como clara constancia del viaje se conserva la lápida china, erigida finalmente cerca de la ciudad de Galle.
En 1412, con el dinero obtenido del comercio, se inició la construcción de la Torre de porcelana en Nankín, de casi 80 metros de alto. Además de la torre en sí, los jardines que la rodeaban contaban con plantas y animales obtenidos gracias a las expediciones de Zheng He. La torre fue destruida durante la rebelión Taiping en 1856.
Hasta ese momento las Flotas habían cumplido sus objetivos de mejorar las relaciones comerciales con el sureste asiático.[cita requerida] A partir de este momento Yongle ordena la exploración de Arabia y África, lugares que, si bien no eran desconocidos para los chinos, no habían sido nunca explorados sistemáticamente. Para muchos, es el carácter megalomaníaco de Yongle el que promueve este nuevo y ambicioso objetivo.
Aunque la orden de zarpar se dio en diciembre de 1412, Zheng He no partió de Nankín hasta enero de 1414. La flota constó de 63 buques y entre sus tripulantes contó por primera vez con el cronista y traductor de árabe Ma Huan.
La Flota mantuvo su rumbo habitual hasta la India, recalando en Champa, Java, Sumatra, Malasia, Maldivas, Sri Lanka y la India. Parte de la Flota, comandada por el eunuco Yang Min, se separó de la principal y se dirigió hacia el reino de Bengala.
En la ciudad de Semudera (llamada por los chinos Liuqiu) en Sumatra el caos interno provocó la intervención de Zheng He. El rey del momento debía afrontar un aspirante. El emperador Yongle decidió que lo mejor era dejar en el trono al rey y le envió a él los regalos; eso enfadó al aspirante Sekander, que atacó a Zheng He. En esta ocasión el marino chino tenía una buena excusa para combatir y capturó a Sekander, que fue enviado a China.
Desde las Maldivas, la flota principal de Zheng He zarpó hacia Ormuz, ciudad que impresionó a los chinos por sus riquezas. Allí encontró embajadores de África, a los que convenció para que se unieran a su flota y presentaran sus respetos a Yongle.
Mientras tanto la flota secundaria de Yang Min había vuelto a China en 1414 llevando como invitado al rey de Bengala, Saifu'd-Din. El rey llevó consigo un curioso presente al emperador chino. Se trataba de una jirafa, que los chinos creyeron que se trataba de un qilin, animal mitológico que aparecía solo cuando existía un buen gobierno, por otra parte, fue un qilin el ser que anunció a una mujer virgen que tendría un hijo, el cual según la mitología china corresponde a Confucio, por lo que el emperador al ver este animal consideró que definitivamente el cielo y los dioses favorecían su reinado. En la corte muchos, incluido Yang Min, felicitaron a Yongle por ese buen augurio pero este, aunque complacido, rehusó las felicitaciones y manifestó que el mérito era del anterior emperador. Además del qilin aparecieron otros animales fabulosos como caballos celestiales (cebras) y ciervos celestiales (antílopes).
En verano de 1415 Zheng He volvió a China con la flota principal. El rebelde Sekander fue presentado al emperador, que ordenó su ejecución. Los embajadores de Malindi también trajeron una jirafa, lo que produjo una nueva solicitud del Ministro de Ritos para hacer un acto ceremonial de felicitación por la aparición de un nuevo qilin, pero Yongle tampoco aceptó esta vez.
Yongle ordenó a Zheng He preparar un nuevo viaje. Los objetivos del mismo serían devolver los embajadores a sus países de origen y proseguir hasta África para establecer relaciones comerciales. Además, llevaba un sello de reconocimiento para el rey de Cochin y así mantener un equilibrio de poder con la otra ciudad india de la costa malabar, Calicut.
La Flota se detuvo en Quanzhou para cargar porcelana y, después, en 1417 comenzó su viaje. Se repitió aproximadamente la misma ruta: Champa; Java; Palembang, Semudera y Atjeh en Sumatra; Pahang y Malacca en Malasia; Maldivas; Sri Lanka; Cochin y Calicut en India. Volvieron a Ormuz y después visitaron por primera vez Adén, cuyo reino abarcaba el sur de la Península arábiga hasta La Meca. La Flota fue bien recibida por el sultán de Adén, que posiblemente vio a los chinos como unos deseables aliados frente al expansionismo de los mamelucos de Egipto. Parece ser que parte de la Flota se separó de la principal para efectuar una visita a la ciudad santa de La Meca.[cita requerida]
Tras zarpar de Adén, la Flota se encaminó al sur, visitando por primera vez las costas africanas. Devolvió a los embajadores de Mogadiscio, Brawa (en Somalia) y Malindi. En esas costas habita una población hablante de suajili, producto de la mezcla de mercaderes con la población autóctona. Dichos mercaderes eran africanos, árabes, persas e indios pero los nativos, desconfiados porque sufrían frecuentes incursiones, no recibieron de buen grado a Zheng He y su flota. De hecho Fei Xin los calificó de "revoltosos".
En la ciudad de La-sa (Somalia) se produjo uno de los momentos más controvertidos de los viajes de Zheng He. Según el novelista Luo Maodeng, Zheng He ordenó atacar la ciudad con armas de fuego hasta que obtuvo su rendición. Sin embargo esta afirmación no goza de credibilidad para la mayor parte de los historiadores pues,[cita requerida] aunque la obra de Maodeng se basa en los escritos de un oficial de Zheng He (Gong Zhen) cabe recordar que se trata de una novela, se aparta de la política de Zheng He y, además, las ciudades-estado africanas de aquella época carecían de defensas.
La Flota volvió a China el 15 de julio de 1419. Los embajadores extranjeros causaron sensación en la corte por su extrañeza. Además, llevaron un nuevo qilin.
El origen del sexto viaje es la orden de Yongle de devolver a los embajadores a sus países de origen en primavera de 1421, aunque se comenta que ese viaje estuvo impulsado en gran medida por la exploración y curiosidad en mayor medida que otros viajes anteriores.[cita requerida] Hay que tener en cuenta que, aunque China había mantenido relaciones comerciales con África anteriormente, seguía siendo para ellos una tierra nueva. La Flota se dividió en Semudera. Zhou Man condujo la flota principal a Adén y África, mientras que Zheng He volvió a China, donde se encontraba ya en noviembre de ese mismo año. El motivo del rápido regreso de Zheng He pudo haber sido la asistencia a la inauguración de la Ciudad Prohibida de Beijing (Pekín), que ya era capital oficial desde 1420. La flota principal no regresó hasta un año después.
A pesar de que en esos momentos China controlaba el Mar de China y gran parte del Océano Índico, diversos motivos iban actuando para provocar el final de los grandes viajes de la Flota del Tesoro:
El 7 de septiembre de 1424 falleció el emperador Yongle y ascendió al trono su primogéntio, Gaozhi, que adoptó el nombre de Hongxi. Gobernó de 1424 a 1425 y decidió reprimir la influencia de los eunucos en la corte y restaurar la de los confucianistas.[cita requerida] Su corto reinado se caracterizó por el deseo de disminuir la presión fiscal sobre la población.[cita requerida] Su primer decreto, emitido el mismo día de su coronación, dejó clara su actitud contraria a la continuación de los viajes:
Hongxi cortó el poder de los eunucos y, aunque quitó a Zheng He la responsabilidad al mando de la Flota del Tesoro, puso bajo su cargo el ejército en la provincia de Nankín, donde pretendía trasladar de nuevo la capital. Era un puesto de gran importancia y no está claro por qué concedió a Zheng He semejante responsabilidad. En los siguientes meses Zheng He supervisó la finalización del templo de Bao'en y las reparaciones de las futuras estancias imperiales.
Hongxi murió apenas nueve meses después de haber subido al trono y cedió el trono a su hijo mayor Zhu Zhanji, que adoptó el nombre de Xuande. El estilo de gobierno del nuevo emperador combinó el de su padre y el de su abuelo. Aunque mantuvo los consejeros confucionistas, repuso en su cargo a muchos eunucos.[cita requerida] Al igual que su padre, intentó mantener los impuestos bajos y evitó las aventuras militaristas, pero también deseó mantener intensas relaciones diplomáticas y comerciales.[cita requerida]
Hongxi estaba preocupado porque el comercio tributario había declinado desde el sexto viaje y la pérdida de influencia en el exterior.Xia Yuanji, uno de los más firmes detractores de los viajes, ordenó iniciar los preparativos de una nueva expedición.
Así el 29 de junio de 1430, al poco tiempo de la muerte deLos preparativos llevaron más tiempo que en anteriores ocasiones debido al parón de seis años. Se trató de la mayor de todas las expediciones, con más de 300 barcos.[cita requerida]
El objetivo principal de la expedición eran restaurar la tranquilidad en los mares. Los nombres de los barcos son una buena muestra de ello: Pura Armonía, Tranquilidad Duradera o Amable Descanso.
Antes de zarpar Zheng He erigió dos tablas (una en la desembocadura del Yangtsé y la otra en la desembocadura del Min) en las que se relataban los logros de sus viajes.
La Flota zarpó de Nankín el 19 de enero de 1431, pero se detuvo en Jiangsu y Fujian para repostar y reclutar tripulantes. Finalmente salió de China el 12 de enero del año siguiente y se detuvo en Qui Nhon (Vietnam), Surabaja (Java), Palembang (Sumatra), Malaka, Semudera (Sumatra) y Sri Lanka. Finalmente llegaron a Calicut (en India) el 10 de diciembre de 1432.
De allí se dividieron en dos grupos. Hong Bao llevó una flota a África, llegando tan hacia el sur como Kenia y Mozambique. Dos barcos intentaron descargar mercancías en Adén, pero fueron mal recibidos por tensiones políticas locales. Se dirigieron entonces a Jidda y Dhurfar, desde donde Ma Huan asegura haber ido a La Meca y Medina aunque, dado que sus descripciones contienen diversos errores, se duda de que realmente estuviera allí. Una vez hecho esto se reunieron con el resto de la Flota en Calicut y emprendieron el regreso a China.
Parece ser que Zheng He no visitó Arabia ya que eso, como musulmán, hubiera sido escrito en las crónicas. En su lugar es probable que motivos de salud hicieran que se quedara en Calicut y que Ma Huan le acompañara. Sí que parece claro que murió en el viaje de regreso a China y su cuerpo arrojado al mar, ya que eso es lo que asegura su familia y, además, en esas fechas se celebró un funeral de cuerpo ausente en Semarang. Sin embargo, sus zapatos y una brizna de sus cabellos fueron llevados a Nankín para ser enterrados en una cueva budista. En Nankín (colina de Niushou) se erigió una lápida funeraria musulmana, pero no se ha encontrado en ella ningún resto humano u objeto. La tumba fue restaurada en 1985.
La flota llegó a China en julio de 1433 y los embajadores fueron presentados al emperador en septiembre, portando regalos (entre ellos cinco nuevos qilin). Hongxi pudo contemplar con satisfacción cómo se restauraba el comercio tributario, pero murió en 1435 tras una breve enfermedad.
Evidentemente, como eunuco castrado antes de la pubertad, Zheng He no tuvo descendiencia biológica. Sin embargo adoptó a Zheng Haozhao, uno de sus sobrinos que, aunque no pudo heredar los títulos de su padre adoptivo, sí pudo hacerlo con las propiedades. Es por eso que hoy en día existen personas que afirman ser "descendientes" de Zheng He.
Mucho se ha especulado con qué habría sucedido si China hubiera mantenido las expediciones navales, pero la realidad es que finalizaron de forma abrupta. Además de los motivos enunciados anteriormente, el Imperio Ming se encontró con asuntos más urgentes. Al norte, los mongoles constituían una amenaza creciente. La economía se hundió a mediados del siglo XV y la inflación convirtió a los billetes Ming en poco fiables, por lo que en el extranjero se dejó de aceptarlos y se exigió el pago mediante bienes materiales, condiciones que resultaban menos atractivas para los chinos.
El nuevo emperador, Jungtong apenas tenía siete años cuando ascendió al trono, por lo que fue un mero títere en manos de los eunucos. En 1449 el emperador fue capturado por los mongoles. Los confucianos, que culpaban a los eunucos del desastre, aconsejaron deshacerse de ellos. Tras diversas purgas, se prohibió a los eunucos participar en el comercio ultramarino. Eventualmente se prohibió incluso la construcción de buques con más de dos palos y la navegación marítima (edicto Hai Jin). Estas medidas restrictivas terminaron mostrándose contraproducentes ya que disminuyeron los ingresos comerciales y forzó a la población de la costa a practicar el contrabando. La actividad ilegal y la reducción de la Armada (en 1477 solo quedaba un tercio de los buques de guerra) atrajo a los piratas (denominados wokou o "piratas japoneses" a pesar de que la proporción de chinos fue creciendo hasta hacerse mayoritarios en el s. XVI), que causaron grandes destrozos. Los wokou solo entraron en declive cuando, con la llegada de los portugueses, China relajó sus medidas contra al comercio extranjero (además de otros factores, como creciente descoordinación entre los wokou, la competencia directa de los portugueses y medidas tomadas desde Japón y Corea).
Los viajes supusieron un gran impulso para la diáspora china que, bien fuera a través del comercio o por deserciones, se estableció en las costas comprendidas entre China e India.
La influencia de Zheng He en la expansión portuguesa por el Océano Índico es objeto de discusión. Algunos afirman que los viajes de Zheng He contribuyeron involuntariamente a la expansión portuguesa ya que los chinos actuaron generalmente de forma pacífica y eso predispuso a los nativos a acoger de buen grado a futuros visitantes. Otros objetan que los nativos se mostraron poco impresionados ante los portugueses (algo bastante comprensible si se comparan las expediciones chinas con las portuguesas), por lo que los viajes de Zheng He habrían dificultado la expansión lusa.
La revista Life ubicó a Zheng He en el puesto 14 de las personas más importantes del último milenio.[cita requerida]
Con el paso del tiempo, el recuerdo de Zheng He y sus viajes se fue desvaneciendo, cuando no directamente eliminado, y las opiniones respecto a su figura resultaron negativas, pues entraba en directo enfrentamiento con la política confuciana. En 1477 el eunuco Wang Zhi intentó reactivar las expediciones navales. Al solicitar información sobre Zheng He y sus viajes el viceministro de guerra, Liu Daxia, informó que los registros de los viajes se habían perdido. Sin embargo las declaraciones de Liu Daxia, fuertemente crítico con los viajes, permiten deducir que probablemente fue él quien ordenó su destrucción u ocultación para evitar más "despilfarros" al país.
A pesar de eso, la decadencia de la dinastía Ming hizo que los chinos buscaran figuras históricas que representaran mejores tiempos. Por eso la figura de Zheng He reemerge en los siglos XVII y XVIII, convirtiéndose en una especie de santo patrón de los emigrantes chinos.
Zheng He y sus viajes fueron asiduamente relatados en las crónicas de la época. Además, inspiró dos obras literarias:
Zheng He también supervisó la construcción de los astilleros de Nankín, que aún funcionan actualmente.
Con el dinero y bienes aportados por las expediciones se construyó la torre de porcelana de Nankín, destruida cuatro siglos después durante la rebelión Taiping.
Los viajes aumentaron enormemente el conocimiento que tenían los chinos del extranjero. Entre esos conocimientos se encuentran contactos directos con los musulmanes y los cristianos, aunque en ambos casos se asignó el origen de estas religiones en la India (pues ellos extendían esta denominación a todo el Oriente Medio). De hecho Zheng He no se dio cuenta de que Arabia estaba mucho más lejos de la India hasta que no llegó a esta última; a pesar de esto se mantuvo la denominación de "India Occidental" para Arabia.
Hay una leyenda muy popular en Malasia según la cual Zheng He navegó a Malaca en el siglo XV y trajo consigo una princesa de China, llamada Hang Libo. Ella habría de desposar al rey de Malaca. La princesa fue con sus 1500 sirvientes y 5000 vírgenes chinas, quienes se asentaron eventualmente en Bukit Cina en Malaca y cuyos descendientes son el núcleo de la comunidad china actual, conocidos como Baba (el título masculino) y Nyonya (el título femenino). Sin embargo este relato no figura en los anales chinos y en el gran cementerio chino de la ciudad solo dos tumbas son de la época Ming. Por los datos del cronista chino Fei Xin y los relatos portugueses parece que, en realidad, el sultán de Malaca desposó una china descendiente de marinos que habían desertado.
En diversos lugares del sureste de Asia, como Sri Lanka, Java y Malaka se conservan templos dedicados a él donde se le venera como una deidad.
Cuando los primeros europeos llegaron al noroeste de Australia los nativos explicaron que, tiempo atrás, habían sido visitados por los "baijini". La evidencia (restos de barcos, cultivo de arroz, construcciones, vestimenta, etc.) apunta claramente al origen chino de los baijini y a que estos habrían visitado Australia desde la dinastía Han. Gracias a los registros de Fei Xin se sabe que las flotas de Zheng He pasaron por Timor. No sería descabellado suponer que algún barco llegara a Australia, si bien no existe constancia de ello.
En Europa hubo un leve conocimiento de las exploraciones de Zheng He pero muy difuminada por los años. En África los nativos les explicaron que años atrás les habían visitado flotas de barcos muy grandes.[cita requerida]
Los primeros portugueses que llegaron a la India oyeron hablar de los viajes chinos, pero en aquella época los indios ya no fueron capaces de dar detalles de la procedencia real de los visitantes. El mejor testimonio lo dio Girolamo Sernigi,[cita requerida] que escribió en 1499 que a Calicut habían llegado unos 80 años antes flotas de los "cristianos blancos". La descripción que le dan hace que Sernigi los identifique como alemanes o, más probablemente, rusos.
En el atlas de Fra Mauro hay dos inscripciones que podrían indicar que algún barco de las expediciones de Zheng He (o al menos un navío chino) dobló el Cabo de Buena Esperanza. Las dos explican básicamente la misma historia, una de ellas dice:
El terremoto de Lisboa de 1755 destruyó gran parte de los documentos portugueses de la época de Zheng He.
Algunos estudiosos apuntan a que la figura de Simbad podría haberse inspirado en Zheng He.[cita requerida] Avalarían esta hipótesis la similitud fonética entre Simbad y Sanbao y el hecho de que ambos habrían realizado un total de siete viajes.
Una tribu de Kenia, los bajuni, podría ser (al menos parcialmente) descendiente de marinos chinos. Apoyan esta hipótesis las declaraciones de los nativos, así como similitudes fonéticas entre palabras chinas y algunas palabras bajuni. Es de destacar, además, el gran parecido existente entre el nombre "bajuni" y el "baijini" que mencionan los aborígenes australianos.
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