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My Fair Lady (película de 1964)



My Fair Lady (en Argentina y Chile, Mi bella dama) es una película musical de 1964 dirigida por George Cukor e interpretada por Rex Harrison y Audrey Hepburn. Es una adaptación del musical homónimo de Alan Jay Lerner y Frederick Loewe que, a su vez, se había basado en la obra de teatro Pigmalión, de George Bernard Shaw, que ya se había adaptaptado al cine en la película británica de 1938 Pigmalión.

My Fair Lady recibió ocho Premios Óscar: entre ellos, a la mejor película, al mejor actor y al mejor director. Fue considerada la octava mejor película musical por el American Film Institute. En 2018, fue seleccionada para su preservación en el National Film Registry de Cine de la Biblioteca del Congreso como «cultural, histórica o estéticamente significativa».

La acción comienza en Londres, en 1912. Una tarde lluviosa en Covent Garden, al salir de la ópera encontramos a Henry Higgins (Rex Harrison), un arrogante, irascible y misógino profesor de fonética que cree que el habla de una persona determina su futuro social. Presume de ello frente al coronel Hugh Pickering (Wilfrid Hyde-White), también experto en fonética y admirador de sus métodos, asegurando que puede enseñar a cualquier mujer a hablar con propiedad hasta el punto de hacerla pasar por duquesa en el baile anual de la embajada. Para ello le muestra como ejemplo a una joven florista callejera llamada Eliza Doolittle (Audrey Hepburn), con un fuerte acento cockney: la mujer ha sufrido un percance con el público que salía de la ópera, se ha enfadado y no para de quejarse por ello.

Eliza se dirige al día siguiente a la casa de Higgins para recibir clases de dicción. Su ambición es trabajar en una floristería, pero su acento le impide llegar tan lejos. Solo puede pagarle un chelín por clase, estando Higgins acostumbrado a clientes con mayor poder adquisitivo. El Coronel Pickering, que está con Higgins, se siente intrigado por la idea y apuesta a Higgins todos los gastos del experimento a que no consigue hacerla pasar por una dama de la alta sociedad en seis meses, desafío que Higgins acepta.

El padre de Eliza, Alfred P. Doolittle (Stanley Holloway), basurero de profesión, se presenta tres días después queriendo proteger la dignidad de su hija, pero en realidad solo busca sacar algo de dinero a Higgins, que lo soborna con cinco libras esterlinas. Higgins queda impresionado con la franqueza del basurero y su don natural para la retórica, y especialmente su falta de principios. Doolittle se justifica diciendo que no puede permitírselo. Higgins recomienda entonces a Alfred Doolittle a un estadounidense rico interesado en discursos de principios morales.

Eliza se somete a diversas formas de mejorar su dicción, como hablar con la boca llena de canicas. Al principio apenas progresa, pero cuando Higgins y Pickering están a punto de tirar la toalla, Eliza vuelve a intentarlo y lo logra; instantáneamente empieza a hablar con un acento británico estándar de clase alta.

Para probarla, Higgins la lleva al palco de su madre en el hipódromo de Ascot, donde causa buena impresión con sus modales refinados, pero asusta a todo el mundo con un pequeño lapsus impropio al animar a un caballo para que gane la carrera. Higgins, que desprecia la pretenciosidad de la aristocracia, disimula una sonrisa en ese momento.

Higgins finalmente la lleva al baile anual de la embajada, donde Eliza consigue pasar exitosamente como una misteriosa dama de la nobleza e incluso baila con el príncipe de Transilvania. En el baile se encuentra con Zoltan Karpathy (Theodore Bikel), húngaro experto en fonética instruido por Higgins. Tras una breve conversación con Eliza, certifica que es de sangre azul. Esto hace la noche más amena a Higgins, que siempre ha visto a Karpathy como un aprovechado y un fraude.

Después de todo el esfuerzo que ha hecho, Eliza no recibe reconocimiento por parte de Higgins y Pickering; todas las alabanzas son para Higgins. Esto y el trato servicial que Higgins espera de ella, especialmente la indiferencia acerca de su futuro, provocan que Eliza abandone la casa, dejando al profesor intrigado por su ingratitud.

Acompañada por Freddy Eynsford-Hill (Jeremy Brett), un joven que conoció en Ascot y que se ha enamorado de ella, Eliza regresa a su antiguo entorno en Covent Garden, pero descubre que con sus modales refinados, su acento y sus vestidos de marca no encaja allí. Encuentra a su padre, que había recibido una enorme fortuna del millonario estadounidense al cual Higgins le había recomendado, y está preparándose para casarse con la madrastra de Eliza (siente que Higgins lo ha arruinado, pues ahora debe regirse por unos principios morales). Eliza se marcha y acude a la casa de la Señora Higgins, la madre del profesor, que está muy enfadada por el comportamiento de su hijo.

Higgins encuentra allí a Eliza al día siguiente, e intenta hablar con ella y convencerla de que vuelva. En una ardua discusión, el ego de Higgins se siente dañado cuando Eliza anuncia que va a casarse con Freddy y a convertirse en la asistente de Karpathy, pues Higgins no solo desprecia a Karpathy, sino que también considera a Freddy patético e indigno de los nuevos estándares de Eliza. Eliza se siente satisfecha de hacer probar a Higgins su propia medicina, y lo rechaza. Higgins admite que en vez de una carga a sus espaldas es una fuente de fortaleza, y que le gusta así, pero ella se marcha diciendo que nunca volverán a verse.

Tras una discusión con su madre, donde decide que no necesita a Eliza ni a nadie más para ser feliz, Higgins se marcha a casa insistiendo en que Eliza volverá a él arrastrándose. Sin embargo, se da cuenta de que se ha acostumbrado a su rostro («grown accustomed to her face»), y lo único que le queda de ella son grabaciones de sus lecciones de dicción que puede poner en el fonógrafo. Entonces, Eliza aparece de repente en la casa.

En la obra de teatro Pigmalión, Eliza deja claro que se va a casar con Freddy Eynsford-Hill. Shaw escribió más tarde un ensayo[1]​ en el que explica por qué es imposible que la historia acabe con Higgins y Eliza casados, aunque seguirían en contacto toda la vida. Higgins nunca se muestra dispuesto a casarse con Eliza. Hacia el final de la obra original, observa un futuro donde Pickering, él y ella serán tres solterones viviendo juntos en vez de dos hombres y una estúpida muchacha:

Este final alternativo en el que se reconcilian es el de la película de 1938 Pigmalión, con Leslie Howard como actor principal masculino.

Datos de doblaje:

Julie Andrews había sido la compañera de reparto de Harrison en el teatro, interpretando el papel de Eliza en Broadway y en West End, pero a pesar de la presión de Alan Jay Lerner, libretista y guionista de la obra; Jack Warner, de la compañía Warner Brothers, insistió en dar el papel a Audrey Hepburn en la película, pues era ya una estrella reconocida de la pantalla, mientras que Julie Andrews era desconocida en el cine. Elizabeth Taylor también luchó por este papel, que al final no consiguió.

Las consideradas para el papel fueron ]]Vanessa Redgrave, Leslie Caron, Audrey Hepburn, Shirley Jones, [[Angela Lansbury y Elizabeth Taylor, aunque todas ellas habían hecho un pacto con las demás actrices de rechazar el papel para que este fuera para Julie Andrews. Después de que Audrey Hepburn rechazase el papel, Elizabeth Taylor anunció que ella actuaría en la película. Rápidamente Audrey Hepburn aceptó la oferta, pues consideraba a Elizabeth Taylor poco creíble en el papel de una chica inocente.

El Óscar a la mejor actriz que recibió Julie Andrews en 1964 por Mary Poppins y que no se propusiera como candidata a Audrey Hepburn (según se cree, por haber sido doblada por Marni Nixon en las canciones) fue visto por muchos como la revancha de Julie Andrews, aunque ambas actrices han negado que existiera rencilla alguna entre ellas.

Tres años más tarde, cuando Warner Brothers ofreció a Julie Andrews el papel de Ginebra en la adaptación cinematográfica del musical Camelot de Lerner y Loewe, papel que también había interpretado en Broadway con gran éxito, Andrews pidió 7 millones de dólares, rechazando efectivamente el papel. Vanessa Redgrave fue entonces la responsable de interpretar el papel, aunque admitió que si Julie Andrews hubiese querido hacer ese papel, lo habría conseguido sin duda.

El orden de las canciones se siguió fielmente, excepto para “With a little bit of luck” (“Con un poco de suerte”). Es el tercer número musical en la obra de teatro, pero en la película es el cuarto. Además, la canción está dividida en dos partes en la obra, la primera cantada cuando Eliza da a Alfred parte de sus ganancias, antes de tomar la decisión de ir a recibir clases de Higgins; la segunda parte la canta Alfred Doolitle al enterarse de que Eliza está viviendo con Higgins. En la película, toda la canción la canta tras el número musical “I'm an ordinary man” (“Soy un hombre normal”).

El instrumental “Busker Sequence”, que abre la obra tras el “Preludio” (“Overture”), es el único número musical omitido en la película.

Tras escuchar las pistas grabadas por Audrey Hepburn, y sin hablarlo con ella, el equipo de producción organizó una audición para buscar una voz que doblase a Audrey Hepburn en las canciones, resultando elegida la soprano californiana Marni Nixon,[3]​ que grabó todas las canciones completas excepto “Just you wait”, donde se escucha la voz de Audrey Hepburn tal cual en la mayor parte de la canción, exceptuando una transición melódica cantada por Marni Nixon. Marni Nixon firmó guardar secreto de su participación y no recibió reconocimiento alguno en los títulos de crédito. Sin embargo, la información de que Audrey Hepburn sería doblada en las canciones acabó por filtrarse a la prensa.

Algunas de las interpretaciones originales de Audrey Hepburn para la película fueron publicadas en los años 1990, permitiendo al público juzgar si el doblaje realmente era necesario. En especial, sus interpretaciones de las canciones “Wouldn't it be loverly?” y “Show me” están disponibles en los contenidos extras del DVD publicado en 1998. Aunque menos publicitado, Jeremy Brett (Freddy Eynsford-Hill) también fue doblado en las canciones por Bill Shirley.[4]

Rex Harrison rechazó grabar previamente sus números musicales, explicando que nunca había cantado las canciones igual de una vez para otra y, por tanto, no podría hacerlo de forma convincente haciendo playback en el rodaje, como habían hecho los protagonistas de los musicales desde el nacimiento del cine sonoro en Hollywood. Para permitir que Rex Harrison cantara sus canciones en directo durante el rodaje, el estudio colocó un micrófono inalámbrico en las corbatas, siendo el primer micrófono inalámbrico usado en la historia del cine. André Previn dirigió la versión final de la música escuchando la grabación de voz de Harrison, haciendo que el departamento de sonido ganase un Óscar por sus esfuerzos.

El director de CBS reunió los fondos para la producción teatral de Broadway a cambio de los derechos para la edición y publicación del álbum resultante a través de Columbia Records. Cuando Warner Brothers adquirió los derechos para la película en febrero de 1962 por 5 millones de dólares, se acordó que los derechos de la película revertirían a CBS 7 años después del lanzamiento de la película.

La primera copia en vídeo VHS publicada lo fue por MGM/CBS Home Video en 1981 y reeditada por CBS/Fox Video en 1984, 1986, 1991 y 1994.

Warner Brothers es el dueño de los derechos originales de la película, que pasaron a CBS en 1972. Desde 1998 a 2008 los derechos para editar la película en DVD pertenecían a Warner Brothers bajo licencia de CBS, mientras que CBS Television Distribution es la dueña de los derechos para emisión televisada. Esto convirtió a My Fair Lady en la única película cuyos derechos de emisión pertenecen a CBS pero no ha sido distribuida por CBS Home Entertainment.

En los años 90, los rollos de película original se encontraban degradados tras múltiples copias, y se temía su total deterioro. CBS descubrió esto tras ganar dos años seguidos el premio al peor disco láser (DVD) del año. Los restauradores Robert A. Harris y James C. Katz, junto con 20th Century Fox, cuya división de vídeo tenía los derechos de la filmoteca de CBS incluyendo My Fair Lady, fueron contratados con el fin de salvar la película. Tras meses de trabajo, consiguieron preservar la calidad de la imagen para futuras generaciones, lo que llevó a un reestreno cinematográfico de la película restaurada en 1994 por parte de Twentieth Century Fox, reforzando la popularidad de la película.

En 1995, los ejecutivos de Fox ofrecieron a los directores/productores Don Bluth y Gary Goldman, nuevos directores creativos de Fox Animation Studios, la posibilidad de hacer una película de animación de My Fair Lady (1964, Warner Bros.) o Anastasia (1956, 20th Century Fox). Bluth y Goldman eligieron Anastasia, que se convirtió en el filme de animación de mayor éxito no producido por Disney en 1997.

A principios de junio de 2008 se filtró a la prensa los planes de hacer una nueva versión cinematográfica de My Fair Lady protagonizada por Daniel Day Lewis y Keira Knightley[5]​ que se estrenaría en 2011.[6]​ Estaría producida por Duncan Kenworthy (Love Actually), con la colaboración de Columbia Pictures y CBS Films. Emma Thompson sería la encargada de escribir el nuevo guion.[7]






La película ganó, además, el premio David de Donatello.




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