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Patriarcado copto de Etiopía



የኢትዮጵያ ኦርቶዶክስ ተዋሕዶ ቤተ ክርስቲያን

La Iglesia unitaria ortodoxa etíope (en amárico, የኢትዮጵያ ኦርቶዶክስ ተዋሕዶ ቤተ ክርስቲያን, Yäityop'ya ortodoks täwahedo bétäkrestyan, conocida también como Iglesia tawahedo o simplemente Iglesia etíope) es una Iglesia oriental autocéfala, es decir, que tiene su propio patriarca autónomo (desde 1959, aunque antes dependía directamente del patriarca copto de Alejandría).

El jefe de la Iglesia lleva el título de Abune (en ge'ez «nuestro padre», equivalente a patriarca)[nota 1]​ y reside en Addis Abeba, el cual reconoce y se halla en plena comunión con la Iglesia apostólica armenia, la Iglesia ortodoxa copta, la Iglesia ortodoxa eritrea, la Iglesia ortodoxa malankara y la Iglesia ortodoxa siria. Cuenta con unos 30 millones de fieles, un 45% de la población de Etiopía.

Täwahedo es una palabra en la antigua lengua semítica ge'ez que significa "unidad" o "llegar a ser uno"; está emparentada con el árabe tawhid. Se refiere a la creencia en una sola naturaleza de Cristo, opuesta a la creencia en dos naturalezas, humana y divina, propia de la Iglesia católica y de la Iglesia ortodoxa. La Iglesia etíope es monofisita y rechaza las conclusiones del Concilio de Calcedonia, del siglo V, como el resto de las iglesias ortodoxas orientales.

La tradición religiosa etíope atribuye la fundación de su Iglesia a Felipe el Diácono, quien habría logrado la conversión del tesorero de la reina de Etiopía, tras encontrarse con él cuando el etíope regresaba de una peregrinación a Jerusalén.[2]​ Aunque esto dista mucho de ser un hecho probado, sí existen datos de que el Reino de Aksum adoptó el cristianismo en el siglo IV, bajo el reinado de Ezana, gracias a los esfuerzos del monje Frumencio, que es llamado en Etiopía Abune Selama, Kesaté Birhan (Nuestro Padre de la Paz, Revelador de la Luz). Frumencio, tras lograr la conversión de Ezana, fue enviado por el monarca a Alejandría a solicitar del patriarca copto, San Atanasio, el nombramiento de un obispo para Etiopía. Atanasio eligió al propio Frumencio, quien se convirtió así en el primer abuna de Etiopía. En los siglos siguientes, el patriarca copto de Alejandría nombraría siempre a un copto (egipcio) como abuna o arzobispo de Etiopía.

En el siglo siguiente, se produjo la llegada a Etiopía de los Nueve Santos, monjes miafisitas que huían de las persecuciones que siguieron al Concilio de Calcedonia, y que tienen un papel capital en la historia de la Iglesia etíope. Fundaron numerosos monasterios y tradujeron al ge'ez la Biblia de los Setenta.

La Unión con la Iglesia copta continuó después de la conquista árabe de Egipto. Expedientes de Abu Saleh fechados en el siglo XII muestran que el patriarca siempre envió dos cartas al año a los reyes de Abisinia y Nubia, hasta que Al Hakim paró la práctica. Cirilo, LXVII patriarca de Alejandría, envió a Severo como obispo, con las órdenes a poner fin a la poligamia y hacer cumplir la observancia de la consagración canónica en todas las Iglesias. Estos ejemplos demuestran las relaciones estrechas de la sede patriarcal de Alejandría con las dos Iglesias concurrentes durante la Edad Media.

Entre los años 600 y 968 se habla de un período oscuro de la Iglesia etíope. En el siglo XIII, Abune Takla Haymanot de Etissa inició una época de renacimiento ortodoxo. Fundó la orden monástica de Debre Libanos y convirtió a varias tribus paganas del sur del país.

En 1439, en el reinado de Zara Yaqob, un despacho religioso entre Abba Giyorgis y un visitante francés habían conducido al envío de una embajada etíope a la Ciudad del Vaticano.

A principios del siglo XVII, el intento jesuita de predicar el catolicismo en Etiopía produjo una insurrección popular en defensa de la ortodoxia.

En el período jesuita, la Iglesia ortodoxa etíope, bajo la influencia de esta orden, rompió la conexión con la Iglesia copta y comenzó un nuevo capítulo en la historia de la Iglesia. La iniciativa católica en las misiones en Etiopía fue tomada, no por Roma, sino por Portugal, como consecuencia de la lucha en común contra el Imperio otomano y el Sultanato de Adal, naciones islámicas. Los portugueses intervinieron porque deseaban para sí el control de la ruta comercial a la India a través del mar Rojo.

En 1507, el trono de Etiopía había enviado a Matheus, un religioso de la corte originario de Armenia, a Portugal para pedir ayuda contra el Sultanato de Adal. En 1520, el Reino de Portugal abrió una embajada en territorio etíope. Una historiografía interesante de la misión portuguesa, que duró varios años, fue descrita de cerca por Francisco Álvares, el capellán.

Más adelante, Ignacio de Loyola deseaba tomar la tarea de la conversión, pero le fue prohibida. En su lugar, el Papa envió a Núñez Barreto como patriarca de las Indias orientales, con Andrés de Oviedo como obispo; y de Goa los envíos fueron a Etiopía, seguidos por Oviedo mismo, para asegurar la adhesión del monarca etíope a Roma. Después de faltas repetidas, se lograron algunos éxitos bajo el emperador Susenyos, pero hasta 1624 el emperador no profesó la sumisión formal al Papa romano. El emperador Susenyos hizo del catolicismo la religión oficial de Abisinia, pero fue reprendido por su elección y tuvo que abdicar finalmente en 1632 en su hijo, Fasilides, que restauró puntualmente la ortodoxia cristiana tradicional. Como venganza, en 1633 expulsó a los jesuitas del país, y en 1665, ordenó la quema de todos los libros que dejaron éstos en las bibliotecas etíopes. Además, confirmó su adhesión al Patriarca de Alejandría y a la Iglesia ortodoxa copta.

Después de la Segunda Guerra Mundial y por presión del negus Haile Selassie I, los ortodoxos coptos y etíopes llegaron a un acuerdo el 13 de julio de 1948 que condujo a la autonomía de la Iglesia ortodoxa etíope. Así, el 25 de julio, cinco monjes que habían sido propuestos desde 1946 fueron consagrados obispos por el papa copto de Alejandría, con autorización para elegir a un metropolitano. El 14 de enero de 1951, tras la muerte de Abune Cirilo, el último arzobispo egipcio de Etiopía, el papa copto José II confirmó la elección de Abune Basilios como arzobispo. El 28 de junio de 1959, el papa Cirilo VI coronó a Abune Basilios como el primer patriarca de Etiopía, consolidando la autocefalia de la Iglesia ortodoxa etíope. A su muerte, en 1971, fue sucedido por el Abune Tewophilos.[3]

Tras la abdicación de Haile Selassie I en 1974, se instauró en Etiopía un Estado socialista, que acababa con miles de años de monarquía absoluta y, como la doctrina marxista afirma, llegó la separación entre Iglesia y Estado.

En 1976, el patriarca Abune Tewophilos fue ejecutado por orden del Derg, el régimen militar instaurado por los comunistas. Bajo presiones gubernamentales fue elegido un nuevo patriarca llamado Abune Tekle Haymanot, que no fue reconocido por el papa de Alejandría ni por el resto de los coptos. En 1988 falleció Abune Tekle Haymanot y fue sucedido por Abune Merkorios, diputado del Parlamento etíope, que fue obligado a abdicar por el FDRPE cuando cayó el régimen de Mengistu Haile Mariam. El 11 de julio de 1992 fue elegido Abune Paulos; sin embargo, Abune Merkorios proclamó, desde el exilio, que su abdicación había sido forzada y que continuaba siendo el legítimo Patriarca de la Iglesia ortodoxa etíope, lo que provocó un cisma que fue secundado por algunas comunidades ortodoxas de la diáspora etíope en Europa y América.

En 1993, con la independencia de Eritrea, la Iglesia copta permitió también la creación del Patriarcado de Eritrea por iniciativa y autoridad del entonces papa copto, Shenouda III.

Luego de la muerte de Abune Paulos el 16 de agosto de 2012, fue elegido Abune Matías como su sucesor. Posteriormente, tras un proceso de reconciliación promovido por el primer ministro etíope Abiy Ahmed, el cisma entre la Iglesia en Etiopía y la diáspora llegó a su fin, siendo restituido Abune Merkorios en la sede patriarcal con el mismo honor y dignidad que Abune Matías, reconociéndose así un solo Sínodo y dos patriarcas canónicos.[4][5]

El canon de la Iglesia ortodoxa etíope es más amplio que los de otras confesiones cristianas. Su canon "breve" del Antiguo Testamento contiene todos los textos de la Biblia de los Setenta, tanto los deuterocanónicos, aceptados por los católicos, como los aceptados por los ortodoxos (incluyendo el salmo 151, la Oración de Manasés, el libro III de Esdras y el libro III de los Macabeos), más el Libro de Enoc y el Libro de los Jubileos, así como el Apocalipsis de Esdras y el libro de Joseph ben Gorion, una crónica de historia judía.[6]​ Los tres libros de los macabeos son completamente diferentes en cuanto a contenido de sus homónimos de las otras confesiones cristianas. Hay asimismo diferencias en cuanto al orden de los libros. La Iglesia ortodoxa etíope tiene un canon extenso, que incluye más libros. El Nuevo Testamento incluye ocho libros adicionales, entre los cuales están la Epístola de Clemente y la Didascalia.[6]​ El Kebra Nagast, una crónica de la historia etíope, está considerada como canónica también por el rastafarismo.

Las ceremonias religiosas de la Iglesia ortodoxa etíope se celebran en idioma ge'ez, antigua lengua del Reino de Aksum y lengua litúrgica del cristianismo etíope al menos desde la llegada de los Nueve Santos, que llegaron a aquellas tierras huyendo de las persecuciones contra los monofisitas que siguieron al Concilio de Calcedonia. A ellos se debe la traducción al ge'ez de la Biblia de los Setenta. La versión griega de la Biblia de los Setenta fue traducida originalmente al ge'ez, pero recientes revisiones demuestran claras evidencias de que también fue traducida al hebreo, al siríaco y al árabe.

La primera traducción de esta Biblia en una lengua vernácula moderna fue hecha en el siglo XIX por un hombre al que se conoce como "Abu Rumi". Más adelante, el negus Haile Selassie patrocinaría varias traducciones al amárico durante su reinado, una antes de la invasión italiana de Etiopía, acaecida en 1936, y otra tras la Segunda Guerra Mundial. Los sermones de la Iglesia ortodoxa etíope se celebran en la lengua local del lugar donde se oficien.

La Iglesia Ortodoxa Etíope hace mucho más hincapié en el Antiguo Testamento que otras iglesias cristianas, y sus fieles practican ritos propios del judaísmo:

Los ortodoxos etíopes dicen: Oritaweyan nen ("Somos el pueblo de la Ley de Moisés"), refiriéndose a sus prácticas judaicas.

Esta relación más estrecha con el judaísmo se asocia a antiguas relaciones entre el pueblo etíope y las tribus de Israel.

En Etiopía existen varias iglesias rupestres, entre las que destacan las Doce Iglesias de Lalibela.

Hay muchos iglesias monolíticas en Etiopía, las más famosas posiblemente son las doce iglesias en Lalibela. Después de éstas, se conocen dos tipos principales de arquitectura eclesiástica, uno para basílicas, el otro natural. La Iglesia de Nuestra Señora de Sión en Axum está construida en el estilo de basílica, aunque las primeras basílicas están actualmente casi todas en ruinas. Estos ejemplos demuestran la influencia de esos arquitectos que, en el siglo VI, construyeron las basílicas en Reino de Aksum y en otras parte de Etiopía.

Hay dos formas de iglesias nativas: una cuadrada u oblonga, encontrada tradicionalmente en la región de Tigray; la otra circular, tradicionalmente en las regiones de Amhara y Shewa, aunque cualquier estilo se puede encontrar en otras partes.

En ambas formas, el santuario es cuadrado y está ubicado claramente en el centro. La iluminación y vitrales se basan en las tradiciones judías. Las paredes y los techos se adornan con frescos. Un patio, de forma circular o rectangular, rodea el cuerpo de la iglesia. Las iglesias etíopes modernas pueden incorporar los estilos de basílica o nativo, y utilizan técnicas y materiales contemporáneos de la construcción. En áreas rurales, la iglesia y la corte externa están a menudo cubiertos con paja, con las paredes construidas con fango y otros materiales.

Según la tradición, narrada en el libro sagrado Kebra Nagast, en la iglesia de Santa María de Sion, en Aksum, se custodia el Arca de la Alianza, que habría sido llevada a Etiopía por Menelik I, hijo de Salomón y de la reina de Saba. La Iglesia etíope debido a la antigua tradición sobre el manejo y cuidado del arca, siempre se ha resistido a las presiones de los arqueólogos modernos para estudiar el Arca de la Alianza; y solo se puede suponer su posible real ubicación en esta iglesia, a través de pruebas arqueológicas indirectas.

Todas las iglesias ortodoxas de Etiopía albergan un tabot, réplica de las tablas que se guardan en el Arca de la Alianza original. El tabot es un cuadrado de 15 cm de lado, hecho de alabastro, mármol, o madera de acacia. Se guarda en un cofre ricamente ornamentado y se mantiene lejos de la vista del público. El tabot es sacado en procesión en el día de la fiesta de su respectiva iglesia, o en la gran fiesta de T'imk'et (Epifanía).

El calendario de la Iglesia ortodoxa etíope procede del de la Iglesia copta, aunque con ciertas modificaciones, por lo cual el calendario etíope tiene siete u ocho años menos que el calendario gregoriano.[nota 2]​ El año consta de 365 días, y cada cuatro años se añade un día suplementario. Cada año de este período de cuatro años está dedicado a uno de los evangelistas, en este orden: Juan, Mateo, Marcos, Lucas. El año de Lucas es el año bisiesto, y es el anterior al año bisiesto occidental. El año se divide en 12 meses de 30 días cada uno. Al final de cada año, se añaden 5 días extras (Pagumen). En el año bisiesto, el Pagumen consta de seis días.

La festividad de Año Nuevo (Enkutatash o "regalo de joyas")[nota 3]​ tiene lugar el 11 o 12 de septiembre del calendario gregoriano (1 de Meskerem en el calendario etíope).

Los meses del calendario etíope son:

Los días de la semana:

Las fiestas más importantes de la Iglesia ortodoxa etíope son la Navidad (Gena), que se celebra el 7 de enero (29 de Tahsas) y el Timkat (Epifanía), doce días después, el 19 de enero (11 de Tir). Otra fiesta importante es el Hallazgo de la Verdadera Cruz (Meskel) del 27 de septiembre (17 Meskerem). Otras celebraciones, como la Semana Santa, son movibles, dependiendo, como en otras confesiones, de un complejo sistema de variables.

El 13 de septiembre de 2007 fue el primer día del nuevo milenio para los ortodoxos etíopes.[nota 4]

La Iglesia etíope, como rama filial dependiente del Patriarcado Copto de Alejandría, siguió a este en su repudio a las resoluciones dadas por el Concilio de Calcedonia del año 451, y esta Iglesia también siguió la doctrina monofisita. Dado que no se cuenta con los datos históricos exactos sobre la sucesión episcopal de la Iglesia ortodoxa etíope, la relación que se presenta a continuación contiene muchas lagunas cronológicas.

Obispos de Axum

Arzobispos de Etiopía

Vacante (1344-1348)

Vacante (1458-1481)

Vacante (1632-1633)

Vacante (1687-1689)

Vacante (1716-1718)

Vacante (1803-c. 1808)

Vacante (c. 1808-1816)

Vacante (1866-1868)

Patriarcas de Etiopía.



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