x
1

Pharomachrus mocinno



El quetzal (Pharomachrus mocinno),[2]​ también conocido como quetzal, quetzal centroamericano o simplemente como quetzal,[3]​ es una especie de ave de la familia de los trogones (Trogonidae). Su área de distribución geográfica incluye América Central y el sur de México, donde habita los bosques nubosos no perturbados. Se distinguen dos subespecies reconocidas. La palabra quetzal viene del náhuatl quetzalli, que puede traducirse como "cola larga de plumas brillantes"[4]​ o bien "cola cubierta del quetzal".[5]​ Anteriormente "quetzal" se aplicaba solo a la especie Pharomachrus mocinno, pero en la actualidad se utiliza como nombre genérico común para todos los integrantes de los géneros Pharomachrus.

Se distribuye desde el oriente del Istmo de Tehuantepec en el sur de México hasta el oeste de Panamá, incluidos la zona centro de Guatemala, en todo Honduras, Oriente de El Salvador, norte de Nicaragua y centro de Costa Rica.[1]​ En su área de distribución vive únicamente en bosques nubosos montanos entre 1000 y 3000 msnm.[1]

Es un ave de mediano tamaño de 36–40 cm de largo. El macho tiene además una cola serpentina de hasta 65 cm de largo. Tiene un peso de aproximadamente 210 g. Es el mayor representante del orden de los trogoniformes.[6]​ La subespecie P. m. costaricensis es ligeramente menor que la especie nominal y tiene plumas de cola algo más finas y cortas.

El plumaje del cuerpo es de color verde iridiscente, con reflejos que varían de oro hasta azul-violeta, con el pecho y vientre de color rojo carmesí intenso. Las plumas coberteras superiores de la cola son verdes y muy largas, escondiendo la cola, y en los machos en la temporada de cría son más largas que el resto del cuerpo. Las coberteras primarias de las alas también son inusualmente largas y dan una apariencia de flecos. El macho tiene una cresta erizada en la cabeza, que consiste de plumas erectas y comprimidas unas con otras. El pico, que está parcialmente cubierto de plumas filamentosas verdes, es de color amarillo en los machos adultos y negro en las hembras. Sus patas tienen un aspecto oscuro y son muy cortas; tienen los primeros dos dedos hacia atrás y los otros dos hacia delante lo que hace las clasifica como verdaderos perchadores.

Los colores de la hembra son más modestos que el macho y sus plumas están manchadas de color oscuro, con el pecho rojo. También tiene una cola mucho más corta que la del macho. La cabeza es de color café pardo, y el pico es negro en vez de amarillo. Suele llamársele Quetzalí.

Un estudio con microscopio electrónico de barrido mostró que en las plumas, las bárbulas verdes tienen forma de gruesas cintas segmentadas que se vuelven ligeramente sobre el eje longitudinal y terminan en un filamento bífido o de tres puntas. Las bárbulas pigmentadas son más simples y pueden tener aletas laterales. En la interfase cafe-verde, las bárbulas cambian gradualmente de un tipo a otro. Aunque el mecanismo de coloración es interno, tiene una influencia significativa en la forma general de la pluma, la cual está limitada por la selección hacia mayor resistencia y termorregulación[7]

Los pichones tienen uñas vestigiales en la articulación del ala, como el Archaeopteryx, que pierden cuando maduran.

No puede volar con mucha velocidad. Entre los depredadores naturales de las aves adultas se incluye el águila azor blanca (Spizaetus ornatus) y diferentes especies de búhos. El tucán esmeralda (Aulacorhynchus prasinus), Chara Papán (Cyanocorax morio), comadreja de cola larga (Mustela frenata), ardillas (Sciuridae), y el kinkajú (Potos flavus) son depredadores de los polluelos o los huevos.[8]

El canto del quetzal centroamericano es un silbido o grito agudo, cuya onomatopeya es quiau (u otras similares), que frecuentemente canta de dos en dos y a veces repitiéndolos de manera monótona. También tiene otros cantos pocos musicales.

Es considerada una especie esencialmente frugívora (se alimenta principalmente de fruta), aunque mezcla su dieta con insectos (en particular avispas, hormigas y larvas). De particular importancia son los aguacates y otras frutas silvestres de la familia del laurel (Laurácea), que las aves tragan entero antes de regurgitar las pepitas, lo que contribuye a la dispersión de estas especies de árboles.[9]

Es un ave solitaria fuera de la época de cría. Durante la época de cría es un ave territorial monógamo. El tamaño de su territorio, tal y como se ha medido en Guatemala, oscila entre 6 y 10 ha. La temporada de cría es de marzo a abril en México, de marzo a mayo en Guatemala y de mayo a junio en El Salvador.[10]​ Las hembras suelen poner dos huevos de color azul pálido en un agujero tallado en un árbol podrido. Un árbol en la etapa de descomposición requerida para la anidación es susceptible a daños por el clima, y la disponibilidad de árboles adecuados puede limitar la población del Quetzal.

Ambos padres se turnan en la incubación, con su larga cola de plumas doblada hacia delante sobre la espalda y saliendo del agujero, donde parecen a helechos que crecen en el árbol. El período de incubación dura unos 18 días, durante el cual el macho incuba los huevos por lo general durante el día, mientras que la hembra los incuba por la noche. Cuando los huevos eclosionan, los padres alimentan a sus crías con frutas, bayas, insectos, lagartijas y pequeñas ranas. Sin embargo, la hembra a menudo descuida e incluso abandona a las aves juveniles al final del período de cría, dejando al macho la tarea de seguir cuidándolos hasta que estén listos para sobrevivir por sí mismos.

Es una especie que se considera casi amenazada de acuerdo a la UICN.[1]​ Ha también sido incluido en CITES Apéndice I.[1]​ En territorio mexicano, según la Norma Oficial Mexicana (NOM-059-SEMARNAT-2010), el quetzal se encuentra en peligro de extinción (P).[11]​ En Baja Verapaz, Guatemala, se encuentra un biotopo de quetzales para su reproducción, que también es un lugar turístico.

Es el ave nacional de Guatemala desde 1871 y su imagen figura en la bandera y el escudo de Guatemala. "Quetzal" es también el nombre de la moneda de dicho país. Tiene también un papel importante en los mitos de la región.

En las civilizaciones precolombinas de Mesoamérica, era considerada un ave divina asociada a Quetzalcoatl, la deidad "serpiente emplumada". Los antiguos mexicas y mayas vieron el quetzal como el "dios del aire" y como un símbolo de la bondad y la luz, y sus plumas de cola verde iridiscentes fueron veneradas como símbolos para el crecimiento de las plantas en la primavera. Los gobernantes de Mesoamérica y algunos otros rangos de la nobleza, llevaban tocados de plumas del quetzal como símbolo de su relación con Quetzalcóatl. Como era un crimen matar a un quetzal, el ave fue únicamente capturado para sacarle algunas plumas y luego puesto en libertad. En varios idiomas mesoamericanos, el término para quetzal también tiene el significado de "sagrado", "precioso" o "erigido".

Fue descrito por primera vez por el naturalista mexicano Pablo de la Llave en 1832. Es una de las cinco especies del género Pharomachrus. El término quetzal originalmente se aplicaba solo a la especie P. mocinno, pero en la actualidad se usa para nombrar a todos los integrantes de los géneros Pharomachrus y Euptilotis.

En cuanto a su nombre científico, la palabra Pharomachrus se deriva del griego antiguo pharos y makros, "manta", "largo", en referencia a las aletas y la cola cubierta del ave. La palabra mocinno hace referencia a José Mariano Mociño Suárez Lozano, naturalista de la Nueva España, mentor de Pablo de la Llave.[12][13]

Se distinguen dos subespecies reconocidas:[14]



Escribe un comentario o lo que quieras sobre Pharomachrus mocinno (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!