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Protesista dental



El protésico dental (en España), protesista dental,(en Argentina), o técnico dental (de manera general en los distintos países de América Latina), también llamado en ocasiones mecánico dentista, es el profesional sanitario encargado de diseñar, elaborar, fabricar y adaptar las distintas prótesis dentales existentes, así como los aparatos de ortodoncia removible, las férulas dentales, las cubetas de impresión individuales y otros. Del mismo modo que elabora, también se encargará de reparar lo anteriormente citado en caso de rotura o desgaste por el paso del tiempo.[1]

El profesional no solo es un sanitario, sino que además es un artesano e incluso un artista, puesto que la profesión es fundamentalmente artesanal.[2]​ Cada caso requiere una prótesis o dispositivo determinado, y cada dispositivo que fabrica el protésico dental es una obra artesanal única y personalizada que ha de cumplir todos los requisitos necesarios, tanto funcionales como estéticos. Por ello, para desempeñar la profesión, además de adquirir los conocimientos necesarios, tanto técnicos como sanitarios (conocimiento de las propiedades químicas y físicas de los materiales que usa, conocimiento de técnicas de trabajo y uso de maquinaria e instrumental, conocimiento de anatomía oral e incluso facial, etc.), el protésico dental precisa ser habilidoso con sus manos,[3]​ y necesita perfeccionarse como profesional mientras desempeña su creativa labor con el paso del tiempo, para adquirir una requerida experiencia.[4]

La formación del protésico es una combinación de su estudio académico y la experiencia que adquiere en el ejercicio de su profesión. Es por tanto que, sea del país que sea el protésico, tras adquirir el título (siempre y cuando exista titulación en el país de procedencia), ha finalizado sus estudios pero no su formación, puesto que una artesanía únicamente puede aprenderse tras años de experiencia.

Según el puesto que ocupe el protésico dental, este puede recibir diversos nombres ("ceramista", "resinero", "ortodoncista", etc.). De hecho, debido a la complejidad que ostenta el trabajo a realizar por el protésico dental, por lo general el profesional se especializa en un determinado campo de las prótesis dentales, pues la gama de dispositivos a diseñar y crear es muy amplia y sería imposible poder fabricar todos ellos con la misma pericia, ya que, además, dominar completamente cualquier técnica puede llegar a requerir incluso años de experiencia.

Por lo general, el primer paso en la profesión es dominar "la escayola"; es decir, ocupar el puesto del laboratorio donde se realiza el positivado de las impresiones dentales, recortado de modelos, montaje en articulador, etc., pero el profesional puede llegar a adquirir la capacidad de realizar diversas y dispares funciones en el laboratorio, pudiendo incluso realizar la mayoría de las fases en la elaboración de los distintos dispositivos, ya sean removibles de metal, completas y parciales de resina, dispositivos de ortodoncia, etc. No obstante, como ya se ha citado anteriormente, el protésico dental precisa de especialización; de hecho, asimismo, existen multitud de laboratorios dentales específicos para un único y determinado tipo de prótesis.

Los distintos especialistas protésicos pueden explicarse de la siguiente manera:

El protésico dental elabora principalmente prótesis dentales, o, lo que es lo mismo, fabrica elementos artificiales básicamente destinados a sustituir los dientes naturales faltantes del paciente.

Realiza por tanto las prótesis completas de resina (comúnmente llamadas dentaduras postizas), las prótesis parciales (ya sean de metal o de resina), los puentes y coronas de cualquier tipo (prótesis fija, también implantosoportada) y los dispositivos protésicos mixtos. Además, el protésico dental también elabora toda la aparatología ortodóntica removible (ortodoncia removible), las férulas dentales, las cubetas de impresión individuales, los provisionales de resina, las planchas de mordida, así como los modelos de estudio. También es el protésico el encargado de realizar las composturas y rebases, siendo lo primero la reparación de las prótesis en caso de roturas, y lo segundo el reajuste de las prótesis cuando estas se quedan grandes o bailan en la boca con el paso del tiempo por la reabsorción del hueso alveolar.Todo ello, sobre los modelos de escayola o modelos maestros, siendo un delito que actuen sobre la boca del paciente.

En todos los países que regulan legalmente la profesión de protésico dental, el protésico es el único profesional capacitado y autorizado por ley para realizar lo anteriormente citado.[6]

Por ley, el protésico dental nunca puede, ni aunque existiera por medio una prescripción facultativa, tomar medidas,[7]​ el cliente del protésico es legalmente el odontólogo, y es contemplado como delito de intrusismo por el Código Penal, que un protésico toque la boca del paciente

Se resume en funcionalidad, salud y estética.

El único objetivo del protésico no es solo fabricar una prótesis, sino que busca devolver a la boca del paciente la funcionalidad perdida, desde la masticación y deglución hasta el habla y la correcta fonética. El protésico devolverá con su labor al paciente la salud bucal, mecánica, higiénica y confortable, así como la estética en boca y cara.

Este objetivo es una búsqueda en conjunto ocurrida entre laboratorio y clínica, una labor en parte coordinada y lograda entre el dentista y el protésico, aunque el único encargado en su fabricación es el protésico, siendo por tanto un artículo artesanal, personalizado y único diseñado en el laboratorio dental.

El protésico realiza su trabajo en un laboratorio de prótesis dental, que contará con el equipo y las máquinas necesarias, y que deberá cumplir las exigencias solicitadas desde las administraciones sanitarias. Este profesional podrá montar su propio laboratorio autónomo acorde a la legislación vigente de su país, o bien trabajar como empleado en uno ajeno. Los laboratorios dentales cuentan con unas importantes instalaciones sobre la base de sus necesidades, así como con la diversa maquinaria a emplear (hornos, chorreadoras, recortadora, fotopolimerizador, centrífuga, etc...).

Además, el protésico también puede ser propietario o bien empleado de un depósito dental.

Laboratorio y clínica son lugares de trabajo diferentes. En las clínicas dentales se realiza el diagnóstico y tratamiento odontológico pertinente a los pacientes, y en los laboratorios dentales se preparan, diseñan, elaboran, fabrican y reparan las prótesis mediante prescripción facultativa.

De hecho, el protésico dental es, en cualquier país con regulación propia de la profesión, un profesional libre e independiente del odontólogo,[8]​ dueño de su propia empresa o trabajador en otra ajena. Los laboratorios dentales son por tanto instalaciones independientes de las clínicas que se encuentran ubicadas en direcciones diferentes.[3]

El protésico maneja una amplia gama de instrumental dirigido a cada una de las tareas a realizar dentro de su amplio campo de trabajo.

El protésico dental no tiene un uniforme específico, no obstante, por lo general se usan batas blancas, ya sean de verano o invierno. Aunque también suelen usarse filipinas verdes de sanitario. El objetivo es protegerse de cualquier daño que puedan hacer las sustancias químicas (los diferentes monómeros, glutaraldehido al 2 %, etc.) a la ropa de calle, así como evitar todo tipo de manchas (de cera caliente, escayola, separador, etc.) o estropicios que puedan causarse (enganchones, quemaduras, etc.).

En cuanto al calzado, pueden usarse unos suecos anatómicos, o bien cualquier otro tipo de calzado cómodo que proteja el pie.

Otros complementos son las mascarillas y gafas protectoras.

El hecho es que un protésico dental precisa de una amplia formación, y la realidad es que cada país a lo largo del mundo lo regula de una determinada forma. Por ejemplo en los Estados Unidos, los protésicos dentales son universitarios, de hecho, para convertirse en protésico dental, se requiere primero el título de odontología, y posteriormente tres años adicionales de formación especializada.[12]​ Aunque en algunos países, el protésico dental ni tan siquiera llega a cursar estudios.

Donde sí se hace, los contenidos formativos suelen ser similares, anatomía bucodental, patología bucodental, etc., formación específica de las distintas prótesis, materiales, elaboración, diseño, etc. Atendiendo a esto, la formación del protésico será tanto teórica como práctica. Dentro del contenido formativo se presentan unos conocimientos básicos para la anatomía y fisiología bucodental (donde entran los diferentes huesos y músculos del cráneo, las diferentes caras de un diente, distribución de las distintas piezas dentarias en su ubicación correcta, la morfología externa de los diferentes tipos de dientes, reconocimiento en modelos y en placas radiográficas las distintas patologías y malformaciones de la cavidad bucodental determinando posibles maloclusiones y alteraciones morfológicas y agenesias), anatomía del cráneo y de la cara, osteología y artrología del cráneo y de la cara, articulación temporomandibular, vascularización e inervación bucodental, músculos de la masticación, músculos de la cara y de los labios, morfología dental y morfología eruptiva, nomenclatura dental, oclusión dental, morfología de los tejidos de soporte, etc.

También se formará en las técnicas de organización y de gestión de un laboratorio de prótesis dental.

Y por supuesto, se formará teórica y profundamente en el diseño de prótesis y aparatos de ortodoncia, en todo en cuanto respecta a las prótesis removibles de resina, prótesis parcial removible metálica, prótesis fija, ortodoncia, prótesis mixtas, quirúrgicas e implantosoportadas. En todas las fases de trabajo, así como en los materiales y las propiedades de los mismos, instrumental, maquinaria, etc. La formación teórica será completada con la formación práctica correspondiente.[13]

Para seguir con su formación y como en tantas otras profesiones, el protésico puede realizar cursos adicionales específicos, así como también existe un amplio catálogo de másteres a lo largo de todo el mundo. Esta formación postgrado puede ser de muy distintos niveles, siendo por lo general más caro cuanto más prestigio otorgue, dado que en ocasiones esta formación puede significar a veces un salto de calidad para el profesional, como suele ocurrir por ejemplo con los másteres de cerámica.[14][15]

También existe una modalidad de bachillerato tecnológico, para la cual se requiere un certificado de secundaria. Esta carrera técnica de nivel medio se imparte en los CETIS, CBTIS y CONALEPs con una duración de seis semestres.[19]

En Costa Rica, los estudios que cursa este profesional sanitario otorgan el título de Diplomado Universitario en Mecánica Dental, y se realiza en dos años aproximadamente, el plan de estudios es por cuatrimestre. Para cursar estos estudios debe tener como requisito escolar previo el título de Bachillerato.

Dentro del país existen dos universidades que brindan estos estudios, esta es una institución Nacional[22]​ y otra que es privada. En el CUC se cuenta con la especialización de Porcelana y en la ULatina cuenta con dos especialidades de porcelana y Cromo-Cobalto.

Dentro del programa de estudios se debe de realizar prácticas de Laboratorio y una última de práctica supervisada.

Esta profesión o actividad artesanal destinada a la reposición dental, es una práctica ancestral, tanto es así que debieron existir homólogos a los protésicos actuales ya en los siglos VI y IV a. C., puesto que como evidencias arqueológicas existen varias prótesis dentales etruscas datadas de aquellos años. Pero también entre los romanos de la Antigua Roma existieron artesanos capaces de fabricar dientes artificiales o, lo que es lo mismo, rudimentarias prótesis dentales como la hallada durante excavaciones arqueológicas realizadas en la necrópolis romana de Viale della Serenísima, que data del siglo I o II a. C..[23]

No obstante, aunque la profesión de laboratorista o protésico dental cuenta con una dilatada historia, su ejercicio profesional ha tardado mucho en ser regulado a lo largo del mundo, legislándose por lo general mucho más tarde que la mayoría de profesiones sanitarias. Cada país tiene su propio reglamento o marco legal al respecto, aunque básicamente son todos similares, de tal modo que se centran en definir la profesión haciendo mención al título académico requerido, el desempeño del profesional, limitaciones legales, derechos salvaguardados, etc.

Tal vez la norma más básica y común a la mayoría de los reglamentos existentes en los diferentes países, sea la que autoriza a los protésicos dentales únicamente a construir prótesis dentales en los modelos extraídos de las impresiones dentales proporcionadas por los odontólogos y estomatólogos titulados, sin llegar a intervenir directamente en la boca del paciente.[24][25][26][27]

Algunos ejemplos legislativos al respecto, pueden ser los siguientes países:

Los riesgos que corre el protésico dental durante la realización de su trabajo son variados, dependiendo también de la actividad que esté realizando o de qué máquina o instrumento esté utilizando.

Todos los países legislan de alguna forma la seguridad e higiene en el trabajo, y muchos países redactan a este título su reglamento específico para protésicos dentales, como por ejemplo es el caso de España, donde la seguridad e higiene en el trabajo se legisla mediante la ORDEN de 28 de diciembre de 1978 por la que se aprueba la Ordenanza Laboral para el personal que presta sus servicios en los Laboratorios de Prótesis Dental, en el Capítulo X Artículo 45, siendo de obligada aplicación para las empresas, con la participación del comité de seguridad e higiene o representantes sindicales.[30]

Los riesgos para el protésico dental a tener en cuenta son:

Lo primero que debe buscarse en cualquier puesto de trabajo es un diseño ergonómico, básicamente para lograr satisfacción y seguridad en el trabajo, además de optimizar el rendimiento del trabajador.[36]

El protésico dental desempeña un trabajo muy manual, por lo que deberá encontrar sus posturas de trabajo, siempre cómodas y saludables.

Los aspectos a tener en cuenta para un protésico van, desde posicionar adecuadamente la silla con respecto a la mesa (altura, proximidad...), coger o sujetar adecuadamente cada instrumento que usa, hasta buscar puntos de apoyo en brazos y manos, todo para lograr un buen pulso, siempre en posición relajada.

Trabajar sin puntos de apoyo es un error que nunca se debe cometer. En ocasiones, las dos manos interactúan, y los dedos de una con la otra entran en contacto mientras se realiza un determinado trabajo; todos estos aspectos ergonómicos del protésico son claves, pues constituyen la forma correcta de trabajo.

8 de octubre día del protésico dental (Venezuela)



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