Situación militar en septiembre de 2021:
República Árabe Siria (FAS)
República Árabe Siria y Rojava (FAS y FDS)
Rojava (FDS)
Gobierno Provisional de Siria (ENS) y ocupación turca
Gobierno de Salvación Nacional de Siria (HTS)
Ejército del Comando Revolucionario y ocupación estadounidense
EIIL
Acuerdos de paz entre el gobierno de Bashar al-Ásad y la oposición siria
Manifestaciones y posterior rebelión armada de una fracción del ejército y otros grupos armados. Intervención de diversas potencias en favor o en contra del Gobierno de al-Assad.
...Otros grupos armados extranjeros
Irán (desde 2013)
Hezbollah (desde 2012)
Kataeb Hezbolá
Rusia (desde 2015)
Compuesto por diversos grupos en el norte de Siria Ejército de la Conquista
...Otros grupos armados extranjeros
• Frente Islámico: 45 000
• Frente Al-Nusra: 7000 – 15 000
Yabat al-Akrad:
50 296– 64 296 milicianos
4,700 soldados y milicianos y 2,000 activistas capturados
88 soldados extranjeros muertos ( 48, 17, 16, 7)
La guerra civil siria (en árabe, الحرب الأهلية السورية al-Ḥarb al-ahliyya al-sūriyya) es un conflicto armado que se inició en Siria tras las protestas antigubernamentales de 2011. Dichas protestas derivaron en enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas del país y la denominada oposición siria, la cual incluye varios grupos terroristas. Posteriormente, se transformó en un conflicto internacional entre varios países, incluidos las dos mayores potencias nucleares, así como otras regionales.
La denominada «oposición siria» ha estado integrada por diversos grupos:
Al principio, los rebeldes contaban con asistencia no letal; pero más tarde, Estados Unidos empezó a procurar financiamiento, armas y entrenamiento. Después, acabó admitiendo que parte de dicha ayuda terminó en manos de terroristas que la usaron tanto contra el Gobierno y los civiles como contra la oposición. Además, Arabia Saudita, Catar, Kuwait y Turquía habrían proporcionado «millones de dólares» a los «grupos terroristas» (incluido el Frente Al-Nusra y el EI), según declaró en marzo de 2014 David Cohen, secretario adjunto del Departamento del Tesoro especializado en Terrorismo e Inteligencia Financiera de EE. UU. Hasta 2016 se estimaba que los grupos rebeldes recibieron unos 2450 sistemas portátiles de defensa aérea, 1750 sistemas antitanque, 650 lanzacohetes múltiples, más de 24 000 proyectiles de distintos tipos y más de 600 toneladas de explosivos.
La Coalición Internacional liderada por los EE. UU. (Central Join Task Force) en su operación «Resolución Inherente» inició ataques aéreos contra el Estado Islámico en Siria el 10 de septiembre de 2014, sin la aprobación del Gobierno sirio. Durante sus ataques centenares de civiles murieron y atacaron posiciones e infraestructuras gubernamentales bajo el pretexto de un ataque defensivo o de represalia por el uso de armas químicas. En octubre de 2019, el entonces presidente Donald Trump ordenó la retirada de parte sus tropas replegándose solo a proteger zonas petroleras bajo el control de las SDF.
Rusia, Irán y agrupaciones chiitas, como Hezbolá, han apoyado al Gobierno sirio en su lucha contra el Estado Islámico, grupos islamistas, el ejército libre sirio apoyado por Turquía y las fuerzas democráticas de Siria. Desde el 30 de septiembre de 2015, Rusia llevó a cabo una operación militar de cinco meses y medio por pedido del presidente sirio, las Fuerzas Aéreas rusas (RuAF) destruyeron más de 12 000 blancos de infraestructura y acabado con más de 35 000 milicianos, según el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú.
Además de acabar con la vida de entre 300 000 y 470 000 personas, el conflicto ha desencadenado una crisis humanitaria. Para 2016, de los 22 millones de habitantes del país más de la mitad se vieron obligados a huir (13 millones y medio de estos desplazados internos necesitan ayuda urgente en la actualidad). Además, 4,8 millones huyeron a países vecinos; Turquía acogió a 2,7 millones de sirios; Líbano a cerca de un millón y otros 650 000 fueron a Jordania. Tres cuartas partes de los refugiados son mujeres y niños. Según cifras de Unicef, al menos 652 de estos últimos fueron asesinados: un 20 % más que en 2015. Además, han sido reclutados casi mil niños soldados para luchar directamente en primera línea. Los más vulnerables son los 2,8 millones que se encuentran en zonas de difícil acceso. De ellos, 280 000 vivieron bajo asedio, casi completamente aislados de la ayuda humanitaria. Por otra parte, 338 centros médicos fueron devastados en 2016.
Debido a la participación de numerosas potencias extranjeras, esta guerra civil ha sido designada como una guerra subsidiaria. El Gobierno sirio cuenta con el apoyo de Rusia —lo considera un país aliado desde tiempos de la Unión Soviética—, la República Islámica de Irán y la organización libanesa Hezbolá. Todos ellos defienden que las manifestaciones y primeras revueltas armadas fueron organizadas y financiadas por Occidente (así como por algunos grupos yihadistas), para precipitar la caída del gobierno y controlar el país, opinión por otra parte respaldada por algunos analistas. La "oposición siria" se encuentra apoyada por los Estados Unidos, Turquía, Arabia Saudí y otros países aliados occidentales y del golfo Pérsico. Las organizaciones internacionales han acusado al gobierno sirio, al Estado Islámico y a los grupos rebeldes de violaciones graves de los derechos humanos y de muchas matanzas.
En el verano de 2018, el ejército sirio, tras la liberación de la campiña de Damasco, logró recuperar la gobernación de Dar'a con ayuda de los bombardeos rusos, así como la capital del mismo nombre: la ciudad de Daraa.
El gobierno secular de la rama Ba'ath llegó al poder a través de un golpe de Estado en 1963. Durante varios años, Siria pasó por otros golpes de estado y cambios en el liderazgo, hasta que en marzo de 1971, Hafez al-Assad (un alauí) se declaró presidente. La rama regional siria secular siguió siendo la autoridad política dominante en un estado de partido único, hasta la primera elección multipartidista para el Consejo Popular de Siria en 2012. Tras la muerte de Hafez al-Assad en el año 2000, su hijo Bashar al-Assad fue elegido presidente. Bashar y su esposa Asma (musulmana sunita nacida y educada en el Reino Unido), inicialmente inspiraron esperanzas de reformas democráticas; sin embargo, según sus críticos, no cumplió con lo prometido.
La población total en julio de 2018 se estimó en 19 454 264 personas; en cuanto a los grupos étnicos, aproximadamente el 50 % eran árabes, el 15 % alauitas, un 10 % kurdos, otro 10 % levantinos y un 15 % final incluía drusos, septimanos, imamíes, nusairis, asirios, turcomanos y armenios.
Se pensaba que el 87 % era musulmán (74 % sunita, alawi e ismaili y el otro 13 % chiita), el 10 % cristiano (principalmente de las iglesias cristianas orientales), un 3 % de drusos y una minoría muy poco estimable de judíos (quedan pocos en Damasco y Alepo).
La desigualdad socioeconómica aumentó significativamente después de que Hafez al-Assad iniciara las políticas de libre mercado en sus últimos años. Esta se aceleró aún más después de que su hijo llegara al poder. Con un énfasis en el sector de servicios, estas políticas beneficiaron a una minoría de la población de la nación (en su mayoría personas con conexiones con el gobierno) y a miembros de la clase comerciante sunita de Damasco y Alepo. En 2010, el PIB per cápita nominal de Siria era de $2,834, comparable a los países del África subsahariana.
El país también enfrentó altas tasas de desempleo juvenil. Al inicio de la guerra, el descontento contra el gobierno era mayor en las áreas pobres, predominantemente entre los sunitas conservadores. Estas incluían ciudades con altos índices de pobreza, como Daraa y Homs, así como los distritos más pobres de las grandes ciudades.
La contienda coincidió con la sequía más intensa jamás registrada en Siria (que duró desde 2006 hasta 2011) y provocó un fracaso de las cosechas, un aumento en los precios de los alimentos y una migración masiva de familias de agricultores a los centros urbanos.guerra de Irak. El suministro de agua también siguió siendo un problema en la guerra civil y con frecuencia fue un objetivo militar.
Esta migración tensó la infraestructura ya sobrecargada por la afluencia de unos 1.5 millones de refugiados de laLa situación de los derechos humanos en Siria ha sido durante mucho tiempo objeto de duras críticas por parte de las organizaciones mundiales.Human Rights Watch publicado antes del comienzo del levantamiento de 2011 afirmaba que no había mejorado sustancialmente el estado de los derechos humanos desde que Bashar al-Assad asumiera el poder.
Los derechos de libre expresión, asociación y reunión estaban estrictamente controlados en Siria incluso antes del levantamiento. El país estuvo en estado de emergencia desde 1963 hasta 2011 y se prohibieron las reuniones públicas de más de cinco personas. Las fuerzas de seguridad tenían amplios poderes de arresto y detención. Un informe deLa llamada Primavera Árabe fue un movimiento social que pretendía una remodelación política en los países de la región. En diciembre de 2010, aparecieron en Túnez protestas antigubernamentales en masa y más tarde se esparcieron en el mundo árabe. En enero y febrero de 2011, también se dieron revoluciones en Túnez y Egipto. Sus gobiernos (acusados de autoritarios), incluso llegaron a ser derrocados. También en Libia ocurrieron manifestaciones que derivaron en una rebelión armada y más tarde en una guerra civil. Algunos gobiernos árabes trataron de contentar al pueblo haciendo reformas y cambios en sus gobiernos.
Varias fuentes han enfatizado que al menos a finales de 2015-principios de 2016, el gobierno sirio dependía de una mezcla de voluntarios y milicias en lugar de las Fuerzas Armadas Árabes Sirias.
Antes del estallido y la guerra, las Fuerzas Armadas de Siria contaban aproximadamente con 325 000 tropas regulares y de 280 000 a 300 000 reservistas. De las tropas regulares, 220 000 eran parte del Ejército árabe sirio (SAA) y el resto de la marina, la fuerza aérea y la fuerza de defensa aérea. Según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos para julio de 2012, decenas de miles de soldados habían desertado.
El NDF sirio se formó a partir de milicias progubernamentales. Recibían su salario y equipo militar de parte del gobierno,cristianos sirios (como Sootoro en Al-Hasakah) luchan junto al ejército.
sumando alrededor de 100 000 soldados. La fuerza actúa como infantería, luchando directamente contra los rebeldes en tierra y ejecutando operaciones de contrainsurgencia en coordinación con el ejército, el cual les proporciona apoyo logístico y de artillería. Esta Fuerza de Defensa Nacional tiene un ala de mujeres (con 500 miembros) llamada «Leonas de la Defensa Nacional», operando en varios puntos de control. Al depender del gobierno secular, muchas de las milicias deLos «Shabiha» eran milicias no gubernamentales progobierno de etnia alauí. Al inicio de los levantamientos, el gobierno sirio fue acusado de usarlas para disolver las protestas y hacer cumplir las leyes. Los rebeldes usaron el término, "Shabiha", para describir a los sospechosos de apoyar al gobierno sirio. La oposición les culpó de muchos sucesos violentos cometidos contra manifestantes antigubernamentales y simpatizantes de la oposición, así como del saqueo y la destrucción. En diciembre de 2012, los "Shabiha" fueron designados "organización terrorista" por los Estados Unidos.
En febrero de 2013, el exsecretario general de Hezbolá, el jeque Subhi al-Tufayli, confirmó que estaba luchando por el ejército sirio, lo que, en octubre de 2012, el secretario general Hassan Nasrallah negó que sucediera a gran escala (excepto ayudar al gobierno sirio a "[…] retener el control de unas 23 aldeas estratégicamente ubicadas [en Siria] habitadas por chiitas de ciudadanía libanesa".
En mayo de 2013, colaboró públicamente con el Ejército sirio,Qusayr para el 14 de mayo. A partir de ese día, se informó que Hezbolá estaba luchando en la gobernación de Homs. Hassan Nasrallah había pedido a los chiitas y a Hezbolá que protegieran el santuario de Sayida Zeinab. Por otro lado, Bashar al-Ásad negó ese mes que hubieran combatientes extranjeros, luchando por el gobierno en Siria.
tomando el 60% deEl 25 de mayo, Nasrallah anunció que Hezbolá estaba luchando en Siria contra los extremistas islámicos.
En un discurso televisado dijo:Si Siria cae en manos de Estados Unidos, Israel y los takfiris, la gente de nuestra región entrará en un período oscuro.
Para principios de 2014, al menos 500 combatientes de Hezbolá habían fallecido.Jaysh al-Islam cerca de Damasco.
El 7 de febrero de 2016, 50 combatientes de Hezbolá (parte de la División 39) fueron asesinados en un enfrentamiento con elIrán ha negado de forma oficial la presencia de sus tropas en Siria. Sostiene que proporciona asesoramiento militar al ejército sirio.fase de levantamiento civil, Irán ha proporcionado al gobierno sirio apoyo financiero, técnico y militar, incluido el entrenamiento, así como algunas tropas de combate. Se estima que al menos 328 soldados del CGRI, incluidos varios comandantes, habrían muerto.
Desde laPara diciembre de 2013, se pensaba que Irán tenía aproximadamente 10.000 operativos en Siria.
Pero otras fuentes pensaban que su número se limitaba a algunos cientos. En el verano de 2013, Irán y Hezbolá brindaron un importante apoyo a las fuerzas sirias, permitiéndoles avanzar. El ministro sirio de Finanzas y Economía declaró en 2014 que más de 15 mil millones de dólares provenían del gobierno iraní. El comandante de la Fuerza Quds Qassem Suleimani del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica estuvo a cargo de la cartera de seguridad del presidente sirio y supervisado el armado y entrenamiento de miles de combatientes chiitas.
Se estima que entre 10.000 y 12.000 afganos han participado en la guerra, formando el Liwa 'Fatimiyun (Brigada de Fatimiyun), compuesta auspiciado por Hezbollah,
además de la pakistaní Liwa' Zaynabiyun (brigada de Zaynabiyun) formada en noviembre de 2015. La gran mayoría de los combatientes son refugiados, lo que ha llevado a la acusación hacia Irán de aprovecharse de la incapacidad de estos para obtener permisos de trabajo o establecer una residencia legal en Irán, así como utilizar amenazas de deportación para aquellos que dudan en ser voluntarios. El 30 de septiembre de 2015, el Consejo de la Federación de Rusia aprobó por unanimidad la solicitud del presidente ruso, Vladimir Putin, de permitir el uso de las Fuerzas Armadas Rusas en Siria. El mismo día, el general Sergey Kuralenko, que representaba al país en el centro de información conjunto en Bagdad establecido por Rusia, Irán, Irak y Siria para coordinar sus operaciones «principalmente para combatir el EI», llegó a la Embajada de los EE. UU. en Bagdad y solicitó que todas las fuerzas de dicho país en aquella área se retiraran de inmediato. Una hora más tarde, los aviones rusos comenzaron a realizar ataques contra rebeldes e islamistas.
En respuesta al derribo de un Su-22 por un F/A-18 Super Hornet estadounidense cerca de Tabqah en Raqa el 18 de junio de 2017, Rusia anunció que los aviones de combate de la coalición liderada por Estados Unidos que volaran al oeste del río Éufrates serían tratados como objetivos. Además, comentó que había suspendido la línea directa con sus homólogos estadounidenses (con sede en Al-Udeid). Sin embargo, unos días más tarde, el ejército estadounidense declaró que la línea de comunicación seguía abierta y que Rusia les había notificado su ataque con misiles de crucero desde buques de guerra en el Mediterráneo del 23 de junio de 2017. El 27 de junio, el entonces secretario de Defensa de los EE. UU., Jim Mattis, dijo a la prensa:
Nuestra comunicación con los rusos es una línea de no conflicto muy activa a varios niveles: desde el presidente a los jefes conjuntos, así como el secretario de estado con sus homólogos en Moscú (el general Gerasimov) y el ministro Lavrov. Luego tenemos una línea de conflicto de tres estrellas que está fuera de los Jefes de Estado Mayor del J5. También tenemos otras líneas de conflicto en el campo de batalla. Una de ellas es nuevamente de tres estrellas, de nuestro comandante de campo en Bagdad, con nuestro Centro de Operaciones Aéreas Combinadas (CAOC) para el conflicto en tiempo real.
La oposición armada consiste en varios grupos que se formaron durante el conflicto o se unieron desde el exterior. En 2013, la Coalición Nacional Siria formó el Gobierno interino sirio. El ministro de defensa debía ser elegido por el Ejército Sirio Libre. Otras facciones islamistas son independientes de la principal oposición siria.
Formado el 23 de agosto de 2011, el Consejo Nacional (SNC, siglas en inglés) es una coalición de grupos antigubernamentales con sede en Turquía. EL SNC tiene vínculos con el Ejército Sirio Libre. El 11 de noviembre de 2012 en Doha, dicho Consejo y otros grupos de oposición se unieron para formar la Coalición Nacional para las Fuerzas de Oposición y Revolución Sirias. El SNC tiene 22 de los 60 escaños dentro de la Coalición Nacional Siria. Al día siguiente, fue reconocido como el gobierno legítimo de Siria por varios estados del Golfo Pérsico.
El consejo militar incluyó al Ejército Libre de Siria.Ejército Sirio Libre, así como rechazar el diálogo y la negociación con el gobierno de al-Assad». Todo esto «responsabilizándole de matar a sirios, destruir el país y desplazar a sus habitantes».
Los objetivos de la Coalición Nacional eran reemplazar al gobierno de Bashar al-Ásad y «sus símbolos y pilares de apoyo, desmantelar los servicios de seguridad, unificar y apoyar alLa formación del Ejército Sirio Libre (FSA, siglas en inglés) fue anunciada el 29 de julio de 2011 por un grupo de oficiales sirios desertores. Alentando a otros a desertar para "defender a los manifestantes civiles de la violencia del Estado y efectuar un cambio de gobierno".
Para diciembre, las estimaciones del número de desertores a la FSA oscilaban entre 1000 y más de 25 000. La FSA, inicialmente con sede en Turquía, trasladó su sede al norte de Siria en septiembre de 2012, funcionando más como una organización paraguas que como una cadena de mando militar tradicional.En marzo de 2012, dos reporteros de The New York Times presenciaron un ataque de la FSA y expresaron que tenía una amplia cantidad de soldados y ex-oficiales capacitados y organizados en cierta medida, pero sin las armas para presentar una pelea realista.
En abril de 2013, EE. UU. transferió 123 millones de dólares en ayuda no letal a los rebeldes sirios a través del general desertor Salim Idriss, líder de la FSA. Quien reconoció que «los rebeldes estaban fragmentados y carecían de habilidad militar». También expresó que «estaba trabajando en una estructura de comando nacional, pero que la falta de apoyo material estaba perjudicando ese esfuerzo». También reconoció operaciones comunes con el grupo islamista Ahrar al-Sham, pero negó cualquier cooperación con el Frente al-Nusra.
Abu Yusaf, comandante del Estado Islámico, explicó en agosto de 2014 que miembros de la FSA, entrenados por oficiales militares de los Estados Unidos, turcos y árabes en realidad se unían al EI. En septiembre, el FSA se unió a un frente común con las milicias kurdas (YPG incluido) para luchar contra el EI.
En octubre de 2015, poco después del inicio de la intervención militar de Rusia en Siria, según un ex funcionario estadounidense muchos combatientes habían desertado a otros grupos rebeldes,Rusia, Sergey Lavrov, llamaba a la FSA «una estructura fantasma». Tiempo después proclamó que Rusia estaba lista para ayudar a la FSA con ataques aéreos contra el EI. Más tarde, en diciembre, según el Instituto Americano para el Estudio de la Guerra, los grupos que se identifican como FSA todavía estaban presentes alrededor de Alepo y Hama y en el sur de Siria, siendo el FSA "el más grande y laico de todos".
el ministro de Relaciones Exteriores deEn marzo de 2017, el FSA respaldado por Turquía, acabó con el Estado Islámico en el norte de Siria.Operación Rama de Olivo.
Después de esto, tomaron el cantón Afrin del YPG en laEl Gobierno de Salvación Nacional de Siria es un gobierno alternativo a la oposición siria, el cual se encuentra dentro de la gobernación de Idlib. La Conferencia General, concluida el 11 de septiembre de 2017, formó una asamblea constituyente y nombró a un nuevo primer ministro. Aun así, el principal gobierno interino sirio de la oposición lo considera ilegítimo.
Formado en 2011 y con sede en Damasco, el Comité Nacional de Coordinación para el Cambio Democrático es un bloque de oposición formado por 13 partidos políticos de izquierda y «activistas políticos y juveniles independientes». Fue definido por Reuters como "el principal grupo paraguas de la oposición interna". El NCC inicialmente tenía varios partidos políticos kurdos, pero (a excepción del Partido de la Unión Demócrata) se retiraron en octubre de 2011 para unirse al Consejo Nacional Kurdo. El NCC fue acusado de ser una organización a favor del gobierno sirio y algunos de sus miembros de ser miembros del gobierno. Las relaciones con otros grupos de oposición política siria han sido generalmente pobres. La Comisión General de la Revolución Siria, los Comités de Coordinación Local de Siria o el Consejo Supremo de la Revolución Siria se oponen a los llamamientos del NCC al diálogo con el gobierno sirio. En septiembre de 2012, el Consejo Nacional de Siria (SNC) reafirmó que, a pesar de ampliar su membresía, no se uniría a las «corrientes cercanas al NCC». Por otra parte, a pesar de reconocer al Ejército Sirio Libre el día 23 de aquel mismo mes, la FSA rechazó al NCC como una extensión del gobierno, afirmando que "esta oposición es solo la otra cara de la misma moneda".
El Frente Islámico (en árabe, الجبهة الإسلامية, al-Jabhat al-Islāmiyyah) era una fusión de siete grupos rebeldes que anunció su creación el 22 de noviembre de 2013. El grupo tenía unos 40.000 milicianos. Un portavoz anónimo había declarado que no existían vínculos con la Coalición Nacional Siria, aunque un miembro de su oficina política, declaró que esperaba "el reconocimiento y la cooperación del Consejo Nacional Sirio". El grupo era ampliamente visto como respaldado y armado por Arabia Saudita.
En septiembre de 2013, el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, declaró que los grupos yihadistas extremistas salafistas representaban el 15-25% de los rebeldes. Alrededor del 12% de los rebeldes eran de grupos vinculados a al-Qaeda, el 18% de Ahrar al-Sham y el 9% de la Brigada Suqour al-Sham. Otros informes apuntaban que casi la mitad de todos los rebeldes estaban afiliados a grupos islamistas. Para el Centro Británico de Expertos en Religión y Geopolítica el 60% de los rebeldes podían clasificarse como extremistas islamistas. , Ese mes, los líderes de 13 brigadas salafistas rechazaron a la Coalición Nacional Siria y calificaron a la Ley Sharia como "la única fuente de legislación".
El Frente al-Nusra vinculado al-Qaeda, es el grupo jihadista más grande en Siria, considerado a menudo como el más agresivo y violento. Siendo responsable de más de 50 atentados suicidas (incluidas varias explosiones en Damasco en 2011 y 2012), fue reconocida como terroristas por los Estados Unidos en diciembre de 2012. Ha sido apoyado por el gobierno turco durante años, según un asesor de inteligencia estadounidense citado por Seymour Hersh. En abril de 2013, el líder del Estado Islámico anunció que el Frente al-Nusra era su sucursal en Siria. El líder de al-Nusra, Abu Mohammad al-Golani, expresó que "su grupo no se fusionaría con el Estado Islámico sino que mantendría su lealtad a Ayman al-Zawahiri, el líder de al-Qaeda". Sus fuerzas se llegaron a estimar entre 6.000 y 10.000 milicianos.
La relación entre el Frente Al-Nusra y la oposición siria ha sido tensa, presentándose varios episodios de lucha frontal.muyahidines y la disposición a imponer la ley sharia perturbaron a muchos sirios. Algunos comandantes rebeldes acusaron a los yihadistas extranjeros de "robar la revolución", fábricas sirias y mostrar intolerancia religiosa". En junio de 2016, el Frente al-Nusra se cambió de nombre a Jabhat Fateh al-Sham (JFS), para pasar a ser el miembro líder de Hay'at Tahrir al-Sham (HTS) en 2017.
Los estrictos puntos de vista religiosos de losEl Estado Islámico (EI) logró rápidos avances en el norte de Siria a partir de abril de 2013, para 2014 ya controlaba gran parte de la región. Impuso la ley sharia sobre la tierra que controlaba, estuvo afiliado hasta 2014 a al-Qaeda (entonces dirigida por Abu Bakr al-Baghdadi), contando con alrededor de 7.000 milicianos en Siria. Era elogiado como menos corrupto que otros grupos y criticado por abusar de los derechos humanos y por no tolerar a los grupos de milicianos no islamistas, periodistas extranjeros o trabajadores humanitarios. Optaban por expulsar, encarcelar, o ejecutar a los miembros de esos colectivos. Para el verano de 2014, el EI controlaba un tercio de Siria, tras derrotar a Jabhat al-Nusra en la Gobernación de Deir Ezzor y tomando el control sobre la mayor parte de la producción de petróleo y gas.
El gobierno sirio comenzó a luchar contra el EI en junio de 2014 (a pesar de tener presencia en Siria desde abril de 2013, según los funcionarios kurdos).rebeldes respaldados por Turquía el 40% y a las Fuerzas Democráticas de Siria el 17%.
Según IHS Markit, entre abril de 2016 y abril de 2017, el EI combatió al gobierno sirio el 43% de las veces, a losEl EI pudo reclutar a más de 6.300 milicianos en julio de 2014.Palmira. Tras haber perdido casi la mitad de su territorio en Irak desde 2014, muchos líderes del Estado Islámico comenzaron a vender sus propiedades y a colarse en Siria. Ya a partir de diciembre de 2017, Rusia declaró que "el EI estaba totalmente derrotado dentro de Siria".
En septiembre, algunos rebeldes firmaron un acuerdo de "no agresión" con el EI en un suburbio de Damasco, alegando la incapacidad de lidiar contra sus ataques y los del ejército sirio a la vez. El EI también colocó bombas en el área de la antigua ciudad monumental deEl Consejo Democrático Sirio fue establecido el 10 de diciembre de 2015 en al-Malikiyah. Fue cofundado por Haytham Manna y concebido como el ala política de las Fuerzas Democráticas de Siria. Incluyó más de una docena de bloques y coaliciones que apoyaban el federalismo en Siria, incluidos el Movimiento por una Sociedad Democrática, la Alianza Nacional Kurda en Siria, el Movimiento Ley-Ciudadanía-Derechos y, desde septiembre de 2016, el Movimiento Mañana de Siria. Este último grupo está liderado por el expresidente de la Coalición Nacional y el Consejo Nacional Sirio Ahmad Yarba. En agosto de 2016, la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE) abrió una oficina pública en al-Hasakah.
Las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) son una alianza de milicias (principalmente kurdas pero también árabes, siríaco-asirias y turcomanas) con inclinaciones políticas confederalistas, principalmente izquierdistas y democráticas. Se oponen al gobierno pero han dirigido la mayor parte de sus esfuerzos contra el Frente Al-Nusra y el Estado Islámico. Se formó en diciembre de 2015, liderado principalmente por las Unidades de Protección del Pueblo, predominantemente kurdas (YPG). Las estimaciones de su tamaño varían de 55.000 a 80.000 combatientes, con un 60% de origen kurdo. Los kurdos (en su mayoría musulmanes sunitas, con una pequeña minoría de yezidis) representaban al 10% de la población siria en 2011. Cuando comenzaron las protestas, el gobierno otorgó la ciudadanía a unos 200.000 kurdos apátridas. A pesar de esta concesión, la mayoría de ellos se siguieron oponiéndo al gobierno, esperando en cambio una Siria más descentralizada basada en el federalismo. El Consejo Militar de Siria, al igual que muchas milicias cristianas (como Khabour Guards, Nattoreh o Sutoro), se formó originalmente para defender las aldeas cristianas, pero se unió a las fuerzas kurdas para recuperar Hasakah del EI a finales de 2015.
Se destacan las Fuerzas de Protección Femeninas, combatientes asirias del noreste de Siria que lucharon contra el EI. Antes de la formación del SDF, el YPG era la fuerza de combate principal en el DFNS, entrando en la guerra civil siria en julio de 2012 al capturar Kobanî del gobierno (ver campaña kurdo siria).
El 17 de marzo de 2016, el Consejo Democrático Sirio
declaró "la creación de una federación autónoma en el norte de Siria". Varios países, incluidos algunos miembros de la OTAN, han participado desde septiembre de 2014 en operaciones aéreas en Siria supervisadas por la Fuerza de Tarea Conjunta Combinada (Combined Joint Task Force), establecida por el Comando Central de los EE.UU. para coordinar los esfuerzos militares contra el EI de manera colectiva. Todos ellos asumieron una serie de compromisos (incluidos los de 3 de diciembre de 2014), los cuales incluían ataques aéreos en Siria por Estados Unidos, Australia, Baréin, Canadá, Francia, Jordania, los Países Bajos, Arabia Saudita, Turquía, los Emiratos Árabes Unidos o el Reino Unido. Algunos miembros estuvieron involucrados en el conflicto más allá de combatir al EI: Turquía, por ejemplo, ha sido acusada de luchar contra las fuerzas kurdas en Siria e Irak, incluidas colaboraciones de inteligencia con el Estado Islámico en algunos casos. Según un asesor de inteligencia citado por Seymour Hersh, la conclusión de una "evaluación altamente clasificada llevada a cabo por la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) y el Estado Mayor Conjunto en 2013 fue que Turquía había transformado efectivamente el programa secreto de armas de EE.UU. en apoyo de los rebeldes moderados (que ya no existían) en un programa indiscriminado para brindar apoyo técnico y logístico a todos los rebeldes, incluidos Jabhat al-Nusra y el Estado Islámico".
El 19 de diciembre de 2018, el presidente Trump, al declarar "hemos ganado contra el Estado Islámico", anunció que las 2.000 tropas estadounidenses restantes en Siria serían retiradas. Hizo el anuncio en Twitter, rechazando las recomendaciones de sus comandantes militares y asesores civiles, y al parecer sin previa consulta con el Congreso. Aunque no se proporcionó un calendario, la secretaria de prensa Sarah Sanders indicó que la retirada había comenzado. Después del anuncio de Trump, el Pentágono y el Departamento de Estado intentaron cambiar de opinión, expresando varios de sus aliados políticos y del Congreso serias preocupaciones sobre el repentino movimiento: entregar el control de la región a Rusia e Irán y abandonar a los aliados kurdos. Al día siguiente, la SDF dijo que una retirada permitiría que el EI se recuperara y advirtió sobre un vacío militar que dejaría la alianza atrapada entre "partes hostiles".
Desde el 24 de agosto del 2016, tropas regulares turcas se encuentran en Siria como parte de la operación Escudo del Éufrates, la cual tenía como objetivo establecer una franja de seguridad en la frontera turca con Siria que estuviera libre tanto del Estado Islámico como de las YPG (Turquía las considera grupo terrorista por sus vínculos con el PKK). Para esto, el gobierno turco movilizó a su infantería, artillería, tanques y aviación utilizando a los milicianos suníes y turcomanos del Ejército Libre Sirio, así como a los reclutados en los campos de refugiados. El 9 de marzo de 2017, Turquía dio por finalizada la operación con la captura de Al-Bab. El 29 de marzo se anunció que la operación de las fuerzas turcas Escudo del Éufrates en el norte de Siria había concluido con éxito. El primer ministro turco, Binali Yildirim, declaró que
"Turquía podría lanzar otra operación militar en Siria en caso de amenaza".
Al Ejército turco le tomó 6 meses realizar la operacíon, donde 70 soldados murieron y decenas de vehículos y equipos militares turcos fueron destruidos. La operación aumentó la presencia de Turquía en Siria, pero el país no logró demostrar su fuerza política ante Estados Unidos, que decidió apoyar a los kurdos bajo el pretexto de la lucha contra el Estado Islámico. El 15 de junio de ese mismo año, Turquía terminó la construcción de un muro en la frontera siria de 828 km. El 20 de enero del 2018, Turquía lanzó su segunda ofensiva militar (operación Rama de Olivo) conjuntamente con unidades del Ejército Libre Sirio. Allí se encontraban alrededor de 5.000 milicianos kurdos de las YPG. Turquía dio por concluida la ofensiva a finales de marzo de 2018, cuando los milicianos kurdos fueron expulsados de toda la provincia. 46 militares turcos perdieron su vida en esta operación.
Tanto el Gobierno sirio como la oposición han recibido apoyo militar y diplomático de países extranjeros que lideran el conflicto para ser descrito a menudo como una guerra de poder. Los principales aliados del gobierno sirio son Rusia, Irán y Hezbolá. El principal organismo de oposición sirio (la coalición siria), recibe apoyo político, logístico y militar de Estados Unidos, Reino Unido y Francia.
Los países progubernamentales están involucrados política y logísticamente, proporcionando equipos militares, entrenamiento y tropas de combate. El gobierno sirio también recibió armas de Rusia y el apoyo de SIGINT directamente del GRU, además de importante apoyo político de Rusia.
Algunos rebeldes sirios reciben entrenamiento de la CIA en bases en Catar, Jordania y Arabia Saudita. Bajo los auspicios de la operación Timber Sycamore y otras actividades clandestinas, operativos de la CIA y tropas de operaciones especiales de los Estados Unidos han entrenado y armado a casi 10.000 combatientes rebeldes a un costo de mil millones de dólares anuales desde 2012. La coalición siria también recibe apoyo logístico y político de los estados sunitas, especialmente Turquía, Qatar y Arabia Saudita. Según Seymour Hersh, "la inteligencia estadounidense estima que Arabia Saudita financia a la oposición con una suma de $700 millones al año (2014)". La designación de la FSA por parte de Occidente como una facción de oposición moderada le ha permitido, bajo los programas de ejecución de la CIA, recibir armamento sofisticado y otro apoyo militar de los Estados Unidos, Turquía y algunos países del Golfo.
France 24 informó que "el Estado Islámico, con quizás 3.000 yihadistas extranjeros entre sus filas, recibe donaciones privadas de los estados del Golfo". Se estima que EI llegó a vender petróleo por $1M a 4M por día (principalmente a compradores turcos), durante al menos seis meses en 2013. Este hecho contribuyó en gran medida a su crecimiento. El gobierno turco también ha sido acusado de ayudar al EI haciendo la vista gorda a las transferencias ilegales de armas, combatientes, petróleo y antigüedades saqueadas a través de la frontera sur. En octubre de 2012, varios grupos religiosos iraquíes se unieron al conflicto en Siria en ambos bandos.
El 21 de agosto de 2014, dos días después de que el periodista fotográfico estadounidense James Foley fuera decapitado, el ejército estadounidense admitió que un intento encubierto de rescate, con docenas de fuerzas de operaciones especiales de Estados Unidos, se había realizado para rescatar a estadounidenses y otros extranjeros cautivos en Siria por militantes del EI. Ese intento de rescate fue la primera acción militar terrestre estadounidense conocida dentro de Siria. El tiroteo resultante acabó con un soldado estadounidense herido. El rescate no fue exitoso ya que los cautivos no estaban en el lugar señalado. El 11 de septiembre de 2014, el Congreso de los Estados Unidos expresó su apoyo para dar al Presidente Obama los $500 millones que se necesitaban para armar y entrenar a los rebeldes sirios. Un día después, el entonces secretario de Estado de los EE.UU., John Kerry, se reunió sin éxito con líderes turcos para asegurarse el respaldo contra el EI.
Los planes involucraban a Irak en el ataque al EI, el secretario de prensa del Pentágono, John Kirby, dijo que "la campaña aérea en Irak, que comenzó el 8 de agosto, entraría en una fase más agresiva".
Más tarde, militares estadounidenses y turcos anunciaron un plan conjunto para eliminar a los combatientes del Estado Islámico, los cuales ocupaban 100 km a lo largo de la frontera turca. En 2015, Qatar, Arabia Saudita y Turquía apoyaban abiertamente al ejército de conquista, un grupo rebelde paraguas, que incluía a los grupos islamistas Frente al-Nusra, Ahrar al-Sham y a la Legión del Sham. En diciembre de ese año, el Grupo Soufan estimó que un total de 27.000-31.000 combatientes extranjeros de 86 países habían viajado a Siria e Irak para unirse a grupos extremistas.
Israel y sus fuerzas armadas han participado en diferentes ataques y operativos, tanto militares como humanitarios, contra las fuerzas sirias y sus aliados, así como en apoyo de la oposición.
Si bien la posición oficial israelí es la de neutralidad en el conflicto, se opone a la participación de Irán en la guerra. El papel militar de Israel en la guerra se ha limitado a ataques con misiles, los cuales no fueron reconocidos oficialmente hasta 2017. El jefe de personal de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), el Teniente General Gadi Eizenkot aseguró que "han atacado más de 1.000 objetivos iraníes bajo la estrategia denominada "la campaña entre guerras", la cual él mismo desarrolló y fue aprobada en enero de 2017". Israel y Siria comenzaron a atacarse en 2012.
Desde 2013, El ejército israelí ha armado y financiado a por lo menos una docena de grupos rebeldes.
También desde junio de 2016, Israel ha brindado ayuda humanitaria a las víctimas de la guerra en Siria cuando se lanzó la militar Operación Buen Vecino. Israel es sospechoso de llevar a cabo ataques aéreos contra convoyes que transportaban armas a milicias bajo apoyo iraní, como Hezbolla. Solo en 2018 Israel había lanzado alrededor de 2.000 bombas sobre presuntos objetivos iraníes.
Sarín, agente mostaza y gas de cloro han sido utilizados durante el conflicto. Lo que produjo una reacción internacional, especialmente los ataques en Guta en 2013. En su momento, se solicitó a una misión de investigación de la ONU que investigara presuntos ataques con armas químicas. En cuatro casos, los inspectores de la organización confirmaron el uso de gas sarín.
Los Estados Unidos y la Unión Europea han acusado al gobierno sirio de realizar varios ataques químicos.OPAQ culpó explícitamente a los militares sirios de arrojar bombas de cloro en Talmenes en abril de 2014 y Sarmin en marzo de 2015. También culpó al EI de usar gas mostaza en Marea en agosto de 2015. Después del ataque químico de Khan Shaykhun en abril de 2017, Estados Unidos lanzó un ataque contra las fuerzas del gobierno sirio.
Tras los ataques de Guta y la presión internacional, comenzó la destrucción de las armas químicas de Siria. En 2015, la misión de la ONU reveló rastros no declarados previamente de compuestos de sarín en un "sitio de investigación militar". En agosto de 2016, otro informe confidencial de las Naciones Unidas y laSiria no es parte de la Convención sobre Municiones de Racimo y no reconoce la prohibición del uso de bombas en racimo. Se dice que el Ejército sirio comenzó a usar bombas de racimo en septiembre de 2012. Steve Goose, director de la División de Armas de Human Rights Watch, dijo que
Siria está expandiendo su implacable uso de municiones de racimo, un arma prohibida, y los civiles están pagando el precio con sus vidas y extremidades. La explosión inicial es solo el comienzo porque las municiones en racimo a menudo dejan bombas sin explotar que matan y mutilan mucho tiempo después.
El Gobierno sirio utiliza armas termobáricas de procedencia rusa. En 2015, The National Interest informó que Rusia estaba desplegando el lanzacohetes múltiple TOS-1 Buratino en Siria, «diseñado para lanzar cargas termobáricas masivas contra la infantería en espacios confinados, como las zonas urbanas». Esta arma puede destruir un área de aproximadamente 200×400 metros con una sola salva. Desde 2012, los rebeldes dijeron que la Fuerza Aérea Árabe Siria utiliza armas termobáricas contra las áreas ocupadas por rebeldes, como en la batalla de Alepo y también en Kafr Batna. Por otro lado, un panel de investigadores de derechos humanos de las Naciones Unidas informó que el gobierno sirio utilizó bombas termobáricas en Qusayr en marzo de 2013. En agosto de ese mismo año, la BBC informó sobre el uso de bombas incendiarias similares al napalm en una escuela en el norte de Siria.
Varios tipos de misiles antitanque están en uso en Siria. Rusia ha enviado 9M133 Kornet, misiles guiados antitanque de tercera generación al gobierno sirio, cuyas fuerzas los han usado ampliamente contra armaduras y otros objetivos terrestres para combatir a yihadistas y rebeldes. Los misiles BGM-71 TOW, hechos en los Estados Unidos, son una de las principales armas de los grupos rebeldes y han sido proporcionados principalmente por los Estados Unidos y Arabia Saudita. Los Estados Unidos también han suministrado muchos lanzadores de 9K111 Fagot de Europa del Este a grupos rebeldes sirios bajo su programa Timber Sycamore.
En junio de 2017, Irán atacó objetivos del EI en el área de Deir ez-Zor on misiles balísticos Zolfaghar lanzados desde el oeste de Irán, viajando entre 650 y 700 km.
El 2 de enero de 2013, la ONU declaró que 60 000 personas habían muerto desde el inicio de la guerra. Cuatro meses después, la cifra se incrementó a los 93 000. El 13 de junio de 2013, la actualizó a 92 901 hacia finales de abril de 2013. Uno de los problemas ha sido determinar el número de «combatientes armados» que han muerto, debido a que algunas fuentes consideraban a los rebeldes que no eran desertores del gobierno como civiles. Se calcula que al menos la mitad de los muertos confirmados son combatientes de ambos bandos, incluidos 52 290 gubernamentales y 29 080 rebeldes, con 50 000 muertes adicionales de combatientes no confirmados. Además, UNICEF informó que más de 500 niños habían sido asesinados a principios de febrero de 2012 y, según informes, otros 400 fueron arrestados y torturados en cárceles (ambas situaciones han sido impugnadas por el gobierno sirio). Además, se estima que más de 600 detenidos y presos políticos murieron bajo tortura. A mediados de octubre de 2012, el grupo activista de la oposición SOHR informó que el número de niños muertos en el conflicto había aumentado a 2 300 y en marzo de 2013, fuentes de la oposición declararon que más de 5000 niños habían muerto.
En enero de 2014, se publicó un informe que detalla la matanza sistemática de más de 11 000 detenidos del gobierno sirio.
Más tarde, el 20 de agosto, un nuevo estudio de la ONU concluyó que al menos 191 369 personas habían fallecido en el conflicto sirio.Centro Sirio para la Investigación de Políticas publicado en febrero de 2016, estimó que la cifra de muertos era de 470 000 y de 1.9 millones de heridos (alcanzando un total del 11.5 % de la población).
Posteriormente, la ONU dejó de recopilar estadísticas, pero un estudio realizado por elLas enfermedades infecciosas, antes raras, se han diseminado en áreas controladas por los rebeldes provocadas por el saneamiento deficiente y el deterioro de las condiciones de vida. Las enfermedades han afectado principalmente a los niños. Estos incluyen el sarampión, la fiebre tifoidea, la hepatitis, la disentería, la tuberculosis, la difteria, la tos ferina y la leishmaniasis. Particularmente, preocupa la poliomielitis contagiosa y paralizante. A finales de 2013, los médicos y las agencias internacionales de salud contabilizaron más de 90 casos, con críticas por falta de acceso a servicios de salud en las áreas bajo de control rebelde.
En 2013, uno de cada tres refugiados sirios (alrededor de 667 000 personas) estaban en Líbano. Otros huyeron a Jordania, Turquía e Irak. Los primeros campamentos sirios aparecieron en Turquía en julio de 2011. En septiembre de 2014, la ONU declaró que el número de refugiados sirios había superado los tres millones. El patriarca católico griego Gregorio III Laham afirmó que más de 450 000 cristianos sirios fueron desplazados. En marzo de 2015, se estimó que unos 10.9 millones de sirios (más o menos la mitad de la población) habían sido desplazados, 3.8 millones se habrían vuelto refugiados. También en 2015, Turquía aceptó 1.700.000 de refugiados sirios, la mitad de los cuales se encontraban repartidos por diversas ciudades y una docena de campamentos bajo la autoridad directa del Gobierno turco. En septiembre de 2016, la Unión Europea informó que habían 13.5 millones de refugiados que necesitan asistencia en el país.
El Estado Islámico fue acusado en 2014 por la ONU de haber perpetrado ejecuciones públicas, amputaciones y otros ataques en una campaña para infundir miedo en las gobernaciones de Alepo y Raqa (crímenes de lesa humanidad). Los periodistas estadounidense James Foley y Steven Sotloff fueron ejecutados aquel año por el EI, quien afirmó que se trataba de una represalia por las operaciones de Estados Unidos en Irak. Según el Comité para la Protección de los Periodistas, hasta 2015, al menos 70 periodistas había sido asesinados cubriendo la guerra de Siria y más de 80 habían sido secuestrados. El 22 de agosto de 2014, el Frente al-Nusra publicó un video de soldados libaneses capturados y exigió que Hezbolá se retirara de Siria bajo la amenaza de su ejecución.
En 2015, un informe de Amnistía Internacional acusaba al gobierno sirio de hacer desaparecer de manera forzosa a más de 65.000 personas desde el comienzo de la guerra.Observatorio de los Derechos Humanos de Siria (OSDH), afirmaba que al menos 60.000 personas habían sido asesinadas desde 2011 mediante torturas o debido a pésimas condiciones humanitarias en las prisiones del gobierno. En 2017, AI publicó otro escrito en el que acusaba al gobierno de asesinar a unas 13.000 personas en la prisión militar de Saydnaya, calificándola de “política de exterminio deliberado”. Meses después, los Estados Unidos declararon que se había identificado un crematorio cerca de la prisión que era utilizado para incinerar restos humanos y así encubrir las pruebas de aquellos crímenes de guerra. El gobierno sirio negó tales las acusaciones.
En 2016 el opositorSegún un estudio de 2018 de Amnistía Internacional (AI), tanto el Gobierno como los rebeldes «habían cometido violaciones de los derechos humanos». El estudio afirma que «las fuerzas del gobierno y sus aliados (especialmente Rusia) perpetraron ataques indiscriminados o directos contra la sociedad civil y sus bienes mediante bombardeos en los que utilizaron armas prohibidas internacionalmente, matando e hiriendo a centenares de personas. Además mantuvieron asedios en zonas donde limitaron el acceso a la ayuda humanitaria a miles de civiles. Las fuerzas del gobierno y también extranjeras negociaron acuerdos que provocaron el desplazamiento forzado de miles de civiles». Además, AI ratificó que «los grupos de oposición bombardearon indiscriminadamente zonas civiles y las sometieron a asedio, limitando igualmente el acceso a la ayuda humanitaria». El informe destacaba que «el Estado Islámico había cometido homicidios ilegítimos de civiles, a quienes utilizó como escudos humanos». Finalmente, también se señalaba que «la coalición internacional contra Estado Islámico había efectuado ataques en los que hubo víctimas civiles, en violación del derecho internacional humanitario».
En octubre de 2019, AI aseguró que «las tropas turcas y sus aliados cometieron crímenes de guerra durante su ofensiva en el noreste de Siria ese mismo mes». El Gobierno turco lo consideró parte de una «campaña de difamación». La ONU también investigó a Francia por el traslado desde Siria a Irak de presos yihadistas franceses.
Los sucesivos gobiernos de Hafez y Bashar al-Assad han estado estrechamente asociados con el grupo religioso alauita, una minoría del país (rama de los chiitas) mientras que la mayoría de la población y oposición es sunita. A partir de diciembre de 2012, los alauitas comenzaron a ser amenazados y atacados por grupos de lucha rebeldes predominantemente sunitas, como el Frente Al-Nusra y el FSA.
Un tercio de los 250 000 hombres alauitas en edad militar han fallecido combatiendo en la guerra civil.SOHR declaró que «de los 94 000 muertos durante la guerra, al menos 41 000 eran alauitas». Muchos cristianos sirios informaron que habían huido después de que ser atacados por milicianos rebeldes.
En mayo de 2013, el opositorAl Jazeera informó en su momento que «los drusos acusan a los rebeldes de cometer atrocidades contra su comunidad en Siria […] La minoría drusa de Siria se ha mantenido fiel al presidente Bashar al-Assad desde que comenzó la guerra en 2011.»
Un líder rebelde llegó a alegar que «las milicias chiitas a menudo intentan ocupar y controlar los símbolos religiosos en la comunidad sunita para lograr no solo una victoria territorial, sino también sectaria».
«Ocupan al parecer mezquitas y reemplazan los íconos sunitas con imágenes de los líderes chiitas». Según la Red Siria por los Derechos Humanos, las milicias han cometido abusos contra los derechos humanos, entre ellos «una serie de masacres sectarias entre marzo de 2011 y enero de 2014 que dejaron 962 civiles muertos».
A medida que el conflicto se extendía por Siria, muchas ciudades se vieron envueltas en una ola de delitos, ya que muchas estaciones de policía dejaron de funcionar. Aumentaron las tasas de robo.Women Under Siege había documentado más de 100 casos de violaciones y agresiones sexuales durante el conflicto. Los precios de las armas en el mercado negro en los países vecinos de Siria aumentaron significativamente desde el inicio del conflicto. Para generar fondos para comprar armas, los grupos rebeldes se volcaron a la extorsión, el robo y el secuestro.
Las tasas de secuestros también se elevaron. En julio de 2012, el grupo de derechos humanosLa guerra ha inspirado su propia obra de arte particular, hecha por sirios. Una exposición a fines del verano de 2013 en Londres, en la Galería P21, mostró parte de este trabajo (sacado como contrabando de Siria).
Durante 2014 y 2015, el Estado Islámico demolió varios lugares culturales en Siria como parte de una destrucción deliberada del patrimonio cultural. En Palmira, el grupo destruyó muchas estatuas antiguas, los Templos de Baalshamin y Bel, además de muchas tumbas (incluida la Torre de Elahbel y parte del Arco Monumental). También se dañó su castillo durante la retirada de 2016. El EI también acabó con varias esculturas antiguas en Raqa, así como varias iglesias, incluida la Iglesia Memorial del Genocidio Armenio en Deir ez-Zor.
Para inicios de 2015, se había afectado a 290 localizaciones, dañado severamente 104 y destruido 24.Patrimonio Mundial de la UNESCO también han sido dañados. La destrucción de las antigüedades causada por bombardeos y el saqueo de varias tell, museos y otros monumentos.
Cinco de los seis monumentos sirios incluidos en elLa UNESCO enumeró a los seis lugares del Patrimonio Mundial de Siria como "en peligro de extinción", aunque no es posible realizar una evaluación directa de los daños. La Ciudad vieja de Alepo sufrió graves daños durante las batallas en el distrito, mientras que Palmira y Krak des Chevaliers también los sufrieron, pero de menor alcance. La excavación ilegal se considera un grave peligro, pero cientos de antigüedades sirias aparecieron en Líbano. Además, se tiene constancia de que tres museos arqueológicos fueron saqueados. Por otra parte, en Raqa, algunos lugares fueron demolidos por islamistas extranjeros debido a las objeciones religiosas.
En enero de 2018, los ataques aéreos turcos dañaron seriamente un antiguo templo neohitita en la región de Afrin, construido por los arameos en el primer milenio antes de Cristo.
A partir del 5 de junio de 2014, los miembros del Estado Islámico (EI) cruzaron la frontera desde Siria hasta el norte de Irak y tomaron el control de grandes franjas de territorio iraquí cuando el ejército del país había abandonado sus posiciones. La lucha entre rebeldes y las fuerzas gubernamentales también se extendió al Líbano en varias ocasiones. Hubo repetidos incidentes de violencia sectaria en la Gobernación de Líbano Norte entre simpatizantes y opositores del gobierno sirio, así como enfrentamientos armados entre sunitas y alauitas en Trípoli. En 2015, la Fuerza Aérea Árabe Siria utilizó ataques aéreos contra el EI en Raqa y al-Hasakah en coordinación con el gobierno iraquí.
Durante el curso de la guerra, ha habido varias iniciativas internacionales de paz, emprendidas por diferentes actores.Organización de las Naciones Unidas (ONU) anunció el inicio formal de las conversaciones de paz con Siria en Ginebra bajo su auspicio, pero días después el mediador de paz del organismo suspendió las conversaciones. Tras reanudarse las mismas en marzo de 2016, el gobierno sirio insistió en que la discusión sobre la presidencia de Bashar al-Ásad “era una línea roja”.
El gobierno sirio ha rechazado los esfuerzos para negociar con lo que describe como "grupos terroristas armados". En febrero de 2016, laEn septiembre de 2016, durante la quinta cumbre del “Proceso de Astaná”, los garantes de Rusia, Turquía e Irán se comprometieron a explorar vías para reducir la tensión en la provincia de Idlib, dominada por una facción salafista. El año anterior, dichos líderes ya habían pactado un acuerdo para detener una ofensiva del régimen sirio. Sin embargo, meses después se renovaron las hostilidades. Una nueva ronda de contactos entre el gobierno sirio y algunos grupos de rebeldes en el país concluyó el 24 de enero de 2017 en Astaná, Kazajistán, donde los garantes de Rusia, Irán y Turquía apoyaron el acuerdo de alto el fuego negociado a finales de diciembre de 2016.
En octubre de 2019, representantes del Gobierno y de la oposición se reunieron por primera vez en Ginebra en un foro auspiciado por la ONU. El denominado Consejo Constitucional Sirio (integrado a partes iguales por delegados del Gobierno, la oposición y la sociedad civil) recibió un mandato para acordar una reforma de la constitución que dé paso a la celebración de elecciones plurales.
En el 2020 la guerra continuaba parcialmente en el noreste del país, particularmente en la gobernación de Idlib.
En julio de 2018, se estimaba que la reconstrucción costaría un mínimo de $400 mil millones de dólares. Este dinero sería de países amigos, de la diáspora siria y de la tesorería del estado. Irán ha expresado interés en ayudar a reconstruir Siria. Además, se han sugerido donantes internacionales como financieros de la reconstrucción. En noviembre de 2018, surgieron informes que ratificaban que los esfuerzos de reconstrucción ya habían comenzado. También que el mayor problema es la falta de material de construcción y la necesidad de asegurarse de que los recursos que existen se administren de manera eficiente. Los esfuerzos de reedificación han permanecido a una capacidad limitada y con frecuencia se han centrado en ciertas áreas de una ciudad e infraestructura civil. El 13 de mayo de 2018, el primer ministro sirio Emad Khamis anunció la rehabilitación del tendido eléctrico en Deir ez-Zor, permitiendo la reconexión por primera vez desde el inicio de la guerra. Al día siguiente, la Empresa General de la Refinería de Homs logró producir una variante del aceite de compresores de fabricación estadounidense que se usaba en la Fábrica de Gas del Sur de la Región Central, que se hallaba agotado.
El 19 de mayo se reinició el campo gasífero de Dabisan (250.000 m³ diarios) en Al-Raqa. El 25 de mayo, Samer Khalil (ministro de Economía y Comercio Exterior) indicó que su primer enfoque era la reconstrucción de su industria petrolera y gasífera, así como la búsqueda de nuevos yacimientos. A inicios de junio, cientos de familias comenzaron su regreso a las localidades en el sureste de Idlib a través de Abu al Duhur, luego del mantenimiento de la red eléctrica.
Escribe un comentario o lo que quieras sobre Rebelión en Siria de 2011 (directo, no tienes que registrarte)
Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)