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Rotgla i Corberà



Rotglá y Corbera (oficialmente y en valenciano Rotglà i Corberà) es un municipio español de la Comunidad Valenciana, España. Perteneciente a la provincia de Valencia, en la comarca de La Costera.

El término municipal de Rotglá y Corbera, se localiza en la parte nor-noreste de la Comarca de la Costera. Situado en las estribaciones de la Sierra Grossa, dentro del valle del río Cáñoles y a su margen izquierda.

El relieve es bastante uniforme aunque destacan algunos cerros de 200 m de altitud con tipográfica en general de lomas. Destacan los altos de Vista Bella, Carraposa y Serreta, siendo la segunda, con 250 m de altitud, el punto más alto del término. El término de Rotglá y Corbera a se encuentra enmarcado por los ríos Cáñoles y Sellent en el sureste y noroeste respectivamente, aunque ambos circulan fuera de los límites del término. Sus escorrentías la configuran los barrancos de "Cuas, Fuente Caña y Carniceros". La ausencia de corrientes naturales de agua se complementa con la abundancia de fuentes procedentes de acuíferos y filtraciones, con muy poco caudal; sus nombres son Fuente de la Puerta, Fuente de Fidel, fuente del Canario y Fuente Caña. El subsuelo del término cuenta con una presencia generosa de agua dulce como consecuencia de encontrarse en los márgenes de las áreas anticlinales mesozoicas del Macizo del Caroche y Sierra Grossa.

El pueblo también está dotado de una red de caminos y carreteras, de los cuales 4 son muy antiguos: La Vía Augusta, el Nuevo Camino Real de Madrid a Valencia (siglo XVIII), el camino de Játiva a el valle de Cárcer y el camino de Játiva al Canal de Navarrés. Por el pueblo transcurren la CV-555, la CV-590 y CV-580. Del pueblo nace la CV-566 que une esta localidad con La Granja de la Costera.

Hacia el este, la topografía es más suave, con una morfología casi llana, con pendientes uniformes. El término de Rotglá y Corbera está en el límite de la zona de huerta de la comarca de La Costera, terminando hacia el norte y el oeste con una topografía más accidentada y con superficie cultivable de secano. Alcanza una superficie total de unos 6'3 km², con una configuración sensiblemente triangular.

Su superficie improductiva está poblada por una vegetación arbustiva típicamente mediterránea con ausencia de arbolado, excepto en las zonas de montaña del norte y el oeste donde se encuentran partes del pequeño bosque mediterráneo (pinos, arbustos aromáticos etc...).

Dista 55 km desde Valencia, y a 7 km de Játiva. Se accede a esta localidad a través de la A-7 para continuar con la A-35. La arteria principal de la localidad la constituye la antigua carretera N-430 que sirve de conexión con la A-35. Cierra la red de infraestructuras de transporte la N-340 que enlaza con la salida de la A-7 en la Llosa de Ranes dirección Jativa.

El clima de Rotglá y Corbera es mediterráneo típico, con inviernos suaves y veranos generalmente muy calurosos, con máximas que sobrepasan los 40 °C. Las precipitaciones oscilan entre los 500 mm a 600 mm. Su baja altitud dificulta la presencia de nevadas en invierno, y las heladas, aunque hasta el mes de mayo es probable encontrarse con estos fenómenos meteorológicos. En otoño, en el mes de septiembre principalmente, es frecuente que se den episodios de lluvias torrenciales (gota fría) que se saldan con los desbordamientos de los principales barrancos que confluyen con el río Cáñoles.

El término municipal de Rotglá y Corbera limita con las siguientes localidades: Játiva (este), Llanera de Ranes (sur) y La Granja de la Costera (sureste), Llosa de Ranes (noreste) y Sellent (norte), todas ellas de la provincia de Valencia.

Los orígenes de los actuales núcleos de población tienen una ascendencia árabe clara, formando parte ambas localidades de la amplia red de alquerías agrícolas musulmanas que poblaron el territorio fértil de la Comunidad Valenciana. No obstante, diversos hallazgos arqueológicos apuntan a la existencia de comunidades humanas de cultura ibérica en el término municipal del actual pueblo, sobre la cima de Carraposa que corona el valle con una altitud de 250 metros, al oeste de Rotglá y Corbera. Dicho yacimiento, aún por excavar, permite suponer que la posición estratégica del cerro como puerta de acceso a los territorios del Canal de Navarrés y el Valle de Ayora, albergó un asentamiento estable de tamaño considerable que cerraría el círculo de los poblados ibéricos en el fértil valle del río Cáñoles y que serviría como frontera a la histórica ciudad prerromana de Saiti, posteriormente llamada Saetabis Augusta por los romanos, la actual Játiva. Lo más singular de este yacimiento es la existencia de un recinto que los arqueólogos han considerado como un santuario, único en estas latitudes, y que tendría funciones sacras con un destacable significado astrológico, pues el cerro de Carraposa se alinea con la sierra de Enguera y la posición del sol.

En las inmediaciones de la localidad se han encontrado una gran cantidad de restos cerámicos que apuntan a la existencia de una villa romana en el extremo norte del término municipal y que permitirían sugerir la posibilidad de que el actual territorio sobre el que se extiende Rotglá y Corbera estuvo integrado en el área urbana de la capital de la Costera durante la era imperial, siendo conocida la ciudad de Saetabis por el cultivo del lino y su industria de confección de vestimentas. El municipio de Rotglá y Corbera, por estos hechos, ocuparía una posición privilegiada en un paso natural por el cual, los romanos trazarían su Vía Augusta .

La historia de estos dos núcleos se estudia conjuntamente porque se fusionaron en un solo municipio en 1854. El origen de los actuales núcleos de Rotglá y Corbera se remontan a su fundación y al establecimiento como alquerías musulmanas. Después de la Reconquista, estas alquerías pasaron a manos de caballeros y ciudadanos de la ciudad vecina de Játiva, pero se han encontrado yacimientos romanos y prerromanos. Los nombres de los pueblos en tiempos romanos se desconocen, pero es posible que formaran parte del conjunto de villas que envolvían la ciudad de Saetabis (Játiva) siendo el lino de la ciudad y las villas de alrededor de una calidad inigualable en todo el Imperio. En cuanto a Rotglá (llamado antiguamente la Alcudia Blanca), hay que decir que en 1520 sufrió un saqueo a manos de los agermanados de Játiva. En 1535 se erigió en rectoría de moriscos, se separó de Játiva teniendo como anexos los lugares de Galcerán Sanz, Gil Martí Loncha y Torrente de Conducís. En 1527 contaba con 30 familias moriscas; en 1572 con 23 y en 1609, 39. Ese mismo año, tras la expulsión de los moriscos, Juan Rotglá Sanz otorgó carta puebla a 31 pobladores cristianos, el 26 de junio de 1611, y la anterior alquería musulmana adoptó el nombre del linaje de su señor. El núcleo original de la población estaba presidido por una torre fortificada residencia del señor (como observamos en algunos municipios de la Huerta de Valencia como Torrente, junto al templo cristiano, y de la que actualmente sólo se conservan las aspilleras de su fachada en la parte superior de la vivienda que ocupa el antiguo emplazamiento de la torre.

Por lo que respecta a Corbera, también estaba poblado por moriscos (30 familias en 1572). Figura en el morabetino de 1421 como la Alquería de Valentino, el centro urbano aún conserva su urbanismo de tipo árabe con calles estrechas y plazas cerradas presididas en su centro por una mezquita. Su economía se basaba en la agricultura y, muy especialmente, en la industria de la seda, conservando el municipio una memoria colectiva que ha llevado a denominar a la plaza sobre la que se desarrolló la alquería, "Plaza de las Moreras", en referencia a la tradición del cultivo de la morera para los gusanos de la seda. A diferencia de su vecino Rotglá, el palacio de los Corbera se situaba fuera del pueblo en la actual plaza de la Constitución, pero lamentablemente el terremoto de Montesa lo derrumbó. Al igual que su vecino, el pueblo sufrió los saqueos de los agermanados. El señor Corveran (de quien procede el nombre del pueblo Corberá) fue entre 1520 y 1555 un fiel servidor de Carlos I, llegando a combatir en las Guerras de Italia a las órdenes del monarca de la Casa de Habsburgo. Después de la expulsión de los moriscos que condujo la población a su abandono, el rey otorga carta puebla el 12 de julio de 1611 a 26 familias cristianas, y confiere la titularidad del pueblo a Francesc de Bellvís, marqués de Bélgida. En 1684, su iglesia se separa de la jurisdicción religiosa de Játiva. Su emplazamiento junto a la carretera principal del Reino de Valencia a Castilla llevó a ambos municipios a ser testigos de la Guerra de les Germanies y de la Guerra de Sucesión. Rotglá y Corbera fueron saqueados por los partidarios de Felipe V que, tras derrotar a los partidarios del archiduque Carlos en la batalla de Almansa (1707), penetraron en el Reino de Valencia sometiendo a la ciudad de Játiva a un asedio y posteriormente a su quema.

En 1808 estalla la Guerra de Independencia Española, comúnmente llamada Guerra del Francés para la historiografía de habla catalana, y hasta 1811, Rotglá y Corbera permanecerán en la retaguardia contribuyendo a la resistencia del Reino de Valencia con dinero, voluntarios y pertrechos. Cuando los franceses toman la capital del Turia en el año 1812, todo el Reino de Valencia es ocupado por el embate de las tropas galas y ante la retirada de las tropas anglo-españolas, que fijarían la frontera de la resistencia en la ciudad de Alicante. De esta manera, ambos pueblos junto con el resto de la comarca, sufrieron las penurias de la guerra. El expolio, las violaciones y los asesinatos indiscriminados se sucedieron hasta la derrota definitiva de los franceses. Ambos pueblos de Rotglá y Corbera se vieron sometidos a la ocupación del ejército francés, el cual fijaría su cuartel en estas latitudes en la Venta Real, situada a la entrada del pueblo por el norte y que contaba con dependencias y establos suficientes para dar cobijo a una guarnición. La despedida de las tropas imperiales no fue "cordial". En 1813, durante el mes de junio (posiblemente el día 10), se produjo en Rotglá un enfrentamiento armado entre los soldados napoleónicos del general Conde de Harispe, que abandonaban Játiva (Renombrada Colonia de San Felipe después de su destrucción por los partidarios del monarca Felipe V) en dirección a los Pirineos, y tropas españolas del general Felipe Roche, que avanza hacia La Costera con su ejército para liberal las Comarcas Centrales. Esta acción bélica supuso una derrota aplastante par el ejército español que sufrió numerosas bajas, dejando vía libre a los franceses para cruzar el río Júcar sin resistencia ni hostigamientos. Algunos días después del combate, las tropas napoleónicas todavía volverían a ocupar Játiva que no sería totalmente recuperada por el ejército español hasta el 3 de julio.[1]

Este municipio se formó a mediados del siglo XIX mediante la unión de Rotglá y Corbera. Tras la unión de los dos municipios en uno solo, la localidad pasó a tener 880 habitantes censados, pero a partir de esta fecha le demografía cambiará muy bruscamente como consecuencia de los abundantes episodios de las epidemias del cólera. Después el pueblo vivió la inestabilidad política que precedieron a las Guerras Carlistas, la I República y la Restauración.

La Revolución Industrial apenas tuvo importancia en el pueblo.

Será en las primeras décadas del siglo XX cuando el pueblo experimente su desarrollo moderno. En 1920, el municipio contaba ya con 970 habitantes. Durante la II República Española, Rotglá y Corbera experimentaría una etapa de progreso sin precedentes. Los alcaldes republicanos contribuyeron a la construcción de amplios proyectos de infraestructuras e instalación de alumbrados. El estallido de la Guerra Civil Española (1936-1939) somete a la localidad a un estado de alerta constante por el sobrevuelo de la retaguardia republicana de los aviones de la Legión Cóndor, que alcanzaron su punto álgido durante el bombardeo de un convoy de tren republicano que transportaba una remesa de soldados del Ejército Popular de la República que se batía en retirada desde el frente, una masacre injustificada en la que perecieron algunos vecinos de Rotglá y Corbera. La guerra provocó que jóvenes partieran al frente de batalla, una experiencia traumática de la que algunos no regresaron. Afortunadamente para sus habitantes, la represión franquista apenas tuvo consecuencias para la población. Saturnino Vázquez Navalón, miembro de la UGT y presidente del comité de huelga local, impidió que las nuevas autoridades de la dictadura llevasen hasta el extremo el ejercicio del poder tras la caída del régimen democrático republicano. Una figura local a la que no se ha hizo justicia en la memoria colectiva tras la vuelta de la Democracia en 1978.

Los intentos de la dictadura de recuperar la economía nacional a través de un régimen autárquico tuvieron un gran impacto sobre la economía local. Rotglá y Corbera se erigió como centro distribuidor y productor del cultivo del tabaco de las comarcas centrales. El monopolio del Estado franquista sobre el Tabaco, centralizó su industria en la Costera y alrededores en el Secadero de Tabaco, construido en 1941, ejemplo claro de arquitectura civil del franquismo en la localidad y que dinamizó enormemente la economía local. La construcción de este complejo del secado de las hojas del tabaco, alimentó las esperanzas y las posibilidades de una localidad que se veía sometida a un estancamiento demográfico severo, la mano de obra necesitada para su construcción y posteriormente para el cultivo de la planta abrió la localidad a la entrada de inmigrantes procedentes de las áreas rurales de Castilla-La Mancha y zonas de Andalucía, especialmente Córdoba.



En 1999, es elegida alcaldesa Pilar Doménech con un pacto a tres entre los 3 concejales del BLOC (uno de ellos, aunque como independiente, era el escritor valenciano Lluís Antoni Navarro Cucarella, residente en Rotglá y Corbera), 1 del PSOE y 1 de Unión Valenciana; el Partido Popular, que absorbió el votante de la derecha de Unión Valenciana, pasa a la oposición con 4 ediles.

En 2003, el descenso de población fija 7 concejales a elegir en lugar de los 9 anteriores, como consecuencia el PSPV-PSOE se queda fuera del ayuntamiento al no obtener representación y el Bloc Nacionalista (BNV) gana las elecciones locales con 3 concejales, aunque sin mayoría absoluta. El PP obtiene 2 concejales y una nueva formación de centro-derecha de carácter independiente obtiene los 2 concejales restantes. Un pacto entre PP e IRC (Independents de Rotglà i Corberà) desaloja a Pilar Doménech de la alcaldía. Las elecciones de 2003 arrojan una mayoría absoluta para el Partido Popular local, con 5 concejales y el 55,6 % de los votos. El Bloc Nacionalista le sigue con 2 ediles (22,2 %), IPRC, una nueva formación independiente obtiene 1 (11,1 %) y el PSPV-PSOE vuelve al ayuntamiento con 1 edil (11,1 %). En 2007, vuelven a repartirse 9 concejales después del paréntesis de la legislatura anterior. En los comicios de 2011, el BNV opta por no concurrir a las elecciones municipales, produciéndose un empate a 3 entre el PP, el PSPV-PSOE e IPRC. Después del escrutinio,nunca antes, desde 1979, el pleno del Ayuntamiento de Rotglá y Corbera había visto una situación igual. Un pacto de gobierno entre el PSPV-PSOE e IPRC (formado ahora por una escisión del PP local) arrebata la vara de mando a Mercedes Castelló. José Gómez de IPRC y Amador Climent del PSPV se alternarán como alcaldes en una legislatura marcada por la crispación y el bloqueo político tras la negativa de IPRC a ceder el testigo al PSPV y su posterior salida del equipo de gobierno. En las elecciones de 2015 el PSPV-PSOE se alza como fuerza más votada 28 años después del último alcalde socialista que venció en los comicios locales. Un pacto PSPV y Compromís (el antiguo BNV que decide concurrir en estas elecciones) con 1 concejal, aporta estabilidad a una alcaldía dominada por la izquierda política.

Desde 2014 se observa un cambio de tendencia en el voto de los habitantes de Rotglá y Corbera. De las tradicionales victorias electorales de los partidos de derecha, especialmente el PP en el pueblo, pasamos al triunfo electoral de los partidos de izquierda, PSOE y Compromís. En las elecciones europeas el PSOE fue el partido más votado, mientras que en las locales y autonómicas, PSPV-PSOE y Compromís resultaron vencedores en la localidad, respectivamente. Los comicios generales del "20D" dan la victoria al Partido Popular con el 31,32 % de los votos, seguido por És el Moment (26,12 %) y el PSOE (25,42 %). Las urnas vuelven a colocarse el "26J", arrojando un resultado similar al anterior. Nuevamente, el Partido Popular se alza con la mayoría del voto válido con un 33,28 % seguido de A La Valenciana, que esta vez agrupaba además de a Podemos y a Compromís, a Esquerra Unida del País Valencià, que se lleva un 29,14 % del voto emitido, en tercera posición se sitúa el PSOE con el 24,26 % del sufragio, y finalmente, muy lejos de sus competidores, Ciudadanos obtiene un discreto 10,95 % de las papeletas. 2019 es un año de vuelco electoral en Rotglá y Corbera. El PSOE se alza como fuerza más votada en las elecciones generales del 28 de abril con el 30'68% del voto válido, solo 3 años después de la victoria del Partido Popular y de un magro resultado (3ª fuerza) para el Partido Socialista. La segunda fuerza política es Compromís que desplaza al PP hasta la tercera posición. Las elecciones a Cortes Valencianas del mismo día reflejan el voto dual de los habitantes del pueblo. Compromís vuelve a obtener el triunfo local con el 29'79% del voto válido, el PSPV-PSOE es segunda fuerza con el 24'68% de las papeletas. El PP es desplazado y se convierte en tercera fuerza política con solo 13 votos de diferencia respecto Ciudadanos. Las elecciones europeas del 26 de mayo le dan una abrumadora mayoría de los votos en las urnas locales al PSOE con 270 papeletas. Las municipales (que coinciden con las europeas) sitúan al PSPV-PSOE como fuerza hegemónica y dominante de la vida política local, 522 votos y 7 ediles, el 77,22% del voto, el mejor resultado del PSOE en la comarca de la Costera y la Canal de Navarrés, con un PP en caída libre con 2 concejales y 132 votos. Compromís e IPRC optan por no presentarse en 2019, por lo que la alcaldía es para la izquierda, con una amplia mayoría absoluta para los socialistas.

Rotglá y Corbera es una localidad eminentemente agrícola con un suelo destinado a la exportación a través de los almacenes de fruta locales como Vistol y Agrufrut o Morondo Integral Agrícola. La superficie cultivada está distribuida en terrenos de secano entre los que destacan los viñedos, olivos, ciruelos y almendros y terrenos de regadío repartidos entre naranjos, frutales, albaricoques, hortalizas y maíz. No cuenta con grandes latifundios siguiendo la línea histórica de la región mediterránea, por lo que los campos son un conjunto de pequeñas superficies cuya producción suele ser copada en su totalidad por los tres almacenes locales de frutas, que distribuyen a nivel nacional e internacional, por lo que su actividad se vuelve frenética en la temporada de la fruta. Estas tres empresas dan empleo a la mayor parte de sus habitantes. Hay también una fuerte tradición, aunque con el paso de los años ha decaído mucho, de la ganadería avícola, ovina y porcina. Hasta los años 70 del siglo pasado todavía se podían encontrar granjas de cerdos y pollos en su término municipal, que servían para abastecer a las carnicerías locales. El sector secundario tiene una débil presencia en la economía local. Hasta la entrada del siglo XXI, el municipio todavía albergaba varias fábricas textiles que no obstante, tuvieron que cerrar al tratarse de empresas familiares de tamaño muy reducido escasamente competitivas frente al potencial industrial de las economías emergentes asiáticas. Dispone también de empresas relacionadas con la construcción, tales como instalaciones eléctricas, pinturas, carpinterías o almacenes de muebles, cerrando el círculo pequeños negocios locales del sector terciario que son, en su totalidad, negocios familiares con una escaso impacto en el mercado laboral local. Hay que añadir que actualmente, se encuentra en fase de desarrollo el proyecto de polígono industrial para atraer inversores y empresas más grandes, con las que diversificar la economía local. Rotglá y Corbera, por su ubicación y su historia, es un cruce de caminos importantes. De la localidad parten las carreteras que dan acceso a Canal de Navarrés y el Valle de Ayora y es atravesada por la antigua Nacional 340, sustituida en su gran mayoría por la Autovía del Mediterráneo, la A·7, que transcurre paralela al entramado urbano, dando un acceso directo a Rotglá y Corbera. A su vez, la presencia de la estación de ferrocarril de la vecina Játiva, a una distancia cercana a los 10 km, conecta el municipio con la línea de cercanías de Renfe C·3, Valencia-Moigente, y los trenes de Media y Larga distancia a Alicante, Albacete, Alcoy, Barcelona y Sevilla.

Celebra sus fiestas mayores en los meses de junio, el día de San Juan, patrón del pueblo, y la segunda semana de septiembre en honor al Cristo. No obstante, dispone de diversos actos culturales a lo largo del año como son: la tradicional Cabalgata de Reyes en enero, Carnaval en febrero, el Porrat de Torrente (pedanía que comparte junto a Llanera de Ranes) el primer viernes del mes de marzo, y las fallas por San José. También cuenta con una arraigada romería a la montaña de "Carraposa": en el alto del cerro se halla una cruz donde una vez al año una procesión sube para culminar el acto religioso con una misa al aire libre. Finalmente, el día de San Antonio ("Sant Antoni del Porquet"), se celebra la tradicional bendición de mascotas y animales doméstico como en muchos otros pueblo de la Comunidad Valenciana.



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