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Santo Domingo de Guzmán



¿Qué día cumple años Santo Domingo de Guzmán?

Santo Domingo de Guzmán cumple los años el 8 de agosto.


¿Qué día nació Santo Domingo de Guzmán?

Santo Domingo de Guzmán nació el día 8 de agosto de 1170.


¿Cuántos años tiene Santo Domingo de Guzmán?

La edad actual es 854 años. Santo Domingo de Guzmán cumplió 854 años el 8 de agosto de este año.


¿De qué signo es Santo Domingo de Guzmán?

Santo Domingo de Guzmán es del signo de Leo.


¿Dónde nació Santo Domingo de Guzmán?

Santo Domingo de Guzmán nació en Caleruega.


Domingo de Guzmán (Caleruega, Burgos; 8 de agosto de 1170[1]​ - Bolonia, Sacro Imperio Romano Germánico, 6 de agosto de 1221) fue un presbítero castellano y santo católico, fundador de la Orden de Predicadores, más conocidos como dominicos.

Domingo de Guzmán nació en Caleruega (en la actual provincia de Burgos, España) hacia el año 1170. Sus padres fueron Félix de Guzmán[2]​) y Juana de Aza (llamada comúnmente santa Juana de Aza, beatificada en 1828). Domingo tuvo dos hermanos mayores, Antonio y el beato Manés (este último fue uno de los primeros beatos dominicos).

De los siete a los catorce años (1176-1184), bajo la preceptoría de su tío que era arcipreste en Gumiel de Izán, Gonzalo de Aza, recibió esmerada formación moral y cultural. En este tiempo, transcurrido en su mayor parte en Gumiel de Izán, despertó su vocación hacia el estado eclesiástico.

De los catorce a los veintiocho (1184-1198) vivió en Palencia, estudiando artes (humanidades superiores y filosofía), cuatro años más estudió teología, y pasó otros cuatro como profesor de las escuelas catedralicias de Palencia (que en 1208 serían convertidas en Estudio General).

Al terminar la carrera de artes en 1190, recibida la tonsura, se hizo canónigo regular en la catedral de Osma. Fue en el año 1191, ya en Palencia, cuando vende sus libros para aliviar a los pobres del hambre que asolaba Castilla. Al concluir la teología en 1194, se ordenó sacerdote y fue nombrado regente de la Cátedra de Sagrada Escritura en las Escuelas.

Al finalizar sus cuatro cursos de Docencia y Magisterio Universitario, con veintiocho años de edad, se recogió en su cabildo, y luego el obispo le encomienda la presidencia de la comunidad de canónigos y del gobierno de la diócesis en calidad de Vicario General de la misma.

En 1205, por encargo del rey Alfonso VIII de Castilla, acompaña al obispo de Osma, monseñor Diego de Acebes, como embajador extraordinario para concertar en la corte danesa las bodas del príncipe Fernando. Con este motivo, realizó viajes a Dinamarca y a Roma,[1]​ y durante ellos se decidió su destino y se aclaró definitivamente su ya antigua vocación misionera. Convencido de que los herejes cátaros debían ser convertidos al catolicismo, comenzó a formar el movimiento de predicadores. De acuerdo con el papa Inocencio III, en 1206, al terminar las embajadas, se estableció en el Languedoc como predicador entre los cátaros, y en 1206 establece una primera casa femenina en Prouille.[1]​ Rehusó los obispados de Conserans, Béziers y Cominges, para los que había sido elegido canónicamente.

Para predicar la doctrina católica entre los cátaros, en 1215 establece en Toulouse la primera casa masculina de su Orden de Predicadores, cedida a Domingo por Pedro Sella, quien con Tomás de Tolosa se asocia a su obra. En septiembre del mismo año llega de nuevo a Roma en segundo viaje, acompañando al obispo de Toulouse, monseñor Fulco, para asistir al cuarto Concilio de Letrán y solicitar del papa la aprobación de su orden como organización religiosa de canónigos regulares. De regreso de Roma elige con sus compañeros la regla de San Agustín para su orden y, en septiembre de 1216, vuelve en un tercer viaje a Roma llevando consigo la regla de San Agustín y un primer proyecto de constituciones para su orden. El 22 de diciembre de 1216 recibe del papa Honorio III la bula Religiosam Vitam por la que confirma la Orden de Predicadores.[1]

Al año siguiente retorna a Francia y en el mes de agosto dispersa a sus frailes; envía cuatro a España y tres a París,[1]​ y él decide marchar a Roma. Se dice que allí se manifiesta su poder taumatúrgico con numerosos milagros y se acrecienta de modo extraordinario el número de sus frailes. Meses después envía los primeros frailes a Bolonia. A finales de 1218 regresa a Castilla a recorrer Segovia, Madrid y Guadalajara.

Por mandato del papa Honorio III, en un quinto viaje a Roma, reúne en el convento de San Sixto a las monjas dispersas por los distintos monasterios de la ciudad para obtener para los frailes el convento y la Iglesia de Santa Sabina.

En la fiesta de Pentecostés de 1220 asiste al primer Capítulo General de la orden, celebrado en Bolonia. En él se redacta la segunda parte de las constituciones.[1]​ Un año después, en el siguiente capítulo celebrado también en Bolonia, se acuerda la creación de ocho provincias.

Con su orden claramente estructurada y más de sesenta comunidades en funcionamiento, agotado físicamente, fallece el 6 de agosto de 1221 tras una breve enfermedad, a los cincuenta años de edad, en el convento de Bolonia.[1]​ Sus restos permanecen sepultados en la basílica de Santo Domingo de esa ciudad. En 1234 el papa Gregorio IX lo canonizó. La Iglesia católica celebra su fiesta el 8 de agosto, aunque en algunos lugares como Pulgar (Toledo), un pueblo situado en las estribaciones de los Montes de Toledo, en Palenque o Comitán (México) y Mixco (en Guatemala), se sigue celebrando su festividad el 4 de agosto.

La ciudad capital de la República Dominicana (Santo Domingo) lleva ese nombre en su honor.

La leyenda narra que Domingo de Guzmán contaba que veía a la Virgen sosteniendo en su mano un rosario y que le enseñó a rezarlo. Le instruyó que lo predicara por todo el mundo, prometiéndole que muchos pecadores se convertirían y obtendrían abundantes gracias. El santo se levantó muy consolado y abrasado en celo por el bien de estos pueblos, entró en la Catedral y en ese momento sonaron las campanas para reunir a los habitantes. Sin embargo el Rosario como tal fue estructurado por Domingo de Prusia con base a una oración con cuentas utilizado en el catolicismo alrededor del año 800. En los monasterios se acostumbraba recitar los 150 salmos en la Liturgia de las Horas, pero a los fieles que no eran sacerdotes ni monjes, al no poder seguir esta devoción (porque en su mayoría no sabían leer) se les enseñó una práctica más sencilla: la de recitar 150 avemarías. Esta devoción tomó el nombre de "el salterio de la Virgen". La práctica de meditar ciertos misterios concretos que son esenciales a la devoción del Rosario hoy día parecen haber nacido mucho tiempo después de la muerte de Santo Domingo de Guzmán y la introducción de esta meditación durante el rezo parecen más atribuibles a un monje cartujo, Domingo de Prusia. Fue el fraile dominico Alano de Rupe alrededor de los años 1470-75 quien primero promocionó la devoción del Salterio de Nuestra Señora (las ciento cincuenta Ave Marías) como revelado por Nuestra Señora a Santo Domingo de Guzmán al confundir a los dos Domingos. Alano era un hombre serio y devoto pero la historia lo define también como lleno de alucinaciones quien basó sus revelaciones en testimonios escritos que nunca existieron sobre la existencia del Rosario en tiempos de Santo Domingo. Sin embargo sus predicaciones tuvieron un gran auge en la promoción y difusión del Santo Rosario.[3]

Santo Domingo de Guzmán tiene asociados varios elementos relacionados con su vida. Por ello se le representa con diferentes símbolos:

La leyenda (primera hagiografía de Santo Domingo)[cita requerida] narra una visión que su madre, la Beata Juana de Aza, tuvo antes de que Santo Domingo naciera. Soñó que un perrito salía de su vientre con una antorcha encendida en su boca. Incapaz de comprender el significado de su sueño, decidió buscar la intercesión de Santo Domingo de Silos, fundador de un famoso monasterio Benedictino de las cercanías. Hizo una peregrinación al monasterio para pedir al Santo que le explicara el sueño. Allí comprendió que su hijo iba a encender el fuego de Jesucristo en el mundo por medio de la predicación. En agradecimiento, puso a su hijo por nombre Domingo, como el santo de Silos. Fue un nombre muy apropiado, por cuanto Domingo viene del latín Dominicus, que significa del Señor. De Dominicus (Domingo) viene Dominicanus (Dominico, que es el nombre de la Orden de Santo Domingo). No obstante, utilizando un juego de palabras, se dice que Dominicanus es un compuesto de Dominus (Señor) y canis (perro), significando el perro del Señor o el vigilante de la viña del Señor.

En su carta del 4 de febrero de 1221 a todos los obispos de la Iglesia recomendando la Orden de Santo Domingo, el papa Honorio III dijo que Domingo y sus seguidores habían sido «nombrados para la evangelización del mundo entero». Y en otra carta, esta vez dirigida a Domingo (18 de enero de 1221), el papa les llamaba pugiles fidei ("caballeros de la fe", defendiéndola contra todo el que se oponga a ella). Esto es lo que Domingo hizo durante toda su vida, defender la fe con el ejemplo de su vida y con su predicación incesante contra los herejes del Languedoc en el sur de Francia, y con su deseo de ser misionero entre los no-cristianos.

Usualmente se le representa con unas azucenas en la mano. El amor por la pureza de Domingo fue tan perfecto que, en su lecho de muerte, al hacer una confesión pública frente a sus hermanos, pudo decir: «Gracias a Dios, cuya misericordia me ha conservado en perfecta virginidad hasta este día; si deseáis guardar la castidad, evitad todas las conversaciones peligrosas y vigilad vuestros corazones». Y entonces, sintiendo remordimiento, dijo a fray Ventura, prior de Bolonia: «Padre, temo que he pecado hablando de esta gracia delante de los hermanos». La pureza de su alma y el deseo de que sus hijos le imitasen le llevaron a hacer esa revelación.

La misma leyenda también cuenta que durante el bautismo de Domingo apareció una estrella sobre su frente. Por medio de su vida y predicación, Domingo fue como un faro guiando almas hacia Cristo. Desde sus años de estudiante en Palencia, España, donde vendió sus valiosos libros con el fin de conseguir dinero para ayudar a los pobres que sufrían una gran sequía, y donde llegó a ofrecerse a ser vendido como esclavo para redimir a cristianos cautivos por los moros, a aquella noche, en un viaje a Dinamarca, que pasó en conversación con el hospedero hereje, atrayéndole por fin otra vez a la fe verdadera, a su etapa en el Languedoc, donde pasó los mejores años de su vida, su enseñanza y predicación, hasta la fundación de su Orden, Santo Domingo fue siempre una estrella brillante que atrajo almas perdidas a Cristo.

En algunas representaciones, Santo Domingo sostiene un libro en su mano izquierda. El libro representa la Biblia, que era la fuente de la predicación y espiritualidad de Domingo. Era conocido como el Maestro Domingo por el grado académico que obtuvo en la universidad de Palencia, España. Sus contemporáneos dicen que en sus viajes por Europa siempre llevaba consigo el Evangelio de san Mateo y las Cartas de san Pablo. Esto hace referencia a la visión que tuvo en una de sus noches de vigilia. Mientras Domingo oraba, los santos Pedro y Pablo se le aparecieron. San Pedro llevaba consigo el Evangelio, y Pablo sus Cartas, con este mensaje: «Ve y predica, porque has sido llamado para este ministerio». Esta revelación le reafirmó en su vocación de continuar siendo un Predicador Itinerante, no solo en el sur de Francia sino también en todo el mundo por medio de su Orden, la Orden de Predicadores.

A veces, sobre el libro hay una iglesia. Esta iglesia representa la Basílica Laterana, la Madre Iglesia universal.

Santo Domingo tuvo que enfrentarse con muchos obstáculos legales para que el papa aprobara su nueva Orden. De acuerdo con la leyenda, el papa Inocencio III, santo Domingo y san Francisco tuvieron un sueño. Cada uno de ellos vio que la Basílica Laterana estaba comenzando a derrumbarse, y a dos frailes, uno en hábito blanco y el otro en un hábito marrón, colocándose ellos mismos como columnas para evitar el colapso total. Domingo se reconoció a sí mismo como el fraile del hábito blanco, pero no sabía quién era el otro fraile. De igual modo, Francisco de Asís se reconoció a sí mismo como el fraile del hábito marrón, pero desconocía quién era el del hábito blanco. Para Inocencio III el sueño era un rompecabezas y un misterio. El día siguiente, cuando Domingo iba a ver al papa sobre la aprobación de su Orden, se encontró a un fraile joven vestido con un hábito marrón. Mirándose mutuamente, cada uno reconoció al otro como el compañero que ayudaba a soportar la Basílica Laterana, y se abrazaron en medio de la calle. Después fueron juntos a ver al papa, y este comprendió inmediatamente el significado de su sueño: Las Órdenes de estos dos gran hombres serán como columnas que salvarán a la Iglesia de su destrucción.

También se representa a santo Domingo con tres mitras, lo que alude al ofrecimiento que le hicieron de tres obispados, los que rechazó porque quería dedicarse a los pobres.

Si bien el cuerpo de santo Domingo de Guzmán permanece en su Basílica de Bolonia, existen numerosas reliquias de él a lo largo y ancho del mundo. Es de reseñar que le fue concedida a la Sacramental de la Sagrada Cena y María Santísima Del Rosario (Huelva) una reliquia del santo padre. Esta reliquia se guarda en un relicario que se coloca el Domingo de Ramos (salida procesional de la hermandad) a los pies de la Virgen, así como en cultos internos que se le rinden. En enero de 2007 la Vicaría de Roma concedió una de primera clase y que puede encuadrarse dentro de la tipología de las ex osibus a la Real Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Alhaurín el Grande (Málaga), en atención a los lazos que unen a esta Hermandad a la Orden Dominicana. Esta reliquia es procesionada cada Viernes Santo junto a otra de san Roque en un relicario doble situado en el frontal del trono de María Santísima del Mayor Dolor. No siendo la única existente en España, pues hay muchas repartidas a lo largo de la península por parte de los dominicos como por ejemplo otra enviada hasta las Islas Canarias en la Parroquia de Santo Domingo de Guzmán (Vegueta) o a Pulgar (Toledo) donde guardan una reliquia, que cada 4 de agosto, celebración de las fiestas patronales en honor al santo, se da a venerar durante el ofrecimiento.

También es patrono de los científicos, en particular de los astrónomos.

Pascua

En el 2021, se celebran los 800 años de pascua para este santo, en el año 2221, serán los 1,000 años de pascua para este mencionado.




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