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Tales (Castellón)



Tales es un pueblo y municipio de la Comunidad Valenciana, España. Se encuentra situado en el sur de la provincia de Castellón, en la comarca de la Plana Baja donde se integró la comarca histórica del Bajo Espadán de la que formaba parte. Pertenece a la Mancomunidad Espadà-Millars y alberga su sede. Cuenta en 2019 con 825 habitantes según el INE,[6]​ estos son de habla valenciana.[3]​ Su término municipal tiene una extensión de 14,53 km²,[7]​ gran parte del mismo está poblado de grandes extensiones de bosque donde las especies predominantes son el pino, el alcornoque, la carrasca y la encina.

Su núcleo urbano se sitúa en la ladera de una pequeña montaña a orillas del río Veo, en el valle que forman las últimas estribaciones del Parque natural de la Sierra de Espadán. Sus casas se distribuyen en calles torcidas, empinadas y empedradas, algunas con desigualdad. Las viviendas son más reducidas a medida que nos aproximamos al castillo que ocupa la cúspide de la colina. Tales pertenece al partido judicial de Nules y a la Diócesis de Segorbe-Castellón.

El municipio de Tales está situado en la zona de transición entre las estribaciones de la Sierra de Espadán y la llanura de la Plana. Dista 28 km de la capital de la provincia, Castellón de la Plana y 27 km de Burriana, capital de la comarca de la Plana Baja. Se accede al municipio a través de la carretera  CV-223  desde Onda o Alcudia de Veo, la  CV-205  procedente de Sueras y la  CV-201  de Viver a Onda. Estas carreteras permiten la circulación de cualquier tipo de vehículos. El resto de vías son caminos de tierra y asfalto que presentan buen firme.

Su término municipal tiene una superficie de 14,53 km²,[7]​ de las cuales 937 ha están ocupadas por extensiones boscosas y 203 ha por superficies de cultivo. Está representado en la hoja 640 del Mapa Topográfico Nacional.

La geodesia de Tales viene representada en la siguiente tabla, en la que se recoge el único vértice geodésico que delimita su término municipal:

El término municipal de Tales limita con las siguientes localidades:

El paisaje está caracterizado por pequeños valles que se ensanchan a medida que se asoman al cauce del río Veo. Los cultivos de regadío ocupan las fértiles zonas fluviales, mientras que los de secano se alternan con extensas y densas zonas boscosas de pinos, carrascas y alcornoques.

El relieve del municipio presenta importantes desniveles entre las zonas de mayor altura y el núcleo urbano del municipio, situado a 242 m. La altitud media del término municipal es de 300 m. Este relieve tan angosto ha influenciado claramente la manera de conrear los cultivos de los que en la antigüedad subsistían las gentes del pueblo, ya que los pobladores desde el siglo XIII abancalaron el terreno para minimizar la erosión y aprovechar el terreno.

Sus colinas más elevadas son el Coll d'Espí (672 m), el Montí (612 m) de sur a norte por el este de la población, la Penya Negra (529 m) al sur y el Tossal (469 m) en dirección noroeste al norte del río y de la población.

El ámbito geológico del término municipal está compuesto por diferentes formaciones. Aunque la mayor parte de ellas provienen del Triásico también existen pequeñas zonas de carniolas y dolomías del Jurásico. Los materiales del Triásico son de tres tipos según su composición y materiales.

La historia geológica de la zona sobreviene a partir de las fase erosiva posthercínica con una sedimentación del Triásico de la facies germánica típica. Posteriormente se produce una transgresión marina con etapas de depósitos lagunares (Keuper). Esta zona geomorfológica pertenece a la hoja número 640 del MAGNA 50 (IGME), de nombre "Segorbe", división 29-25 y huso 30.

En el término municipal de Tales existen numerosas simas y cuevas:[11]

También son de gran interés las cavidades situadas en el límite con el término municipal de Alcudia de Veo:

El municipio de Tales posee sistemas fluviales de orden secundario que se sitúa dentro del sistema hidrológico nº56 del Plan Nacional de Investigación de Aguas Subterráneas y corresponde localmente al subsistema acuífero denominado "Sierra de Espadán". La convergencia de las aguas, tanto superficial como subterránea, es de dirección NE, hacia el subsistema acuífero de la "Plana de Castellón". Estos cauces permanecen en estiaje durante todo el año excepto en periodo de precipitaciones. Su término municipal se encuentra atravesado por los siguientes ríos y barrancos:[17]

También son muy conocidas sus numerosas fuentes naturales por la calidad de sus aguas, entre las que se encuentran las siguientes:

Tales disfruta de un clima mediterráneo temperado muy sano. Durante la mayor parte del año las temperaturas medias con valores muy suaves que permiten disfrutar de los ecosistemas que configuran término municipal. Las temperaturas medias oscilan entre los 8 °C del mes de enero y los 24 °C de agosto.[18]​ Solo suelen haber días fríos durante la temporada invernal, aunque de todos modos no suelen ser muy numerosos.

Las precipitaciones se producen con gran irregularidad, estableciéndose fuertes contrastes entre años de abundancia y otros de pronunciada sequía. La estación de lluvias más abundantes suele ser el otoño, la principal característica de esta es la torrencialidad de las precipitaciones que provoca fuertes avenidas de agua en los torrentes y barrancos. La media anual de precipitaciones se sitúa en 649 mm. De todos modos, e igual que se ha comentado anteriormente respecto a las temperaturas, los días de lluvias anuales no son muy numerosos, lo que no impide disfrutar de los atractivos turísticos de la localidad.

En el término municipal de Tales y sus inmediaciones existen zonas de alto valor ecológico y paisajístico, éstas son algunas de las más representativas.

En el término municipal de Tales, se hallaron vestigios de la Época Ibérica, en su segunda mitad, pero a pesar de haberse encontrado en su zona lateral del pueblo, restos de cerámicas a mano, no se ha podido averiguar la existencia de ocupación humana.

Los orígenes de la población se corresponden con una antigua alquería musulmana que, tras ser conquistada, sería donada al noble Ximén de Foces, el noble Ximén hizo venir algunas familias de Teruel, cuyos apellidos Badenes y Marco, son de procedencia aragonesa y se arraigaron en dicha población siguiendo a través de nuestros tiempos. Una vez que se constituyó el Reino de Valencia en el año 1242, el noble aragonés Ximén de Foces, se marchó de la población de Tales al servicio personal del rey Jaime I, quien cedió la propiedad de Tales a favor de Guillém de Rocafort, noble de Urgel. La población estaba dividida en dos comunidades, una era la musulmana y la otra la cristiana, teniendo cada una su correspondiente Alcalde y Cadi (Juez). Se sabe que fue dada a repoblar por primera vez en 1248, aunque más tarde se entregaría para su nueva repoblación a Pere de Castellnou, a quién tradicionalmente se le atribuye la fundación de la actual Tales.

Tras la expulsión de los moriscos, quedó prácticamente deshabitada y fue repoblada con cristianos viejos por iniciativa del real comisario de la Orden de Montesa, Germano Garcerán. Perteneció al municipio de Onda hasta su segregación en el año 1842.

Fue escenario de importantes acciones de armas durante las guerras carlistas. Entre ellas, la más importante fue la acaecida en el año 1839, comenzó el 1 de agosto y finalizó el 14 del mismo mes, intervinieron 18.000 hombres, en que las tropas del general Cabrera (tropas Carlistas), atrincheradas en el castillo, fueron derrotadas y desalojadas por las fuerzas del general O'Donnell (tropas liberales). A raíz de esos combates, el castillo y la población de Tales quedaron arrasadas. Como recuerdo de la batalla aparece una figura alusiva en el escudo de Tales (consiste en un hombre armado con una piqueta que descarga golpes sobre los muros de su arruinado castillo en señal de destrucción).

El municipio de Tales cuenta con 825 habitantes según el padrón municipal de 2019 publicado por el INE.[6]​ En el año 1887, Tales alcanzó su nivel máximo de población con 1.234 habitantes, posteriormente inicia un lento y progresivo descenso demográfico que llega a estabilizarse en la década de los años 2000, en los últimos tiempos está aumentando la población de forma paulatina acercándose los 900 habitantes. Como la mayoría de los pueblos de la Sierra de Espadán, Tales multiplica su población con la llegada de veraneantes que poseen o alquilan casa en el pueblo, principalmente de la Valencia, Cataluña y el área metropolitana de la provincia.


     Población de derecho (1842-1991) o población residente (2001) según los censos de población del INE.[20]      Población según el padrón municipal de 2017 del INE.


Del total de 890 personas censadas en 2011, 45 son de nacionalidad extranjera. Esto equivale a un 5,06 %, claramente inferior a la media nacional de inmigrantes que se sitúa en el 12,2 %. Los inmigrantes proceden de todos los continentes, siendo los pertenecientes a la Unión Europea (35) la colonia más numerosa, seguidos de los africanos (6), los americanos y los asiáticos (1). La nacionalidad más representativa es la rumana (33 habitantes), seguida ya en menor medida por otras como la argelina, la colombiana, la marroquí, la portuguesa y la dominicana.[21]

Ver referencia.[22]

La agricultura de secano, algarrobos, almendros y olivos, fue hasta mediados del siglo XX el tradicional sustento económico del pueblo. A partir los años cincuenta con la llegada de nuevas infraestructuras hídricas, la agricultura de secano fue substituyéndose progresivamente por la de regadío, principalmente los cítricos.

Con el paso de los años el sector ha ido perdiendo importancia económica, siendo hoy en día una actividad casi residual ya que la población se desplaza mayoritariamente a trabajar en la industria azulejera de las localidades cercanas de Onda, Ribesalbes, Alcora y Villareal.[23]


Joaquín Ramos Martí (1980-1983)

El Museo Etnológico de Tales, declarado colección museográfica permanente por la Conselleria de Cultura, se encuentra en el casco antiguo de municipio, en uno de los edificios más antiguos del pueblo y forma parte de uno de los trece molinos que tenía el municipio en la antigüedad. El museo cuenta con tres plantas que mantienen su distribución original, su estructura es totalmente de piedra y su tejado fue reconstruido intentando reproducir con fidelidad a la arquitectura original de caña y teja. También se restauraron las escaleras respetando su forma original. En la planta baja podemos visitar una almazara con dos prensas, la más pequeña es originaria del molino y se usaba con carácter particular para obtener de cada cosecha aceite para la familia propietaria; La otra más grande se adquirió de segunda mano cuando el molino pasó a formar parte de una sociedad integrada por 24 socios. En las plantas superiores existe una representación de lo que sería una vivienda del siglo XIX, así como también indumentaria tradicional, utensilios y herramientas de labranza. Todos los objetos forman parte de donaciones que en su día hicieron los vecinos de Tales.[37]

Tales ha sido desde hace siglos cuna y referente del mundo de la dulzaina y el tabal, la tradición musical del pueblo es conocida a lo largo y ancho de la Comunidad Valenciana, y en especial la figura del Dolçainer de Tales. Ésta tiene su origen en una figura real que siglos atrás llevó las melodías de la dulzaina y el tabal a todos los rincones de la geografía valenciana, española y del extranjero, y ante personajes tan ilustres como los reyes.

El Dolçainer de Tales representa hoy en día la esencia de una parte de la música tradicional valenciana que continúa hoy enseñándose a adultos y niños a través de l'Escola de Dolçainers i Tabaleters de Tales. Entre las composiciones musicales de los dulzaineros de Tales encontramos géneros musicales muy variados como pasacalles, vals, marchas de procesión, polcas, habaneras, maruscas y dianas entre otras. Muchas de ellas son autóctonas de Tales, en concreto del maestro dulzainero Fran Badenes, otras tienen su origen en tierras valencianas, catalanas y aragonesas.

Han sido numerosas las citas alusivas a este mito, la obra recopilativa más destacada es el libro llamado El Dolçainer de Tales de Diego Ramia Arasa y Vicent P. Serra Fortuño, editado y publicado en 1986. Junto con el libro también se lanzó un LP con todas las melodías musicales del espectáculo teatral de Xarxa Teatre de nombre homónimo y que ha sido relanzada con motivo de su 25º aniversario.[38]

Entre los platos típicos de la población podemos encontrar todo tipo de arroces: arroz caldoso, arroz al horno, paella de montaña, etc.; carne a la brasa, embutido, tombet de bou, carnes de caza: perdices, conejo, tordos, pajaritos, etc.; ollas: olla de la Plana, puchero, olla de cardos, olla de col, etc.; dulces y saldos: cócs, pastizos de boniato, rosquilletas, coca "mal feta", buñuelos, mona de pascua, brazo de gitano, etc.; y salsas como el ajoaceite.

Además el aceite de oliva de procedente de las localidades de la Sierra de Espadán, entre las que se encuentra Tales, es de gran calidad y por muy apreciado en el mundo gastronómico, hayándose en trámites para la obtención de la distinción de calidad denominación de origen.[39][40]



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