Agudo es un municipio español que pertenece a la comarca del Valle de Alcudia, en la provincia de Ciudad Real, encuadrada en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha.
Agudo se encuentra situada a 38º 58' 59" Norte y a 004º 52 ' 00" Oeste y tiene una extensión de 227,31 km².
De este a oeste se extienden dos cordilleras que delimitan el valle donde se encuentra Agudo.
En la vertiente sur, umbría de los Parrales, umbría de Perraenana, Casa Vieja, peñón de Goterilla, peñón de San Gregorio, los Poyales, Hoya del Freso y sierra de Altramuz.
Al norte linda con la sierra de Matavacas, Brujeles, sierra de Herrumbroso Morro Altero, sierra de Cabezuela, sierra de Santa Ana, Delgada y Solana del Rincón y al oeste con Tamurejo, perteneciente a la provincia de Badajoz.
La principal corriente es el río Agudo y sus afluentes son el arroyo Mingorrubio, Santamaría, Valdeazadones, Taberneros, las Campanas, del Freno, del Raso, y del Pozo del Pingano; la mayoría de ellos desaparecen en verano.
Entre las fuentes pueden citarse Las Hermanas, Mingorrubio, San Ildefonso, Aguafría, Matavacas, de las Casas, La Posadilla, Pilar del Llano de las Cruces, Pilar de la Cabezuela y el Chorrillo. El agua potable del pueblo procede de las fuentes del Caño y El Orejudo.
Las temperaturas máximas alcanzan una media de 38 °C y las mínimas los 4 °C.
Principalmente se observan tres vientos:
En los últimos años las precipitaciones han variado entre los 880 y los 930 litros/año, concentrándose en los meses de noviembre a enero; aunque hay que remarcar las importantes precipitaciones que se suelen dar en mayo.
El verano, por otro lado, suele ser muy seco: en 1996 sólo cayeron 12 litros entre junio y agosto.
Agudo posee una vegetación mediterránea, en la que destacan el encinar y la jara. El encinar, protegido desde la década de 1970, permite un amplio aprovechamiento agropecuario de las áreas llanas y donde la pendiente no es muy pronunciada.
En las sierras del norte se observan amplias zonas dónde el encinar se mezcla con la retama, que se agarra con facilidad en las superficies de pizarra.
En las zonas altas y abruptas la formación predominante es el jaral, también se dan, en menor cantidad, brezales y quejigares. Junto con estas especies dominantes aparecen otras, según las zonas: espino albar, romero, enebro, coscoja, lentisco, madroño y cantueso.
Entre parcelas y en algún rodal aislado se muestra el alcornoque. Alrededor de los cauces se encuentran poleo, juncos, zarzas, etc.
Entre las plantas aromáticas es fácil encontrar orégano, ruda, tomillo y mejorana o almodoruje.
Por Agudo pasan o se inician las siguientes carreteras:
Tren
Por Agudo no pasa ninguna línea de ferrocarril, no habiendo estación al uso. Las estaciones más cercanas al municipio son la de Almadenejos-Almadén y Guadalmez donde pasan trenes de Media Distancia que conectan Alcázar de San Juan, Ciudad Real y Puertollano con Badajoz. Las estaciones de AVE más cercanas son la de Puertollano (95km) y Ciudad Real (110km), estando conectadas con las principales ciudades españolas (Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla).
Su población, según el último censo de población de 2015, la componen 1.750 habitantes: 891 hombres y 859 mujeres. Esta cifra ha ido menguando desde el inicio del censo de población debido a la emigración hacia las grandes ciudades industriales españolas. De los 2.084 habitantes censados en 1857 se llegó a alcanzar los 4.752 en 1950, para ir descendiendo desde entonces hasta los 1.687 censados en 2018.
Las raíces históricas de la población fueron localizadas por el abate Breuil, en la Sierra de San Blas, a principios de este siglo, situando este primer poblamiento en el Paleolítico.
Según el mismo Breuil este asentamiento se desplazó por la sierra durante la Edad de Bronce, de la que se conserva un asentamiento en muy mal estado debido a la erosión (los Barreros) y, desde allí, fue descendiendo poco a poco hasta la actual posición.
Durante la dominación romana la población fue lugar de paso desde Abenójar y Saceruela hacia Garbayuela, donde se uniría a la vía Toledo-Mérida; de esta época se conservan algunos restos de cerámica común.
En la época visigótica el pueblo, como otras muchas zonas de la meseta debió sufrir una etapa de despoblación y no ha quedado ningún resto de la misma.
Es durante la ocupación árabe cuándo el nombre de Agudo (Acud) comienza a estar presente en varios documentos de límites:
Durante esta época, en toda la meseta tenemos constancia de la importancia que tuvo el comercio. Agudo se encuentra en un punto de paso en los caminos que van de Norte a Sur (Toledo-Córdoba) y en los que unen el Este y el Oeste (Levante-Extremadura).
En la actividad comercial se distinguen tres grupos en función de su importancia: tiendas, mercados y ferias. El primero estaba sujeto a una población, mientras que los otros dos generaban un gran movimiento de mercancías y personas. Son estos traslados y sus dificultades (los salteadores de caminos) lo que hace que se creen la Santa Hermandad y las "Compañías". Lo que más tarde fueron agrupaciones mercantiles, en un primer momento no son más que la asociación de varios mercaderes para realizar un viaje a través del país en compañía para poder defenderse mejor.
Durante la época de la Inquisición se abren numerosos procesos a conversos acusados de "judeizar", es decir, de mantener sus ritos judíos. Es esta abundante documentación la que nos permite conocer las andanzas de algunos antepasados:
En esta documentación también consta que había abundantes carniceros en toda la zona (Agudo, Almagro, Almodóvar del Campo, Argamasilla de Calatrava, etc.)
Esta época corresponde también al auge de los viajes al Nuevo Mundo y en una de estas expediciones hemos tropezado con otro agudeño:
Esta pequeña reseña la hemos recogido en la página web dedicada a la familia Villarreal: https://web.archive.org/web/20051211154605/http://members.aol.com/daniel5822/Welcome.html, una web creada por los sucesores americanos de esta saga.
Repasando algunas informaciones sobre Almadén, hemos encontrado una nueva referencia a un agudeño:
Durante gran parte de los siglos XVI y XVII la explotación de las minas estaba en manos de los Fugger, en pago de la deuda que la Corona mantenía con estos banqueros (en 1563, según la Historia de las Minas de Almadén de A. Mantilla, esta deuda ascendía a 2.975.797 ducados). En 1593, por orden de Felipe II, llega a Almadén el contador Mateo Alemán para realizar un informe sobre el funcionamiento de la mina. Durante varios días el Juez Visitador toma declaración a varios de los trabajadores. El día 9 de febrero es el turno del forzado Miguel de Aldea: "Y este que declara vio que a Juan Guixarro (al margen 'a Juan Guijarro') capataz que fue en la dicha hacienda y lo es al presente porque estándose concertando con unos hombres para que sacasen ciertas cenizas del horno donde se cuecen los dichos metales de donde se saca el azogue y hallándose presentes al dicho concierto Bartolomé Sarcero vecino de Agudo forzado que fue en la dicha fábrica y Juan Sevillano asimismo forzado de la dicha fábrica a quien éste que declara ha oído decir que mataron en Zaragoza y pareciéndoles los susodichos forzados que los hombres que querían sacar las dichas cenizas habían pedido precios moderados dijeron al dicho capataz que no pedían mucho por sacar las dichas cenizas y el dicho capataz se movió contra ellos con enojo y cólera y despidió a los dichos hombres con quien se concertaba e hizo que los dichos Bartolomé Sarcero y Juan Sevillano forzados entrasen luego en el dicho horno estando caliente y sacasen las dichas cenizas de manera que de ello les sucedió grave enfermedad porque se les abrasaron las bocas y estuvieron muy malos de la dicha ocasión."
El abogado y poeta Juan de Mestanza, gran amigo de Cervantes y encomendero en Guatemala, también nació en Agudo.
A principios del XIX (1811) la ermita de Nuestra Señora de la Estrella sirvió para tomar juramento a la recién creada Junta de Subsidios; el General Castaños, al mando del Quinto Ejército se enfrenta a las tropas napoleónicas, que poco a poco se acercan a la población y obligan a huir al ejército. En ella murió desterrado desde Ciudad Real el sacerdote afrancesado e historiador Sebastián de Almenara, en 1811. Años después (1836) el General Rodil (Ministro de la Guerra) marcha de Saceruela a Agudo para plantar cara a las Partidas Carlistas que llegaron a tomar Almadén.
Durante la Guerra Civil, Agudo, como toda la provincia de Ciudad Real, forma parte de la retaguardia y la sufre en los últimos meses de la guerra y, sobre todo, en los años siguientes; debido a la actuación tanto de las partidas de guerrilleros como de la contrapartida.
Como muchas de las poblaciones cercanas, en la segunda mitad del siglo XX se producen emigraciones masivas de la población local hacia las grandes ciudades industriales de España.
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