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Kenia



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Kenia, oficialmente la República de Kenia (en suajili: Jamhuri ya Kenya; en inglés, Republic of Kenya), es un país del este africano, que tiene fronteras con Etiopía al norte, Somalia al este, Tanzania al sur, Uganda al oeste y Sudán del Sur al noroeste, con el océano Índico bañando su costa sureste. El lago Victoria está situado al suroeste y está compartido con Uganda y Tanzania. Su capital es Nairobi. El país se extiende sobre 580 367 km² de superficie[2]​ y su población es de 46 millones de habitantes,[4]​ con gente de numerosas culturas y orígenes. El nombre del país se debe al monte Kenia, un lugar tradicional del país y la segunda montaña más alta de África. Kenia también es conocida por su biodiversidad. El país tiene 47 distritos, cada uno de ellos con un gobierno semiautónomo respecto al gobierno central de Nairobi. Geográficamente, Kenia se divide en varias áreas con una demografía muy variable, existiendo zonas de sabanas, áridas y semiáridas, además de una gran costa con el océano Índico. Las regiones centrales y el occidente tienen bosques y montañas, mientras que las regiones del norte son más áridas. Como parte del Este de África, Kenia ha sido hogar del hombre desde el Paleolítico Inferior. La expansión bantú alcanzó el área en el primer milenio antes de nuestra era, y los límites del estado moderno comprenden los pasos de las áreas lingüísticas y culturales del Nilo-Sahariana, la afro-asiática y la bantú, por lo que Kenia ha sido un país multiétnico desde sus orígenes. La presencia europea y árabe en Mombasa se remonta a los principios de la Edad Moderna, pero la exploración del interior comenzó en el siglo XIX. El Imperio británico estableció el Protectorado del Este de África en 1895, conocido como la Colonia de Kenia desde 1920. La República Independiente de Kenia se estableció en 1963.

La capital de Kenia, Nairobi, es una ciudad de gran importancia comercial en África. La economía de Kenia es además la de mayor producto interno bruto de la región Este y Central de África. El país ha sido productor tradicional de té y café, y más recientemente se ha dedicado a la exportación de flor cortada a Europa. Cada vez más Kenia se está dedicando a la industria de las telecomunicaciones. Kenia es también una potencia mundial en el deporte, dando los mejores atletas como el campeón Paul Tergat y más recientemente David Rudisha.

El país toma su nombre del monte Kenia, la cumbre más alta del país. El nombre significa "montaña luminosa" en una de las lenguas locales. El topónimo original en suajili es Kenya, término que es utilizado a nivel estatal en todas las lenguas extranjeras, como sucede con los textos en español de algunas organizaciones internacionales, como las Naciones Unidas. No obstante, el topónimo prescrito para el idioma español es la forma adaptada a la ortografía española, "Kenia".[5]

En suajili el dígrafo ny tiene el valor de la letra ñ en castellano. La Enciclopedia Espasa, en su suplemento 1961-1962, páginas 800 a 802, utilizó la forma Keña (gentilicio keñano),[6]​ más acordes a la pronunciación que utilizan los keniatas. Su deformación a "Kenia" probablemente provenga de la escritura inglesa, Kenya, la misma que se utiliza en los diccionarios para facilitar la pronunciación de la ñ. Estas formas no han tenido continuidad de uso en el español moderno debido a la escasa comunicación entre la gente del oriente de África con las grandes corrientes hispanoparlantes.

El gentilicio mayoritario y recomendado es keniano; no obstante, también se utiliza la forma keniata.

Algunos fósiles encontrados al este de África sugieren que protohumanos rondaron el área de la actual Kenia más de veinte millones de años atrás. Hallazgos recientes en las cercanías del lago Turkana indican que homínidos como el Homo habilis y el Homo erectus habitaron en el territorio más de 2,6 millones de años atrás.

Los swahili convirtieron Mombasa en una importante ciudad portuaria y establecieron vínculos comerciales con otras ciudades-estado cercanas, así como con centros comerciales en Persia, Arabia e incluso la India. [7]​ En el siglo XV, el viajero portugués Duarte Barbosa afirmó que "Mombasa es un lugar de gran tráfico y tiene un buen puerto en el que siempre hay amarradas pequeñas embarcaciones de muchos tipos y también grandes barcos, ambos con destino a Sofala y otros que proceden de Cambay y Melinde y otros que navegan hasta la isla de Zanzíbar ".

La presencia de Portugal durante dos siglos estuvo garantizada mediante la obtención de bases navales por la fuerza y ​​mediante acuerdos de alianza con los señores locales que debían pagar impuestos o comerciar exclusivamente con los portugueses. Estos Territorios se convirtieron en vasallos del rey de Portugal, pero mantuvieron su grado de autonomía manteniendo su propio rey [8]​. Fue solo más tarde que los colonos comenzaron a llegar y finalmente se mezclaron con los lugareños. Las alianzas con los líderes locales permitieron, por un lado, garantizar la seguridad de un territorio, así como la fluidez del oficio que interesaba. Pero no todas las tribus fueron siempre amigas, [9][10]​como se vio en 1589, 1610, 1612 donde algunas rebeliones obligaron a los portugueses a luchar con la ayuda de otras alianzas tribales [11]​. Este fue el caso de la llamada tribu caníbal de Zimba que atacó a los portugueses en Malindi pero fue derrotada en el sur con la ayuda de tropas de la tribu Mosseguejos. Las alianzas fueron, sin embargo, muy volátiles, al sur en Mombasa la ciudad fue atacada por los Mussungualos en 1610, los mismos que se aliarían con los portugueses en el asedio de Omanitas de 1696 [12]​.

Más tarde, en 1698, y en 1730, la costa swahili fue definitivamente conquistada a los portugueses y quedó bajo el dominio directo de los árabes omaníes, quienes expandieron el comercio de esclavos para satisfacer las demandas de las plantaciones en Omán y Zanzíbar. [13]​ Inicialmente, estos comerciantes procedían principalmente de Omán, pero luego muchos vinieron de Zanzíbar (como Tippu Tip). [14]

A lo largo de los siglos, la costa de Kenia ha acogido a muchos comerciantes y exploradores. Entre las ciudades que bordean la costa de Kenia se encuentra la ciudad de Malindi. Ha sido un asentamiento swahili importante desde el siglo XIV y alguna vez rivalizó con Mombasa por el dominio en la región africana de los Grandes Lagos. Malindi ha sido tradicionalmente una ciudad portuaria amiga de las potencias extranjeras. Las autoridades de Malindi también dieron la bienvenida al explorador portugués Vasco da Gama en 1497.

Solo en finales del siglo XIX, la historia colonial de Kenia empieza con el establecimiento de un protectorado alemán sobre las posesiones costeras del sultán de Zanzíbar en 1885, seguido por la llegada de la Compañía Británica de África Oriental en 1888. La incipiente rivalidad imperial terminó cuando Alemania otorgó sus posesiones costeras a Gran Bretaña en 1890, a condición de que esta respetase su dominio sobre sus recientemente adquiridas posesiones en la actual Tanzania.

Siguiendo el modelo de Sudáfrica, en 1915 la administración colonial británica impuso la obligación a todos los negros mayores de quince años de edad de llevar un certificado permanente en el cuello que probara su identidad y uso. En 1920, el gobernador elevó el impuesto per cápita para obligar a los kikuyu a unirse a los colonos como trabajadores agrícolas y así poder pagar. Sin embargo, cuando en 1921 los colonos redujeron los salarios de los trabajadores indígenas en un tercio, estallaron manifestaciones y huelgas. El 16 de marzo, 57 manifestantes fueron asesinados a tiros y los líderes de las asociaciones nacionalistas fueron detenidos y deportados.[15]

A partir de octubre de 1952 y hasta diciembre de 1959, Kenia se mantuvo en un estado de emergencia latente como consecuencia de la rebelión en contra del dominio británico. La guerra dejó un saldo de 100 000 muertos y 320 000 prisioneros (civiles y rebeldes).[15]

Las primeras elecciones directas de africanos para el Consejo Legislativo se llevaron a cabo en 1957. A pesar de las esperanzas británicas de otorgar el mando de la nación a un grupo de líderes africanos "moderados", fue la Kenya African National Union (KANU, Unión Nacional Africana de Kenia) de Jomo Kenyatta la fuerza política que formó el primer gobierno luego de la independencia de Kenia el 12 de diciembre de 1963. Kenyatta se convirtió en el máximo dirigente del país en un principio como primer ministro y, a partir de 1964, cuando Kenia se convirtió en república, como primer presidente de la República.

Kenyatta Introduce un régimen de partido único. El presidente practicó una política autoritaria y clientelista para asegurar la unidad nacional. Sin embargo, según el historiador británico John Lonsdale, Kenyatta perpetúa la herencia colonial que «instituye un Estado y no una nación». Su poder reposa sobre «un feudalismo étnico [...] con su contrato desigual de vasallaje»[16]

Kenia se convirtió en república en el 12 de diciembre de 1963,[17]​ siendo Kenyatta su primer presidente. Procuró mantener unas cordiales relaciones con los países vecinos aunque esto fue difícil en ocasiones, en especial con el régimen de Idi Amin Dada en Uganda. En 1967 se creó la Comunidad Africana Oriental, una unión económica de los tres países, considerada como un primer paso para la unificación política; esta intención desapareció progresivamente, aunque a comienzos de la década de los ochenta los miembros de la antigua comunidad consideraron su restablecimiento.

La política moderada y estable del gobierno de Kenyatta atrajo a un gran número de inversores extranjeros; se estableció una nueva área industrial cerca de Thika, y se modernizó la zona central de Nairobi. La industria del turismo, fundamentada en las grandes reservas nacionales de fauna salvaje, se expandió rápidamente para convertirse en la fuente más importante de entrada de divisas. Kenyatta fue reconocido a la hora de su muerte en 1978 como Mzee, (el viejo brujo), no solo por su propio pueblo sino por una amplia serie de dirigentes mundiales.

Los temores ante una posible guerra civil entre los grupos luo y kikuyu tras la muerte de Kenyatta resultaron infundados y su sucesor, Daniel Arap Moi, miembro de la tribu kalenjin, al principio mantuvo la moderación política y económica de su antecesor. Sin embargo, en junio de 1982, convirtió oficialmente a Kenia en un Estado de partido único. Dos meses más tarde, las tropas leales aplastaron un intento de golpe de Estado por parte de 1000 miembros de la fuerza aérea y estudiantes universitarios.[18]

Según avanzaba la década de los ochenta, el gobierno se enfrentó a una corriente creciente de críticas desde dentro y fuera del país. Muchos de los dirigentes críticos de Moi fueron encarcelados. A finales de 1991 las principales instituciones financieras internacionales y varios gobiernos occidentales suspendieron su ayuda económica, como una forma de forzar al gobierno de Moi a realizar reformas políticas y económicas.

Los partidos de la oposición fueron legalizados más tarde y el 26 de diciembre de 1992 se celebraron las primeras elecciones multipartidistas de Kenia. Moi y el Kanu fueron reelegidos con una cómoda mayoría. Sin embargo, la elección (en la que todas las partes capitalizaban las fidelidades tribales) provocó un torrente de violencia étnica, principalmente dirigida contra los kikuyu en el poder, decenas de miles de personas fueron desplazadas de sus hogares y cientos asesinados hacia la mitad de la década.

Al mismo tiempo, el gobierno continuó hostigando a los grupos de la oposición y se introdujeron duras reformas económicas ante la insistencia de las organizaciones financieras internacionales dirigidas a luchar contra la corrupción, pero provocaron una inflación vertiginosa, el incremento del desempleo y severas restricciones en los servicios públicos.

En agosto de 1997 estallaron de nuevo graves conflictos de carácter étnico en el país, y en noviembre el presidente Moi disolvió el Parlamento como paso previo a la celebración de elecciones un mes después, fecha en la que concluía su mandato quinquenal, tras dos décadas en el poder.

En septiembre de ese año el presidente había pactado con algunos sectores de la oposición, tras las marchas y manifestaciones en demanda de una mayor democratización del país, ciertas reformas constitucionales mediante las que quedaban derogadas varias disposiciones de época colonial que prohibían la participación electoral de los grupos opositores. Estos grupos se presentaron divididos a los comicios, por lo que Moi fue reelegido presidente en diciembre.

Las elecciones presidenciales y legislativas celebradas el 27 de diciembre de 2002 marcaron el fin de la hegemonía de Moi y de su partido. En las presidenciales, Emilio Mwai Kibaki, presentado por la opositora Coalición Nacional Arco Iris (Narc), logró el 62,3% de los votos y se impuso al candidato del Kamu, Uhuru Kenyatta, hijo del primer presidente del país, quien consiguió el 31,3%. Además, la Narc tendría mayoría absoluta en la nueva Asamblea Nacional gracias a sus 132 diputados. Tres días después, Kibaki sucedió de forma oficial a Moi en la presidencia.La etapa en el poder de Kibaki ha estado empañada por los escándalos de corrupción y por los violentos enfrentamientos debidos al proyecto de nueva constitución promovido por el presidente Kibaki, que fue rechazado en referéndum el 21 de noviembre de 2005. Este rechazo al proyecto de una nueva constitución que habría concedido amplios poderes al presidente, ha sido visto como un voto de castigo al propio Kibaki y la oposición ha reclamado la convocatoria de elecciones anticipadas.

En un referéndum celebrado el 21 de noviembre de 2005, los ciudadanos rechazaron el borrador de una nueva Constitución que había sido motivo de graves enfrentamientos hasta en el seno del propio gobierno. Dos días después, el presidente, que había apoyado el proyecto constitucional (en tanto que reforzaba los poderes del jefe del Estado), disolvió el gobierno, varios de cuyos integrantes se habían opuesto a la aprobación de esa nueva Carta Magna.

En los comicios desarrollados el 27 de diciembre de 2007, Kibaki obtuvo la reelección al recabar el 47% de los sufragios, por el 44% de Raila Odinga y el 9% de Kalonzo Musyoka. El triunfo de Kibaki, salpicado de acusaciones de fraude, generó graves disturbios y enfrentamientos entre grupos afines al presidente (principalmente vinculados a la etnia kikuyu) y opositores al oficialismo (pertenecientes, como Odinga, al grupo étnico luo).

La crisis (que había desencadenado una auténtica tragedia: aproximadamente 1500 personas muertas y casi medio millón de desplazadas) solo pareció llegar a su fin después de que, en febrero de 2008, Kibaki y Odinga alcanzaran un acuerdo para establecer un gobierno de coalición en el que el cargo de primer ministro (abolido desde 1964) sería para el líder del partido con mayor representación parlamentaria, en este caso, el Movimiento Democrático Naranja de Odinga, el cual se convirtió en jefe del gabinete el siguiente mes de abril.[19]

A partir de 2012 aumentaron las acciones de milicias islamistas en el norte, en cuyas acciones estaban apoyadas desde Somalia, entre otros por la milicia Al-Shabbaab. El incidente más grave fue el sangriento asalto al centro comercial Westgate al afectar a la capital Nairobi. Durante el 2014 los ataques se incrementaron, aumentando el número de víctimas[20]​ El máximo ataque yihadista, en la Universidad de Garissa, ocurrió el 2 de abril de 2015, dejando como saldo 147 personas muertas incluyendo a los cuatro terroristas que intervinieron (ataque yihadista en la Universidad de Garissa). El 26 de octubre de 2016 hubo un atentado terrorista perpetrado por la banda terrorista Al-Shabbaab hacia un hotel cercano a la frontera con Somalia mediante una explosión de coche bomba.

Desde la constitución de 1991, el país se rige por un sistema de democracia multipartidaria. A pesar de ello, el antiguo partido único, la Kenya African National Union (KANU, Unión Nacional Africana de Kenia), continuó siendo el partido mayoritario bajo la dirección de Daniel Arap Moi hasta las elecciones presidenciales de 2002, en las que una amplia coalición de fuerzas de la oposición, bajo la dirección de Mwai Kibaki, derrotó a la KANU. El gobierno del presidente Kibaki prometió la redacción de una nueva constitución que limitaría los poderes del presidente. El debate sobre la nueva constitución desencadenó tensiones entre los miembros de la coalición, y disturbios violentos en el país entre los años 2004 y 2005. El proyecto final de nueva constitución fue rechazado en referéndum el 21 de noviembre de 2005. Este resultado ha llevado a la oposición política a pedir la dimisión del presidente Kibaki y a exigir la convocatoria de elecciones anticipadas.

Las últimas elecciones generales se celebraron el 27 de diciembre de 2007. El presidente Kibaki, del Partido de Unidad Nacional, competía por la reelección contra el principal partido de la oposición, el Movimiento Democrático Naranja, que tenía como candidato a Raila Odinga. Al principio del recuento parecía que Odinga tenía una pequeña pero suficiente ventaja. Sin embargo, según fue terminando el recuento, Kibaki consiguió reducir la ventaja y al final imponerse en las elecciones. Las acusaciones de fraude en las elecciones (avaladas por los observadores europeos) condujeron a protestas en las calles y Odinga se llegó a proclamar el "Presidente del Pueblo", al tiempo que pedía un recuento y la renuncia de Mwai Kibaki.

El 18 de junio Odinga pidió el fin de las manifestaciones, al tiempo que llamaba a un boicot económico a las empresas cercanas al presidente Kibaki y pedía una huelga. El ministro de economía de Kenia estimó que el brote de violencia ha costado a Kenia 1000 millones de dólares.[21]

Tras las elecciones de agosto de 2017 el presidente es Uhuru Kenyatta, hijo de Jomo Kenyatta, padre fundador y primer presidente de Kenia.

En materia de derechos humanos, respecto a la pertenencia a los siete organismos de la Carta Internacional de Derechos Humanos, que incluyen al Comité de Derechos Humanos (HRC), Kenia ha firmado o ratificado:

Desde 2013, Kenia se divide en 47 condados, los cuales están dirigidos por un gobernador. Son las divisiones de primer orden de Kenia. Anteriormente, el país se organizaba en ocho provincias.

La división administrativa más pequeña corresponde a las localidades, las cuales suelen coincidir con los distritos electorales. Las localidades toman su nombre a partir de una población central. Las poblaciones más grandes cuentan con varias localidades. Cada localidad tiene un jefe, el cual es elegido por el estado.

Hay una división por distritos electorales, en las que cada condado suele contar con varios. En el 2010 se creó una comisión para hacer un análisis de los distritos electorales. Como conclusión, recomendó crear 80 nuevos distritos electorales. Antes de las elecciones del 2013, había 210 distritos electorales en Kenia.[32]

Kenia se encuentra situada en el este de África, en las costas del océano Índico. Limita al norte con Sudán del Sur y Etiopía, al noreste con Somalia, al oeste con Uganda, al sur con Tanzania y al este con el océano Índico.

Se distinguen cuatro zonas geográficamente diferenciadas: la meseta central dominada por el valle del Rift que la atraviesa de norte a sur, desde el lago Turkana hasta el lago Magadí; la meseta occidental, donde se encuentran el lago Victoria, el monte Elgon y los principales parques nacionales de Kenia; el cinturón litoral con 536 km de costas[2]​ y la zona semidesértica del noreste del país dominada por el desierto de Chalbi.

La superficie total de Kenia es de 580 367 km²,[2]​ y cuenta con 536 km de costa en el Índico.[2]​ El clima es de tipo tropical en la costa y árido en el interior.

El monte Kenia, que da nombre al país, se encuentra en el centro del territorio, al norte de Nairobi, y es la cumbre más alta del país y la segunda de África, tras el Kilimanjaro. Este último está también parcialmente en Kenia, si bien su cumbre más alta se encuentra en su totalidad en el territorio de Tanzania.

La hidrografía está formada principalmente por los numerosos lagos existentes (Victoria, Turkana, Baringo, Nakuru, Hannington, etc.). Cuenta además con dos ríos importantes: el Tana, de 800 km de longitud, y el río Athi-Galana, de 560 km.

El turismo es la principal fuente de ingresos, aunque tiene la industria más diversificada de África Oriental. En cultivos (30% del PIB) se destacan el café y el té. El principal puerto del país es Mombasa.

La Unión Europea es el principal socio comercial de Kenia.

Según los estudios sobre el IDH del 2006 era el país donde hay menor diferenciación de salario entre sexos (0,83).

La mayor parte del suministro de electricidad de Kenia proviene de centrales hidroeléctricas en las presas a lo largo de la parte alta del río Tana, así como también de la garganta Turkwel en el oeste.

Una planta a petróleo en la costa, las instalaciones geotérmicas en Olkaria (cerca de Nairobi), y la electricidad importados de Uganda, cumplen el resto de la demanda. La capacidad eléctrica de Kenia llegó a 1142 megavatios al año entre 2001 y 2003.

La empresa estatal Kenya Electricity Generating Company (KenGen), establecida en 1997 bajo el nombre de Kenya Power Company, se encarga de la generación de electricidad, mientras que Kenya Power and Lighting Company (KPLC), que está en vías de privatización, se ocupa de la transmisión y distribución.

El déficit de electricidad se produce periódicamente, debido a las sequías que reducen el flujo de los ríos para las hidroeléctricas. Para llegar a disponer de la energía suficiente, Kenia tiene planeada la creación de una central nuclear para el año 2020.

Pese a varias décadas de exploración, aún no se ha encontrado reservas de hidrocarburos en Kenia. Kenia importa actualmente todos sus requerimientos de petróleo. Las cuentas de petróleo ascienden al 25% de la factura de las importaciones nacionales.

El sector de servicios, que aporta aproximadamente el 63% del PIB, está dominado principalmente por el turismo. Este ha mostrado un crecimiento constante durante casi todos los años desde la independencia, llegando a ser durante la década de 1980 la principal fuente de divisas para el país.

Los turistas, principalmente británicos y alemanes, son atraídos por las playas y las zonas de reservas de caza, en particular, por el parque nacional de Tsavo (20 808 kilómetros cuadrados) en el sureste del país, el cual, cuenta con muchas especies representativas del continente como lo son el elefante, la cebra, el leon, entre otros grandes mamíferos y especies africanas, que aportan al turismo local. Este turismo ha ayudado en la recuperación económica que ha sufrido el país durante los últimos años.

El turismo es actualmente la mayor fuente de divisas extranjeras de Kenia, seguido por las flores, el té y el café. En 2006 el turismo generó 803 millones de dólares en contraste a los 699 millones de dólares del año anterior.

A pesar de que Kenia es el país más desarrollado industrialmente de la región oriental de África, el sector sigue representando solo el 14% de Producto Interno Bruto (PIB).

La actividad industrial, concentrada en torno a los tres principales centros urbanos: Nairobi, Mombasa y Kisumu, está dominada por las industrias alimentaria como la molienda de cereales, la producción de cerveza y el procesamiento de caña de azúcar, además de la fabricación de bienes de consumo, como por ejemplo, vehículos.

Existe además un rápido crecimiento en la industria dedicada a la producción de cemento. Kenia tiene una refinería de petróleo que procesa el petróleo importado para la creación de productos destinados al mercado doméstico.

Al año 2017, Kenia tiene una población de 49,699.86 habitantes según datos del Banco Mundial.[33]​ Los idiomas oficiales son el inglés y el suajili. A lo largo de la costa es hablado el italiano. La esperanza de vida es de 67 años. El promedio de hijos por mujer es de 4,82. El 85,1% de la población está alfabetizada.

Kenia es un país de gran diversidad étnica. La tensión entre las distintas etnias ha sido una de las principales fuentes de conflictos en el país. A comienzos de los años 1990, disturbios interétnicos provocaron la muerte de miles de personas y dejaron a decenas de miles sin hogar. Fue precisamente esta división étnica la que permitió al antiguo presidente Daniel Arap Moi, en el poder de 1978 a 2002, mantenerse gobernando durante cuatro mandatos consecutivos.

Los grupos étnicos son kĩkũyũ 22%, luhya 14%, luo 13%, kalenjin 15%, kamba 11%, kisii 6%, meru 6%, otros grupos africanos 12%, no africanos (asiáticos, europeos y árabes) 1%. Las minorías europeas y asiáticas están concentradas principalmente en Nairobi, mientras que la minoría árabe está asentada sobre todo en Mombasa.

Evolución demográfica[34]

La mayoría de su población es cristiana, el 45% se identifica como protestante, en este caso existen comunidades anglicanas, luteranas, presbiterianas, metodistas, evangélicas y asambleas de Dios, le siguen los católicos con el 33%. Los Testigos de Jehová también están presentes en Kenia desde 1931 y cuentan actualmente con más de 28.000 ministros. Los musulmanes representan el 10% y las religiones tradicionales el 10%. Otras religiones incluyen el hinduismo, el jainismo y la fe bahá'í (2%).1​2​ Budismo 0.3 %, otras religiones 2 %.

Nota: La gran mayoría de los kenianos profesa la religión cristiana, sin embargo las estimaciones del porcentaje de la población que se adhiere al islamismo o a creencias locales admite grandes variaciones.

El catolicismo fue llevado por primera vez a Kenia en el siglo XV por los portugueses, y fue difundido rápidamente durante el siglo XX por los misioneros. Hoy en día, las principales denominaciones cristianas en Kenia son las confesiones protestantes, que representan aproximadamente el 47,4% de la composición religiosa del país. Incluyen la Iglesia Anglicana de Kenia, la Iglesia Interior de África y las iglesias Presbiteriana, Reformada, Metodista, Bautista, Luterana y Pentecostal. Kenia tiene, con mucho, el mayor número de cuáqueros de cualquier país del mundo, con alrededor de 146 300 miembros.[cita requerida] La iglesia católica representa el 23,3% de la población.

La Iglesia Ortodoxa del Este tiene más de 650 000 miembros en Kenia (2010), lo que la convierte en la tercera iglesia ortodoxa más grande del África subsahariana (después de la Iglesia Ortodoxa Tewahedo Ortodoxa Oriental y la Iglesia Ortodoxa Tewahedo Eritrea ). En 2016 se crearon dos nuevas diócesis dentro de la Arquidiócesis Ortodoxa de Kenia, a saber, la Diócesis de Nyeri y el Monte Kenia, así como la Diócesis de Kisumu y Kenia Occidental, ambas pertenecientes a la Arquidiócesis de Nairobi, que desde 2001 está presidida por el Arzobispo Makarios (Tillyrides).

Otros movimientos estadísticamente significativos, no católicos y no protestantes, incluyen la Iglesia Nueva Apostólica , la Iglesia Adventista del Séptimo Día , los Testigos de Jehová , la Iglesia Pentecostal Unida Internacional y el Branhamismo . Los grupos no protestantes y no católicos constituyen aproximadamente el 11,8% de la población.

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días tiene más de 10,000 miembros en 39 congregaciones en Kenia. También tienen 2 centros de historia familiar en Kenia y un centro de recursos de empleo en Nairobi. Un estudio de 2015 estima que unos 70,000 creyentes cristianos de origen musulmán en el país, la mayoría de ellos pertenecen a algún tipo de protestantismo.

La cultura de Kenia es muy diversa, dadas las enormes diferencias entre los distintos grupos étnicos que conviven en el país. La influencia de la colonización británica se manifiesta sobre todo en el uso extendido de la lengua inglesa en los ámbitos tanto comercial como cultural. De hecho, a diferencia de la vecina Tanzania, la mayoría de los kenianos que tienen al suajili como lengua materna, hablan también con fluidez el inglés.

La mayor parte de la literatura keniana está escrita en inglés, si bien algunos autores, como Rocha Chimera, han hecho del suajili su lengua literaria. Ngugi wa Thiongo comenzó escribiendo en inglés, pero en la actualidad escribe principalmente en kikuyu. Otros escritores importantes, en inglés, son Meja Mwangi, M. G. Vassanji, Grace Ogot, Wahome Muthahi y Binyavanga Wainana, ganador del premio Caine del año 2002.

Ostenta tener la tumba de Baden-Powell, fundador del escultismo mundial.

El deporte de Kenia es reconocido mundialmente por su dominio en las pruebas atléticas de fondo, en las cuales Kenia ha producido campeones de los Juegos Olímpicos y de los Juegos de la Mancomunidad en las distancias de 800 m, 1500 m, 3000 m obstáculos, 5000 m, 10 000 m y en las pruebas de maratón.

Los atletas kenianos mantienen un poco el dominio hoy en día, debido a los progresos de Marruecos y Etiopía. Entre los atletas kenianos más destacados podemos mencionar a Catherine Ndereba, quien ganó cuatro veces la maratón de Boston; a Eliud Kipchoge, poseedor de la mejor marca mundial en la prueba de maratón y el primer hombre en correr una en menos de dos horas; David Rudisha,medallista olímpico y récord mundial en los 800 metros planos y a John Ngugi, cinco veces campeón del mundo de cross y campeón olímpico en Seúl 1988.

El ciclista británico Chris Froome es nativo de Kenia, y hasta el año 2008 representó al país.



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