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Palacio de Saint-Cloud



El palacio o castillo de Saint-Cloud (en francés, Château de Saint-Cloud) fue una residencia imperial y real situada en la comuna de Saint-Cloud, en las afueras de París.

Construido a mediados del siglo XVII para el duque de Orléans, hermano de Luis XIV, el castillo y la propiedad circundante se mantuvo en la casa de Orléans hasta que en 1783 fue adquirido por la Corona Francesa. Ni Luis XVI ni su esposa la reina María Antonieta gozaron, sin embargo, demasiado del castillo, a causa del estallido de la Revolución Francesa. A partir del reinado de Napoléon I, Saint Cloud se convirtió en la más importante residencia secundaria de los monarcas franceses, por tal hecho recibió el sobrenombre de "Tuileries bis" (en referencia a la residencia principal, las Tullerías).

En el contexto de la Guerra Franco-prusiana, el palacio fue incendiado accidentalmente a causa de un obús francés. En 1892, el nuevo régimen republicano decidió demoler sus ruinas. Actualmente, del palacio solo se conservan los antiguos jardines y el parque, denominados Domaine National de Saint-Cloud.

Aproximadamente en 1570, la reina Catalina de Médicis ofreció a un banquero miembro de la familia florentina Gondi una mansión en la pequeña comuna Saint-Cloud. A partir de dicha mansión, Jérôme de Gondi edificó un palacio en forma de "L" bordeado por una terraza con vistas al río Sena.

En 1589, durante el periodo de las Guerras de religión de Francia, el rey Enrique III estableció su cuartel general en el palacio para dirigir el sitio de París, ciudad entonces dominada por los partidarios de la Liga Católica. El monje Jacques Clément, enviado por la Liga, consiguió una audiencia privada con el rey y logró asesinarle el 1 de agosto de 1589. El heredero, el protestante Enrique IV Borbón fue proclamado rey en el mismo palacio.

En 1655, los Gondi vendieron la propiedad a un financiero de origen alemán Barthélemy Hervart, superintendente de finanzas del reino.

En 1658, el cardenal Mazarino adquirió, en nombre del rey Luis XIV, el castillo para el Felipe de Francia, duque de Orleans, hermano del monarca. En un principio, las intervenciones de Monsieur se centraron en la adquisición de las propiedades circundantes y en el remozamiento de los jardines. De 1660 a 1665, Antoine Le Pautre edificó uno de los elementos más monumentales del parque, la Grande Cascade, una monumental construcción en piedra repleta de esculturas y fuentes de distintos tipos.

Lugar de fiestas y celebraciones, también en Saint-Cloud se produjo la agonizante muerte de la primera esposa del Duque, Enriqueta de Inglaterra, que falleció después de una larga agonía el 30 de junio de 1670. Un año después, Monsieur se casó con la hija del Elector Palatino. "Madame Palatine", como se la llamó, pasaría a la historia por sus ácidas cartas sobre la corte de Luis XIV.

En 1677, Monsieur decidió que ya había llegado el momento de remozar la vieja y ecléctica mansión de los Gondi. Ese mismo año se edificó una nueva ala, la Aile du Midi (el ala Sur) obra de Le Pautre, tres años después se erigió un ala paralela y un corp de logis. Desde entonces, Saint-Cloud presentaría el típico esquema del château francés, con tres alas que flanqueaban una cour d'honneur. Jules Hardouin Mansart realizó la última aportación al castillo en 1687-1688, edificando un pórtico en la Aile du Midi, y una suntuosa escalinata de acceso en la misma.

Paralelamente, la decoración de la residencia de campo de Monsieur (su residencia principal era el Palais Royal) corrió a cargo de Pierre Mignard, el gran rival de Charles Le Brun, decorador de Versalles. Precisamente Mignard creó la estancia más suntuosa del palacio, la Galería de Apolo (Galerie d'Apollon), que rivalizaba en esplendor con la galería de Versalles. Asimismo, tanto Monsieur como Madame fueron ávidos coleccionistas y el palacio se llenó de objets d'art: porcelanas, objetos orientales y esculturas, además de pinturas de Le Brun, Mignard, Nocret, Coypel o Rousseau. El propio Luis XIV, que se alojó en el palacio en varias ocasiones, reconoció la magnificencia del edificio.

Monsieur tampoco descuidó los jardines, llamando al célebre paisajista André Le Nôtre y, al ya citado, Mansart. Los dos tuvieron la difícil tarea de construir un jardín a la francesa, jardin à la française, en un terreno triangular y en pendiente. Las fuentes, parterres y jets d'eau (surtidores de agua), aún conservados, son prueba de su éxito.

El 19 de junio de 1701, Monsieur fallecía en su preciado palacio de Saint-Cloud.

La cour d'honneur del nuevo castillo.

La Gallerie d'Apollon en 1860.

La Grande Cascade.

El parque de Saint-Cloud en 1675.

Tras la muerte de Monsieur, su viuda, Madame Palatine, continuó residiendo en el palacio, convirtiéndose en una de sus residencias favoritas. En St-cloud llevó Madame una existencia retirada, donde dio rienda suelta a su pasión por el coleccionismo de obras de arte, antigüedades y libros.

Entre 1715 y 1723, el nuevo Duque de Orleans, regente de Francia durante la minoría de edad de Luis XV, poco uso hizo de la propiedad, cediéndola a su madre, aunque se rumoreó, que al igual que en el Palais Royal, el Regente celebraba orgías en algún pabellón del parque.

Bajo el duque Luis de Orleans se procedió a la renovación de algunas partes del jardín y nuevos pabellones fueron erigidos. A partir de 1742, el duque, profundamente piadoso, se retiró a una abadía y su hijo Luis Felipe se convirtió en administrador de la propiedad.

Años más tarde, el propio Luis Felipe, casado morganáticamente con la Marquesa de Montesson, renunció a visitar sus residencias oficiales (el Palais-Royal y Saint-Cloud), ya que, dada la disparidad de rango entre los esposos, el protocolo siempre resultaba engorroso.

En 1785, la reina María Antonieta adquirió la propiedad en nombre de su hijo, el Duque de Normandía, por la suma de 6 millones de libras.

María Antonieta adquirió St-Cloud por su proximidad a París, en Versalles siempre se había sentido aislada, y porque era un château de tamaño mediano y rodeado de un amplio parque. Fue el ministro de finanzas Calonne el que facilitó la adquisición de la propiedad en un intento de ganarse el favor de la Corte. Al ser propiedad en usufructo de la Reina, el palacio permanecía bajo su administración, los criados llevaban su librea y no la del Rey. El escándalo no tardó en estallar cuando se vieron los carteles "De par de la Reine" (Por orden de la Reina) en las verjas del palacio, se consideró impropio que la Reina de Francia tuviera un castillo en propiedad.[1]

En un primer momento, la soberana se contentó con un pequeño aposento en la planta baja que se amuebló con muebles de otras residencias reales. Sin embargo, a partir de 1786, se empezaron a efectuar radicales transformaciones de la mano de Richard Mique, arquitecto de cabecera de la reina. Los aposentos del Rey y de la Reina se instalaron en la Aile de Midi, donde fueron creadas cómodas habitaciones decoradas en estilo Luis XVI. Para remarcar que la reina era la dueña del lugar, sus aposentos daban a la cour d'honneur, mientras que los del Rey quedaban relegados al lado del jardín. Una nueva escalinata privada decorada con bajorrelieves de Clodion fue añadida para servir de acceso a dichos aposentos. El appartement de parade de época de Luis XIV en el corps de logis fue conservado, pero la vieja capilla fue transformada en la nueva escalinata principal. La fachada trasera del corps de logis, que daba al Jardin de la Orangerie, fue adelantada varios metros para permitir la creación de unos aposentos para los fils de France. Las nuevas estancias recibieron un suntuoso mobiliario de Adam Weisweiler y Georges Jacob.

En la primavera de 1788, el palacio estaba listo para acoger a la Familia Real. Con la Revolución Francesa y la instauración de la monarquía constitucional, Saint-Cloud se convirtió en la residencia oficial de verano, siendo las Tullerías la de invierno, sentando, por lo tanto, el precedente para el siglo XIX. En verano de 1790, el Rey y la Reina se entrevistaron secretamente en el palacio con el Conde de Mirabeau, líder revolucionario.

Tras la caída de la monarquía en 1792 y la instauración del Terror, el palacio fue nacionalizado y su mobiliario vendido, sin embargo, Saint-Cloud no corrió la misma surte que los cercanos castillos de Meudon o Bellevue, que fueron demolidos y sus terrenos parcelados. Durante el Directorio, tanto el palacio como el parque permanecieron abiertos al público.

En 1799, se produjo en Saint-Cloud el último acto de la Revolución Francesa. El 17 de brumario (8 de noviembre), el Consejo de los Ancianos y el Consejo de los Quinientos se instalaron en Saint-Cloud (en la Galerie d'Apollon y la Orangerie respectivamente) bajo la amenaza de una conspiración en París. Al día siguiente (18 de brumario) el general Napoléon Bonaparte dio un golpe de estado, secuestrando a ambas asambleas e instaurando el régimen del Consulado.

Una vez instalado en las Tullerías, el nuevo Primer Cónsul Bonaparte buscó una residencia secundaria para pasar los meses cálidos del año. Como el Castillo de Malmaison pronto se mostró excesivamente exiguo, se decidió usar Saint-Cloud, que no solo se encontraba en bastante buen estado sino, además, a un tiro de piedra de la capital. Napoléon se instaló en la parte trasera del corps de logis, en unos aposentos que daban a la orangerie y que le permitían un acceso directo al jardín. Por su parte, la "consulesa" Josefina de Beauharnais tomó posesión de toda la Aile du Midi, los antiguos appartements de Luis XVI y María Antonieta.

El 18 de mayo de 1804, Napoléon fue proclamado "Emperador de los franceses" en la Galerie d'Apollon de Saint-Cloud. La coronación se produciría el diciembre del mismo año en Notre-Dame. La Galerie d'Apollon también fue el escenario (el 1 de abril de 1810) de la boda civil entre el Emperador y la archiduquesa María Luisa. El hijo de ambos, el Rey de Roma, fue bautizado en el castillo en junio de 1811.

No obstante, Saint-Cloud también fue testigo del hundimiento del Imperio Francés: el 3 de julio de 1815 el Mariscal Davout signó la capitulación de París, dando fin a los Cien Días y a la epopeya napoleónica.

Golpe de estado del 18 de Brumario en la Orangerie de Saint-Cloud.

Napoléon proclamado emperador en la Galerie d'Apollon.

Napoléon con su hijo y sus sobrinos en las terrazas del castillo.

Mobiliario para el boudoir (tocador) de Josefina, hoy en Malmaison.

Un vez restaurado en el trono, Luis XVIII se instaló en el appartement de Napoléon cara a la orangerie y, como en las Tullerías, se limitó a eliminar los antiguos emblemas imperiales de la decoración. A partir de 1823, se empezó a ajardinar la parte superior de la colina, al norte del palacio. El nuevo Jardín del Trocadero (Jardin du Trocadéro), en honor de la batalla homónima, se destinó a los paseos de los enfants de France y su gobernanta la Duquesa de Gontaut. Sus aposentos en el segundo piso se comunicaban directamente con el jardín a través de un puente suspendido.

La Familia Real residió principalmente en Saint-Cloud durante el verano.[2]​ La Duquesa de Berry, se ausentaba con frecuencia a causa de su pasión por viajar, por el contrario, en 1823, la Duquesa de Angulema compró la cercana propiedad de Villeneuve-l'Étang para que sirviera como su residencia privada. La estancia de la Familia Real en Saint-Cloud se caracterizó por su simplicidad y quietud, con la etiqueta reducida al mínimo, y lejos del torbellino de eventos y celebraciones que caracterizaron al régimen anterior.

En 25 de julio de 1830, Carlos X firmó en el palacio las Ordonnaces de Saint-Cloud, desatando la insurrección en París.[3]​ La Familia Real se vio obligada a trasladarse a Versalles y luego a Rambouillet, donde el monarca firmó su abdicación, abandonando el país poco después.

El castillo de Saint-Cloud en 1830.

Fachada trasera del corps de logis hacia la orangerie en 1860.

La Duquesa de Gontaut paseando con los fils de France.

Tras ser proclamado "Rey de los franceses" en agosto de 1830, Luis Felipe de Orleáns tardó más de medio año en habitar los antiguos palacios reales, prefiriendo sus residencias familiares: el Palais-Royal y el Château de Neuilly. Pero en 1831, el primer ministro Casimir Perier, deseoso de realzar el prestigio de la joven monarquía liberal, fomentó la instalación de la Familia Real en las Tullerías y el uso de Saint-Cloud durante los meses cálidos del año. Luis Felipe y su esposa, se instalaron en los antiguos aposentos de Luis XVI y María Antonieta en la Aile du Midi, el duque de Orléans lo hizo en el appartement de Napoléon/Carlos X cara a la orangerie. El resto de la Familia Real se distribuyó entre la planta baja y el segundo piso.

La Familia Real se alojó poco en Saint-Cloud, alrededor de tres o cuatro semanas al año, prefiriendo la residencia familiar de Neuilly o el Château d'Eu, cerca de la costa normanda.

No obstante, se realizaron importante trabajos en la propiedad: se construyeron nuevos establos, se restauraron las fuentes del parque y la Grande Cascade. El interior del castillo también fue remozado, se establecieron nuevos pasillos para facilitar las comunicaciones, se redoraron las boiseries (paneles decorativos en las paredes) y se restauraron algunos aposentos, asimismo, en el extremo oeste de la vieja orangerie se construyó un pequeño teatro de corte.[4]

Tres bodas reales tuvieron lugar en la capilla del palacio: la del Duque de Nemours (abril de 1840), la de la princesa Clementina (abril de 1843) y la del Príncipe de Joinville (mayo de 1843).

En 1839, la construcción de la línea de ferrocarril París-Versalles (donde se acababa de inaugurar el museo del palacio) dividió el parque del palacio en dos mitades.

Durante la Revolución de 1848, Luis Felipe y su familia, que habían huido in extremis de las Tullerías, pararon brevemente en Saint-Cloud ante de seguir hacia Versalles y luego Dreux. Allí se enteró el Rey que la república había sido proclamada en París, después de una rocambolesca fuga, el monarca y su familia llegaron a Inglaterra.

Luis Felipe y su familia.

La boda del Duque de Nemours en Saint-Cloud.

La Aile du Midi (derecha) con los aposentos reales en 1860.

Tal y como había hecho su tío Napoléon I, el príncipe Luis-Napoléon, presidente de la República, tenía el firme convencimiento de usar Saint-Cloud como escenario para grandes eventos históricos. Luis-Napoléon se había alojado en el palacio desde 1850 y, en 1852, recibió, con gran solemnidad, al emir Abd-el-Kader, encarcelado bajo Luis Felipe I en Amboise y ahora liberado por el presidente. El verano del mismo año, el Luis-Napoléon se habría encontrado por primera vez en Saint-Cloud con la aristócrata española Eugenia de Montijo, que luego se convertiría en su esposa.[5]

A imitación de su tío, fue en Saint-Cloud, el 7 de noviembre de 1852, donde el presidente Luis-Napoléon recibió la petición del senado que lo convirtió en el emperador Napoléon III y a Francia nuevamente en un Imperio. También fue en Saint-Cloud (concretamente en le cercano castillo de Villenueve-l'Etang) donde el Emperador y su nueva esposa pasaron su luna de miel en enero de 1853.

A partir de entonces, el castillo se convirtió en una de las residencias favoritas de los soberanos, gracias a su aspecto campestre y a su proximidad a París. La corte llegaba a Saint-Cloud durante la primavera, y permanecía allí hasta mediados de junio cuando partía a Fontainebleau, el mes de agosto se reservaba para las visitas a los balnearios de Plombières o Vichy, en septiembre tocaban los bains de mer en Biarritz, luego otra estancia en Saint-Cloud para, a continuación, pasar el otoño en Compiègne, donde se celebraban las famosas séries; el invierno se pasaba en las Tullerías.

La pareja imperial se instaló en la Aile du Midi, el Emperador en los antiguos aposentos de María Antonieta cara a la cour d'honneur y la Emperatriz en los de Luis XVI que daban al jardín. El appartement de Napoléon I/Carlos X cara a la orangerie se reservó para visitantes ilustres. Asimismo, el interior del palacio fue decorado con el característico gusto ecléctico del Segundo imperio, que mezclaba muebles antiguos y copias historicistas con otros de nuevas y confortables formas con el clásico tapizado capitonné.

Entre las escasas transformaciones arquitectónicas del periodo, cabe destacar la demolición, en 1861, de la orangerie, el emblemático lugar donde había empezado la epopeya napoleónica con la Golpe de estado de Brumario. El edificio fue juzgado de poca calidad arquitectónica y fue derribado a la espera de ser reedificado de forma más grandiosa.

Durante el Segundo Imperio, el palacio fue lugar de fastos y recepciones que hicieron palidecer a los periodos anteriores. En el verano de 1855, la reina Victoria y el príncipe Alberto se alojaron en el palacio durante su visita a la Exposición Universal, era la primera vez desde la Guerra de los Cien Años que un monarca inglés reinante visitaba la capital francesa. Le seguirían las visitas del rey Carlos XV de Suecia (1861), del rey Francisco de Asís (1864), de la emperatriz Carlota de México (1866), del rey Guillermo I de Prusia, del zar Alejandro II de Rusia (ambas en 1867), del jedive de Egipto (1869) y de la reina Isabel II de España (también en 1869).

No obstante, también en Saint-Cloud se selló el principio del fin de los fastos imperiales, el 19 de julio de 1870, Napoléon III declaraba la guerra a Prusia, dando inicio a la desastrosa Guerra Franco-prusiana.[6]​ El día 28 del mismo mes, el Emperador partía hacia el frente, jamás volvería a Saint-Cloud. En agosto, la Emperatriz y la corte se trasladaban a las Tullerías, el 4 de septiembre se hundía el Imperio y la soberana huía al Reino Unido.

El castillo de Saint-Cloud visto desde el Sena.

La Aile du Midi vista desde el jardín.

El salón de la Emperatriz.

El tocador de la Emperatriz.

El dormitorio de la Emperatriz.

Inmediatamente después de la caída del régimen imperial el 4 de septiembre, los administradores del castillo tuvieron una doble tarea, proteger la propiedad de posibles saqueos (como había ocurrido en 1848) y sobre todo prepararse para la más que probable llegada de las tropas prusianas. Durante varios días, se fueron seleccionando las obras de más valor, ya fueran cuadros, tapices o muebles para ser transportadas a París. Se pudieron llenar ocho vehículos antes de que el 18 del mismo mes se decidiera volar los puentes sobre el Sena.

Dos días después las tropas prusianas ocuparon Saint-Cloud, los soldados acamparon en el parque, mientras los oficiales curioseaban en los antiguos aposentos imperiales, también el príncipe heredero Federico de Prusia visitó el palacio.

Durante el asedio de París, los prusianos se establecieron en las colinas de los alrededores de la capital (entre ellas Saint-Cloud) desde donde bombardearon la ciudad. En respuesta, el fuerte francés de Mont-Valérien lanzó varios obuses a las posiciones prusianas de Saint-Cloud. La noche del 12 al 13 de octubre un obús penetró por uno de los ventanales de la cour d'honneur y estalló en el interior del dormitorio del Emperador provocando un incendio que en pocas horas consumió todo el palacio. Durante toda la noche las tropas prusianas intentaron extinguir la deflagración salvando aquellos muebles y objetos que aún permanecían en el palacio. Existe el debate entre los historiadores si los esfuerzos de los prusianos fueron desinteresados o fueron la excusa para esconder hurtos.

Saint-Cloud continuó siendo escenario de combates hasta febrero de 1871, por aquel entonces muchos curiosos y saqueadores ya habían aprovechado la situación para rebuscar entre las ruinas algunos objetos de valor. Después de la instauración de la Tercera República, las aún monumentales ruinas del palacio fueron dejadas al abandono, mientras que distintas administraciones se apropiaban de los edificios anexos o de partes del parque.

En 1891, el gobierno decidió demoler las ruinas del castillo de Saint-Cloud. La polémica decisión se enmarcaba en el contexto de la eliminación de símbolos monárquicos precedido por la demolición de las Tullerías en 1883, o la venta de la Joyas de la Corona en 1888. Francia perdía, por lo tanto, a los dos castillos más emblemáticos de los regímenes monárquicos del siglo XIX, quizás por eso, los soberanos post-revolucionarios son aún tan desconocidos por el gran público.[7]

El frontón de la Aile de la Chapelle (ala derecha del palacio) fue comprado por Fernando I de Bulgaria e integrado en su Palacio de Euxinograd en la costa del Mar Negro. La madre del soberano, la princesa Clementina de Orleáns, se había casado precisamente en Saint-Cloud en 1843.

La cour d'honneur después del incendio.

La fachada trasera del corps de logis en ruinas.

La Galerie d'Apollon en ruinas.

El salón de la Emperatriz en la Aile du Midi tras el incendio.

Hoy en día, solo se conservan unas pocas dependencias y el parque de 460 hectáreas que constituye el Domaine National de Saint-Cloud.

El parque incluye el jardín a la francesa diseñado por Le Nôtre, el jardín a la inglesa (à l'anglaise) de la década de 1820 (el Jardin du Trocadéro), numerosas fuentes (entre ellas la Grande Cascade) y un mirador de París conocido como "la Lanterne", porque Napoléon erigió una linterna que se encendía cuando el emperador residía en el palacio.

Entre los edificios caben destacar Pavillon Valois, destinado a la administración de la propiedad y que hoy alberga un instituto o el Pavillon de Breteuil, que ha sido el hogar de la Conferencia General de Pesas y Medidas desde 1875.



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