Sancho Alfonso de Castilla cumple los años el 13 de febrero.
Sancho Alfonso de Castilla nació el día 13 de febrero de 333.
La edad actual es 1691 años. Sancho Alfonso de Castilla cumplió 1691 años el 13 de febrero de este año.
Sancho Alfonso de Castilla es del signo de Acuario.
Sancho Alfonso de Castilla nació en Valladolid.
Sancho Alfonso de Castilla «el Mudo»Valladolid, 1332/1333-1342) fue un noble castellano e hijo ilegítimo de Alfonso XI de Castilla y de Leonor de Guzmán.
(Fue I señor de Ledesma, Béjar, Granadilla, Montemayor, Galisteo, Salvatierra, Valdecorneja y otros lugares y también fue, durante un corto periodo de tiempo, señor de Cabrera y Ribera y alférez del rey.
Por parte paterna era nieto del rey Fernando IV de Castilla y de la reina Constanza de Portugal, y por parte materna fueron sus abuelos Pedro Núñez de Guzmán y Juana Ponce de León.
Fue hermano, entre otros, de Enrique II de Castilla, de Fadrique Alfonso de Castilla, maestre de la Orden de Santiago, de Tello de Castilla, que fue señor de Vizcaya, y también hermanastro del rey Pedro I de Castilla.
Sancho Alfonso de Castilla nació en Valladolid a finales de 1332 o principios de 1333, según afirmó Esther González Crespo, y poco después de que naciera el infante Fernando, que fue el hijo primogénito de Alfonso XI y de la reina María de Portugal. Además, en la Gran Crónica de Alfonso XI consta que Sancho Alfonso nació mientras su padre se hallaba en Valladolid, y está plenamente corroborado que el monarca permaneció en dicha ciudad desde principios de septiembre de 1332 hasta finales de febrero de 1333. Y en el capítulo CXXV de la mencionada Gran Crónica se describió del siguiente modo el nacimiento de Sancho Alfonso:
Sancho Alfonso de Castilla, en palabras de Margarita Cabrera Sánchez, «padecía algún tipo de deficiencia psíquica», ya que en el capítulo CLXXXIX de la Crónica de Alfonso XI se afirma explícitamente, y como advirtió dicha autora, que no tenía «entendimiento». Y recibió el apodo de «el Mudo», y así consta en la Crónica del Rey Don Pedro, como advirtió Francisco de Moxó y Montoliu. Además, Sancho Alfonso fue el segundo de los hijos nacidos, tras Pedro de Aguilar, de la relación amorosa entre Alfonso XI de Castilla y su amante Leonor de Guzmán, y Esther González Crespo señaló que los hijos de dicha relación fueron:
Sancho Alfonso recibió de manos de su padre, poco después de su nacimiento, el señorío de Cabrera y Ribera, y con este título aparece en una carta enviada al concejo de Béjar en octubre de 1333. Sin embargo, y aunque se desconocen los motivos, sí hay constancia de que pocos meses después su padre le arrebató ese señorío y de que le entregó los de Ledesma, Béjar, Granadilla, Montemayor, Galisteo, Salvatierra y otros lugares junto con una determinada cantidad de «dineros en tierra», como aparece consignado en el fragmento de la Gran Crónica de Alfonso XI que se ha mencionado anteriormente. Además, el rey estableció para su hijo Sancho Alfonso una «gran Casa», como señaló González Crespo, y nombró como su mayordomo mayor a Garcilaso II de la Vega, que era un fiel servidor del monarca e hijo de Garcilaso I de la Vega.
Los señoríos entregados por Alfonso XI a su hijo Sancho Alfonso, entre los que sobresalía el de Ledesma, habían pertenecido en décadas anteriores a diferentes personajes de la familia real castellana.Alba de Tormes fueron entregados por Fernando IV de Castilla a su primo Alfonso de la Cerda a cambio de que este último le reconociera como rey de Castilla y León, aunque poco después, y debido a sus desavenencias con el monarca, Fernando IV se los arrebató y los devolvió al realengo. Y en cuanto al señorío de Ledesma y a las villas de Montemayor, Miranda, Granadilla, Galisteo y Salvatierra, habían sido entregadas por Alfonso X de Castilla a su hijo, el infante Pedro, a cuya muerte pasaron a manos del hijo de este último, Sancho de Castilla el de la Paz, aunque tras la muerte de este último en 1312 sin herederos todas ellas retornaron al realengo.
Los señoríos de Béjar yFernando IV de Castilla se comprometió en 1312, año en el que falleció, a no enajenar jamás el señorío de Ledesma del patrimonio de la Corona, y los tutores del rey Alfonso XI de Castilla también acordaron hacer lo mismo durante su minoría de edad en las Cortes de Palencia de 1313 y en las Cortes de Burgos de 1315. Pero al alcanzar la mayoría de edad Alfonso XI no respetó lo acordado y hay constancia de que en 1330, según se deduce de unas «cartas» del monarca fechadas en ese año, había cedido el señorío de Ledesma a su esposa, la reina María de Portugal, aunque como se ha mencionado en líneas anteriores posteriormente pasaría a manos de Sancho Alfonso y de su hermano Fernando Alfonso de Castilla.
En 1334 Sancho Alfonso fue nombrado por su padre alférez del rey, que fue un cargo desempeñado siempre por miembros de la más alta nobleza, pero lo ocupó durante poco tiempo, como advirtió González Crespo, y fue reemplazado por el noble portugués Juan Alfonso de Alburquerque, que lo desempeñó hasta 1336. Y González Crespo añadió que resulta muy «significativo» que a Sancho Alfonso se le concediera el cargo de alférez del rey casi al mismo tiempo que a su hermano mayor, Pedro de Aguilar, se le otorgaba el cargo de Canciller mayor de Castilla, que este último comenzó a desempeñar en 1335.
El 16 de mayo de 1334, hallándose en Pancorbo y titulándose alférez del rey y señor de Ledesma, Sancho Alfonso reconoció que sus vasallos del señorío de Ledesma estaban exentos, de acuerdo con su fuero, de pagar el tributo de las «caloñas» y el «mostrenco». Y el 22 de enero de 1337, encontrándose en Tordesillas, Sancho Alfonso confirmó a los «guisados de cavallos e de armas e a las mugieres biudas e a los fijos déstos átales e a las donzellas» que estaban exentos del pago del servicio que recogían para él sus recaudadores Moisés Abenxunxe y Juan Alfonso de Zamora en el término de la villa de Ledesma.
En 1338,Fernando Alfonso de Castilla el señorío de Ledesma y también todos los señoríos que habían pertenecido a su hermano Sancho Alfonso, debido a que este era «sordomudo» o «fatuo», en palabras de Enrique Flórez, y entre ellos figuraban las villas de Béjar, Granadilla, Montemayor, Galisteo, Salvatierra y otros lugares. Además, su padre cedió al mismo tiempo a Fernando Alfonso las «casas y vasallos principales» que habían sido de su hermano Sancho Alfonso, y en el capítulo CCXIII de la Gran Crónica de Alfonso XI, como advirtió González Crespo, se describen así estos acontecimientos:
aunque otros autores afirmaron erróneamente que fue en 1341, Alfonso XI cedió a su hijoSancho Alfonso de Castilla fue señor de Béjar desde 1332 hasta 1338, de Valdecorneja desde 1333 hasta 1335, y de Ledesma desde aproximadamente 1334 hasta 1338, aunque algunos autores erraron totalmente al afirmar que fue señor de esta última población entre 1331, aproximadamente, y 1334. Y en 1339 Garcilaso II de la Vega dejó de ser el mayordomo mayor de Sancho Alfonso y pasó a serlo de Fernando Alfonso de Castilla, aunque posteriormente también lo sería de Tello de Castilla, que era otro de los hijos de Alfonso XI y de Leonor de Guzmán.
En los privilegios rodados del reinado de Alfonso XI de Castilla, y desde marzo de 1333, el nombre de Sancho Alfonso siempre apareció junto al de su hermano Pedro de Aguilar, aunque al principio figuró entre los confirmantes con el título de «señor de Cabrera y Ribera» y posteriormente, y hasta 1337, con el título de «señor de Ledesma». Y desde 1338 hasta su muerte, ocurrida en 1342, Sancho ya figuró siempre exclusivamente con el título de «hijo del rey», como advirtió González Crespo. Y por otra parte, conviene señalar que se desconoce cuál fue el escudo de armas empleado por Sancho Alfonso, ya que no se ha conservado ningún testimonio heráldico suyo, como indicó el heraldista Faustino Menéndez Pidal de Navascués.
Sancho Alfonso de Castilla falleció en 1342,
y según Esther González Crespo debió morir poco después de febrero de ese año, ya que fue entonces cuando su nombre dejó de figurar en los privilegios de la época. Y ello viene a corroborar, en opinión de dicha historiadora, el dato proporcionado por la Crónica de Pedro I de que tanto Sancho Alfonso como su hermano Pedro de Aguilar «morieron seyendo niños en vida del Rey Don Alfonso». Sancho Alfonso de Castilla fue sepultado en el monasterio de las Huelgas de Burgos, y su cadáver, que se halla momificado y sin muelas del juicio, yace en un sepulcro de piedra liso colocado en la nave de Santa Catalina de la iglesia del mencionado monasterio. Sin embargo, Ricardo del Arco y Garay, en su obra Sepulcros de la Casa Real de Castilla, no mencionó nada sobre el lugar de sepultura de este individuo.
Durante la exploración de los sepulcros del monasterio de las Huelgas llevada a cabo a mediados del siglo XX se extrajeron del sepulcro unos guantes de piel de cabritilla blanca, pespunteados de verde y amarillo, un zapato de piel de becerro negro y varios cojines, aunque también se encontraron en el sepulcro otros muchos restos de tejidos.
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